Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 4

Capitulo 2: Ojos Rojos Y Una Espada De Plata

Parte 1

Domingo. Un día despejado sin una nube en el cielo.

“Creo que llego un poco temprano, ¿eh?” Me dije a mí mismo mientras miraba el reloj de la estación.

Estaba esperando a alguien, pero aún no la había visto. No era una estación grande, así que no podría haberla extrañado… Oh, ahí estaba.

“Hmph.   Me  alegra  verte  aquí  temprano”,  dijo  la  chica  que estaba esperando. Era Rosalind con un vestido blanco.

“Por supuesto. Soy yo quien te muestra la ciudad, ¿recuerdas? ”

“Jeje, lo sé”, dijo mientras naturalmente tomaba mi brazo. “Así que dame la gran gira, Namidare”.

“Claro.”

Rosalind acababa de transferirse a mi escuela, y hoy era el día en que debía presentarle la ciudad.

“Esta es tu primera cita, ¿eh, Rekka?” No lo es. No soy un lolicon.

R flotaba a mí alrededor gruñendo como siempre, pero tenía que guardar mis comentarios para mí.

“Ahora, ¿hay algún lugar al que quieras ir?”

“Te dejaré decidir, Namidare”.

“Sin embargo, no sé… puedo mostrarte dónde están la biblioteca, el hospital y esas cosas”.

“Qué aburrido.” Ella rechazó la idea.

“Entonces, ¿algún lugar más divertido? Hmm… ¿Tal vez deberíamos tomar el tren a alguna parte?”

“No me gustan las multitudes”.

“Entonces, ¿a dónde quieres ir?”

“No podría decirlo. ¿No es eso lo que se supone que me estás mostrando?”

“… Muy bien, supongo que podemos pasear un rato. Si ves algo que te llame la atención, podemos parar”.

“Eso funcionará bien”.

No tenía la menor idea de a dónde íbamos a ir, pero si Rosalind estaba de acuerdo, pensé que estaba bien. Salimos de la plaza frente a la estación y comenzamos a caminar.

Había una gran carretera que atravesaba la ciudad, por lo que había muchas estaciones y tiendas cerca. Pero no había salas de cine o grandes almacenes, y no había buenos lugares para que los adolescentes pasaran el rato. Las bulliciosas tiendas eran realmente nuestra única opción, pero no fuimos a ninguna de ellas. Porque…

“Es bastante pequeño, pero hay una galería cerca de aquí”.

“No me gustan los lugares ruidosos”.

“¿Quieres visitar la librería?”

“Leer no es lo mío”.

Cada sugerencia que hice fue recibida con desaprobación. El único lugar en el que mostró interés era una panadería con buena reputación.

“¿Tienen bollos de mermelada de frijoles rojos?” Rosalind preguntó mientras me llevaba a la tienda. Miró a su alrededor las hileras de estanterías llenas de pan.

“Claro, si no se han agotado”.

Cada panadería los tenía. No tuvimos ningún problema para encontrarlos en los estantes,  y ambos obtuvimos  uno. Recogí otros tres tipos de pasteles, revisé y llevé a Rosalind al fondo de la tienda. Tenían cuatro juegos de mesas y sillas para que puedas sentarte y comer lo que acabas de comprar. Cuando llegamos, una pareja casada se estaba yendo, así que pudimos conseguir una mesa.

“Está bien, vamos a comer”.

“En efecto. Comamos.”

Rosalind juntó las manos de una manera que indicaba que todavía no estaba acostumbrada a hacer el gesto, luego tomó su bollo de mermelada de frijoles rojos.

“¡Hom nom! Hmm… Tiene una textura muy diferente a la que venden en la escuela”.

“¿Si? Tal vez porque está recién horneado”, dije mientras tomaba un bocado.

El pan se sentía un poco más suave que los de la cafetería. Si. Estuvo bien. No es de extrañar que este lugar fuera popular.

En un instante había devorado tres pasteles. Rosalind estaba sentada frente a mí, todavía comiendo la suya. Su pequeña boca se movía tan rápido como podía, pero no estaba haciendo una gran abolladura en ella. Hmm… Quedaba una tarta, pero era algo que Rosalind había elegido.

“Realmente amas la mermelada de frijoles rojos, ¿eh?” Dije, esperando llenar el silencio.

“Tiene un tipo diferente de dulzura que el chocolate y los pasteles. Me gusta eso. Me alegra haber recordado el nombre de hace mucho tiempo”.

“¿Hace mucho tiempo? ¿Has estado antes en Japón, Rosalind? ” Acababa de conocerla, así que apenas sabía nada de ella.

“Hmm sí. Una vez antes —dijo ella, mirando hacia abajo por un momento.

¿Era algo de lo que no quería hablar?

“¿Huh? Entonces, ¿dónde aprendiste ese extraño japonés?” Cambié de tema con la esperanza de sacarla de su mente.

“No es extraño en absoluto, tonto”.

“Pero suenas como una anciana”.

“¡Ngwah! ¡Bien, discúlpeme!”

“Jajaja…”

“Hmph. ¿Qué te ríes?”

“Oh nada. Estaba pensando en la increíble diferencia entre su aspecto y la forma en que habló cuando se presentó por primera vez”.

“¡Tú eres tan rudo!”

Rosalind se volvió indignada y comenzó a poner mala cara. Supongo que la enfurecí un poco, pero me alegré de verla de mejor humor.

“Lo siento. Aquí, te traeré un café”.

La panadería ofrecía té y café de cortesía a sus clientes. Como a ella no parecía gustarle el té barato, decidí tomarle el café. Vertí un poco en dos vasos de papel y los llevé a la mesa.

“…Es terrible.”

Resulta que al café no le fue mejor que al té.

“Supongo que cualquier cosa que no esté hecha con hojas o frijoles adecuados no será lo suficientemente bueno para ti, ¿eh?”

“¿Qué? ¿Hacen café sin frijoles en Japón?”

“Bueno, es gratis, por lo que probablemente sea instantáneo”.

“… ¿Instantáneo?”

“¿Nunca has tomado café instantáneo?” Rosalind sacudió la cabeza un poco.

“Dios…”

Quizás su familia era realmente rica. Era malcriada y hablaba raro, así que era casi como…

“Realmente eres una princesa, ¿verdad?”

“…!”

“¿Huh? ¿Qué pasa? ”

“¡N-Nada!”

Rosalind rápidamente se comió el resto de su pan y su tarta como si algo la hubiera asustado y estuviera ansiosa por salir de este lugar.

“¡V-Vamos! ¡Vámonos!” ella dijo. “¡Hey, espera!”

Me apresuré tras ella. Cuando salimos afuera, el sol de la tarde brillaba sobre nosotros.

“…”

Rosalind se detuvo frente a la entrada de la tienda. Cuando la alcancé y me paré a su lado, dijo mi nombre.

“… Namidare”.

“¿Qué pasa?”

“M-Mi mano…” Ella miró hacia abajo y habló vacilante. Su voz era tan suave como un zumbido de mosquito. “¿Puedes tomar mi mano?”

Su flequillo le cubría la cara, así que realmente no podía verlo, pero parecía estar rojo.

“Siempre me estás agarrando del brazo. ¿Por qué te sonrojas ahora?”

“¡Cállate! ¡Esto es diferente!”

Personalmente, me pareció mucho más vergonzoso cuando me agarró del brazo… pero probablemente no se detendría incluso si se lo pidiera. Ella realmente era una princesa malcriada.

“Aquí.” Me reí entre dientes y agarré la pequeña mano que me ofreció. “Muy bien, caminemos un poco más”.

“D-De hecho”.

Caminamos un rato a la cálida luz del sol. Como Rosalind seguía rechazando mis sugerencias, apenas fuimos a otras tiendas.

Finalmente tomamos un descanso y nos sentamos juntos en un banco del parque. Una vez que nuestras piernas descansaron un poco, comenzamos a caminar nuevamente a pesar de que todavía no teníamos un destino en mente.

“Esto es básicamente una caminata, ¿no?”

“En efecto. ¿Pero qué hay de malo en eso? ”

Normalmente pensarías que esta es una forma aburrida de pasar un fin de semana, pero Rosalind había estado sonriendo prácticamente todo el tiempo. Ella todavía sostenía mi mano y no me dejaba ir. Mientras no la molestara, no me molestaba. Esta era mi ciudad natal, pero había lugares que no conocía. Yo también estaba aprendiendo cosas. Pero cuando el sol comenzaba a ponerse, nos habíamos quedado sin lugares para visitar y regresábamos a la estación.

“¿Quieres acabar por el día de hoy?”

“No.”

Ah, sí, la princesa mimada…

“Pero no se me ocurre otro lugar a donde ir”.

“Entonces ven a mi casa”.

“¿Huh? No, eso es…” Su repentina solicitud me tomó por sorpresa. “Ya es hora de cenar. Tus padres no querrían que yo solo apareciera, ¿verdad?”

Le di la primera excusa que me vino a la mente, pero ella solo me abrazó con fuerza y me miró a los ojos.

“Estará bien.”

“No pero…”

“Prometiste pasar el día conmigo, ¿verdad?”

Se puso de puntillas, estirándose para acercar su rostro. Sus ojos rojos brillaron justo en frente de los míos.

“Sí… supongo que sí…”

Así es. Tuve que pasar todo el día con Rosalind.

……

………

…………?

“¿Eh…?”

“¿Qué pasa?” ella preguntó. “…No.”

Algo se sentía fuera de lugar, pero cuando miré a los ojos de Rosalind, ya no parecía importar. Era como si una parte de mi mente estuviera pintada de rojo.

“Está bien, supongo que pararé para entonces”.

“Bueno.”

Fui a seguir a Rosalind, pero de repente oí una voz detrás de mí. “¿Huh? ¿Eres tú, Rekka?”

Me di vuelta y vi a una chica que reconocí venir hacia mí. “Lea.”

“Es raro verte fuera de Nozomiya”.

La chica de la camiseta, Lea, caminó hacia mí. “Sí, supongo que sí. ¿Qué haces aquí, Lea?”

“Estaba ayudando a Tsumiki con su práctica. Solo estoy dando un pequeño paseo para ayudar a mi digestión”.

“Estabas comiendo más materia oscura, ¿eh?”

Me imaginé la cara de mi compañera de clase, la chica de la tienda en la cafetería, y me reí entre dientes mientras una gota de sudor frío goteaba por mi cara. Para Lea, la cocina de Tsumiki era una fuente de energía deliciosa y extremadamente eficiente, pero podría ser fatal para los humanos normales. Lea de repente se volvió hacia Rosalind, que todavía sostenía mi mano, y la miró con recelo.

“No la conozco. ¿Ella es alguien que conoces?”

“Si. Esta es Rosalind. Ella acaba de transferirse a mi escuela”. Le di una breve introducción.

“¿Otra chica…?”

Por   alguna   razón,    Rosalind    estaba   mirando    a   Lea   con   los   ojos entrecerrados.

“Namidare, pongámonos en marcha”.

“¿Huh? ¿Porque estas tan enojada?”

“No estoy enojada.”

“No, definitivamente estás enojada”.

“¡Cállate! ¡Pasaras todo el día conmigo! ¡Así que deja de hablar con otras chicas!”

“¡Solo decía hola!”

No sabía por qué tenía que enojarse tanto.

“Rekka, ¿realmente has estado con ella todo el día?”

“Así es. ¿Por qué?”

Lea levantó una ceja con sospecha ante mi respuesta.

“Bueno, no estoy terriblemente sorprendida de ver que has encontrado a otra chica para hacer amigos. ¿Pero no se suponía que ibas a ir de compras con Harissa hoy? ”

No tenía idea de lo que quería decir. “¿Huh? ¿De qué estás hablando?”

“¿De qué estoy hablando? Me encontré con Harissa en la calle comercial, y ella estaba muy entusiasmada con eso”.

¿Harissa? ¿Se suponía que debía ir de compras con ella? ¿Qué está pasando? Traté de pensarlo, pero luego hubo un doloroso destello de luz roja en mi campo de visión.

“… Realmente no lo recuerdo. De todos modos, me dirijo a la casa de Rosalind”.

Rápidamente terminé la conversación y me giré para irme. Tenía que hacerlo

“Rekka, espera un segundo”.

Lea intentó agarrarme del hombro, pero Rosalind se interpuso en su camino.

“Detente. No le digas nada a Namidare que no necesite escuchar”.

Una extraña luz brilló en sus ojos. Lea se congeló por un momento, pero…

“¡Devuélveme a Rekka!” ella gritó bruscamente mientras golpeaba a Rosalind con el dorso de su mano.

“¡Tch!”

Con una velocidad que no esperarías de su joven apariencia, Rosalind esquivó el ataque. En un instante, sus posiciones habían cambiado. Lea estaba ahora frente a mí, de pie entre Rosalind y yo.

“Lea…” Todavía estaba mareada, pero grité su nombre con voz frágil. “Rekka, ponte en contacto contigo mismo. Estás siendo controlado”.

“Controlado, ¿eh…?”

No estaba seguro de cómo responder a esa declaración.

Normalmente, si alguien le dice literalmente: “Está siendo controlado”, su reacción sería reírse. Pero mi línea de sangre me puso en todo tipo de situaciones extrañas, y esto no era cosa de risa.

“Creo que es un encanto. Es un poder especial que poseen ciertos clanes antiguos que permite al usuario controlar a alguien a través del poder de sus ojos. No se puede disipar, lo que hace que sea difícil deshacerse de él, pero una mente fuerte puede atravesarlo”.

“… Ugh…”

Cuando ella comenzó a hablar sobre este misterioso poder de ‘encanto’, de repente me sentí mareado de nuevo. ¿Por qué me había dicho a mí mismo que tenía que ir a la casa de Rosalind? ¿Era el tipo de hombre al que le gustaba ir a casa con chicas que apenas conocía? Espera… Sí, lo estaba. Por eso necesitaba ir a la casa de Rosalind.

¡Ahí estaba de nuevo! Era como si mis pensamientos se vieran obligados a ir en cierta dirección. Ahora que Lea había dicho algo, me di cuenta de lo poco natural que era.

“Hmph. Así que rompiste mi encanto… Y además de eso, pareces saber quién soy”.

“He vivido por mucho más tiempo de lo que piensas”.

Mientras Rosalind y Lea se miraban el uno al otro, estaba luchando contra el encanto que me habían arrojado. Gracias a Lea, sabía que estaba siendo controlada, pero todavía no podía sacudirme la idea de que tenía que pasar el día con Rosalind. Mi mente estaba hecha para mí. Ese era el poder del encanto.

Para empeorar las cosas, parecía que el hechizo tenía la capacidad de afectar mi memoria para hacer que estos pensamientos forzados fueran más creíbles. Lea había dicho que había prometido ir de compras con Harissa hoy, pero no podía recordar eso en absoluto. No, ni siquiera podía intentar recordarlo. Era como si el encanto estuviera sacando de mi mente cualquier cosa que pudiera impedirme seguir mi orden.