Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 5: Escúchame y Trata de no Reír

Capitulo 4: Por Ahora, Solo Miramos Hacia el Futuro

“Ahh…” Haruhiro apoyó la cabeza sobre una mesita y cerró los ojos.

Las calles secundarias del Puesto Solitario de Avanzada eran un lugar para ir de compras, entretenerse y también para el barrio residencial. Varios puestos permanecían abiertos hasta bastante tarde, y Haruhiro se había metido al que tenía menos clientes, un lugar siempre sombrío y casi vacío, era su refugio habitual.

Bueno, no era de extrañar que el lugar no fuera más popular: la comida era horrible, y las bebidas eran normales. El dueño siempre parecía gruñón, y no era del tipo acogedor.

Había cinco asientos en el mostrador, así como otras dos mesas en frente del mostrador, cada uno de las cuales tenía tres sillas.

Esta noche, había un cliente en el mostrador. Otro era Haruhiro, que estaba en una de las mesas. En otras palabras, solo había dos clientes. Eso era más de lo habitual. No era raro que Haruhiro tuviera el lugar para él solo.

Obviamente, alrededor de la hora de la cena, había algunas personas más, pero el lugar era más o menos siempre así cuando era más tarde en la noche. En realidad, no era de su incumbencia, pero, sinceramente, Haruhiro pensó que sería mejor que el propietario cerrara el puesto un poco antes.

Haruhiro estaba tomando un vaso de vino o una cerveza que ni siquiera quería beber mientras luchaba contra su somnolencia hasta que finalmente lo venció. Sin importar cómo lo mires, Haruhiro no era un buen cliente.

“Estoy vencido…” Haruhiro murmuro.

Era un puesto terrible, pero tenía sus puntos buenos. Incluso cuando Haruhiro comenzaba a murmurar para sí mismo, no tenía que preocuparse de que alguien lo escuchara. Si se quedaba dormido, el dueño lo dejaría en paz.

Podía estar solo.

Si estuviera solo todo el tiempo, probablemente se sentiría solo. Pero aquí, en el Puesto Solitario de Avanzada, vivían en una tienda de campaña, lo que significaba que estaba con Ranta, Kuzaku, o ambos, prácticamente en todo momento. Cuando ingresaban al Wonder Hole, Por supuesto, era con sus camaradas también, así que apenas tenía tiempo para sí mismo.

La única posibilidad que tenía era venir aquí así, deliberadamente haciendo ese tiempo para él.

“…Bueno, está bien,” murmuró.

No era como si no se hubiera quejado, no expresaba su insatisfacción en absoluto. Se empeñaba en decir todo lo que tenía decir, porque guardarlo todo no serviría de nada.

Pero había algunas cosas que no debería decir, y cosas que no podían arreglarse sin importar lo que dijera sobre ellas. Había cosas que, al final, tenía que guardar para sí mismo.

“Si es entre camaradas… eso no es tan malo… pero si se trata de otras personas…” Haruhiro estaba pensando que era mejor no expresar sus incertidumbres sobre su exploración conjunta con los Tokkis, o hablarles mal de ellos a sus camaradas.

Nadie se había opuesto a la decisión, pero fue Haruhiro quien había tomado la decisión de trabajar con los Tokkis. Sería poco masculino refunfuñar al respecto ahora. Además, si Haruhiro expresaba una opinión desfavorable de los Tokkis, eso influiría en sus camaradas de alguna manera pequeña. Haruhiro tenía miedo de crear una atmósfera donde los demás comenzaban a sentir que los Tokkis son muy molestos. No podemos seguir así.

Todavía es el primer día, Haruhiro se dijo a sí mismo. Es natural que todavía no trabajemos bien juntos. Los Tokkis pueden ser un montón de bichos raros, pero no son malas personas, y nos divertiremos juntos, tal vez. Creo. Quiero pensar eso. Tengo que.

Ser positivo. Optimista. Con visión del futuro. O, al menos, capaz de parecer de esa manera.

“…No pidas lo imposible…” murmuró Haruhiro. Levantó la vista, tomando un sorbo de su cerveza ahora tibia.

Simplemente no es lo que soy. Ser positivo, optimista, con visión del futuro. En todo caso, soy todo lo contrario. Soy negativo, cínico y siempre estoy atrapado en el pasado.

“…Eso es,” dijo. Estoy empezando a entender.

Tokimune parecía un tipo impulsivo. No pensaba en las cosas detenidamente, y hacía lo que le venía a la mente. Avanzaba basándose en lo que le parecía que funcionaría, y todos lo seguían. Después de eso, realmente funcionaba.

Pero, incluso si ha funcionado de esa manera hasta ahora, eso no significa que siempre lo hará, ¿verdad? Él podría cometer un error, ¿no? Ya será demasiado tarde para hacer algo al respecto una vez que ya este mal, ¿así que no sería mejor ser precavido? Estoy asustado.

Es malditamente aterrador. Ser un líder, quiero decir. Él tiene que hacer, no sé, gestión de riesgos, supongo. Necesita pensar en ese tipo de cosas. Tiene que hacerlo.

“No, no es eso…” murmuró Haruhiro.

De eso no se trata eso. Bueno, no, de eso se trata, al menos en parte, pero hay más.

“…¿Estoy celoso?” Preguntó en voz alta. “¿De alguien como Tokimune?”

Eran el mayor grupo de bromistas en el Cuerpo de Soldados Voluntarios. Una pandilla de completos bichos raros. Pero no era como si no tuvieran talento. Tokimune estaba liderando su grupo, basándose en su intuición e impulso. Por su actitud cuando se trataba de Anna-san, parecía preocuparse por sus camaradas, y ellos parecían confiar en él también.

Tokimune era un bicho raro. Haruhiro era demasiado simple y ordinario.

No era que quisiera ser raro. Solo era que, cuando estaba al lado de una persona como Tokimune, comenzaba a sentirse un poco patético por su propia mundanidad.

Para decirlo un poco más fuerte, se sentía inferior. Tal vez eso lo estaba volviendo más irritable de lo que necesitaba estar.

“…Sí. Ahí está. Es parte de eso. Él es genial… Es un tipo genial…”

Haruhiro no conocía a muchos líderes. Por fuera, podía pensar en Shinohara de Orion, Renji del Tean Renji, Kajiko de las Wild Angels, Soma de Day Breakers, y, finalmente, Tokimune de los Tokkis. Esos eran todos.

Cuando los enumeraba así, cada uno de ellos era genial a su manera.

“…¿Es carisma?” Se preguntó Haruhiro.

Sí. Eso es. Ellos tienen carisma. Un aura que es todo su ser, algo que los hace sobresalir. Se sienten diferentes. No sé si siempre fueron así, pero, realmente, creo que deben haber sido aptos para esto.

Tal vez eran personas que tenían algo que Haruhiro no tenía.

Se había sentido así todo el tiempo. Él sabía que era verdad. Haruhiro no podría ser como Soma, obviamente, o incluso como Renji o Shinohara. Aún así, tenía que ser marginalmente mejor que Ranta, al menos, y no podía quitarle el trabajo a nadie más, así que tenía que hacerlo. Había logrado hacerlo de alguna manera, hasta ahora.

Haruhiro estaba haciendo todo lo posible, y no pensaba en cosas como estas: Quiero que me reconozcan, o, Quiero que me den un respiro.

“Lo siento…” Haruhiro enterró su cabeza en sus brazos otra vez.

Va a ser doloroso. Lo siento, soy un mal líder. Estaba empezando a sentirse mal por sus camaradas. Un líder más carismático, decisivo y capaz podría hacer que los puntos fuertes de sus camaradas se destacaran más. Renji había intentado atrapar a Ranta. Shihoru y Yume habían recibido una oferta de Kajiko. Haruhiro sospechaba que incluso Mary y Kuzaku deberían ser capaces de hacerlo mejor que ahora. Que tal vez él, como el líder del grupo, era el cuello de botella que los contenía a todos.

“Quiero ser genial…”

Haruhiro se rió.

Sí, no puedo decir eso.

No puedo decírselo a nadie.

Tengo que aferrarme a todo por mi cuenta.

“…Bueno.”

Haruhiro se sentó y tomó el resto de su cerveza de una sola vez, e hizo una mueca.

Asqueroso. ¿Por qué tengo que tomar esta horrible bebida? A menudo pensaba eso. Sin embargo, la bebía. Era un misterio por qué.

Dejó su taza de cerámica en el mostrador.

“Gracias.”

Por supuesto, el propietario, con la cara medio escondida detrás de una espesa barba, solo echó un vistazo en dirección a Haruhiro, sin decir nada.

Un “gracias por venir” o “ven de nuevo,” di algo, al menos. Haruhiro pensaba eso cada vez. Sin embargo, aún así, seguía viniendo a este lugar. Pero, tal vez, debería dejar de hacerlo. También había pensado eso varias veces.

Caminó lentamente por las calles secundarias.

Habían logrado terminar su exploración del día de forma segura. Había sido la primera vez que había tenido una experiencia así, por lo que no sabía si había ido bien o no. En cualquier caso, a medida que avanzaron por el camino, había habido más de esas amplias habitaciones con las cosas parecidas a huevos que brillaban tenuemente. Habían encontrado diez habitaciones de aproximadamente el mismo ancho antes de regresar, y se sentía como si estarían atascados mirando esos huevos en más de esas amplias habitaciones mañana también.

Haruhiro se sintió como: ¿Esto es todo? Pero al mismo tiempo, había una sensación única de tensión y anticipación, por lo que fue divertido en cierto modo. Si se encontraran con una criatura que nadie había visto antes, eso lo pondría entusiasmado. Pero esa emoción probablemente vendría con la misma medida de terror.

No quería perder a nadie como habían perdido a Manato y Moguzo.

Aunque, ahora, no sentía el mismo dolor que antes. En todo caso, había notado que estaba empezando a olvidar ese dolor. Si esto se mantenía, podría repetir los mismos errores. Eso era aterrador también.

No puedo hablar de eso tampoco.

Cuando Haruhiro hablaba con sus camaradas, los nombres de Manato y Moguzo nunca llegaban.

¿Eso era intencional? Podría ser algo que estaban haciendo inconscientemente. De cualquier manera, estaba evitando el tema.

“…Qué problemático.” Haruhiro dejó de caminar y miró hacia el cielo nocturno.

No podía quejarse delante de sus camaradas. ¿Estaba tratando de parecer genial? Como líder, no quería mostrar ninguna debilidad. No podía preocupar a sus camaradas. No podía ser descuidado. No podía hacer esto, eso o lo otro. No podía hacer nada. Tengo que hacer esto. También eso. E incluso después de obligarse a sí mismo a esforzarse tanto, siempre iba a ser ordinario. Solo podía ser un líder promedio, en el mejor de los casos.

“No es justo, eh…” murmuró.

Ojalá al menos tuviera una novia.

“No, eso es, no lo sé… ¿Todo lo que quiero es una novia?” Haruhiro se rascó la cabeza vigorosamente.

¿Qué es? ¿Tranquilidad de espíritu? ¿Alguien con quien pueda hablar abiertamente, en una relación de plena confianza? ¿O es calor humano? Bueno, tal vez también quiera eso. Como, ¿no sería genial tener a alguien a quien abrazar? ¿O más como alguien que me abraze, tal vez?

“Aughhhhh… Soy asqueroso… ¡Ahhhh!” Estalló.

Oh, mierda, pensó, horrorizado. Este no es el bar. Estoy en el medio de la calle. ¿Qué creo que estoy haciendo aquí?

Haruhiro sintió que alguien se detuvo. Miró para ver quién era, y… Esas dos más adelante, eh. Fue golpeado por un ligero mareo.

“Ohh…” dijo la pequeña.

La que estaba al lado de la pequeña era enorme. Tenía que medir más de 180 centímetros. No sólo de altura, sino grande en general, aunque no gorda. Debido a que la pequeña era pequeña, hacían un dúo increíblemente contrastante.

“¿Qué estás haciendo, Haruhirokawa?” Preguntó la pequeña.

“Nada, realmente…” dijo Haruhiro, retrocediendo. “Nada especial…”

Ellas están mirando. Me están mirando. Mirando fijamente. Especialmente, no, no Anna-san, es la grande.

La Giganta, Mimori, con esas pequeñas facciones parecidas a un animalito que eran incongruentes con su altura, miraba fijamente a Haruhiro.

Quería huir, pero eso sería incómodo. Haría que se preguntaran qué le pasaba. No lo quería eso, que ellas, de todas las personas, pensaran que él era un tipo raro.

“¿Q-Qué hay de ustedes dos?” Tartamudeó Haruhiro. “¿Qué están haciendo, tan tarde?”

“Es caminar, sí,” dijo Anna-san. “Girls’walk. Es night walking, sí. ¿Está Haruhirokawa en un viaje de autodescubrimiento?”

“Jaja,” se rió Haruhiro torpemente. “No es así. No estoy en un viaje. De ninguna manera. ¿Qué se supone que es eso? ¿Qué quieres decir con autodescubrimiento…?”

“¡Aughhhhhh!” Anna-san comenzó a rascar su cabello, con una expresión horrible en su rostro. “¡Asquerozgo!”

“No dije aquerozgo,” dijo Haruhiro, confundido. “Espera, ¿qué se supone que ‘asquerozgo’…”

“¿Why? ¡¿Por qué le preguntas a Anna-san, sí?! ¡Fuiste tú el que lo dijo, tiña!”

“No, dije que soy asqueroso…”

“¡Asqueroso!” Anna-san apuntó con su dedo a Haruhiro, riendo tan fuerte que salían lágrimas. “¡Asqueroso! ¡Esa palabra te queda como guante, sí! ¡Asqueroso!”

“…Podrías tener razón.” Él no tenía la fuerza de voluntad para refutarla, o, mejor dicho, no podía refutarla.

Sí, soy lamentable, lo sé. Soy simple, aburrido, indeciso y asqueroso. Sí, sí, tienes razón. Soy exactamente eso.

“Bueno, de todos modos, es de noche, así que ten cuidado,” dijo. “Te veo mañana.”

Haruhiro se giró y se fue por el otro lado. Era lo contrario de la dirección que necesitaba ir para regresar a la tienda de campaña, pero podía tomar el camino más largo.

Tan pronto como comenzó a caminar, una de ellas inmediatamente lo llamó.

“¡H-Hey!”

“…¿Sí?” Preguntó Haruhiro.

Cuando miró hacia atrás, Anna-san estaba inquieta e incómoda. “Uh… you know… um… J-Justo ahora, too much… ¿Fui demasiado lejos, tal vez? ¿Sí? ¿Sí…?”

“¿Eh? ¿A qué te refieres?” Preguntó, confundido.

“…Uh… ¿A-A-Asqueroso?”

“Ohh.” Finalmente entendió. Anna-san aparentemente estaba tratando de disculparse. Haruhiro sonrió con ironía.

No es gran cosa, realmente. No me molestó mucho.

“Está bien,” dijo. “Honestamente, creo que es justo llamarme así. Soy consiente de eso.”

“¡No! N-No eres asqueroso, ¿sí? Anna-san levantó el dedo índice de su mano derecha y lo sacudió de un lado a otro. “No eres tan asqueroso.”

No soy tan asqueroso, ¿eh? Pensó, pero podría haber sido solo como ella hablaba. No parecía querer decir nada malo al respecto. Sintió que podía entenderlo, solo un poco, por qué Anna-san era atesorada como la mascota de los Tokkis. Tenía una boca sucia, y también era ruidosa, pero era difícil odiarla.

“Gracias,” dijo. “Bueno, de todos modos, tengo que volver y dormir. Buenas noches, Anna-san y Mimori-san.”

Cuando se inclinó y se giró para irse, fue detenido nuevamente.

“Espera.”

“…¿Sí?” Preguntó Haruhiro, dándose la vuelta de nuevo.

Esta vez, no fue Anna-san. Fue Mimori. Y caminaba hacia Haruhiro a un ritmo constante.

“¿Eh? ¿Qué? ¿Qué…?” Buscó a tientas.

¿Qué? ¿Estoy a punto de ser asesinado? Mimori es tan inexpresiva como siempre. Pero su intensidad es increíble. Quiero decir, ella es enorme.

Mimori se detuvo de repente frente a la cara de Haruhiro. Lo estaba mirando. Ella tenía unos buenos diez centímetros de altura sobre él.

“Mimorin,” dijo Mimori.

“¿Eh?” Dijo Haruhiro, parpadeando mientras estaba asustado. “…¿Mi? ¿Mimo… Mimo… rin…?”

“Dios mío…” Anna-san se cubrió la boca con las manos.

“Sí.” Asintió Mimori. “Mimorin.”

“…¿Eh? ¿Qué es eso…?”

“Mi nombre.”

“…¿Mimori-san?” Dijo.

“Llámame Mimorin. A partir de ahora, así es como quiero que me llames. Mimorin.”

“…¿Mimorin?”

“Así está bien.”

“…S-Seguro,” tartamudeó Haruhiro. “Puedo hacer eso. Mimorin.”

“Eso está bien.” Minorin entrecerró los ojos, levantando ambas comisuras de su boca. Era una sonrisa. Una de satisfacción.

Minorin dio media vuelta y se fue. Anna-san persiguió a Minorin, haciendo mucho ruido sobre algo.

“¡Mimorin! ¡¿What the hell?! ¡¿Are you crazy?!”

—O algo así.

No lo entiendo, Haruhiro no tenía idea de qué hacer con eso. Bueno, lo que sea. ¿Está bien? Ni siquiera estoy seguro, pero debería volver y dormir.

Por el bien del mañana.