Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 19

Capítulo 5: Camuflaje de Estado

 

 

Caminé lentamente a través de las ruinas del inútilmente enorme castillo. El lugar era realmente enorme. Tal vez debido a la necesidad de dar espacio a los monstruos, los corredores eran amplios y los techos altos. Estaría dispuesto a apostar en que había una entrada hacia un laberinto subterráneo detrás de ese trono, tal como en ese juego.

Si fuera así, todo esto era una pérdida de tiempo… Sin embargo, cuando pensaba en los castillos de monstruos de mi vasta experiencia en juegos, imaginaba piscinas de veneno, misteriosas barreras y toda clase de trampas extrañas.

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Justo en ese momento, una extraña sombra se movió a través del corredor en frente de mí. Miró hacia mí y pareció bajar su cabeza antes de partir. A primera vista, parecía ser un enorme monstruo con dos cuernos. Me pregunto si era uno de los subordinados de la Dragona Demonio. No había sido un animal.

Era demasiado único para eso. Si tuviera que escoger algo… diría que era una oveja muy musculosa. Aunque no sonaba bien. A partir del castillo a mi alrededor y el monstruo que acababa de ver, era como si estuviera dentro del Castillo de Siltvelt una vez más. Quizás era eso—este lugar se parecía a Siltvelt.

Si estos monstruos podían entender el lenguaje humano, podrían estar en una categoría similar a los teriántropos. Si ese era el caso, este lugar de verdad sería como Siltvelt. En este mundo, aquellos como los teriántropos, quienes estaban muy alejados de una forma humanoide, podrían ser agrupados con los monstruos. Ahora yo le gustaba al rey de estos monstruos, y por lo tanto me estaban dando la bienvenida.

Todo se sentía un poco incómodo.

Sentí algo y me di la vuelta. S’yne estaba ahí, en silencio. Esto de verdad se estaba comenzando a sentir como una película de horror. Si ella estaba ahí, debió haber dicho algo. Incluso si dividirnos solo había sido una fachada, todavía necesitábamos estar separados.

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Puede que no consiga nada de tiempo solo, al menos no en un futuro cercano.

Todavía un poco irritado, regresé a la sala del trono como decía el plan. Todos los demás también habían regresado… excepto Glass. Ahora esto de verdad se estaba pareciendo a una película de horror.

“Bien. Todos a excepción del Héroe del Abanico han regresado,” dijo la Dragona Demonio, todavía hablando dentro de nuestras cabezas. “Héroe del Escudo, la transmisión.”

“Estoy en ello,” dije.

“¿Glass está bien?” preguntó Kizuna.

“No hay necesidad de preocuparse. Por ahora, solo están siguiendo al Héroe del Abanico,” reportó la dragona. Invoqué un Espejo Flotante y ajusté las cosas para ver más allá del  espejo  objetivo.  La  Dragona  Demonio  también  ajustó  el  espejo  que  ella  estaba sosteniendo, y logramos ver una transmisión en vivo de los eventos.

Glass estaba caminando a través de las ruinas, en alerta, pero no demasiado tensa. A partir de sus alrededores, ella ya estaba muy lejos de la sala del trono. Ella definitivamente no sería capaz de escucharnos hablar ni nada parecido.

Con un rugido, la chica con orejas de perro del grupo repentinamente apareció y saltó hacia Glass. Glass dejó salir una suave exclamación y desvió fácilmente el ataque en camino, para luego golpear a su atacante con una esquina de su abanico. La chica con apariencia de perro aulló del dolor, cayendo de trasero y sosteniendo su cabeza con sus… ¿patas? ¿Estaba imaginando cosas, o ella se veía como una niña?

“¿Por qué nos estás atacando sin provocación?” Ren II y el resto de su grupo apareció, gritando acusaciones.

“Esa es mi línea. Ella claramente estaba tratando de lastimarme. Expliquen esto,” dijo fríamente Glass.

“¿Tu línea? ¡Esa es mi línea!” respondió fluidamente Ren II.

“¡Sí! ¡La mujer mala me golpeó!” chilló la chica con apariencia de perro. Tenía ganas de sacarle la verdad con mis propias manos. Si Filo alguna vez hacía algo así, ella sin dudas sería castigada. Por supuesto, a menos que involucrara patear a Motoyasu—como había sucedido en el pasado.

Estaba completamente de acuerdo con más de eso. Filo no era una mentirosa; ella simplemente no sabía lo que estaba pasando. Una vez que descubrimos la verdad, ella había respondido todo honestamente.

“Maestro, ¿está pensando algo sobre mí? Yo nunca haría algo así,” me aseguró Filo. “Lo sé. Decir mentiras está mal,” respondí. Filo asintió, y yo le acaricié su cabeza. Ella sonrió. “¡El Maestro me está acariciando!”

“Así se hace, Filo. No copies eso. Melty también se enojaría,” agregó Raphtalia. “Lo sé, lo sé. Pero ¿por qué ella está actuando así?” preguntó Filo.

“Ellos quieren crear una excusa para atacar a Glass. Después tratarán de salirse con la suya diciendo que este lugar es tan peligroso que la confundieron con un monstruo,” expliqué. Seguimos mirando la escena.

“No podrán salir de esta con mentiras como esa,” dijo Glass, apuntando su abanico decididamente hacia Ren II y su grupo.

“Me disculpo. Debido a lo peligroso de este lugar, nosotros también estamos un poco nerviosos. Ella probablemente perdió la capacidad de diferenciar entre un humano y un monstruo en ese momento,” explicó Ren II. No le había dado muchas vueltas a lo que le dije a Filo, pero había estado en lo cierto. Odiaba la sensación producida por saber que estaba comenzando a entender lo que pensaban estos idiotas. “Dicho eso,” continuó Ren II, “tú claramente eres considerablemente hábil, pero aun así escogiste contraatacar. Creo que deberías disculparte.”

“Ustedes atacaron primero. Lo correcto es que ustedes se disculpen conmigo,” respondió Glass.

“Lo hice. ¿No me escuchaste? Ahora tú discúlpate,” respondió Ren II. Él era como un pandillero de mierda—creía que un casual me disculpo era suficiente.

“Me disculpo,” logró decir Glass después de una pausa. “¿Eso es suficiente para ti?” Sin embargo, inmediatamente después de que Glass completó su propia disculpa falsa, la chica con orejas de perro que fue golpeada comenzó a revolcarse.

“¡Duele mucho! ¡Voy a morir! ¡Morir, morir, morir!” Ella estaba exagerando un poco— a partir de lo que podía ver, ni siquiera había una marca.

“¿¡Estás bien!?” Ren II rápidamente le siguió el juego. “¡Oye! ¡No perdonaré este nivel de brutalidad!”

“¿Por qué no usas magia de sanación? ¿Un ofuda? ¿Al menos una poción? Si es que realmente está muriendo,” respondió Glass, manteniendo la calma, pero viéndose abatida. Ren II ni siquiera parecía haberla escuchado.

“¿Crees poder escapar de esta solo porque eres un héroe de arma vasalla? ¡No eres digna de esa arma vasalla, en lo absoluto!” la acusó Ren II.

“No veo ninguna conexión entre que tu compañera me haya atacado y mi arma vasalla,” respondió Glass. Estaba de acuerdo con ella. Todo lo que ella había hecho fue defenderse de un ataque repentino.

Esto era como alguien fingiendo una herida para cobrar una licencia médica. Glass no merecía que un sujeto así le dijera que ella no era apta para portar un arma vasalla—y antes de siquiera considerar eso, Glass ni siquiera había revelado que ella era una portadora de arma vasalla. Ren II y sus secuaces tenían sus armas listas, preparados para atacar a Glass en cualquier momento. Este era el colmo de la estupidez, eso era seguro.

“¡No te saldrás con la tuya!” escupió Ren II. Él de verdad era como una polilla que volaba hacia las llamas. No sabía que solo le esperaba la muerte.

“Oigan, miren eso. La chica que dijo que iba a morir también va a ser parte de la batalla,” destacó Itsuki.

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“No puedo creerlo,” se lamentó Raphtalia. Rishia hizo su sonido estúpido de siempre, el cual ignoré. “Todo es muy rebuscado, pero supongo que tiene sentido dentro de sus propias reglas internas retorcidas,” continuó Raphtalia.

“Una batalla por el honor de su camarada herida, ¿correcto?” confirmé. Lanzar el primer ataque y después quejarse al resultar herido—tal vez debería llamarlo Motoyasu III. Pero no, incluso Motoyasu no había llegado tan lejos. Glass estaba apretando su abanico con fuerza, claramente sintiéndose molesta y furiosa.

“Yo no tentaría mi suerte. Solo váyanse antes de hacerme enojar aún más. Todavía pueden salir ilesos de esto,” les advirtió Glass.

“¡Silencio! ¿Hieres a mi compañera y ahora vienes con esa actitud arrogante? ¡No tienes el derecho de darme órdenes!” dijo Ren II. Él procedió a desenfundar su espada y arremetió hacia Glass junto a sus compañeras.

Glass fluyó como el agua, redirigiendo la espada de Ren II con su abanico, pasando a su lado mientras lo golpeaba con la punta de su arma, y después efectuando otro golpe sobre la chica con orejas de perro mientras ella se acercaba.

El rápido intercambio ya había producido toda clase de gritos de dolor. Otra del grupo disparó una bola de fuego desde la retaguardia. Era magia de un ofuda probablemente con la intención de ser apoyo, pero Glass la recibió con su abanico y la envió de regreso.

“¿¡Redirigió mi magia!?” exclamó la pobre idiota.

“¿¡Qué!? ¿Ella nos está atacando? ¡Sí que tiene poca paciencia para ser un héroe!” gritó otra.

“¡Voy a defenderme! ¡Eso es evidente! ¡Cesen su insolente ataque o prepárense para pagar con sus vidas!” Glass estaba perdiendo la paciencia, eso estaba claro. Sin embargo, Ren II parecía pensar que ellos aún podían ganar, ya que mostró una sonrisa de confianza.

“¡No podrás seguir hablando así por mucho tiempo! Solo entrega esa arma—” comenzó a decir él, a punto de regresar a la batalla. En ese momento fue cuando la Dragona Demonio bajó el espejo en una posición en la cual nosotros todavía podríamos ser capaces de observar la batalla y voló para aterrizar entre Glass y Ren II. El idiota y su grupo observaron la escena, un poco perplejos.

“Dejen de causar alboroto en mi castillo,” dijo la dragona.

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“¿Qué? ¿¡Habló!?” Ren II y su grupo se veían atónitos. La chica con orejas de perro se congeló en su lugar al solo ver a la Dragona Demonio.

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“Portadora del abanico de las armas vasallas, puedes retroceder. Yo lidiaré con esto, tal como estaba planeado,” dijo la dragona. Glass se alejó de la dragona, aunque no se veía muy feliz al respecto.

“¿Qué diablos eres tú?” gritó Ren II.

“¿No eres capaz de entender mis palabras? Este es mi castillo. ¿Entiendes? Normalmente ni siquiera me molestaría en hablar con escoria como tú, pero en este momento, estoy tratando de mostrar mi lado más suave,” dijo la dragona. Aunque sabía la respuesta, esperaba que no fuera por mí.

“Has cambiado, ¿no crees?” dijo Glass, ignorando completamente a Ren II.

“Es una de mis mejores cualidades. Tampoco diría que cambié. He madurado,” respondió la dragona. No estaba seguro de que madurar fuera la palabra correcta.

“¿¡El  rey demonio  y los héroes están  en  buenos  términos!?  ¡Esto es  una locura!

¡Imperdonable! ¡Tenemos que hacer esto público, por el bien del mundo!” gritó Ren II, con su rostro mostrando una mezcla de tensión y emoción ante esta revelación. Ahora un ladrón estaba hablando acerca de proteger el mundo.

“Hah. Solo significa que estamos más allá de los tiempos en que los héroes y los reyes demonio deberían luchar. Si no entienden eso, no hay mucho más que pueda decir—solo que, con tal ignorancia, no son adecuados para ser héroes,” escupió la dragona hacia Ren II y su grupo, cambiando gradualmente desde la forma de bebé dragón hacia algo solo un poco más intimidante. Influenciadas por la magia de la Dragona Demonio, las paredes del corredor— en ruinas—se expandieron para adecuarse a su nueva forma. Este castillo era una verdadera caja de sorpresas. “No tienen nada de qué preocuparse. La portadora del abanico de las armas vasallas no participará en la batalla. Yo lucharé contra ustedes, junto a mis subordinados.”

“¡Hah! ¡Si te matamos, entonces nosotros seremos los héroes, y todos los héroes trabajando junto al rey demonio serán criminales! ¡Todas! ¡Esta es nuestra batalla decisiva!” gritó Ren II. Sus integrantes de grupo gritaron en respuesta enérgicamente, aparentemente creyendo que iban a ganar. Su moral estaba alta, les daría crédito por eso… pero me hacía preguntarme si podían ver la disparidad en la fuerza de combate.

Miré hacia Kizuna, y ella también tenía una mirada de molestia en su rostro. “No vas a pedir que los dejemos ir, ¿o sí?” le pregunté.

“Lo pensé… pero estos integrantes de la Vanguardia de las Olas también me han causado muchos problemas…” Incluso Kizuna sonaba cansada de tratar de protegerlos de su propia estupidez. “La Dragona Demonio les ha dado muchas oportunidades de escapar, y ellos deben haber escuchado los rumores acerca de lo que pasa cuando luchas contra ella. Si hubieran rogado por sus vidas, yo habría intervenido.”

“Ellos están enfrentando esta batalla por voluntad propia, así que no tenemos el derecho de intervenir,” agregué. Había que dejarlos caminar hacia la trituradora de carne. Como si me importara.

“En este punto está claro que son parte de la Vanguardia de las Olas,” intervinieron las hermanas ballena asesina, identificándolos inmediatamente. Ya no había razón para protegerlos.

“Entiendo. Pero esto no es valentía. De seguro solo es imprudencia. La Dragona Demonio al menos es tan fuerte como cuando luché contra ella, incluso más fuerte ahora,” dijo Kizuna.

“Apuesto a que lo es. En vez de imprudencia, yo diría que ellos están siendo controlados por sus deseos,” respondí.

La Dragona Demonio levantó su garra y el monstruo que había bajado su cabeza hacia mí antes apareció desde la oscuridad.

“Yo, Dainbulg de la Tierra, uno de los Cuatro Reyes Celestiales de la Dragona Demonio, he llegado en respuesta al llamado de mi maestra…” dijo la bestia. Eso tenía sentido. Él rápidamente fue seguido por dos sombras más.

“Yo, Krimred del Fuego, uno de los Cuatro Reyes Celestiales de la Dragona Demonio, he llegado en respuesta al llamado de mi maestra…” dijo otro.

“Yo, Akvol del Agua, uno de los Cuatro Reyes Celestiales de la Dragona Demonio, he llegado en respuesta al llamado de mi maestra…” dijo otro más. Cada uno de ellos bajó su cabeza hacia la Dragona Demonio y después se dieron la vuelta hacia Ren II.

Esperen, pensé. El nombre era Cuatro Reyes Celestiales. ¡Nos faltaba un rey! “¿Qué hay de Kuflika del Viento?” preguntó la Dragona Demonio.

“No sabemos,” dijo uno de los tres.

“Bien,” respondió la dragona. ¡Este no era el momento para solo un bien! ¡Ella le estaba quitando toda la tensión al momento!

“¡Estás expuesta!” Ren II tomó la breve conversación como una abertura, arremetiendo hacia la Dragona Demonio con un rugido. Él realmente parecía carecer de autocontrol.

La Dragona Demonio levantó una garra de nuevo y un círculo mágico apareció en el aire alrededor de Ren II, restringiéndolo en el lugar. Él gritó, su grupo gritó, y dentro de todos los gritos no pude escuchar a nadie gritando su nombre. Esto ya se estaba convirtiendo en un patrón. Probablemente nunca, pero nunca más seré capaz de conocer los nombres de mis enemigos.

 “¡Papá!” gritó la chica con orejas de perro. Así que él la había criado—ahora no había dudas de por qué era tan perra.

“¡Atacar a alguien durante una conversación!” resopló la dragona. “Como alguien a quien respeto una vez dijo, Esa no es una abertura, sino una oportunidad para probar tu superioridad. Has fallado en esa oportunidad, renacido.”

“¡Libéralo ahora mismo!” gritó una de las mujeres de Ren II mientras el propio Ren II continuaba gritando. Más de las mujeres gritaron de la ira mientras se unían a la batalla, pero los tres de los Cuatro Reyes Celestiales de la Dragona Demonio se interpusieron en su camino. Me pregunto cómo este grupo de idiotas podía creer que tenían alguna posibilidad de ganar.

“¿¡Cómo sabes eso!?” logró exclamar Ren II.

“Porque ya sabemos todo de ti. ¿Qué? ¿Creías que eras especial? ¿Que nadie sería capaz de ver la verdad?” se burló la dragona.

“¡Bah! ¡Y qué! ¡No hay forma de que puedas derrotarnos!” parloteó Ren II, todavía sonando muy confiado. La Dragona Demonio liberó las restricciones sobre Ren II y lo arrojó volando hacia las mujeres detrás suyo.

Con un gruñido, él se recuperó, rodando a través del suelo un par de veces antes de volver a ponerse de pie para reanudar la batalla. Si quería huir, esta era su oportunidad… pero no íbamos a intervenir para salvarlo.

Él se lo había buscado. Yo podía simplemente sentarme a comer mis palomitas de maíz (habría sido genial tener algunas) y ver el espectáculo.

“Mmm… todavía no puedo decir que me parece bien todo esto,” dijo Kizuna, frunciendo sus cejas mientras la escena se desarrollaba.

“Estos renacidos fueron seleccionados exactamente porque no hay forma de hacerlos entrar en razón. Ese es el problema aquí. Ellos solo se pueden llevar bien con mujeres de mierda como Perra,” dije.

Si ellos estuvieran dispuestos a escuchar razones, no estaríamos viendo la escena actual. Quizás podríamos formar nuestro propio grupo de perras y usarlas para manipular a los Vanguardias, pero parecía improbable. Aunque los cerdos vuelen… probablemente no querrían hacerlo.

“Aun así, si les explicamos todo, podrían ser capaces de dejar de lado estas erróneas ambiciones que los manejan,” insistió Kizuna. Ese amor que ella sentía por todos era perfecto para un héroe, tenía que darle crédito por eso.

Pero por quienes lo estaba sintiendo ahora mismo eran renacidos, personas escogidas y envenenadas por el titiritero detrás de todo este asunto. Otros como ellos ya habían causado muchos problemas para Kizuna y sus aliados. Esas experiencias definitivamente han fortalecido a L’Arc y Glass, incluso a Kizuna.

“Si ellos pretenden entender, pero en cambio ponen en marcha alguna clase de plan horrible, nosotros somos quienes terminaremos pagando la cuenta. No tenemos la libertad para ofrecerles nuestra simpatía,” expliqué.

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“¡Pero!” exclamó Kizuna. Entendía lo que ella quería decir. En serio. Pero la única forma de hacerlo era convencerlos, y eso era imposible. Kyo, Takt, Miyaji, y cada renacido con el que habíamos hablado eran iguales. Mientras más hablábamos, más caían en la retórica del más apto sobrevive y menos nos escuchaban.

Aun así, cuando nosotros mostrábamos nuestra fuerza superior, ellos eran rápidos para recurrir a sus métodos cobardes. Si ellos simplemente pusieran una rodilla al suelo después de ser derrotados, al menos se podría decir que cayeron luchando por sus creencias. Pero la derrota solo les hacía quejarse y resistirse, causando más problemas.

Honestamente, no había nada más que pudiéramos hacer. No había ninguna teoría del más apto sobrevive que solo aplicara a aquellos que podías derrotar. Y además habíamos luchado contra ellos más veces de las que podía contar. Ya no tenía caso esperar encontrarnos con una excepción a la regla.

“Incluso si ellos escuchan lo que tenemos que decir, y deciden unirse a nosotros desde el fondo de sus corazones, sus cabezas probablemente solo explotarían,” agregué.

“A partir de lo que hemos visto, eso suena más que probable,” intervino Itsuki, asintiendo. Ese era el otro problema. Si ellos trataban de explicar quiénes eran, serían silenciados mediante la destrucción de su propia alma.

Aquel detrás de ellos, aquel que se hace llamar Dios, los hacía explotar si algo de lo que decían iba a revelar algo acerca de ellos.

Tal explosión definitivamente era una posibilidad, y no había garantías de que ellos no nos traicionarían. Incluso si usábamos un sello de esclavo… o en este mundo, un ofuda de esclavo, no podíamos confiar en ellos.

Mientras yo estaba debatiendo esto con Kizuna, ocurrió un cambio en la batalla entre la Dragona Demonio y Ren II.

“Todavía no hemos terminado. ¡Si crees que esa clase de ataque nos va a derrotar, te llevarás una gran sorpresa!” rugió Ren II. Él estaba subestimando completamente a su oponente, o tal vez era incapaz de rendirse… Quizás había una razón. La verdad no me importaba, pero me hacía preguntarme cuál era el problema de este sujeto. Él estaba enfrentando a cuatro monstruos enormes, uno de ellos la propia Dragona Demonio, pero aun así se veía tan confiado de su victoria que pensarías que ya había ganado. Todos a mi alrededor parecían estar sintiéndose de la misma forma. Sin importar cómo vieras esta situación, él no iba a ganar. “¡Todas!” gritó Ren II. “¡Estos sujetos solo son fanfarrones!

¡Podemos derrotarlos, se los prometo!” No sabía cómo habían sido los renacidos durante sus vidas, pero supongo que eran reencarnados con el conocimiento de juegos que jugaron mientras vivían, como los otros tres héroes sagrados de nuestro mundo. Entonces este sujeto puede haber jugado una misión para derrotar al Dragón Demonio y pensaba que conocía las estadísticas de los enemigos que estaba enfrentando… Eso lo explicaría. Pero, con sus estadísticas, él nunca derrotaría a la Dragona Demonio por su cuenta.

La Dragona Demonio había hecho algunos ajustes al sistema de ofuda de control que Kizuna había empleado y estuvo emocionada de mostrarme lo mucho que había crecido. Ella también estaba recibiendo los bonos de ajuste de crecimiento de mí, como los desbloqueados por Gaelion, y se había esforzado mucho subiendo de nivel.

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Ella incluso ya había pasado por una subida de clase. La recordaba presumiendo acerca de lo mucho que sus estadísticas habían aumentado cuando se transformó. Y aquí estaba ella, ahora en su forma de dragón adulto, mucho más apta para la batalla. A diferencia de Gaelion, ella era bípeda, lo cual significaba que podía recitar magia en cualquier momento.

“Mmm. No pareces estar esperando mucho de mí… pero tal vez eso es razonable,” admitió la Dragona Demonio. “¡Renacido! Ya que este lugar será tu tumba, permíteme compartir algo de misericordia contigo. Los portadores de armas sagradas y vasallas, comúnmente conocidos como héroes, tienen una resistencia a ser analizados. Incluso si tratas de esforzarte para dar un vistazo a sus secretos, lo mejor que conseguirás será sus niveles. Es imposible ver sus detalles.”

“¿Eh?” No estaba seguro a lo que ella quería llegar, pero era verdad—eso fue lo que pasó cuando di un vistazo al estado de Ren II hace un rato.

“Es por eso que me tomó tanto tiempo analizarte. Es por eso que he estado ganando tiempo,” dijo la dragona. Después ella tronó sus garras, y fue como si algo fuera repelido. El rostro de Ren II se puso visiblemente pálido, y entonces él de pronto se dio la vuelta y corrió sin mirar atrás hacia sus compañeras. Las mujeres y la chica con orejas de perro gritaron hacia él de la sorpresa.

“¡Todo esto es parte del plan!” les gritó Ren II. “¡Todas! ¡Consíganme algo de tiempo!” las mujeres siguieron sus órdenes, incluyendo a la chica con orejas de perro, levantando sus armas y corriendo hacia la batalla.

“¡Espera! ¡Yo voy contigo!” gritó una de las mujeres. Ella tenía el rostro clásico de una perra, exactamente como la clase de mujer que yo no podía soportar.

“¿Acaso no pueden caer más bajo, escorias? ¿Dejar de lado a sus aliados y correr por sus vidas? Es verdaderamente patético.” La Dragona Demonio levantó una pata, deteniendo la magia en camino disparada por las mujeres. Las paredes en la dirección en la que Ren II estaba corriendo se cerraron, y los tres de los Cuatro Reyes Celestiales también se movieron para bloquear su avance.

“El grupo del renacido intenta escapar. Ellos fallaron en su intento,” dije.

“¿Eh? Naofumi-sama, no se equivoca, pero ¿por qué lo está diciendo de esa forma?” dijo Raphtalia.

“¿Rafu?” dijo Raph-chan. Supongo que las referencia de RPG no funcionaban aquí.

Siempre era difícil huir de un encuentro con un jefe—al menos casi siempre.

“Naofumi, ¿puedes por favor dejar de hacer tus chistes aburridos en momentos como este?” me pidió Kizuna.

“Es decir… ¿tratan de escapar? ¿Acaso ese no es el chiste aquí?” contraataqué. “¿Por qué crees que él de pronto decidió escapar?” preguntó Kizuna.

“Creo que lo sé. Estoy suponiendo que él puede ver las estadísticas del enemigo,” dije. Varias personas dejaron salir ruidos de sorpresa. Eso explicaría por qué yo había visto su estado, gracias a las propiedades reflectantes de mi espejo.

“¡Bah! ¡Fuera de mi camino! ¡Ya sé! ¡Transcripción de Retorno!” Ren II sacó un objeto para huir. Aquí en este mundo, los objetos de teletransportación eran vendidos en las tiendas.

“Eso no funciona en el continente de la Dragona Demonio,” dijo despreocupadamente Kizuna. Tenía que haber un reloj de arena del dragón en algún lugar, el cual estaba restringiendo el uso de tales objetos.

“¡Imposible! ¡Pagué mucho dinero por esta Transcripción de Retorno personalizada!, ¿¡Por qué no funciona!?” dijo furioso Ren II. Parecía ser que él tenía un objeto bastante especial.

“No tienes esperanza. Yo soy la personificación del mal. ¿Crees que tus baratijas funcionan en mi presencia?” dijo la Dragona Demonio. Parecía que las Transcripciones de Retorno eran selladas cuando ella estaba presente.

“Deberíamos hacer que la Dragona Demonio nos entregue eso más tarde para analizarlo,” sugirió Itsuki.

“Una Transcripción de Retorno que lleva hacia un reloj de arena del dragón en otra nación podría ser muy peligrosa,” murmuró en respuesta Ethnobalt. Él tenía razón. Si ellos tenían algo así de peligroso, necesitaríamos investigarlo y estar preparados para enfrentarlo.

“¿No crees que deberías decirles la verdad a tus amigas? ¿Que nunca podrás derrotarnos, sin importar lo mucho que te esfuerces?” dijo la dragona. Su mirada era como la de alguien mirando un pedazo de basura.

“¡No es así!” protestó Ren II.

“Si realmente no quieres revelar el secreto, me fuerzas a hacerlo a mí,” continuó la dragona. “Este insecto tiene la habilidad de ver el estado de los demás, sin que ellos se den cuenta, y a partir de esa información decide si puede ganar o no. Él solo ha escogido las batallas que podría ganar… hasta ahora.” Eso era básicamente lo que estaba esperando. Miré hacia Itsuki.

“He escuchado de habilidades que permiten a alguien determinar la fuerza de los demás. Se llaman análisis o evaluación, o algo parecido,” me informó Itsuki. Él prácticamente tenía superhéroes en su mundo original, así que supuse que tenía sentido que alguien tuviera esa clase de poder.

“¿Es como ser capaz de ver el estado en un juego?” pregunté.

“Puede haber algunas personas que lo vean así. Hay algunas diferencias personales en ese aspecto,” respondió él. Itsuki me había dicho que había muchas habilidades diferentes. “También hay magia así.” Uno de sus aliados durante el incidente de la Iglesia de los Tres Héroes había sido capaz de eso, si es que recuerdo bien.

“Es por eso que,” continuó la dragona, con una pausa para darle dramatismo, “usé un pequeño truco para engañar a sus ojos y hacernos ver mucho más débiles de lo que somos en realidad.” Dándose la vuelta hacia Ren II, ella preguntó, “¿Qué te parece?”

Él había atacado a Glass bajo falsos supuestos y pensó que podía derrotar a la Dragona Demonio incluso después de descubrir quién era, debido a que lo que él estaba viendo le decía que todo era una mentira. Eso en realidad había sido una trampa puesta por la Dragona Demonio.

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Pero al remover su magia y revelar los números reales, Ren II rápidamente había comprendido que su equipo no tenía ninguna oportunidad y corrió por su vida, dejando atrás a sus aliadas para comprarle algo de tiempo, presumiblemente con sus muertes. No creí que podría pensar algo peor de él, pero probó que estaba equivocado. A él no lo importaba lo que sucediera, siempre y cuando sobreviviera.

“¡Eso no puede ser!” dijo una de sus mujeres. “Esa bestia está mintiendo, ¿cierto?”

“¡Tiene que ser así! ¡Podemos ganar si combinamos nuestras fuerzas!” dijo otra.

“E-eso… ¡eso es verdad! ¡Si luchamos con todo podremos ganar! Pero necesito algo de tiempo para lanzar mi nueva técnica. Necesito que me c-consigan… ¡que nos consigan algo de tiempo!” exclamó Ren II. Pero su petición entrecortada no ayudaba a su mentira. Las mujeres parecían haberse dado cuenta de lo que estaba pasando, ya que cada una de ellas comenzó a palidecer.

“¿Vas a continuar con esta farsa? Patético. ¿Y crees poder luchar contra un héroe con eso? Difícilmente vale la pena desperdiciar aire para reírse de eso,” dijo la dragona.

“¡Yo solo estaba siendo engañada!” Esto vino de la mujer con apariencia de perra en la parte de atrás, quien había proporcionado magia de apoyo. “¡Yo no he hecho nada malo! ¡Les entregaré a los demás como sacrificio si es que me perdonan la vida!” Ella tenía ambas manos juntas, casi como si le estuviera rezando a la Dragona Demonio.

“¿¡Me vas a traicionar!?” rugió Ren II.

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“¿Traicionar? No es nada de eso. Escuché de la resurrección de nuestra soberana, la gran Dragona Demonio, así que los acompañé a todos aquí para entregarlos a ella,” declaró la mujer. Ya había visto antes esta clase de intercambio. Todos estábamos sacudiendo nuestras cabezas mientras lo observábamos.

“Parecen haber muchas mujeres como ella. L’Arc y Glass me dieron los detalles,” dijo Kizuna.

“Ni lo menciones. Tal vez estos otros mundos están llenos de mujeres del tipo perra,” reflexioné. Ya había visto a muchas de ellas que hacían los actos más crueles por las razones más egoístas. Si esto era algo del día a día para un aventurero, nunca quería convertirme en uno.

“Cierra la boca, plebeya. La persona que me importa odia con todo su ser a las escorias como tú,” dijo la dragona.

“¡No! ¡Esto es un malentendido! ¡Por favor, se lo ruego—!” comenzó a decir ella. La Dragona Demonio agitó su cola, golpeando a la mujer de mierda en la cara y mandándola a volar con un grito y luego un crujido. Rodando a través del suelo, ella terminó a los pies de Ren II.

“¡Silencio! Di esa basura una vez más y te aplastaré en ese instante. Si deseas sobrevivir, mantén la boca cerrada,” ordenó la dragona, ignorando a la mujer que había golpeado (a la cual probablemente había dejado inconsciente) y en cambio mirando hacia Ren II. Si él era el ratón, ella era el gato—o tal vez un león era una mejor analogía. “No voy a dejarte escapar, así que vamos. Atácame.” La dragona extendió sus alas, dejándoles experimentar la sensación emanada por el rey de los monstruos. Obviamente todo esto era para impresionarme. Ella quería demostrar exactamente lo fuerte que era.

Ren II se veía pálido. Desde su perspectiva, él había llegado al final malo del juego llamado vida. No sabía por cuánto tiempo habían sido aventureros, pero deben haber sabido que había algo llamado rey demonio al final de su camino. Deben haber tomado algunas muy malas decisiones para terminar aquí. Ahora estaban enfrentando una batalla que no iba a terminar siendo uno de esos molestos eventos que no se podían ganar.

La dragona dejó salir una sonrisa. “Pero no te equivocas. Si puedes derrotarme ahora mismo, sin ningún arma sagrada ni vasalla, en efecto serás conocido como un héroe. Utiliza cada fibra de tu ser en esta batalla. Esto es algo que hizo una persona que llegó a agradarme. Ella me enfrentó decididamente. E incluso con la brecha de poder entre nosotros, ella al final contribuyó para derrotarme.”

“Eso es porque… ¡ella de seguro era un héroe!” protestó Ren II. Él probablemente creía que la Dragona Demonio estaba hablando de cuando Kizuna la derrotó y que Kizuna era la persona que le agradaba a la Dragona Demonio.

“No, para nada. Ella no era un héroe. Cuando un héroe de verdad estuvo en problemas, ella puso su propia vida en juego para contribuir en la batalla. No conozco a nadie que merezca más respeto por su valentía,” respondió la dragona. Yo sabía de quién estaba hablando la Dragona Demonio. Cualquiera de los que había luchado contra el Dragón Demonio en nuestro mundo sería capaz de adivinarlo. Era Atla. En ese momento, a mi orden, ella había entrado al combate sin pensarlo dos veces.

Por supuesto, yo tenía un plan para ganar, pero aun así había sido una acción muy valiente. Ella había acorralado al Dragón Demonio que tenía todas mis habilidades. Fue un logro increíble.

La dragona continuó, “Ahora viene la gran prueba. Si quieres que los demás piensen en ti como un héroe, demuéstralo. Darse la vuelta y huir de un enemigo poderoso no es algo que haría un portador de arma sagrada o vasalla. ¿Entiendes?” En este momento Rishia podía hablar a partir de la experiencia. Itsuki, quien definitivamente entendía esto, estaba mirando hacia ella. “Sin embargo, no va a ocurrir ningún milagro en favor de alguien como tú. Alguien que solo piensa en sí mismo.”


“¡Te lo demostraré! ¡No voy a morir aquí! ¡Vamos, todas!” gritó Ren II, con su cuerpo temblando mientras trataba de animar a su sequito de mujeres para que lo siguieran a la muerte. Desafortunadamente para él, ellas ya no parecían interesadas en su propuesta. Si ellas luchaban aquí, entonces de seguro morirían. La mayoría de ellas ahora se veían bastante descorazonadas acerca de sus probabilidades.

Lo siguiente fue difícil de ver. Otra de las mujeres fue mandada a volar, también terminando inconsciente. Ren II comenzó a rogar por su vida a cambio de sus compañeras, una movida realmente nauseabunda.

Después él comenzó a decir que traería sacrificios regulares si la dragona lo dejaba ir.

No hace mucho él había estado tratando de matar a Glass, y ahora estaba rogando por su vida. Glass trató de detener a la Dragona Demonio. Aunque ella había luchado contra esta clase de enemigo muchas veces en el pasado, por lo que sabía que ya era un poco tarde.

Estos sujetos no merecían vivir. Era una verdad simple y desagradable. Y así, la batalla entre la Dragona Demonio y el grupo de Ren II llegó a una rápida conclusión.

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