Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 4

Capitulo 5: Los Que Se Rindieron Y Los Que Nunca Lo Harán

“Se acerca a una velocidad increíble. Parece que va directamente sobre las montañas y el océano… ¿Se está moviendo por el cielo? Su velocidad actual es prácticamente imposible. Ahora está justo encima de nosotros”, informó Silver Slayer mecánicamente.

“… ¿Qué está pasando?” Chelsea preguntó, mirando hacia el techo de la cueva.

Directamente encima de nosotros, según Silver Slayer, estaban Rosalind y las otras chicas.

“Creo que está usando la nave espacial de Iris”, le dije. “¡¿Nave espacial?!” Gritó Chelsea.

“No tuve tiempo de decírtelo, pero una de las chicas que Rosalind estaba controlando en su mansión es una extraterrestre”.

“… Realmente los subestimé, muchachos”. Chelsea sacudió la cabeza. Había ido más allá de la sorpresa y entró en un estado de shock leve. Pero su expresión cambió rápidamente. “¿Y ahora qué? Podemos dejar de lado mi deseo por el momento”.

“Chelsea…”

“Si todos ustedes son eliminados, yo también estoy condenado”. Me guiñó un ojo y puso una cara valiente, pero tenía las manos a los costados, apretadas en puños apretados y temblorosos.

Ya habían pasado dos horas desde que recibió la llamada diciendo que la condición de su hermano estaba empeorando. No era como si pudiéramos recibir ninguna recepción de teléfono celular aquí abajo, tampoco. Pero aun así… estaba dispuesta a poner su propia historia en espera para que pudiéramos tomar la decisión correcta aquí. No, ella estaba actuando fuerte para evitar que dudamos y arruinamos todo.

“El vampiro está progresando rápidamente a través de las trampas de la cueva. El tiempo estimado de llegada es de unos minutos”, dijo Silver Slayer, actualizándonos sobre la posición de Rosalind.

“No te preocupes. Mi hermano está enfermo, pero es un niño duro. Él está luchando contra su enfermedad mientras hablamos. Él no abandonaría la pelea mientras el resto de nosotros todavía estamos en eso”, dijo Chelsea.

Era solo tres años mayor que yo, pero era una mujer muy fuerte. “…Muy bien. Primero, haremos algo sobre Rosalind”.

Cambié de marcha y me preparé para enfrentar a este nuevo oponente. No podía dejar que la resolución de Chelsea fuera en vano. Necesitaba llevar todas las historias a un final feliz.

“Ahora esto se está volviendo entretenido”. Ulaula se estaba riendo, pero no tuve tiempo que perder con ella.

“Silver Slayer, ¿puedes hacerme otro cuchillo?” Hibiki preguntó.

“Afirmativo”, dijo Silver Slayer mientras formaba nuevos cuchillos para Hibiki y Chelsea.

“Oye, ¿puedo tener uno también?” Yo pregunté.

“Según mi banco de memoria, usted dijo que no podía usar un cuchillo, sir Namidare”.

“Solo una pequeña está bien”.

Tan profundo en la cueva, no había a dónde correr. No había forma de evitar una derrota con Rosalind, así que si quería detenerla, tenía que estar lista para pelear.

“Satsuki”, le dije. “¿Qué?”

“Quiero que te escondas en uno de esos caminos más adelante y nos apoyes con magia si puedes”, le dije, señalando a uno de los pequeños caminos que continuaban más profundamente en la cueva.

“Solo puedo usar magia para protegerme o escapar. Y además, mis hechizos defensivos no funcionan tan bien si estoy demasiado lejos, así que déjame estar a tu lado y protegerte”.

“…Muy bien. Gracias.” Asentí.

“Menos de un minuto”, dijo Silver Slayer con calma. Nos preparamos, pero…

“¿Qué es ese sonido?” Hibiki susurró.

Escuché con atención y pude escuchar lo que sonó como un rugido bajo. Un instante después,  una ráfaga  de agua surgió del pasaje  del que veníamos.

“¡¿Qué demonios?!”

El agua me barrió antes de que pudiera reaccionar, golpeándome contra la pared de la caverna. Mi cabeza emitió un sonido desagradable cuando golpeó la pared de roca, pero me las arreglé para agarrarme a un afloramiento y evitar que el agua me arrastrara por uno de los túneles. Afortunadamente no había demasiado, por lo que rápidamente se drenó por los caminos en el lado opuesto de la habitación.

“¿Están todos bien?” Escuché a una de las chicas preguntar.

Parecía que todos habían logrado agarrar algo también, pero todos habíamos sido cortados o magullados en alguna parte. Eso nos había pillado totalmente desprevenidos.

Y entonces una voz resonó por el corredor… “Finalmente te he alcanzado”.

Antes de que ninguno de nosotros tuviera la oportunidad de prepararnos, Rosalind, Iris, Lea y Harissa entraron a la habitación. Esa explosión de agua debe haber sido la magia de Lea. El agua que se había metido en mi boca tenía un sabor salado, por lo que probablemente había traído un poco de agua de mar hasta aquí.

“… No reconozco a ninguno de ustedes”, dijo Rosalind.

“Soy neutral”. Ulaula levantó las manos. “No te preocupes por mí”.

“Hmph… Lea, Iris. Agarra a todos menos a Namidare.”

“Sí, mi señora”, los dos respondieron aún más sin vida que antes. Uno de ellos saltó a Silver Slayer, y el otro a Hibiki y Chelsea.

“Satsuki, por aquí.” Moví a Satsuki detrás de mí para protegerla.

El ataque sorpresa nos había dividido en dos grupos. Hibiki y Silver Slayer tenían las manos llenas con Lea e Iris. No podía contar con que vinieran a ayudarme ahora.

“Ha pasado un tiempo, Namidare”. Rosalind no estaba sonriendo cuando habló.

“…Oye. ¿Cómo me encontraste aquí? ”

“Fue fácil. ¿Harissa?”

Cuando Rosalind se dirigió a ella, Harissa cantó un breve hechizo. Un solo murciélago apareció de la nada. Voló hacia Rosalind con un chillido agudo y se fusionó con su cuerpo.

“Enviaste un murciélago invisible para seguirnos, ¿eh?”

“Puedo saber dónde están mis familiares en cualquier momento, si debes saberlo”.

Era una posibilidad que habíamos pasado por alto. Solo estábamos preocupados por Rosalind, no por sus familiares. Apreté los dientes con frustración, pero no me hizo ningún bien ahora.

“Namidare… te daré una última oportunidad. Si acepta ceder a mi hechizo de encanto en lugar de resistirse, dejaré ir a todas las chicas”.

“Me niego.”

“… ¿Realmente me odias tanto?”

“No eso no es.” Sacudí mi cabeza. “Si admito la derrota aquí, tal vez Hibiki aún pueda salvar la historia de Chelsea, pero Silver Slayer estará condenado. Y…”

“… ¿Y?”

“No importa cuánto lo piense, no creo que ayudarte con tu venganza sea la manera correcta de salvar tu historia”.

Su verdadero objetivo era algo más que venganza. Tenía que ser. Esa fue una puñalada en la oscuridad de mi parte, o realmente solo un presentimiento, pero lo más importante…

“Rosalind, si te vengas de mí, ¿eso te hará feliz?”

Eso era lo que realmente importaba. ¿Exigir su venganza contra mí en lugar de mi antepasado realmente la haría feliz? Mirándola ahora, era difícil de creer que ese fuera realmente el caso. Ella no estaba sonriendo en absoluto. Su expresión era casi exactamente la opuesta a cuando estaba comiendo su bollo de mermelada de frijoles rojos el otro día.

“Lo que este Namidare quiere hacer… es hacerte feliz, Rosalind. Y no creo que lo que me pidas que haga sea la forma correcta de hacer que eso suceda. Así que voy a pelear contigo con todo lo que tengo. No porque te odie, sino porque quiero encontrar una manera de hacer felices a todos, incluido tú.”

“Todos ustedes son así, ¿verdad? Simplemente humanos que se niegan a retroceder frente a un vampiro. Quien se niega a rendirse. Y… que se niegan a ser míos… ”

“… ¿Todos nosotros?”

¿Estaba hablando de mí y mi antepasado? ¿Y qué quiso decir con ‘niegan a ser de ella’? Pero antes de que tuviera tiempo de pensarlo…

“Así que he terminado de desear más de lo que voy a conseguir”. El aire alrededor de Rosalind cambió.

“Te quería como realmente eras, pero he terminado con eso. Todo lo que necesito es que estés a mi lado. Eso es todo lo que importa. Y entonces…”

Ella dio otro paso adelante.

“Voy a convertirte en un vampiro, Namidare”.

“¡¿Qué?!”

Ella se acercaba cada vez más, cada paso más decidido que el anterior. Ni siquiera iba a usar su magia de encanto esta vez. Ella solo me iba a convertir en un vampiro.

¿Que se suponía que debía hacer? Si tenía alguna posibilidad, era romper el hechizo sobre Iris, Lea y Harissa. Pero a diferencia de mi amigo de la infancia Satsuki, no tenía idea de lo que podía decir para enojarlos o avergonzarlos.

Estaba empezando a entrar en pánico.

En este punto, tuve que tomar una decisión. Solo tenía que prepararme para luchar contra un vampiro. Silver Slayer dijo que el poder de su encanto se debilitó cuando Rosalind se puso nerviosa o fue tomada por sorpresa, así que en realidad no necesitaba vencerla. Si pudiera hacer un poco de daño con el cuchillo de plata y luego distraerla por un momento…

“¡Rekka! ¡Tengo una idea!”

“¡Ay!”

Satsuki de repente me agarró por la oreja y comenzó a susurrarme. “¡¿Quieres que haga QUÉ?!” Grité cuando ella me dijo su ‘plan’. “¡Sólo dilo!”

“¡C-Claro!”

No sabía por qué demonios sugeriría algo así. Pensé que si Satsuki pensaba que funcionaría, entonces valía la pena intentarlo, ¡pero realmente no tenía idea de lo que estaba pensando! Respiré hondo, me volví hacia Harissa y grité…

“¡Te amo!”

Pero… “……”

Harissa ni siquiera se contrajo. “¡No funcionó, Satsuki!”

“¡P-Pensé que cualquier chica se avergonzaría si un niño le dijera eso!” En lugar de Harissa, Satsuki fue quien comenzó a sonrojarse.

Eso no funciona a menos que sea un chico que te guste, ¿verdad? Y espera, si alguien se avergüenza aquí, ¡soy yo! Ugh… ¡Pero ahora no era el momento para esto! Rosalind estaba…

“¡¿Q-Q-Qué?!”

Por alguna razón, ella estaba totalmente loca. Estaba tratando de descubrir cómo manejar este desarrollo inesperado cuando escuché un ruido sordo. Miré y vi que Silver Slayer había atado a Iris y Lea con una cuerda de plata. El encanto de Rosalind se había debilitado por un momento, y Silver Slayer no había perdido esa oportunidad. Realmente no estaba seguro de cómo había sucedido, pero funcionó a nuestro favor. Ahora eran cinco contra dos.

“Rosalind, ríndete y deshace tus hechizos de encanto”.

“Hmph. ¿Me estás pidiendo que me rinda?”

“Solo te pido que renuncies a la venganza para que podamos pensar las cosas juntos. Podemos encontrar una manera para que todos sean felices”.

Mientras Rosalind y yo estábamos hablando, mis otros tres compañeros se acercaron. Hibiki y Silver Slayer se pararon a ambos lados de Rosalind con cuchillos en la garganta, y Chelsea estaba de pie junto a mí para proteger a Satsuki.

“Se acabó, vampiro”, dijo Silver Slayer. “No intentes nada”, agregó Hibiki.

“… Parece que me he avergonzado”, dijo Rosalind. Su pánico de hace un momento desapareció y su aire de superioridad regresó. “Lea… Hazlo”.

“!”

Sin previo aviso, el cuerpo de Silver Slayer se elevó en el aire. Ella trató de luchar, pero su cuerpo se congeló como si hubiera sido sumergida en nitrógeno líquido.

“¡¿Qué hiciste?!” Hibiki gritó.

Intentó usar su cuchillo de plata para detener a Rosalind, pero una mano extendida la agarró por la muñeca.

“¡¿Harissa?!” Hibiki gritó sorprendida mientras trataba de sacudir la mano de Harissa, pero fue inútil. El agarre de Harissa era como un tornillo de banco.

“¿Harissa? ¿Cómo?”

Incluso con el hechizo de encanto, Harissa no debería ser tan fuerte. ¡No había forma de que ella pudiera dominar a Hibiki! Mientras observaba, Harissa comenzó a abrir la boca.

“!”

Fue entonces cuando vislumbré sus dientes. No, no dientes… ¡Eran colmillos! Lo siguiente que supe fue que Harissa estaba hundiendo sus colmillos en el cuello de Hibiki.

“¡Aaaaah!” Hibiki gritó.

“¡Hibiki!” Grité

“¡No, Rekka!” Satsuki gritó.

Estaba a punto de correr hacia adelante cuando ella me agarró por detrás. Ella estaba pensando claramente mientras que yo no, pero… ¡pero…! No pude evitarlo. Mi corazón estaba lleno de ira y pánico.

“¡Rosalind! Convertiste a Harissa… ¡Las convertiste a todas en vampiros, ¿no?! ”

“Por supuesto”, respondió Rosalind con una mirada fulminante. “Sabía cuál sería su respuesta desde el principio, así que me aseguré de tener un seguro”.

Miró a Silver Slayer, que flotaba inmóvil en el aire.

“Esta muñeca no puede ser dañada porque su cuerpo está hecho de líquido… Pero si la rodeas con una burbuja de agua y aumentas la presión dentro de ella, puedes apagarla”.

“…!”

Esa primera ráfaga de agua… La mayor parte fluyó por los senderos que conducían más profundamente a la cueva, pero parte se dejó en los agujeros a lo largo de las paredes y el piso. O eso pensé. Cuando lo busqué ahora, ¡no vi ni una sola gota! ¿Harissa estaba usando su hechizo de invisibilidad para hacer invisible la magia del agua de Lea?

Lo que parecía ser un simple ataque sorpresa resultó ser un truco cuidadosamente planeado. Había sido completamente burlado.

“¡La desesperación en tus ojos! ¡Me encanta!” Ulaula aplaudió alegremente, pero una mirada de Rosalind la hizo callar.

“Ahora, no tengo intención de preguntarte amablemente o darte otra oportunidad. Ríndete —ordenó Rosalind.

“No me gusta rendirme”.

¿Pero qué se suponía que debía hacer? Estaba atrapado. “… Rekka…”

Escuché a Hibiki llamarme incluso cuando Harissa estaba drenando su sangre.

“Corre…” jadeó.

Tenía las manos a la espalda y sostenía lo que parecía un tubo de algún tipo. Cuando Harissa lo soltó, el cuerpo tembloroso de Hibiki cayó hacia el suelo. Pero cuando cayó, sacó el alfiler de la parte superior del tubo que sostenía con la mano derecha.

“¡Cierra tus ojos!” Chelsea gritó cuando se giró y levantó los brazos para cubrir mi rostro y el de Satsuki.

Hubo un pequeño sonido de tintineo, y luego una explosión de luz llenó mi campo de visión. Fue solo gracias a Chelsea que no me cegó por completo. Pero incluso con los ojos cerrados, todavía me picaban. ¿Era eso lo que llamaban una granada de destello?

“¡Vamos a salir aquí!”

Chelsea me agarró del brazo, y probablemente también del de Satsuki, e intentó tirar de nosotros.

“¡Pero Chelsea…!”

“¡Tenemos que salir de aquí! ¡Si no nos reagrupamos, seremos eliminados!”

“…”

Odiaba admitirlo, pero ella tenía razón. La dejé arrastrarme por un tiempo, pero corrí por mi propio poder una vez que pude ver de nuevo.

***

Corrimos lo más rápido que pudimos a lo largo de los caminos que se adentraban en la cueva, tratando de alejarnos lo más posible de Rosalind. Corrimos hasta que ya no pudimos, colapsando en el suelo para recuperar el aliento.

“Hahh… Hahh… ¿Ahora qué hacemos?”

No me quedaban muchas cartas en la mano. Un cuchillo de plata. La magia de Satsuki. Y…

“Este contrato, ¿eh?”

Saqué el pergamino que había doblado y lo guardé en el bolsillo.

Chelsea estaba en silencio, pero su mirada vacilaba como si quisiera decir algo.

“No te preocupes. No voy a abandonar a tu hermano. Pero creo que a menos que podamos usar esto correctamente, no tenemos posibilidades de ganar”.

Probablemente fue nuestra última esperanza. “Repasemos lo que sabemos. Nuestro trabajo es… ”

Para curar al hermano enfermo de Chelsea. Para salvar a todos los que se convirtieron en vampiros, es decir, volverlos humanos. Para salvar la historia de Rosalind. Silver Slayer también.

“… No es suficiente”, dijo Chelsea.

Ella tenía razón. La única persona que podía usar el contrato ahora era yo. Tenía un deseo y cuatro problemas que resolver. Eso no fue suficiente para lograrlo.

“No nos rindamos. Podemos seguir pensando. Profundiza y examina todas las posibilidades. Y si piensas en algo, hablemos de eso… ”

Mientras hablaba, recordé lo que Rosalind había dicho antes que me había llamado la atención. “Todos ustedes…” Era como si ella pensara en mí y mi antepasado como la misma persona. Y luego estaba la extraña forma en que ella había dicho “rehusarse a ser mía”.

En resumen, la mayoría de mis problemas ahora tenían algo que ver con Rosalind. Compartí con Satsuki y Chelsea lo que había dicho, esperando que condujera a algún tipo de pista. Cuando lo hice, Chelsea parecía un poco exasperada.

“Rekka, creo que ella te ve como un sustituto”.

“¿Un sustituto?”

“En otras palabras, ella te quiere a su lado porque no podría tener a su antepasado”.

“…… ¿Qué?”

Entendí las palabras que salían de su boca, pero no tenía idea de lo que estaba diciendo.

“Quiero decir, es lo único que tiene sentido”.

“Eso es imposible…”

A pesar de lo que dije, lentamente comencé a juntar las piezas en mi cabeza. Por ejemplo, por qué Rosalind vino hasta mi escuela secundaria. O por qué no me había saltado a un callejón una noche si realmente quería venganza. O por qué usó su magia de encanto para controlar a todos menos a mí.

O por qué, incluso cuando intentó hacerlo, me dejó con la mayor parte de mi voluntad. O por qué había usado la magia del encanto en lugar de simplemente convertirme en un vampiro en primer lugar.

“Ella quería el ‘verdadero’ yo, ¿eh?” Había dicho algo al respecto hace solo unos minutos.

Cuando había convertido a los demás en vampiros, eran como muñecas. Probablemente era el poder que tenía sobre ellos después de chuparles la sangre. Un hechizo de hechizo podría dominar a alguien, pero todavía era control mental.

Si ella quisiera que aún fuera yo, lo primero que intentaría sería encantar a las personas que me rodeaban para llegar a mí. Entonces, si eso no funcionaba, tendría que intentar encantarme de todos modos. Y si eso todavía no funcionaba, finalmente no tendría más remedio que convertirme en un vampiro…

Me mordí los dientes traseros.

“No puedo ser un reemplazo para mi antepasado”.

¿Este vampiro ha vivido quinientos años y todavía no lo entiende?

La bombilla finalmente se encendió. Si quería salvar la historia de Rosalind, necesitaba detener su venganza; no, necesitaba evitar que me usara como sustituto. Y para hacer eso, primero necesitaba salir de esta sombría situación.

“Dijiste que un elixir podría curar a tu hermano, ¿verdad?” Pregunté, mi voz llena de nueva resolución y un poco de ira.

“Eso es cierto, pero…” la voz de Chelsea se apagó. Hizo una pausa y luego dijo: “La piedra filosofal que necesitaría hacer es parte del núcleo de Silver Slayer”. Si se lo arrancara, su cuerpo se vendría abajo.

Satsuki me explicó en detalle cómo funcionaba realmente la magia y la alquimia.

“Entonces, ¿qué pasa si utilizo el contrato para que Ulaula convierta a Silver  Slayer  en  humano?  ¿Qué  pasaría  con  la  piedra  filosofal?¿Desaparecería?” Yo pregunté.

Tanto Satsuki como Chelsea parecían sorprendidas.

Convertir Silver Slayer en un humano fue una idea que tuve cuando miramos juntos la flor blanca. Pensé que eso podría ser lo que su historia necesitaba.

“Um… no lo creo. La piedra filosofal es materia perfeccionada. Ninguna fuerza física o magia, ni siquiera un milagro, podría destruirlo desde el exterior”.

“Ya veo.”

Entonces eso resolvería dos historias a la vez.

“Eso deja a todos volviendo atrás, y luego Rosalind misma…”

“¡Espera, Rekka! Ese contrato tenía un precio, ¿recuerdas?” Dijo Satsuki.

Ella tenía razón. La persona que firmó el contrato necesitaba dar su vida. Ese fue el precio. Pero no podía simplemente rendirme por eso. Puede haber una escapatoria que aún no había encontrado.

“El precio es la vida de la persona que hace el contrato, ¿verdad? ¿Pero cómo mueren exactamente? ¿Su alma simplemente abandona su cuerpo en el instante en que lo firman?”

“El contrato demoníaco es un acuerdo entre dos almas, así que en el momento en que lo firmas, tu alma pertenece al demonio. Pero un alma está unida al cuerpo, y no puede dejarla sola. Así que no morirás directamente, pero si ella toca tu alma, todo habrá terminado”.

“¿Dónde está el alma, exactamente?”

“Puedes pensar que tu alma habita exactamente el mismo espacio que tu cuerpo físico”.

En otras palabras, si ella me tocara en alguna parte, ¿mi alma sería arrancada de mi cuerpo? Era como un juego letal de etiqueta, sin importar el hecho de que estaba jugando con un demonio.

Pero al menos, no moriría de inmediato solo por hacer el contrato.

“Entonces, si podemos hacer algo antes de que ella me toque, podemos convertir a Silver Slayer de un homúnculo en un humano. Y eso también nos da la piedra filosofal… Pero entonces, ¿cómo hacemos para que regrese a la normalidad?

Espera. ¿Convertir un homúnculo en humano? ¿Traer de vuelta a todas? Espera…

“Satsuki, tengo una pregunta más”, le dije. “¿Qué es?” ella preguntó.

“Se trata de las reglas para el contrato demoníaco…”

Satsuki parecía un poco confundida por la simple pregunta que procedí a hacerle, pero ella asintió afirmativamente en respuesta. ¡Eso significaba que podíamos hacer esto después de todo!

“Satsuki. Chelsea Necesito tu ayuda con algo.”

Les dije mi plan, incluido lo que necesitaba que hicieran.

“Eso es arriesgado como el infierno… ¿Estás tratando de que te maten?” Chelsea preguntó con cautela.

“La vida se trata de tomar riesgos”, dije, preparándome para lo que estaba por venir.

Así es. Mi vida no era un juguete para entregarle a Rosalind, y ciertamente no era algo que sacrificaría para entretener a un demonio. Fue mi último chip, pero estaba yendo para llevar estas historias a un final feliz.