Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: El País Llamado Bahairam

Parte 1

Era muy consciente de que me temblaban las manos. “Por favor, no te muevas…”

El objeto que sostenía era, sin duda, un arma.

Por supuesto, esta no era la primera vez que sostenía un arma. Para obtener la ciudadanía, pasé algún tiempo en el ejército imperial del Sagrado Imperio Eldant, donde aprendí a usar la espada y la lanza, además de la magia ofensiva.

Pero el trozo de metal en mis manos en ese momento era algo completamente distinto.

Este era un arma del país de Japan. Creí haber escuchado a Minori-sama referirse a ella como una “pistola de mano de nueve milímetros”.

“¿Myu… Myusel?” Elvia-san me miró vagamente. Su habitual sonrisa alegre se había ido. En cambio, vi su rostro endurecerse cuando la situación cayó en la cuenta. Su cola estaba erguida contra su espalda, inmóvil, tal vez por alarma.

Ella entendió que un movimiento descuidado podría hacerla matar.

Vivir bajo el mismo techo nos había dado una gran oportunidad para ver las diversas herramientas de Minori-sama en acción. Estaba seguro de que la naturaleza de esta arma no se perdió en Elvia-san.

Había tomado deliberadamente la pistola de mano de nueve milímetros de Minori-sama porque sin ella, no tenía influencia contra un hombre lobo. Elvia-san era más fuerte y más rápida que yo; Nunca hubiera podido vencerla con un arma afilada.

Podría haber intentado magia, pero cantar y apuntar habría revelado lo que estaba haciendo, y mi hechizo habría sido lo suficientemente simple como para evadirlo. Además, Elvia-san habría sido tan consciente de esto como yo, y mis amenazas no la habrían intimidado.

Así que, tan mal como me sentía al respecto, me metí en la habitación de Minori-sama y pedí prestada su pistola de nueve milímetros. Además del que normalmente llevaba en su persona, tenía un repuesto que sabía que guardaba en su habitación.

“D-Déjalo ya”, dijo Elvia-san, frunciendo el ceño. “E-Eso es de Minori-sama, ¿no? ¿No te meterás en problemas por tomarlo? ”

Problema. Sí, eso parecía probable. Había muchas posibilidades de que esto no terminara con un simple regaño.

En ese momento, sin embargo, era mi única opción… Mi única esperanza.

“Te lo ruego, Elvia-san”. Mi voz tembló tan violentamente como mis manos.

Sí, había estado en el ejército, pero no tenía experiencia en combate real. Nunca había confrontado personalmente a nadie con un arma en la mano.

Además de eso, una pistola de mano de nueve milímetros era diferente de una espada. Según lo que había escuchado, no había necesidad de usar esta arma. De hecho, todo lo que tenía que hacer era mover un poco su dedo, y empujaría a su oponente con una fuerza mucho más rápida y poderosa que una cuchilla.

Si impactaba en algún punto vital, la cabeza o la garganta, o incluso el corazón, su poder asesino era mucho mayor que una espada. Con esta arma, no era posible contener o moderar el ataque.

“Esta es… esta es la única forma…”

“¡Myusel!”

Escuché a alguien llamarme desde la puerta de la habitación. No tuve que mirar atrás para saber que era Minori-sama. No, escuché dos pares de pasos, por lo que era probable que Matoba-sama estuviera con ella. Brooke-san o Cerise-san habrían sonado diferentes.

Podía escuchar tanto a Minori-sama como a Matoba-sama sin aliento. Tengo buena audición: mis largas orejas élficas no son solo para mostrar.

“¡Detén esto ahora mismo! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!”

“¡Minori-sama! Matoba-sama! ¡Aléjate!” En un intento de obligarlos a mantener la distancia, estiré el brazo para que la pistola de nueve milímetros estuviera a solo centímetros de la nariz de Elvia-san.

“¡Eeeep!”

“Si te acercas, yo… yo…”

“¡Pa-Para!” Gritó Elvia-san.

Los pasos cesaron. Minori-sama y Matoba-sama deben haberse congelado en su lugar.

“Elvia-san, te lo ruego”, le dije de nuevo. “¡Llévame a Bahairam!” Prácticamente podía sentir el shock de Minori-sama.

“¿A-A Bahairam?” Preguntó Elvia-san, con los ojos muy abiertos.

¿Fue mi solicitud realmente tan sorprendente? ¿No se dieron cuenta todos de que esta era la única forma de rescatar a Shinichi-sama? Ni Japón ni el Imperio Eldant iban a hacer nada por él. Minori-sama y Su Majestad encontraron las manos atadas con respecto a sus posiciones. Si alguien fuera voluntario para rescatar a Shinichi-sama, tendría que ser yo.

Tenía que ser Shinichi-sama.

No podría ser un reemplazo para él.

La cultura Otaku se había extendido tan exitosamente como lo había hecho debido a Shinichi-sama. Él fue quien construyó la escuela, nos enseñó fútbol y nos ayudó a hacer peli-cula.

Shinichi-sama fue la razón por la que todos pudimos vivir y trabajar juntos: Su Majestad; Elvia-san, la ex espía de Bahairam; Minori-sama; Brooke-san y Cerise-san; toda la gente del Jay Ess Dee Eff; todos en la escuela; e incluso yo

“Debes saber cómo entrar al país, Elvia-san”.

Después de todo, de allí era de donde había venido, ¿no? ¿Cómo una espía? Eso significaba que tenía que haber cruzado la frontera entre el Reino de Bahairam y el Imperio Eldant sin ser atrapada por las patrullas fronterizas.

Ella debe saber sobre un camino secreto, una ruta oculta, algo. Y, por supuesto, tendría que conocer la geografía de Bahairam.

Los últimos días, Elvia-san se había visto notablemente diferente de antes. Ella seguía suspirando durante las comidas y estaba visiblemente molesta. Cuando no tenía nada más que hacer, se encerraba en su habitación y no salía.

Supuse que esto se debía a que era Bahairam quien había secuestrado a Shinichi-sama. Elvia-san era una espía de esa nación, pero también era la artista en residencia de Shinichi-sama. Shinichi-sama le había salvado la vida. Ahora el país de su nacimiento había secuestrado a la persona a la que le debía la vida. Tenía que ser una posición incómoda.

Pero no era garantía de que ella trabajara conmigo.

¿Qué pasa si le pregunto y ella se niega?

Ayudarme cuando ella supiera que iba a rescatar a Shinichi-sama equivaldría a traicionar a su propio país. Y aunque estaba seguro de que sentía una deuda con Shinichi-sama, ¿fue lo suficientemente profundo como para hacerla dejar de lado sus lealtades nacionales? No lo sabía No podría estar segura.

Y por eso… “Er… yo…”

“Debes saber ahora que dicen que fue Bahairam quien capturó a Shinichi- sama”. Miré a Elvia-san directamente a los ojos. “¡Y no queda nadie para ayudarlo, excepto yo!” La ansiedad hizo que mi voz se quebrara.

Sonaba horrible, y estaba seguro de que no me veía mejor. Era más que cómo se veía mi cara con una máscara de ansiedad. Estaba parado allí amenazando a un amigo que vivía en mi propia casa con un arma.

Pero no podía soportarlo más.

“¡Ja-pon no ayudará a Shinichi-sama, y tampoco lo hará el Sagrado Imperio Eldant! ¡Si nadie lo va a rescatar, entonces esta es la única forma…!

“Myusel…”

No era solo miedo  en la cara de Elvia-san. Había preocupación allí también. Parte de mí se sintió culpable. ¿Qué estaba haciendo?

Y todavía…

“Myusel”. La voz de Minori-sama era más segura. “Déjame preguntarte algo. ¿Sacaste el slyde y pusiste la primera bala en el chaymber?

“¿Qué…?” Apenas entendí la mitad de las palabras que había dicho.

Ella presionó aún más: “Un nueve milímetros no tiene una capacidad de operación manual, por lo que mientras haya una ronda en el chaymber, se disparará con solo apretar el gatillo.

Pero no me parece como si hubieras armado el hanmer. Tienes que apretar el slyde y colocar la bala en la cámara, o puedes apretar el gatillo todo el día y nunca disparar nada. Realmente dudo que hayas usado el decocker, ¿verdad? Por lo tanto, si no tiene la percha hacia abajo, existe una buena posibilidad de que tampoco tenga el slyde en su lugar”.

“¿Yo que…?”

¿De qué demonios estaba hablando?

“Para el caso, Myusel, ¿incluso le pusiste balas? Estoy bastante segura de que dejé el magazeen vacío en el repuesto”.

“Er… ¿Sí?”

Estaba completamente desconcertada.

Casi antes de que supiera lo que estaba sucediendo, Minori-sama había cerrado una distancia conmigo y me quitó el arma de la mano.

“¡Oh…!”

“¡Eep!” Elvia-san se dejó caer al suelo.

Minori-sama giró la pistola de mano de nueve milímetros en su mano y dijo con exasperación: “Lo sabía. Mira. ¡Ni siquiera tiene un magazyne! ”

“Er… Um…”

“Myusel”. Matoba-sama, que había estado en silencio hasta ese momento, habló. “Supongo que nos escuchaste hablar el otro día”.

No reaccioné

“Qué descuidado de mi parte. Olvidé que podías entender algo de japonés. Él suspiró. “¿Cuánto escuchaste?”

“Dijiste que era culpa de Ja-pan que Shinichi-sama fuera secuestrado. Que alguien nuevo iba a venir a reemplazarlo…”

“¿Qué?” Dijo Elvia-san con sorpresa.

Por supuesto que estaba sorprendida. Sabía que Bahairam había secuestrado a Shinichi-sama, pero incluso Su Majestad no sabía que Ja- pan estaba detrás de eso.

“Entonces dijiste que Shinichi-sama iba a ser abandonado… Y eso significa que la única opción que me queda es que yo vaya”. Esta fue la conclusión a la que había llegado después de tres días de agonizante pensamiento. “¡Soy… soy la única que puede, ¿no?!”

Me sorprendió encontrarme gritando, pero Minori-sama permaneció tranquila hasta el final cuando preguntó: “¿Y planeabas hacer que Elvia fuera tu guía?”

“…Si.”

En este punto, no vi nada que hacer sino ser honesto.

“Realmente lo siento”, dije, mirando a Elvia-san, Minori-sama y Matoba- sama a su vez. “No… no te molestaré más”.

“¿Qué…?” Minori-sama parecía sorprendido por esto. “Iré sola”.

“¿Huh? ¡Espera… Myusel!

“Ha sido un honor servir a todos ustedes…” Bajé la cabeza y luego salí de la habitación.

Eldant y Bahairam compartieron una frontera terrestre entre ellos. Es cierto que esa frontera estaba rodeada de montañas traicioneras, pero si me aseguraba de tener una gran cantidad de alimentos y equipos listos, tenía fe en que podría cruzarlos.

También necesitaría un arma, en caso de que me encontraran soldados de una nación u otra. En mi cabeza, ya tenía una lista de todo lo que necesitaría…

“Myusel, exijo que esperes,” dijo Minori-sama, agarrando mi hombro. “Por favor, no me detengas”.

“¡Todo lo que digo es que esperes!” Minori-sama suspiró y luego dijo: “Porque yo también voy”.

“¿Qué…?” Me volví hacia ella, sorprendida.

Minori-sama llevaba una delgada sonrisa. “Soy… parte de la razón por la que Shinichi-kun fue capturado”.

“¿Minori-sama? Pero tú-”

“Se suponía que era su guardaespaldas”.

“Pero… Pero eso es…”

Era el trabajo que la nación de Japón le había encargado. Y ahora esa nación quería que Shinichi-sama fuera olvidado. Minori-sama ya no tenía nada que hacer para protegerlo.

“Escucha. Todavía no me han dado ninguna orden de relevarme de mis deberes como su guardaespaldas”. Minori-sama se encogió de hombros. “¿Verdad, Matoba-san?”

“Supongo que sí. Es un buen pretexto, de todos modos.” El viejo estaba sonriendo.

Y eso significaba… “Minori-sama…”

“Sí”. Ella me dio un firme asentimiento. “Vamos a buscarlo. Juntas.”

¡Ahh…! Me sentí temblar de felicidad. Minori-sama estaba del lado de Shinichi-sama. Ella iría a Bahairam conmigo. Eso me hizo sentir diez veces, cien veces más valiente.

“Pero…” Todavía sonriendo, Minori-sama sacó la pistola. No el que me había quitado, sino el que siempre tenía en la cadera. Como si fuera la cosa más natural del mundo, lo apuntó a Elvia-san, que todavía estaba sentada en el suelo.

“¡¿Guh?!” dijo Elvia-san, temblando.

“Tienes razón. Vamos a necesitar una guía”.

Elvia-san hizo un sonido ahogado, con la cola erguida.

“Creo que tenías la idea correcta, viniendo a Elvia. Dado el rumor de que Shinichi-kun fue secuestrado por Bahairam, ella fue la primera persona en la que también pensé”.

“¡J-juro que no tuve nada que ver con esto!”

“Claro, lo sé”.

Elvia-san intentó retroceder, pero encontró la pared inmediatamente detrás de ella, cortándola. Minori-sama se agachó frente a ella. Hubo un clic, y ella clavó la pistola en la cara de Elvia-san.

“Ayúdanos, Elvia. Te lo ruego.”

“¡R-Rogando, nada!”

Ella no parecía convencida. Tal vez estaba obsesionada con el hecho de que ayudarnos significaría traicionar a su país.

“Myusel y yo no sabemos nada sobre la geografía de Bahairam. Viniste aquí como espía, eso significa que hay una manera de entrar y salir a escondidas, ¿verdad? ¿Una forma de cruzar la frontera sin demasiado alboroto?”

“B-Bueno, eso es…”

“¿Estás diciendo que no quieres ayudarnos?”

“Te digo que es-”

“¿No quieres ayudar a Shinichi-kun?”

“Es… es…” Sus ojos estaban nadando en este punto.

“Hmm”. Minori-sama inclinó la cabeza. “Ya veo. Bahairam te importa más que Shinichi-kun, ¿no? No hay otra opción, entonces. Eres un espía de Bahairaman, ¿verdad, Elvia? ”

“S-Sí… Pero…”

“Ah. Así que lo admites”. Las gafas de Minori-sama brillaron inquietantemente.

Elvia-san se sacudió violentamente.

Es cierto, era un secreto a voces entre todos que ella era una espía de Bahairam, pero por el momento se le había otorgado una suspensión de la ejecución, la excusa era que no había suficientes pruebas sólidas para condenarla.