Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 14

Capítulo 7: Antes De La Batalla A Muerte

Parte 2

Después de eso, Rio, Duran, Christina, Flora y Lucius abandonaron el pueblo, caminando en ese orden.

“La princesa Christina y la princesa Flora deberían estar separadas de nuestra confrontación”, le dijo Rio a Lucius mientras caminaban.

“Eso no es del todo correcto, están funcionando perfectamente bien como rehenes en este momento, ¿no es así? Luchaste en Amande por el bien de la segunda princesa también. De todos modos, Reiss está detrás de estas dos por alguna razón u otra. Aunque ha sido continuamente frustrado por ti”. Lucius se rio entre dientes con frialdad, empujando su espada al cuello de Christina.

“…” Christina estalló en un sudor nervioso ante la punzada de peligro que podía sentir en su cuello. Como dijo Lucius: no importa cómo lo mire ahora, eran los grilletes que sujetaban a Rio. Ella se sintió terrible por eso.

“De todos modos, tienes una conexión bastante curiosa con ustedes dos hermanas reales. Yo también estaba interesado en eso, así que decidí elegirlas a ustedes dos como rehenes,” añadió Lucius suavemente.

“¿Qué estás diciendo…?” Rio frunció el ceño.

“Oh, acabo de descubrir que tu sufrimiento es similar al de tu padre. No tienes la obligación de salvar a estas dos, pero aquí estás. ¿No han pagado lo suficiente de tu bien con mal?” Preguntó Lucius, insinuando algo.

Christina y Flora contuvieron la respiración mientras escuchaban. “¿Entonces? ¿Qué pasa con eso?”

“Eso no es algo que deba descartarse, ¿verdad? Estoy hablando de la razón por la que un huérfano de los barrios bajos dejó la Academia Real de Beltrum y cruzó la frontera, cambiando su nombre a Haruto. ¿Te suena algo, Rio?”

“… Y yo pregunto: ¿qué pasa con eso?”

Su identidad había sido revelada más allá del punto de ocultar algo a Christina y Flora, pero la expresión de Rio no vaciló en absoluto, era plenamente consciente de que Lucius estaba tratando de provocarlo. Sin embargo, Christina y Flora no se veían bien. Lucius se dirigió a propósito junto a Christina para mirar sus rostros.

“¡Haha! Las princesas se ven más molestas que tú. Hey princesas. ¿Te suena familiar el nombre ‘Río’? El chico que menospreciaste, acusado de un crimen infundado y luego desterrado creció hasta convertirse en este tipo de aquí. ¿No sientes curiosidad por su pasado? ¿No tienes nada que quieras decir?” Lucius pudo ver a través del estado mental de Christina y Flora y eligió palabras para incitar su sentimiento de culpa. Sus expresiones se volvieron cada vez más rígidas.

“Como de costumbre, eres incluso más desagradable que yo”. Duran suspiró, sacudiendo la cabeza.

“Míralas, Rio. Tu aura asesina está asustando a las princesas”, se burló Lucius a la espalda de Rio.

“…” Rio continuó ignorándolo.

“Escuchen, princesas. Sus padres solían ser de la región de Yagumo. Debido a algunas circunstancias inevitables, emigraron a la región de Strahl, y el lugar que eligieron para establecerse resultó ser la capital de Beltrum”, continuó Lucius por sí mismo, exponiendo el pasado de Río a Christina y Flora.

“Su padre, Zen…  Él era realmente capaz. Usó sus habilidades  para distinguirse como un aventurero, que fue lo que me llamó la atención cuando todavía vivía en la capital de Beltrum. Logré ganarme su confianza después de eso, pero lo que más me sorprendió fue el hecho de que la madre de Rio era una miembro de la realeza con una educación protegida. Aparentemente, Zen era el guardia personal de Ayame”.

La madre de Rio era de la realeza. Este hecho hizo que la cara de póquer de Christina se desmoronara y su mirada temblara por la sorpresa.

“Podrías compararlo con una princesa de tu reino casándose con un caballero. Ambos emigraron desde que sucedieron algunos problemas, pero ese bastardo, Zen, estaba viviendo una vida feliz. Ayame estaba loca por él, y ambos adoraban a Rio. La familia perfecta, por así decirlo. Socializaba con la familia, incluso jugaba con el joven Rio a menudo”.

Lucius exageró su tono emocional mientras hablaba, como si estuviera recordando esos recuerdos con cariño. Luego su boca se torció con una sonrisa.

“Me dio náuseas, así que decidí destruirlo, esa felicidad. Maté a Zen antes de que Rio tuviera la edad suficiente para recordarlo, luego maté a Ayame cuando tenía cinco años”.

“Así que tú fuiste quien mató a mi padre después de todo…” Rio interrumpió el monólogo de Lucius cuando hizo una pausa, hablando en un tono desprovisto de calidez.

“Ese bastardo estaba tan desesperado cuando se dio cuenta de que había sido traicionado por su mejor amigo. Hizo una cara como la que tenías cuando Ayame fue asesinada justo ante tus ojos”. Lucius podía sentir que la ira de Rio se estaba acumulando lentamente y sonrió con crudeza mientras hablaba.

“Qué horrible…” Flora murmuró con tristeza, su cara enrojecida por la fiebre.

“¿Horrible? Tu reino también le hizo muchas cosas horribles. Era solo un mocoso que vivía feliz con su madre hasta los cinco años. Puede que se haya endurecido después de dos años luchando en los barrios marginales, pero le diste mucho trato duro solo porque era huérfano, ¿no?” Lucius aprovechó esta oportunidad para pinchar la culpa de Christina y Flora una vez más.

¿Este hombre tiene la intención de utilizarnos como rehenes contra Sir Amakawa? Si es así, ¿por qué desenterraría el pasado de Sir Amakawa y nos lo revelaría así…?

Christina sudaba nerviosamente mientras trataba de averiguar las intenciones de Lucius, pero no había forma de que pudiera, lo único que sabía con certeza era que ella y Flora eran potencialmente la razón por la que Rio estaba arrinconado en este momento.

“¿Qué ocurre? ¿El gato les comió las lengua, princesas? No sé si él las salvará, pero ¿por qué no intentan rogarle a Rio por sus vidas? ¿Están pensando en una excusa conveniente para ustedes? Sabes que probablemente te salvará incluso en esta situación”. Lucius miró los rostros de Christina y Flora, burlándose de ellos.

“Yo…” El cabello de Christina se puso de punta. Como había señalado Lucius, una parte de ella se sentía expectante, expectante de que Sir Amakawa las salvara. Sintiéndose avergonzada de sí misma, Christina se mordió el labio. Había estado tan entusiasmada con la protección de la propia Flora, pero al final, no había podido. En cambio, estaba buscando la ayuda de la persona a la que había causado tantos problemas en el pasado.

Aunque no tengo derecho a eso…

Pero incluso si tuviera que sacrificarse, quería proteger a Flora. No tuvo más remedio que confiar en Rio para eso. Entonces, Christina trató de pensar  en  una  forma  de  darle  a  Flora  la  mayor  probabilidad  de supervivencia. Por ejemplo, si tenían que ser utilizadas como rehenes, necesitaba asegurarse de que Rio la descartara primero. Y así, una mirada de dolor cruzó por el rostro de Christina por un breve momento, antes de hacer una breve declaración.

“…Eso no es cierto.”

“¿Oh? ¿Qué no lo es?” Lucius preguntó con curiosidad.

“Es natural sacrificar al individuo por el bien del reino. Si desea condenar eso como un acto terrible, puede condenarlo todo lo que quiera. No recuerdo haberle hecho nunca nada horrible, al menos a nivel individual, creo. Puede que Flora no piense lo mismo”. Christina habló como si estuviera recitando un discurso memorizado. No había ningún indicio de sus emociones detrás de esas palabras. Sin embargo—

“Heh heh heh. Que terrible. Rio fue colocado en un ambiente que podía hacer que la desgracia de una persona promedio pareciera insignificante,

¿te das cuenta? En su lugar, podría haber crecido como miembro de la realeza. Sin embargo, debido a algún tipo de error, se quedó huérfano en los barrios marginales a la edad de cinco años. Si dices que es natural que alguien así se gaste en tus beneficios políticos, entonces eres verdaderamente despiadada”. Lucius se rio a carcajadas de placer, recordando con entusiasmo las desgracias de Rio.

“No creo que tú debas decir eso, ya que fuiste tú quien lo convirtió en huérfano… Pero cometiste un error. No tengo ningún valor como rehén”. Christina miró a Lucius con claro desdén.

“¿Escuchaste eso, Rio? ¿Qué piensas? Suena realmente admirable, ¿eh? Ella está tratando de enojarte a propósito, probablemente para ser la primera en irse, ¿verdad?” Lucius se rio entre dientes, viendo su plan.

“Qué…” Christina trató de objetar, pero terminó mordiéndose el labio con amargura.

“¿Te volviste senil caminando por el bosque? Este bastardo no te abandonará. Si iba a abandonarte, me habría cortado la espalda hace mucho tiempo. Está tratando de salvarte en esta situación. La hipocresía es repugnante”, escupió Lucius.

“Eso es suficiente. ¿Qué tan lejos vamos?”

Rio pidió a Lucius que se detuviera. Actualmente se encontraban en una colina, a varios cientos de metros del borde del pueblo.

“Bien. Arreglemos esto “, dijo Lucius, apuntando con su espada al cuello de Christina.

“Ah…” Christina se tragó el aliento y se congeló. “¿Qué, no puedes sacar tu espada?” Lucius se burló.

“…” Rio miró a Lucius con dureza, pero no sacó la espada de su cintura.

“Ha. Si quieres ganarme, debes tirar todo lo que no sea tu sed de sangre. Eres igual que Zen: tratas de luchar mientras llevas un exceso de peso sobre ti. Y, sin embargo, eres fuerte. Eso es lo que no puedo soportar. Vivir como una contradicción andante… Pero esa es precisamente la razón por la que morirás sin poder proteger a las personas cercanas a ti. Te lo demostraré: la tontería de un humano que lleva ese tipo de peso innecesario”. Hasta ahora, Lucius había estado usando un tono exagerado para provocar a Rio, pero la sed de sangre que había estado conteniendo se liberó mientras lo miraba.

“No lo entiendo… ¿Qué ganas con que yo deseche ese supuesto exceso de peso?” Rio preguntó en un tono indiferente. Obviamente Lucius estaba hablando de Christina y Flora.

“Estoy diciendo que si no lo haces, no podrás derrotarme en esta batalla. Entonces… ¿Fue Celia Claire? Y una mujer llamada Miharu, iré tras esas mujeres a continuación. Por supuesto, los disfrutaré al máximo antes de matarlas. Sin embargo, no te preocupes. Te dejaré medio vivo y te llevaré para que seas testigo de ello”, se jactó Lucius para irritar a Rio.

“…”

Quizás fue porque se habían mencionado los nombres de Celia y Miharu, pero la ira de Rio aumentó. Como para encarnar esa rabia, una tremenda cantidad de esencia mágica salió del cuerpo de Rio.

“¡Ha! Finalmente te ves como un verdadero vengador ahora”. Lucius sonrió y se quitó el parche en el ojo izquierdo.

Rio observó cada pequeño movimiento que Lucius hacía para poder reaccionar si intentaba dañar a Christina y Flora. Entonces, Lucius de repente abrazó a Christina hacia él, Flora todavía de espaldas.

“¡Eep…!” Christina dejó escapar un chillido al perder el equilibrio. Mientras tanto, Lucius apartó la mirada de Rio y miró a lo lejos. Inmediatamente después de eso, Lucius, Christina y Flora desaparecieron.

“¡¿Qué?!” Quien alzó la voz confundido fue Duran, quien había estado en silencio hasta ahora. Estaba asombrado por la repentina desaparición de Lucius, pero…

¡Por ahí!

Rio pudo identificar la ubicación de Lucius con precisión. Podía ver a alguien caer del cielo a varios metros de distancia, como si se hubiera teletransportado allí.

Sin embargo, Rio no estaba dispuesto a perder con eso. Usó sus artes espirituales del viento para acelerar con fuerza su cuerpo y acercarse a Lucius.

“¡Eek!”

Lucius agarró la tela del vestido de Christina y la arrojó a ella y a Flora juntas hacia el suelo. La tela en el medio de la espalda de su vestido se rasgó ruidosamente. No había forma de que se alejara ilesa después de caer varias docenas de metros.

“Tch…” Rio manipuló el viento para cambiar su dirección con mucha fuerza, acelerar y atrapar a Christina y Flora que caían. Luego aterrizó en el suelo con los dos.

“Protégelos si puedes.” Lucius estaba detrás de Rio, su espada balanceándose desde arriba.

¡Es tan rápido! Espera, esto es—

Rio abrazó a Christina y Flora cerca de él mientras detuvo el golpe con una mano con su espada. Pero incluso él no pudo manejar tanto, su equilibrio estaba completamente desequilibrado y apenas pudo detener el ataque.

“Oye, ¿qué te pasa? ¡¿Eh?! ¡Tus movimientos se han embotado!” Lucius blandió su espada sin preocuparse.

“Guh…” Con Christina y Flora abrazadas en sus manos, Rio se mantuvo firme para luchar, pero estaba en demasiada desventaja. Incluso Christina podía darse cuenta de eso con solo mirar.

“¡Sir Amakawa, puede dejarme a un lado!” Christina giró su cuerpo para suplicarle presa del pánico.

“Es peligroso, así que por favor quédese quieta. ¡Sujeta con fuerza a la princesa Flora y no me sueltes!” Rio ordenó, abrazando a Christina aún más cerca.

“¡Tienes la espalda bien abierta!”

Lucius desapareció repentinamente de delante de Rio. En el momento siguiente, estaba parado en diagonal detrás de él, balanceando su espada en su espalda. Sin embargo, como si predijera ese movimiento, Rio cargó hacia adelante con Christina abrazada en un brazo. La espada de Lucius atravesó el espacio vacío en el último momento.

Realmente se está teletransportando después de todo. La última vez que peleamos, él también se movió como si se estuviera teletransportando, pero no basó su lucha en esta habilidad. ¿Es el poder de su espada? ¿O tiene algo que ver con su ojo? Hay una gran cantidad de esencia mágica que fluye de él…

Rio evadió los ataques mientras analizaba la situación con precisión.