Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 19

Capítulo 10: La Importancia de la Ira

 

 

“Es hora de comenzar, Héroe del Escudo. ¿Alguna vez consideraste que debe haber una razón por la cual yo he desarrollado tales sentimientos por ti y por qué mis subordinados te juraron lealtad tan fácilmente?” preguntó la Dragona Demonio, ignorando completamente a la dragona mágica de metal arremetiendo. La verdad había creído que me estaba invitando a unirme a ella en la batalla. Pero sonaba que ella tenía algo que decir antes, así que respondí la pregunta.

“La verdad no. Es a causa de los incrementos de poder de héroe que te he dado, ¿cierto?

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Ahora eres mucho más fuerte que el anterior Dragón Demonio, ¿no?” dije.

“¿Crees que solo eso me permitiría tomar a la fuerza el poder de Kuflika, quien tenía uno de mis fragmentos, y alguien que prácticamente creé?” preguntó la Dragona Demonio, destacando el punto. En ese momento ella había murmurado acerca de alguna clase de resistencia, pero claramente se había vuelto lo suficientemente poderosa para ignorarla por completo. La verdad no me importaba nada de eso. “Me habría vuelto más fuerte que mi anterior ser, incluso sin ti aquí. Pero eso no es todo. Ahora he obtenido un poder aún más grande.” Múltiples círculos mágicos comenzaron a sobreponerse sobre el cuerpo de la Dragona Demonio. Sacudí mi cabeza. Mi estado apareció de la nada, y el icono del registro de armas fue desplegado.

“¡Oye! ¡No vuelvas a hackear mi estado!” grité. Se sentía como una violación al mismo nivel que tener mi cuenta hackeada. ¡La Dragona Demonio recuperaba algo de poder y miren lo que hacía con él! ¡Pretendiendo estar de nuestro lado, solo esperando por una oportunidad de atacar!

“¡Dragona Demonio! ¿¡Qué estás planeando hacer!?” Tanto Kizuna como Glass gritaron hacia la dragona.

“Héroe del Escudo, escucha cuidadosamente lo que voy a decirte,” dijo la Dragona Demonio, con una expresión seria en su rostro, e ignorando completamente las preguntas y protestas de nuestro lado.

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“¿De qué hablas?” dije.

“Ustedes los héroes están tratando de darle la espalda al poder de la oscuridad y lo tratan como si nunca hubiera existido. Es por eso que una vez más te estoy pidiendo esto,” continuó la Dragona Demonio.

El icono de la habilidad Formación Uno: Espejo Flotante brilló, y al mismo tiempo una habilidad llamada Cambiar Espejo, una conversión de Cambiar Escudo, también apareció.

“El odio, el asco que sentiste por el mundo en su momento fue una ira justificada. Crees que negar esa ira, pretendiendo que nunca existió, y soportar tantas cosas terribles sin siquiera enfadarte… ¿crees que ese es el enfoque correcto? ¿De verdad? ¿De verdad crees que eso es compasión?” preguntó la Dragona Demonio. Vacilé, inseguro de cómo responder. Mi Escudo de la Compasión era un poder temporal, el cual me fue concedido por Atla. Cuando caminé entre la vida y la muerte y me reuní con Atla y Ost una vez más, ellas me habían guiado hacia un deseo de salvar el mundo y a todos sus habitantes— un deseo que era completamente real.

Dicho eso, la Dragona Demonio estaba destacando algo que yo no podía negar. Esos sentimientos, y la ira que yacía dentro de mí, estaban almacenados en lugares muy diferentes.

“¡No me importa lo que digas! Ya he tomado mi decisión. No dependeré de la ira… nunca más volveré a usar el poder del odio,” dije. Con el poder de la compasión que me habían concedido, y ya había perdido el acceso al Escudo de la Ira y el Escudo del Odio.

“Naofumi-sama…” Raphtalia tomó mi mano y la apretó con fuerza.

“¿Acaso la niña que te concedió tu compasión también niega tu ira? ¿Acaso ella te dice que no tienes permitido volver a enojarte?” dijo la Dragona Demonio, destacando su punto. Tartamudeé por un momento, mirando hacia Raphtalia. Atla… de seguro habría justificado mi ira en esta ocasión.

“Dragona Demonio… ¿qué quieres que haga Naofumi-sama? ¡Si estás tratando de sacarlo del camino correcto, te detendré con mis propias manos!” declaró Raphtalia.

“Portadora de la katana de las armas vasallas, tanto la ira del Héroe del Escudo como su amabilidad son elementos que componen al Héroe del Escudo. Entiende que perder cualquiera de esos elementos tendrá un efecto negativo. Entiende mis palabras. Llegará un momento donde algo importante aparecerá. Debe ser obtenido sin importar el precio,” dijo misteriosamente la Dragona Demonio. Cambiar Espejo fue automáticamente seleccionado para mí, y el espejo al que cambiaría también fue seleccionado.

El espejo seleccionado fue el Espejo del Odio. Este era un objeto que la Dragona Demonio había fortalecido en el pasado al interferir con mi escudo. En principio se veía como un arma con nivel de refinación y rareza +11 AF. El rango de evolución ahora era IV.

“El hecho de tener ira es la razón de que también tengas compasión. Has olvidado un componente importante de tu corazón. Permíteme mostrarte cómo usar efectivamente ese poder,” dijo la Dragona Demonio. Podía sentir algo surgiendo desde lo profundo de mi interior y fluyendo hacia la Dragona Demonio. Al mismo tiempo, Formación Dos: Espejo Flotante y el Escudo de la Compasión fueron activados a la fuerza, tratando de suprimir el poder de mi ira.

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En respuesta, la Dragona Demonio simplemente comenzó a demandar más poder de mí. La transformación en bestia apareció, la cual había usado en Fohl y Sadina en el pasado. Gruñí a causa de todo el esfuerzo.

“¿¡Naofumi-sama!?” gritó Raphtalia. Mi armadura estaba comenzando a transformarse, como cuando yo usaba el Escudo del Odio. Pero esta vez, podía sentir tanto la ira como la calidez en mi armadura.

Con un rugido horrible, la Dragona Demonio extrajo más poder de mí y comenzó a transformarse. Ella rápidamente se volvió más grande y más poderosa que cuando habíamos luchado contra ella en el pasado.

Gruñí una vez más, alternativamente siendo asediado por la ira que se arremolinaba dentro de mi corazón y las imágenes de todas las personas que quería proteger—Raphtalia y Atla, Filo, Melty, Sadina, Shildina, S’yne, Kiel, Ruft, y todos los demás en la aldea. Tampoco me disgustaba—me hacía sentir fuerte y capaz de protegerlos. Tener algo absoluto, algo que tenía que proteger a toda costa, creaba odio hacia aquellos que trataban de destruirlo. Eso era lo que estaba sintiendo.

En el registro de armas, el nombre del arma entre la ira y la compasión flotó frente a mí… pero fui incapaz de leerlo.

“No te preocupes,” finalmente logré responder. “No seré tragado por la ira.” Un tiempo límite apareció en mi campo de visión, como aquel que había visto cuando yo estaba controlando el Escudo del Odio. Mostraba treinta minutos.

“Todavía no estoy segura de todo esto…” dijo Raphtalia.

“Ella está siendo demasiado agresiva. ¡La ira podría ganar!” dije enfáticamente, pero la Dragona Demonio solo respondió tan burlonamente como siempre.

“Es una de mis mejores cualidades. Portadora de la katana de las armas vasallas, en ocasiones tienes que mostrarle al Héroe del Escudo quién manda,” dijo la Dragona Demonio, mirando hacia Raphtalia. ¿Hacia qué estaba tratando de incitar a Raphtalia?

“¡Ese no es el problema aquí!” gritó en respuesta Raphtalia.

“Oh, pero lo es,” respondió la Dragona Demonio. “No debes negar la ira del Héroe del Escudo. Compartir esa ira, compartir tus lágrimas, compartir los momentos felices, y compartir los desafíos a superar; esa es la verdadera compasión.” La Dragona Demonio nos estaba advirtiendo que yo todavía no superaba mi ira. Necesitaba mantener la calma, mantener la calma sin enojarme… ¡pero eso no era posible en este momento!

“¡Vamos a discutir esto más tarde!” rugí. La Dragona Demonio solo se rio.


“No tienes que entenderlo ahora mismo. Solo asegúrate de no pretender que tu ira no existe,” dijo la Dragona Demonio. Ella era una verdadera masoquista, incluso amando cuando me enojaba con ella. “Ahora bien, héroes, den un buen vistazo a las armas creadas a partir de mis materiales,” sugirió la Dragona Demonio. Kizuna, Glass, Raphtalia, y S’yne siguieron la sugerencia.

“Las Verdaderas Armas del Dragón Demonio ahora tienen un efecto de ira aplicado a ellas. Se ven mucho más fuertes,” reportó Kizuna.

“¡Miren este poder!” exclamó Raphtalia. “Ni siquiera son armas malditas. Esto es genial. Y también siento un gran poder fluyendo dentro de mí.” Sacudí mi cabeza. ¿Este era otro efecto de dragón? Todos, incluyendo a Raphtalia, tenían un aura negra rodeándolos, indicando que habían recibido el aumento de poder.

“Siento un poder emergiendo de mí,” dijo Kizuna. El pastel de sangre también estaba teniendo un efecto, estaba seguro de eso. Aunque no me gustaba la dirección que estaba tomando esto. A este paso, mi ira sería requerida para que la Dragona Demonio alcanzara su forma de Dragón del Odio cada vez que algo ocurriera.

“Creo que esto… podría ser justo lo que necesitamos,” susurró Raphtalia, mirando hacia la negra, pero ardiente katana en su mano.

“Naofumi, ¿qué debemos hacer? ¿Quién va a luchar contra quién?” preguntó Kizuna. “La Dragona Demonio y Filo ya tienen oponentes,” respondí. La aterradora Dragona

Demonio transformada estaba enfrentándose con la dragona mágica de metal.

“¡Buu! ¡Esto no es mi culpa!” Filo de seguro estaba teniendo un mal día. Así que eran la Dragona Demonio y Filo contra el tipo del arpón, sus mujeres, y la dragona mágica de metal. Los números eran un poco desiguales.

“¿No vas a llamar a los otros reyes celestiales?” pregunté.

“Los siento en el puerto. De todas formas se interpondrían en nuestro camino. Más no siempre es mejor,” respondió la Dragona Demonio. Bien… como sea.

 “¡Oigan! No se olviden de mí,” dijo una voz.

“¡Kizuna! ¡Cuidado!” gritó Glass mientras el tipo con el ofuda de las armas sagradas lanzaba un ofuda hacia ella. Glass logró desviar el ataque justo a tiempo, pero su expresión era severa.

“Eso fue poderoso para un ataque de reconocimiento,” dijo ella, al parecer con su mano entumecida. El simple acto de repeler un ataque enemigo había lastimado considerablemente a Glass, lo cual significaba que estábamos enfrentando enemigos poderosos.

“¡Glass! ¿Estás bien?” preguntó Kizuna.

“Duele un poco,” logró decir Glass después de una pausa.

“Tengo muchas formas de luchar contra ustedes, así que tengan cuidado. También puedo usar magia. Si creen poder detenerme, adelante, inténtenlo,” dijo el tipo del ofuda, con una sonrisa apuesta en su rostro.

Entonces Shildina caminó para posicionarse junto a Glass. “Creo que necesitas algo de ayuda,” dijo Shildina.

“Sí, tienes razón. No voy a ser capaz de manejar esto sola. Shildina, por favor ayúdame,” dijo Glass.

“También voy a luchar por el dulce Naofumi,” respondió Shildina. Ellas combinaron su fuerza, sobreponiéndose nuevamente mientras sus poderes de oráculo se activaban.

“Vaya, vaya, vaya, tienen unos trucos muy interesantes,” dijo la hermana de S’yne.

“En efecto, los tenemos. Es mejor que no me subestimen en esta forma,” advirtió Glass. “Kizuna, por favor proporciona apoyo desde la retaguardia. Si ves una abertura, sabes lo que debes hacer,” dijo Glass.

“¡Bien! Los molestaremos tanto como podamos, ¿cierto, Chris?” dijo Kizuna.

“¡Pen!” respondió el familiar. Kizuna había invocado a Chris y estaba lista para luchar. Parecía ser que Kizuna, Chris, Glass, y Shildina iban a luchar contra aquel con el ofuda mientras ofrecían apoyo a cualquiera que lo necesitara si se presentaba una abertura.

Mi única preocupación era el barco flotando en el cielo detrás del portador del arpón de las armas vasallas y sus secuaces con sus cañones apuntando hacia nosotros.

Esperaba que comenzaran a disparar en cualquier momento. Como anteriormente había sido el arma de Ethnobalt, conocíamos la clase de ataque que podía realizar. Pero ya que fue robada, no teníamos idea de qué modificaciones pueden haber sido hechas. Por supuesto, soportar cualquier ráfaga de disparos que pudiera liberar era mi trabajo.

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No había señales de que Perra fuera a bajar del barco.

“Querida S’yne, no necesito que causes problemas, así que vamos a jugar juntas una vez más,” dijo la hermana de S’yne.

“¡─!” respondió S’yne, a pesar de que no pude escuchar nada de ello.

“¡S’yne ha—desde la última derrota—espera un resultado—la última vez!” dijo su familiar, tal vez llenando algunos de los vacíos.

“¡Es mejor que esta vez hagas tu parte!” se quejó Perra hacia la hermana de S’yne. Ella había probado ser muy fuerte, así que podía entender por qué sus aliados se quejarían de que ella solo luchara contra S’yne.

“Vaya, vaya, vaya. ¿Debería luchar contra Iwatani?  No me molesta hacerlo, pero ¿entonces qué crees que hará S’yne?” reflexionó la hermana de S’yne. S’yne decidió hacer que su hermana se concentre en ella, convirtiendo su conjunto de costura de las armas vasallas en una bola de hilo y lanzando un ataque preventivo. Hilos fueron lanzados desde la bola y se dirigieron en todas direcciones, golpeando a todos los enemigos. Incluso la dragona mágica de metal estaba atrapada en ellos.

Mirando hacia los hilos, la hermana de S’yne golpeó su propia arma con forma de cadena contra el suelo.

“¡Atadura, Orochi de Múltiples Cabezas!” gritó ella. Cadenas aparecieron desde cuatro direcciones y bloquearon el paso de los hilos.

“¡Hah! ¡Podemos defendernos de tales ataques con facilidad!” dijo Perra.

“Pero ¿puedes seguir haciéndolo?” preguntó la hermana de S’yne. “En el instante en que bajes tu guardia, esos hilos te atraparán. Con Iwatani aquí, ellos tienen incluso más aplicaciones.” Ella amaba explicar cosas, sin importar de qué lado estuviera.

“No estaba seguro de si te darías cuenta,” dije. Usar mis espejos convertía en una posibilidad la transmisión instantánea de los hilos. Podían pasar a través de mis espejos y extenderse libremente a través de cualquier espacio deseado. Lo que yo realmente quería hacer era poner un espejo detrás de Perra y atarla de inmediato.

“Debes entender,” continuó la hermana de S’yne, dándole una dosis de realidad a Perra. “Tener a ese dragón cerca pondrá restricciones en tu propia magia—magia que de todas formas no funciona en Iwatani. Por lo tanto, el punto en adelante es cuán bien podemos luchar sin su interferencia. ¿Y quieres simplemente ignorar a S’yne? Por favor. Es mejor que empieces a ayudar.”

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“¿¡Qué dijiste!? ¡Tú tienes que quitárnosla de encima y también derrotar a todos los demás! Puedes usar magia, ¿cierto?” dijo Perra, dando órdenes de una forma tan desagradable como siempre. Esperaba que ellas siguieran discutiendo de esa forma hasta que creara una abertura para atacar.

“Vaya, vaya, vaya. Tú eres la que debería hacer eso. Quien sugiere algo es normalmente quien lo lleva a cabo, ¿no? ¡Se te han concedido todo tipo de bendiciones, y aun así todavía quieres más! Y crees que yo estoy siendo engreída. Si solo comienzo a disparar magia, ese dragón va a tomar medidas para detenerme. No quiero tener que lidiar con eso,” dijo la hermana de S’yne, con una sonrisa burlona en sus labios. Su actitud parecía sugerir sutilmente que esta era la última oportunidad de Perra. Perra claramente estaba teniendo problemas con sus nuevos amigos.

Yo solo quería que siguieran discutiendo. ¡Luchen entre ustedes! La ira intentaba consumirme, y estaba teniendo problemas para controlarla.

“Eso significa que yo mantendré a raya a Iwatani y S’yne,” dijo la hermana de S’yne. “¡No voy a olvidar este insulto!” gritó Perra.


“¡Malty-sama! ¡Este es el momento para mostrar lo que vale!” gritó una de sus secuaces. Ellas estaban detrás de los demás. Perra tenía el látigo en una mano, aparentemente preparándose para usar una habilidad. Ella había aprendido la lección después de disparar magia hacia mí—yo simplemente se la enviaría de regreso. Tal vez ellos podrían usar magia cooperativa o ceremonial, algo que sea más difícil de interferir. Por un momento pensé que debe ser genial tener acceso a magia prohibida usando un accesorio. ¡Todos ellos eran unos tramposos!

“Raphtalia, ¿sabes qué hacer?” pregunté.

“Si. Esta vez debemos luchar contra ella,” respondió Raphtalia. Eso significaba que Raphtalia, S’yne y yo estaríamos luchando contra Perra y sus secuaces—principalmente la Mujer B II y el barco de las armas vasallas.

“Pequeño Naofumi, ¿puedo luchar contra el Héroe del Arpón?” preguntó Sadina. “¿Crees poder vencerlo?” pregunté.

“Necesitaré algo de ayuda de ti y los demás, pequeño Naofumi. Solo quiero ver lo bueno que es en realidad con ese arpón,” dijo Sadina. Por supuesto, ella misma usaba un arpón. Si esto funcionaba, robar su arma—como Itsuki había hecho contra Miyaji—no era descabellado. Probar una clara diferencia en calidad personal y reclamar el arma definitivamente era un buen resultado.

“¿Comenzamos? ¡Permítannos demostrarles lo estúpidos que son por apuntar sus armas hacia nosotros!” Ante este grito de la Dragona Demonio, los integrantes de ambos lados comenzaron a atacar.

“¡Ahora! ¡Usen nuestra carta del triunfo!” gritó Perra. Parecía un poco temprano para eso, pero tanto la dragona mágica de metal como el portador del ofuda de las armas sagradas gritaron su afirmativa.

Las dos armas sagradas corruptas comenzaron a liberar alguna clase de vibración que le dio una coloración púrpura al aire.

Se esparció al área circundante. Perra sonrió de forma irritante mientras mis espejos comenzaban a romperse. Tampoco eran solo los espejos—las armas de Raphtalia y Glass también fueron afectadas.

“¿Qué es esto? ¿¡Qué está pasando!?” Kizuna no parecía estar siendo afectada. Miré hacia Perra, preguntándome qué estaba planeando. Estaba seguro de que ya había sentido esto en algún lugar…

“¡Armas vasallas! ¡Respondan a mi llamado y obedezcan mis órdenes!” entonó Perra. El espejo se estaba sacudiendo aún más fuerte, como si estuviera tratando de resistirse.

“¡Naofumi-sama!” Raphtalia miró hacia mí con una expresión de preocupación. Más trucos cobardes—no debí haber esperado menos de Perra. Este además era el mismo truco que ellos habían usado cuando interfirieron con el funcionamiento de mi escudo y el arco de Itsuki.

“¿Ustedes son los verdaderos portadores de esas armas? ¡Y qué! ¿Acaso eso es suficiente para resistirse a este poder?” cacareó Perra. “¡Los despojo del derecho de portar esas armas!” Otra vibración sacudió el aire. Tanto el espejo, la katana, como el abanico parecían estar a punto de obedecer a Perra—pero entonces el espejo disparó un rayo para proteger la katana, y la herramienta de cacería de las armas sagradas protegió al abanico. Su truco parecía haber fracasado.

“¡Qué mal! Tal parece que las armas sagradas corruptas no dan la talla cuando se trata de despojar del derecho de usar las armas vasallas,” dijo Kizuna, sonando muy complacida consigo misma.

“Hah. ¿Tu primer movimiento es tratar de despojarnos de nuestras armas? Qué patético,” agregó la Dragona Demonio, casi sonando decepcionada.

“¡Tienen que estar bromeando! ¿No funcionó? ¡Vaya pérdida de tiempo!” Perra chasqueó su lengua, lo cual solo me irritó más. Quería matarla con todo mi ser. ¡Quería matarla de inmediato!

“Ellos también tienen un arma sagrada, así que no puede evitarse. Incluso si viene de otro mundo, trabajar junto con las armas vasallas permite que sus armas sagradas te detengan,” dijo la hermana de S’yne, proporcionando su análisis imparcial de siempre. En este caso, ella parecía querer burlarse de Perra. ¡Estos sujetos siempre querían debilitarnos de esta forma! Pero estaba feliz de que no hubiese funcionado, o habríamos estado de nuevo en la situación de tener que luchar sin armas.

“¡No dejaré pasar esta abertura!” La Dragona Demonio giró una garra e innumerables esferas de magia negra aparecieron en el aire, volando hacia la dragona mágica de metal.

“¡Mis colaboradores universales! ¡Respondan a mi llamado y materialicen su poder mágico!” Incluso mientras lanzaba el primer ataque, ella estaba recitando el segundo.

“¡Idiota! ¿Has olvidado quién soy? ¡Gyah-gyah!” se burló la dragona mágica de metal. “Veremos quién es la idiota aquí… ¡Yo soy la Dragona Demonio! ¡Ahora aprenderás que tu comprensión de mí es fatalmente errónea!” respondió la Dragona Demonio.

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“¿Y qué si lo es? ¡Toma esto! ¡Ataque del Dragón de Rayo Diez!” El portador del arpón de las armas vasallas levantó su arpón y después arremetió directamente hacia la Dragona Demonio, con su cuerpo cubierto de electricidad. ¡Era una habilidad fortalecida! Pero sin saber de qué arma sagrada venía, no había forma de copiarla. La vida solo seguía haciéndose más difícil.

“Pequeña Dragona Demonio, él va a aparecer para cortar tu cabeza, pero luego apuntará a tu cuerpo,” dijo Sadina—en algún momento, ella se había subido a la espalda de la Dragona Demonio y ahora le estaba dando consejos.

“Entonces sé cómo responder,” dijo la Dragona Demonio, bajando su cabeza y evitando el ataque. El portador del arpón de las armas vasallas la rodeó, todavía cubierto de electricidad, y trató de golpear su cuerpo, pero ella sabía lo que venía y lo esquivó. Ella continuó con un gruñido mientras balanceaba su cola, golpeando al tipo del arpón con fuerza. Él gruñó en respuesta.

“¿¡Qué fue eso!?” exclamó él.

“Por lo que parece, ese fue un ataque muy poderoso, pero fácil de esquivar una vez que sabes dónde estás apuntando,” le dijo Sadina al tipo del arpón desde su lugar en la espalda de la Dragona Demonio fortalecida.

“Estoy sorprendida de que pudieras predecir eso,” dijo la Dragona Demonio. “Yo también soy muy buena con un arpón,” respondió Sadina.

“Muy bien. ¡Lucha junto a mí ahora!” gritó la Dragona Demonio.

“¡Por supuesto! ¡Vamos a ganarnos las alabanzas del pequeño Naofumi!” respondió Sadina. La dragona hizo un sonido para demostrar que estaba de acuerdo, y yo sacudí mi cabeza. No necesitaba que ese par, de todas las personas, comenzaran a llevarse bien.

“¡Ahora! ¡Este es el momento para formar algo de magia! ¡Prueba el poder de mi completo control sobre la magia!” rugió la Dragona Demonio.

“¡Idiota! ¡Te mostraré que soy superior con la magia en cada forma posible! ¡Aprenderás el terror de un arma sagrada! ¡Gyah-gyah!” gritó en respuesta la dragona mágica de metal.

¡Después ambas comenzaron a recitar exactamente la misma magia!

“Este poder, un precursor a la victoria, es la magia definitiva que puede erradicarlo todo y mostrar compasión a mis compañeros… ¡La Emperatriz Dragón, la soberana de este mundo, te lo ordena! ¡Proporciona un poder sin igual!” La Dragona Demonio terminó primero y se dio la vuelta para mirar hacia nosotros, mientras la dragona mágica de metal estaba frunciendo el ceño por alguna razón.

“No voy a ayudar a los enemigos de mi maestro,” dijo Filo. La magia de la Dragona Demonio podía hacerse más poderosa al tomar prestado poder de aquellos que tenían un contrato o colaboraban con ella. Y Filo—quien había sido elegida como uno de los Cuatro

Reyes Celestiales—había negado la solicitud de la dragona mágica de metal. Después Filo sacó su boleadora desde su ala, la hizo girar, y la lanzó hacia el tipo del arpón.

“¡Qué! ¡Argh!” El tipo del arpón se tropezó, con sus pies enredados en la boleadora. Él se volvió a poner de pie casi de inmediato, pero nos compró algo de tiempo. Los ataques de lanzamiento de Filo además se habían vuelto bastante útiles; más tarde tenía que felicitarla por eso.

“¡Gah! ¡Te maldigo, Reina Celestial, y a tu estupidez al ver cuál de nosotras dos es la verdadera soberana! ¡Pero puedo hacerlo incluso sin tu ayuda, y lo verás enseguida! ¡Gyah- gyah!” dijo la dragona mágica de metal.

“Demasiado lenta. ¡Sin importar lo rápido que puedas recitar, la magia de un rey sin subordinados nunca igualará la mía!” exclamó la Dragona Demonio.

“¡Ella tiene a alguien ayudándola! ¡Yo!” rugió el tipo del arpón. Parecía que él tal vez estaba ayudando.





“Veamos cómo les va soportando nuestro ataque. Será interesante ver cuán grande es la brecha que podemos crear. ¡Bendición de los Cuatro Reyes Celestiales del Dragón Demonio!” La magia que la Dragona Demonio lanzó voló directamente hacia mí. Estaba avanzando realmente rápido. Pero viendo que todavía no estábamos sumidos en el caos de una batalla sin cuartel, yo aún podía responder. “Yo determinaré cuándo se activará. ¡Héroe del Escudo, amplifícala!” dijo la Dragona Demonio.

“Sí, entiendo. ¡Formación Uno, Formación Dos, Formación Tres, Escudo de Cristal! Y… ¡Prisión de Espejos!” Ajusté el ángulo de los dos espejos flotantes para interceptar la magia en camino. En el momento en que tocó el espejo flotante del Espejo del Odio, tomó un color desagradable. Me recordaba al Aura Demoniaca.

Inmediatamente después de eso, tocó el espejo del Escudo de la Compasión y regresó a un color normal—la compasión la había purificado.

Mi instinto me decía que habríamos pagado un gran precio, tal como con el Aura Demoniaca, si hubiera sido activada después de tocar el Espejo del Odio. Equivocarse a la hora de establecer el orden de los espejos que golpeaba definitivamente podía ser peligroso.

Sin embargo, ese riesgo valía la pena, ya que podía ver que había sido incrementada más que con una reflexión normal. Después golpeó el tercer Espejo de Cristal… y fue en ese momento en el que la atrapé dentro de la Prisión de Espejos.

“Aquí viene. ¡Todos! ¡Prepárense!” rugió la Dragona Demonio. En ese mismo instante, la prisión fue destrozada. Después la magia de apoyo de la Dragona Demonio que yo había amplificado llovió sobre nosotros.

Mis estadísticas sufrieron un incremento inmediato. Era difícil calcular exactamente cuál era el modificador, pero era al menos igual, o sino al del Aura Superior VIII.

“¡Dragona Demonio! ¡Protección del Dragón y el Arpón Diez!” La dragona mágica de metal no perdió la oportunidad, ya que lanzó algo de magia de apoyo sobre sus propios aliados.

“Vaya, vaya, vaya,” dijo la hermana de S’yne. “No deberían depender tanto de la magia de apoyo.” Tanto ella como la dragona mágica de metal comenzaron a recitar más magia.

“Ellos están dejando una abertura para nosotros, así que vamos a aprovecharla,” dijo la Dragona Demonio.

“¡Vamos, pequeña Filo! ¡Mostrémosle nuestra fuerza!” gritó Sadina.

“¡Bien!” estuvo de acuerdo Filo. La Dragona Demonio voló directamente hacia la dragona mágica de metal, mientras Sadina agarraba las patas de Filo (Filo se había convertido en un monstruo que se veía como una gran águila) y volaban directamente hacia el tipo del arpón.

“¿¡Qué!? ¡Ellas ni siquiera tienen armas vasallas, pero miren esa velocidad!” gritó su objetivo.

“¡Eso es porque el pequeño Naofumi nos ha concedido muchos fortalecimientos! ¡No vamos a cederles ningún terreno!” gritó en respuesta Sadina.

“¡Así es! ¡La comida del Maestro me dio mucha energía!” agregó Filo. El viento envolviéndola también envolvió el arpón de Sadina, y Sadina además usó algunas gemas para acceder a la Forma del Rasgo de Dragón mientras arremetía directamente hacia el tipo del arpón.

“Esta es una copia de la técnica que acabas de usar,” dijo Sadina. “Si no esquivas esto, significa que hoy no tendré nada de diversión.” Transformada en una bala de velocidad atronadora, Filo cambió ligeramente su trayectoria desde el tipo del arpón, elevándose hacia lo alto del cielo mientras Sadina seguía volando directamente hacia su objetivo.

“Crees que un ataque tan directo podrá—” Pero su bravuconería fue interrumpida por un gruñido mientras él esquivaba la arremetida de Sadina, y entonces fue golpeado por esa misma bala de viento, la cual giró casi 180 grados en un parpadeo para golpearlo. Las dos habían sabido exactamente hacia dónde esquivaría el tipo del arpón.

“Vaya, ¿no esquivaste eso? Incluso te mostré en qué mano estaba sosteniéndola para hacerlo más fácil para ti,” sonrió Sadina, todavía completamente en su zona de confort. Ella podría quedarse atrás en cuanto a poder de ataque, pero ganaba abrumadoramente cuando se trataba de técnica.

Sin querer ser opacada, la Dragona Demonio se aferró a la dragona mágica de metal en ese mismo instante, abriendo completamente su boca y respirando profundamente. Un estallido negro de fuego fue liberado desde lo profundo de la garganta de la Dragona Demonio, brillando intensamente mientras quemaba.


“¡Prueba esto! ¡Nuevo Aliento del Sol Negro!” rugió la Dragona Demonio. La dragona mágica de metal dejó salir un rugido de dolor complementario. Ya había visto llamas como esas. Eran iguales a las Llamas Malditas Oscuras.

La Dragona Demonio exhaló fuego sobre la dragona mágica de metal por un tiempo antes de retroceder. Su objetivo gruñó del dolor.

“Llamas malditas… el recurso de un cobarde,” logró decir finalmente la dragona mágica de metal.

“¡Vas a tener dificultades para depurar el fuego de mi ira! Tan ardiente que incluso quema la oscuridad. ¿Crees poder hacerle frente? Bueno, solo por si acaso…” Ella chasqueó sus garras y sentí que algo cambió en el aire a nuestro alrededor.

“He creado un vacío mágico que retrasa la sanación. Cualquiera que se oponga a mí… es mejor que no requiera atención médica por un tiempo.” La Dragona Demonio parecía tener cubierto cada aspecto, incluyendo la creación de un campo que retrasaba los efectos de la magia de sanación.

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