Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 19

Capítulo 12: Operativo de Inteligencia

 

 

“Rino… por qué…” jadeó Perra, con una expresión de incredulidad en su rostro. Parecía ser que el nombre de la Mujer B II era Rino. Era raro para mí ser capaz de escuchar el nombre de uno de mis enemigos… y aún no entendía exactamente lo que estaba pasando. ¿Alguna clase de conflicto interno? Pero, a partir de la situación que se estaba desarrollando, ese no había sido el momento perfecto para traicionar a Perra. Ciertamente estas escorias lo habrían hecho, pero solo cuando sintieran un verdadero peligro para sí mismas.

“¿Por qué? Porque tu espalda estaba completamente desprotegida, por eso,” dijo Rino, girando su hoja incluso mientras todavía estaba dentro de Perra. Eso provocó un grito. Las palabras de Rino y su rostro demostraban un poderoso resentimiento y odio que claramente había estado supurando por mucho tiempo. Yo era sensible a él gracias a la maldición de la ira bajo la que estaba actualmente. “Perra, ¿sabes volar?” Rino procedió a extraer la espada y después pateó a Perra fuera del barco. Su estómago probablemente le había impedido reaccionar, ya que Perra cayó de cabeza para estrellarse contra el suelo. Fue una escena terrible. Caer desde esa altura sin ninguna medida preventiva de su parte de seguro había causado un daño enorme, pero el látigo de las siete estrellas la había mantenido con vida.


¿Qué demonios estaba pasando?

Los otros grupos de luchadores seguían combatiendo, pero también estaban al tanto de la situación con Perra y Rino. Nuestros enemigos, en particular, no podían creer lo que estaban viendo.

“¿Por qué… hiciste eso?” dijo Perra.

“¿De verdad es tan sorpresivo?” contraatacó Rino.

“No te… no te saldrás con la tu—” comenzó a gritar Perra. “¡Esa es mi línea, Perra!” la interrumpió Rino.


“¿Qué está pasando? ¿¡Por qué hiciste eso!?” El tipo del ofuda finalmente regresó en sí y gritó hacia Rino.

“¿Por qué? ¡Porque esta mujer conoce mi nombre real y aun así no sabe quién soy!” Y así, la mujer llamada Rino saltó del barco volador, bajó a través del aire con su espada lista, y aterrizó sobre Perra. Eso provocó otro impresionante grito, con su espada perforando el cuerpo de Perra una segunda vez mientras aterrizaba.

Había escuchado a Perra gritar mucho en el pasado, pero esto era diferente. Esta vez había una verdadera desesperación en esos gritos.

“Para ti puedo no ser más que un vago recuerdo, como una comida que degustaste una noche hace un año. ¡Pero para mí, es algo que nunca olvidaré! ¡He estado esperando este momento, anhelando que llegue por tanto tiempo!” Rino sacó su espada del estómago de Perra y después la volvió a incrustar. Ella repitió esto una y otra vez, provocando más gritos de Perra.

“¿Duele? Estoy feliz, muy feliz de que duela. ¡Esto no es nada comparado con el dolor que me has causado!” Rino comenzó reírse de forma desquiciada, con sus dementes carcajadas resonando en las cercanías. Perra tosió sangre y chilló a causa del violento asalto, con la hoja entrando y retorciéndose en su estómago una y otra vez. Era el producto de un odio puro.

“Vaya. Esa es una gran ira,” dijo la Dragona Demonio, viéndose muy complacida con este desarrollo. Tenía que estar de acuerdo con ella. Esta ira estaba a mi nivel.

“Ah, y, por supuesto… no mereces el látigo de las siete estrellas. Voy a quitártelo,” dijo Rino. Ella apuñaló a Perra en la mano y le robó su arma. Después golpeó la cara de Perra con el látigo antes de romper los accesorios de su ropa.

“Miren toda esta basura… Amas vestirte bien, ¿no? ¿Tanto te gustan los accesorios? A las únicas personas que atraen son a los ladrones. Eres una idiota,” escupió Rino. Ese comentario por un momento me hizo pensar en Teresa, pero ella no era una ladrona, solo una gran entusiasta de los accesorios de gran calidad.

“¡Mírate al espejo, Perra! ¡Voy desfigurarte ese precioso rostro tuyo! ¡Sufre, sufre, sufre!” Mientras Rino gritaba, el rostro de Perra comenzaba a hincharse. Podía notar que Rino se estaba conteniendo. Toda su actitud gritaba que ella no iba a dejar a Perra morir tan fácilmente.

Sin embargo, Perra al parecer ya se había desmayado del dolor, o tal vez por la pérdida de sangre. Sus ojos estaban blancos y se estaba retorciendo.

“¿Eh? ¡Es muy pronto para que mueras! ¡Sanación Zweite V!” A pesar de eso, Rino no dejó de balancear su látigo. Usando sus accesorios para anular el efecto que impide el uso de la magia, ella sanó repetidamente a Perra y siguió atacándola.

“Con el retraso de la sanación, de seguro no podrá seguir el ritmo de los ataques que estoy realizando… ¡pero no importa! ¡Más dolor, más dolor para ti!” Rino agregó fuego negro al látigo y siguió dándole una paliza a Perra. Parecía ser que ella estaba usando algo así como un Látigo del Odio. Tenía que tener un efecto de retraso de la sanación propio.

El nivel de violencia, de odio que estábamos viendo… esto no era solo una pelea entre aliados. Esta mujer llamada Rino tenía un odio cercano—tal vez equivalente—al mío por Perra.

Perra les había hecho la vida miserable a muchas personas; tenía que haber algunos que dejó con vida que la odiaran por ello. Rino debe haber sido una persona marcada de por vida por las acciones de Perra, pero que la propia Perra había olvidado completamente. Y aquí estaba ella, ejerciendo retribución—y entonces lo entendí.

“¡Tú eres la espía!” dije. El reporte de nuestro mundo había mencionado que alguien con un deseo de venganza sobre Perra estaba trabajando como un espía. No se había hecho contacto con esta persona desde que Perra cambió de mundos, pero la ira que estábamos viendo aquí definitivamente sugería que la habíamos encontrado.

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“Así es. ¡Eso nos ahorra muchas explicaciones!” dijo ella. Parecía ser que Rino realmente era la espía. Incluso mientras asentía, ella todavía estaba atacando a Perra—más bien hundiendo su suela en su rostro.

“¡Yo te cubro! ¡Tú solo sigue haciendo papilla a Perra!” le dije.

“¡Eso haré! ¡Héroe del Escudo!” Rino regresó su atención hacia Perra. “¡Sufre! ¡Sufre más!” Mientras ella volvía a reírse de forma maniaca, yo lancé Escudos de Cristal a todo su alrededor, preparándome para un ataque enemigo. ¡Rino tenía que matar a Perra tan rápido como fuera posible!

“Lo siento, ¿qué?” Raphtalia no podía procesar los acontecimientos. Pero esta era nuestra oportunidad. Nosotros nunca antes habíamos tenido a Perra contra las cuerdas de esta forma.

Entonces Rino apuntó hacia el portador del arpón de las armas vasallas y el tipo del ofuda y dijo, “No se preocupen por las mejoras de sus accesorios. Los intercambié.”

“¿¡Qué!?” gritó el tipo del arpón.

“¿¡Qué dijiste!?” exclamó el tipo del ofuda, ambos gritando al mismo tiempo. A partir de sus reacciones, parecía ser que ella estaba diciendo la verdad.

“Vaya, ¿de verdad?” dijo Sadina y entonces rápidamente golpeó el accesorio del tipo del arpón con su arma. Se rompió de inmediato, provocando que el tipo del arpón diera un poderoso grito.

“¡Detente! ¡Deja de luchar contra mí! ¡Tú eres mía! ¡Yo soy el verdadero héroe!” rugió él. El arpón de las armas vasallas no le estaba prestando atención. Parecía que el accesorio de verdad había sido uno de los antiguos.

“¡Maestro! ¡No! ¡Cómo te atreves a resistirte a mi maestro con una mera arma vasalla!” gritó la dragona mágica de metal.

“¡Creo que de nuevo te estás olvidando de mí! ¡Toma otro de estos!” La Dragona Demonio respiró profundamente y después bañó a la dragona mágica de metal con una segunda ola de fuego negro.

“¡Tú quédate fuera de esto!” gritó en respuesta la dragona mágica de metal, llena de una ira propia incluso mientras perdía terreno. Yo claramente necesitaba involucrarme en esto.

Las dos más grandes amenazas abajo eran la hermana de S’yne y la dragona mágica de metal, ambas siendo capaces de dar vuelta el tablero si las dejábamos.

“¡Kizuna!” Creé unos Fragmentos de Espejo Potenciados y los apunté hacia la dragona mágica de metal.

“¡Bien! ¡Cebo Señuelo!” El cebo de Kizuna golpeó a la dragona mágica de metal en el mismo instante que mis Fragmentos de Espejo Potenciados. Esperaba que la Dragona Demonio no desprecie la oportunidad que le estábamos dando.

“¿¡Qué estás haciendo!?” gritó el tipo del ofuda, tratando de mantener bajo control su propia arma retorciéndose. “¡Apresúrate y recupérala!” El barco de las armas vasallas arriba de Perra avanzó y disparó algo hacia ella que parecía un rayo de luz de un OVNI.

“¡No permitiré que escapes! ¡Pudiste haber vivido un poco más, pero ahora tus aliados han adelantado tu muerte! ¡Maldícelos mientras vas hacia la luz, Perra! ¡Estrella Gigantesca X!” Rino convirtió el látigo en una morning star y la empujó con fuerza hacia el suelo. Supongo que cualquier arma de combate cuerpo a cuerpo con una cuerda en ella contaba como un látigo.

Con un pesado impacto y el horrible sonido de la carne siendo aplastada violentamente, sangre se desparramó alrededor de la cabeza del arma. Rino se rio.

“¡Lo he logrado! ¡Finalmente lo he logrado! ¡He estado esperando por mucho tiempo este día, este momento!” celebró ella. Yo también tenía ganas de celebrar. ¿Finalmente habíamos logrado matar a Perra? Júbilo comenzó a esparcirse en mi interior. ¡Lo logramos! ¡Perra estaba muerta!

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Había una sonrisa tonta por toda mi cara, y sentía algo cálido en mis ojos. Eso aliviaba mi ira y debería ayudar a que la fallecida reina descanse en paz.

Entonces me di cuenta de que el rayo de luz desde el barco todavía seguía allí. “¡Todavía tenemos tiempo! ¡Protege su alma! ¡Todavía podemos salvarla!” estaba gritando alguien. Ella está muerta, pero ¿todavía hay tiempo? ¿Qué significa eso? Entonces recordé que los enemigos jurados de S’yne tenían la habilidad de revivir siempre y cuando sus almas permanecieran intactas. ¡Parecía que esa bendición también se le había concedido a Perra!

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“¡Oye! ¿Puedes ver almas?” grité hacia Rino, quien sacudió su cabeza con una mirada ligeramente de pánico en su rostro. “¡Maldita sea! ¡Raphtalia! ¡Cualquiera que pueda!

¡Destruyan el alma de Perra de una vez por todas! ¡Rino, usa un arma maldita, cualquier cosa que se vea malvada, y solo ataca hacia todos lados! ¡Podrías destruirla!”

“¡Bien!” respondió ella. Raphtalia y los demás también volvieron en sí y comenzaron a atacar cualquier lugar en el que pudiera estar el alma de Perra.

“¡Ah!” Rino había estado de pie sobre el cuerpo de Perra para tener una ventaja. Ella de pronto terminó en el suelo. Miré hacia abajo para descubrir que el cuerpo de Perra había desaparecido. El barco lo había recuperado… ¡junto con su alma!

“¡No escaparás!” Rino sabía hacia dónde había ido y saltó hacia el aire. Después ella balanceó el látigo hacia el barco sobre ella. Este esquivó el ataque y después continuó con disparos de cañón en zona, apuntándonos a todos, pero especialmente concentrados en Rino.

“¡Filo! ¡Baja! ¡Una vez que tengas a Rino, sube hacia el barco!” grité.

“¡Bien!” respondió Filo. Ella bajó a gran velocidad, y yo desplegué espejos en frente de nosotros para proteger a Rino y los demás. La entrante ráfaga de disparos llovió sobre mí. Era poderosa, pero nada que no pudiera manejar.

“¡Héroe del Escudo! ¡Muchas gracias!” dijo Rino.

“¡No me agradezcas! ¡Tenemos que evitar que ella escape!” grité.

“¡Bien! Vamos a capturar su alma para hacer que sufra aún más,” sugirió Rino.

“¡Me gusta tu forma de pensar!” Ambos comenzamos a reír. Parecía que nos íbamos a llevar muy bien. Tal vez deberíamos crear juntos un grupo de apoyo para las personas que Perra había lastimado.

“¡Alguien rápidamente se está haciendo amiga de Naofumi-sama! ¡Eso es muy peligroso!” Entendía lo que estaba pensando Raphtalia. Ella estaba preocupada de que, en vez de superar mi ira, terminara siendo consumido por ella.

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Aun así, de verdad sentía que me iba a llevar bien con Rino. Eso también podría ser a causa tanto de la ira como la compasión dentro de mí.

“¡La operación ha fracasado! ¡Retirada! ¡Retirada!” estaba gritando el tipo del ofuda. “¡Oye! ¡Cierra la boca! Si nos vamos ahora, ¿qué pasa con Kuflika? ¡Y además estoy a

punto de perder mi arma! ¡Ayúdame!” dijo el tipo del arpón.

“¿De qué hablas?” respondió el tipo del ofuda. “No importa lo que te pase a ti o a tus pequeñas seguidoras. No confundas las cosas, ¿bien? ¡Tienes que proteger tu arma con tus propias manos!”

“¿¡Qué!?” gritó en respuesta el tipo del arpón.

“¡Ahora! ¡Debemos retirarnos—detente!” El tipo del ofuda trató de escapar, pero fue incapaz de mantener bajo control al ofuda de las armas sagradas.

“¡No vas a escapar! ¡Permíteme mostrarte otra cosa divertida que pueden hacer los ofuda!” Shildina y Glass lanzaron cuatro ofudas hacia el tipo del ofuda, quien todavía estaba teniendo problemas con el ofuda de las armas sagradas. Vi una especie de imagen negra en ellos.





“¡Hemos llamado a este ataque Cartas de la Luna!” gritó Shildina. Los cuatro ofudas comenzaron a crecer en frente de los ojos del tipo del ofuda, mostrando imágenes de lo que parecía ser el hogar del  estilo de Glass. Después luces con forma de almas flotantes aparecieron alrededor del tipo del ofuda y todas explotaron. Él gritó mientras era atrapado por la explosión. Pero los ofudas restringieron sus manos y lo mantuvieron en su lugar para que no pudiera escapar. Él ahora era poco más que una bolsa de arena.

“¿Qué está pasando ahí?” preguntó Kizuna.

“Uní algunos de los ofudas creados a partir de la sangre de la Dragona Demonio y los convertí en cartas de juego,” explicó Shildina. Parecía ser una forma astuta de crear magia. Incluso si entendías lo básico de cómo era creada la magia, alcanzar un nivel tan alto aun así podía producir resultados confusos.

“¡Bueno, como sea! ¡Aquí voy! ¡Haah!” Kizuna convirtió su herramienta de cacería en un arco y disparó a través del accesorio en el ofuda, el cual parecía estar rogando que Kizuna le disparara.

“¡No, no! ¡Eso no, no!” gritó el tipo del ofuda. Sin embargo, eso fue todo lo que se necesitó para que una tenue luz se encendiera. Después el ofuda de las armas sagradas dejó sus manos, se convirtió en luz, y voló hacia nosotros.

“¡Oigan! ¡Parece que el arma sagrada corrupta ha sido liberada con un disparo de Kizuna!” dije. Entonces luz comenzó a girar alrededor de Shildina. ¿Podría ser esa… la luz que Itsuki y yo vimos alrededor de Shildina cuando Ethnobalt nos trajo a este mundo?

Shildina jadeó mientras su combinación con Glass terminaba abruptamente, dejando a ambas viéndose perplejas. Después Shildina de pronto desapareció completamente… y reapareció en el lugar donde estaba el ofuda de las armas sagradas, ahora como una bola de luz. En su mano había un objeto simple, muy parecido al escudo que había estado en la mía cuando fui invocado: un simple estuche de ofudas.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 19 Capítulo 12 Novela Ligera

 

“¿Qué es esto?” preguntó Shildina.

“¡Vaya!” dijo Sadina. Las cosas se estaban volviendo muy confusas mientras un grito salía del tipo del arpón y el arpón de las armas vasallas volaba hacia las manos de Sadina. Parecía ser que también había tenido suficiente de su dueño.

Después de todo, ellos habían estado controlando al arpón mediante métodos ilegítimos. El arma parecía haber aprendido todo acerca de quien la sostenía. Pero aquellos que habían perdido sus armas todavía estaban gritando para que regresaran. Tanto las armas sagradas como las armas vasallas tenían voluntad propia en forma de espíritus que vivían en su interior. Que esos espíritus te aceptaran como el dueño no era una tarea fácil.

Considerando la situación actual, tal vez no era de sorprender que el arma buscara un nuevo dueño. En términos de habilidad con el arpón, Sadina era claramente superior. Sadina giró el brillante arpón de las armas vasallas e hizo una pose, pero se sentía un poco anticlimático después de que Shildina la venciera en eso.

“Creo que Shildina por un momento me robó el protagonismo,” dijo Sadina.

“No te preocupes por eso. En tu caso, el arma vasalla definitivamente fue hacia ti, pero con Shildina… pareció más como si el ofuda la hubiese invocado,” comenté. El arma sagrada claramente había seleccionado a Shildina y la invocó hacia ella. En vez de ir hacia su mano, el arma la había llamado a ella.

En cualquier caso, esto significaba que nosotros de pronto habíamos obtenido dos armas de nuestros enemigos—no, tres, incluyendo el látigo tomado de Perra. Shildina sacó el ofuda del estuche, aparentemente todavía confundida por todo lo que estaba pasando.

“¡Recibí eso de la más grande autoridad en la existencia! No es algo para manos indignas. ¡Sucias manos como las tuyas no tienen permitido tocarla! ¡Devuélvela!” gritó el (ex) tipo del ofuda, temblando de la ira. Después él sacó una espada de… algún lugar… y saltó hacia Shildina.

Shildina dio un paso al costado del (ex) tipo del ofuda, esquivando su espada por la punta de un pelo y después pegó un ofuda en él.

“¿Formación Uno, Toque de Viento?” dijo ella, con el nombre saliendo casi como una pregunta. Sin embargo, la respuesta fue inmediata, y el (ex) tipo del ofuda fue mandado a volar por el increíble impacto.

“¡Las armas legendarias nunca les pertenecieron! ¡Dejen de apoderarse de cosas que no son suyas!” gritó Kizuna, encontrando el momento perfecto para intervenir.

“Nadie es tan engreído como un hombre culpable,” dije, dando un toque de sabiduría al momento… o al menos eso pensé.

“Nuestro departamento técnico de nuevo se equivocó. Dijeron que las armas sagradas estaban tan corrompidas que no había forma de que pudiéramos perderlas. ¿Cómo van a explicar esto?” dijo lamentándose la hermana de S’yne, todavía balanceando su cadena hacia S’yne. Mirando hacia Shildina, ahora en posesión del ofuda de las armas sagradas, recordé las palabras de la tableta brillante dentro de la cámara del tesoro.

“… nacida de… y traída a la vida para reemplazar a alguien con deberes que cumplir; quien puede recrear cualquier técnica. Tú quien has huido de ese papel, nadando más allá de los mundos en busca de la libertad. El ofuda de las armas sagradas definitivamente llegará a ti.” Si bien el comienzo había sido ilegible, la parte de traída a la vida para reemplazar a alguien con deberes que cumplir; quien puede recrear cualquier técnica ahora tenía sentido—después de todo, Shildina había nacido básicamente para reemplazar a Sadina.

Quien puede recrear cualquier técnica se refería a sus poderes de oráculo que le permitían recrear las técnicas de otros. Tú quien has huido de ese papel, nadando más allá de los mundos en busca de la libertad se refería a ella renunciando a su papel como sacerdotisa del dragón de agua y yendo hacia mi aldea en Melromarc.


“Shildina, si hubieras dejado Q’ten Lo antes del comienzo de las olas, creo que habrías sido invocada a este mundo en ese momento,” dije.

“¿Eh? ¿A qué te refieres?” preguntó ella. Me recordaba algo que Atla y Ost me habían dicho dentro del mundo del escudo. Parecía haber una lista de posibles candidatos para los héroes de las armas sagradas.

“Así que no solo son traídos del Japón moderno,” comenté.

“Si, buen punto,” respondió Kizuna. “Pero desde mi perspectiva, los mundos del que tú e Itsuki fueron invocados son diferentes del Japón que yo conozco,” dijo Kizuna. Es decir, simplemente era ser invocado a otro mundo. Eso significaba que los residentes del mundo al cual yo había sido invocado también podían ser invocados a un mundo diferente de ese.

“¿Crees que la razón por la que Shildina fue arrastrada junto a nosotros, incluso aunque ella tenía la intención de quedarse, fue debido a todo esto?” dijo Sadina.

“Ella quedó atrapada en ello porque era una candidata para ser el Héroe del Ofuda. Una vez que ella comenzó a usar sus poderes cerca del ofuda de las armas sagradas, este despertó. Eso es lo más probable,” dije. Como una excepción especial a la regla de que ningún héroe más podía ser invocado hasta que los cuatro actuales hubieran muerto.

“Cielos,” dijo Shildina. Había una mirada perpleja en su rostro mientras revisaba el ofuda en sus manos. Era verdad; Shildina podría ser adecuada para ser el Héroe del Ofuda. Tal como Kizuna y su amor por la pesca le favorecía para su propio papel. En cualquier caso, estos idiotas enojados ahora habían perdido la oportunidad de escapar.

“¡Ahora es nuestro momento! ¡Es hora de terminar con esto! ¡Apresúrense y capturen el alma de Perra!” grité.

“¿No  hay  alguna  forma  mejor  de  decirlo?”  se  quejó  Raphtalia.  No  importaba. ¡Simplemente teníamos que abrumarlos!

“¡Escorias! ¡Cómo se atreven a robarme mi arpón! ¡Me pertenece! ¡Ahora me lo han quitado todo! ¡Nunca se los perdonaré!” rugió el (ex) tipo del arpón. Este sujeto ya me estaba colmando la paciencia. Takt y Miyaji habían dicho las mismas cosas. Estos sujetos eran todos iguales. Todos eran inexperimentados, ese era el problema.

El (ex) tipo del arpón se dio la vuelta para mirar hacia la dragona mágica de metal en busca de ayuda—

“Gyah…” apenas logró decir ella.

“¿Qué es esto? ¿Esperabas algo de esta patética copia? Es demasiado tarde para pedirle ayuda,” dijo la Dragona Demonio, ya habiendo aplastado la cabeza de la dragona mágica de metal entre sus garras.

Los continuos ataques de fuego de la ira, las debilitaciones persistentes incluso aunque habían sido anuladas en número, y las habilidades duplicadoras de daño que Kizuna y yo habíamos liberado, todos se combinaron para permitirle a la Dragona Demonio aplastar completamente su cabeza, incluso siendo de metal.

El cuerpo de la dragona mágica de metal se estaba retorciendo.

“Pensé en intentarlo a ver si funcionaba. ¡Estoy sorprendida de lo suave que era!” dijo la Dragona Demonio, tan retorcida como siempre. Mientras la sangre se derramaba de la dragona mágica de metal, un pedazo negro de su pecho fue eyectado y voló hacia el barco de las armas vasallas.

“¡No lo creo!” dijo la Dragona Demonio mientras estiraba sus garras y agarraba la masa negra—el arma sagrada corrompida—y se aferraba a ella. Pero incluso aunque trató de usar magia, siguió apartándose de ella.

“Esto no puede estar pasando… ¡me has arrebatado a Kuflika y ahora también a mi Dragona Demonio!” gritó el (ex) tipo del arpón.

“¡Yo nunca perteneceré a una escoria sin valor como tú!” escupió vehementemente la Dragona Demonio. “¡Mi corazón le pertenece al Héroe del Escudo!” Yo solo decidí ignorar esa última parte. En cambio, di un buen vistazo al rostro del (ex) tipo del arpón. Él tenía unos muy buenos rasgos. Además, me estaba mirando con exactamente la misma mirada que Takt, Kyo, y Miyaji me habían dado cuando todos sus estúpidos planes se vinieron abajo, y eso me hacía sentir bien. Podía acostumbrarme a que las personas me vieran de esa forma.

“Naofumi, ¿por qué te ves tan feliz?” preguntó Kizuna. “¿No te das cuenta?” respondí.

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“No creo querer saberlo,” concluyó ella. Kizuna no parecía entender lo que yo estaba sintiendo.

“Eso es lo mejor,” le dijo Raphtalia.

“Ciertamente no quieres saberlo,” estuvo de acuerdo Glass. Sus comentarios eran los mismos de siempre.

“¿Eh? ¿Es algo desagradable? El Maestro estaba sonriendo porque estamos a punto de ganar, ¿no?” preguntó Filo, confundida. Filo recientemente se había estado comportando, pero este comentario ingenuo me hizo sentir mal.

Estaba mal. Debería aceptarlo… pero no podía evitarlo. Yo amaba burlarme de los perdedores como este pobre infeliz de aquí. Cuando lo pensaba racionalmente… yo ya no tenía remedio.

“¡Ya basta de bromas! ¡Perra va a escapar!” gritó Rino. Miré arriba hacia el barco de las armas vasallas.

“¡Raphtalia, Filo! ¡Vamos a terminar con esto! ¡Ignoren al resto de estos debiluchos!” comandé. Ambas gritaron su entendimiento. Filo sonaba más animada que antes.


Eso me dio una idea. El barco era un arma vasalla, lo cual significaba que Kizuna—y ahora Shildina—podían usar sus armas sagradas para despojar al usuario de su autoridad para usarla o al menos ralentizarlo.

Parecía ser que el barco estaba a punto de irse, pero todavía había muchos de sus aliados en tierra. Les iba a tomar un tiempo retirarse. Podíamos usar ese tiempo para capturar el alma de Perra.

Decidiéndome por ese plan en mi cabeza, estaba a punto de ponerme en acción cuando… el barco de las armas vasallas se alejó literalmente a la velocidad de la luz.

“¡Oigan! ¡Se fue!” Kizuna estaba perpleja—y no podía culparla. Había dejado a muchas personas atrás. Para Kizuna, huir dejando a tantos aliados atrás simplemente no era una opción.

“¡Maldición! ¡Ellos dejaron atrás a todos sus aliados!” No podía creer que dejaran a tantos atrás para enfrentar un destino incierto contra nosotros. El (ex) tipo del arpón era una cosa, pero ciertamente no esperaba que también dejara atrás a la hermana de S’yne y al (ex) tipo del ofuda.

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