Tate no Yuusha no Nariagari (NL)
Volumen 19
Prólogo: Un Intercambio de Información de Otro Mundo
“Esa fue una ola bastante fácil.”
“En efecto. Solo espero que podamos seguir ganando de esta forma,” respondió Glass. Habíamos estado enfrentando una ola en el mundo de Kizuna y acabábamos de darle el golpe final al jefe.
“Niño Naofumi, tú y tus amigos son muy fuertes. Mucho más fuertes que cuando regresaste aquí,” comentó L’Arc.
“Ustedes también son mucho más fuertes,” respondí. “Supongo que ayudó estar luchando con mi arma original.”
Esa fue la razón por la que derrotamos tan fácilmente esta ola―habíamos tenido la suerte de ser conectados con el mundo por el cual mis aliados y yo éramos responsables. Como resultado, mi arma había sido transformada de un espejo a mi escudo, con el cual yo era mucho más hábil.
Tan pronto como la ola comenzó, nuestros niveles además habían subido mucho. Nuestros niveles aquí en el mundo de Kizuna fueron agregados a los niveles que originalmente teníamos en casa. Como un bono adicional, habíamos tenido acceso a toda la magia que no podíamos usar aquí. Eso nos había permitido simplemente sortear la ola y resolver el problema de inmediato, antes de que cualquier daño fuera causado.
“Creo que el Héroe del Arco fue el que mejor se desempeñó durante esta batalla,” comentó Raphtalia.
“Rafu,” agregó Raph-chan, ambas alabando a Itsuki. “¡Bien hecho, Itsuki!” dijo Rishia.
“Gracias,” dijo él.
“Él también tiene mi voto. La situación definitivamente favoreció más a Itsuki,” dije. Habíamos sido capaces de volver a usar nuestras armas sagradas selladas, y desde la perspectiva de los niveles y muchos otros factores, Itsuki definitivamente tenía el mayor poder de ataque dentro de nuestro grupo.
Mi fortaleza era la defensa, lo cual significaba que yo no brillaría cuando estuviéramos en el ataque. Como resultado, no había absolutamente nada extraño en que Itsuki tuviera el más alto poder de ataque dentro de nuestro actual grupo.
“Supongo que tuvimos suerte de haber colisionado con su mundo,” dijo L’Arc.
“Fue una victoria fácil, pero es difícil decir que hay algo bueno en las olas,” respondí.
“Naofumi, creo que no deberíamos quedarnos aquí charlando…” dijo Itsuki.
“Lo sé,” respondí, asintiendo y mirando alrededor. Necesitábamos ir a nuestro mundo, ver cómo estaban las cosas, y ayudar con la batalla ahí. Sin embargo, Itsuki y yo habíamos cruzado usando medios bastante únicos, y por lo tanto regresar también iba a ser una molestia.
De verdad quería evitar tantos problemas como fuese posible.
En el mundo al cual había sido invocado originalmente, una de dos personas probablemente estaría liderando la batalla contra la ola: Ren Amaki, el Héroe de la Espada, o Motoyasu Kitamura―un caso perdido―el Héroe de la Lanza. Al observar dentro de la grieta causada por la ola, pude ver una imagen del otro lado―a pesar de que distorsionada, como a través de alguna clase de lente.
“Será una molestia si cierran la grieta desde el otro lado,” dije. “Necesitamos que algunas personas… Creo que Raphtalia y Rishia serían las más adecuadas para ir y explicar lo que está pasando Si ustedes dos cruzan, deberían ser capaces de explicar que las cosas están yendo muy bien para nosotros por aquí.”
“Sí, es una buena idea. Definitivamente vale la pena hacerles saber que todos nosotros estamos a salvo,” estuvo de acuerdo Raphtalia.
“¿Qué hay de mí?” preguntó Filo.
“Tú eres pésima explicando las cosas,” dije rápidamente.
“¡Oiga!” respondió ella. La Dragona Demonio soltó un resoplido al escuchar este intercambio. Sabía que ella no se llevaba bien con Filo, pero desearía que dejara esa hostilidad abierta.
“¿Por qué hiciste ese sonido? ¿Tienes algún problema conmigo?” respondió Filo, mirando hacia la Dragona Demonio.
“Si van a pelear, háganlo en otro lugar. No tenemos tiempo para esto,” les dije.
“¡Esta cabeza de escama empezó! ¡Buu!” respondió Filo, inflando sus mejillas en rebeldía.
“Si van a cruzar al otro mundo, lleven esto con ustedes. Es un mensaje para el Dragón Emperador de ese lado―el que trató de borrarme. Le hará saber la situación de inmediato.” La Dragona Demonio procedió a escupir lo que se veía como un pedazo de cristal―un fragmento de Dragón Emperador―y se lo entregó a Raphtalia. Se veía como un trabajo bastante desagradable, y Raphtalia tenía una mirada realmente insegura en su rostro mientras lo aceptaba.
“Muy bien, volveremos enseguida,” dijo Raphtalia.
“Contamos contigo, Rishia,” agregó Itsuki.
“¡Sí, entiendo! ¡Te veré pronto, Itsuki!” respondió Rishia. Después las dos saltaron dentro de la grieta de la ola.
“Es una lástima que no tengamos más tiempo,” comenté. Me sentí como un superhéroe genial, teniendo mi fuerza de regreso, incluso solo por un periodo limitado de tiempo. De hecho, era una verdadera molestia no ser capaz de mantener este nivel de fuerza todo el tiempo. Si eso fuera posible, no tendríamos problemas encargándonos de la escoria llamada la Vanguardia de las Olas, Perra, y todas las otras molestias infestando este mundo.
Esperamos. Y después de unos cinco minutos, Raphtalia regresó a través de la grieta de la ola. Había alguien más pasando junto a ella, a pesar de que no estaba seguro de por qué.
“Entonces así se siente cruzar hacia otro mundo,” dijo la persona recién llegada.
“En efecto. Es una experiencia increíble, pero no tenemos tanto tiempo, así que por favor hazlo rápido,” dijo Raphtalia.
“Muy bien,” dijo esta persona en respuesta. “Hola, Eclair,” le dije.
“Ah, Iwatani-sama,” respondió Eclair. “Raphtalia me contó lo que han enfrentado. Las cosas nunca son fáciles para ustedes, ¿no?”
“Tienes razón. ¿Cómo están las cosas por allá?” pregunté.
“Estoy aquí para hablar de eso,” respondió ella. “Sé que no tenemos mucho tiempo, así que Rishia está discutiendo las cosas en nuestro mundo.”
“Bien,” dije. Tenía sentido dejar a una persona atrás mientras la otra traía a alguien para darnos un reporte. Podíamos discutir la información más tarde, una vez que no hubiera un límite de tiempo. Esta se sentía como una sugerencia de Basura.
Yomogi y Tsugumi miraron hacia Eclair e hicieron algunos sonidos para mostrar que estaban interesadas.
“Tres aves hermanas, volando una al lado de la otra. Si alguna vez tenemos más tiempo, me gustaría que practiquen juntas,” dije. Ellas tenían temperamentos similares y probablemente se llevarían bien.
“¿Qué significa eso? No… no tenemos tiempo para luchar aquí,” dijo Eclair, con sus cejas fruncidas, pero se mantuvo bajo control. No estaba seguro de lo que le sucedía… pero tampoco me importaba.
“¿Qué crees que quiso decir?” preguntó Tsugumi.
“Bueno, hay algo en ella…” reflexionó Yomogi. “Tal vez si tenemos la oportunidad, podría ser divertido.” Definitivamente parecía que ellas estaban sintiendo algo.
“Eclair, ¿por qué viniste?” pregunté.
“El rey me escogió para explicar las cosas,” respondió ella. Tal como había esperado. Ya que regresó a su antigua gloria, él no perdía ni un solo segundo―era el epítome de la eficiencia. Él realmente era el Gran Rey de la Sabiduría, todos lo entendían y siempre conseguía resultados incluso aunque parecía que se estaba saltando todo tipo de pasos.
“¿Dónde está ahora Basura?” indagué.
“Él ha recibido los textos descifrados de Rishia y los está examinando―mientras además contiene al Héroe de la Lanza y al dragón de Wyndia al mismo tiempo,” explicó Eclair. Al escuchar eso, Filo casi huyó. No era de sorprender que Motoyasu estuviera enloqueciendo ahora que Filo estaba a su alcance y dispuesto a atravesar cualquier barrera para llegar a ella. Había tomado la decisión correcta dejando la aldea en manos de Ren.
“¿Estás segura de que fue lo correcto dejar el asunto así y regresar?” preguntó Raphtalia. “El rey dijo que solo dejaríamos esperando a Iwatani-sama si tratábamos de lidiar con ese alboroto. No tuvimos opción,” dijo Eclair. Parecía que las cosas habían sido muy alocadas. “El Héroe de la Lanza se ve como si pusiera atención, pero después retuerce lo que escucha…”
“Tal vez podríamos usar a Filo como una carnada para controlarlo,” reflexioné.
“Eso podría funcionar en algunas ocasiones, pero ahora mismo él está completamente descontrolado. No hay forma de explicarle las cosas, y mucho menos convencerlo,” respondió Eclair. Así que Basura no iba a ser capaz de lograrlo. “Afortunadamente para nosotros, él puede no llevarse bien con la Reina Melty, pero al menos la escucha… Es solo que le está tomando un tiempo llegar.”
Si Basura había partido a luchar contra la ola en casa, fácilmente podía imaginar que Melty lo seguiría para proporcionar algo de apoyo desde la retaguardia. Incluso habiendo despertado de nuevo como el Gran Rey de la Sabiduría, Basura todavía estaría luchando en las líneas frontales. Basado en su código de conducta, ese era el lugar más eficiente en el que podía estar.
“Disculpen… pero ¿de qué están hablando?” preguntó Kizuna, ladeando su cabeza de la confusión.
“Nada de lo que debas preocuparte. Solo algunos problemas con un idiota en nuestro lado,” le dije.
“Si tú lo dices…” respondió ella.
“¿Y Gaelion también está molesto por algo?” le pregunté a Eclair.
“Sí. En el momento en que recibió ese fragmento de Dragón Emperador o lo que sea que Raphtalia le entregó, él enloqueció. De acuerdo a Wyndia, está desesperado por venir a este mundo, sin importar lo que deba hacer, y no escuchará razones. Agreguen al Héroe de la Lanza a la mezcla, y obtendrán un gran alboroto,” explicó Eclair.
“Hah… eso le enseñará una lección.” La Dragona Demonio dejó salir una sonrisa maliciosa, como si le hubiera dado su merecido a Gaelion. ¡Debí haber sabido que no era una buena idea dejarla enviar algo! ¡Solo porque él casi la borra de la existencia no era excusa para causar este tipo de problemas en venganza! “Le hice saber todo lo que está sucediendo a tu Dragón Emperador,” explicó la Dragona Demonio, mirándome intensamente mientras se defendía. “Él claramente carece de autocontrol. Vaya que perder la cabeza por algo tan menor. Él difícilmente suena como un emperador para mí.” Ella se detuvo por un momento. “No obstante, ¿simplemente podría ser un indicativo de lo involucrado que está?”
“Es mejor que estés lista para pagar por esto,” le advertí.
“¡Estoy más que lista para pagar lo que sea necesario! Héroe del Escudo, como castigo estoy dispuesta a convertirme en tu esclava sexual,” dijo ella.
“¡No digas esas cosas de la nada!” gritó Raphtalia. “¡Buu!” agregó Filo.
“Eso en vez de un castigo sería una recompensa para ti. Si quieres tratar de superarlo todo a través del amor, entonces ve a dormir con Kizuna,” contraataqué.
“¿¡Por qué me involucras en esto!? ¡Déjame en paz!” exclamó Kizuna.
“Gah… esa es una cuenta que ciertamente no podría pagar. Bien jugado, Héroe del Escudo,” se quejó la Dragona Demonio. Hasta ahora, ella solo parecía ser capaz de acosar sexualmente. A ella también le gustaba el favoritismo, sin explicar sus motivos, lo cual era aún más agotador. Si no hubiese probado ser tan útil durante la batalla en el castillo de L’Arc, ya me habría deshecho de ella.
“Rafu…” Incluso Raph-chan se veía como si hubiera tenido suficiente de las payasadas de la dragona.
“¿Deberíamos simplemente ignorar a la Dragona Demonio?” sugirió Eclair. “Debemos discutir las cosas rápidamente o podrían ocurrir toda clase de problemas.” No teníamos el tiempo para desperdiciarlo jugando. Necesitábamos completar el intercambio de información―y rápido.
“Causar todos estos problemas adicionales, justo cuando debemos preocuparnos del tiempo restante de la ola…” sacudí mi cabeza. Ellos eran como niños incontrolables; en todo sentido de la palabra. En vez de molestarme por sus payasadas en casa, decidí considerar este viaje a otro mundo como unas vacaciones de todos esos problemas. Si alguien quería llamar a eso evitar la realidad, no iba a detenerlo.
Procedí a darle a Eclair un rápido resumen de lo que había estado ocurriendo en este mundo.
“Nos reunimos con Raphtalia poco tiempo después de llegar a este mundo y además derrotamos al tipo que robó la guadaña de las armas vasallas. Después salvamos al Héroe de la Cacería, Kizuna, pero como resultado terminamos involucrados en otro gran alboroto.” Apunté hacia Kizuna para presentarla, esperando que Eclair pudiera seguir la historia.
“Mi nombre es Kizuna Kazayama,” dijo Kizuna. “Fui invocada a este mundo como el Héroe de la Cacería. Puedo llamarte… Eclair, ¿cierto?”
“Mi nombre es Eclair Seaetto, héroe de otro mundo. Espero que usted ayude en todo lo posible a Iwatani-sama, Raphtalia, Rishia, y los demás,” respondió Eclair, y ambas se dieron la mano.
“¡Ya veo, ya veo!” dijo Yomogi. Ojalá dejaran de mirarse la una a la otra. Ellas tenían un aire similar a su alrededor, pero una gran diferencia era que a Eclair no le importaba su vida amorosa.
“Solo sé lo básico gracias a Raphtalia, pero suena a que ya no pueden usar sus armas sagradas, ¿o me equivoco?” preguntó Eclair.
“Así es. Tiene algo que ver con los enemigos del mundo de S’yne. Y aún peor, Perra apareció junto a ellos,” respondí. Sentía una extraña presencia proveniente de S’yne, quien estaba de pie detrás de mí. Era parecido a lo que había sentido en Q’ten Lo, pero esta vez era incluso más intenso.
En cualquier caso, habíamos estado en graves problemas hasta que el espejo de las armas vasallas apareció, y aún con eso apenas lo logramos. Habíamos sido ayudados inmensamente cuando Perra, Armadura, y el anterior portador del instrumento musical de las armas vasallas Miyaji tuvieron una discusión que había sido más bien una mala rutina cómica. Después de eso… habíamos enfrentado tantos momentos difíciles más que me enfermaba incluso recordarlos.
Salvamos a Kizuna, pero ella había sido unida a la fuerza a un arma maldita con la pereza y después convertida en piedra. Incluso una vez que la regresamos a la normalidad, ella básicamente se había convertido en una NiNi.
Esto nos había obligado a dirigirnos hacia un laberinto llamado la Antigua Biblioteca Laberinto, la cual era administrada por Ethnobalt, para encontrar una forma de destruir el accesorio maldito. El contenido de un pequeño y misterioso frasco de líquido que habíamos encontrado ahí había sido capaz de romper la maldición de Kizuna.
Mientras tanto, el método de incremento de poder del espejo había resultado ser comer, y por lo tanto yo había estado cocinando un banquete. Con todos los enemigos poderosos que habíamos estado enfrentando, necesitábamos volvernos lo más fuertes posible.
Sin embargo, como resultado, Kizuna y sus aliados habían terminado artos de tener que comer tanto. Como un compromiso, decidí investigar si había comida más eficiente que no requiriera tal cantidad.
Esto nos llevó a un lugar llamado Restaurante de Seya, pero eso terminó en una bizarra batalla de cocina. Seya, el dueño del restaurante, también era parte de la Vanguardia de las Olas. Después de ganar la batalla, salvamos la ciudad que estaba bajo el control de Seya y obtuvimos todo tipo de ingredientes raros. Sin embargo, cuando tratamos de sacarle información a Seya, su cabeza y su alma explotaron.
A continuación, decidimos revivir al Dragón Demonio, esperando obtener los medios para contrarrestar la anulación de la magia de apoyo que el enemigo de seguro usaría contra nosotros. Logramos obtener la colaboración de la dragona, pero al precio de que me acosara sexualmente de forma constante.
Fue en ese momento cuando la hermana de S’yne reunió a más integrantes de la Vanguardia de las Olas y vino a atacar el castillo de L’Arc, disfrazándose de soldados voluntarios.
Incluso liberaron a una retorcida bestia durante el combate, habiendo tomado un monstruo de este mundo y dado los poderes de un arma sagrada corrompida. Aunque algunas cosas buenas salieron de este ataque—logramos erradicar a uno de los aliados de Perra, conocida por mí como Mujer B, junto con otro integrante de la Vanguardia de las Olas.
Cuando le expuse todos los hechos a Eclair, me di cuenta de toda la mierda por la que tuve que pasar.
“Ahora a lo importante, Naofumi-sama. Todos en nuestro mundo ya sabían que la antigua princesa había cruzado hacia este mundo. Ellos parecen haberlo descubierto después de que nos marchamos,” reportó Raphtalia.
“¿A qué te refieres?” pregunté. Sonaba a que ellos ya sabían que Perra estaba en este mundo—como si algo hubiese sucedido después de que nos marchamos. Después de todo, Basura todavía estaba ahí. No sería una sorpresa que hubiera descubierto algo así. Eclair asintió y comenzó a hablar.
“Parece que la antigua reina les encomendó a ciertos individuos una misión especial que incluía buscar y espiar a la antigua princesa. No obstante, las cosas se complicaron antes de que la información que ellos descubrieron pudiera llegar a oídos de su majestad…” se detuvo Eclair. Ser atacada por Takt definitivamente era una complicación. Después de eso, Basura había tomado los deberes de la reina.
“¿Entonces qué descubrieron?” la insté.
“Una carta dejada por el espía que obtuvo la mejor información indicaba que ellos estaban a punto de cruzar a otro mundo junto a la antigua princesa. Incluso aunque era improbable que pudiera reportarse de nuevo, juró continuar su deber para obtener venganza y darle una probada del infierno a la antigua princesa,” continuó Eclair. Ese sí que era un lenguaje picante.
“No sé quién la escribió, pero suena a que tiene su propia rencilla con Perra,” comenté.
“Tampoco conozco todos los detalles, pero aparentemente muchos otros espías fueron seleccionados dentro de aquellos con rencillas personales con esa princesa en particular,” confirmó Eclair. Así que ahora resulta que habíamos tenido espías dentro de las fuerzas de Perra todo este tiempo—espías con rencillas con Perra—y la información final de uno de ellos les había hecho saber a todos en casa que Perra había cruzado a otro mundo. Por supuesto, nosotros nos la habíamos encontrado antes de obtener esta información, así que ahora no nos era de mucha utilidad.
“Entiendo. ¿Hay algo más que reportar de tu lado?” pregunté.
“Nada en particular. Por el momento no estamos enfrentando ningún problema de importancia. Como Ren dijo, simplemente podemos rezar para que nada desafortunado suceda,” respondió Eclair.
“Bien,” dije.
“Parece que usted ha estado haciendo un progreso considerable aquí, Iwatani-sama,” comentó Eclair.
“Sí, tienes razón. Hemos descubierto la verdad detrás de aquellos que son parte de la Vanguardia de las Olas y además determinado información confiable de quién está detrás de las olas,” le dije.
“Por favor continúe,” dijo Eclair.
“Estos integrantes de la Vanguardia de las Olas—personas como Takt—resulta que también vienen de Japón, tal como yo, Itsuki, Ren, y Motoyasu. Hemos sido capaces de teorizar que ellos murieron en Japón y obtuvieron un acceso ilícito a estos otros mundos al ser reencarnados aquí. Todos ellos han sido seleccionados debido a que tienen personalidades tal como la de Takt, así que no hay forma de tener una discusión razonable con ellos,” le dije.
Todos de seguro habían leído historias acerca de esta clase de situación de fantasía. El protagonista muere, pero su muerte fue un error cometido por Dios; incapaz de revivirlos en su mundo original, ellos renacerían en otro. Todos los problemas que ahora estaban causando estos sujetos eran parte de la invasión de aquel que realmente estaba detrás de las olas.
“No estoy muy segura de a qué se refiere exactamente con reencarnación… pero entiendo la esencia del asunto. Ya por un tiempo hemos sabido que enfrentamos enemigos desagradables. Descubrir la verdad acerca de ellos ciertamente es un avance. ¿Entonces qué hay de aquel liderándolos?” preguntó Eclair.
“Aquel que se hace llamar Dios… eso es todo lo que sabemos al respecto. Suena a que tienen a alguien muy poderoso en su esquina,” dije.
“Mmm… Más tarde compartiré esto con el rey, Ren, y los demás y reuniremos toda la información,” dijo Eclair.
“Podría ayudar si Basura viene aquí a discutirla,” reflexioné. Él con frecuencia podía salir con algunas ideas bastante locas que nosotros nunca pensaríamos por nuestra cuenta. Ese maldito Motoyasu estaba arruinando las cosas de nuevo.
“El rey todavía tiene dudas acerca de hacerle daño a la antigua princesa. Él tiene poca confianza en que sea de mucha ayuda en este asunto. Sin embargo, me dijo que usted debería matarla si es que tiene la oportunidad,” reportó Eclair.
“Entendido,” respondí. Ella había caído demasiado bajo, pero todavía era la hija que él alguna vez quiso, y eso probablemente estaba afectando su juicio—incluso como el Gran Rey de la Sabiduría.
Él era incapaz de proporcionar consejos ya que debía permanecer imparcial. Dicho eso, su entendimiento de la mente humana le permitía atacar desprevenidos a sus enemigos. Así que era una mezcla de lo bueno y lo malo. En cualquier caso, definitivamente sería una mala idea hacer que Basura luche contra ella.
“Iwatani-sama, ¿necesita algún refuerzo?” preguntó Eclair.
“Mmm,” reflexioné. Era una buena pregunta. Esta situación nos permitiría traer a quien fuera necesario. Algunos más de los héroes de las siete estrellas no sería una mala idea.
Ahí estaban Fohl y Basura. Rishia ya estaba aquí con nosotros… Este tren de pensamientos me hizo comprender que los enemigos jurados de S’yne tenían varias de las armas de las siete estrellas. Probablemente lo mejor era considerar que las restantes fueron capturadas… así que el hacha, el martillo, las garras, y el látigo probablemente estaban en sus manos.
Para ser honesto al respecto, me habría gustado que ambos vinieran, pero eso dejaría nuestro mundo demasiado expuesto. Ren y Motoyasu probablemente podrían manejarlo, pero quitarles tanto a Basura como a Fohl iba a incrementar mucho los riesgos, haciendo que me preocupe mucho la seguridad en nuestro mundo. Después de todo, no había garantía de que fueran a usar todas las armas de las siete estrellas robadas en este mundo.
Pensándolo bien, decidí que era muy arriesgado traer a Basura y Fohl. Ahora mismo parecía una buena idea, pero nos dificultaría mucho las cosas si nuestro hogar era atacado. No estaríamos teniendo estos problemas si hubiese una guía de videojuego diciéndonos lo que viene a continuación. En la realidad, cualquier pista de tal información casi siempre había terminado siendo nada más que una trampa.
Todo esto era una verdadera molestia.
“¿Hay alguien que de verdad quiera venir?” pregunté finalmente.
“Muchos lo harían si usted lo ordena,” respondió Eclair. “El rey y la Reina Melty son los únicos dos que dijeron que tendrían que declinar.” Eso tenía sentido. Ambos entendían la situación.
“Es probable que los enemigos jurados de S’yne también estén activos ahí. Tengan cuidado,” instruí.
“Como ordene, Iwatani-sama,” respondió Eclair. En ese momento, dos figuras difusas emergieron de la grieta.
“¿Entonces este es otro mundo?” dijo una de ellas.
“No se ve tan diferente,” comentó la otra. “Eclair, dijeron que es mejor que vuelvas pronto.” Parecía que los recién llegados eran… la Anciana del Hengen Muso y un miembro de la especie Raph de aspecto extraño—uno que era muy mullido y que se veía más como un teriántropo. No se veía mal. El hecho de que pudiera hablar, como Filo y Gaelion, no era algo que yo disfrutara mucho, pero en cuanto a su apariencia… era genial.
“Eso haré,” respondió Eclair, tranquila como siempre. “¿Qué hay de Rishia?”
“Ella dijo que estaría aquí enseguida,” dijo el miembro de la especie Raph. Aunque reconocía esa voz. Mientras miraba intensamente hacia el Raph-chan con la voz de teriántropo, la Anciana me habló.
“Santo. He escuchado de sus hazañas,” dijo la Anciana. “Bien,” respondí.
“¡Deseo ver este nuevo mundo junto a usted!” exclamó ella.
“¿¡Qué hay de tu hijo!?” le grité de vuelta. Esta Anciana del Hengen Muso había entrenado a Raphtalia, Eclair, y Rishia. Ella continuaba entrenando a mis fuerzas en la aldea, enseñando el Estilo Hengen Muso que permitía que aquellos que no eran héroes fueran mucho más fuertes. Habíamos enfrentado momentos difíciles juntos cuando Takt atacó, pero ese incidente también había hecho que el hijo de la Anciana finalmente se pusiera a entrenar en serio, y yo había creído que la Anciana había dejado de lado viajar entre mundos para concentrarse en eso.
“¡Qué afortunada soy!” dijo ella mientras sonreía.
“No puedes ignorarme de esa forma. ¡Dime por qué estás aquí!” respondí.
“De hecho…” intervino Eclair, en vez de dejar hablar a la Anciana. “Fue su hijo quien se dio cuenta de que ella quería venir con usted, Iwatani-sama. Él ha estado entrenando con Fohl y conmigo, incluso cuando su madre no está cerca, y tendrá mucho tiempo para volverse más fuerte. Así que él le dijo que viniera a experimentar este nuevo mundo.”
“Bien… entiendo,” dije. Tal parece que esto era idea de su hijo. Si ella quería venir, pudo haberlo dicho desde un principio. Pero si la situación había cambiado, entonces no había la necesidad de rechazarla. “Como quieras. Deberías saber que no serás capaz de entender el lenguaje de aquí a menos que Teresa recite algo de magia sobre ti.”
“Santo, las palabras no son necesarias si puedes hablar con tus puños,” dijo la Anciana. “Entonces solo mantén la boca cerrada,” le advertí. Las conversaciones violentas eran lo ultimo que necesitábamos.
“¡Viva!” gritó la Anciana. “¡Nuevas técnicas y estudiantes me esperan en este mundo!” Ella se veía bastante positiva acerca de toda esta experiencia.
“Ahora bien…” Dirigí mi mirada hacia el teriántropo de Raph-chan.
“¡Héroe del Escudo! ¡Mire en lo que me puedo convertir ahora!” Eso lo dejaba claro. “¡Si! ¡Sabía que eras tú, Ruft!” exclamé. A partir de su voz y su apariencia, había estado muy seguro de quién era.
“¡Así es! ¡Gracias a la ceremonia para subir de clase de Raph-chan, ahora puedo transformarme en esto!” dijo él emocionadamente. Yo definitivamente también estaba emocionado. Me acerqué a Ruft y acaricié su rostro.
“¡Sí! ¡El Héroe del Escudo me acarició!” dijo Ruft felizmente. Él se sentía muy parecido a Raph-chan… definitivamente no se sentía mal.
“¿Naofumi-sama? Estoy viendo algo por lo que quiero hacerle muchas preguntas. ¿Le molestaría explicármelo después?” dijo Raphtalia.
“¿Rafu?” dijo Raph-chan. “¿Puedes luchar?” le pregunté.
“¡Soy más sensible a la magia que cuando soy un semi-humano! ¡Y creo que además obtuve un incremento de poder!” dijo Ruft. No pude haber estado más feliz.
“Raphtalia, ¿puedes hacer lo mismo?” pregunté. “Podría mejorar tu poder de ataque, como las hermanas ballena asesina… es decir, está bien si solo terminas viéndote linda.”
“¡Me está asustando mucho! ¡Naofumi-sama! ¡Soy una portadora de arma vasalla, así que no puedo tener una subida de clase!”
“Cierto, cierto… ¡pero debe haber alguna forma de hacer que suceda!” exclamé. “¡Por favor no la busque!” exclamó Raphtalia en respuesta.
“Raphtalia, si tú pudieras convertirte en una Raph-chan, pondría toda mi atención en ti. ¡Ah, tantas versiones de Raphtalia para disfrutar!” me regocijé.
“Decir eso no va a ayudarlo en nada. ¿Y debo estar feliz por tal posibilidad?” ¡Raphtalia sí que era testaruda! Mientras hablábamos, Ruft miró hacia Shildina. Shildina se veía incómoda, desviando su mirada y estando de pie como una estatua.
“Estuve sorprendido cuando desapareciste de esa forma,” le dijo finalmente Ruft. “Cielos. Yo también estuve sorprendida,” respondió Shildina.
“Si. Ambos lo estuvimos,” dijo Ruft.
“Has cambiado, Ruft,” respondió Shildina.
“Para bien, ¿cierto?” respondió él. Por alguna razón Shildina no respondió a eso. Yo no podría estar más feliz con los resultados.
“¿Esto significa que debo regresar?” nos preguntó Shildina a Ruft y a mí viéndose un poco reacia a la idea. Shildina no había estado originalmente dentro del equipo que había planeado traer a este mundo, pero alguna clase de accidente la había traído aquí. Mandarla de regreso definitivamente era una opción.
La cacería de monstruos en el océano daba más experiencia, así que ella era perfecta para ayudar a subir los niveles de todos en la aldea y prepararlos para las olas. Ese era el trabajo que le había dado antes de irnos.
“Acerca de eso. El rey sugirió que no fue un accidente, sino que Shildina fue traída intencionalmente, tal vez por las armas vasallas. Si ese es el caso, él dijo que no había razón para traerla de regreso tan pronto,” dijo Eclair. Ruft también asintió ante esa explicación.
“¡Eso significa que tal vez Shildina tendrá un papel importante!” agregó Ruft.
“Es decir, ustedes son quienes están defendiendo nuestro mundo. Si creen que está bien, supongo que Shildina puede quedarse aquí…” dije.
“Me gustaría mucho luchar a tu lado, dulce Naofumi,” respondió Shildina, dejando clara su intención.
“Buena suerte, Shildina. Yo también me esforzaré, así que cuéntame todas tus historias una vez que regreses,” dijo Ruft.
“Si. Te hablaré hasta que ya no quieras más,” respondió Shildina.
“La Reina Melty y su padre son increíbles. Pasar tiempo junto a ellos me ha demostrado lo mucho que me queda por mejorar. Hay muchas cosas más que necesito aprender,” dijo Ruft. Estaba impresionado de que se estuviera tomando las cosas con tanta seriedad.
También era verdad que no deberíamos seguir llamando Basura a Basura después de su despertar. Ahora entendía por qué la reina lo protegía tanto.
Me tomé un momento para mirar hacia L’Arc. No me había enojado tanto con él como lo había hecho con Basura, pero al mismo tiempo a mi parecer él no se veía como un rey. L’Arc era más como… un general, supongo.
O alguien del tipo Nobunaga, declarando que unificaría el mundo solo para ser traicionado por uno de sus subordinados y ser quemado vivo. Tal vez eso era demasiado específico. En fin. Por el bien de la educación de Ruft, decidí que lo mejor era no revelar que L’Arc era un rey.
“Niño Naofumi, deja de mirarme de esa forma. Estás pensando algo grosero, ¿cierto?” dijo L’Arc.
“¿Por qué todos a mi alrededor parecen adquirir la habilidad de leer mentes?” me pregunté. De verdad necesitaba pasar algo de tiempo frente a mi espejo, trabajando en mi cara de póker.
“Por la forma en que elegiste ese momento para mirarme, ¿cómo podría no saber lo que estás pensando?” respondió L’Arc. Claro, ese era un buen punto.
“Suena a que ya terminamos,” declaré. “Si pueden, traten de encontrar una forma de resistir la anulación de la magia de apoyo.”
“Muy bien. Necesitaremos hacer algunos ajustes menores, pero derrotar las olas tan rápido como sea posible es nuestro objetivo en común… Ah, Iwatani-sama, las personas de su aldea estuvieron preguntando cuándo cree que regresará,” preguntó Eclair.
“Honestamente, ahora mismo no puedo dar una fecha… Me esforzaré para que sea lo más rápido posible,” respondí.
“Se los haré saber. Nos vemos.”
“¡Héroe del Escudo, nos vemos pronto!” Y entonces tanto Ruft como Eclair desaparecieron—al mismo tiempo que Rishia regresaba.
“Eso fue interesante,” dijo Kizuna.
“Ahora tengo muchos amigos,” respondí secamente. Kizuna procedió a sacar su Herramienta de Cacería 0, la cual había sido obtenida a partir del líquido rojo que encontramos en la Antigua Biblioteca Laberinto, y realizó un corte experimental a través de la grieta de la ola. Por supuesto, todos al otro lado habían sido informados de que íbamos a hacer esto. La grieta de la ola comenzó a hacer un ruido y entonces se cerró.
“¿¡Oh!?” exclamé. Parecía que toda la grieta estaba brillando y echando chispas. La ola terminó, y el cielo regresó a su color normal.
Yo inmediatamente miré hacia el tiempo antes de la próxima ola.
“Hah. Creí que el ciclo de las olas que llegan a este mundo era muy corto,” dije.
“Sí, debería serlo,” confirmó Kizuna. El ciclo había sido corto, tal vez porque tres de los cuatro héroes sagrados estaban muertos. Las olas estaban ocurriendo entre cada dos y dos semanas y media. Sin embargo, eso ahora había sido extendido a un mes y dos semanas. Ese básicamente era el mismo tiempo que teníamos en nuestro mundo.
“¿Crees que atacar las grietas con la Herramienta de Cacería 0 tiene el efecto de retrasar la próxima ola?” pregunté.
“¡Eso sería increíble! Sin embargo, también coloca más peso sobre los hombros de Kizuna-san,” comentó L’Arc.
“Puedo manejarlo. Honestamente, vale la pena si significa que podemos retrasar la próxima ola,” respondió Kizuna. Ella tenía razón. Este esfuerzo había dado sus frutos.
Con nuestro intercambio de información finalizado, nos alejamos de donde las grietas habían estado.
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