Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 9

Capítulo 9: Lluvia En El Bosque I

Parte 2

Sylphie

No perdimos tiempo en poner en marcha nuestra operación.

Era la hora del almuerzo en un día de escuela, y me encontraba en el primer piso del comedor. La sala estaba repleta de estudiantes “comunes”: ex aventureros, hombres bestias, demonios y todo tipo de personas.

Los estudiantes de origen noble solían burlarse despiadadamente de este grupo cada vez que podían. Pero la mayoría de sus insultos no se basaban más que en prejuicios. La princesa Ariel encontraba esa actitud absurda; le gustaba señalar que hace sólo cuatrocientos años, algunas de las mismas tribus de las que se burlaban tan libremente habían estado a punto de llevar a la humanidad a la derrota total.

No es que nada de eso fuera demasiado relevante ahora mismo.

Vi a Rudy sentado en la mesa del fondo, charlando despreocupadamente con un pequeño grupo de amigos. Estaba con Zanoba, el rey Badigadi y Julie, que estaba sentada en el extremo de la mesa con una taza en ambas manos y lanzando miradas a los otros tres.

“Explíquese, señor Badi. ¿Cuáles son las cualidades más importantes de una figurita, en su opinión?”

“Deben ser más bonitas que las de verdad. Y lo que es más importante, ¡deben ser lo suficientemente sexys para excitar a todos los que las vean!”

“¡Ah, sí, el elemento erótico! Sus gustos son realmente refinados, su Majestad. Toma, bebe otro trago…”

Badigadi estaba engullendo grandes cantidades de cerveza. Su piel oscura parecía ligeramente enrojecida. Rudy y Zanoba lo observaban con grandes sonrisas en sus rostros, rellenando regularmente sus jarras. Esto era extraño. En este comedor ni siquiera se servía alcohol. ¿Habían salido a comprar algo de antemano?

“Por cierto, señor Badi, ¿qué le parece si hago una figura de la emperatriz Kishirika? Una muy sexy, por supuesto”.

“¿Deseas representar a mi prometida? Pero si ni siquiera sabes cómo es ella de grande, muchacho”.

“Ese es exactamente el punto, sin embargo. Una vez que vuelva a la normalidad, ya no podrás ver la encantadora versión en miniatura de ella. Por eso tenemos que conservar su aspecto actual para la posteridad”.

“¡Ya veo! Puede que tengas razón. Sin embargo, la mujer es un poco descuidada a veces, y se sabe que se hace matar de forma bastante brusca. Supongo que volverá a su forma más pequeña tarde o temprano”.

“¡Pero seguro que la decoración de tu castillo mejoraría mucho con una muestra de la

emperatriz Kishirika en sus distintas edades!”

“Eres un humano, muchacho. No vivirás lo suficiente para verla en todas sus edades”.

“Ese es el problema, sin duda. Si vamos a hacer realidad ese sueño, tendré que transmitir mis técnicas de fabricación de figuras a las generaciones futuras. ¡Y por eso me vendría muy bien su apoyo, Majestad! Ehehehe”.

“¡Bwahahaha! A pesar de todo tu poder, ¡haces el papel de un vendedor engatusador extrañamente bien! Apruebo tu codicia desnuda, muchacho. ¿Qué es lo que deseas, entonces? ¿Dinero? ¿Hombres?”

“Oh, nada de eso. Simplemente esperaba que pudieras hablar bien de mí de vez en cuando…”

Rudy tenía su sonrisa malvada de nuevo. Realmente le hacía parecer un villano total. No sonreía muy a menudo, pero cuando lo hacía, solía hacerlo así. Eso era algo que no había cambiado desde que lo conocía.

También había habido alguien que sonreía así en la corte real, un hombre al que conocía como el ministro Darius. Era nuestro enemigo mortal, y el que finalmente nos expulsó del país. Pero su sonrisa se parecía a la de Rudy, así que nunca me inmuté cuando la dirigió hacia nosotros. Tal vez era algo que venía con ser una persona inteligente.

Rudy y Zanoba parecían realmente dedicados a su afición de utilizar la magia de la Tierra para hacer pequeñas esculturas de personas. Me resultaba difícil opinar sobre la calidad de su trabajo, pero, como mínimo, las figuritas eran realmente detalladas y precisas. Cuando Rudy me enseñó una escultura del Wyrm Rojo en la que estaban trabajando, me quedé muy impresionada.

También estaban entrenando a Julie, que había demostrado ser una joven enana de gran talento, para que les ayudara. Y ahora estaban tratando de incorporar a un Rey Demonio al negocio.

Era obvio que se tomaban muy en serio este proyecto. Quería unirme a ellos y ayudarles, ya que yo misma era una maga bastante buena, pero eso no era una opción. Tenía que guardar mi maná para proteger a la princesa Ariel.

“Hola, Rudeus”.

“¡Oh! Hola, Maestro Fitz”. Cuando lo llamé, Rudy me miró con una expresión de satisfacción. Últimamente me había comportado de forma un poco extraña con él, pero no parecía que tuviera recelo de mí ni nada por el estilo. Sinceramente, a veces podía ser un poco inconsciente.

Aun así… me pareció una prueba de que confiaba plenamente en mí. Eso me hizo feliz. “¿Qué puedo hacer por ti?”

“Uhm…” Dudé por un momento. Era un poco difícil abordar el tema con Zanoba y el Rey Demonio mirándome. “¿Te importaría salir conmigo un momento?”

“En absoluto. Zanoba, ¿puedes encargarte del resto?”

“¡Por supuesto, Maestro! Déjeme todos los detalles a mí”.

Rudy y Zanoba estaban muy unidos estos días. No pude evitar sentirme un poco celosa.

Llevé a Rudy fuera del comedor y encontré un lugar tranquilo y aislado para hablar. Ahora era el momento de ir al grano.

“Adelante, por favor”, dijo Rudy. Estaba tan guapo cuando tenía esa expresión seria en la cara. Ni siquiera era justo.

“Uhm… en realidad, tengo que pedirte un favor bastante grande”.

“¿Lo tienes? Bueno, ¡estáte tranquilo!” dijo Rudy, golpeando ligeramente un puño contra su pecho. “¡Haré todo lo que pueda, por supuesto!”

“Espera un segundo. Todavía no te he dicho lo que te pido…”

“No voy a rechazarlo, Maestro Fitz. Bueno, no a menos que sea absolutamente necesario”.

Vaya. Eso fue muy dulce, en realidad. Me hizo sentir terrible por haberlo engañado así.

Ya era bastante malo que no me atreviera a decirle quién era…

“Bien, entonces… ¿recuerdas que te dije que la princesa Ariel iba a pasar un par de días en la casa de un noble que conoce? Bueno, tenían un guardaespaldas allí, y aparentemente es muy fuerte”.

“Ah. ¿Quieres ayuda para luchar contra este guardaespaldas, entonces?”

“¿Qué? No, no.”

“Oh, ya veo. Eso es bueno, entonces. No me gusta mucho pelear”.

¿No te gusta pelear…? ¿Se supone que eso es una broma? ¿Debería reírme ahora mismo? Sigamos… “La princesa Ariel empezó a molestarse por lo mucho que esta noble presumía de su guardaespaldas. Insistió en que ‘su Fitz’ era aún más fuerte”.

“Ahah. Lo tengo.”

“Entonces el noble le dice: ‘Mi guardaespaldas desafió el Bosque del Granizo con un grupo de sólo cuatro, y trajo la flor que crece en sus profundidades’, en este tono realmente fanfarrón…”

Rudy se llevó una mano a la barbilla y asintió pensativo. “Una flor que crece en las profundidades del Bosque del Granizo… debe referirse a la Franja de Congelación, ¿no? Sus pétalos pueden usarse para hacer un poderoso tónico, pero es bien conocido que sólo crece allí, y sólo en invierno.”

Vaya. Ese es nuestro Rudy. ¿Lo sabía de memoria? Menos mal que nos habíamos tomado el tiempo de investigar y elegir una planta que realmente existiera.

“El Bosque del Granizo es peligroso en invierno” continuó Rudy, “pero si te diriges allí con un grupo de cuatro aventureros de rango A, no es un logro tan impresionante. Mientras todos se muevan con cuidado, podrías conseguir la flor y salir sin ponerte en demasiado riesgo”.

Continuó enumerando los nombres de los distintos monstruos que residían en el Bosque del Granizo: Avispones de nieve, Pumas blancos, Trementos de mostaza, etc. Me quedé un poco sorprendida por la facilidad con la que sacó esta información de la nada. ¿Cómo es que tenía todo esto memorizado?

“Uhm, claro. De todos modos… la princesa Ariel no podía echarse atrás, así que le dijo ‘¡Fitz podría conseguirlo con un grupo aún más pequeño! No es que me haya preguntado primero”.

“Ahora veo. Así que esa es la cuestión, ¿no?” Rudy asintió con una mirada de satisfacción. “Me pondré en contacto con un aventurero amigo mío y haré que te venda las flores a buen precio. Ese noble nunca sabrá que no fuiste tú mismo”.

“¿¡Qué!? ¡Eso sería hacer trampa, Rudeus! ¡Se supone que debo hacer el trabajo yo mismo!”

“El poder viene en muchas formas. Tener conexiones es una de ellas. Tengo toneladas de amigos aventureros, y soy tu amigo. Sólo estás poniendo en práctica las relaciones que has construido. Esa es una forma totalmente válida de hacer las cosas”.

Oh wow, escúchalo jugando con las palabras. ¿¡De qué está hablando!?

“Lo siento, no puedo hacer eso. Si se supiera, acabaría humillando a la princesa Ariel”.

“Hm, de acuerdo entonces. Vamos a buscar las flores nosotros mismos, entonces.”

Rudy cambió de opinión fácilmente. La idea de enfrentarse a ese peligroso bosque con un grupo de dos no parecía intimidarle lo más mínimo.

…O eso pensaba, hasta que la siguiente frase salió de su boca.

“Dame tres días, y reuniré a algunos tipos que conozco. Esto debería ser bastante sencillo con un grupo de diez o más ayudando. No te preocupes, Líder Escalonado [Stepped Leader] está en la ciudad ahora mismo. Estoy seguro de que puedo conseguir que algunos de ellos vengan”.

Ahora estaba completamente perdido. “¿Qué? ¡Rudeus, no! ¡Ariel dijo que iría con un grupo más pequeño! ¿Por qué íbamos a traer a otras diez personas con nosotros?”

“Oh, no te preocupes por eso. Casualmente entrarán en el bosque unas horas antes que nosotros. Tal vez algunos de ellos estén recogiendo materiales allí, y otros cazando monstruos para un trabajo. Puede que acaben con todas las amenazas en nuestro camino, pero ninguno de ellos tocará las flores. Las cogeremos nosotros solos”.

Uh… wow. Hablando de escabullirse. ¿Era así como los aventureros hacían las cosas?

 No, no. Rudy había sido un aventurero durante años, y había aprendido lo peligrosos que eran los bosques. Sólo le preocupaba que me hiciera daño, ya que yo era un aficionado a este tipo de cosas. Sí, tenía que ser eso. Probablemente.

“Mira, ¿realmente necesitamos a toda esa gente? Apuesto a que tú y yo podríamos manejarlo bien por nuestra cuenta, Rudeus”.

“…Oh, espera. ¿Me está pidiendo que sea su guardaespaldas, Maestro Fitz?”

¿No fue eso lo que dije al principio? Tal vez no, en realidad… “¡Si, eso es! ¿Puedes ayudarme, Rudeus?”

Rudy se puso una mano en la barbilla y pensó sólo un momento antes de asentir. “De acuerdo entonces. Me ha ayudado de muchas maneras, maestro Fitz. No sería correcto de mi parte rechazarlo”.

“¡Gracias, Rudeus! Estaba un poco nervioso por salir solo”.

A pesar de unos cuantos acercamientos, había logrado superar el primer obstáculo. Sin embargo, sinceramente, parecía que se le ocurría un nuevo plan cada vez que abría la boca. Rudy era realmente algo más…

***

La operación pasó a su segunda fase. Rudy y yo nos dirigiríamos al Bosque del Granizo. Estaba situado a unos tres días de viaje al norte de Sharia, terminando justo en la frontera con Basherant.

Salí con mi equipo de viaje normal, pero Rudy se presentó muy equipado. Llevaba una enorme mochila, al parecer llena de provisiones y raciones de emergencia. Dije que esperaba que viniera con las manos vacías, dado lo fuerte que era… pero me contestó “No deberías subestimar los peligros de ningún bosque. Hay algunos monstruos por ahí que pueden esquivar un Cañón de Piedra [Stone Cannon] en el aire”.

Eso me pareció totalmente absurdo, pero cuando lo presioné sobre el punto, dijo que había toneladas de criaturas así en los bosques del Continente Demoníaco. Al principio supuse que se trataba de una broma, pero su rostro era totalmente serio.

Sin embargo, los monstruos que se sabía que aparecían en el Bosque del Granizo eran amenazas de rango B en el peor de los casos. Probablemente podría manejarlos sin problemas… “Lo siento, Rudeus. Parece que te hice hacer todo el trabajo de preparación”.

“No hace falta que te disculpes. Eso es parte del trabajo cuando estás en una misión de guardaespaldas”.

Espera. Si era así como pensaba en esto… ¿iba a pedirme dinero al final o algo así?

“Uhm… ¿debería pagarte por tus servicios, entonces?”

“No seas tonto. Hago esto porque somos amigos. No quiero nada de ti”.

Por alguna razón, Rudy realmente enfatizó la palabra “amigos”. No estaba seguro de lo que se suponía que significaba. “Quiero decir, puedo pagarle, si quiere. No es gran cosa”. Ariel me pagaba un sueldo regular, aunque no fuera grande. No tenía mucho en qué gastar el dinero, así que mis ahorros se habían ido acumulando durante un tiempo. Podía permitirme alquilar a Rudy durante un par de días, al menos.

Oh, pero… se supone que ahora es un mago de nivel Rey, ¿no? ¿Realmente tengo suficiente? 

“Heh. No soy barato, ya sabes”.

“B-Bueno, supongo que no lo harías, pero…” Por alguna razón, me encontré recordando el mercado de esclavos, e imaginando a Rudy subiendo a un escenario desnudo. Comprar a Rudy… podría ser algo divertido… Una sensación extraña recorrió mi parte inferior. Sentí que mi cara se calentaba de vergüenza. “¡Uh, de todos modos! ¡Vamos a empezar!”

“Bien.”

Juntos, nos adentramos en el Bosque del Granizo.

A primera vista, parecía un bosque perfectamente ordinario del tipo que se encuentra en todos los Territorios del Norte. Estábamos rodeados de altos árboles llenos de nieve. Sin embargo, había una especie de anormalidad mágica en esta zona que hacía que el granizo cayera con mucha regularidad. Cuando pisabas la nieve aquí, hacía un sonido crujiente distintivo.

“Las flores florecen en un acantilado en el lado más alejado del bosque. Nos dirigiremos hacia allí mientras limpiamos la nieve en nuestro camino. Síganme y no pierdan de vista nuestros alrededores, por favor”.

Con este anuncio, Rudy comenzó a marchar con paso firme hacia adelante, derritiendo la nieve que tenía delante. Yo también traté de ayudar, pero no pude conseguirlo.

Tuve que suponer que estaba usando magia de fuego, dado el limitado rango de efecto… pero no era fácil generar continuamente suficiente calor para derretir una gruesa capa de nieve. Podría haberlo hecho si hubiera querido, pero me habría costado demasiado maná. Rudy gastó sus reservas de magia de forma muy abundante.

La nieve aquí era lo suficientemente profunda como para llegar a nuestros hombros, pero él seguía despejándola a medida que avanzábamos. Al principio, me preocupaba que las nubes de vapor de agua pudieran atraer a los monstruos, pero de alguna manera, no estaba haciendo ninguno. Cuando le pregunté cómo lo hacía, me dijo que, si controlabas cuidadosamente la temperatura, podías conseguir que se calentara lo suficiente como para hacer que la nieve se derritiera sin producir ninguna nube de vapor. ¿Cuánto tiempo de práctica necesitaría para poder hacer algo así?

Concéntrate, Sylphie. Eso no es realmente importante ahora. 

Era hora de empezar con el plan. Respirando profundamente, señalé el bastón que llevaba Rudy. “Recuerdo haberte traído esto el otro día, Rudeus. Es un bastón increíble. Nunca había visto uno hecho a medida con una piedra mágica de color fuera de la corte real”.

“Sí. La joven de la que era tutor me lo regaló en mi décimo cumpleaños”.

Rudy parecía un poco triste por alguna razón. Ahora que lo pienso, nunca me había hablado mucho de esa joven a la que había dado clases particulares durante años. Parecía que no quería hablar de ella. Por todo lo que oí, parecía una chica muy violenta… quizá tenía malos recuerdos de esa época de su vida.

“¿Crees que podría intentar aguantar un rato? Todo lo que tengo es mi varita de principiante, ya sabes. Siempre he querido usar un bastón así”.

“¿De verdad? Supuse que le darían al guardaespaldas de una princesa un buen bastón si lo quería”.

“Dijeron que no necesitaba uno, ya que podía lanzar hechizos en silencio de todos modos. Hablando de barato, ¿eh?”

Por supuesto, esta no era la verdadera razón por la que me había quedado con mi pequeña varita durante tanto tiempo. Rudy me la había regalado, así que significaba mucho para mí. Era un tipo de varita común, de querer. No podía culparlo por no reconocerlo.

“Bueno, adelante. Agarra bien el eje, ahí”.

Por alguna razón, Rudy tenía una extraña sonrisa en su cara mientras decía esto. ¿Había algo divertido en esto que yo no estaba viendo? Sintiéndome ligeramente desconcertada, apreté el bastón de Rudy en mis manos. Era un poco incómodo sostener esta cosa. Mis manos eran demasiado pequeñas para ello.

“Sí, es súper grueso. ¿Se supone que debes sostenerlo con ambas manos?”

“…Tal vez. Creo que querían asegurarse de que pudiera seguir usándolo una vez que creciera”.

“Hmm…”

Sonriendo para sí mismo, Rudy reanudó su marcha hacia adelante y sus tareas de limpieza de la nieve. Le seguí de cerca, todavía con el bastón en la mano.

Bien. Hasta aquí todo bien. Es hora de dar el siguiente paso…

Llevando el anillo que llevaba en el meñique de la mano a la boca, susurré la palabra clave “Torre Roja” tan suavemente como pude. La pequeña piedra incrustada cambió de azul a rojo.

Este anillo era uno de los utensilios mágicos que la princesa Ariel llevaba siempre encima. Al pronunciar la palabra clave, su piedra cambiaba de color, al igual que la piedra de su anillo complementario. El efecto no funcionaba en distancias muy grandes. Pero ahora mismo, el otro anillo del conjunto estaba esperando mi señal justo fuera de este bosque.

¿De verdad va a funcionar?

 Miré nervioso al cielo y esperé a que comenzara la siguiente fase de nuestro plan.

A pesar de mi ansiedad, ocurrió muy pronto. El cielo comenzó a nublarse con una velocidad anormal. Todo iba bien hasta el momento.

“¿Hm?” Rudy no tardó en darse cuenta del cambio de tiempo. Mirando hacia arriba, murmuró “¿Nubes de lluvia? Eso es extraño”, para sí mismo.

La lluvia casi nunca cae en esta época del año en los Territorios del Norte. Por lo tanto, el equipo de protección que la mayoría de la gente llevaba no servía de mucho contra ella.

El material pesado que llevábamos estaba hecho de piel de erizo de nieve. Se podía quitar la nieve antes de que se derritiera, por lo que era muy útil en invierno. Sin embargo, la lluvia la empapaba. Y una vez que se empapaba, una sola ráfaga de viento ártico te congelaba básicamente.

“Parece que va a llover, maestro Fitz”, me dijo Rudy, frunciendo el ceño.

Cuando ocurría algo así, las únicas opciones reales eran crear un refugio improvisado en el lugar o refugiarse en una cueva. Esta última opción se consideraba algo más segura y fiable.

Rudy era muy bueno con la magia terrestre, por supuesto, pero no querría seguir gastando maná sólo para mantenernos secos hasta que dejara de llover. Eso era un trabajo muy tedioso. Así que tenía una propuesta alternativa que ofrecer. “Uhm, veamos. Mirando el mapa, creo que…”…que hay una cueva justo delante, así que vamos a refugiarnos allí. 

Pero antes de que pudiera pronunciar las palabras, Rudy sacudió la cabeza e interrumpió. “No te preocupes. Dispersaré esas nubes enseguida”. Luego levantó las manos hacia el cielo.

Oh, ¡mierda!

En ese instante, me di cuenta de que había cometido un grave error. Rudy era un mago del agua de nivel santo; manipular el clima era algo natural para él. La princesa Ariel me había dicho que había contratado a dos magos de agua de nivel avanzado para este trabajo, pero no serían rivales para Rudy. Probablemente se desharía de esas nubes en un abrir y cerrar de ojos.

¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡Si no empieza a llover, todo el plan se desmorona! 

Actuando por reflejo, empecé a canalizar maná en el báculo que sostenía en mis manos. Podía sentir que amplificaba mi poder hasta un grado notable. Tal vez podría hacer esto después de todo…

“¿Hmmm?” Rudy, que seguía apuntando con las manos hacia arriba, ladeó la cabeza, desconcertado. Probablemente estaba confundido por la obstinada negativa de las nubes a disiparse.

Lo que no sabía era que yo estaba luchando por mantenerlas unidas. No sé si Rudy no lo estaba dando todo, o si el báculo me daba una ventaja, pero los dos estábamos básicamente anulándonos el uno al otro. Lo que significaba que los dos magos de nivel avanzado fuera del bosque podían mantener el control.

Susurrando oraciones silenciosas a nadie en particular, canalicé más y más maná hacia arriba. Visualicé las nubes de lluvia engordando y extendiéndose por el cielo. Lo hice tal y como Rudy me había enseñado: recoger la humedad, enfriarla hasta que se condensara y dejarla caer.

“Hmm…” Rudy volvió a fruncir el ceño. Un momento después, las primeras gotas frías de lluvia cayeron sobre nosotros. “…Lo siento, maestro Fitz. Parece que hoy no estoy actuando bien”. Parecía un poco molesto por este acontecimiento, comprensiblemente.

“E-está bien, Rudeus. Probablemente es porque estaba sosteniendo tu bastón”.

“Incluso sin mi báculo, debería haber sido capaz de dispersarlos con bastante facilidad”, murmuró, estudiando sus manos.

“Supongo que no he hecho esto mucho últimamente…¿Es que estoy oxidado? O tal vez…”

Tuve la idea de que sospechaba que aquellas nubes de lluvia podían haber sido creadas intencionadamente. Sin embargo, probablemente ni siquiera se le había ocurrido que yo podría haber interferido activamente en su intento de disiparlas.

“Oh, bueno. No hay mucho que podamos hacer ahora que está cayendo. Hay una cueva más adelante, ¿no? Vamos a refugiarnos allí”.

“¡Si! ¡Buena idea!”

Asentí con fuerza y nos pusimos de nuevo en marcha de inmediato. Nuestro equipo de erizo de nieve absorbió el agua como una esponja. Antes de que pasara mucho tiempo, ambos estábamos congelados.

Todo de acuerdo con el plan.

“¡Ahí está!” Finalmente, temblando y empapados, entramos a trompicones en nuestro refugio. Era una pequeña cueva natural de no más de diez metros de profundidad. Y también era nuestro verdadero destino.