Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 3

Capitulo 1: Namidare Y Banjo, ¿Juntos?

Parte 3

 

 

Había aparecido en el campo de batalla sin estar preparada para protegerse, y una de las cápsulas de Kult aterrizó justo en su pecho. Se abrió y la luz se derramó cuando la magia se activó.

“¿Huh?”





Incluso un lanzador de hechizos como Harissa estaba indefenso contra la magia que se activaba instantáneamente. La fuerza se drenó de sus piernas. Su gran bastón de madera rodó por el suelo.

“¡Gnuh! ¡Oop!” Kult sonaba aterrorizado. “-!”

Fue todo lo que pude hacer para evitar correr hacia él y golpearlo en un ataque de ira.

Cálmese. ¿Podría hacer lo que hizo Hibiki? ¡No entonces…! Agarré la botella de hojuelas de pimiento rojo shichimi de la mesa de la cocina, quité la tapa y la tiré tan fuerte como pude a Kult.

“¡Ngwah! ¡Duele! ¡Mis ojos!” Kult estaba distraído por el colapso de Harissa, y se llevó la peor parte de la botella. Se cubría los ojos con ambas manos y gritaba.

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“¡Hibiki!”

Hibiki se movió tan rápido como yo hablé. Ella saltó de la mesa baja en la sala de estar y saltó directamente hacia él. Su gancho derecho aterrizó en la cara cegada de Kult.

“¡¿Gyafnuh?!” Kult golpeó el suelo con fuerza, rebotando dos o tres veces antes de salir directamente de la sala de estar al patio. “Grrr… ¡Retiro temporal!”

Se puso de pie, cubierto de tierra, y convirtió una joya púrpura en un anillo en su dedo noventa grados. Comenzó a brillar, y de repente una puerta azul apareció de la nada. Puso la mano en el pomo de la puerta y luego se volvió hacia nosotros.

“¡Escucha aquí! ¡Estoy haciendo que esa chica sea mía, pase lo que pase!

¡Solo espera!” Luego abrió la puerta y desapareció. Un momento después, la puerta también desapareció sin hacer ruido.

“Un artículo de teletransportación, ¿eh?” Hibiki dijo en voz baja mientras se relajaba.

Finalmente, mi casa fue envuelta en silencio una vez más. Éramos solo nosotros tres… y la sala de estar destruida.

“¡Harissa!” Una vez que estuve seguro de que el peligro había pasado, corrí hacia la chica caída. “¡Harissa! ¡Ey, despierta!”

“…”

La sostuve en mis brazos y grité, pero ella no respondió. Ella seguía respirando rítmicamente, haciendo pequeños ruidos lindos cada vez que exhalaba. Ella estaba viva Al menos había eso. Pero ella no estaba despertando.

Kult había dicho que era un hechizo para dormir. Sí, tal vez ella solo estaba dormida. Pero si ella no se despertaba cuando yo le gritaba al oído…

¿Cuándo iba a despertar? “Muévete.”

Hibiki había estado mirando alrededor del patio donde había desaparecido la puerta azul. Ahora volvió a entrar y tomó a Harissa de mis brazos. Y luego comenzó a abofetearla en las mejillas.

“¡Hey, espera! ¿Qué estás haciendo?”

“Si quieres saber si se levantará o no, esta es la mejor manera”.

La abofeteó dos o tres veces más después de eso. Hubo un ruido sordo cuando las mejillas de Harissa se pusieron rojas. Pero aun así no se despertó.

“Hey, espera. Me estás tomando el pelo.” ¿Y si ella nunca iba a despertarse? “¡Ese bastardo! ¡Dijo que no iba a lastimarla! ”

Miré al patio donde Kult había desaparecido. Por supuesto, no había nada allí.

Pero no pude evitar mirarlo de todos modos. Hibiki me devolvió a Harissa y se levantó.

“La buena noticia es que no está herida. Su objetivo era llevarme viva… Un hechizo de sueño permanente sería la mejor manera de hacerlo”. Hibiki analizó la situación desapasionadamente.

Harissa estaba viva. Pero ella nunca se despertaría. Eso… ¡Eso no fue justo!

“¡Maldición!” Apreté los dientes y escuché un sonido desagradable cuando parte de un diente se rompió.

¿Por qué… por qué no pude protegerla? Podría haberla enviado a un lugar seguro antes de que estallara la lucha, o mantenerla más cerca de mí…

¡Cualquier cosa! Entonces, ¿por qué no lo hice? “¿Por qué…? Harissa…”

“Es porque estábamos aquí”. Hibiki me miró con ojos fríos.

“… Todavía podemos arreglar esto. Si vemos la historia, aún podemos salvar a Harissa. ¿Cierto?”

“…No lo sé.” Hibiki respondió a mi pregunta dolorida con un encogimiento de hombros.

Pero solo estaba fingiendo hablar con ella. Me volví hacia R. Ella era del futuro y sabía más sobre mi línea de sangre que yo. Ella debería saber la verdadera respuesta.

“Para ser honesto, se desconoce si puedes salvar a Harissa o no”, dijo R sin rodeos. “Estás atrapado en la historia de Hibiki en este momento. Ella es la heroína. Harissa es solo un personaje secundario que fue arrastrado a la mitad, y tu línea de sangre solo te da la oportunidad de salvar a las personas que son críticas para la historia. En otras palabras, solo porque resuelvas la historia de Hibiki no significa que también puedas salvar a Harissa. Es como cuando Hibiki derrotó a los traficantes de armas, su amiga herida no mejoró de repente”.

¿Qué demonios…?

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Harissa se involucró en esto por mi culpa… ¿Y no pude salvarla?

“Bueno, eso no significa que no hay forma de que la salves. Por ejemplo, cuando derrotaste al Rey Demonio y salvaste a Harissa, por supuesto, también salvaste al resto de su mundo entero. Así que todavía existe la posibilidad de que al guardar la historia de Hibiki, también puedas salvar a Harissa”.

“…”

La voz de R era plana, pero parecía que ella me echaba la culpa.

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“Lo entiendes ahora, ¿verdad? Estamos caminando desastres que traen miseria a todos los que nos rodean”.

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Y las palabras de Hibiki solo lo empeoraron. “……”

Ya había quedado atrapado en tantas historias. Satsuki, Iris, Harissa, Tsumiki, Tetra, Lea… Luché frente a una tragedia tras otra, y de alguna manera logré salvarlos a todos. ¿Había sido engreído? ¿Había pensado que si solo trabajaba lo suficiente, podría salvar a cualquiera? ¿Todo mientras ignoraba inconscientemente lo peligroso que realmente era?

“Soy un desastre ambulante, eh…”

Quizás Hibiki tenía razón. Cuando comencé a pensar en cómo todo esto fue mi culpa, la parte posterior de mi cabeza comenzó a doler.

Lea, la chica que había salvado durante la batalla subterránea, había estado convencida de que todo también era su culpa. Por eso intentó asumir la responsabilidad sola. Le dije que estaba equivocada, pero… Algo terrible podría pasarle a las personas cercanas a mí, y sería mi culpa. Finalmente entendí el terror que había sentido.

“Zzz… Zzz…” Harissa seguía roncando en mis brazos.

Incluso si resolviera la historia de Hibiki, podría no ser suficiente para salvarla.

“…”

Tuve que hacer todo lo posible para evitar gritar. No tenía el derecho. No después de hacerle esto.

¿Qué… qué se suponía que debía hacer? “¡Rekka!”

De repente escuché a alguien gritar mi nombre.

Me di la vuelta para ver a mi amiga de la infancia que vivía al lado, Satsuki Otomo, parada sin aliento. Se dio cuenta de que algo andaba mal en mi casa y vino tan rápido como pudo.

“Rekka, ¿qué pasó?”

“…”

Si le pidiera ayuda a Satsuki, ¿funcionarían las cosas? Tal vez podría usar su Magia de Omnisciencia para encontrar una manera de despertar a Harissa.

Pero pero…

Kult volvería. También podría poner en peligro a mi amigo de la infancia. No, lo haría seguro. ¿Y si hacía algo peor que ponerla a dormir? ¿Algo de lo que no había forma de recuperarse? Si eso sucediera, nunca podría perdonarme a mí mismo.

Retiré la mano que estaba a punto de alcanzar. “¡Rekka, ¿qué pasó?! Contéstame… ¿eh? ¿Harissa?”

Mientras corría hacia mí, se dio cuenta de que estaba sosteniendo a Harissa. Harissa simplemente parecía estar durmiendo, pero junto con el desorden que se había hecho en la sala de estar, era obvio que algo andaba mal.

“Esto es… ¿sueño inducido mágicamente?”

“Si. ¿Puedes decirlo, Satsuki?”

“S-Sí. Sin embargo, es un hechizo que nunca antes había visto”.

“¿Puedes arreglarlo?”

“No estoy segura. Es un hechizo muy fuerte, así que con mi poder, creo que tengo una probabilidad de cincuenta cincuenta”.

“Ya veo… Entonces cuídala”. Le di Harissa y me puse de pie. “¿Cuidar de ella? ¿Qué vas a hacer, Rekka?

“Voy con Hibiki a seguir al tipo que le hizo esto”.

“¿Hibiki…?” Satsuki pareció darse cuenta finalmente de la presencia de Hibiki.

“…”


Hibiki, que estaba parado en la esquina de la habitación, miró a Satsuki en silencio.

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“¿Quién es ella?” Preguntó Satsuki. “Mi compañera.”

“¿Tu compañera…?” Satsuki parecía sorprendida, como si no me creyera. “De todos modos, me voy”.

“¡E-Espera! Aún no me has dicho lo que pasó aquí. Y si te encuentras atrapado en algo otra vez, te acompaño”.

“…!”

Por una fracción de segundo, pensé que mi estómago podría haber sido literalmente abierto.

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Si Satsuki intentara ayudar como lo hizo Harissa… Si algo terrible le sucedió a ella también…

Y si no pudiera hacer nada para detenerlo…

El solo pensamiento fue suficiente para llenarme de temor.

No fue como lo que sucedió con Lea, donde todos tuvimos que trabajar juntos para vencer a Bahamut. Estaba poniendo en peligro a Satsuki solo por estar cerca de ella. Y todo fue por la línea de sangre Namidare.

La única forma de dejar de ser Rekka Namidare era renacer… Y como eso era imposible, no había forma de resolver este problema.

Si hubiera una solución, me hubiera encantado contar con la ayuda de Satsuki y Lea. Pero… simplemente no lo había.

Entonces… “Por favor no”.

“¿Huh?”


“Quiero que cuides de Harissa. Esta vez, solo seremos Hibiki y yo. Así que no vengas conmigo”.

“¿Por qué dices algo así? Yo…” Satsuki empujó hacia atrás.

Sabía exactamente lo terca que podía ser en momentos como este. Y por eso…

“¡Dije que te quedes aquí!” La interrumpí rechazándola tan fuerte como pude.

“… ¿Rekka…?”

Satsuki parecía más desconcertado que desanimado por lo que había dicho. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que le había levantado la voz así?

No  sabía  qué  tipo  de  mirada  tenía  en  mi  cara…  Y  tenía  miedo  de descubrirlo. Aparté la vista de su mirada confundida.

“…Por favor. Quédate aquí. Resolveremos esta historia nosotros mismos. Hacer que todos vengan solo empeorará las cosas”.

La vacilación giraba en mi corazón. Potencialmente estaba a punto de tirar todo lo que era importante para mí. Pero era mejor que destruirlos. Esa posibilidad fue mucho más aterradora para mí que la idea misma del fin del mundo.

“Adiós.”

Y es por eso que le di la espalda a Satsuki.

Me acerqué a Hibiki. Ella silenciosamente se alejó de la pared. “Vamos, Hibiki. No sabemos cuándo volverá Kult”.

“Si.”

Salí de la sala con Hibiki. Caminaba lentamente, pero lo que importaba era que me iba. No podía permitir que ninguna de las personas que me importaban se mantuviera cerca de alguien como yo. Pensé que los estaba protegiendo, pero estaba equivocado. Así era realmente como necesitaba protegerlos.

Tenía que alejarme de todos… De Satsuki. “…”

Solo una vez, volví a mirar por encima del hombro. Me rompió el corazón ver a mi amiga de la infancia sosteniendo a Harissa en estado de shock.

“Lo siento…” Mordí las palabras de disculpa en mi boca, y salí de mi casa.

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Me dolía el pecho mientras caminaba por la calle de noche. El dolor sordo y punzante no se detendría.

“…”

Incluso R guardó silencio.

Corrí delante de Hibiki, por las calles oscuras iluminadas solo por farolas. Era como si estuviera tratando de sacudirme las cosas que había dejado atrás.

Pero aún duele.

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