Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 5: Escúchame y Trata de no Reír

Capitulo 3: Camino Hacia Lo Desconocido

El agujero tenía unos tres metros de diámetro, por lo que decidieron avanzar de dos en dos.

Los Tokkis serían liderados por Tokimune, el paladín, seguido por Kikkawa, el guerrero, luego Anna-san, la sacerdotisa que había sido maga, luego Tada, otro sacerdote que anteriormente había sido guerrero, y luego Mimori, la Giganta, la maga que una vez había sido una guerrera, y, por último, Inui, que llevaba puesto un parche y que había cambiado de ser ladrón a cazador.

Para el grupo de Haruhiro, Haruhiro tomaría la delantera, seguido de Kuzaku, el tanque, Ranta, Shihoru, Mary y Yume en ese orden.

Haruhiro, Tokimune, Shihoru, Inui y Yume llevarían linternas en la parte delantera, media y trasera del grupo, manteniendo el nivel mínimo de luz necesario.

Una vez que se determinó su orden de marcha, Tokimune se dirigió hacia el agujero. “Bueno, sigamos adelante.”

“E-E-Espera, Tokimune-san, eso no es…” Haruhiro corrió tras él. Parecía que el hombre realmente no tenía intención de contenerse.

El agujero era recto. Por ahora, solo era un agujero. No sintieron nada viviendo. No parecía haber nada ahí.

Continuaron por unos quince o veinte metros así. Entonces, encontraron una pared.

“Oh.” Tokimune pateó la pared frente a ellos ligeramente, como si la empujara con su pie. “Parece que el camino se divide aquí, eh.”

“Tienes razón.” Haruhiro movió la linterna a la izquierda, luego a la derecha. “Derecha o izquierda, eh.”

“¿Cuál prefieres, Haruhiro?” Preguntó Tokimune.

“¿Cuál prefiero?”

“¿Derecha o izquierda?”

“¿Eh? ¿Nos vamos a separar?” Preguntó Haruhiro.

“¿Eh? ¿Por qué no? ¿Después de que tuvimos la suerte de encontrar una tijera en el camino?”

“Ehh…” dijo Haruhiro.

No entiendo. Haruhiro no estaba cansado en absoluto, pero se frotó los ojos. El proceso de los pensamiento de este tipo, o el modo de pensar, o lo que sea, no lo entiendo. No puedo seguirle el ritmo. Si tenemos lo dos grupos trabajando juntos, ¿no sería mejor no dividirse? Si todos nos mantenemos unidos, tiene que ser más seguro de esa manera.

“¡Tenemos que ir a la izquierda!” Gritó Ranta. “¡A la izquierda es lo que mejor se adapta a mí! ¡Estoy seguro de ello!”

Tampoco lo entiendo al él. Haruhiro no tenía idea de por qué la izquierda sería mejor para Ranta. No es que le importara.

“Entiendo.” Tokimune le dio un pulgar hacia arriba. “Entonces nosotros iremos a la derecha.”

Las palabras apenas habían salido de la boca de Tokimune y los Tokkis se dirigieron por el camino de la derecha. Uno de ellos incluso tarareaba una pequeña canción.

Probablemente sea Tada, el que lleva gafas, pensó Haruhiro. Sí, parece cuerdo, pero también es un bicho raro. Su historia como guerrero convertido en sacerdote ya era un poco rara…

“¡Vamos también!” Bramó Ranta.

Ranta estaba de buen humor. O, para ser precisos, solo Ranta estaba de buen humor.

Haruhiro suspiró. Apuesto a que estableceré un nuevo récord de cantidad de suspiros hoy. No, no es que los haya contado alguna vez, pensó.

“Vamos a avanzar con cautela,” dijo a su grupo.

“Estoy a favor de eso,” dijo Kuzaku.

“¡Yo estoy en contra! ¡En contra! ¡En contra, lo oyes!” Ranta gritó.

Ranta, cállate, pensó Haruhiro.

“Está bien tomarlo lindo y lento,” dijo Yume. “¿Estás de acuerdo, Shihoru? ¿Mary-chan?”

“…Sí,” dijo Shihoru.

“Yo diría que esta bien,” Mary estuvo de acuerdo.

“La mayoría está a favor, entonces,” dijo Haruhiro, suspirando para recuperar la mentalidad correcta. “Ranta, cállate un momento.”

“De ninguna manera,” espetó Ranta. “Preferiría morir antes que estar callado, escoria.”

“Sí, lo que sea…” murmuró Haruhiro.

Sin prestarle más atención, Haruhiro usó Sneaking para avanzar por el camino de la izquierda. Las linternas eran su única fuente de luz. Cuando era tan oscuro, confiaba más en sus oídos que en sus ojos. Parecía que Ranta al menos lo entendía un poco, por lo que no abrió la boca.

Tiene tres metros de diámetro, el mismo que antes, pensó Haruhiro. Dos metros de alto también. Es casi igual. No diría que el terreno es liso; está lleno de baches, pero no lo suficiente como para dificultar la marcha. Las paredes son así también.

Este no es un agujero naturalmente formado. Está claro que algo lo hizo. Eso significa que debe haber algo aquí.

El camino se curva suavemente hacia la derecha ahora…

“¡Buuu!” Ranta, el idiota, gritó de repente.

“¡Kya!”

“¡¿Mrrau?!”

“¡Kya!”

Todas las chicas gritaron, haciendo que Ranta se riera como un idiota.

“Bwohyehhyehhyeh. ¡No sean un grupo de gallinas!”

“¡C-Cielos!” Grito Yume. “¡Eso fue realmente sorpresivo! ¡Estúpido! ¡Estúpido Ranta!”

“Si tan solo muriera.” Murmuró Shihoru en un tono aterrador.

“Oh, Luz, que la protección divina de Lumiaris sea contigo…” Mary hizo el signo del hexagrama. “Pon una maldición sobre Ranta.”

“¡Como si eso fuera a funcionar! ¡Estoy totalmente bien!” Ranta declaró, con una risa cacareada.

“Tengo que respetarlo, en cierto modo,” dijo Kuzaku, sonriendo solo un poco.

“Espera, espera…” dijo Haruhiro, suspirando. “Ranta, convoca a Zodiac. Eres inútil, no, peor que inútil en este asunto, pero Zodiac al menos nos dirá si viene algo… si quiere, eso es.”

“¿Qué pasa con esa actitud condescendiente?” Exigió Ranta. “Pídeme que lo haga así: ‘Por favor, llama a Zodiac, Ranta-sama, te lo ruego.’ Inclina tu cabeza y dilo así.”

“Si Zodiac estuviera aquí, no te necesitaríamos,” dijo Yume. “No es de extrañar que no quieras convocarlo. Ya que hace que tu existencia carezca de sentido, y todo.”

“Ah, sí,” Ranta espetó. “Bien. Si van a ser tan insistentes, ¿por qué no lo convoco? Sin embargo, déjenme decirles. Zodiac no es más que una parte de mí, y solo hará lo que yo diga. Si quieren que Zodiac haga algún trabajo, será mejor que hagan lo que les digo. ¿Lo entienden, perdedores? O Oscuridad, O Lord de los vicios… ¡Demon Call!”

Delante de Ranta, apareció algo así como una nube negruzca y púrpura. Las nubes se convirtieron en un vórtice, adquiriendo una forma familiar. Tenía una forma como la de una persona con una sábana púrpura sobre su cabeza, con dos agujeros para los ojos. Debajo de ellos, había una boca similar a una herida. En su mano derecha había algo parecido a un cuchillo de trinchar, mientras que en su mano izquierda sostenía un objeto parecido a un palo.

El familiar demoníaco de Ranta, el caballero oscuro, Zodiac, había sido mucho más lindo en su encarnación anterior. Incluso si no era Anna-san, habría sido como una mascota.

Zodiac cambiaba cuando Ranta acumulaba suficientes vicios. Ahora, la forma del demonio era más humana, y tenía piernas que eran extrañamente detalladas, completas con muslos, rodillas, pantorrillas, tobillos y pies, a pesar de estar flotando todo el tiempo. Honestamente, era adorablemente asqueroso, o tal vez simplemente asqueroso.

“…Keje… Kejejeje… No me llames, Ranta, maldito… Sufre por mil años y luego muere…”

“¡¿Qué, eso es lo que obtengo de inmediato?!” Ranta gritó.

Aunque Zodiac lucía raro, siempre era rápido para insultar y humillar a Ranta, algo que Haruhiro y los demás disfrutaban ver.

“¡Contamos contigo, Zodiac-kun!” Gritó Haruhiro.

Zodiac asintió con la cabeza sin responder. El demonio había hecho una política de no hablar con nadie más que con su caballero oscuro, al parecer.

“Wajajajaja,” Ranta se rió de eso. “Te ignoraron. ¡Toma eso!”

“…Ejeje… Eje… Haruhiro…” El demonio se rió.

“¿Eh?” Haruhiro dijo. Era la primera vez que el demonio lo llamaba por su nombre, por lo que se sorprendió. Cuando miró hacia atrás, Zodiac se giró para enfrentar a Haruhiro.

“…Vive… Keje… Kejejejejeje… Ranta puede morir… Kejejejeje…”

“¡Gauuun!” Ranta hizo un extraño efecto de sonido. Ese debe haberlo sorprendido bastante.

“¡Zodiac-kun, eres un buen chico!” Yume corrió y frotó la espalda de Zodiac.

“…Keje… Kejejejeje… Keje… Kejejeje…” Zodiac estaba tratando de apartar su rostro de Yume, pero parecía feliz.

“…¡M-M-Maldición…!” Ranta se había caído al suelo y estaba rechinando los dientes. “¡Se supone que Zodiac me pertenece, y solo a mí! ¡Ya no eres el Zodiac que conozco!

“…Ejeje… Ranta…”

“¿Qué, Zodiac…? ¡Es un poco tarde! ¡No quiero oírte suplicar mi perdón!”

“…Mira… Kejeje… Me quieren… Kejejeje… A diferencia de ti…”

“¡¿Guaughhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…?!” Ranta gimió.

Buena esa, Zodiac-kun, pensó Haruhiro. Zodiac podría ser el único capaz de lanzar ataques con precisión contra la psique de Ranta.

Gracias a Zodiac, Haruhiro se sentía un poco mejor ahora. A pesar de todo el abuso, el demonio hacía todo lo posible para proteger a Ranta aveces. Parecía que la exactitud de las advertencias que le susurraba a Ranta cuando percibía un peligro inminente aumentaba con los vicios acumulados. Aún así, era una criatura caprichosa, por lo que si no confiaban demasiado en él, podría ser una gran ayuda.

El camino sigue curvado hacia la derecha, pensó Haruhiro mientras avanzaban. No hay inclinación. La altura y el ancho no han cambiado. No siento a nadie más aquí.

—No.

Más adelante, puedo ver algo.

Haruhiro tragó saliva.

“¿Luz?” Haruhiro dijo en voz alta.

“¿Crees que algo está ahí?” Kuzaku puso su mano en la empuñadura de su espada.

“…¿Nos reparamos para la batalla?” Preguntó Yume en un susurro.

Uff, escuchó a Mary exhalar. Probablemente solo había comprobado el brillante hexagrama en su muñeca izquierda. Protection no había desaparecido todavía.

“¿Ellos aquí? Están aquí, ¿están aquí?” Ranta se humedeció los labios. “Finalmente, ¿finalmente aquí? ¿Cómo es el enemigo?”

“…Kejejeje… Estos enemigos… Ranta… Te van a matar… Kejejejeje…”

“Escucha, Zodiac, si muero, tú también desapareces, ¿entiendes?” Gruñó Ranta.

“Pero… no es eso…” Shihoru parecía haberse dado cuenta.

Está bien.

Haruhiro gritó. “¡Tokimune-san!”

“Hey,” fue una respuesta inmediata.

La luz provenía de sus linternas.

Cuando avanzaron, los Tokkis estaban todos ahí esperándolos. Para resumir lo que había sucedido, cuando entraron por el primer agujero, se había dividido a izquierda y derecha. Esos dos caminos formaban un círculo y se encontraban aquí.

Sin embargo, era demasiado pronto para estar decepcionado. Había mas por venir.

“Izquierda o derecha, todo era lo mismo, eh,” dijo Tada, con sus gafas brillando. Bueno, en realidad, simplemente parecían destellar debido a la forma en que la luz de la linterna se reflejaba en ellas.

“Así se ve, sí,” dijo Anna-san con orgullo, sosteniendo un cuaderno abierto.

Había algo garabateado dentro. Parecía un círculo deformado, pero con líneas cortas y torcidas que subían y bajaban de él.

“Eh…” Haruhiro miró vacilante a Anna-san a los ojos. “¿Qué es eso?”

“¡Un mapa, sí!” Gritó Anna-san. “¡¿A qué más se parece?! ¡Espera, ¿tu gente no dibuja mapas?! ¡Inútiles!”

“Vinimos aquí, y…” Kikkawa primero señaló la línea torcida que descendía, y luego señaló la línea que subía donde se unía el círculo deformado. “…¡Aquí es donde estamos ahora! ¡Bien, Anna-san! ¡Es un mapa perfecto!”

“¿Qué tiene de perfecto?” Se quejó Ranta, luciendo decepcionado.

Esta vez, Haruhiro tuvo que estar de acuerdo con Ranta, pero, obviamente, guardó silencio.

“El tonto Ranta es tonto, así que no puede leer mapas, sí,” se burló Anna-san. “Tonto, tonto.”

“El ojo del corazón…” dijo Inui con una leve sonrisa mientras se ajustaba su parche. “Tienes que leer los mapas de Anna-san con el ojo del corazón… Heh…”

—No, eso no tiene sentido, pensó Haruhiro. Y, espera, ¿la llamas Anna-san con un -san también?

Tengo una montaña de cosas que quiero decir. Pero no lo haré. Solo me someteré a más tonterías si lo hago. Solo tengo que acostumbrarme, pensó Haruhiro. ¿Esto es algo a lo que te puedes acostumbrar…?

“Por ahora, vámonos, ¿de acuerdo?” Tokimune les dio un pulgar hacia arriba con un ojo cerrado.

“Oh, claro, suena bien…” dijo Haruhiro.

Mejor nos damos prisa, o nos quedaremos atrás, pensó. No estoy tan seguro de si me importaría quedarme atrás en este punto, pero, no, no, no, ya empezamos a explorar. Además, no hemos encontrado nada interesante todavía.

Continuaron avanzando en dos columnas, como antes, Haruhiro notó que el camino se inclinaba. Había una suave pendiente descendente.

“Estamos descendiendo, ¿verdad?” Preguntó Haruhiro.

“Seguro que sí.” Tokimune parecía estar divirtiéndose. “Tengo una buena sensación. Como que debería haber algo pronto”

Aquí está la esperanza, pensó Haruhiro. Mientras no sea peligroso.

La inclinación se hizo más pronunciada, luego el camino dio un giro difícil hacia la izquierda. Desde ahí, se inclinó suavemente hacia la izquierda. Todavía era una pendiente hacia abajo.

“Anna-san,” dijo Tada de repente, que usaba gafas. “¿Crees que puedes sostener tu vejiga?”

“¡E-E-E-E-Esta bien! ¡Ya no voy a mojarme más, ¿sí?!”

“…Así que lo ha hecho antes,” susurró Kuzaku.

“¡L-L-Li’l bit! ¡Solo un poco, si! ¡Sola una vez, ¿sí?!”

“¡Gejejeje!” Ranta se rió vulgarmente. “¡Te mojas! ¡¿Qué eres, una niña pequeña?!”

“Rizado-kun,” Tokimune se rió y, sin darse la vuelta, y dijo: “¿No te dije que no le hicieras daño a nuestra Anna-san?”

“¡L-Lo siento! ¡Seré cuidadoso! ¡No volverá a suceder!” Ranta dijo de inmediato.

“…Keje… En realidad… seras cortado en tiras… Ranta… Kejejejejeje…”

“Sabes, tal vez,” rió Yume.” Valdría la pena dejar a Ranta con los Tokkis por un rato. Entonces se callaría un poco, ¿no creen?”

“¿Por qué conformarse con ‘un rato’? Déjalos tenerlo para siempre,” dijo Shihoru con una sonrisa.

“Sí.” Mary aceptó fríamente.

“Aw, hombre.” Kikkawa chasqueó los dedos por alguna razón. “No sé sobre eso. Realmente no lo queremos, ¿saben? Quiero decir, ¿sabes cómo es Ranta? Creo que es un tipo divertido, pero… ¿qué puedo decir? ¿Es el tipo de hombre que es mejor cuando solo lo ves de vez en cuando?”

“No lo queremos.” Mimori, la Giganta, derrotó sin rodeos la idea.

“¡Callate! ¡Yo tampoco quiero ser parte de tu estúpido grupo! ” Gritó Ranta.

“…Eje… Ejeje… No dejes que te deprima… Ejejeje… Ranta…”

“Z-Zodiac, amigo… ¿estás tratando de consolarme?”

“…Recuerda… Keje… Todo el mundo te odia… Esto no debería ser suficiente para desanimarte…”

“¡¿Por eso?!” Gritó Ranta.

Ugh, es tan molesto, pensó Haruhiro. Aún no bajaba la guardia… por lo que se refería a él mismo. No podía evitar preocuparse si estaba haciendo lo suficiente, pero era difícil mantener el enfoque. No me culpen si todo esto va mal, ¿está bien?

Eventualmente, llegaron a otra división en el camino.

Recto y a la derecha, señaló Haruhiro. Creo que nos vamos a dividir de nuevo…

Pero Tokimune dijo algo más. “Primero, intentaremos ir a la derecha. Todos juntos.”

“…¿Eh?” Haruhiro dijo, sorprendido. “Por supuesto. ¿Eso es lo que quieres hacer?”

“Sí,” dijo el hombre. “Siento que es la elección correcta. “

“Eh… ¿Alguna base para eso?” Preguntó Haruhiro.

“¿Base? Hmm.” Tokimune le mostró sus dientes blancos a Haruhiro. “¿Una corazonada, supongo?”

¿En serio? Haruhiro pensó. ¿Qué hay con eso? Es bastante aleatorio. Ahh, quiero quejarme.

Pero los Tokkis parecían creer en el juicio de Tokimune, e inmediatamente se preguntó: ¿Eso significa que las corazonadas de Tokimune a menudo están en lo correcto? Si era así, Haruhiro consideró tal vez confiar en él también.

Cuando fueron directo, salieron a una habitación oblonga. Tal vez no era tanto una habitación, era como una sección del túnel que era más ancha, por lo que se parecía un poco a una habitación. No, había más que eso.

“Aquí está, Haruhiro.” Tokimune alegremente le dio palmadas a Haruhiro en la espalda. “Esto es de lo que hablo. Tienen que ser cosas como esta.”

“¿Q-Qué son esas cosas?” Tartamudeó Haruhiro.

La pared, y el suelo cerca de la pared, no son rocas, son cosas misteriosas. Están… aferrándose a eso… ¿tal vez? Hay muchas de ellas. Suficientes que no tengo ganas de contar. ¿Tienen unos 30 centímetros de grande? ¿O más grandes? Podrían ser 50 centímetros, tal vez más. Son redondos, y brillan un poco. Azul, verde, amarillo; brillan débilmente en una variedad de colores. Casi como si fueran pulsantes.

“Sabes…” la voz de Ranta era inusualmente baja. “…Es como… Están vivos, ¿no? De algun modo…”

“¿Alguna vez has visto esto antes?” Haruhiro consultó con Tokimune, solo para estar seguro.

“Nunca,” dijo Tokimune claramente. “Ni una sola vez. Nada como esto. Es una experiencia nueva. Realmente nueva.”

“…Ranta…” siseó el demonio.

“¿Oh? ¿Qué es, Zodiac?” Preguntó Ranta. “¿Qué pasa?”

“…Era solo… ver si respondías… Kejejeje…”

“¡¿Para qué?!” Ranta gritó.

¿Zodiac realmente solo estaba viendo si podía obtener una respuesta? Zodiac era caprichoso. Incluso cuando el demonio estaba tratando de decirles algo, rara vez lo hacía de una manera directa. No estaría de más ser precavido.

Esas cosas también estaban en la pared cerca de la entrada de la habitación. Haruhiro se preparó para sacar su daga, mirándolas de cerca.

Hay una tenue luz verdosa cada vez más fuerte y luego atenuándose nuevamente, pensó Haruhiro. Es como si realmente estuvieran vivos. Son como huevos. Sin embargo, los huevos no brillan. Pero si tuvieras que encender una luz a través de un huevo con un caparazón muy, muy delgado, podría verse así.

Hay algo así como una sombra en la luz verdosa, agregó en silencio. La sombra parece moverse.

“¿Qué… hacemos?” Preguntó Haruhiro.

Era en parte porque quería dejar que sus superiores se vieran bien, pero Haruhiro le preguntaba a Tokimune qué hacer por todo. Podría ser mejor mostrar algo de independencia.

“¿Quieres intentar romperlos?” Sugirió Tokimune ligeramente.

“¿Eh?” Preguntó Haruhiro.

“Para ver lo que hay adentro,” dijo el hombre. “¿Quieres verificar, verdad?”

Tokimune sacó su espada e inmediatamente la apuñaló en una de las cosas brillantes cercanas. Aparentemente no eran tan duras.

Hubo un sonido húmedo y sofocante. Los contenidos espesos y húmedos fluyeron. Tokimune cortó la cáscara, revolviendo el interior con su espada.

“¡Oh!” Gritó.

Parecía que había descubierto algo. Tokimune giró su muñeca y pescó lo que sea que fuera. Cayó al suelo a través del agujero que había abierto. Con un ruido sordo, aterrizó en el suelo.

Todos estaban conteniendo la respiración.

Tokimune se agachó, iluminándolo con su linterna.

Todavía se movía, aunque solo ligeramente. Se parecía a un feto mamífero, quizás de 15 centímetros de largo.

Dejó de moverse.

Está muerto… tal vez, pensó Haruhiro.

“Me pregunto qué es.” Tokimune miró su espada, ahora completamente cubierta de mucosidad. “Es una criatura de algún tipo, eso está claro. ¿Creen que son huevos, después de todo? Como, ¿esto es una especie de engendro?”

“Hay muchos aquí, estos huevos,” dijo Tada con un bufido. “Si todos salen del cascarón, nos espera un poco de diversión.”

“Huevos, de acuerdo…” Anna-san estaba dibujando en el cuaderno que aparentemente era su libro de mapas con una expresión seria en su rostro.

Mimori,la Giganta, se agachó junto a Tokimune. Ella estaba mirando los restos de la criatura parecida a un feto.

“¿Quieres uno como mascota?” Preguntó Tokimune.

“No tanto.” Mimori negó con la cabeza. “¿Son sabrosos?”

“Heh…” El ojo no cubierto por el parche de Inui de repente se abrió. “¡Como podríamos saberlo!”

Este tipo de repente le gritó, pensó Haruhiro, sorprendido. ¿Fue realmente algo por lo que enfadarse? No entiendo a este hombre en absoluto. Es aterrador.

No, pero las criaturas parecidas a fetos y sus huevos son mucho más aterradoras.

“¿Quieres aplastarlos a todos?” Preguntó Kikkawa, tan fácilmente como podría sugerir tomarse un breve descanso.

“Hay demasiados.” Ranta miró alrededor de la habitación. “¿Cuántos crees que hay? Estaríamos en eso todo el día”

“…Kejeje… Ranta… En realidad pareces razonable… Vas a morir pronto… Kejejeje…”

“¡No me maltrates así!” Gritó Ranta.

“Ranta tiene razón en esto.” Tokimune se levantó y se encogió de hombros. “Es demasiado problema destruirlos a todos. Quiero decir, ¿parece que no eclosionarán por un tiempo de todos modos? Probablemente no sean una amenaza. No estos. Aún no.”