Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 3

Capitulo 13: Nuestro Error

A partir de ahí, la batalla se convirtió en unilateral.

Atrapados entre Haruhiro y los demás en el grupo interceptor de la Fuerza Tormenta Verde y la Fuerza Águila Salvaje, los orcos del lado norte cayeron como moscas.

¿Cuántos minutos se tardaron en eliminarlos? Había sido rápido. En apenas unos minutos, más de veinte orcos se transformaron en cadáveres silenciosos.

Eran sus enemigos, así que Haruhiro no sentía pena por ellos, pero pensaba que era algo brutal. Se había acostumbrado al olor de la muerte, pero cuando había tantos cadáveres, todavía era muy duro para él.

Las Wild Angels de Kajiko pasaron frente al grupo de Haruhiro.

Las estolas con plumas alrededor de sus cuellos, sus cascos y sombreros, incluso las plumas en sus pañuelos… todos ellos estaban teñidos de rojo con la sangre de sus enemigos.

“…¡A-Asombroso…!”

Ranta mira eso con admiración, pero… eso no es asombroso, da miedo, pensó Haruhiro.

“¡Britney! ¡¿Qué pasa con la puerta principal?!” Preguntó Kajiko con voz amenazadora, pero Bri-chan, quien todavía estaba en el muro este, simplemente negó con la cabeza.

“¡No es bueno! ¡No parece que la hayan roto! ¡No puedo ver desde aquí, pero parece que están peleando una dura batalla!”

“¡En ese caso, solo tendremos que encargarnos nosotros!” Dijo Kajiko, extendiendo los brazos. “¡Escuchen, soldados voluntarios! ¡El ejército de la frontera ha puesto cien monedas de oro en la cabeza del guardián, Zoran Zesh! ¡Además, hay cincuenta monedas de oro por la de Abael, un hechicero que ha matado a muchos soldados voluntarios con su magia negra!”

“¡Cien…!”

“¡Cien!”

“¡Cien monedas de oro!”

“¡¿Cincuenta monedas?!”

“¡¿Cien oros?!”

“¡¿Dijo cien oros?!”

“¡Eso es increíble!”

“¡¿En serio…?!”

Como si trataran de verter agua fría en la Fuerza Tormenta Verde y Fuerza Águila Salvaje mientras zumbaban de emoción, las flechas llovieron desde las torres de vigilancia. Parecía que varios soldados voluntarios habían sido alcanzados por ellas. El Hombre Risueño del grupo de Choco tenía una flecha que sobresalía de su hombro, y el Sr. Sacerdote había empezado a tratarlo.

“¡E-Escudos…!” Haruhiro recogió apresuradamente un escudo orco. Sin embargo, parecía que ya nadie se preocupaba por las flechas. Los soldados voluntarios tenían una mirada diferente en sus ojos ahora.

Querían subir por la escalera exterior de la fortaleza. Luego desde la escalera hasta el interior de la fortaleza. Había cien monedas de oro, y luego cincuenta más. Cien. Cincuenta. Cien. Cincuenta

Ciento cincuenta oros en total. ¿Eso era lo único en sus mentes ahora? Claro, ciento cincuenta oros era una suma tentadora. Era tanto dinero que casi no se sentía real, pero aún así lo era.

Haruhiro escuchó el eco de un grito de guerra en el patio.

Era Ron. “¡Entren en ese lugar! ¡Vamos a ser los primeros en entrar!”

Mientras que Haruhiro estaba observando desde las escaleras en la pared este, ellos habían sido empujados hacia atrás tanto como habían avanzado, pero finalmente la dura defensa del enemigo se había roto.

La Fuerza Tormenta Verde y la Fuerza Águila Salvaje se juntaron, corriendo por las escaleras exteriores. Era como una inundación de soldados voluntarios. Las flechas caían de las torres de vigilancia, pero no había forma de detener este flujo.

Las voluntades de los individuos en ella ya no importaban. Ninguno de ellos podía detenerse. Haruhiro también estaba siendo empujado. Sus camaradas estaban a su lado. Al menos, todavía podía decirlo de alguna manera.

“¡Voy a la puerta principal!” Gritó Bri-chan. ¡Iré a comprobar la fuerza principal! ¡Kajiko, cuento contigo!”

“¡Britney, para cuando vuelvas, todo habrá terminado…!”

“¡No los exijas demasiado! ¡Muestra algo de moderación! ¡No son un grupo de niños, ¿sabes?!”

“¡Ve y dile al inútil ejército regular que voy a tomar esa recompensa!”

“¡Honestamente…! ¡No seas imprudente!”

¿Bri-chan va a alguna parte? Haruhiro se preguntó. Dijo algo sobre la puerta principal. Supongo que está bien. Lo que sea. No importa. Tengo mayores preocupaciones. Es la escalera exterior. Finalmente estamos en la escalera exterior. Aunque estamos en un verdadero embotellamiento aquí.

¿Podemos subir así? Está muy lleno, no lo creo, pero nos estamos moviendo. ¿Por qué nos estamos moviendo tan rápido? Eso no tomó tiempo. Ya estamos en el techo de la fortaleza.

—Uy. Uy. Uy. Las flechas. Nos vienen de las tres torres de vigilancia. Hay flechas que vienen de tres direcciones. Ahora esta si es una verdadera lluvia de flechas. Es como un aguacero.

Haruhiro logró levantar su escudo, de alguna manera. En el tiempo que tardó en llegar a la entrada de la fortaleza, varias flechas cayeron en su escudo.

Justo antes de ser empujado a través de la entrada a la fortaleza, tiró su escudo.

Moguzo. Ahí. Ranta. Ahí. Yume. Shihoru. Mary. Ahí.

También pudo ver el rostro de Choco. Al menos, pensó que pudo. Estaban tan apretados que era difícil decirlo. Realmente tampoco tenía ningún conocimiento del interior de la fortaleza. Por ahora, tenía que ir con la corriente.

Corrió por un pasillo, luego bajó unas escaleras. Desde el tercer piso, hasta el segundo, luego el primero.

El primer piso de la fortaleza tenía un techo alto. Era ancho también. Era tan ancho que parecía que todo el piso era solo un área abierta.

Había escaleras en las cuatro esquinas, con la que Haruhiro y los demás habían bajado probablemente en el este. Si lo recordaba, tendrían que subir las escaleras desde el primer piso para llegar a las torres de vigilancia. Eso significaba que las otras tres escaleras, en el noroeste, suroeste y noreste, deberían conducir a las torres de vigilancia.

También había cuatro puertas en las paredes, todas abiertas. ¿Entonces ya las habían revisado? Había pisado o saltado varios cadáveres de orcos en el pasillo, pero eso no era nada comparado con este primer piso. En el tiempo que tardaron Haruhiro y los demás en llegar, se debió librar una feroz batalla.

Había diez orcos muertos, no, más que eso, así como varios soldados voluntarios caídos. Algunos estaban siendo tratados por sus camaradas, mientras que otros no. En otras palabras, estaban muertos.

“Ahora bien, ¿dónde está el premio gordo?” Llamó Kajiko.

Kajiko y sus Wild Angels parecían listas para atacar la torre de vigilancia del noroeste. El Team Renji había elegido la torre de vigilancia del suroeste. Habiendo visto eso, la mayoría de los otros soldados voluntarios se dirigían hacia la torre del noreste.

“¡¿Qué vamos a hacer?!” Ranta levantó la visera de su casco, mirando de un conjunto de escaleras a otro. “Dudo que podamos competir con Kajiko o Renji y ganar, así que, ¿deberíamos ir por la torre noreste como los demás…?”

“Nah…” comenzó Haruhiro.

Necesito decidir.

Antes de que pudiera comenzar a pensar demasiado, Haruhiro tomó su decisión. Siguió algo así como un presentimiento. “Vamos con Renji y su grupo.”

“¡¿Eres estúpido?! ¡Si vamos al mismo lugar que esos tipos, no hay ninguna posibilidad en el infierno de poder tomar una de las cabezas de los líderes, y lo sabes!” Gritó Ranta.

“Yume y todos no podrían tomar sus cabezas de todos modos, ya sabes.”

“¡Idiota! ¡Estúpida Yume! ¡Tienes que apuntar más alto!” Ranta bramó.

Shihoru rompió en una risa. “No creo que nadie que crea que si fuéramos con Renji y su grupo no habría forma de que podamos tomar una de las cabezas de los líderes, tenga derecho a decir eso…”

“Sí. Bueno, más o menos. Supongo que tienes razón. ¡Está bien! ¡Entonces vamos a robarlo!” Declaró Ranta.

“Jajaja…” se rió Moguzo.

“Qué cobarde,” dijo Mary con frialdad.

“¡Y estoy bien con eso!” Ranta dijo con una sonrisa. “¡Para un caballero oscuro, esas palabras son el más alto de los cumplidos! ¡Mwajajaja! ¡Oh, Oscuridad, oh, Señor de los vicios, Demon Call!”

Por detrás de la cabeza de Ranta, un poco más arriba, apareció algo así como una nube púrpura negruzca. La nube giró en un vórtice, tomando forma rápidamente.

Era como un torso sin cabeza, con dos agujeros para los ojos en el pecho y una boca con forma de herida debajo. Era un familiar de caballero oscuro, un demonio.

“…Keje… Kejejejeje… Kejejeje… Kejejejejejejeje… Keje… Morirás, Ranta…”

“¡No «muere Ranta», sino «Morirás, Ranta»?! ¡¿Zodiac, de repente estás prediciendo mi muerte?!”

“…Ejeje… Maten a Ranta.”

“¡¿Y ahora estás lanzando amenazas de muerte?!” Ranta gritó.

“¡Zodiac, pata!” Llamó Yume, extendiendo su mano.

Zodiac-kun dijo “…Muere… Fea…” pero aún así puso su mano en la de ella.

“¡Ohh!” Gritó Yume. “Zodiac-kun es un buen chico. Pero, ya sabes, llamar a la gente fea es malo…”

“…Kejeje… Lo siento…”

“¡¿Ya eres todo manso?!” Exclamó Ranta.

El jab cómico de Ranta no tuvo reacción por parte de Zodiac. ¿Por qué incluso su propio demonio lo atormentaba?

El grupo de Choco parecía preguntarse sobre qué hacer también.

“¡Puede que no aprecien el consejo, pero no deberían esforzarse demasiado!” Les dijo Haruhiro.

No estaba claro si habían seguido el consejo de Haruhiro o no, pero a pesar de eso, Choco y su grupo parecían estar en el primer piso. Había otros grupos que tampoco intentaron moverse. Estarían a salvo de esa manera. Era una buena elección.

En verdad, Haruhiro y su grupo también podrían haber estado mejor en el primer piso. ¿Por qué no estaban haciendo eso? Porque habían matado a los orcos. Habiendo perdido su virginidad, ¿estaban dejando que se les subiera a la cabeza? ¿Sentían que podían enfrentarse a los orcos ahora?

Haruhiro no creía que ese fuera el caso. Normalmente, Haruhiro al menos habría dudado aquí. Entonces, ¿por qué había tomado su decisión inmediatamente?

¿Era porque sintió que no sería tan peligroso si estuvieran con Renji y su grupo? Eso probablemente era parte de ello. No podía negarlo.

El Tema Renji era fuerte. Si se escondía detrás de Renji, probablemente no iba a morir tan fácilmente.

Dicho esto, no tenía intención de simplemente esconderse. Haruhiro sabía que su grupo al menos debería poder ayudar, y tenía la intención de que lo harían.

Era extraño decirlo, pero Haruhiro sentía, al menos un poco, que quería ayudar a Renji. Nada de lo que hicieran sería el factor decisivo en la batalla, pero tampoco era que no pudieran contribuir con nada al estar ahí. Si iban a ayudar a alguien, preferiría que fuera a Renji. A pesar de que simplemente serían vistos como ayuda no deseada, o incluso tratados como un obstáculo. No quería pensar que no podían hacer nada.

Si Haruhiro hubiera estado solo, no le habría importado que lo vieran como un bueno para nada. Si se hubieran burlado de él, habría sido capaz de reírse. Podría darse por vencido de sí mismo. Sin embargo, estaba en un grupo. Tenía camaradas.

Moguzo era un guerrero bastante asombroso. Incluso Ranta, molesto como era, tenía tenacidad y había algo único en la forma en que usaba sus habilidades. Yume siempre era tranquila, así que era fácil llevarse bien con ella, y Shihoru podría parecer simple, pero siempre estaba pensando en sus camaradas, y podía mirar el panorama general. Mary también estaba trabajando duro para apoyar a todos.

Manato. Nos hemos convertido en un buen grupo.

Aunque es realmente desafortunado que no puedas estar aquí con nosotros.

Quiero llevar a este grupo tan alto como sea posible.

No creo que haya ninguna necesidad de correr, pero incluso en esta etapa, creo que podemos ir un poco más alto.

“¡Vaooooooooos…!” Llamó Ranta.

Con Ranta tomando la delantera, Haruhiro y los demás persiguieron al Team Renji. Tal vez porque no querían competir con el Team Renji, no muchos soldados voluntarios se dirigían hacia la torre de vigilancia del suroeste.

El Team Renji subió las escaleras. Ellos corrieron hacia ellos.

“¡Los ojos de Yume están dando vueltas y vueltas!” Gritó Yume, riendo.

Podían oír ruidos desde arriba. El sonido de la batalla.

“¡¿Hemos golpeado el premio gordo?!” Gritó alguien.

Había soldados voluntarios agrupados cerca de la parte superior de las escaleras.

Cinco de ellos. Un grupo completo, eh.

“¿Qué están haciendo?” Bramó Ranta.

Los ojos de un soldado voluntario que parecía un guerrero se abrieron de par en par. “Incluso si quisiéramos ir, no podemos… ¡Se ha vuelto realmente loco ahí!”

“¡¿Eres estúpido?! ¡Si se ha vuelto loco ahí, es una razón más por la que tenemos que entrar!” Gritó Ranta, empujando a Zodiac hacia adelante. “—¡Ve, Zodiac! ¡Entra y vuelve para decirnos qué está pasando!”

“…Nnnnnn… No, no, no, no, no, no, no… Kejejejejejejejeje…”

“¡¿Por qué no?!” Ranta gritó.

Haruhiro chasqueó la lengua. “¡Olvídalo! ¡Yo lo haré! ¡¿No te sientes mal por Zodiac?!”

“¡Callate! ¡Zodiac es mío, así que puedo hacer lo que quiera con él!”

“…Qu… ¿Quién estás diciendo que es tuyo…? No soy tuyo… ¿Eres estúpido…? Muere…”

“¡Si yo muero, tú también desaparecerás! ¡¿Estás bien con eso?!” Gritó Ranta.

“…Eejejeje… si te mueres… yo… no podría estar más feliz… Ejejejejeje…”

“Qu—”

Apartando a un Ranta sin palabras y pasando entre los soldados voluntarios que estaban delante de ellos, Haruhiro asomó la cabeza por las escaleras.

“—¡Vaya!”

Lo decían en serio.

Realmente esto es una locura.

La habitación redonda en la parte superior de la torre de vigilancia era más ancha de lo que había esperado, con un techo que no era bajo. De un vistazo, había más de diez orcos. En el centro de la habitación se encontraban Renji y Ron, quienes estaban levantando un infierno y parecían estar organizando una buena pelea, pero Chibi-chan, Sassa y Adachi habían sido perseguidos hasta el borde de la habitación.

Chibi-chan estaba agitando su bastón, logrando proteger a Sassa y Adachi. Los miembros del Team Renji eran los únicos soldados voluntarios ahí, y solo había un orco caído en este punto.

Haruhiro agachó la cabeza hacia la escalera. “Chicos, esto es malo. A este ritmo, no sé nada de Renji y Ron, pero Chibi-chan y los demás…”

Tenían que salvarlos.

¿Podrían hacerlo? ¿Ellos?

Era presuntuoso hasta el punto de lo absurdo pensar que podían. Sin embargo, el Team Renji estaba en serios problemas. Actualmente, eran cinco contra diez. El Team Renji podría ser fuerte, pero no eran sobrehumanos. Sus oponentes tampoco eran débiles. En realidad, eran fuertes. Sin embargo, si el grupo de seis de Haruhiro se uniera, al menos podrían cambiar las cosas numéricamente.

Primero, ayudarían al grupo de Chibi-chan. Renji y Ron no lo necesitaban. Ellos podían cuidarse a sí mismos. Además, si Haruhiro y los demás ayudaban a Chibi-chan y su grupo, también lo haría más fácil para Renji y Ron.

“¡Moguzo, sube y dirígete a la derecha!” Llamó Haruhiro. “¡Chibi-chan y los demás están ahí, así que protégelos! ¡Ranta y yo también iremos! ¡Yume, Shihoru, Mary, vigilen la situación y decidan por su cuenta!”

“¡Mm-hm!” Dijo Moguzo.

“Sí, están muy necesitados…” Ranta murmuró.

“¡Ranta, hombre, solo trata de decirle eso a Renji!” Haruhiro respondió disparando.

“¡No puedo y lo sabes! ¡Maldito estúpido!”

“¡Tú eres el maldito estúpido! ¡Vamos ya!”

Haruhiro, Moguzo y Ranta subieron en ese orden.

La veía.

La línea de luz ligeramente brillante.

Desde el momento en que creyó verla, el cuerpo de Haruhiro ya estaba en movimiento, siguiendo la línea, ni caminando ni corriendo. Avanzaba como si se deslizara por el suelo.

No había sonido.

No era como si todo se hubiera detenido, pero todo se movía a un ritmo muy lento.

Ese orco estaba a punto de dar un golpe en Sassa.

Justo aquí.

Backstab.

A pesar de que era a través de la armadura, la daga de Haruhiro se deslizó sin problemas.

Tocó algo. Un punto vital.

Cuando retrocedió, el orco se desplomó sin emitir ningún ruido.

“…¿Qué fue eso?” Sassa parecía estupefacta.

Haruhiro negó con la cabeza en respuesta. Incluso si preguntaba, no podía explicarlo.

“¡Gracias…!” Gritó Moguzo, usando su Corte de Gracias para golpear a un orco que estaba a punto de atacar a Chibi-chan. “¡O-Oye! ¡Zodiac! ¡Ayuda, ¿lo harías?! ¡No estás siendo justo…!”

“…Jujejejejejejejejejejeje… Nnnnnnnn… No… Eres una oruga lanuda y débil… Muere…”

“¡Maldita sea…! ¡No hay suficiente espacio, así que esto es difícil!”

Ranta corría por ahí para evitar un intercambio directo de golpes. Aún así, estaba manejando un orco por sí solo, por lo que no lo estaba haciendo tan mal.

Yume, Shihoru y Mary también se acercaron.

“¡Renji!” Haruhiro usó Swat en el corte de un orco, luego retrocedió, dejando el siguiente ataque a Sassa.

Sassa era buena en usar Swat. Haruhiro debe haber tenido considerablemente más fuerza muscular que ella, pero Sassa era flexible y se movía con comodidad. Tenía un sentido del ritmo.

Haruhiro gritó: “¡Chibi-chan y los demás están bien!”

Renji miró a Haruhiro, sonriendo levemente.

Ahh.

Realmente él es increíble.

Renji usó todo su cuerpo para hacer girar la espada de Ish Dogran. Casi parecía que estaba bailando. ¿Qué tipo de técnica era esa? ¿Era una habilidad?

Rebanada, rebanada——Renji puso al suelo a dos orcos, uno tras otro. Ron también mató a uno, cortándolo con todas sus fuerzas. Entonces Renji mató otro, decapitando al orco esta vez.

“Zeel, mare, gram, fel, kanon.”

Adachi usó el hechizo Freezing Blood para congelar los pies de un orco. A pesar de eso, el orco aún seguía tropezando.

“Zeel, mare, gram, terra, kanon.” Sin perder el ritmo, Adachi comenzó a cantar su siguiente hechizo.

Era Ice Globe. El elemental de hielo congeló instantáneamente el agua en la atmósfera. La esfera de hielo resultante se estrelló bellamente en la cara del orco.

Parecía doloroso. El orco cayó de rodillas.

Sin un momento de retraso, Sassa se movió.

Ella pasó al orco. Inmediatamente después, Sassa enterró su daga en el cuello del orco.

¿Así que también puedes sacar un Backstab así? Haruhiro pensó. Qué combo. Bueno, no lo estamos haciendo mal, nosotros mismos.

“¡Ohm, rel, ect, nemun, darsh!” Shihoru detuvo a un orco con Shadow Bond, Mary le dio un buen golpe con su bastón de sacerdote, Yume lo apuñaló con su machete para hacer que retrocediera, entonces… Moguzo.

“¡Hunghh…!”

No usó el Corte de Gracias. Entró, extendiendo su brazo recto en una estocada con una mano. Era First Thrust.

La garganta del orco fue básicamente pulverizada. Por supuesto, eso significaba que su cuello estaba roto. No había manera de volver a levantarse.

Haruhiro miró alrededor del área. ¿Había enemigos?

Ninguno.

Los orcos estaban todos colapsados ​​en el suelo.

“Maldita sea…” Ron sacudió su sangrienta espada. “No necesitamos su ayuda.”

“¡¿Qué fue eso?” Ranta se acercó a Ron asertivamente, pero una mirada fue todo lo que necesitó para hacer que retrocediera a la velocidad de la luz.

“…L-Lo siento. No volverá a suceder.”

“Cobarde…” murmuró Mary.

“Débil, débil, débil.. Kejejejejejeje… Débil, oruga lanuda… Ejeje… Oruga, oruga, oruga, oruga…”

“…Una oruga real sería más útil, ¿no creen?” Preguntó Shihoru.

No destaca, pero Shihoru puede ser bastante malvada, pensó Haruhiro. Aunque estoy de acuerdo con ella.

“Las orugas son lindas, ya saben,” Yume asintió.

No puedo estar de acuerdo con eso.

“Ayudaron,” dijo Renji.

Hombre, incluso la voz de Renji es genial. Es baja y ronca. Es intimidante, pero hay una vaga tristeza ahí. Cuando lo escucho decir que ayudamos con esa voz, sinceramente, es abrumador.

Le frustraba, así que Haruhiro intentó fingir calma, encogiéndose de hombros. “Te debemos una.”

“Ahora estamos a mano,” dijo Renji.

“…¿Lo estamos?” Preguntó Haruhiro.

“Sí,” dijo Renji, mirando a Moguzo. “Tú. Podría usarte. ”

“¿Eh…?” Los ojos de Moguzo se movieron rápidamente, luego se señaló a sí mismo. “—¡¿Queeé?! ¡¿T-T-T-T-Te refieres a mí…?! N-No, eso no es… Uh, y-yo no soy tan impresionante…”

¿Qué quería decir con que podría “usarlo”? Eso pudo haber molestado un poco a Haruhiro, pero tanto Renji como Moguzo eran guerreros. “Se necesita ser un guerrero para conocer a uno,” no sabía si había una expresión como esa, pero un guerrero tenía que saber mucho sobre lo que significaba ser un guerrero. Más que eso, estaba siendo reconocido por Renji, el tipo que tenía la atención de más soldados voluntarios que nadie. Moguzo tenía que estar orgulloso de eso.

Moguzo realmente es increíble, pensó Haruhiro. Nuestro Moguzo es increíble.

“En cualquier caso,” dijo Adachi, ajustando la posición de sus gafas, adoptando un tono tranquilo y sarcástico, “parece que el premio no está aquí. ¿Deberías estar tomando las cosas con calma ahora, Renji?”

Renji no respondió. En lugar de una respuesta, se volvió hacia las escaleras. Fue entonces cuando sucedió.

“¡Oigan! ¡Abajo!” Dijo alguien.

Alguien. No del Team Renji o del grupo Haruhiro. Aqui no.

Haruhiro giró la cabeza. “¿Abajo…?”

Renji se fue corriendo.

“¡Haruhiro!” Ranta le dio una palmada a Haruhiro en la espalda. “¡Nosotros también vamos!”

¿Qué podría ser? Extraño. Mi corazón. Está latiendo como loco. Abajo. ¿Qué está pasando abajo? Abajo. Espera, abajo…

Bajaron la escalera de caracol.

Se sentía como si sus orejas estuvieran tapadas. Extraño. ¿Por qué? ¿Por qué estaba tan conmocionado? No lo entendía. ¿Cuál era la razón? ¿La causa? Haruhiro había perdido la cabeza hasta el punto de que no podía entender nada.

Estaba inestable sobre sus pies.

Aun así, su cuerpo tenía que seguir moviéndose.

Hacia abajo.

Al primer piso.

Estaban muertos

Soldados voluntarios.

Muchos de ellos

Había una gran cantidad de cadáveres.

Había orcos. ¿Por qué? ¿De dónde habían salido estos tipos? Era más que uno o dos. Había un montón de ellos.

En el medio, había un orco más grande que todos los demás. El orco llevaba un profundo, venenosamente profundo, conjunto de armadura y casco, con el pelo teñido de negro y dorado que se salía por debajo. Más que eso, usaba un estilo de dos espadas. Estaba increíblemente fornido, con dos cimitarras que gritaban peligro, una en cada mano, por supuesto.

Zoran.

Zoran Zesh.

No había ninguna duda al respecto. Él tenía cada rasgo distintivo que Bri-chan les había dicho. Este era el Guardián Zoran, el jefe del Clan Zesh, que tenía una recompensa de cien monedas de oro sobre su cabeza.

Zoran estaba usando sus cimitarras para cortar a la gente.

Ese es el Sr. Agradable, se dio cuenta Haruhiro, reconociendo a uno de ellos. Del grupo de Choco.

El Sr. Agradable podría haber estado tratando de bloquear la cimitarra de Zoran con su espada. Sin embargo, no lo hizo a tiempo.

“¡Ahh!” El Sr. Agradable dejó escapar un grito que sonó un poco estúpido. Ambos brazos fueron cortados al mismo tiempo.

Entonces, sin demora, su cabeza.

La cabeza del Sr. Agradable salió volando.

Sucedió tan fácilmente.

¿Qué es esto?

¿Qué esta pasando?

¿Dónde está el Hombre Risueño? ¿Sr. Sacerdote? ¿La Srta. Cabello Corto? No están aqui.

No, ahí estaban.

Habían caído.

Todos ellos, picados en trozos.

El Sr. Alto apenas se mantenía de pie, luchando con su espalda contra la pared contra un orco que no era Zoran. Junto a él, Choco.

Choco estaba aquí.

El Sr. Alto estaba tratando de proteger a Choco. Sin embargo, claramente estaba recibiendo una paliza y no podía protegerla por completo.

Fuertes. Estos orcos eran fuertes. No se parecían en nada a los orcos a los que se habían enfrentado hasta ahora.

No era su equipamiento, era algo sobre su complexión, o incluso el aire sobre ellos. Eran totalmente diferentes. Eran el guardián y sus asociados.

Había una serie de orcos sin armadura con vasijas de algún tipo colgando de sus caderas que parecían magos. No, no magos, se llamaban hechiceros, ¿verdad?

El Team Renji ya estaba atacando a los orcos. Sin embargo, había más de diez de ellos, probablemente alrededor de veinte, y el primer piso era ancho y abierto. No hacía falta tanto.

¿Cómo estaban el Sr. Alto y Choco?

“¡Urr!” El Sr. Alto había bloqueado las cuchillas con uno de los asociados del guardián, pero debió haberlo pateado en el estómago o algo así, porque se había doblado.

Oye.

No.

No puedes hacer eso.

No puedes estar haciendo eso.

Choco tenía su daga en posición de pelea. Con ambas manos en la empuñadura, tenía la hoja apuntando hacia el orco.

La punta de la hoja temblaba. Ella estaba aterrorizada.

No. Eso no va a ser lo suficientemente bueno.

“¡Choco!” Gritó Haruhiro, comenzando a correr.

En ese momento, se sintió como si Choco lo mirara. Probablemente, trató de mirar.

La espada del orco se hundió en el hombro de Choco. Muy profundo.

El orco la pateó en el suelo, liberando su espada e inmediatamente la blandió hacia ella.

“Deten—”

Una vez.

Dos veces.

Tres veces, el orco la golpeó con su espada.

Choco.

¡Ahh!

Choco.

¿Cómo? ¿Por qué? Esto no puede…

No.

Haruhiro se agarró la cabeza. Una voz salió por sí misma. No sabía lo que estaba pasando, realmente no sabía qué voz era. No lo sabia.

¿Qué demonios era esto?