Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 4: Líderes y Lidederados

Capitulo 6: Incluso si Titubeamos

La mañana del día siguiente, pensándolo bien, en realidad del mismo día, esperaron a que sonara la campana una vez, o hasta las diez, pero Mary no apareció en la puerta norte.

Al día siguiente, esperaron durante dos horas otra vez, pero Mary nunca llegó. Ranta proclamó en voz alta que deberían irrumpir en la habitación de Mary, pero Haruhiro y Shihoru se opusieron firmemente a la idea. En cuanto a Yume, todavía se sentía funya-funya, pero estaba mejorando.

Luego, en el tercer día, Haruhiro y los demás llegaron a la puerta norte justo antes de que sonara la campana de las ocho en punto.

“Oh…” dijo Ranta, sorprendido.

Shihoru inhaló bruscamente.

Yume dijo: “Miau.”

Haruhiro sonrió solo un poco, tapándose la boca con una mano. Cada vez que sonreía, un dolor sordo regresaba en su pecho.

Había una mujer con un traje de sacerdote apoyada en el bastón corto que llevaba para sostenerse parada en un rincón junto a la puerta norte. Ella estaba mirando hacia abajo, como si estuviera contando los dedos de sus pies. Ella no era especialmente pequeña y, sin embargo, se veía muy pequeña en este momento.

“¡Mary!” Llamó Haruhiro.

Mary levantó la vista y se volvió para mirarlos. Bajó la mirada de inmediato, aunque tal vez estaba asintiendo.

Supongo que no importa qué, pensó Haruhiro. Sí. No importa qué. Mary está aquí. No la forzamos a venir. Tampoco le suplicamos. Mary vino por su propia voluntad.

Haruhiro y los demás corrieron hacia Mary. Shihoru se acercó a Mary primero, sacudiendo su mano sin decir una palabra. Mary no la rechazó.

Yume de repente le dio a Mary un abrazo de derribo volador.

“¡Kya!” Mary gritó, aparentemente asustada.

Bueno, Haruhiro también se sorprendió. Por supuesto que ella se sorprendería.

“Perdón por eso, Mary-chan,” dijo Yume, abrazando a Mary tan fuerte como podía y frotando su rostro contra Mary como un gato. “Lo siento mucho.”

“¿Eh? ¿Q-Qué, por qué…?” Mary tartamudeó.

“Por dejarte sola,” dijo Yume. “Lo siento por eso. Yume tenía a Shihoru ahí para ella, pero, Mary-chan, no tenías a nadie contigo en un momento horrible como este. Lo siento. Yume ya no te dejará sola, así que ella espera que la perdones. Yume estará a tu lado.”

“…Yo…” dijo Mary, sus ojos se movían rápidamente.

Al principio, Haruhiro pensó que estaba confundida, pero parecía que ese no era el caso. La cara de Mary estaba caliente y enrojecida. Estaba roja hasta la punta de sus orejas.

Mary apretó los dientes. Parecía que estaba soportando algo y haciendo lo mejor que podía para contenerlo.

Tal vez está a punto de llorar, ¿es eso? Haruhiro pensó.

“Yo…” comenzó ella.

“Está bien,” declaró Yume. “Mary-chan, no importa lo que digas ahora, Yume, ella ya se ha decidido. Ella no te dejará sola nunca más. Yume, de ahora en adelante, se quedará en la misma casa de hospedaje que tú. Eso es lo que decidió Yume. Shihoru también estará con nosotras.”

Haruhiro miró a Shihoru. “…¿Es así?”

“Yo… ¿creo que sí?” Shihoru dijo, con una expresión incómoda que estaba entre una sonrisa forzada y una confusión total. “…Puedo recordar… hablar de eso anoche… Vagamente…”

“Vagamente, eh…” dijo Haruhiro.

“¡Heh!” Ranta se frotó la nariz con el pulgar. “Bueno, si así es como va a ser, entonces solo hay una opción. ¡También voy a alquilar una habitación en la casa de Mary!”

“No puedes,” Mary se volvió con una fría mirada hacia Ranta. “Como regla general, el lugar donde estoy alojada está fuera de los límites para los hombres.”

“¡¿Q-Queeeeé?!” Ranta soltó un chillido. “¡¿N-No puedes hacer algo?! ¡Oye, espera, si es una regla general, eso significa que puede haber excepciones, ¿no?! ¡Nací especial, así que debo ser una excepción, obviamente!”

“La única excepción es para niños pequeños,” dijo con frialdad. “Eso significa que las madres con hijos están bien.”

“¡Entonces está bien! ¡De hoy en adelante, Mary, voy a ser tu hijo! ¡Sería extraño decir que soy tu verdadero hijo, así que diremos que soy adoptado, sí, adoptado! ¡Eso es! ¡Ahora no hay problemas, ¿verdad?!”

Haruhiro murmuró: “No hay nada más que problemas con eso…”

“¡Cierra la boca, Parupiro! ¡No es tu decisión! ¡Ahora bien, Mary, eres mi mamá a partir de hoy! ¡Bienvenida a la familia, mamá!”

Mary le dio unas palmaditas en la espalda a Yume y suspiró. “Creo que me iré a casa…”

“¡Noooo!” Gritó Yume, apretando a Mary con fuerza. “¡Mary-chan, no te vayas! ¡Cuando Ranta abre la boca, no tienes que prestar atención a nada que diga! ¡Sabes que Ranta es solo un estúpido e idiota!”

“¡¿A quién llamas estúpido e idiota?!” Gritó Ranta. “¡Especialmente cuando tienes las tetas pequeñas!”

“¡No les digas pequeños!” Yume se enojo.

“¡Oye, no es mi culpa que las tengas  pequeñas!”

“¡Bueno, Ranta, eres mucho más plano que Yume, así que ahí lo tienes!” Respondió.

“¡Soy un hombre, maldita sea! ¡Para empezar, no estaba compitiendo contigo sobre el tamaño del pecho!”

“Bueno, ¿entonces compites sobre el tamaño de qué, entonces?”

“¡¿Eh?! Bueno, obviamente…” Ranta miró su entrepierna, luego echó un vistazo a Haruhiro. “…¿Bien?”

“No, no me miren a mi para buscar un acuerdo sobre eso…” dijo Haruhiro.

“¿Hrmm?” Yume inclinó la cabeza hacia un lado confundida.

“Um…” dijo Mary, retorciéndose incómodamente en el fuerte agarre de los brazos de Yume. “…No me iré. Entonces, por ahora, ¿podrías dejarme ir?”

“¡¿Eh?! ¿Te estaba doliendo? Perdón por eso.” Yume la soltó. “Yume, ella es bastante fuerte, ¿sabes? Últimamente, sus brazos se han vuelto carnosos, y ella va a tener un six-pack uno estos días. Le estaba diciendo a Shihoru, que si eso sucede, tal vez si los músculos del pecho de Yume crecen, sus senos también podrían agrandarse.”

“…Y-Yume,” tartamudeó Shihoru. “Ya es suficiente sobre eso…”

“¿Nwuh? ¿Por qué?”

“No es algo que debes hablar frente a los chicos…”

“¿Es así?” Preguntó Yume.

“¡Já!” Ranta se rió por la nariz. “No tienes delicadeza, Yume. ¡Ese es tu problema!”

“¡Yume no tiene pulideza, pero tú tampoco, Ranta!” Respondió ella.

“¡Como si quisiera! ¡Además, no es pulideza, es delicadeza! ¡Delicadeza!”

Vaya, las cosas se han vuelto animadas aquí, pensó Haruhiro, rascándose la nuca. Pero, bueno, gracias a Ranta y Yume, el estado de ánimo se ha aligerado.

Primero, Haruhiro habló con Mary sobre los asuntos. Decidieron que todos irían a la Oficina del Cuerpo de Soldados Voluntarios después de esto para completar el papeleo. Luego tendrían que llevar su vale militar de 60 oros a la Compañía de Depósitos Yorozu, convertirlo en oro y dividir el dinero. Pensó que probablemente sería una buena idea depositar The Chopper también.

“Entonces, la pregunta es, ¿qué hacemos a partir de ahora?” Preguntó Haruhiro, manteniendo su tono tan bajo como pudo. La realidad a la que se enfrentaban era dura, y todos sentían que podrían ser aplastados por su opresivo peso. No quería hacer las cosas más pesadas de lo que ya eran. “Saben, he pensado un poco las cosas. Por ahora, ¿por qué no intentamos ir a Damuro?”

“Ooh,” dijo Yume con entusiasmo. “Eso significa gobbies.”

“¡Jeh!” Ranta frunció el ceño y se cruzó de brazos. “Para nosotros ahora, ¿no crees que estamos un poco fuera de su alcance, tratando de llevarnos?”

“…Creo que quieres decir ‘fuera de su liga’…” Murmuró Shihoru.

“¿Hm? ¿Dijiste algo, Shihoru?” Preguntó Ranta en voz alta.

“No importa…” dijo ella. “Olvídalo… Sé que no hay cura para la estupidez…”

“Oye, definitivamente escuché eso, ¿sabes?” Se quejó Ranta.

“Damuro…” Mary dijo, moviendo sus ojos hacia abajo.

“Después de todo, nos han estado llamando los Asesinos de Goblins,” dijo Haruhiro bromeando, pero la expresión de Mary no se aligeró en absoluto.

Es demasiado esperarlo de inmediato. Llevará tiempo. Tómalo paso a paso. Apresurar las cosas no ayudará.

“Hemos estado frecuentando la Mina Cirene últimamente, así que nos hemos acostumbrado a los kobolds, pero si vamos ahí, tenemos que bajar al menos tres niveles,” dijo. “Creo que eso es arriesgado. Escuché que el estado de emergencia temporal en la Vieja Ciudad de Damuro parece haberse levantado, y conocemos casi todos los rincones del lugar. Si elegimos bien nuestras ubicaciones y no nos extendemos demasiado, no creo que sea tan peligroso.”

“La forma en que piensas es tan pasiva como siempre, ¿eh, Haruhiro?” Preguntó Ranta, con un exagerado encogimiento de hombros. “Pero está bien, ¿supongo? Creo que no es una mala idea, al menos por ahora.”

“Guau, Ranta-kun no se quejó por una vez…” murmuró Shihoru.

“¡¿Por quién me tomas, Shihoru?!” Gritó Ranta. “¡Siempre he sido un tipo que solo dice las cosas como son, ¿sabes?! ¡Si es bueno, digo que es bueno! ¡Si es malo, digo que es malo! ¡Si tengo algo que decir, lo digo! ¡Si quiero hacer algo, lo hago! ¡En otras palabras, soy un verdadero hombre!”

“Sí, sí,” murmuró Haruhiro.

“¡Haruhiroooo! ¡No, Parupiruroooo! ¡No trates de dejar pasar lo que estoy diciendo!”

“En todo caso, me gustaría tirarte a un río y dejarte a la deriva,” dijo Haruhiro.

“¡Bien por mí! ¡Hazlo! ¡Solo inténtalo! ¡Si puedes tirarme al río, hazlo, maldita sea!”

“Naa, pasaré,” dijo Haruhiro. “Es demasiado molesto.”

“Ba-boing.” Ranta saltó hacia adelante en línea recta. Él podría haber estado tratando de actuar de forma divertida para sacar una risa de ellos, pero obviamente nadie se quería reír. Sin embargo, Ranta no se intimidó y volvió a intentarlo varias veces. “¡Ba-boing ¡Ba-boing! ¡Ba-boing!”

De los repetidos intentos, no solo no se rieron, sino que solo hacía que cada uno se sintiera cada vez menos divertido, así que fue impresionante que pudiera seguir haciéndolo sin su corazón roto. Ranta comenzó a trabajar con caras divertidas en su rutina de salto ba-boing.

Yume dejó escapar un suspiro exasperado y negó con la cabeza.

Mary estaba mirando a Ranta con pena en este punto.

Shihoru se estremeció. “…Tan espeluznante.”

“¡Ba-boing!” Gritó Ranta. “¡Ba-boing! ¡Ba-boing, ba-boing, ba-boing!”

Ranta se ve feliz, pensó Haruhiro. Disfruta cuando las personas se burlan de él. ¿Es un masoquista? Aún así, Shihoru se ha estado burlando de Ranta muchísimo hoy. Tal vez lo pensó y tiene alguna razón para ello.

Haruhiro ignoró a Ranta, mirando a Yume, Shihoru y Mary. “¿Alguien más tiene una opinión?”

“Yume cree que está bien con eso,” declaró Yume.

“Yo también creo que está bien…” dijo Shihoru.

“Yo también,” dijo Mary, llevando una mano a su pecho y respirando brevemente. “Estoy bien con eso.”

Las cosas no eran como antes. Por supuesto que no. Haruhiro y su grupo habían perdido a alguien que no podían permitirse perder. No había nadie que pudiera reemplazar a Moguzo. No en cualquier lugar. No era posible.

¿No había nada que pudiera comenzar a llenar los grandes, demasiado grandes, huecos que se habían abierto entre los miembros del grupo?

Bueno, si no hay, ¿qué deberíamos hacer? Haruhiro se preguntó.

No lo sabía en este momento. Sin embargo, sabía que no conocer la respuesta no hacía que fuera correcto dejar las cosas como estaban. Si no sabía la respuesta, tenía que buscarla y encontrarla.

Haruhiro asintió.

“Vámonos.”