Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 4: Líderes y Lidederados

Capitulo 2: Sintiéndose Funya-Funya

Yume se sentía realmente funya-funya.

¿Qué era funya-funya?

Yume en realidad no lo sabía, pero se sentía funya-funya, así que funya-funya era todo como lo podía llamar.

Debido a que se sentía funya-funya, ni siquiera quería levantarse. Por eso, Yume estaba boca abajo en la litera inferior de la cama de su habitación en la casa de hospedaje de los soldados voluntarios.

De vez en cuando, ella se daba vuelta. Pero debido a que se sentía funya-funya, funya-funya, incluso voltearse era una tarea ardua.

De hecho, durante mucho tiempo, había tenido ganas de orinar y lo había estado reteniendo. Sabía que debía ir al baño. En realidad, ella tenía que hacerlo. Eso era algo que ella sabía con certeza, pero debido a que se sentía funya-funya, no podía motivarse para ir.

“Yume,” Shihoru la llamó.

Yume quería responder. Pero se estaba sintiendo funya-funya, por lo que incluso hablar requería mucho esfuerzo.

Al final, simplemente dijo: “…¿Mmm?”

“…¿Tienes hambre?” Preguntó Shihoru.

“Nnnn…”

Yume se pregunta sobre eso, pensó ella. Yume no cree que no tenga hambre en absoluto. Si Yume fuera a comer, probablemente podría comer mucho, ¿sabes? Ella realmente no quiere comer. Bueno, si Yume no come, Yume está de acuerdo con no comer, supongo.

“…Nnnn,” dijo ella.

“Tienes que comer,” protestó Shihoru. “No comer es malo para tu salud, creo…”

“Nnnn…”

“¿Yume?”

“¿Mmm?”

“¿Estas escuchando?”

“Mmm…”

Esto no está bien, pensó Yume para sí misma mientras se sentía funya-funya. Yume necesita darle una respuesta adecuada. Yume lo sabe, pero ella simplemente no puede hacerlo.

Yume no está haciendo esto para meterse con ella. Yume simplemente no tiene la energía. No es solo su cuerpo, ¿sabes? Los sentimientos de Yume están todos funya-funya también.

“…Dame un respiro,” murmuró Shihoru, en una voz muy baja. Fue una voz muy baja, por lo que era difícil estar segura de si había querido que Yume la escuchara o no.

De cualquier manera, Shihoru definitivamente estaba irritada. Parecía enojada, por como lo dijo. Era la primera vez que Shihoru hablaba así. Al menos, Yume nunca la había escuchado hacerlo antes.

Yume se dio la vuelta para mirar a Shihoru, que estaba sentada en la cama junto a ella. Shihoru estaba mirando hacia abajo, agachado la cabeza.

“…Lo siento,” dijo Yume.

Al escuchar la disculpa, Shihoru sacudió su cabeza hacia adelante y hacia atrás. “No… yo debería disculparme.”

“Pero no tienes por qué disculparte, Shihoru,” dijo Yume.

“Pero…”

“Shihoru, no has hecho nada malo.”

“Eso no es cierto.”

“No lo has hecho.”

“No puedo decir… Estoy de acuerdo.”

“¿Ah, sí?” Preguntó Yume.

Shihoru vaciló. “A partir de ahora… ¿qué se supone que debemos hacer?”

“Hmm…”

Yume intentó pensar. Pero ella no podía pensar con claridad. Sus pensamientos simplemente se detenían de repente.

Aún así, ella siguió pensando. Yume estaba pensando desesperadamente, al menos según los estándares de Yume. Trató de encontrar las palabras.

“Oye, Shihoru.”

“¿Sí?”

“Yume no es buena para manejar este tipo de cosas,” dijo Yume. “¿Cómo lo llamas…? Cosas difíciles, cosas dolorosas, ella realmente las odia. Todos lo hacen.”

“…Sí.”

“Bueno, escucha, esto es solo un ejemplo, pero imagina que lluvió realmente fuerte.”

“Está bien,” dijo Shihoru lentamente.

“Entonces, está lluviendo realmente fuerte, y no puedes salir afuera, así que tienes que quedarte adentro, ¿sabes? Bueno, lo de la lluvia es que, aunque le pidas que pare, no lo hará.”

“Sí,” dijo Shihoru.

“Es como, ¿a quién le preguntarías?” Preguntó Yume. “Entonces, en momentos como este, realmente no hay nada que se pueda hacer, ¿sabes?”

“No hay nada que se pueda hacer…” Murmuró Shihoru. “¿Esos crees?”

“Hmm, bueno, podrías decir que no podemos evitar que las cosas se vuelvan así, y ahora que lo han hecho, no hay nada que se pueda hacer. Eso es lo que Yume quiso decir. Sin embargo, parece que debe ser una mentira. Yume nunca pensó que las cosas saldrían así, ¿sabes?”

“Sí… lo mismo aquí,” dijo Shihoru con tristeza.

“¿Por qué Yume no lo pensó?” Preguntó Yume. “No es extraño en absoluto que haya sucedido, ¿sabes? Yume debió haberlo sabido.”

Esta no era la primera vez que sucedía. Era la segunda.

Pero, aun así, ella ni siquiera lo imaginó, que podrían perder un camarada.

Que Moguzo moriría.

“Yume es tan estúpida.” Yume estaba de frente. Todo su cuerpo se sentía funya-funya, y terriblemente pesado. “…Yume, ella es demasiado estúpida, ¿sabes? Como Yume es demasiado estúpida, así es como terminaron las cosas.”

Shihoru no dijo nada.

Yume estaba un poco cansada. Pero estaba segura de que no podría conciliar el sueño. Yume trató de mentir sobre su espalda. Su cuerpo se sentía aún más funya-funya que antes, y pesado.

Ella no quería moverse. Ella pesaba que no sería capaz de moverse por un tiempo.