Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 9

Capítulo 2: El Secreto Del Prodigio II

 

 

“Hola”. Habla Rudeus Greyrat.

Este es mi problema. El otro día, mi compañero de clase Cliff Grimoire me confió su amor por Elinalise, y me preguntó si podía presentarlos.

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Me parece justo, ¿no? Conozco relativamente bien a Elinalise. Era miembro del grupo al que pertenecían mis padres, y vinimos juntos a esta ciudad. Además… no sé mucho sobre cómo funciona el romance en este mundo, pero es obvio que Cliff está enamorado, y quiere expresar sus sentimientos. Me gustaría ayudarle si puedo.

¡Lo digo en serio! De verdad. Pero recordemos lo que hemos aprendido sobre Elinalise hasta ahora.

Elinalise Dragonroad es una aventurera de rango S, una guerrera de primera línea y una estudiante de primer año en la Universidad de Magia de Ranoa. Su edad no está clara. Para mi sorpresa, ha demostrado ser una estudiante diligente y saca excelentes notas. Últimamente ha empezado a integrar algunos hechizos de agua de nivel principiante en su estilo de combate.

La mayoría de sus viejos conocidos aventureros parecen odiarla, pero es una combatiente muy hábil, una persona de buen corazón… y una monstruo en la cama.

Sí, claro. Ahí está el problema.

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Elinalise está afectada por una maldición específica. La obliga a procurarse una dosis diaria de fluidos corporales masculinos. Por ello, evita establecerse con un hombre en concreto, prefiriendo arreglárselas con una dieta constante de aventuras de una noche y ligues casuales.

Dice que también ha tenido varios hijos… aunque nunca me ha dicho mucho sobre dónde están ahora. Para ser sincero, solía preguntarme si los había abandonado en la carretera o los había vendido a traficantes de esclavos. Pero luego me explicó que los cría ella misma hasta que están preparados para ser independientes, sea lo que sea. Por lo visto, es relativamente raro que se quede embarazada.

Pero volvamos al punto principal. ¿Es realmente una buena idea que le presente esta mujer a Cliff como una potencial pareja romántica? Es obvio que no tiene ni idea de que Elinalise es algo así. Sólo con escucharle hablar de ella me dan ganas de gemir de desesperación.

“Esa  visión  de  la  belleza  casta  en  el  escaparate  se  llama  Elinalise  Dragonroad, ¿correcto? Un nombre fuerte y encantador, muy adecuado para su portadora. He oído que es una excelente estudiante, pero eso no es una sorpresa. Y como fue aventurera hasta hace poco, sabe usar la magia con eficacia en el combate real”.

Hasta este momento, lo único que me ha hecho poner los ojos en blanco ha sido toda esa visión de la belleza casta en la ventana. Para Elinalise, una ventana es sólo un lugar conveniente para colocar sus manos mientras ofrece su trasero a otra persona. Pero está claro que Cliff no cree que su diosa sea sexualmente activa.

“Circulan rumores escabrosos sobre que toma como amantes a innumerables estudiantes varones. Me imagino que algún rival celoso de ella ha estado difundiendo esta calumnia desde hace tiempo”.

Esa es su interpretación de la situación, y la mantiene firmemente. La pelea que tuvo el otro día fue un resultado directo de esto, en realidad. Aquellos seis estudiantes estaban bromeando sobre Elinalise, llamándola puta y que se lo montaba con cualquiera que se lo pidiera, y animándose mutuamente a tomar un turno.

Cliff lo oyó y se enfadó mucho. Reprendió a los hombres mayores por hablar mal de alguien que no conocían basándose sólo en rumores. Por supuesto, esos hombres probablemente sabían de buena tinta que Elinalise se había acostado con otros, pero Cliff no tenía forma de saberlo.

Los seis eran estudiantes de alto nivel con algo de músculo en sus cuerpos. También eran delincuentes al límite, a los que no les gustaban los sermones de un escuálido. Uno de ellos le respondió con dureza: “Mira, viejo, conozco a alguien que se la hizo con otros dos tipos el otro día. Como, todo a la vez. ¿Qué tal si aceptas la realidad, ¿eh? A lo mejor te quita la virginidad si se lo pides muy amablemente”.

Indignado por este comentario vulgar y burlón, Cliff se lanzó al ataque con una rabia ciega, blandiendo sus puños contra el grupo de hombres más grandes. Se considera un luchador decente.

Pero este era un combate de seis contra uno contra gente que no pertenecía a su categoría de peso. Podría haber tenido una oportunidad en un duelo mágico, pero no en un combate cuerpo a cuerpo. Afortunadamente para él, fue entonces cuando aparecí yo.

Es una bonita historia, en cierto sentido. Realmente te hace apreciar la importancia de hacer tu investigación por adelantado, y con una mente abierta.

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Aun así, eh… ¿qué se supone que debo hacer ahora?

No es que le deba una advertencia a Cliff, en realidad. Podría presentarle a Elinalise, y dejar que ella destroce sus ilusiones. No es mi problema. ¿Pero es realmente correcto que me encoja de hombros y me vaya?

Elinalise podría agradecérmelo. Suele ser muy agradecida cada vez que le presento a un hombre. Últimamente también está especialmente enganchada a la caza de vírgenes.

Los novatos torpes e inseguros son aparentemente encantadores, y los que se creen brabucones, son “simplemente adorables”. También le encanta ver cómo aprenden cosas nuevas y crecen con el tiempo.

Supongo que puedo entender el atractivo. En su día jugué a muchos juegos porno con temática de “entrenamiento”. No quiero hacer suposiciones, pero es casi seguro que Cliff es virgen. Elinalise probablemente estaría muy feliz de llevarlo a la cama.

¿Qué pasa con Cliff, sin embargo?

Está operando con una imagen seriamente inexacta de Elinalise. Si empiezan a “salir”,

pronto se dará cuenta de la verdad. ¿Y si me culpa a mí? ¿Y si decide que le he tendido una trampa para que le hagan daño? Desde mi punto de vista, no puede culpar a nadie más que a sí mismo, pase lo que pase. Pero si se los presento, sabiendo lo que sé, siento que podría ser al menos ligeramente responsable de las consecuencias.

Sin embargo, negarse rotundamente tampoco parece una gran opción. Cliff podría sacar algunas conclusiones ridículas de eso. Incluso podría decidir que soy un rival para el amor de Elinalise. Sinceramente, no me importaría tener una aventura con una mujer así si mi enfermedad se curara, pero definitivamente no voy a perseguirla. Y definitivamente no quiero que piense que lo estoy haciendo.

¿Qué diablos se supone que debo hacer aquí? 

***

 

 

No podía pensar en ninguna solución inteligente para mi dilema… “Esperaba que me aconsejara sobre algo, maestro Fitz. Si no le importa”.

Y así, durante una de nuestras habituales visitas a la biblioteca después de clase, me dirigí a mi fiel amigo Fitz.

“Bien. ¿Qué tipo de consejo?”

“Bueno… supongo que es un consejo sobre relaciones, en realidad”.

“¿¡Qué!?” Fitz se giró y se inclinó sobre la mesa. Había algo parecido a una mueca en su rostro. “¿¡Estás enamorado de alguien, Rudeus!?”

Me sorprendió un poco lo interesado que estaba. A pesar de sus grandes y oscuras gafas de sol, me pareció ver que sus ojos brillaban de curiosidad. Sin embargo, tal vez no era tan extraño. La mayoría de la gente de la edad de Fitz estaba relativamente interesada en el romance.

“No. En realidad, se trata de un amigo mío”.

“¿Un amigo…?”

“Así es.”

“Uhm, vale. S-Sigue adelante, entonces.”

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“Básicamente, este amigo mío se enamoró profundamente de alguien a primera vista, y-”

“¿A primera vista? ¿Y viene a mí…? Espera, ¡no me digas que es la princesa Ariel! Eso no funcionará, Rudeus. Quiero decir, sé que es muy bonita, pero…”

Fitz parecía algo nervioso por esto, por alguna razón. La gente probablemente se enamoraba de la princesa regularmente. Como su guardaespaldas, tenía sentido que quisiera desalentar eso. “No te preocupes. La princesa Ariel no está involucrada”.

“O-Oh. Bien, bueno, eso es bueno.”

“En realidad, conozco a esta persona de la que se enamoró mi amigo, y tiene algunos… problemas que me hacen reticente a presentársela a mi amigo como una opción romántica. No estoy seguro de si debo seguir adelante con esto o no”.

Ahora había una expresión peculiar en la cara de Fitz. Tenía una mano en la boca y me observaba atentamente desde detrás de sus gafas de sol. “¿Sabe tu amigo de los problemas de esta mujer?”

“No, estoy bastante seguro de que no lo sabe”.

… ¿Hm? ¿He dicho que era una mujer? ¿Quizás el asunto de la princesa Ariel había hecho que Fitz pensara en esa línea? Realmente no importaba, ya que Elinalise realmente era una mujer, pero…

Espera, ¿todavía pensaba que esto era sobre mí? “Siento repetirme, pero el amigo de esta historia no soy yo. Sólo lo digo porque confío en ti, pero es Cliff de la clase especial”.

“¡Oh! ¿En serio? Lo siento, creo que me he hecho una idea equivocada…”

Pareciendo un poco avergonzado, Fitz se rascó ligeramente la parte posterior de sus orejas. No se le podía culpar. Pedir consejo para “tu amigo” cuando eres demasiado tímido para admitir la verdad es una especie de cliché, después de todo. “De todos modos, ¿cómo crees que debería abordar esto?”

“Uhm, bueno… supongo que deberías contarle los problemas de esta mujer, ¿no? A menos que haya alguna razón por la que no puedas…”

Fitz sonaba extrañamente inseguro sobre este consejo. Por otra parte, él mismo era virgen, ¿no? Tal vez no tenía mucha experiencia en este campo en particular.

“Yo no dudaría en hacerlo, pero Cliff tiende a tener esas ideas fijas en su cabeza, ¿sabes? Realmente no creo que me crea. Incluso podría decidir que le estoy mintiendo porque yo mismo estoy enamorado de esa mujer”.

“Oh. Sí, supongo que eso podría pasar.”

“Bien. Entonces, estaba pensando que tal vez no sea el mejor mensajero para dar esta noticia, ¿tal vez?”

Esto realmente estaba ayudando un poco. Mis pensamientos estaban empezando a unirse. Tal vez podría hacer que una chica diera la noticia… ¿alguien en quien Cliff confiara? Probablemente sería incluso mejor que Elinalise se lo dijera ella misma, sinceramente.

“Uhm… ¿Entonces no amas realmente a esta mujer, Rudeus?”

“No. Es una amiga, pero no me imagino saliendo con ella”. Por supuesto, Elinalise era aparentemente increíble en la cama, así que no rechazaría una noche de diversión con ella… pero empezar una relación seria con ella no era demasiado atractivo. Por un lado, tenía la sensación de que me engañaría en uno o dos días.

“Ya veo. Pero podrías ser tú, Rudeus. Cliff podría terminar amándola, con todas sus imperfecciones”.

Eso parecía un poco improbable. Un tipo que fantaseaba con casarse con un ángel puro e inocente no me parecía un buen partido para Elinalise, precisamente.

“Hmmm…”

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¿Era una buena idea presentarlos? No podía decidirme.

Después de unos momentos de silencio, Fitz volvió a hablar, su voz un murmullo bajo. “Uhm… Yo también estoy enamorado de alguien, así que puedo entender cómo se siente. Por lo que he oído, la mayoría de la gente tampoco puede imaginarse salir con la persona que me interesa… pero aun así la quiero”.

¿Fitz estaba enamorado de alguien? ¿Quién podría ser?

La princesa Ariel parecía la posibilidad más obvia, sobre todo por la forma en que había reaccionado cuando saqué el tema. Y supongo que a la mayoría de la gente le costaría imaginarse “saliendo” con un miembro de la familia real asuriana…

No es que realmente importara quién fuera.

“Es… un poco difícil sentarse a verlos, cuando no puedes decirles lo que sientes”. La cara de Fitz se había puesto roja en algún momento. El rubor le llegaba hasta la punta de las orejas.

“Así que, creo que deberías presentarlos. Darle la oportunidad de desahogarse, al menos”.

“Aunque eso podría acarrear todo tipo de problemas en el futuro”.

“Bueno, ¿qué puedes hacer? Una vez que los tienes en una habitación juntos, el resto depende de ellos”.

Ooh. Eso era bastante cierto. Después de establecer la reunión inicial, dependía de ellos lo que sucediera después. En otras palabras, podía lavarme las manos de todo el asunto. Si podía dejar eso muy claro de antemano, mucho mejor. “De acuerdo entonces. Intentaré elaborar algo en ese sentido. Gracias por el consejo, maestro Fitz”.

“De nada… Siempre estoy feliz de ayudar…”

Fitz aún parecía un poco inseguro sobre todo esto, pero yo ya me había decidido. Al salir de la biblioteca, noté de reojo que Fitz se desplomaba de cara a la mesa. Probablemente era un poco vergonzoso dar consejos como un sabio a su edad. Pero a pesar de su falta de experiencia en el mundo, siempre parecía tener algo perspicaz que decir. Le estaba realmente agradecido.


***

 

 

Al día siguiente, llamé a Cliff para tener una conversación privada. Vino a buscarme detrás del edificio de la escuela justo a tiempo, con la expectativa brillando en sus ojos.

“Estoy dispuesto a presentártela”, le dije, “pero hay algo que quería dejar muy claro de antemano”.

“¿Qué es?”

“En primer lugar… como aventurero, estuve en un grupo con Elinalise durante algún tiempo. Creo que sé más de ella que la mayoría de la gente de aquí”.

El ojo de Cliff se movió un poco ante este hecho, que yo no había mencionado anteriormente.

Continué: “He decidido no decirte lo que pienso de ella. No es porque intente engañarte ni nada por el estilo. Simplemente creo que deberías conocerla en persona, hablar con ella y luego decidirlo por ti mismo.”

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“¿Qué quieres decir?”

“Básicamente, no quiero que esto se convierta en un problema más adelante. No vengas a quejarte después actuando como si te hubiera engañado o tratado de engañarte, ¿de acuerdo?” Con suerte, esto me ofrecería algún seguro si las cosas iban realmente mal. También actuó como una pista de que podría tener algunos problemas aquí.

“¡Yo no haría una cosa así! Soy un miembro fiel de la Iglesia de Millis, Rudeus.

Mostramos a los casamenteros el debido respeto”.

Interesante. ¿Pensaban en emparejar a la gente como una acción virtuosa? Yo no era creyente, así que la referencia se me escapó. Ayúdame, Dios… “Bueno, no pertenezco a la Iglesia de Millis, así que no sé qué esperan de sus casamenteros. Sólo no vengas a gritarme si lo hago mal”.

“Vamos. Yo no haría eso”.

“De acuerdo entonces. Sólo recuerda que lo haces bajo tu propio riesgo, ¿de acuerdo?” Cliff asintió con impaciencia. “¡Estoy perfectamente preparado para que me rechace!” Ese no era realmente el peor escenario que tenía en mente, pero bueno.

***

 

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Encontramos a Elinalise sola en un aula vacía.

Estaba inclinada con los codos apoyados en el alféizar de la ventana, pero por una vez no había nadie desnudo detrás de ella. Sólo miraba por la ventana, evidentemente perdida en sus pensamientos.

Yo sabía lo que tenía en mente, por supuesto. Estaba esperando impacientemente a que el sol terminara de ponerse. Cuando cayera la noche, los bares de la ciudad abrirían sus puertas.

Y dentro de esos bares, encontraría muchos hombres listos y dispuestos a divertirse. Eso era lo único en lo que pensaba. Sin embargo, desde la perspectiva de alguien que no conocía nada mejor, supongo que se habría parecido mucho a un ángel.

“Hola, Rudeus. ¿Realmente viniste a verme por una vez?” Elinalise me miró con una expresión de ligera sorpresa. La verdad es que no había hablado mucho con ella desde que nos matriculamos en la Universidad. De vez en cuando, venía a buscarme a la hora del almuerzo para ver cómo estaba, pero eso era todo. “¿Hm? ¿Y quién es este joven tan simpático que te acompaña?”

Cliff apareció por detrás de mí, apretó un puño contra su estómago y juntó los pies limpiamente. Presumiblemente se trataba de un saludo formal de Millishion.

“Elinalise, este es Cliff Grimoire. Es un estudiante especial en su segundo año aquí”.

“¡En efecto! Me llamo Cliff, señorita”, dijo Cliff con una reverencia. “¡Es un gran placer conocerla!”

“Dios, qué joven tan educado. Soy Elinalise Dragonroad. Si no le importa que le pregunte, ¿hay algo que pueda hacer por usted?”

“Quería que te presentara a él, en realidad”, le interrumpí. “Por eso estamos aquí”.

“Es cierto”, dijo Cliff, asintiendo con firmeza. “Señorita Elinalise, he visto su rostro en varias ocasiones, ¡y su belleza siempre me deja cautivado! Me gustaría mucho tener la oportunidad de conocerla mejor”.

El silencio se apoderó de la sala. Elinalise parecía un poco desconcertada. Después de un largo momento, se enderezó lentamente, me tomó del brazo y me llevó a un lado del aula.

“Muy bien, Rudeus”, me susurró al oído. “¿Cuánto quieres?”

Tardé unos segundos en procesar lo que quería decir con esto. ¿Creía que le iba a cobrar por traerle un juguete nuevo? Uf. Ahora me sentía asqueroso. “No quiero ningún dinero”.

“¿Qué es esto, entonces? ¿Qué quieres?”

“Nada. Sólo se enamoró de ti, eso es todo”.

“Oh, por favor. Rudeus, ya sabes cómo soy. ¿Por qué traes a un ingenuo niño de coro como ese a conocerme? Deberías estar avergonzado de ti mismo”.

Huh. Ni siquiera sabía que conocías el concepto de vergüenza. Cada día se aprende algo nuevo... “No le he mentido ni nada, Elinalise. Sólo te estoy presentando, porque él me lo pidió”.

“Realmente es así de simple. Lo juro por el nombre de la maestra Roxy, si quieres”.

Elinalise hizo una pausa para pensarlo unos segundos, y luego frunció el ceño. “De acuerdo, bueno… si eso es cierto, Rudeus, esto es un problema. No quiero tratar con nadie que vaya en serio conmigo”.

Admito que me sorprendió un poco. Esperaba que sonriera y dijera que tenía una habitación en la posada exactamente para este tipo de situaciones.

“Sabes  de  mi  maldición,  ¿no?  No  puedo  tener  una  relación  exclusiva  con  nadie. Simplemente no funcionaría”.

No es que prefiriera el sexo casual y frecuentar burdeles. En realidad, no tenía la opción de buscar un romance dedicado, dada la naturaleza de su maldición. Por eso nunca dejaba que las cosas se pusieran demasiado serias con nadie. Ella me había explicado todo esto antes, ¿no es así? Había pensado más en esto de lo que yo creía. Parecía que Cliff se iba a ir decepcionado.

“Es una pena. Adelante, recházalo, entonces”.

“¿Estás seguro? ¿No se va a resentir si lo hago?”

“Está bien”. Ya no tenía que preocuparme tanto por mi reputación. Si volvía a odiarme, podía vivir con eso. “Aun así”, añadí, “intenta decirle la verdad, si puedes. No me uses como excusa ni nada parecido”.

“De acuerdo entonces. Si tú lo dices”.

“Te lo agradezco”.

Con nuestra pequeña conferencia terminada, Elinalise se giró hacia Cliff. Ella era más alta por unos pocos centímetros. Cliff era un poco más bajo, en realidad. Habrían hecho una pareja un poco inusual… no es que hubiera importado, si hubieran congeniado.

Empezaba a doler el mero hecho de estar en esta habitación.

“Rudeus”, dijo Elinalise. “Creo que deberías darnos un poco de privacidad”.

“Claro, por supuesto. Perdóname…”

Me dirigí rápidamente hacia la salida. No pude evitar sentir lástima por Cliff, pero este era probablemente el mejor resultado que podía esperar. La maldición de Elinalise era el mayor obstáculo, pero a estas alturas le gustaba jugar. Y Cliff era un miembro piadoso de la Iglesia de Millis, que prefería las cosas aburridas y monógamas. Eran básicamente aceite y agua desde el principio.

“Uhm… ¡gracias, Rudeus!” llamó Cliff mientras salía de la habitación. La gratitud en su voz hizo que me doliera el pecho.

Una semana más tarde, me presenté en mi clase mensual para encontrar a cierta pareja en una descarada muestra pública de afecto. Una mujer alta estaba sentada en el regazo de su novio, mirándole amorosamente a los ojos.

“La magia combinada no es demasiado difícil una vez que has memorizado todos los fenómenos físicos fundamentales. Aunque aún no puedas usar dos escuelas de magia, puedes imitar los efectos de una aprovechando las fuerzas naturales”.

“¡Qué inteligente! Realmente lo sabes todo, Cliff”.

“Bueno, yo no diría eso…”

Conocía a los dos implicados. Eran Cliff y Elinalise. Me acerqué lentamente y me quedé mirándolos, con la cabeza ladeada.

“¿Hm? Oh, ¡Rudeus! Gracias de nuevo por lo del otro día”. Cliff intentó ponerse de pie para saludar, pero gracias a la mujer que tenía encima, se vio obligado a conformarse con inclinar la cabeza en señal de gratitud.

“De nada, Cliff. Elinalise, ¿te importaría explicar la situación?”

Elinalise me sonrió suavemente desde su nuevo asiento. “Bueno, los dos estamos saliendo ahora”.

Okaaay. Pero, ¿por qué? Definitivamente, esto no era como se suponía que debía ser…

“Uh, eso no es… lo que decidiste de antemano, ¿verdad?”

“¿Qué quieres de mí, Rudeus? ¡Su propuesta fue tan audaz y apasionada! ¡Desconectó mi corazón al instante!”

Espera, ¿su propuesta? ¿Nos hemos saltado unas docenas de pasos en algún momento, o sólo soy yo?

 “Vamos, Elinalise. Me estás avergonzando”.

“Cito: Levantaré tu maldición, ¡no importa qué! Así que por favor… ¡cásate conmigo!”

“¡Eh, déjalo ya!”

“Oh, deberías haberle visto en la posada esa noche, también. Tan inocente, tan ansioso… Oh no, me estoy poniendo cachonda sólo de recordarlo…”

“Vamos, en serio… Estamos en público, Elinalise…”

La cara de Cliff estaba muy roja. A pesar de todas sus protestas, no parecía estar especialmente molesto.

Bueno, felicidades por haber perdido la virginidad, supongo. Todo esto era ligeramente odioso, pero no me molestaba tanto, tal vez porque yo mismo había tenido al menos algo de experiencia ahora.

O tal vez porque conocía los hábitos de Elinalise. Aun así… estaba claro que ella le había hablado de la maldición. Era una razón bastante sólida para no iniciar una relación exclusiva con nadie, y definitivamente era real, pero…¿Por qué diablos habría reaccionado Cliff pidiendo su mano en matrimonio?

“A partir de ahora, me contendré todo lo que pueda. Por el bien de Cliff, por supuesto”.

“Te dije que no te forzaras. Es una maldición, no es algo que puedas controlar. Mientras tu corazón me pertenezca, nada más importa…”

“Oh, Cliff… sabes que sí. Siempre fue puramente físico, con los otros… pero soy tuya en cuerpo y en alma…” Elinalise se acurrucó contra Cliff, embelesada, mientras él le acariciaba suavemente el cabello. Un momento después, se miraban a los ojos. Al alcance de la mano, naturalmente.

“Elinalise…”

“Cliff…”

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Genial. Ahora se están besando. Aparentemente se olvidaron de que yo existía mientras procedían a besarse descaradamente.

¿Era esto lo que Cliff quería? ¿Ser este tipo? ¿El tipo de los “besos en el aula”? Sentí que debería replantearse eso. Elinalise decía todo lo correcto, pero no podía evitar la sensación de que lo mantenía cerca como un conveniente bocadillo de respaldo. ¿El amor había dejado ciego al pobre tipo o qué?

Respiré, a punto de decir lo que pensaba, pero me obligué a parar. Había aceptado presentarlos con la condición de que nadie se quejara del resultado. Sería ridículo que me opusiera ahora.

Miré al fondo del aula y encontré a los otros tres totalmente desinteresados. Pursena masticaba una tira de cecina y Zanoba hablaba con Julie sobre una figura que había visto el otro día en el mercado. Julie escuchaba con atención, sin mirar siquiera a la pareja de enfrente.

Linia era la única que parecía estar molesta. Tenía el ceño fruncido. Me acerqué a hablar con ella primero. “Jefe, ¿qué pasa con esa mujer? He hecho un pequeño comentario y me ha llamado de una forma jodidamente desagradable…”

“Yo tampoco estoy seguro, para ser sincero”.

Esta era definitivamente una situación extraña, pero me di un momento para tratar de darle algún sentido. Cuando me fui el otro día, Elinalise estaba decidida a rechazar a Cliff firme y completamente.

Y por lo que parecía, había empezado la conversación en ese sentido. Independientemente de lo que se pueda decir de ella, era una persona honesta. Probablemente le había dado a Cliff todos los detalles sobre su maldición, y le había explicado que los rumores sobre ella eran de hecho ciertos.

Y, sin embargo, él había respondido proponiéndole matrimonio. Al jurar que le quitaría la maldición y pedir su mano en matrimonio, aparentemente la había conquistado… de alguna manera. No tenía ni idea de cómo se le había ocurrido este plan a Cliff. Su proceso de pensamiento aquí era realmente un misterio.

Sin embargo, si lo miraba desde la perspectiva de Elinalise… Este joven había prometido dedicar su vida a ella, y a ayudarla a escapar de su maldición. Si alguien te lanzara una bola rápida como esa de la nada… ¿podría funcionar? ¿Realmente te enamorarías de ellos, así como así?

Podía ver esa línea golpeando fuerte, por lo menos. Esta maldición había afligido a Elinalise durante muchos, muchos años. No se sabía si Cliff podría realmente levantarla, pero había prometido hacer todo lo posible para que así fuera.

Eso probablemente significaba mucho para ella. Aunque la mayoría de las veces disfrutaba de sus escapadas nocturnas, la maldición probablemente le había causado mucha tristeza y dolor.

Tal vez era así de simple. Tal vez sus promesas fueron suficientes para conquistarla. Pero había más que eso, ¿verdad? Cliff le había mostrado una verdadera valentía y pasión.

“¡Oye, jefe! Acabo de tener una gran idea”.

“¿Qué es eso, Linia?”

“¡Deberíamos empezar a salir también! ¡Mew! ¡Vamos a darles a esos idiotas una probada de su propia medicina!”

Estaba claro que Linia no había pensado seriamente en esta idea, pero me sentí tentado a probar un pequeño experimento. “Podría estar dispuesto a intentarlo”, dije lentamente. “Pero dime algo. Si te aceptara, ¿me ayudarías a encontrar una cura para mi impotencia?”

“¿¡Eh!?” dijo Linia… y todos los demás en la sala, con la excepción de Elinalise.

Todas las cabezas se giraron en mi dirección. Cinco personas de aspecto muy confuso me miraron en silencio durante unos largos segundos.

¿Qué? ¿Sería tan raro que saliera con Linia?

 “J-J-Jefe… ¿Nos.… escuchaste antes, o algo…?” preguntó Linia, con voz vacilante y nerviosa.

“¿De qué estás hablando?”

“Bueno, en la comida, eh… Pursena y yo estábamos hablando de la forma en que nos ataste, y nos desnudaste, pero ni siquiera te apareaste con nosotras, ¿sabes? Mew… Estábamos diciendo al respecto de que tu salchicha no funciona bien”.

Pequeñas idiotas. Debería darles una lección a ambas…

Cuando miré a Pursena, ella desvió la mirada inmediatamente. “No nos estábamos burlando de ti ni nada, jefe. Es que… no olías tan interesado cuando nos tocabas, ¿sabes? Nos imaginamos que podría haber algo mal”.

De repente, todos en el aula me miraban con lástima en lugar de confusión. Aparentemente, habían reaccionado a lo de la impotencia, no a la parte de que saliera con Linia. ¿Era realmente tan inusual una pequeña disfunción eréctil por aquí?

“No íbamos a difundirlo, jefe. De verdad. Linia es la que hizo la broma de la salchicha. A veces es una imbécil”.

“¡Cállate, Pursena! ¡Dijiste que sólo es un inofensivo pelele que no tiene las agallas para hacer un movimiento sobre nosotras!”

“Eso fue un cumplido, estúpida”.

“¿!Mew!?”

Sacudí la cabeza cuando los dos rompieron su habitual ida y vuelta, y me acerqué a tomar asiento. “Está bien, de verdad. No estoy tratando de mantenerlo en secreto ni nada por el estilo”.

“¡Si! ¿A quién le importa si eres impotente, jefe? ¡No es que vayamos a pensar menos de ti! Mew!”

“Cierto. Puede que seas impotente, ¡pero sigues siendo el jefe, jefe!”

Genial, muy conmovedor. ¿Podrías dejar de repetir la palabra “impotente” ahora? Me está empezando a molestar un poco. Tal vez debería haber mantenido esto en secreto después de todo…

 “¡No hay necesidad de dejar que esto le afecte, maestro!”, dijo Zanoba alegremente, dándome un golpe en el hombro. “¡Tenemos nuestras figuritas! Vivamos por ellas”.

Julie inclinó la cabeza con incertidumbre. “Maestro, ¿qué significa impo-tencia?”

“Bueno, supongo que significa que no puedes desempeñar el papel que se espera de un hombre… pero apenas tiene importancia. No tiene ninguna relevancia para la creación de figuras”.

“Hmm…”

¿Estaba Zanoba realmente tratando de animarme? Me di cuenta de que estaba eligiendo sus palabras con mucho cuidado…

“Y yo que pensaba que sólo eras un pervertido total, jefe… Supongo que sólo buscabas una cura para tu condición, ¿eh? Me hace llorar, sí… miau”.

“Ayudaré en todo lo que pueda, jefe. Siempre y cuando me des algo de carne primero”.

La gata y la perra también ofrecieron algunas expresiones forzadas de simpatía. Sin embargo, no me servía de mucho. Definitivamente no me estaba enamorando de ellas, al menos.

“Si te sirve de algo, Rudeus, aprendí a escuchar confesiones como parte de mi entrenamiento. Dijeron que no tengo mucho talento en esa área, pero tal vez podría hablar las cosas contigo, al menos. Avísame si alguna vez necesitas a alguien que te preste atención, ¿de acuerdo?”

Por otro lado, las palabras de Cliff parecían cálidas y genuinas. Este era el tipo de cosas que podían ganar el corazón de un hombre. Lástima que no fuera gay. Sin embargo, podía entender en cierto modo cómo debía sentirse Elinalise el otro día.

***

 

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Así que, de todos modos. Cliff y Elinalise estaban saliendo oficialmente. Me costaba creer que Elinalise fuera capaz de resistir el impulso de acostarse con alguien. Y estaba seguro de que Cliff no sería capaz de aguantar eso por mucho tiempo. Todo estaba bien por ahora, pero era obvio que la relación iba a fracasar.

No es que vaya a decirlo, por supuesto.

En otro orden de cosas, los otros alumnos especiales estaban ahora al tanto de mi estado. La conversación había sido muy incómoda, pero al menos me habían ofrecido su colaboración.

Tal vez había dado mi primer paso real hacia adelante. Tal vez. Sólo quería que se solucionara el problema para poder intercambiar saliva con alguien.

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