Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 3

Capitulo 15: Línea de la Muerte

———————Recordé algo… creo.

Había recordado muchas cosas. Eso era lo que se sentía. Pero no lo recordaba.

Había llegado a ese lugar. No había duda sobre eso. Y sin embargo, no recordaba nada.

Ahora no.

Por un momento, había sido diferente. Lo había recordado todo.

Pero, en cuanto a lo que había sido ese “todo,” no lo sabía.

No había manera de que no lo supiera. Había sabido lo que era. Al menos tenía un fuerte sentido de eso.

Había dejado algo atrás.

Aquí.

En lo profundo de su pecho.

Había habido algo aquí.

Se había ido ahora.

Había sido arrancado, y ahora solo quedaba un agujero donde antes había estado.

Si trazaba la forma de ese agujero, podría adivinar qué era eso.

Espacio en blanco.

Es Choco.

Espacio en blanco.

Había recordado a Choco, luego la había olvidado. Era algo sobre Choco.

Haruhiro probablemente había conocido a Choco. Habían sido conocidos. O amigos, o algo así.

En realidad, eso era todo lo que sabía.

No quedaba nada más. Ni siquiera una pista.

“¡Haruhiro…!” Ranta lo estaba sacudiendo con fuerza. “¡Oye, hombre! ¡¿Por qué estás distraído?! ¡En un momento como este! ¡No puedes permitirte hacer eso…!”

“Yo…”

Lo sé.

Eso lo sé. Lo sé.

¿Lo sé?

¿De verdad?

No, Ranta tiene razón. Es como dijo. ¿Por qué estoy dejando vagar mi mente? El guardián Zoran Zesh, sus asistentes y los hechiceros están desatando su furia en el primer piso de la fortaleza. Hay soldados voluntarios cayendo a izquierda y derecha. Choco. Ohh Choco.

Choco y su grupo también murieron. Están muertos Sr. Agradable, Hombre Risueño, Sr. Sacerdote, Srta. Cabello Corto, e incluso Choco. ¿Qué pasa con el Sr. Alto? Está en el suelo junto a la pared. No está ileso, eso es lo que puedo decir. Ha recibido una herida grave. Todos fueron asesinados. Por los orcos.

Choco fue asesinada.

Si estoy en shock. Pero mientras siento algo de tristeza, algo de pena, algo de dolor, no es tan malo.

De alguna manera, esto no me sienta muy bien. Es como si me estuviera preguntando si todo está bien. Por supuesto que estoy en shock. Ella era un soldado voluntario, como yo. Mi subalterna. Hablé con ella antes, y pude haberla conocido antes de venir aquí. Ahora esta muerta. Pero eso no es todo.

Es más, bueno… Siento que debería haber más que esto.

Debería ser mucho peor que esto. Choco está muerta, ¿pero esto es todo lo que siento? ¿No es horrible?

No es que tenga alguna base para pensar eso.

Incluso si nos conociéramos de antes, no sé cuál era nuestra relación. Podríamos habernos conocido y haber hablado antes.

En cualquier caso, ahora no era el momento para detenerse a pensar en eso. Ranta tenía razón. Estaban en una situación tensa.

Los soldados voluntarios sobrevivientes, incluidos Renji y su grupo, estaban librando una batalla desesperada contra Zoran Zesh y sus asistentes. En cuanto al propio Renji, estaba intercambiando golpes con Zoran. Él estaba siendo presionado con fuerza también.

No, era mucho peor que eso. Renji ni siquiera estaba desviando la cimitarra de Zoran con su espada.

¿No puede hacerlo? Haruhiro se preguntó.

Renji estaba esquivando. Estaba esquivando desesperadamente. Estaba cubierto de sangre. No parecía haber recibido un golpe fatal, pero tenía muchos cortes en la cabeza.

“¡Maldita sea!” Gritó Ron, corriendo para ayudarlo.

Pero Renji le gritó: “¡No te atrevas a venir aquí!! ¡Te meterás en mi camino! ¡Que nadie se acerque!”

Probablemente no era porque era un duelo uno a uno entre hombres, o algo así. Era porque era demasiado peligroso.

Los brazos largos y gruesos de Zoran. Sus gruesos hombros y su pecho. Esos movimientos. Y finalmente, esa cimitarra. Zoran es probablemente incluso más peligroso que Ish Dogran, el que vino y atacó a Altana. Solo tomaría un golpe, estoy seguro. Si él recibiera un golpe sólido, terminaría en un instante.

Incluso sus propios asistentes deben haber tenido miedo de ser golpeados, porque no estaban tratando de acercarse a Zoran.

Como resultado, Zoran y Renji se enfrentaban uno a uno, pero también había una batalla entre los asistentes y hechiceros orcos y los soldados voluntarios.

Una batalla que estamos perdiendo, pensó Haruhiro. Una que estamos perdiendo mucho.

Ron bloqueó cuchillas con un orco asistente, pero parece que lo está pasando mal. Chibi-chan, Sassa y Adachi han sido empujados contra la pared. ¿Cuántos soldados voluntarios están luchando en igualdad de condiciones con los orcos asistentes? Muy pocos. El resto podrían caer en cualquier momento, o ya están cayendo.

“¡Hechicero!” Gritó Shihoru.

Haruhiro miró y vio que había un orco que parecía ser un hechicero que venía en su dirección desde cerca de la parte inferior de las escaleras.

“¡Hungahh…!” Gritó Moguzo.

Cuando Moguzo se movió, el hechicero se detuvo y levantó la vasija que colgaba de su cintura, abriendo la tapa. Algo salió de la vasija.

Insectos, pensó Haruhiro. Insectos, eh. Es probable que sean insectos. Un enjambre de insectos.

“¡¿Ow?!” Moguzo gritó confundido cuando los insectos saltaban sobre su cabeza. Llevaba un casco, pero los insectos eran pequeños. Parecía que estaban entrando por la abertura. “¡Gwahhhhhh…!”

Moguzo gritó en agonía, parecía que iba a sentarse.

Eso es peligroso, pensó Haruhiro. No puedes gacer eso.

“¡No te sientes!” Gritó Haruhiro, reaccionando de inmediato. “¡Moguzo, no te sientes! ¡No puedes parar!”

“¡Hungh!” Gritó Moguzo, moviendo su espada con inestabilidad. “¡Hwahhhhh…!”

“¡Malditos seas tú y tus pequeños trucos!” Gritó Ranta, pero mientras corría hacia adelante, se quedó inmóvil en una extraña postura.

“…Guh, nghhhhhhh…” murmuró Ranta.

“¡¿Qué…?!” Jadeó Haruhiro. ¿Esto también podría ser brujería?

El hechicero que había desatado los insectos en Moguzo ahora tenía su palma apuntando hacia Ranta.

“¡¿Es psicoquinesis?” Gritó Haruhiro.

“¡Nyeh!” Gritó Yume, preparando su arco y disparando una flecha.

El hechicero saltó hacia atrás para esquivar la flecha, pero parecía que Ranta podía moverse ahora.

Eso es genial, pero su flecha rozó la cara de Ron, pensó Haruhiro.

“¡Oye! ¡Cuidado!” Gritó Ron.

“¡Wah! ¡L-Lo siento!” Gritó Yume.

“¡No puedes usar tu arco, Yume!” Gritó Haruhiro. “¡Esta es una batalla cuerpo a cuerpo!”

“¡Seguro, sí, Yume lo entiende ahora!”

“¡Ohm, rel, ect, palam, darsh!” Gritó Shihoru.

Una sombra elemental salió desde la punta del bastón de Shihoru. La sombra elemental voló en espiral, golpeó al hechicero y luego forzó su camino hacia su cuerpo a través de su nariz y boca.

Era Shadow Complex.

¿Ella lo consiguió? Haruhiro se preguntó.

El hechicero tropezó por un momento, luego sacudió la cabeza. Pero eso fue todo.

Shihoru apretó los dientes. “¡Lo resistió!”

“¡Déjame esto a mí!” Gritó Ranta. “¡Hatred…!”

Ranta dio un brusco paso hacia él, pero el hechicero lo había visto venir. Saltó hacia atrás con agilidad, con el Orco Asistente A moviéndose para tomar su lugar.

La gahari del Orco Asistente A y la espada larga de Ranta chocaron.

Trabaron cuchillas.

“¡Ah! ¡Reject!” Ranta inmediatamente lo empujó, tratando de poner algo de distancia entre ellos, pero el Orco Asistente A presionó nuevo hacia él.

“¡Ooosh…!” Gruñó el orco.

“¡Nwah!” Gritó Ranta.

Ranta está perdiendo el equilibrio, pensó Haruhiro. Esto es realmente malo. Él va a ser asesinado. Tengo que ayudarlo. ¿Puedo hacerlo? Haruhiro se preguntó a sí mismo. Voy a hacerlo.

Cuando Haruhiro intentó saltar, el Orco Asistente B se movió y le bloqueó el paso.

Realmente es intimidante, pensó Haruhiro. Estoy rompiendo en un sudor frío. ¿Realmente tengo que hacer esto? Es una locura.

“¡Osh! ¡Osh! ¡Osh! ¡Osh!” Gritó el orco.

“¡Ah! ¡Ah…! ¡Ah! ¡Ah…!” Haruhiro se quedó sin aliento.

Swat. Swat. Swat. Swat.

Esto es malo. Mis manos están entumecidas. Mis ojos están girando. Estoy asustado. Demasiado asustado. No puedo hacer esto. Es fuerte. Tiene mucha fuerza.

Me van a matar.

“¡Smash!” La sincronización de Mary fue perfecta. Golpeó al Orco Asistente B con su bastón de sacerdote.

No, no fue lo suficientemente bueno, ¿eh? Haruhiro se dio cuenta.

El Orco Asistente B le devolvió fácilmente el bastón con su escudo y luego, con su cuerpo aún girado hacia Haruhiro, miró a Mary.

Fue lo suficientemente bueno, pensó Haruhiro. Ahora.

Haruhiro cargó hacia el Orco Asistente B con todas sus fuerzas.

El Orco Asistente B pudo haber estado intentando golpear a Haruhiro con su escudo, pero Haruhiro se le escapó.

Mientras pasaba, copió el truco de Sassa y clavó su daga en el cuello del Orco Asistente B.

Casi lo tengo.

“¡¿Gwah…?!” Haruhiro gritó.

Insectos. Son insectos.

Haruhiro inmediatamente cerró la boca, cerró los ojos y bajó la postura.

Insectos. Son insectos. El hechicero. ¿Cuándo? ¿Dónde estaba? Insectos. Insectos.

“¡Retrocede, Haru!” Gritó una voz.

Esa es Mary. Me está diciendo que retroceda, pero, ¿a dónde me retiro? Espera, hay insectos en mi boca. Quiero escupirlos, pero si abro la boca, creo que entrarán más. Tampoco puedo abrir los ojos. ¿Que esta pasando? No tengo ni idea. Esto es malo. En serio malo.

Voy a morir.

Podría haber un orco tratando de matar a Haruhiro en este momento. Podría ser asesinado en cualquier momento.

“¡Haru-kun, por aquí!” Gritó alguien, agarrándolo por el brazo y jalándolo.

Yume, ¿eh?, pensó.

De repente, algo se le ocurrió.

Agua. Usa agua.

Haruhiro sacó su cantimplora, vertiendo todo su contenido sobre sí mismo. Se enjuagó la cara y escupió los insectos. Puedo ver. También puedo respirar.

“¡Está bien ahora!” Gritó Yume.

No, esto no está bien en absoluto, pensó Haruhiro. Ranta está siendo abrumado por el Orco Asistente A. Podría caer en cualquier momento. Tal vez sea por los insectos, pero Moguzo parece que apenas está manejando al Orco Asistente B. Mary está organizando una buena pelea para proteger a Shihoru del Orco Asistente C, pero se ve arriesgado. Tengo que hacer algo.

En cuanto al Team Renji, Zoran sigue persiguiendo a Renji, y los otros cuatro parecen estar atrapados en la defensiva y apenas resistiendo.

¿Cuántos soldados voluntarios siguen vivos?

Eliminados.

Solo esa palabra vino a la mente de Haruhiro.

Como si dejaría que eso sucediera, pensó Haruhiro. Nosotros siendo eliminados. No seas ridiculo.

“¡Yume, cuida a Mary!” Gritó.

Haruhiro envió a Yume a Mary y decidió ayudar a Ranta. El problema era, ¿cómo lo ayudaría? Si intentaba ponerse detrás del Orco Asistente A, le preocupaba que otro orco se pusiera detrás de él.

Vi una espada, pensó. Está en el suelo. Una espada. ¿De quién es? No importa.

Haruhiro recogió la espada y la lanzó al Orco Asistente A. Fue un movimiento desesperado, pero el Orco Asistente A usó su escudo para bloquear la espada entrante y retrocedió ligeramente. Parecía que eso le había permitido a Ranta recuperar el aliento por un momento.

“¡Maldita sea, no puedo seguir con esto…!” Ranta jadeó. “¡En serio! ¡En serio…!”

“¡¿Qué le pasó a Zodiac?!” Haruhiro gritó.

“¡Lo eliminaron!” Gritó Ranta. ¡De un golpe! ¡Ese idiota es débil! ¡Anger…!”

Si Ranta podía volver a la ofensiva incluso en esta situación, eso podría ser bastante impresionante. Sin embargo, el Orco Asistente A era aún mejor. Barrió la espada larga de Ranta como si no fuera nada. El Orco Asistente A usó esa abertura para golpear a Ranta en la cabeza.

Su cabeza, pensó Haruhiro. Eso fue en su cabeza.

“¡Ay!” Ranta gimió.

Seguro, lleva casco, pero la cabeza es peligrosa.

Ranta se tambaleó.

“¡No voy a dejar que lo mates!” Haruhiro cargó contra el Orco Asistente A de manera arriesgada, o así era como se veía antes de ponerse en una posición defensiva cuando el Orco Asistente A se giró para enfrentarlo.

Ven aquí. Ven a atacarme. Ahí viene. Swat, Swat, Swat

“¡Ataca de nuevo, Ranta!” Gritó.

“¡No necesito que me digas eso! ¡Ohhhhhhhh! ¡Cien Cortes Desgarradores de Arrepentimiento!”

No hay ninguna habilidad llamada así, pensó Haruhiro. Está haciendo tonterías.

Ranta estaba usando su espada larga para desatar una ráfaga de golpes en el Orco Asistente A.

Bueno, todos se están sindo bloqueados. Aún así, el Orco Asistente A se está poniendo a la defensiva.

Lo sé. Voy a atacar.

Incluso si eso significa ser un poco imprudente, necesito atacar. Tengo que reducir la cantidad de enemigos, incluso si es solo uno, o no vamos a llegar a ninguna parte.

Detrás de él. Ponte detrás del Orco Asistente A. Mátalo con un solo Backstab. Lo haré. Estoy haciendo esto.

Ocurrió en el momento en que Haruhiro tomó su decisión.

“¡Miaaah!” Gritó alguien.

Es Yume, pensó Haruhiro. Ese grito es de Yume. Ella ha caído al suelo. O más bien, debe haber sido enviada a volar.

Estaba cubierta de sangre desde su hombro hasta su pecho.

¿Fue cortada?, pensó. ¿Por el Orco Asistente C?

El Orco Asistente C fue a atacar a Yume. Mary trató de interponerse en su camino, balanceando su bastón de sacerdote, pero, cruelmente, el Orco Asistente C pudo desviarlo fácilmente con su escudo.

“¡Oh, mierda!” Se lanzó Haruhiro. Puede que no lo logre.

Yume, sin embargo, hizo todo lo que pudo. Lanzó un cuchillo arrojadizo. “¡Star Piercer!”

El Orco Asistente C dio un paso atrás, esquivando el cuchillo arrojadizo.

Incluso si eso solo comprará unos segundos, parece que lo haré a tiempo, pensó Haruhiro. No me importa lo que me pase ahora.

Haruhiro planeaba lidiar con el Orco Asistente C.

Pero eso es lo que pensó. Hay algo que viene desde un lado. Una presencia a mi izquierda.

Sin querer, miró. Fue algo bueno hacerlo. Era el hechicero. Había inhalado profundamente, y parecía que estaba a punto de escupir algo.

¿Qué es? Saliendo de su boca—“¡Fuego…!”

Inhalando fuertemente por sorpresa, Haruhiro rápidamente se tiró al suelo.

Apenas pude evitar tomar un baño de fuego. Pero está caliente, pensó. Hombre, está caliente. Espera, estoy en llamas. Es mi capa. Pero antes de eso, Yume.

Se acabó.

El Orco Asistente C estaba a punto de blandir su espada sobre ella.

Se acabó. Yume iba a ser asesinada.

No.

“¡Hungahh…!”

No se había acabado. Moguzo estaba aquí. Haruhiro y los demás tenían a Moguzo.

Moguzo se estrelló contra el Orco Asistente C, derribando al orco. Pero todavía quedaba el hechicero. El hechicero venía de nuevo. Usando ese lanzallamas. Lanzó llamas, convirtiendo a Moguzo en una bola de fuego. El hechicero se escapó, tal vez asustado por la intensidad de Moguzo, haciendo girar The Chopper como loco.

“¡Retirada!” Gritó Haruhiro, pensando que esa era su única opción.

Es demasiado. No podemos ganar. Vamos a morir a este paso, todos nosotros. No quiero morir. No porque le tenga miedo a la muerte, sino porque no quiero que mueran mis camaradas. No quiero que mueran. No pueden. No los dejaré morir.

“¡Retirada!” Llamó. “¡A la torre de vigilancia en la que estábamos antes!”

Pero… ¿podemos hacerlo?