Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 19

Capítulo 8: Un Pastel Apetecible

Era el día después de la exploración del castillo de la Dragona Demonio.

“¡Esto es increíblemente delicioso!” Un grito salió desde la cocina del castillo de L’Arc. “¿Quién está comiendo aquí?” dije, dando un vistazo. “¡Esperen! ¡Tú eres ese noble rechoncho!”

Fue justo antes del comienzo de nuestra reunión estratégica acerca de cómo lidiar con el portador del arpón de las armas vasallas. Yo estaba trabajando en algo de comida para compartir durante la discusión, y por alguna razón el noble codicioso que había causado muchos problemas durante el incidente del Restaurante de Seya estaba en la cocina y llenando sus mejillas de comida.

“¡Esto es increíble! Un sabor muy intenso, pero que no persiste en la boca por mucho tiempo, dejando un regusto sublime. Es tan adictivo que cada célula de mi cuerpo quiere más de él. ¡Y aun así se siente como si todas las impurezas en mi cuerpo estuvieran siendo eliminadas! ¡Puedo sentirlo! ¡Solo comer esto será suficiente para prevenir cualquier enfermedad, haciéndome más resistente y fuerte!” Su evaluación terminó siendo un rugido salvaje. Él repentinamente flexionó todos los músculos que tenía. Su ropa comenzó a rasgarse, y entonces él comenzó a hacer poses de fisicoculturismo. Este tipo era un verdadero fenómeno.

“¿De dónde saliste? ¡Largo de aquí!” Había estado tan concentrado en cocinar que ni siquiera lo había visto entrar. Esta no era una película para niños—no necesitaba ratas en la cocina.

“¡Lo siento! Tan pronto como llegamos al castillo, él solo salió corriendo,” dijo Tsugumi mientras aparecía, haciendo una reverencia con su cabeza.

“Ya me preguntaba por qué todo ese ruido… Siempre pasan cosas extrañas cuando estás en la cocina,” dijo Yomogi, también entrando. Ella estaba mirando hacia el noble con el ceño fruncido—antes de sentarse a comer las muestras que yo había preparado.

“Esto se parece al estudio donde Kyo solía llevar a cabo sus investigaciones. Me trae recuerdos,” dijo Yomogi.

“¿Te das cuenta que no me gusta ser comparado con él?” dije. Ciertamente no necesitaba que nadie me dijera que yo era similar a ese sujeto. Sin embargo, Yomogi todavía estaba perdida en sus recuerdos. Supongo que no todo había sido malo para ella. Yo estaba investigando composición y cocina, por lo que supongo que se veía similar.

“¡Tipo del espejo! ¡Hola!” Era el niño que me había llamado Héroe de la Bandeja durante el incidente del Restaurante de Seya. Su hermana menor también me saludó desde detrás de Tsugumi.

“Hola, Niño Bandeja. ¿Qué estás haciendo aquí?” Había estado planeando llamarlo Kiel II, pero después de su referencia a la bandeja, había decidido solo llamarlo Niño Bandeja como castigo.

“Cuando les dije que íbamos a formar parte de la reunión estratégica del Rey L’Arc, ellos dijeron que querían verte, así que los traje,” explicó Tsugumi.

“Bien, como sea… solo mantén bajo control a ese noble. Él está acabando con toda mi comida,” respondí, apuntando hacia la figura rechoncha que todavía estaba posando de forma desquiciada.

“¿Estás investigando la comida de Seya?” preguntó Tsugumi.

“Puede que lo parezca, pero no me confundas con ese cretino. Supongo que este noble solo reacciona así a todo,” dije. Él era como alguna clase de comediante, siempre exagerando. También le habían crecido cuernos, al parecer gracias a mi comida. Solo esperaba que esa fuera una condición única suya. Sería una verdadera molestia si las personas comenzaban a esperar resultados mágicos como ese.

“Parece  que  tu  comida  tiene  la  culpa,”  dijo  Tsugumi,  evitando  cambiar  de  tema.

¿Entonces ella creía que este noble y yo éramos similares?

“Si quieres descubrirlo… ¿qué tal si pruebas un poco?” dije.

“¡Bastardo!” Tsugumi entrecerró sus ojos ferozmente, al parecer lista para atacar. No me importaba. Sintiendo la tensión en el aire, tanto el Niño Bandeja como su hermana miraron hacia Tsugumi con preocupación en sus rostros.

“No hay necesidad de poner esas caras. Todo está bien,” les dijo Tsugumi. “¿De verdad?” preguntó el Niño Bandeja.

“De verdad. No estamos aquí para pelear. Vamos, di lo que quieres,” dijo Tsugumi. Parecía ser que el niño quería pedirme algo. Tsugumi le dio un pequeño empujón para pararse en frente de mí.

“Quería verte cocinar…” dijo el Niño Bandeja. Él tenía la misma expresión en su rostro que los aldeanos frecuentemente ponían en mi aldea.

“Bien… como quieras. Te dejaré ver más tarde, pero tienes que mantener bajo control a ese noble. Si él se queja, dile que te ordené hacerlo,” dije.

“¡Bien!” respondió felizmente el Niño Bandeja. Qué niño tan inocente.

S’yne también estaba aquí, en espera, y comiendo como cerda junto al noble. Hablando honestamente, ella podría ser una amenaza más grande a mi comida que él. Ella se llenaba las mejillas tranquilamente con mis muestras.

“¿Qué está sucediendo aquí?” L’Arc y los demás llegaron, probablemente atraídos por todo el ruido. Él debe haberse estado preparando para la reunión junto a Raphtalia y Kizuna. “Escuché voces… ¿Qué sucede aquí?”

“Tsugumi ha traído a algunos invitados a vernos. El noble está dentro de ellos. Él ahora está pretendiendo que es un fisicoculturista,” dije.

“Entonces no me deja otra alternativa,” dijo L’Arc, sacudiendo su cabeza. “¡Teresa!”

“Muy bien. Debo castigarlo por comerse las muestras de comida del Maestro Artesano,” dijo Teresa.

“¡No! ¡Eso no es lo que quiero!” respondió L’Arc. “Teresa, ¿estás tratando de formar alguna clase de dúo de comedia con el Niño?” Claramente los dos todavía tenían muchas cosas que resolver.

“¿Qué es todo esto? ¿Qué está pasando?” dijo Kizuna mientras llegaba.

“Le quito los ojos de encima por un momento…” Y Raphtalia también entró, dando su opinión.

“Buen momento, chicas. Comencemos la reunión estratégica,” dijo L’Arc. Él convenció a Teresa de levantar al noble en el aire usando magia y llevárselo a él, al Niño Bandeja, y su hermana hacia una habitación diferente.

Esto permitió que la reunión estratégica comenzara casi de inmediato. Todos nos sentamos, discutimos los acontecimientos, y planeamos qué hacer a continuación. Prácticamente teníamos todo listo para pasar a la ofensiva.

Como había muchas personas involucradas, los representantes de cada grupo hablarían. Por ejemplo, Kizuna y Glass representarían a su facción, mientras que L’Arc y Teresa hablarían por los líderes de cada nación. Rishia y Ethnobalt proporcionarían información acerca de los textos antiguos y otros artículos parecidos.

Estaba esperando que este enfoque hiciera que las cosas avanzaran de forma mucho más fácil. Raphtalia y yo hablaríamos por los héroes de nuestro mundo. Itsuki en este punto era más como un asesor de Rishia y no parecía tener mucho para decir.

Finalmente, también estaba la Dragona Demonio en representación de los monstruos. Le había ordenado a Filo estar junto a ella para tenerla vigilada—lo cual sonaba descabellado, ahora que lo pienso. Los Cuatro Reyes Celestiales también eran parte del grupo.

“Vamos a comenzar la reunión,” dijo L’Arc. “¿Cuál es el primer asunto a tratar?”

“El tipo del arpón. ¿Cómo va ese asunto?” pregunté. No parecía haber ninguna razón para perder el tiempo, así que fui directo al grano.

“Los exploradores enviados a cada nación han reportado actividad sospechosa,” reportó Glass.

“¿En qué sentido?” pregunté.

“Él parece ser muy activo… a pesar de que no sabemos si nos atacará o no,” declaró ella. “Esa es una información bastante vaga,” dije.

“Estamos hablando de un héroe de arma vasalla, así que es bastante difícil de rastrear. Si nuestros agentes se acercan demasiado, arriesgan ser silenciados antes de que puedan llegar a reportarnos algo. Y él es errático en sus movimientos, haciendo difícil predecir dónde aparecerá a continuación,” continuó Glass.

Él claramente estaba en guardia, lo cual explicaría lo sigiloso que estaba siendo. Además, estábamos hablando de un enemigo que podría salir del reloj de arena de esta nación en cualquier momento, y no me sorprendería que ocurriese. Él también estaba del lado de las fuerzas de la hermana de S’yne y Perra. Era esperable alguna clase de estrategia ingeniosa.

“Fortalezcan la seguridad. También prepárense para una guerra sin cuartel,” dije. Esto traía de vuelta todos los recuerdos de Takt, quien creía que su estrategia podía acabar fácilmente con cualquier conflicto.

Tal vez Kyo había sido un poco más cauteloso en su enfoque. También estaba la posibilidad de que la hermana de S’yne y Perra ya hubieran puesto una trampa para el tipo del arpón y, antes de enterarnos, le hubieran arrebatado su arma.

Ellos seguían metiéndose en nuestro camino, pero aún no sabíamos nada del jefe de la hermana de S’yne. Cuando la hermana de S’yne apareció para agitar el panal la última vez, ella solo trajo a un montón de idiotas que parecían haber estado en los alrededores en ese momento.

“Ellos probablemente se ocultaron en algún lugar, reuniendo gradualmente sus fuerzas,” dije. “Tal como Kyo. Podríamos enfrentar a más atacantes enloquecidos listos para morir por la causa.” Yomogi frunció el ceño ante eso. Yo había mezclado un poco de sarcasmo en ese comentario.

“Ellos podrían atacar en masa si determinan que pueden derrotarnos,” dijo Glass. Todo el asunto era una carrera contra el tiempo. ¿Cuál lado se volvería más fuerte más rápido y después lanzaría un ataque para derrotar al otro? Ese era el asunto. Se sentía como uno de esos juegos de simulación establecidos en la era feudal.

Este también era el campo en el que mejor se desempeñaba Basura, el Héroe del Bastón.

Una vez más me pregunté si deberíamos arriesgarnos y traerlo aquí.

“Basado en nuestras acciones pasadas, creo que una vez más enviar un pequeño grupo de élite dentro de su nación es el mejor curso de acción,” dije. Podíamos enviar a la Dragona Demonio y Filo con un espejo hacia el territorio enemigo y entrar desde ahí. Después podríamos atacar su base y rápidamente dar el golpe final al tipo del arpón, Perra o la hermana de S’yne—o a cualquiera que se meta en nuestro camino.

“¡Genial! ¡Suena como un plan para mí!” L’Arc dio un puñetazo a la palma de su otra mano, ansioso de comenzar la batalla.

“Por supuesto, primero tendremos que ubicar su base,” dijo Glass.

“Cierto. Ese es el camino para terminar rápidamente con todo esto,” dije. Parecía que ellos tenían al menos un espía cerca de Perra. Me pregunto si ellos tendrán información de nosotros. Yo solo quería arremeter hacia el lugar donde se estaban ocultando y acabar con todos ellos.

“Maestro Artesano, ¿puedo decir algo?” Teresa levantó su mano para hablar. “¿Qué sucede?” pregunté.

“¿Hay alguna joya dentro de las fuerzas del Héroe del Arpón? Si es así, tengo una muy buena idea acerca de cómo lidiar con ellos,” dijo ella. Teresa siempre salía con planes basados firmemente en la lógica, tal como revivir al Dragón Demonio. Así que definitivamente valía la pena escuchar lo que ella tenía que decir. Miré hacia Kizuna y Glass.

“Basándome en lo que hemos visto hasta ahora, parece improbable que ellos no incluyan al menos un espíritu o joya,” dijo Glass.

“Incluso si el héroe no tiene a uno en su sequito directo, es seguro que haya uno dentro de las figuras nacionales principales, lo cual todavía sería bueno para nosotros,” dijo Teresa. “Si puedo acercarme, estoy confiada en que puedo adquirir información de ellos.” L’Arc estaba mirando hacia ella con una expresión de dolor en su rostro. No me gustaba hacia dónde estaba yendo esto. “Por cierto, Maestro Artesano… Sé que usted ha estado fabricando un accesorio para mí, pero ¿ha habido algún avance en ese aspecto?”

“Cierto. Básicamente está terminado. Si te lo doy, ¿puedes regresarme el Amuleto de los Dos Espíritus?” le pregunté. Saqué el accesorio que había preparado para ella, habiéndolo hecho a medida para sus necesidades. El solo verlo hizo que Teresa cubriera sus ojos como si estuviera encandilada. Estaba muy seguro de que ese no era uno de sus efectos.

Sello Guardián de las Cuatro Bestias Sagradas: Estrella Ígnea Bendición de las cuatro bestias sagradas, incremento de todas las estadísticas (grande), incremento del poder mágico (enorme), poder brillante, inquisición de espíritu, reflexión de alma.

Calidad: suprema.

Estaba repleto de todo tipo de materiales que había ordenado del castillo de L’Arc. Había creado lo que parecía ser alguna clase de amuleto. Teresa me había entregado su Brazalete Estrella Ígnea de Oreikul roto, y en la sección de la gema central había insertado la Chikaheshi no Tama que habíamos encontrado en la Cueva de la Herramienta Sagrada del Anciano. Había trabajado un poco en ella y la había rodeado con pequeñas gemas.

Una vez que estuvo completado, una llama había brillado en el centro del cristal, y estrellas habían comenzado a flotar ahí. Para el diseño, había tratado de hacerlo ver tan genial como fuera posible, pero a mí todavía me parecía un poco infantil.

“¡Es deslumbrante! ¡Maestro Artesano, por favor vuelva a ponerlo en la bolsa!” dijo Teresa. Para ella, el accesorio parecía estar emitiendo una luz increíble, casi haciéndola sufrir al emitir alguna clase de presión.

“Yo también puedo notar que es bastante increíble,” dijo Glass, entrecerrando sus ojos ante lo cegador que era para ella.

“Supongo que también funciona en espíritus,” dije. Eso parecía posible a partir de los materiales que había usado. La Chikaheshi no Tama probablemente también tenía efecto en los espíritus.

“Sí. Creo que esa será un arma poderosa incluso para aquellos que no son héroes,” dijo Glass.

“¡Cumpliré sus expectativas, Maestro Artesano!” agregó animadamente Teresa.

“Claro, como sea. También fabriqué esto. Itsuki, puedes usar pabellones como armas, ¿cierto?” pregunté. Guardé el Sello Guardián de las Cuatro Bestias Sagradas: Estrella Ígnea y saqué algo más que había improvisado a partir de basura obtenida de los tesoros de la Dragona Demonio.

“Así es,” confirmó Itsuki.

“También puede ser un accesorio. Solo es un prototipo, pero después de que lo copies, Itsuki, deja que Teresa lo use,” les dije.

Pabellón de los Cuatro Reyes Celestiales del Dragón Demonio

Bendición de los Cuatro Reyes Celestiales del Dragón Demonio, incremento del poder de las cuatro magias elementales (grande), poder de la oscuridad y del alma.

Calidad: suprema.

La Dragona Demonio le había ordenado a los Cuatro Reyes Celestiales entregar todo tipo de materiales. Estos habían incluido el cuerno de un rey celestial anterior y un cristal mágico.

Los había convertido en un pabellón que encajaría con Itsuki y después lo decoré de una forma en la que pensé que le gustaría.

Por supuesto, no lo fabriqué completamente por mi cuenta; los artesanos del castillo también me habían ayudado. La parte principal del pabellón había sido una verdadera molestia. Yo había sido quien realizó el ensamblaje final.

Con un grito, Teresa de pronto se cayó de su silla.

“¿¡Teresa!? ¿Estás bien?” L’Arc se apresuró en ponerse de pie para ayudarla, pero ella se puso de pie en segundos, con sus ojos completamente abiertos y sus pupilas aparentemente dilatadas mientras miraba fijamente hacia el pabellón. Era bastante extraño—casi aterrador.

“Estoy bien, L’Arc,” dijo finalmente Teresa. “Esto es increíble. Se ve tan malvado, pero a la vez tan divino… Temo que pueda atraerme al mal camino.” No estaba seguro de que ella estuviera pensando claramente en este momento. Y además todo sonaba un poco peligroso. Si la dejábamos quedarse con esto, ella realmente podría elegir el mal camino.

“Está claro que sería así,” dijo la Dragona Demonio, casi orgullosamente—ciertamente no me molestaba esa actitud. “Este es el trabajo del Héroe del Escudo a partir de los materiales que le proporcionamos.” Podía entender por qué podría verse de esa forma para otros, pero personalmente, sentía que no había logrado lo que quería con él.

El comerciante de accesorios de seguro destacaría todo tipo de problemas en esto si lo viera. Los materiales eran buenos, lo cual hizo que se viera bien. Eso era todo.

“Aquel que me enseñó la fabricación de accesorios encontraría toda clase de problemas con esta pieza, se los aseguro,” les dije. Esto se veía bien solo porque lo había fabricado a partir de la Dragona Demonio y sus subordinados celestiales. Buenos materiales, eso era todo. Había sido salvado por ellos.

Cualquiera con conocimientos básicos sería capaz de crear algo comparable. Imiya de seguro habría sido capaz de agregar algunos efectos imbuidos más.

“Dices eso, pero parece ser un arma muy poderosa,” dijo Itsuki, habiendo terminado de copiarla. “Hay un límite a las composiciones que puede tocar, pero solo como un arma, se ve que se desempeñará mejor que el arma del Verdadero Dragón Demonio.”

“Ya veo. Entonces después de todo valió la pena fabricarlo,” dije.

“Además tiene algo llamado magia consecutiva como uno de sus bonos por uso. Voy a tener que verificarlo, pero podría permitirme realizar varios tipos de magia al mismo tiempo, tal como en el caso del arma del Verdadero Dragón Demonio,” continuó Itsuki. Tal vez al final había hecho un muy buen trabajo.

Él más tarde realizó esas pruebas, y tal como Itsuki había sospechado, permitía el uso de magia en rápida sucesión. Sin embargo, devoraba poder mágico, SP, y EP, y dejaba al usuario de pie inmóvil mientras la ejecutaba. Así que no era fácil hacer uso de ella. Tampoco era muy compatible con la magia cooperativa o la magia ceremonial.

“Maestro Artesano… ¿o debería llamarlo Dios?” dijo Teresa.

“Definitivamente no soy un dios,” destaqué. Aquel que estaba jalando de los hilos detrás de nuestros enemigos eran quien se hacía llamar Dios. Yo ciertamente no quería ser tratado como uno.

“Tengo un plan. Por favor deme ese accesorio,” continuó Teresa.

“Por supuesto, Teresa. Desde un principio lo fabriqué para ti,” le dije. Sus ojos parecían haber vuelto un poco a la normalidad, y fue capaz de aceptar el Sello Guardián de las Cuatro Bestias Sagradas: Estrella Ígnea y el Pabellón de los Cuatro Reyes Celestiales del Dragón Demonio mientras regresaba el Amuleto de los Dos Espíritus.

“Se lo agradezco mucho,” dijo ella. Teresa se colocó los dos accesorios, y esferas de luz flotantes comenzaron a aparecer en el aire a su alrededor—como si su magia hubiera sido incrementada mucho más que con el Amuleto de los Dos Espíritus.

“Es una muestra impresionante de poder,” dijo la Dragona Demonio. “Tal vez todavía estás por debajo de mí, pero fácilmente podrías alcanzar el nivel de un héroe.” Teresa dejó salir una sonrisa de confianza en respuesta.

“Cuidado, Dragona Demonio. Puede ser solo cuestión de tiempo antes de que te robe el trono de aquel que comanda la magia,” le advirtió ella.

“¡Hah, sigue soñando!” resopló la Dragona Demonio.

“Todo esto es gracias a usted, Maestro Artesano. Responderé a sus expectativas, lo prometo,” me dijo Teresa. Ella repentinamente casi tenía una personalidad totalmente diferente. No había esperado que cambiara tanto, y casi pedía a gritos un cambio de nombre…

“Motoyasu III,” dije.

“¿Naofumi-sama? Ver este nuevo lado de Teresa le hizo pensar en el Héroe de la Lanza, ¿no?” dijo Raphtalia. Casi parecía que ella podía leer mi mente.

“¡Oye, Niño! ¿Qué significa eso? ¿Qué estás pensando de Teresa?” demandó L’Arc. “¿No puedes verlo? Tu novia está pasando por un cambio completo de personalidad. Si no haces que vuelva a la normalidad rápidamente, terminaremos lidiando con un Motoyasu III,” le advertí.

“Ni siquiera sé quién es este Motoyasu. ¿El Héroe de la Lanza?” preguntó Kizuna, entrometiéndose.

“¡Buu!” gritó Filo. Ella sabía de quién estábamos hablando.

“Cuando la conocí, ella se veía como una chica gentil y normal… pero mírenla ahora,” dijo Raphtalia. Solo podía estar de acuerdo con ella. Kizuna y los demás también parecían haberse dado cuenta de los cambios en Teresa. No era una exageración llamar a esto un cambio nivel Motoyasu.

“Si ella empieza a comenzar todas sus oraciones con ¡Yo digo! entonces quítenle de inmediato esos accesorios, o será demasiado tarde,” advertí.

“¿Entonces hay una probabilidad de adquirir una maldición?” preguntó L’Arc. “No… no te preocupes por eso,” dije. “Teresa, dinos tu plan.”

“¿Todavía no lo ha descubierto?” preguntó ella.

“¡Necesito más pistas!” respondí. Ella se veía confundida por tener que explicarlo. “Muy bien. Si yo camino a través de la capital de la nación enemiga, en mi estado actual, debería ser capaz de obtener fácilmente información de las joyas. Así de increíbles son estos accesorios,” dijo ella.

“Oh, bien,” dije, tal vez esperando más. Ella iba a usar estos accesorios como una carnada para las joyas—un plan que explotaba los gustos específicos de una raza.

“Si el enemigo tiene a alguna joya dentro de sus fuerzas… yo seré capaz de hacer uso de ellos,” dijo Teresa con absoluta confianza. Esperaba que esa confianza se mantuviera.

“Puedes seguir tu plan, Teresa. Nosotros ejecutaremos nuestra propia operación al mismo tiempo,” dije.

“Como usted ordene, Maestro Artesano,” respondió Teresa.

“¡Niño! ¿Vas a dejar así a Teresa? ¡Es demasiado peligroso!” exclamó L’Arc.

“Si tienes algún problema con eso, usa el poder de tu amor para regresarla a la normalidad,” le dije.

“¡Retuerces la situación con palabras astutas, pero tú eres quien la convirtió en esto!” respondió L’Arc. No me importaba nada de eso, y esto no era mi culpa. Claramente a L’Arc le faltaba algo de amor.

“Solo tenemos que creer en que el amor de L’Arc podrá regresar a Teresa a la normalidad y continuar con esta batalla a nuestra propia manera,” dije.

“¡Suenas como una mala narración que agrega suspenso a una serie cancelada!” exclamó Kizuna. Ella claramente también era una otaku. “¡Tú eres quien tiene la culpa de esto, Naofumi!”

“Kizuna. No podemos desperdiciar todo nuestro tiempo en un solo problema. Simplemente tendremos que apoyarla y evitar que las cosas sigan un mal camino,” dijo Glass. Glass tenía claras las cosas. “¿Podemos por favor seguir con el siguiente asunto?” Yo no tenía la culpa de lo que hiciera Teresa. Me convencí de eso en mi interior. Era la falta de habilidad dentro de los artesanos de este mundo, y el propio L’Arc, quienes tenían la culpa.

“Continuemos,” dije, siguiendo el ejemplo de Glass. “Primero haremos que la Dragona Demonio y Filo se infiltren. Después de que ellas hayan reunido algo de información local, entonces lucharemos. Eso es todo.”

“¡Buu!” dijo Filo, infeliz con su papel—ella había estado de mal humor desde que se convirtió en la reina celestial del viento.

“Muy bien,” dijo la Dragona Demonio de manera más amigable. “Sí así lo deseas, Héroe del Escudo, así será.” Después de todo, todo esto era nuevo para Filo. Todavía viéndose molesta, ella procedió a sacar su morning star mejorada—ahora una boleadora—desde debajo de su ala y la balanceó.

Cuando ella estaba en su forma de monstruo, Filo podía usar la boleadora con su pata, arremetiendo y golpeando a los enemigos mientras avanzaba, haciendo un muy buen uso de su movilidad natural. De ser posible, también quería equiparla con unas garras.

“No sabemos qué clase de ataques pueden intentar, así que necesitamos fortalecernos tanto como sea posible mientras podamos,” les dije a todos. Para ser bastante honesto al respecto, nuestro único plan de acción era tratar de descubrir los métodos de incremento de poder que aún no conocíamos, esperando que nos ayudaran a ganar.

Ser capaces de proporcionar potenciadores mágicos también sería de gran ayuda… Sin embargo, estábamos progresando en el asunto que nos había advertido la hermana de S’yne. Ahora podíamos reflejar la anulación.

Con la versión de habilidad en particular, todo lo que se necesitaba era la sincronización adecuada. La Anciana y el Anciano habían investigado la versión de técnica y después nos la enseñaron. Por el momento, esa funcionaba alrededor de un tercio de las veces. Todo lo que podíamos hacer era seguir practicando.

“Continuando. Con mi reciente investigación, finalmente he completado un platillo que cumple todas sus demandas—fácil de obtener, fácil de comer, y eficiente a la hora de proporcionar experiencia. No estoy hablando acerca del platillo definitivo. Estoy hablando acerca de la eficiencia,” revelé.

“No estoy segura de si lo entiendo, pero suena bastante increíble,” dijo Kizuna. “Además, algo suena un poco… fuera de lugar,” agregó ella. La idea de todo esto era que ellos no tuvieran que comer tanto.

Hice una seña para que la comida fuera traída desde la cocina. El noble había estado comiendo y posando después de comer las ricas muestras prototipo. La comida en camino ahora eran los platillos terminados, con un sabor menos agresivo. A primera vista, se veía como un pastel de chocolate.

Esto venía de mi mundo—mi mundo original, la Tierra—donde se llamaba pastel de sangre. En el norte de Europa, muchas personas terminaban confundidas por el sabor incluso sabiendo de lo que estaba hecho. Si les decía lo que era, ellos no se lo comerían. Incluso si decía el nombre, la función de traducción de las armas legendarias haría lo suyo y correrían por sus vidas.

Así que decidí no decírselos. Había que dejarlos comer primero y decidir con eso en cuenta.

Había sido realmente difícil conseguir una textura de panqueque. “¿Es un pastel de chocolate? Se ve muy bien,” dijo Kizuna.

“No hagan preguntas. Solo coman,” les dije. “Si quieren ponerle algo encima, por ahí hay algo de jarabe.” Puse en la mesa el pastel de sangre y lo corté en pedazos para todos.

“Niño, ¿hiciste esto tú solo? Entonces debe tener un muy buen sabor. Vamos a probarlo,” dijo L’Arc. Él marcó el camino y todos comenzaron a comer. Filo lo olfateó y lo dejó en su plato, mirando hacia él con las cejas fruncidas.

“Maestro…” comenzó a decir ella. Filo normalmente era una glotona; estaba un poco sorprendido por su vacilación… pero definitivamente era un platillo del tipo amarlo u odiarlo.

“Rafu,” dijo Raph-chan.

“Pen,” dijo Chris. Ambos olfatearon el pastel de sangre en su propio plato, y después miraron hacia mí… Sí, ellos también se habían dado cuenta. No esperaba menos de Raph- chan. Ellos habían reaccionado de la misma forma que Filo… pero aun así se lo estaban comiendo. Esa era la gran diferencia.

“Ya veo. Esto sí parece ser eficiente. De hecho, extremadamente lógico. Y lo ha hecho bastante sabroso… bien hecho.” Ethnobalt también parecía haber descubierto lo que era, pero lo aceptó y comenzó a comer de todas formas. Raphtalia miró hacia los demás y después comenzó a comérselo tímidamente.

“Naofumi-sama, puedo confiar en usted, ¿cierto?” preguntó ella.

“Por supuesto. Come esto y estarás lista para cualquier cosa que intenten nuestros enemigos,” dije. Sería difícil encontrar algo mejor que esto para aprovechar completamente las ventajas del fortalecimiento por comida. Por cierto, S’yne ya estaba en su segundo plato.

“Pequeño Naofumi. ¿Puedes prepararnos algo que tenga un mejor sabor con alcohol?” preguntó Sadina.

“Sí. ¿Qué tal algo de salsa?” preguntó Shildina. ¡A partir de sus pedidos, parecía que las hermanas ballena asesina también sabían lo que era! Ese par tenía un buen sentido del gusto. “Fabriqué esto yo misma con los mismos materiales. ¿Qué opinas?” Shildina me mostró un ofuda. Parecíamos haber encontrado un buen material.

“Oigan, esto tiene muy buen sabor… ¡Vaya! ¡Estoy sintiendo un increíble incremento de experiencia y habilidades! ¿¡E incluso un efecto imbuido!?” exclamó Kizuna. Un solo bocado de esto era igual a un plato lleno de mis otros platillos en términos de habilidades e incrementos. No daba tanta experiencia, pero de seguro era mejor que sentirse hinchado de tanto comer. “Tiene buen sabor, pero no tanto como para querer comer sin parar. Está en un punto intermedio.”

“En efecto,” estuvo de acuerdo Glass.

“Si pudiéramos lograr comer un poco de esto con cada comida, deberíamos ser capaces de cubrir cualquier brecha con los otros métodos de incremento de poder,” dijo Raphtalia.

“¡Esto es increíble!” dijo L’Arc. “¡Es un poco salado, pero de todas formas muy bueno!”

“No puedo creer que hayas cocinado esto,” dijo Yomogi. “Impresionante.”

“Lo sé. ¡Es como si una fuerza desconocida estuviera fluyendo a través de mi cuerpo!” estuvo de acuerdo Tsugumi, también sorprendida. “Creo que podría luchar toda la noche.” Era bueno que a todos pareciera gustarle.

“Naofumi, realmente puedes hacer lo que sea, ¿no?” dijo Kizuna.

“Kizuna, necesitamos que también aprendas a hacer cosas como esta y cosas nuevas por tu cuenta. Una vez que este problema esté solucionado, yo regresaré a nuestro mundo,” le dije. Un héroe de arma sagrada que me dejaba todo a mí, y que era incapaz de hacer algo por su cuenta, solo era una idiota.

Tomen a Itsuki, por ejemplo—cada vez que comíamos, siempre tocaba una canción que incrementaba la experiencia que él había aprendido solo para ayudarnos. Era una pieza distinta al Tango del Dios de la Gula que facilitaba la digestión.

“Lo sé, lo sé,” dijo ella sin convicción.

Y así, mi pastel de sangre fue devorado en un parpadeo.

“Si podemos hacer de este un platillo regular, creo que serán capaces de enfrentar lo que sea que venga,” dije. “¿Están de acuerdo?”

“Sí. ¿Por qué no? Creo que da mejores incrementos de estadísticas que algunos niveles más,” dijo Kizuna.

“Dicho eso, estoy bastante seguro de que terminaremos alcanzando alguna clase de límite,”  respondí.  Después  de  alcanzar  un  cierto  multiplicador  de  bono,  los  números siguientes disminuían. Eso siempre sucedía. Estaba bastante seguro de que un muro como ese estaba esperándonos más adelante.

“Ahora dinos… ¿qué es esto? A primera vista luce como un panqueque. ¿Es fácil de preparar?” preguntó Kizuna. La Dragona Demonio, incapaz de aguantarlo por más tiempo, cruzó sus brazos y extendió sus alas para flotar triunfantemente en el aire.

No necesitaba que se metiera en esto, por lo que le señalé para que bajara. Kizuna miró hacia el rostro sonriente de la dragona, y después miró hacia mí. “¿Lo preparaste con los materiales que encontramos en el castillo de la Dragona Demonio? Eso los haría bastante raros, ¿no?” continuó Kizuna.

“Son raros, pero no tenemos problemas para acceder a ellos. De otra forma, no encajaría con los requisitos. Después de todo, necesitamos suficiente para alimentar a cada una de las personas aquí,” dije.

“… Oye, Naofumi. ¿Puedes decirnos de qué está hecho?” dijo Kizuna.

“Se ve como un pastel de chocolate con un sabor salado,” dijo Itsuki, proporcionando sus propias impresiones.

“En efecto,” estuvo de acuerdo Rishia, también sonando un poco confundida.

“Pero el sabor no era a chocolate,” dijo Kizuna. “¿De dónde viene el color?” Todos comenzaron a verse preocupados, como si los hubiera alimentado con algo aterrador. Estaban exagerando.

“Solo es un platillo altamente eficiente, eso es todo. El proceso de desintoxicación es un poco molesto, pero ciertamente valen la pena los problemas,” dije.

“¿Eh? ¿Acaba de decir desintoxicación?” preguntó Raphtalia. Ellos parecían haberse dado cuenta de que yo no iba a darles una respuesta apropiada, y por lo tanto casi todos miraron hacia Filo. Las hermanas ballena asesina estaban comiendo sabiendo lo que era, así que muy probablemente habían decidido mantener la boca cerrada. Filo era la excepción aquí porque aún no había comido nada.

Había removido todo el veneno de él. Pero ellos estaban mirando hacia mí como si hubiera algo horrible en su interior. Tuve sentimientos encontrados al respecto. Todos ellos habían dicho que les gustaba mientras se lo estaban comiendo.

“Esperen, Naofumi…” Kizuna apuntó hacia el pastel de sangre, mientras su rostro se ponía pálido.

“Dime, Kizuna… si hubiera un juego donde reúnes ingredientes para preparar comida y fortalecer a tus aliados, ¿qué clase de ingredientes crees que le darían mejores efectos a la comida?” le pregunté.

“¿Eh? Supongo que algo que encontrarías en una mazmorra secreta o tal vez en la etapa final…” reflexionó Kizuna. Ella de pronto miró nuevamente hacia la Dragona Demonio, quien todavía tenía una mirada engreída en su rostro.

“Correcto,” dije. “Este es un pastel de sangre. Como pueden darse cuenta a partir del nombre, mezclé sangre de la Dragona Demonio con los ingredientes.”

“¡Fuehhhh!” gritó inmediatamente Rishia. Decidí tomarla en cuenta esta vez. Tan pronto como revelé la verdad, todos quienes carecían de completo dominio de sí mismos—todos a excepción de Raphtalia, Raph-chan, las hermanas ballena asesina, Itsuki, y Ethnobalt— pusieron sus manos en su boca y corrieron hacia la puerta.

“¿¡Cuál es su problema!?” grité. “Esta es comida súper eficiente. ¡Cómansela toda!”

“¿¡Hablas en serio, Niño!? ¡Hay líneas que no deberían cruzarse!” gritó en respuesta

L’Arc. No me importaba. Teníamos mejores cosas de las que preocuparnos que de comer un poco de pastel de sangre. Más tarde descubrí que L’Arc había tratado de vomitar, pero que no pudo—su cuerpo sabía que era bueno para él.

“Literalmente les estoy dando mi cuerpo,” dijo la Dragona Demonio, muy molesta. “¡No debe desperdiciarse! ¡Es imperdonable!” Después de todo, ellos se lo habían comido. Ir a tratar de vomitarlo era bastante grosero.

“¡No necesito tu perdón!” gritó en respuesta L’Arc.

“¡Después de pasar por todos esos problemas para hacerles un pastel de sangre fácil de comer! Tal vez prepare un Bloody Mary la próxima vez. ¡Al menos las hermanas ballena asesina se lo beberán!” dije. Además, un sistema de entrega más directo podría incrementar el efecto.

“¡Ese no es el problema!” gritó L’Arc.

“¿De verdad esta es la única forma de superar las batallas que nos esperan?” se preguntó Raphtalia.

“¡Y ahora se quejan después de haber usado todo tipo de armas y armaduras hechas de mí!” rugió la Dragona Demonio.

“Fabricamos algunas cosas después de que te derrotamos, seguro… pero a mí me parece un asunto diferente,” dijo Kizuna.

“Claramente es lo mismo. Extraemos sangre de la Dragona Demonio, quien después la recupera comiendo y usando magia de sanación y medicina. Mientras tanto, nosotros usamos esa sangre, la cual básicamente es poder extraído de la dragona, mezclándola con nuestra comida para finalmente comerla. Incrementa enormemente la experiencia recibida. Eso nos permite proporcionar comida incluso mejor a la Dragona Demonio,” expliqué.

Era la relación ideal, un verdadero círculo de la vida en marcha. Si ellos no querían depender de la Dragona Demonio, podíamos criar a un monstruo más apto para la tarea. Era solo que la sangre de la Dragona Demonio había sido la mejor para ser convertida en un platillo.

Yo honestamente tampoco creía que algún otro monstruo pudiera proporcionar el mismo volumen de materiales que la Dragona Demonio. ¿Tal vez aceptarían a Filo? Ella ahora mismo era la reina celestial del viento. Miré hacia ella… para verla sacudir su cabeza con fuerza.

“¡Buu! ¿¡Quiere convertirme en comida!?” preguntó ella.

“Apuesto a que Motoyasu lo comería, sin importar lo que prepare,” dije.

“¿¡Qué!?” exclamó Filo. Podía pensar en algunos chistes que decir, pero normalmente no usaba el humor negro.

“Creo que Kizuna y los demás aceptarían un caldo de pollo. Sin embargo, significaría que debes tomar un largo y caliente baño, Filo,” le dije.

“¡Nunca!” respondió ella.

“¿El agua de baño de Filo? ¡Eso es demasiado grotesco!” dijo Kizuna. Motoyasu probablemente se la bebería de un solo trago. El amor podía ser una amante exigente…

“Eso me recuerda, en Siltvelt había un platillo preparado con leche de mujeres teriántropo, ¿no…?” murmuró Raphtalia, con sus ojos observando hacia la distancia. Yo también había escuchado de ese platillo.

“Este platillo es de la más alta calidad,” dije. “¡Si no van a comérselo, entonces vayan a morir en batalla para perjudicarnos a todos!”

“¡Eso es sucio, Niño!” respondió L’Arc. Es decir, a algunos de ellos podría no gustarles el sabor, pero esta era por mucho la comida más eficiente que podía preparar en este momento.

“Piensen en él como un suplemento nutricional,” dije. Yomogi y Tsugumi habían dicho algo así. Ellos deberían pensar en ello como algo usado por los oficinistas que necesitaban un empujón para pasar una hora extra de trabajo.

“Maldita sea,” maldijo L’Arc.

“¡Podríamos aprovechar de secar a la dragona y deshacernos de ella!” dije.

“¡Inténtenlo si pueden!” rugió la Dragona Demonio. Al menos ella estaba siguiendo el juego.

“Se siente como si hubiésemos llegado a un punto inevitable… Quién como usted, Naofumi-sama,” dijo Raphtalia, aparentemente dándose por vencida.

“Los necesitados no pueden ser quisquillosos… Necesitamos hacer lo que sea para superar los desafíos que nos esperan,” dijo Glass, accediendo de mala gana. Los únicos que todavía tenían un problema eran Kizuna y L’Arc.

Aun  así,  incluso  aunque  esto  involucraba  un  poco  de  alimentación  forzada,  el fortalecimiento usando el espejo de las armas vasallas iba muy bien. El fortalecimiento del libro también iba avanzando bien. Mi preocupación era cuánta diferencia harían los métodos de incremento de poder de las armas sagradas en favor de nuestros enemigos. En términos de niveles, simplemente seguíamos subiéndolos—sin saber hasta qué punto debíamos llegar.

“Mmm.” La Dragona Demonio estaba frunciendo un poco el ceño. Sus orejas se levantaron.

“¿Qué pasa?” pregunté.

“Siento una extraña presencia avanzando a través de mi territorio,” respondió ella. Me pregunté qué podría significar eso—tal vez otro visitante como Ren II. En ese mismo momento, un mensajero apareció en la sala de la reunión.

“¡Reporte de emergencia, Rey L’Arc! Hemos recibido noticias de que fuerzas hostiles están avanzando hacia nuestras fronteras,” reportó el hombre.

“Tal parece que ellos han tomado la iniciativa,” dije.

“¡Bah! ¡Muy bien! ¡Informa a nuestros aliados! ¡Prepárense para partir!” gritó L’Arc.