Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Demente

Parte 2

 

 

Con cierta exasperación, agarré el brazo izquierdo de Elvia. Ahora no podía sostener la pelota.

“¡Elvia! ¡Elvia, vuelve con nosotros!”

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“¡Grrr!”

Elvia pateó.

Patear la pelota, eso es.

Aparentemente al darse cuenta de que ya no tenía el uso de sus manos, comenzó a patear la pelota para seguir moviéndose. Le daría un golpecito suave con el pie para rodarlo un poco y luego lo perseguiría, luego lo detendría nuevamente con el pie, como un juego.

Y todo esto con un soldado colgando de un brazo y yo colgando del otro.

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¡Hey hey hey hey hey hey!

“¡Wow!” Una expresión colectiva de sorpresa surgió de los otros soldados de JSDF. En parte porque estaba haciendo todo esto mientras soportaba el peso de dos personas, pero sobre todo porque, en un mundo donde el fútbol supuestamente no existía, estaba botando el balón hábilmente. Si no te resulta sorprendente, ¿qué te sorprendería?

¡Había una clara posibilidad de que todos fuéramos testigos del nacimiento del fútbol en este mundo!

No es que fuera fácil para mí apreciar todo esto con Elvia azotándome.

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“¡Aaaaaahhh! ¡Mi pelota de oro! ¡Esa es una edición limitada! ”Minori-san, aún  contenida  por  sus  compañeros  soldados,  estaba  cada  vez  más agitada. Pude ver por qué: el balón de fútbol era un poco de recuerdos de anime, nunca destinado a un uso real. Muchas personas se habrían molestado con solo un rasguño en la caja, y mucho menos ver cómo la pelota real es pateada y cubierta de tierra.

“¡Elvia!”

“¡Yarf!” Ella claramente no estaba de acuerdo con el hecho de que el soldado y yo todavía la estábamos sosteniendo; ella nos dio a ambos un gran batido. Distraídos por Minori-san, habíamos relajado nuestras garras muy ligeramente, y Elvia cuidadosamente nos apartó de sus brazos, enviándonos volando al suelo a unos dos metros de distancia.

“Eeowowow…”

Aterricé con un ruido sordo justo en mi trasero, sintiendo el impacto hasta mis huesos. Me dolió tanto que casi me desmayo. El tipo de JSDF, sin embargo, dijo: “¿Estás bien, chico?” Y ofreció su mano para ayudarme. Debe haberse puesto de pie de un salto después de ser arrojado, a diferencia de mí. Ese es el JSDF para ti; están un poco por encima de nosotros, ex guardias de seguridad del hogar. Lo cual, supongo, es de esperar.

Luego miré a mí alrededor. “¿Huh?” Solo había estado en el suelo unos treinta segundos más o menos, pero la situación entre Elvia y los soldados había cambiado drásticamente.

“¡Oye!”

“¡Yarf!”

“¡Aquí!”

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“¡Yarf!”

………… ¿Eh?

De repente, uno de los soldados tenía la pelota… ¿a sus pies?

Tal vez había algunos jugadores de fútbol en esta unidad, porque los soldados de JSDF estaban botando la pelota, esquivando a Elvia mientras saltaba sobre ellos. En su estado de locura, Elvia tenía habilidades físicas extraordinarias, pero también le daba una especie de visión de túnel: era como si no pudiera ver nada más que la pelota. Los soldados, trabajando juntos como un equipo, pudieron mantenerlo alejado de ella.

Elvia, sin embargo, parecía perfectamente feliz por esto. Tal vez ella estaba más en perseguir la pelota que en realidad tenerla. Parecía estar disfrutando jugando con la pelota, o mejor dicho, con las tropas.

“¡Hey por aquí!”

“¡Yarf yarf yarf!”

“¡Si eso es!”

“¡Yarf! ¡Yarf! ¡Yarf!

De hecho, ella y los soldados parecían divertirse. Espera… espera un segundo.

¿Fue así… como cuando arrojas un frisbee para tu perro? “¡Ve por ella, niña!” El perro en realidad no quiere el frisbee. Quiere disfrutar jugando con su dueño.

¡Espera un segundo más!

Tal vez eso significaba que el verdadero objetivo de Elvia no era la pelota de oro. Tan obsesionada como estaba ahora con perseguirlo, no parecía molesta porque no pudo recuperarlo.

Mientras observaba al hombre lobo y a los soldados jugar a la pelota juntos, se me ocurrió una idea.

Aplaudí mis manos. “¡Eso es! ¡Es perfecto!”

Sin embargo, incluso mientras estaba teniendo esta epifanía, Minori-san estaba llorando, “¡Ahhhhh! ¡Mi balón de oro!”

Lo que podría haber causado algunos malentendidos serios si no hubiéramos sabido de qué estaba hablando.

***


 

 

 

“¿Un juego amistoso?” Petralka me miró con curiosidad.

Pasaron varios días después del alboroto en los campos de entrenamiento del ejército, y estábamos en la pequeña sala de audiencias. Le había sugerido la idea de un juego amistoso de fútbol a Su Majestad.

“O, ya sabes, una exposición para la emperatriz o algo así. Lo que sea que funcione.”

La idea se me ocurrió después de ver a Elvia y el JSDF jugando juntos.

Tuvimos diferentes razas que se apresuraron a pelear entre sí, y tuvimos historias deportivas que no parecían hacer clic para la gente. Estaba empezando a pensar que podríamos abordar ambos problemas a la vez.

Hemos llegado a donde el término “partido amistoso” a veces puede parecer solo una expresión, pero originalmente realmente se refería a un juego que se suponía que fomentaba la amistad.

A través de estos juegos, los equipos que representan a diferentes países o grupos podrían llegar a entenderse mejor. ¿Sabes cómo dicen que las personas a menudo se llevan mejor después de tener sus peleas más grandes? Con los deportes, en realidad no tienes que enfrentarte a golpes; puedes “pelear” dentro de un marco de reglas.

Puedes poner tu corazón y tu alma en él, y cuando todo termina, cada lado puede admirar lo bien que lo hizo el otro.

Al mismo tiempo, por supuesto, esperaba que si mi audiencia pudiera descubrir incluso un poco de lo que hacía que el fútbol fuera agradable, el manga y el anime de fútbol podrían ganar la misma popularidad que otras cosas que traje aquí. Si teníamos suerte, el interés en otras cosas relacionadas con el deporte podría florecer a partir de ahí. Hablando de dos pájaros de un tiro.

“Si quieres disfrutar del manga de béisbol, es mejor haber jugado algo de béisbol”, le dije. “Lo mismo con el fútbol. No tienes que ser profesional ni nada. Solo necesitas una idea general de lo que está sucediendo”.

“Hmm”. Petralka se cruzó de brazos.

“Según el prospecto que enviaste, parece que este” campo de fútbol “tuyo no es tan difícil de construir”. Estas palabras provienen de un anciano parado junto a Petralka, sosteniendo un fajo de papel en la mano. El hombre tenía el pelo blanco, una barba blanca y era delgado como una ramita: parecía más un mago que un burócrata.

Este fue el primer ministro Zahar. Era una de las personas más importantes de esta nación, el asesor más cercano de Petralka después de Garius. Cuando imaginas a un viejo aconsejando a un joven gobernante, es difícil no imaginar que está tratando de ser el poder detrás del trono, o que quiere usarla como su marioneta, pero Zahar realmente no emitió ninguna vibra siniestra. Parecía más un abuelo o un viejo mayordomo amable. Por cierto, su ausencia de la audiencia anterior fue, me dijeron, porque había estado en la cama con dolor de espalda.

“Si queremos proporcionarle a Su Majestad un área de visualización especial, las consideraciones de seguridad ciertamente entrarían en la planificación. De lo contrario, se trata simplemente de nivelar el suelo y plantar un poco de hierba”.

Al plantar hierba parecía que podría ser un dolor de cabeza más grande de lo que piensas, pero según el primer ministro Zahar, una vez que elegiste el tipo de hierba que querías, fue posible usar magia para hacerla crecer en una bonita alfombra verde. Un recordatorio más de que ya no estaba en Japón.

“Hmm. Una batalla simulada, ¿verdad? Lo más intrigante.”

El apoyo a mi idea provino de un barrio inesperado: el caballero Garius. Tenía el dedo índice y el pulgar en la barbilla con expresión pensativa; eso solo lo hacía parecer tanto la imagen de un caballero que casi podía odiarlo por eso.

Continuó: “Los participantes se separan en dos ejércitos y atacan las bases de los demás. Si el objetivo fuera, por ejemplo, intentar llevar un bisurupeguze inmóvil a la base del otro ejército, este “fútbol” podría resultar un ejercicio de entrenamiento bastante valioso para los caballeros reales”.

“Eso suena terriblemente peligroso”, murmuré. Una bisurupeguze imarufe era una especie de arma mágica similar a una bomba. Parecía una bola de metal sostenida por un marco; cuando se activa, los furiosos espíritus de fuego del interior saldrían volando y cocinarían a quien estuviera cerca.

Sabía todo esto porque había visto uno de cerca durante un ataque terrorista y, francamente, solo escuchar el nombre nuevamente me dio escalofríos.

“Quizás no necesitemos mirar tan de cerca las aplicaciones prácticas”, dijo Petralka con dulzura. Ella le dio a Garius una sonrisa irónica. “Los primeros Caballeros no han tenido ocasión de un compromiso a gran escala por algún tiempo. ¿Seguramente las tropas se están aburriendo?”

“Estoy… muy avergonzado de admitirlo”, dijo Garius, haciendo una mueca.

Parecía que, para bien y para mal, las relaciones con los países vecinos se  habían  estancado  durante  los  últimos  meses.  Nadie  se  estaba muriendo, así que eso fue bueno, pero los caballeros se encontraban con mucho tiempo libre en sus manos.

Cuando escuchamos la palabra “caballeros”, podemos imaginar hombres nobles, elegantes y cultos, pero eso es principalmente una imagen que obtenemos de la ficción. Estamos hablando de miembros de las fuerzas armadas, soldados profesionales. En realidad, muchos de ellos han visto mucha sangre, y muchos de ellos son clientes bastante duros.

Esto puede significar que durante períodos prolongados de paz, efectivamente no pueden dejar salir la violencia de su sistema. Luego, el descontento y la frustración se acumulan, y los caballeros comienzan a ignorar sus reglas y a expresar su infelicidad a los ciudadanos. (Sabes, parecía un poco el problema de “fase de la luna” de Elvia de esa manera).

Eso me  hizo pensar:  Elvia podría ser un ejemplo extremo, pero los humanos se aburren y se inquietan con el tiempo. En la mayoría de los casos, no se trata de no poder hacer la guerra, sino de no poder ejercitar sus cuerpos al máximo; los deja en cabos sueltos.

“Los primeros caballeros han quedado atrapados aquí en la capital. Si les permitimos participar, tal vez puedan relajarse un poco. Tal vez incluso podamos presentar un premio al valor marcial al ganador”.

“No, ejem, creo que será necesario, Su Majestad”, interrumpió Zahar. “Los premios al valor no deben otorgarse demasiado a la ligera”.

“Entendemos eso. Pero tener una recompensa de este tipo acercará este juego al combate real. Una forma sencilla de hacer que los caballeros se comprometan.”

Zahar todavía no parecía muy satisfecho. “Es como usted dice, Su Majestad. Pero me preocupa lo que pueda pasar si alguien que no sea los caballeros se lleve la victoria… ”

Bueno, no estaba equivocado. Los premios militares pueden tomar varias formas, pero en esencia todos significan que aumentará el estado social del destinatario. Un caballero tendría que distinguirse realmente en la batalla para recibir un premio similar. Pero, ¿y si fuera a un plebeyo? ¿Se convertirían de repente en un noble? En otras palabras, entregar estos premios con demasiada facilidad tenía el potencial de socavar toda la estructura de clases del Sagrado Imperio Eldant. Supuse que eso era lo que le preocupaba.

Sin embargo…

“Anciano Zahar, me temo que no puedo dejar que eso pase”, dijo Garius con el ceño fruncido. “Los primeros caballeros están altamente entrenados y orgullosos. Obviamente, no sé exactamente qué implica este juego de fútbol, pero todos seremos iguales al no tener experiencia en ello. Por lo tanto, confío en decir que mis caballeros no perderán ante los plebeyos o los semihumanos”.

El anciano Zahar parecía que estaba en un aprieto. “Erm, eso puede ser así, pero…”

Supuse que solo tenía sentido que Garius, quien era el líder de los caballeros y un caballero, pensara de esa manera. Tampoco era una opinión sin fundamento. Dejando de lado las consideraciones de clase, los caballeros pasaron todos los días entrenándose y perfeccionando sus cuerpos.

Su resistencia y capacidades físicas fundamentales serían diferentes de las de los plebeyos. El campo de juego sería incluso en el sentido de que ninguno de los participantes había intentado fútbol antes, pero esta base en lo básico les daría a los caballeros una clara ventaja. Tenía cierto sentido pensar que no podían perder.

Yo levanté la mano. “En ese caso, tengo una idea”.

“¿Shinichi?” Los otros en la habitación, incluido Petralka, me miraron. “El premio no necesariamente tiene que ser militar, ¿verdad?”

“No necesariamente. Pero un estipendio oficial o concesión de tierras sería un problema aún más potencial”, dijo Petralka.

Dado que en realidad no habían ganado ninguna guerra últimamente, no podía imaginar que solo tuvieran un montón de tierra extra alrededor que pudieran regalar, y en cuanto a un estipendio, en esencia, un aumento de salario, no querría riesgo de distorsionar la economía.

“¿Y si patrocinamos la competencia?”, Dije.

“¿Qué es esto?”, Preguntó Petralka con el ceño fruncido. “¿Patro-cinar?” Garius y Zahar intercambiaron una mirada.

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Ups. Ahí fue de nuevo. Me había topado con los límites de la traducción mágica.

“Significa alguien que organiza un evento o un festival”, le expliqué. “Pagan el dinero para organizar el evento”.





No hace falta decir que un patrocinador es técnicamente alguien que paga por anunciarse en un evento, pero no había necesidad de quedarse atrapado en la definición del diccionario. Mientras se transmitiera el significado general, eso era suficiente. Honestamente, ni siquiera sabía si el Imperio Eldant tenía el concepto de promover su propio negocio.

“¿Como un patrón, entonces?” Dijo Petralka.

“Hmm, sí y no”, respondí. “Pero no se preocupe por los detalles”. Miré a mi audiencia nuevamente. “Sé que has estado pensando en términos de premios militares y otras cosas, pero el premio no tiene que ser dinero o tierra o lo que sea, ¿verdad?”

“No, no lo es”, dijo Petralka dubitativo. Todavía no parecía haber comprendido a lo que me refería.

“En este momento, solo los nobles y los comerciantes exitosos, una fracción de todas las personas en el Imperio, pueden ingresar a nuestra escuela. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, creáramos un sistema especial donde equipos excepcionales pudieran ser admitidos para estudiar allí?”

Hablando estrictamente, le daríamos a cada miembro del equipo ganador el derecho de matricularse.

Como señalé anteriormente, nuestra escuela estaba experimentando un boom entre la nobleza. La supuesta afición de la emperatriz por la cultura japonesa hizo que muchas familias nobles quisieran enviar a sus hijos a nuestra institución. Pero con solo dos maestros (es decir, yo y Minori-san), había un límite en la cantidad de alumnos que podíamos tener.

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En este momento, de hecho, había más de mil personas que querían ingresar a la escuela. Algunos nobles habían llegado a negociar con los estudiantes que ya habían ingresado, pidiéndoles que cedieran o intercambiaran su lugar en las clases.

Si ofreciéramos un asiento en el aula como premio, sería muy popular entre los nobles. Incluso si un plebeyo sin interés en la cultura japonesa o la cultura otaku obtuviera la victoria, podrían vender el lugar por una bolsa ordenada.

“Pero Shinichi, ¿no nos dijiste que habías alcanzado tu límite cuando se trataba de estudiantes? ¿Podrías aceptar otros diez o más alumnos?”

Los equipos de fútbol suelen tener once jugadores, por lo que al menos tendríamos que tener once vacantes listas para el equipo ganador. Eso significaría un aumento del veinte por ciento en el tamaño del alumnado cuando ya casi teníamos las manos llenas. Petralka tenía razón al preocuparse. Pero…

“Nos las arreglaríamos de alguna manera”, dije.

A decir verdad, había estado considerando traer a Myusel, y tal vez incluso a los soldados de la JSDF estacionados aquí, como instructores temporales desde hace algún tiempo. Myusel, en particular, ya podía leer y escribir en japonés simple, por lo que podría convertirse en algo muy importante: nuestra primera maestra nacida localmente.

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En realidad, Myusel y Petralka estaban en el mismo nivel cuando se trataba del idioma japonés, pero pensé que no podíamos tener a la emperatriz impartiendo lecciones en nuestra aula. Sin embargo, necesitaríamos a esa nueva criada para que esto funcione.

“O…” dije, levantando un dedo, “tal vez el premio podría ser un manga nuevo u otras cosas de Japón”.

Esta idea se me ocurrió cuando vi a Minori-san preocuparse por su pelota. Cuando le dices a la gente que algo es una edición limitada, generalmente puedes ver el brillo en sus ojos. Es normal que los artículos poco comunes sean más valiosos, pero es puramente una función de rareza, no de calidad o cuánto dinero se gastó en distribuirlos.

A ese respecto, supuse que Japón y el Imperio Eldant probablemente no eran tan diferentes. Los libros no eran comunes aquí, y si fuera una publicación completamente nueva de Japón, el valor sería mucho mayor.

“Ya veo”. El primer ministro Zahar se apresuró a subir a bordo.

No parecía haber una división formal de deberes, exactamente, pero aunque él y Garius estaban cerca de Petralka, parecía que el caballero manejaba asuntos militares en su mayor parte, mientras que las preocupaciones económicas eran asunto de Zahar.

“Eso resolvería nuestro problema”, dijo el primer ministro.

Si Amutech estuviera al frente de los premios, no tendrían que regalar nada que pudiera alterar el equilibrio del sistema de zanahoria y palo que el Imperio tenía, y Zahar podría descansar tranquilo.

“Muy bien”, dijo Petralka. “Hazlo así”.

Después de recibir la bendición imperial, me dirigí a la escuela, como era mi costumbre después de mi audiencia con Petralka.

“… Y esa es la historia”, les dije a los estudiantes. “Vamos a tener un partido amistoso, un poco de competencia… Bueno, todavía no hemos decidido cómo llamarlo, pero va a suceder”.

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Quieres compartir buenas noticias de inmediato, ¿verdad?

Las reglas básicas del fútbol son más fáciles de recordar que las de, por ejemplo, el béisbol, pero todavía hay mucho que debes saber para tener un juego adecuado. Esperaba tener a los estudiantes a bordo de inmediato para que pudieran comenzar a estudiar las reglas.

Sin embargo, todo lo que vi frente a mí fue un mar de caras en blanco.

Realmente, solo tenía sentido: les había dicho que iba a haber una coincidencia, pero ¿qué se suponía que hicieran con esa información? Muchos de ellos probablemente ni siquiera sabían qué era el fútbol, o qué deportes eran, en realidad. Bueno, podría introducir el concepto gradualmente.

Una persona levantó la mano como en nombre de todo el grupo. “Sensei…” Era, de todas las personas, el niño elfo que había estado peleando con la chica enana antes. Su nombre era Loek, como recordé. Apenas podía decir que recordaba los nombres y las caras de todos los estudiantes, pero me aseguré de comprobar quién era este tipo cuando estaba tomando nota de la pelea en la que estaba involucrado.

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