Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Demente

Parte 5

Ahora que lo pienso, los hombres lagarto nacieron de los huevos y eran básicamente reptiles, por lo que las madres probablemente no amamantaron a su descendencia. Eso significaba que no había necesidad de cofres agrandados como las mujeres humanas. De hecho, había escuchado que los reptiles podían retraer sus órganos reproductivos y que algunos de ellos tenían órganos duplicados. Eso podría ser parte de lo que hizo que fuera tan difícil distinguir a hombres y mujeres.

De repente me conmovió preguntar: “Brooke… ¿es tu novia?”

“Ejem…” Por un segundo, Brooke parecía perdido por cómo responder. “Ella es mi esposa.”

“¡¿Tu esposa?!” Prácticamente grité. “Brooke, ¿estás casado?”

“Sí señor”. Brooke asintió. “Aunque lo estoy, es bastante diferente del matrimonio humano”.

“¿Oh si?”

“No tenemos ceremonia para eso, por un lado”, dijo lentamente. Nunca había sido del tipo hablador, pero ahora parecía más callado que nunca, como si no quisiera demorarse demasiado en este tema. Sin embargo, su expresión facial seguía siendo tan inescrutable como siempre.

“Maestro”, preguntó después de un largo momento. “¿Es eso-?”

“¿Hm?”

Estaba mirando mi mano, donde todavía sostenía la pelota que Elvia me había devuelto.

“Correcto. Este es un balón de fútbol”, dije, sosteniéndolo en alto. “Y te necesito para algo, así que tu momento es perfecto”.

“¿Yo, Maestro?”

“¿Esta pelota? Lo usas para jugar un juego llamado fútbol. Y Amutech planea patrocinar una competencia amistosa de fútbol frente a la emperatriz. Tenemos equipos de humanos, elfos y enanos. Ya sabes, todas las diferentes razas. Esperaba que formaras parte de un equipo de hombres lagarto. Debes conocer a muchos hombres lagarto, ¿verdad?”

“Ejem. Bien.”

Ahí fue con esas respuestas ambiguas nuevamente. No lo entendí. Algo era definitivamente diferente de lo habitual. Por alguna razón, Brooke estaba mirando fijamente el balón de fútbol en mi mano.

“¿Estás… ordenándome que participe en este juego?”, Preguntó vacilante.

“¿Huh? Uh… más o menos. Quiero decir, es más una solicitud que un pedido”.

En realidad estaba un poco perdido aquí. Tenía la impresión de que Brooke estaría de acuerdo con bastante facilidad. ¿Había alguna razón por la que no quería hacer esto?

Si hubiera alguna razón personal, no quería ser demasiado entrometido. Como yo era su “maestro”, Brooke probablemente respondía cualquier pregunta que le hiciera si realmente quería o no.

“Si esta es su orden, señor, entonces acepto”, dijo Brooke. “Lo señalaré a la atención del Consejo Tribal”.

Ahora que lo pienso…

Lo había escuchado hablar antes sobre el Consejo Tribal o los Ancianos o quien sea. No era un experto en la sociedad de los hombres lagarto, así que solo podía hacer una suposición educada, pero ¿era posible que Brooke tuviera cierto prestigio entre su gente?

“Entonces debo disculparme”, dijo. “Tengo trabajo que hacer”.

“Oh, por supuesto.”

Lo vimos alejarse arrastrando los pies. Pensé que podría acercarse a su esposa, pero en su lugar se dirigió al otro lado de la mansión, caminando junto al pálido hombre lagarto como si ni siquiera la viera. Como si ella no existiera.

“No parecía muy emocionado, ¿verdad?”

“Sin embargo, ciertamente estaba mirando bien esa pelota”, dijo Myusel.

Eso fue bastante cierto. No fue una falta total de interés por su parte, más como si hubiera estado mirando con una intensidad inusual. Es posible que su expresión no cambie, pero después de meses de vivir juntos, podríamos captar eso.

Fue entonces cuando noté que alguien más estaba mirando. No era Brooke o Elvia obsesionada con el balón de fútbol que sostenía. Era el hombre lagarto pálido, el que Brooke había dicho que era su esposa. Él, o mejor dicho, ella, miraba directamente la pelota.

“¿Qué?,” pregunté, “¿está pasando aquí?”

¿Todas las personas bestias adoraban a la luna o se volvían locas cuando veían cosas redondas o algo así?

“¿Elvia?”

“¿UH Huh?”

“¿Los hombres lagarto también tienen un culto a la luna?”

“No, son diferentes. Hombres lobo, hombres tigres y osos, adoramos a la luna, pero nunca he oído hablar de un hombre lagarto que lo haga”.

“Huh…”

Entonces, ¿qué estaba pasando aquí? Si ella era la esposa de Brooke, entonces tal vez debería saludarla. Pero justo cuando me acercaba a ella, hizo una sola reverencia en mi dirección y luego se fue rápidamente. Casi como si estuviera huyendo.

No tenía exactamente un buen presentimiento sobre esto.

“Esto no tiene ningún sentido”, dije. “Me pregunto qué está pasando”.

“Escuchas cómo los hombres lagarto nacen de los huevos y son de sangre fría y esas cosas”, dijo Elvia. “No sería sorprendente que no pensaran como nosotros”.

“Sí, quiero decir, supongo que sí…”

Algo todavía me molestaba mientras todos nos dirigíamos hacia adentro.

***

Había comido y bañado; todo lo que quedaba en mi agenda era tomar algunas notas breves sobre los eventos del día en mi teléfono y luego irme a la cama.

Pero en realidad, esta vez nos pertenecía a mí y a Myusel.

“Myusel”, dije, tocando la puerta de la cocina. No había ninguna razón para que tuviéramos que ser reservados sobre esto, pero admito que el tipo de ambiente de cita secreta me hizo latir el corazón.

“Maestro”, dijo Myusel mientras abría la puerta.

Luego nos sentamos a ambos lados  del  mostrador en la habitación ordenada y abrimos un cuaderno. Myusel ya podía leer japonés a un nivel sorprendentemente alto, pero escribir aún era difícil para ella.

Algunas personas podrían argumentar que un poco de telepatía era suficiente,  pero  seguí  ayudando  a  Myusel  a  estudiar  porque  quería aumentar el número de “traductores” en el idioma Eldant. A cambio de enseñarle japonés, Myusel me ayudó con mi Eldant, y también me enseñó lo básico de la magia.

Esa parte de la magia, por cierto, era lo único que causaría problemas reales si el Imperio se enterara. Se suponía que los semihumanos como Myusel no debían enseñar magia a las personas sin permiso. Podría haber sido un problema menor si ella le estuviera enseñando a un noble, pero aunque en gran medida me trataron como noble aquí, no sabía hasta dónde llegaría eso. E incluso si escapé del castigo, Myusel ciertamente se metería en problemas por no haber obtenido el permiso.

Entonces ella me enseñó magia, y no se lo dije a nadie.

En general, comenzamos con el japonés de Myusel y luego pasamos a mis lecciones. No fue muy formal; ambos estábamos en un nivel básico, así que simplemente intercambiamos preguntas de ida y vuelta sobre cosas que no entendíamos o que nos interesaban.

Me quité el anillo y dije: “Está bien, ¿vamos a empezar?”

“Si. Shin-ichi-sama,” dijo Myusel, quitándose el anillo también.

Cuando estábamos en público, o cuando había alguien más cerca, Myusel generalmente se refería a mí como “Maestro”. Ella solo me llamaba “Shinichi-sama” cuando éramos solo nosotros dos. Le pregunté una vez si no estaba preocupada porque podría  llamarme accidentalmente algo incorrecto en público, pero se sonrojó, miró al suelo y respondió: “A decir verdad, siempre te llamo” Shinichi-sama “en mi corazón. Simplemente lo reemplazo con “Maestro”, así que no estoy preocupada”.

Yikes. Esa es suuuuper moe.

Myusel era tan increíblemente linda que podría comerla, pero tuve que contenerme.

“Ahora que lo pienso, Myusel, ¿estás interesada en jugar en nuestra competencia? Estoy planeando poner a Elvia en un equipo mixto”.

No había demasiadas bestias en el Imperio Eldant. Y la mayoría de los que había eran hombres lagarto. Los hombres lobo, los hombres tigres y los hombres osos, la tradicional “gente bestia peluda”, eran en realidad más frecuentes en el país vecino de Bahairam. Y prácticamente ninguno de los del Imperio Eldant tenía los medios para enviar a sus hijos a la escuela. No hay posibilidad, entonces, de crear un equipo de personas.

“Voy a… comida para llevarte… en… cajas”, dijo Myusel con una sonrisa. “Tenemos una palabra para eso”, dije. “O-bentou”.

“O-bentou”. Myusel asintió felizmente. “O-bentou, o-bentou. Yo… haré… tu o-bentou, Shinichi-sama.”

“Gracias”, le dije asintiendo. “Entonces serás un espectador, ¿eh? ¿Parte de la sección de animadores?”

“¿Qué es… espec-ta-dor? ¿Y una sección animada?”

“Animando es cuando animas a alguien a hacer lo mejor”, dije. “Y un espectador es alguien que ve un partido o un partido”. Me resultó sorprendentemente difícil encontrar definiciones para esas palabras cotidianas. “¿Estás seguro de que no quieres participar?”

“Soy malo en… ganar y… perder”, dijo. Continuó explicando, en su vacilante japonés, que no estaba muy interesada en pelear por cosas o determinar ganadores y perdedores. Ella realmente no lo disfrutó.

“Ganar, perder”, dijo. “Están enojados, la gente que pierde. Y ganar gente… demasiado importante. Son demasiado geniales”.

Era un poco difícil seguir lo que estaba diciendo, pero lo esencial parecía ser que los perdedores se enojarían y se molestarían con los ganadores, mientras que los ganadores se volverían arrogantes y lo dominarían sobre los perdedores.

Pero Myusel todavía no sabía palabras como resentido o arrogante, por lo que había tratado de confundirse con el vocabulario que tenía.

A juzgar por la personalidad de Myusel, supuse que las palabras que ella había inventado eran un eufemismo serio. Como alguien con sangre humana y élfica, tenía experiencia de persecución de primera mano. En una competencia como la que estaba proponiendo, la victoria solo la convertiría en objeto de ridículo, asco e ira, mientras que la derrota la sometería a más vergüenza y humillación.

“Creo que no puedo culparte”, dije, volviendo a poner mi anillo para indicar un cambio en la conversación. “Todos tienen su propia perspectiva sobre los deportes. En lo personal no lo amo”.

“Pero”, dijo Myusel, reemplazando su anillo también, “estarás feliz si esto ayuda a las personas de diferentes razas a llevarse bien un poco, ¿verdad, Maestro?”

“Así es”. Me serví un poco de agua de una jarra. “Y si podemos mejorar las relaciones interraciales, el tratamiento de las personas con sangre mezclada también debería mejorar”.

Los mestizos se consideraban menos dignos que las personas de sangre pura debido a la suposición de que era correcto despreciarlos u odiarlos. Pero si las personas pudieran llegar a sentir un respeto genuino por otras razas, aceptar las mejores características de otras personas, entonces la vida podría mejorar.

Puedes ver esto en las parcelas de un montón de obras mestizas centradas en otaku. En ellos, el personaje de sangre mixta generalmente experimenta discriminación o persecución, pero luego el mitad vampiro o mitad elfo o mitad demonio o lo que sea que resulta ser aún más capaz que las personas que los rodean, y los lectores pueden ver cómo genial que son.

Ayudan al público otaku, al menos, a comprender que la sangre mezclada puede ser bastante asombrosa.

Y entonces-

“Maestro”, dijo Myusel, con los ojos muy abiertos. “No tienes la intención…”

“Uh, bueno… Ja, ja, ja”. Me reí para ocultar lo que realmente había estado pensando. Myusel era fuerte, de acuerdo. Parecía que ella había visto a través de mí.

Reducir la lucha interracial era importante desde la perspectiva de hacer que mi salón de clases fuera un poco más tranquilo, pero era cierto que también podría mejorar la posición de las personas de raza mixta como Myusel. Ese no era mi objetivo completo, pero era una gran parte de él.

Myusel personalmente, por supuesto, era buena amiga de Petralka ahora, por lo que no estaba necesariamente en una mala posición. Pero todo eso se basó en su amistad con la emperatriz, y definitivamente hubo nobles que no aprobaron la amistad de Su Majestad con una criada mestiza.

Era completamente pensable que todavía la acosaran. En ese sentido, la mejor manera de asegurarse de que la gente dejara de lastimarse era hacer que la discriminación o la persecución de las personas de raza mixta fuera un no social.

“Maestro… Shinichi-sama”.

Eep. Esos ojos… Ese “Shinichi, ¡oh Shinichi!” ¡Para, es muy mooooe!

Está bien, así que en realidad no le di voz a ese ridículo pensamiento, pero un otaku como yo difícilmente podría dejar pasar al menos pensarlo.

Myusel me miró fijamente por un momento y luego dijo: “Pero, Shinichi- sama”. Sus ojos se posaron en el suelo. “Si eso sucede… Si los mestizos pueden nacer sin estigma… ¿no lo harías… quiero decir, no terminarías casado con Elvia-san?”

“¡Oh, por el amor de Dios, te lo dije, eso fue un malentendido!”, Exclamé. “De todos modos, somos, como, especies completamente diferentes.

¿Pueden una persona humana y una bestia tener un bebé?”

Los humanos y los elfos parecían diferir externamente solo por la longitud de sus orejas y algunas construcciones faciales sutiles, y no pensé que una diferencia en la habilidad mágica fuera importante en este tipo de contexto. Pensé que no era una diferencia más importante que la que existe entre los blancos, los negros y los asiáticos en la tierra.

Sin embargo, cuando se trataba de personas bestias… Tenían cosas que los humanos no tenían. Como colas y esas cosas.

No, espera, espera un segundo. ¿No dicen que los embriones humanos realmente tienen colas? ¿No se supone que el “lugar mongol” marca dónde estaba? Incluso había escuchado decir que los fetos humanos pasaron por un proceso de “evolución” en el útero de sus madres, comenzando como peces, luego pareciéndose a un anfibio, un reptil y finalmente un mamífero. Entonces, antes del nacimiento, en realidad tenían colas, aunque pequeñas.

Desde esa perspectiva, tal vez podrías pensar que los humanos tienen colas, incluso si prácticamente no existieran. ¿Por qué si no tendríamos huesos de la cola?

Wow, hombre… Eso es profundo. Directamente desde “¿quién puede deshuesar?” Hasta los misterios de nuestros huesos.

Uh, de todos modos. Continuemos.

“Sí… creo que pueden tener hijos”, dijo Myusel vacilante. Es justo: había nacido en un mundo donde los humanos, los elfos y los enanos podían clasificarse como “humanoides”. Myusel era literalmente la prueba viviente de que los humanos y los elfos, al menos, podían procrear juntos.

“Huh. Entonces un ser humano y una bestia podrían…”

Una imagen flotó en mi mente, de Elvia sosteniendo un bebé con mi cara. Rápidamente sacudí mi cabeza. Uh-uh Zona de exclusión aérea. No estoy muy seguro de por qué, pero eso está fuera de los límites. ¿Un niño antes de los veinte? Eso es muy pesado.

Ahora que me detuve y lo pensé, era obvio: estar en celo, desde una perspectiva biológica, era precisamente el momento en que era más fácil quedar embarazada. En otras palabras, si no tuve cuidado y terminé haciéndolo con Elvia mientras estaba en su fase, realmente podría terminar con un niño.

¡Gracias a Dios que no fuimos hasta el final la última vez…! Solté un suspiro muy, muy largo.

“¿Shinichi-sama?”

“¡Oh, nada! No pasa nada.”

Le di a Myusel mi mejor sonrisa (ligeramente asustada) e intenté convencerme de que realmente no era nada en absoluto.