Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 4: Líderes y Lidederados

Capitulo 18: Maneras de Lograr Sus Metas

Parte 1

Haruhiro no sabía lo que había pasado, y no quería saber, pero Kuzaku había cambiado.

“¡Ha!” Kuzaku gritó.

Mientras usaba Block para defenderse de la katana negra de un samurai, balanceó su brazo derecho y le dio un corte al Soldado A. No había señales del tímido paladín de antes, que se encogía como una tortuga, completamente ocupado con la defensa.

“¡Hah! ¡Urkh!”

Debido a que estaba abriendo más su cuerpo, le daba al enemigo muchas oportunidades para atacar. Incapaz de bloquear completamente la katana negra del samurai, a veces golpeaba duramente su casco. Otras veces, era golpeado por una respuesta del Soldado A, y parecía que iba a retroceder. A pesar de eso, Kuzaku se mantuvo ahí, manteniendo al samurai frente a él mientras atacaba continuamente al Soldado A.

Ni el samurai ni el soldado A podían ignorar a Kuzaku. Era difícil decir que era un trabajo impresionante, se estaba arriesgando mucho, pero Kuzaku estaba enfrentando a dos de ellos al mismo tiempo.

“¡Wajajaja! ¡Mira, puedes hacerlo si te lo propones!” Ranta gritó.

Ranta, bueno, era el mismo de siempre.

Ranta atacó con fuerza, usando Leap Out y Exhaust para jugar con sus oponentes. Después de derribar al Soldado B con Avoid, inmediatamente pasó al Soldado C. “¡Sigan así! ¡Hace que sea más fácil para mí montar un espectáculo!”

“¡Jess, yeen, sark, kart, fram, dart!” Shihoru lanzó la versión de más alto nivel de Lightning, Thunderstorm, impactando a tres nuevos soldados mientras salían del nido. Dos soldados más saltaron detrás de ellos, pero si Shihoru no hubiera sacado los primeros tres, habría habido cinco refuerzos.

“¡Bien hecho, Shihoru!” Haruhiro llamó.

Haruhiro usó a Swat en el brazo derecho del Soldado D con su sap, usando su daga para golpear también su brazo izquierdo. Cuando se enfrentaba a los muryans, no había ninguna posibilidad de usar Arrest o Shatter, pero mientras había tenido problemas para dormir la noche anterior, había pasado un tiempo pensando en ello.

¿Qué tal esto? Haruhiro entró tan cerca del muryan como pudo. Intentó morderlo, pero él había esperado eso. Sin prisa ni pérdida de compostura, golpeó con el sap la cara del muryan y apuñaló su daga debajo de la mandíbula. Desde ahí, torció la cabeza de inmediato.

Los samurai estaban bastante bien formados, con gruesas articulaciones de brazos y patas y cuellos, pero los soldados no tanto. En realidad, eran bastante endebles.

“¡Mrrau!” Yume cortó uno de los brazos del Soldado E con su machete, blandiendo rápidamente su machete para golpear la parte superior de su cabeza. Mientras estaba inestable en sus pies, ella desató un implacable ataque combinado sobre él. Totalmente implacable. No cortó tanto la cabeza del soldado E como la aplastó.

Haruhiro le hizo una seña a Yume con la mirada, luego se dirigió al Soldado F. Yume se dirigió al Soldado G. Mary estaba revisando su muñeca izquierda. Protection no había desaparecido todavía.

“¡Ah! ¡Ngh! ¡Ha!” Kuzaku gritó.

Kuzaku era tenaz, manteniendo ocupados tanto al samurai como al soldado A. Ranta estaba abrumando al Soldado C, y parecía que lo derribaría pronto. Haruhiro usó a Swat en el brazo del Soldado F.

Voy a terminar rápido a este tipo también, pensó.

“¡¿Eh?!”

Kuzaku dejó escapar un grito extraño, entonces, por un momento, Haruhiro se preguntó si su tanque había cometido algún error, pero estaba equivocado.

Es el samurai, se dio cuenta Haruhiro. El samurai está huyendo.

“Espe—¡¿Qué está pasando?!” Kuzaku, mientras continuaba usando Block contra el brazo del Soldado A, miró a Haruhiro.

Oye, amigo, tampoco tengo idea de lo que está pasando, pensó Haruhiro. Los muryans samurai eran inusualmente beligerantes, y una vez que identificaban a un enemigo, luchaban tenazmente hasta la muerte. Sin embargo, ahora, uno estaba escapando. Nunca antes habían visto esto suceder. Haruhiro no tenía más idea de lo qué estaba pasando que Kuzaku.

Lo que pasó después no tuvo más sentido para él.

¿El samurai les había dado algún tipo de señal? No parecía ser así, pero todos los soldados comenzaron a retroceder.

“¡¿Qué diablos?! ¡No te dejaré escapar!” Ranta gritó, persiguiendo al Soldado C para obtener un último ataque.

Sí, algo extraño pasa aquí, pensó Haruhiro.

“¡Espera, Ranta!” Gritó. “¡No vayas!”

“¡¿Eh?!” Ranta gritó.

“Esto está mal. Algo pasa.”

“¿Qué quieres decir con «algo»?”

“Si lo supiera, te lo diría,” dijo Haruhiro. “No lo sé, pero definitivamente es peligroso.”

Esto no es una corazonada, pensó. La ecología de los Muryan es similar a las hormigas a las que se parecen, y todo el nido actúa como una criatura viviente. Se podría decir que los muryans no parecen tener un sentido de individualidad; su papel siempre se presenta antes que cualquier otra consideración. Con mucho gusto se sacrificarán si ese es su papel. Más que eso, los muryans pueden incluso no estar equipados con la habilidad de colocarse primero, o una sensación de autoconservación para empezar.

Y sin embargo, uno de esos muryans escapó.

Ese samurai probablemente no estaba pensando nada cuando lo hizo. Los Muryans no son conscientes así. Lo más probable es que este sea un caso en el que siempre corren sin vacilar, saliéndose de la situación. Es algo programado en los muryans.

¿Por qué correría? Porque escapó. Para retirarse. Pero ¿de qué?

Haruhiro miró a todos los túneles que los rodeaban. Eso incluía el agujero en el que habían huido los samurais y los soldados.

En esta área llamada nido de muryans, a diferencia del dominio de los tres semi-humanos, el túnel tenía solo unos diez metros de diámetro y solo la mitad de esa altura. Estaba lleno de giros y vueltas, por lo que no podían ver muy adelante. El agujero era lo suficientemente ancho como para que dos muryans pudieran pasar el uno junto al otro. Los humanos podían entrar.

“Vamos a escondernos,” dijo Haruhiro rápidamente.

Todos podían sentir algo fuera de lo común. Ni siquiera Ranta discutió. Haruhiro y los demás se refugiaron en el agujero de los muryans.

“¿Qué crees que es?” Shihoru preguntó en un susurro.

Haruhiro negó con la cabeza. “No lo sé.”

“Hmm…” Yume dejó escapar un gemido bajo junto a Haruhiro.

“¡Cállense, todos ustedes!” Ranta gritó.

“Eres el único que es ruidoso,” se quejó Kuzaku.

“¿Ohh? Kuuuuzakuuuu,” dijo Ranta. “Te estás poniendo bastante descarado conmigo, ¿verdad? Aunque eres un tanque sin talento.”

“¿Eso no es algo irrelevante? En esta situación.”

“Lo es,” estuvo de acuerdo Mary.

Haruhiro y los demás formaban una línea con la espalda apoyada contra la pared del agujero de Muryan. En orden de cercanía a la entrada, la línea era Haruhiro, Yume, Shihoru, Ranta, Mary, Kuzaku.

Mary está al lado de Kuzaku, pensó Haruhiro. Sí, pero ¿y qué? ¿No es eso, en todo caso, irrelevante? Sí. Es totalmente irrelevante. Haruhiro respiró profundamente.

“Todos, quédense quietos,” dijo. “Iré a verificar.”

“¿Vas a estar bien?” Preguntó Yume. “Si vas a estar ahí solo, ¿no es peligroso, Haru-kun?”

“Estoy mejor solo,” dijo Haruhiro. “Soy un ladrón, recuerda. Esto es lo mío.”

Estaba oscuro en el agujero de muryans. Haruhiro tuvo cuidado de no hacer ruido con sus pasos mientras se dirigía cautelosamente hacia la entrada. Mantuvo su postura baja, sacando la cabeza para mirar alrededor.

A diferencia del dominio de los tres semi-humanos, que era más parecido a un cañón que a una cueva porque estaba abierto al cielo, el nido de los muryan tenía un techo. Sin embargo, no estaba completamente cubierto. Había muchas brechas en él, permitiendo que la luz brillara, por lo que era bastante brillante.

Parece que no hay nada aquí. Hasta ahora, pensó. Está calmado. Muy silencioso.

Era tan increíblemente silencioso que incluso cuando entró en su visión, no se dio cuenta de inmediato. Al principio, simplemente sintió que algo había algo como una sombra.

¿Parece que… hay algo ahí? ¿Eh?

¿Eh? ¿Qué es eso?

¿Hay algo ahí… no?

No, no lo cuestiones, Haruhiro se dijo a sí mismo. Ahí esta. Definitivamente lo está. Esa cosa, es negro. No, no negro, negruzco. Y lleva algo así como un impermeable.

¿Como una persona?

Probablemente. Tiene cabeza, brazos y piernas. Está caminando. Caminando desde más adentro. Estoy seguro de eso, pero no escucho pasos. Está en silencio.

Lleva algo largo. ¿Es una lanza, tal vez? Pero, a juzgar por la punta, no la llamaría una lanza. En lugar de una lanza, la punta es más como una espada, o un cuchillo grueso, algo así como una cuchilla. Es como una naginata. Pero, más que eso…

Es enorme. Ese tipo. Debe medir más de dos metros. Dudo que tenga tres metros, pero podría tener dos metros y medio.

Su cabeza es extrañamente pequeña, y tiene hombros anchos. Esa forma del cuerpo no podría ser más un triángulo invertido si lo intentara. Está inclinado hacia adelante, usando su naginata como una muleta para caminar. Parece que su naginata está tocando el suelo, pero no hay sonido.

Esa cosa es peligrosa. Es peligrosa, y la forma en que no se siente peligrosa solo la hace más peligrosa. Se siente como si pudiera acercarse sigilosamente detrás de ti y luego matarte. Es muy peligroso.

—Ustrel.

Ese nombre repentinamente apareció en su mente. Soma los había mencionado.

“Si pasan por el dominio de los tres semi-humanos en el nido de los muryans, hay ustrels acechando ahí,” había dicho. También dijo: “Una vez que sean capaces de derrotar a un ustrel, el área en la que pueden operar debería expandirse considerablemente.”

Ustrels. Probablemente había sido deliberado que Soma no les había contado nada más sobre ellos. Haruhiro y los demás eran soldados voluntarios. Tal vez no eran buenos, pero, no obstante, eran soldados voluntarios.

Cuando fueron llevados a la oficina del Cuerpo de Soldados Voluntarios, Bri-chan les había dicho: “Usen sus propias habilidades y juicio para reunir información y atacar al enemigo. Así es como es un soldado voluntario.”

Soma había reconocido a Haruhiro y su grupo como soldados voluntarios y les permitió convertirse en sus camaradas. Por eso, Haruhiro y los demás necesitaban aprender por sí mismos.

Un ustrel, pensó. Este tipo. Este tipo es un ustrel. Tenemos que matarlo.

En silencio, silencio absoluto, el ustrel se acercaba cada vez más.

¿Debo volver atrás y buscar a mis camaradas en este momento? Haruhiro se preguntó. Pero si me muevo ahora, siento que me verá. Todavía hay algo de distancia entre nosotros, así que debería estar bien, pero tengo miedo.

En algún momento, sin darse cuenta de que lo estaba haciendo, Haruhiro se había tapado la nariz y la boca para evitar que se le escapara el aliento.

Estoy siendo demasiado cauteloso, se dijo a sí mismo. Cálmate. Necesito mantener mi compostura. Pero realmente no puedo moverme.

Mientras estoy perdiendo el tiempo de esta manera, el ustrel se acerca. Es más rápido de lo que pensaba, o más bien, más rápido de lo que parecía. ¿Quince metros? ¿Diez? Así de cerca está.

No me ha notado… ¿verdad? Haruhiro se arrodilló, bajándose más y luego sacó un poco la cabeza. Hay luz que brilla desde arriba, pero no mucho. No puede verme… o no debería ser capaz de hacerlo. El ustrel camina a un ritmo establecido. No ha empezado a caminar más rápido ni nada, así que no me ha notado… creo.

Quiero volver. No me puedo mover. Esto no está bien. He fallado. Debí haber regresado de inmediato. Estaba mejor escondiéndome en ese agujero. Esto es malo. Está cerca. Maldición, está cerca. Se está acercando mucho. ¿Cinco metros? ¿Cuatro? ¿Tres? Ohhh.

Se detuvo.

El ustrel hizo un giro a la derecha, silencioso como siempre. Se estaba yendo.

No, pero todavía no estoy seguro, pensó Haruhiro. Es muy pronto para estar aliviado. Un poco más. Una vez que esté un poco más lejos. ¿Ahora está bien? No puedo decirlo con certeza.

Finalmente, una vez que la figura del ustrel se disolvió en la oscuridad y ya no podía verlo, Haruhiro se unió a sus camaradas.

“Había un ustrel,” dijo.

“¿Parecía peligroso?” Ranta preguntó.

Normalmente, Ranta probablemente habría cargado antes de hacer esa pregunta. Tal vez estaba madurando un poco.

Haruhiro asintió. “Sí, mucho. Era grande, negruzco, y llevaba una naginata.”

“Soma estaba diciendo que una vez que podamos matarlo, el área en la que podemos operar debería expandirse, ¿sí?” Ranta dijo.

“Sí.”

“En ese caso, no ha solo un ustrel, hay muchos,” dijo Ranta. “Están deambulando por el nido de los muryans y más adentro, y nunca podemos saber dónde encontraremos uno.”

“Además de eso…” Shihoru respiró hondo, luego exhaló. “…no solo somos nosotros, los humanos. Otras criaturas también temen a los ustrels.”

“¿Y ahora qué?” Yume, su voz de sonó más rígida que de costumbre.

Ranta de repente comenzó a cantar. “Oh, Oscuridad, Oh, Señor de los vicios, Demon Call.”

Delante de Ranta, apareció algo así como una nube púrpura negruzca. La nube se convirtió en un vórtice, tomando forma. Era como un torso sin cabeza, con dos agujeros para los ojos en el pecho y una boca en forma de herida debajo. Era el familiar de un caballero oscuro, un demonio. Era Zodiac.

“Keje… Kejejejeje… Vine porque llamaste… Keje… ¿Puedo irme ahora?” Zodiac preguntó.

“¡Por supuesto que no puedes! Ups—” Ranta se tapó la boca. “Zodiac. No molestes hoy. Estamos en una gran batalla donde tendremos que hundirnos o nadar.”

“…Ejejeje… Ya veo… Al fin… tu tiempo para morir ha llegado, Ranta… Ejeje…”

“¡N-No me maldigas así! ¡Maldición!” Ranta espetó. “E-Es espeluznante, ¿de acuerdo?”

“¿Vamos a hacer esto?” Kuzaku claramente dudaba.

“Estoy bien de cualquier manera.” Mary sonaba tensa. Cuando miró su muñeca izquierda, la luz del hexagrama se había atenuado. Parpadeó y estaba por desaparecer. Mary hizo el signo del hexagrama.

“Oh, Luz, que la protección divina de Lumiaris sea contigo… Protection.“

En un instante, el hexagrama de luz regresó a las muñecas del grupo.

Mary respiró brevemente. “No cambia lo que tengo que hacer.”

“Puede que ya se haya ido,” dijo Haruhiro, cerrando los ojos.

¿Estamos preparados para esto?, pensó. No lo sé. Quiero decir, no sé nada sobre el enemigo en absoluto. Pero es extraño. Por alguna razón, simplemente no puedo ver meter la cola y correr como una opción.

“Esperaremos y veremos por ahora,” dijo Haruhiro. “Si ese ustrel regresa, atacamos. Pero lo llevaremos a la zona segura. Solo lo vamos a probar. Si las cosas van mal, correremos. Podemos terminar corriendo bastante rápido, pero yo soy el que tomará la decisión al respecto. Tienen que seguirla absolutamente. ¿Entendido?”

Ranta chasqueó la lengua. “Ahí vas, actuando como si fueras importante. Ah, bien. Lo entiendo.”

“Kejejeje…” Zodiac se rió. “Actuando tan manso, Ranta… Vas a morir… Kejejejejeje… Esa es una bandera de muerte…”

“L-Lo entiendo,” dijo Yume, asintiendo tan vigorosamente que se notaba incluso en la oscuridad.

“Me centraré en atacarlo con magia…” Shihoru dijo. “Mary, protégeme.”

“Seguro,” Mary asintió. “Déjamelo a mí.”

“Vamos a hacer esto, entonces.” Kuzaku bajó la visera de su casco. “Me pregunto si puedo defenderme de esa cosa.”

“Solo hazlo,” dijo Haruhiro. “Eres un tanque, ¿no es así?”

Haruhiro se arrepintió de las palabras tan pronto como las dijo. Pensó que pudo haberlas redactado muy mal. Pero Kuzaku se rió.

“Sí. Estoy seguro. No mucho de mí, pero soy un tanque, así que lo haré.”

“Es increíblemente difícil de notar, así que tengan cuidado,” les advirtió Haruhiro.

Haruhiro tomó la iniciativa y regresaron al agujero de entrada. Él asomó su cabeza. Fue un shock.

—¡Está cerca!

Casi gritó en voz alta, pero se las arregló para mantenerlo dentro. Estaba ahí. El ustrel.

Haruhiro ahora estaba confundido, por lo que no podía confiar en su capacidad de mirar en la distancia, en la distancia, pero el ustrel parecía estar a menos de diez metros, pero a más de cinco metros de distancia.

No caminando. Solo de pie ahí.

De repente, Ranta asomó la cabeza junto a la de Haruhiro. “—¡Ah!”

“Idiota,” murmuró Haruhiro.

“¡Voy al frente!” Kuzaku saltó.

El ustrel ya estaba en movimiento.

Era increíble, increíble, simplemente increíble. El ustrel o solo era rápido, era locamente rápido. Kuzaku usó Block, pero fue inútil. Con un grito de sorpresa, Kuzaku y su escudo fueron derribados.

Ranta salió: “¡Oh, Oscuridad…!” Antes de darse cuenta de que no tenía tiempo para terminar su canto, y usó su espada larga en su lugar. No para atacar, sino para defenderse.

La naginata del ustrel. Aquí venía. Ranta de alguna manera logró detenerla con su espada larga. Pero, por supuesto, fue enviado a volar. “—¡Gwah!”

¡Vaya, vaya, vaya, vaya! ¡Esto es malo! ¡¿Qué hacemos?! Haruhiro pensó frenéticamente. ¡Esto es loco! Incluso si digo que corran, Kuzaku y Ranta no podrían, y el ustrel ya se dirige hacia aquí. ¿Swat? No va a funcionar. La naginata. Aquí viene una estocada.

Haruhiro dejó escapar un extraño grito cuando se apartó y rodó. Realmente no siguió lo que sucedió, pero aparentemente logro esquivar. El ustrel deslizó la naginata en la palma de su mano, reajustando rápidamente su agarre antes de blandirla hacia abajo.

Hacia Haruhiro, por supuesto. Él estaba muerto. Muy muerto.

Quería gritar en repuesta, pero no podía hacer ningún sonido. Haruhiro se arrastró, tratando de alejarse. La naginata raspó el suelo.

Maldiciooón, gimió silenciosamente. V-V-Voy a morir. En serio voy a morir ¿Qué es esto? ¿Qué?

Con un grito, Yume lanzó una flecha desde el interior del agujero. Ella golpeó. Apuñaló en el lado derecho del pecho del ustrel. El ustrel se volvió sin palabras, silenciosamente hacia Yume. Mary y Shihoru estaban detrás de ella también.

No, esto no está bien, pensó Haruhiro. Eso lo había salvado, pero esto era malo.

“¡Zwooosh!” Ranta soltó un extraño grito y se puso de pie de un salto antes de cargar contra ustrel. No estaba solo actuando imprudentemente por desesperación, probablemente era para llamar la atención del ustrel. Pero el ustrel ni siquiera se volvió, golpeando la empuñadura de su naginata en el pecho de Ranta.

Ranta quedó sin aliento y casi se cae, pero Zodiac lo apoyó.

“I-Idiota… Ejeje…” Zodiac se rió.

“¡Maldiciooooón!” Kuzaku hizo resonar varias veces su escudo con la parte plana de su espada. El ustrel lo ignoró por completo.

Kuzaku colocó su escudo frente a él y cargó contra el ustrel. Al ustrel no parecía importarle. Hizo que pareciera que iba a atacar a Yume y a las otras chicas, y de repente se dio la vuelta. Su naginata destelló. Kuzaku no pudo bloquearla por completo.

En realidad, la naginata se extendió más de lo esperado, golpeando a Kuzaku no en el escudo, sino en el brazo izquierdo. La naginata impactó en su brazo.

¿Fue cortado? ¿O roto? De cualquier forma, Kuzaku dejó caer su escudo y cayó al suelo, rodando por el dolor.

“¡Gwahhhhhhhhhhhh!”

“¡Kyaaa!” Yume chilló, retrocediendo sin disparar una flecha. Mary y Shihoru hicieron lo mismo. Si seguían, el agujero estaría detrás de ellas. Terminarían yendo al agujero de muryans. ¿El agujero? Haruhiro y los demás tenían que agacharse para entrar, pero ¿y el ustrel? El ustrel medía alrededor de dos metros y medio. No era imposible que pudiera. Sin embargo, era más pequeño que los túneles que usaban los tres semihumanos. Si se trata de eso, podría servir como un lugar para refugiarse.

El agujero de los muryans parece algo dudoso como opción, pensó Haruhiro. Bueno, ¿entonces qué? ¿Qué debería hacer? Primero, primero tengo que dejar que Yume y las demás escapen. Esa. Esa es mi más alta prioridad.

¿Qué podría hacer Haruhiro con ese fin? ¿Qué podría hacer? ¿Esa era su única opción?

Guardó su sap. No gritó como Ranta y Kuzaku. Corrió directamente hacia el ustrel. Sus piernas estaban inestables. Se sentía extraño. Su campo de visión se estaba reduciendo.

El ustrel no se volvió hacia él. Yume y las otras chicas ya estaban en el agujero de muryans.

Cuando Haruhiro trató de saltar sobre él, como era de esperarse, el ustrel fue a por él con el pomo de su naginata.

Él había visto ese movimiento antes. Podía esquivarlo, aunque apenas. Los movimientos del ustrel eran más agudos de lo previsto, y Haruhiro se movía lentamente. Aun así, Haruhiro logró aferrarse a la espalda del ustrel.

“¡Yume!” Gritó. “¡Aléjense mientras todavía pueden!”

“¡¿Miaueh?!” Yume gritó.

Mientras Yume permanecía ahí rígida e inmóvil, Mary la instó: “¡Deprisa!”

“¡Mmm!” Yume gritó.

“¡Ah!” Shihoru agregó.

Shihoru lideró el camino, saliendo del agujero de muryans. El ustrel fue a golpearlas con su naginata.

No te dejaré, pensó Haruhiro. Con una puñalada de revés de su daga, golpeó el ustrel en un lado de la cabeza. Rebotó.

Se sintió duro. ¿Un casco? La capucha de esa prenda como impermeable cayó, revelando la cabeza del ustrel. ¿Eso es… un casco? No lo sé. Es como un cráneo de metal.

“¡Uwahh! ¡Ahh! ¡Ahhhh!” Haruhiro golpeó repetidamente su daga en el cráneo metálico del ustrel. No estaba claro si estaba lastimando al ustrel, pero no parecía gustarle. El ustrel se giró, tratando de tirar a Haruhiro de su espalda, y le dio un codazo. El ustrel era increíblemente fuerte. El dolor, o más bien el impacto de los golpes, era increíble.

Shihoru, Mary y Yume pasaron frente al ustrel.

“Suuuuuuuu…”

¿Qué era ese sonido? ¿El ustrel? ¿Su voz? ¿Su respiración? No estaba claro, pero el ustrel extendió la mano izquierda. Parecía que el ustrel planeaba agarrar a Haruhiro por la cabeza. Peor aún, podría ser capaz de aplastarla.

Bueno, Yume y las chicas ya se fueron, así que quizás sea hora de dejarlo. Haruhiro saltó de la espalda del ustrel. El ustrel giró al instante hacia la derecha, y—

Está viniendo. La naginata.

“¡Eep!” Haruhiro se tiró al suelo. Fue todo lo que pudo hacer.

“¡Anger!” Si Ranta no hubiera apuñalado imprudentemente al ustrel, Haruhiro seguramente habría sido cortado en dos por el próximo ataque. Pero el ustrel usó su brazo izquierdo para golpear a un lado la espada larga de Ranta.

“Qu—” Mientras Ranta estaba fuera de balance, el ustrel lo golpeó usando solo su brazo derecho.

Ahh. Esto no está bien, pensó Haruhiro. Está muerto. Ranta será asesinado.

“¡Geje!” Fue Zodiac. Sin un momento de sobra, Zodiac empujó a Ranta fuera del peligro.

Zodiac recibió el golpe por Ranta, siendo dividido en dos por la naginata del ustrel.

“…Uh … Uje… Ranta… Muere…” Zodiac murmuró mientras desaparecía.

“¡Después de que fuiste y me salvaste!” Ranta le dio un golpe al ustrel. “¡No digas eso! ¡Tú, puedo llamarte de nuevo en cualquier momento, ¿entiendes?! ¡Rahhhhh!”

“¡No seas imprudente, Ranta!” Haruhiro se puso de pie. “¡Lo llevaremos de vuelta a la zona segura!”

“¡Exhaust!” Cuando Ranta saltó hacia atrás a una velocidad increíble, el ustrel… no lo siguió.

En lugar de Haruhiro o incluso Yume y las otras chicas, el ustrel se volvió hacia Kuzaku, que todavía estaba en el suelo.

“¡Espe—!” Haruhiro corrió hacia adelante, pero no parecía que lo lograría, y aunque lo hiciera, no estaba seguro de poder salvarlo.

“¡Jess, yeen, sark, fram, dart!”

Lightning. La magia de Shihoru. Un rayo de electricidad cayó sobre el ustrel. Su cuerpo se convulsionó y una estela de vapor, o humo, o algo se levantó de él, pero ¿el hechizo había sido efectivo? Por lo menos, no parecía haber causado ningún daño importante.

El ustrel se volvió suavemente hacia Shihoru y las otras chicas.

No es bueno, pensó Haruhiro. Iba a apuntarlas ahora. Pero, gracias a eso, Kuzaku había sobrevivido.

“¡Ranta! ¡Distraelo de alguna manera!” Haruhiro llamó.

“¡Seguro!” Ranta gritó.

“¡Levántate, Kuzaku!” Haruhiro corrió al lado del paladín. El brazo izquierdo de Kuzaku estaba totalmente inutilizable. Era un espectáculo doloroso para la vista. Fue cortado, roto y más o menos despulpado.

Kuzaku, por su parte, hizo todo lo posible para aguantar. Se puso de pie con su propia fuerza, asintiendo a Haruhiro. “…Estoy bien. Puedo hacer esto. Lo siento. ¿Recogerías mi escudo por mí? Si puedes.”

“¿Tu escudo?” Haruhiro preguntó.

“Una vez que cure mi brazo, tendré que volver a usarlo. Quiero decir, soy bastante inútil sin eso.”

“Si las cosas se ponen mal, lo abandonaré, ¿de acuerdo?” Haruhiro preguntó.

Levantó el escudo de Kuzaku. ¿Kuzaku podría mantenerse al día con ellos? Iba a ser difícil para él, sin duda, pero tenía que hacerlo.

Yume y las chicas estaban huyendo. El ustrel les dio caza. Ranta estaba haciendo lo que podía para desviar la atención del ustrel, pero no iba muy bien. El ustrel ni siquiera miró hacia atrás, esquivando fácilmente la espada larga de Ranta usando el pomo de su naginata y luego su brazo izquierdo.

“¡Maldicioooón!” Ranta gritó. “¡¿Qué es este tipo?!”

“¡¿Un ustrel, no?!” Haruhiro gritó.

Gritando sin sentido mientras movía las piernas, comenzó a pensar. Pensó en sobre qué pensar. ¿En qué debería pensar Haruhiro?

¿Yume y las demás podrían escapar así? No lo sabía. Pero probablemente no. Eventualmente, serían atrapadas. Antes de que eso sucediera, Haruhiro y los chicos tenían que detener al ustrel. ¿Podrían detenerlo?

“¡Yume! ¡Mary! ¡Shihoru!” Llamó. “¡Cuando estén en la zona segura, entren en los túneles de los tres semi-humanos!”

No hubo respuesta. Las tres corrían con todo lo que tenían.

Kuzaku se estaba quedando atrás. Por supuesto que sí.

El ustrel de vez en cuando balanceaba su naginata. Yume, que estaba en la retaguardia, chillaba cada vez que lo hacía. Esa naginata parecía que podría llegar a Yume en cualquier momento.

El techo se abrió y se hizo más brillante. Ya estaban en la zona segura.

La llamaban zona segura, pero no había nada que definiera claramente los límites de la misma. Estaban casi en el dominio de los tres semi-humanos. El túnel principal era recto, y había túneles laterales a cada lado.

De repente, el ustrel aceleró y lanzó una puñalada con su naginata.

“¡Ungh!” Yume saltó en diagonal, pero la naginata del ustrel rozó su costado y la corto.

“¡Yumeeee! ¡Leap Out!” Ranta hizo un salto loco, saltando sobre la espalda del ustrel. El ustrel dio vueltas, cortando hacia él diagonalmente.

Ranta se estrelló contra el suelo como si fuera una pelota o algo así, su casco se desprendió del impacto. El ustrel inmediatamente levantó su naginata.

“¡Iggzo…!”

Parecía que estaba tratando de gritar Exhaust, pero no pudo hacerlo. Ranta saltó hacia atrás en una pose de rana, evitando por poco la naginata.

Mary corrió a un túnel lateral, prácticamente llevando a Yume con ella. Shihoru la siguió.

Bien, pensó Haruhiro. Bien hecho, Ranta. ¡De acuerdo…!

Sería difícil ir por el mismo túnel que Mary y las chicas. Haruhiro se llevó a Kuzaku con él y se dirigió a un túnel diferente en el lado opuesto.

“¡Ranta, tú también vienes!” Llamó.

“¡Sí, seguro, ya voy! ¡Será fácil! ¡Como si, maldición!”

Ranta repetidamente uso su Exhaust, de alguna manera logró correr y evitar la naginata del ustrel. Haruhiro quería ayudar, pero eso era un truco que solo Ranta podía hacer. Incluso si saliera, probablemente se interpondría en el camino. Lo mejor que podría hacer era morir mientras compraba tiempo para que Ranta pudiera escapar. Eso sería inútil.

“¡Hombre, puedes hacerlo! ¡En realidad, si no puedes hacerlo, ¿quién podría?!” Haruhiro gritó.

“¡Idiota!” Ranta gritó. “¡Ahí vas, diciéndome que puedo hacerlo! ¡Todo el mundo lo sabe, así que no lo digas! ¡Leap Out!”

Ranta no retrocedió, sino que pasó por el lado del ustrel. El ustrel hizo un giro inmediato a la derecha, blandiendo su naginata tras él. Ranta, sin embargo, ya había saltado de nuevo.

“¡Leap Out! ¡Leap Out! ¡Leapow! ¡Leap! ¡Leap! ¡Leap! ¡Leap Out!”

Saltó, saltó, saltó como loco y salió corriendo. Haruhiro no sabía si quedar impresionado o qué.

Haruhiro y Kuzaku se dirigieron al túnel. Los tres túneles de semi-humanos tenían poco más de un metro de alto, y tal vez setenta centímetros de ancho. Si era lo suficientemente bajo como para que incluso Haruhiro tuviera que agacharse para entrar, el ustrel lo pasaría aún peor.

El túnel parecía seguir por unos cincuenta metros. No parecía haber ningún duergar, bogies o spriggans. ¿Habían detectado el ustrel y se habían refugiado en el interior? ¿Ranta había logrado escapar?

Kuzaku no solo estaba respirando pesadamente, también estaba gimiendo, “Au… ay… ah…” Su brazo izquierdo tenía que doler. A Haruhiro le hubiera gustado reunirse con las chicas y curarlo, pero su túnel estaba en el lado opuesto del pasaje principal. No podía decir si estaba conectado a este o no.

“Kuzaku, espera aquí,” dijo.

“Está bien….”

“Vuelvo enseguida.”

Haruhiro dejó el escudo atrás, volviendo a mirar el pasaje principal.

El ustrel estaba ahí.

Estaba parado ahí en silencio, como si hubiera estado ahí durante décadas, justo en el medio del pasaje principal.

¿Qué hay de Ranta? Haruhiro no vio ningún cadáver, así que ¿se había metido en un túnel lateral de alguna manera?

Sabía en qué túnel habían entrado Yume y las chicas. Lo recordaba. Estaba casi directamente frente a él. El ustrel estaba en su camino, justo en el medio de los dos.

Por ahora, parecía que el ustrel no entraría en los tres túneles de semi-humanos. Sin embargo, el ustrel no tenía intención de dejar que Haruhiro y los demás escaparan tampoco. Estaba planeando matarlos cuando salieran de los túneles.

¿Era mejor intentar esperarlo? Si simplemente se quedaran en los túneles, tal vez el ustrel se de por vencido. También podrían intentar esperar a que pasen otros soldados voluntarios. Podrían ignorar a los tres semi-humanos, pero seguramente no podrían ignorar a un ustrel.

Pero, hoy, ya había habido un buen número de soldados voluntarios que habían pasado a Haruhiro y su grupo en su camino hacia el Wonder Hole. Aunque podría haber soldados voluntarios que regresaran, probablemente ya no habría más. Los soldados voluntarios generalmente regresaban por la noche o más tarde. Todavía era mediodía. Eso sería un largo tiempo a esperar. Dolía que no tenía forma de comunicarse con Yume, Shihoru, Mary o Ranta también.

Incluso si Haruhiro tomara una decisión aquí, no alcanzaría a sus camaradas. Y luego estaba Kuzaku a considerar.

Haruhiro volvió hacia donde estaba Kuzaku. La respiración de Kuzaku todavía estaba agitada. En realidad, probablemente no era que estuviera sin aliento. Debía haber sido una lesión de algún tipo.

“Kuzaku, ¿crees que puedes correr una vez más?” Haruhiro preguntó.

“Sí… después de todo… podría morir… si no…”

“¿Estás bien?” Haruhiro preguntó.

“Claro.” Kuzaku asintió, tomando una respiración profunda. “Estoy bien. Puedo correr.”

“Bueno, ven conmigo.” Volviendo a justo antes del pasaje principal, Haruhiro indicó el túnel en el que Yume y las chicas deberían estar. “Está lejos, pero ¿lo ves? Mary estará en ese túnel. Corre ahí tan rápido como tus piernas te lleven.”

“…¿Y tú?” Kuzaku jadeó.

“Yo seré el señuelo. Voy a atraer al ustrel primero. Tú correrás una vez que lo haga.”

“¿No es peligroso?” Kuzaku preguntó.

“Es peligroso, sí,” dijo Haruhiro. “También es nuestra única opción. Si no te tratan pronto, no irás a ningún lado.”

“…Supongo que no,” estuvo de acuerdo Kuzaku.

“Dejaré tu escudo aquí,” dijo Haruhiro. “Allá voy.”

“¿Eh? ¿Ya?” Preguntó Kuzaku.

“Cuando hay que hacer algo, lo mejor es hacerlo rápidamente,” explicó Haruhiro.

Quiero decir, cuanto más espere, más miedo me dará de todos modos. Haruhiro se dio una palmada en el pecho. Debatió si dejar su daga y su sap o no. Si voy desarmado, tal vez sea demasiado malo, pero puedo correr más rápido con las manos vacías. No agonices por eso. Vamos.

Haruhiro se deslizó suave y silenciosamente fuera del túnel. El ustrel no lo había notado aún. El ustrel estaba frente a la entrada del Wonder Hole. Haruhiro usó Sneaking para arrastrarse a lo largo de la pared en dirección a la entrada. Pensó que entraría en la línea de visión del ustrel lo suficientemente pronto.

¿Cuándo me verá? Haruhiro pensó, y la pregunta fue respondida pronto. Ahí viene.

El ustrel se volvió en su dirección y comenzó a correr sin hacer ruido.

Está viniendo. Realmente es rápido. Haruhiro se echó a correr. Sintió que todo su cuerpo estaba siendo empujado hacia atrás. ¿Era terror? ¿Presión? Corrió a toda velocidad a lo largo de la pared, y no pasó mucho tiempo antes de que el ustrel estuviera justo detrás de él.

¿Qué hay de Kuzaku? Ahí está. Yendo despacio. Este no es el momento de perder el tiempo. No puedo correr como quiero. Todavía no ha llegado al túnel hacia el que se dirige. ¿Todavía no? Aguanta ahí. Solo un poco más. Ya casi estás ahí. Está adentro.

Una vez que vio que Kuzaku lo había logrado, Haruhiro rodó hacia un túnel cercano.

“—¡Oh!”

El ustrel apuñaló a su naginata en el túnel después que Haruhiro entró. Haruhiro entró en pánico y se arrastró. Se arrastró hacia adelante. El ustrel se inclinó más de noventa grados, mirando por el túnel.

No va a entrar… ¿o sí? Haruhiro intentó detenerse. El ustrel no se movía. No planeaba entrar al túnel. Pero ahora, ¿estoy atrapado adentro, verdad?

“¡Hey!” llamó una voz desde lo más profundo del túnel. “¡Heyyyy! ¡Heyyyyy! ¿Hay alguien? ¡Heyyyyyyy!”

“…¿Ranta?” Haruhiro llamó.

Ranta apareció. “Oh, solo es Haruhiro. ¿Solo tú?”

“Sí, solo yo,” dijo Haruhiro. “¿Cómo llegaste hasta aquí?”

“Llegué a otra entrada, y después de dar vueltas al azar, llegue aquí.”

“Al azar… Estoy bastante seguro de que si nos topamos con cualquiera de los tres semi-humanos aquí, estaremos acabados,” dijo Haruhiro.

Haruhiro y Ranta estaban agachados más abajo que una posición de sentados a medias. Si no lo estuvieran, sus cabezas golperían el techo. No podrían luchar así.

“Estúpido idiota,” dijo Ranta. “No podemos preocuparnos por cada pequeña cosa en este momento. —Y, ¡espera, el ustrel está ahí!”

“Sí, lo está,” estuvo de acuerdo Haruhiro. “Sin embargo, no entrará. Tenemos que reunirnos con Yume y las demás de alguna manera. Logré hacer que Kuzaku se acercara a ellas.”

“El otro lado, eh…” Ranta se mordió el labio. “Tengo una idea.”

Haruhiro no estaba dispuesto a seguir ningún plan que se le ocurriera a Ranta, pero no había alternativas. Bueno, tal vez había, pero no podía pensar en ellas.

Haruhiro fue más profundo en el túnel después de Ranta. El ustrel ya se había perdido de vista. Desde ahí, él y Ranta se separaron. Haruhiro se quedó a la espera. Probablemente esperó unos cinco minutos.

“¡Oyeeeee!” Escuchó a Ranta gritar a lo lejos.

Era un plan simple. Ranta saldría del túnel por el que había entrado, y luego atraería al ustrel hacia él. Mientras lo hacía, Haruhiro iría al otro lado. Básicamente, Ranta se había ofrecido como voluntario para ser un señuelo.

Haruhiro se apresuró de regreso. El ustrel se había ido. Parecía que Ranta lo había atraído. Cuando Haruhiro salió del túnel, vio a Ranta siendo perseguido por el ustrel. En lugar de tratar de perderlo, Ranta dejaba que el ustrel casi lo atrapara, y luego usaba Exhaust para poner distancia entre ellos.

Buen trabajo, Ranta, pensó Haruhiro. Pero, por supuesto, no tengo tiempo para quedarme admirándolo.

Corrió a toda velocidad hacia un túnel en el lado opuesto. Había un largo camino hasta el túnel en el que se suponía que estaban Yume y los demás, por lo que tal vez no podría llegar ahí. Por ahora, estaba feliz de tomar cualquier túnel en el que pudiera entrar.

“¡¿Eh?! ¡¿Qué diablos pasa contigo?!” Ranta gritó.

¿Había pasado algo? Haruhiro lo miró mientras corría, y vio que el ustrel se había detenido. Ranta dejó de correr, agitando los brazos e intentando provocarlo.

“—¡¿Qué sucede?!” Bramó Ranta. “¡Ven a mí! ¡¿Estas asustado?!”

“Suuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu…”

¿Qué era ese sonido? ¿Una voz? ¿Respiración? Lo había escuchado antes también. Pero esta vez era mucho más ruidoso.

Ranta también debió haber notado que algo era extraño. Trató de correr. Antes de que pudiera, el ustrel dio un paso adelante, extendiendo la mano de su brazo derecho.

De verdad se extendió. Su brazo derecho, no, su brazo izquierdo, no, ambos brazos, crecieron hasta casi el doble de su longitud habitual. Luego, usando su brazo derecho extendido, blandió su naginata.

“¡Urkh!” Ranta gritó.

Si ese brazo derecho hubiera sido su longitud habitual, Ranta probablemente podría haberlo esquivado. Porque era más largo ahora, no podía manejarlo. La naginata del ustrel le cortó el brazo izquierdo a Ranta.

“¡Ran—!” Haruhiro gritó. Tomó una decisión rápida, casi reflexivamente. “¡Todos, vengan aquí! ¡Tenemos que salvar a Ranta!”

¿Tenemos una oportunidad? Haruhiro se preguntó. ¿O no? No lo sé. Pero estoy seguro de que podemos hacerlo, creo.

Los brazos del ustrel. Habían conseguido más tiempo. Ahora eran largos, increíblemente largos. Demasiado largos.

Si no dejaba que eso lo asustara, Haruhiro estaba seguro de que podría acercarse.

Haruhiro pasó junto a Ranta, quien estaba sangrando y caído de espaldas.

El ustrel. Era terriblemente intimidante y venía hacía aquí. La naginata. Era un corte de costado.

Sí, eso podría matarme, pensó Haruhiro. Pero no podía echarse atrás ahora.

Vino la naginata. Al mismo tiempo, Haruhiro saltó. Adelante. Rodó. ¿Estaba muerto? No, no se veía así. De hecho, estaba vivo. Parecía que había pasado bajo la naginata cuando el ustrel la blandió.

Haruhiro continuó y atacó las piernas del ustrel. Las piernas del ustrel eran increíblemente cortas en comparación con su altura, y también delgadas. Mientras blandía su naginata en alto con su brazo derecho, el ustrel intentó patear a Haruhiro. Pero eso no era tan aterrador como la naginata, ya que Haruhiro podía verla venir. Evitó la pierna derecha del ustrel, aferrándose a la izquierda. Al aplicar una severa torsión a la rodilla del ustrel, Haruhiro rápidamente barrió la pierna de debajo de él.