Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 14

Capítulo 7: Antes De La Batalla A Muerte

Parte 1

Inmediatamente después de que Lucius se teletransportó con Durán, Christina entró en la aldea junto al bosque con Flora, que estaba inconsciente, en su espalda.

El pueblo estaba extremadamente tranquilo, pero podía ver a los aldeanos caminando aquí y allá. También habían notado a Christina y la estaban mirando de cerca, pero había una atmósfera aislada que se cernía sobre el pueblo que hacía difícil llamarlos.

“Umm…”

De hecho, cuando Christina los miró y habló, ellos desviaron la mirada con miradas de disgusto. Pero no podía permitirse el lujo de sentirse tímida. Christina se acercó al siguiente aldeano que vio; el hombre tenía veintitantos años y estaba trabajando junto a una cabaña, por lo que no se dio cuenta de que Christina se acercaba.

“Disculpe, ¿tiene un momento?” Christina llamó a su espalda. El aldeano se estremeció y se dio la vuelta. Cuando vio a Christina con Flora en su espalda, claramente se congeló en el acto. Parecía que no esperaba que ella le hablara, mientras miraba a su alrededor para comprobar que no había nadie más cerca antes de responder.

“…Oh, sí. ¿Quién es usted?”

“¿Hay un médico en este pueblo?” Christina preguntó cortésmente.

“Un médico… Ese sería el jefe de la aldea”, respondió el hombre con un murmullo.

“¿Podrías llevarme hasta él? Mi hermana pequeña fue mordida por una araña venenosa y tiene fiebre”, explicó Christina sucintamente.

“…Está bien.” El hombre miró sus vestidos andrajosos con sospecha, pero asintió en silencio antes de alejarse. Christina lo persiguió. Apenas intercambiaron palabras en el camino, pero el hombre siguió mirando con curiosidad mientras los guiaba.

Supongo que este atuendo se destaca. Christina miró su ropa y se sintió incómoda. “Hay una cosa que me gustaría preguntar”.

“¿Qué es?” El aldeano se estremeció antes de volverse.

“¿En qué área estamos?” Christina trató de confirmar su ubicación con una pregunta vagamente redactada.

“¿Área? Al oeste del Reino de Paladia, supongo… Realmente nunca salí de la aldea, así que no lo sabría”, respondió el hombre, inclinando la cabeza con curiosidad ante la extraña pregunta.

El rostro de Christina se puso rígido levemente antes de dar una respuesta incómoda. “Ya veo…”

Bastante lejos de Rodania, entonces. Y aliado del Imperio de Proxia…

Finalmente habían salido del bosque, pero su situación no había mejorado. La influencia del Reino de Beltrum, una de las potencias más grandes de la región de Strahl, no sería de ninguna ayuda aquí; en todo caso, era más probable que fuera un obstáculo.

No es una distancia que pueda viajar mientras llevo a Flora. ¿Qué tengo que hacer…?

Ante una realidad tan dura, el rostro de Christina se puso aún más rígida. Por ahora, había que hacer algo para que el veneno carcomiera a su hermana, pero no tenía buenas ideas sobre qué hacer después de eso.

Al final, llegaron a la casa del jefe de la aldea antes de que ella pudiera idear un plan para regresar a Beltrum.

“Este es el lugar del jefe de la aldea. Iré a explicar la situación, así que espera aquí un poco”.

El aldeano dejó atrás esas palabras y entró a la casa solo. Christina esperó antes de la entrada y regresó un minuto después.

“El jefe de la aldea la verá. Entra.”

“Gracias. Disculpe, entonces.” Con Flora a la espalda, Christina hizo una pequeña reverencia antes de entrar. Un hombre de mediana edad estaba esperando en la sala de estar justo después de la entrada.

El aldeano que los condujo hasta aquí estaba junto al hombre que parecía ser el jefe de la aldea. Junto a él había otro hombre de edad similar. Miró con curiosidad el sucio estado de sus vestidos cuando se acercaron.

“Esto… Bienvenido, soy el jefe de esta aldea. He escuchado la esencia general de las cosas: necesita un médico, ¿verdad?” El hombre de mediana edad se presentó y se inclinó profundamente.

“Sí. Mi hermana pequeña fue mordida por una araña venenosa en el bosque. ¿Podrías examinarla y ver si tienes algún antídoto para tratarla?”

“Eso se puede hacer, pero… ¿ustedes dos serían nobles?” El jefe de la aldea miró a Christina con una mirada escrutadora. Aunque estaba bastante sucio, el vestido que llevaba debe haberlo hecho suponer eso.

“Sí.” Aunque técnicamente era de la realeza, Christina asintió sin corregirlo.

“Ya veo, así es como es. Oye. Yo me ocuparé del resto, para que ustedes dos puedan irse”.

El jefe de la aldea ordenó a los dos jóvenes que estaban a su lado que se fueran, pero ellos permanecieron allí, reacios a hacerlo. El jefe los miró con impaciencia. “Estás en el camino. Y no debería estar aquí para presenciar el examen médico de una mujer noble. Váyanse.”

“B-Bien”. Los dos hombres intercambiaron miradas antes de arrastrar los pies afuera.

El jefe de la aldea inclinó la cabeza. “Pido disculpas por los jóvenes”.

“No, yo soy la que se arrepiente de causar un escándalo”, dijo Christina, inclinándose a cambio.

“Ahora, déjame echar un vistazo a tu hermana. Hay una habitación de invitados en la parte trasera de este piso, así que diríjase hacia allí. Me ofrecería llevarla yo mismo, pero me temo que mi espalda ya no es la que solía ser…”

El jefe de la aldea los instó a moverse, sonriendo con ironía ante la última mitad de sus palabras. Por lo tanto, los dos se dirigieron hacia la habitación de invitados.

“Por cierto, ¿puedo preguntar qué estaban haciendo dos nobles en el bosque? Tú también pareces estar sola…” preguntó el jefe en el camino.

“Viajábamos a bordo de nuestro vehículo de transporte cuando fuimos atacados por bandidos. Mi hermana y yo escapamos con vida corriendo hacia el bosque, pero…” Christina respondió con tacto.

“Oh, Dios… Qué terrible debe haber sido para ti. Entonces, ¿no habría una gran conmoción por tu desaparición?” preguntó el jefe preocupado, como si acabara de creer su historia. Eran las palabras de un noble; mientras no hubiera contradicciones claras o factores sospechosos, no se sospecharía de ellos. Aunque el collar alrededor del cuello de Christina era un poco curioso…

“Sí, lo más probable”.

“Teniendo en cuenta el estado de tu hermana pequeña, deberías quedarte aquí por la noche. Puede que no se adapte al gusto de la nobleza, pero aquí también tenemos comida caliente”.

“Muchas gracias.”

Llegaron a la habitación de invitados y el jefe de la aldea las invitó a entrar. “Ahora, entra. Acuéstala allí.” Christina se movió junto a la cama y dejó a Flora en el suelo con suavidad.

“… ¿Flora?”

Flora recuperó vagamente su conciencia y abrió los ojos.

“El médico del pueblo te está examinando”. Christina sonrió gentilmente para tranquilizarla.

Flora vio al jefe de la aldea de pie a un lado. “Muchas gracias…” dijo débilmente.

El médico negó con la cabeza y comenzó su examen. “No tienes que agradecerme. Ahora, ¿dónde te mordió la araña? Por favor, cuénteme todo sobre la situación cuando fue mordida y cuánto tiempo ha pasado desde entonces”.

“La araña la mordió en el cuello temprano en la mañana. Usó magia desintoxicante de inmediato, pero no pareció tener ningún efecto. Estuvimos caminando toda la tarde, lo que pareció hacer circular el veneno… luego se desmayó con fiebre”, respondió Christina en nombre de Flora.

“Ya veo. Si me disculpa… Hmm, ya veo, ya veo”. El jefe de la aldea se acercó a Flora y movió su cabello para revisar el área afectada. Inmediatamente vio la marca hinchada, similar a un hematoma.

Una mancha negra, ¿eh? Recuerdo que había una araña venenosa en el bosque  que  podía  crear  esto.  Si  no  se  trata,  el  negro  se  extiende gradualmente hasta convertirse en necrosis. Se puede tratar inmediatamente después de la picadura aplicando un alcohol fuerte, pero no tengo idea de cómo tratar esto una vez que ha progresado hasta ahora… He oído que los síntomas pueden volverse contagiosos si se agravan también…

El jefe de la aldea miró de cerca la marca en el cuello de Flora. Si el veneno que ingería el cuerpo de Flora era contagioso, esos síntomas eran extremadamente preocupantes. La idea de que el veneno se extendiera por la aldea era aterradora, por lo que quería que se fueran lo antes posible. Pero dudó en decirle eso directamente a la nobleza.

“¿Estará bien Flora?” Preguntó Christina.

“… No se ve bien”, respondió el jefe de la aldea con una mirada de dolor. Christina palideció de inmediato. “¿No puedes tratarla?”

“Desafortunadamente, no tengo los medios para tratarla. Quizás si tuvieras un médico noble… Además, es posible que estos síntomas no sean venenosos”, sugirió el jefe con incertidumbre.

“¿No es veneno…?”

“Me temo que puede ser una enfermedad infecciosa. Si se deja solo, la piel se ennegrece gradualmente y se pudre. Es posible que haya sido tratable inmediatamente después de la picadura, pero no he oído de nadie que se recupere de estos síntomas después de tanto tiempo. Si bien es realmente lamentable para mí decir esto…”

“Eso no puede ser…” El rostro de Christina se puso visiblemente más pálido a cada segundo.

“…”

Temo que la enfermedad se propague, así que, ¿podrías dejar la aldea? Esas palabras estaban en la punta de su lengua, pero el jefe de la aldea se las tragó frente a los nobles.

“¿Flora… morirá?” Preguntó Christina conteniendo el aliento.

“No estoy seguro. Escuché que la necrosis se propaga rápidamente… y como está en su cuello, podría ser malo. También existe el miedo a que la enfermedad se propague, por lo que puede ser mejor no acercarse demasiado…”

“Qué…”

¿No acercarme? No había forma de que pudiera hacer eso. Christina casi quiso replicar con enojo, pero pudo sentir que el jefe estaba preocupado por la presencia de Flora como una fuente de enfermedad y se tragó sus palabras.

De repente, los dos hombres que se habían ido antes reaparecieron. Debieron haber corrido hasta aquí, ya que estaban jadeando por respirar. “¡P-Papá! ¡Hay una gran noticia!” dijeron desde el otro lado de la puerta abierta.

“¿Q-Qué es?” preguntó el jefe confundido, al ver la atmósfera seria. “¡Una persona importante del reino ha venido a la aldea!”

“¿Qué dijiste…?” El jefe de la aldea volvió lentamente la cabeza para mirar a Christina y Flora.

¿Vinieron a buscarnos? Si es así, eso significa que el Reino de Paladia también está involucrado en este incidente…

Christina procesó inmediatamente sus pensamientos, pero carecía de la información para sacar conclusiones.

“¿Tienes a alguien en mente?”

“No tengo idea…” Christina negó con la cabeza nerviosamente. “Yo.”

“Vamos a entrar”.

Dos hombres nuevos aparecieron en la puerta. Fueron Lucius y Duran.

“¡¿Qué—?! Ngh…” Christina se puso de pie y se preparó por reflejo. Sin embargo, acordó tardíamente el hecho de que su magia había sido sellada por el collar alrededor de su cuello.

Los ojos de Duran se abrieron con interés. “Oh. Qué espíritu tan ardiente tenemos aquí”.

“Esta es la hermana mayor, Christina Beltrum”, le informó Lucius. Los dos entraron en la habitación sin reservas.

“Entonces la que está acostada debe ser la hermana pequeña, Flora Beltrum. Hmm, parece estar en un apuro sin remedio…” La mirada de Duran se volvió hacia Flora, acostada en la cama.

“¡Haha! Debe haber sido envenenada por alguna criatura molesta del bosque”. Lucius se rio de buena gana, haciendo una conjetura inquietantemente precisa sobre la situación.

“¿Es eso cierto?”

“…” Christina guardó silencio ante la pregunta de Durán. “Oye, jefe. ¿Qué te parece?” Preguntó Lucius.

Abrumado por la atmósfera de la habitación, el jefe de la aldea dio su respuesta con miedo tembloroso. “¡S-Sí, señor! ¡Aparentemente fue mordida por una araña en el bosque! Les acabo de informar que no se puede tratar aquí…”

“Ya veo… Heh, esta es la razón por la que deberías haber esperado en silencio en la cabaña. Ahora has pasado por todo este esfuerzo para dejar el bosque antes de que te encuentren de todos modos. Un esfuerzo en vano, por así decirlo,” dijo Lucius burlonamente.

“Ngh…” Christina se mordió el labio y apretó los puños.

Ella no podía negar eso. Si hubieran optado por esperar en la cabaña del bosque, Flora no habría sido mordida por la araña. Ese era el pensamiento en su mente, pero…

“N-No fue en vano. Fue mi culpa. Reduje la velocidad de Christina…” Flora se unió a la conversación desde donde estaba acostada en la cama, protegiendo a su hermana mayor.

“Oh, estás despierta”. Lucius miró la cama. “Tu voz… es familiar”, dijo Flora débilmente.

“Me siento honrado de que lo recuerdes. Sin embargo, es la primera vez que conozco a la primera princesa. Buen día, soy Lucius Orgueil”. Lucius se presentó en un tono pomposo y sonrió.

“T-Tú eres quien intentó secuestrar a Flora en Amande…” La mirada de Christina se agudizó.

“Sí, pero ese bastardo me interrumpió”. Lucius recordó ese momento y bajó la voz con irritación.

Duran palmeó el hombro de Lucius para calmarlo antes de mirar a Flora.

“Guarda ese enojo para cuando él llegue. Más importante aún, podríamos tratar a la segunda princesa en el castillo de Paladia”.

“¿Qué…?” El corazón de Christina se tambaleó. Su preciosa hermanita podría salvarse.

“El precio será una noche en la cama con la primera princesa. ¿Qué te parece?” Añadió Duran.

“Qu… ¡E-Eres un desgraciado!” Christina miró a Duran con la cara roja.

“¡Ha! Aunque, la vista patética de su vestido sucio me ha hecho perder el apetito. ¿Quién imaginaría a la princesa de un reino importante cayendo tan lejos? Tiene peor aspecto que una ramera de las afueras. No, sólo puedo verla como una mendiga”, se burló Duran.

“…”

Qué hombre tan grosero y poco refinado era este; Christina nunca había estado tan deshonrada desde que nació.

“Hehehe. Princesa de una nación enemiga. Y una de voluntad fuerte también. Mm, qué mujer tan maravillosa en verdad”. Duran se rio burlonamente, pero Christina no sabía si la estaban elogiando o insultando.

“… ¿Qué está pasando aquí?”

Justo en ese momento, Rio estaba repentinamente parado frente a la puerta, mirando hacia el interior de la habitación. Christina, Flora, Lucius y Duran estaban presentes. ¿Qué tipo de combinación era esta? Cuestionó la situación con rostro severo y dudoso.

“¡¿S-Sir Amakawa?! ¿Por qué estás aquí…?” Christina se sorprendió, su boca se abrió en un aturdimiento.

“Bueno, esto es una sorpresa. ¿Cómo llegaste ya? Hay al menos treinta kilómetros desde la capital hasta este pueblo”. Duran miró de cerca a Rio. Solo habían pasado diez minutos desde que se teletransportó aquí, entonces, ¿cómo estaba Rio aquí ya? Pero Rio había volado a toda velocidad después de dejar la capital de Paladia.

“No hay nada de qué sorprenderse. Este tipo puede moverse a velocidades monstruosas”. Lucius miró a Rio.

“¿Qué significa esto?” La mirada de Rio se agudizó, pero Lucius sacó su espada y apuntó con la punta a la garganta de Flora.

“Qué…” Mirando hacia arriba donde estaba acostada en la cama, Flora se puso rígida levemente.

Rio también se preparó para luchar en cualquier momento.

“Whoa, ahí. ¿Tienes la intención de luchar aquí?” Dijo Lucius, mirando el aire peligroso alrededor de Rio, quien estaba listo para desenvainar su espada.

“Tú fuiste quien desenvaino primero, ¿no?”

“Vamos, vamos, no hay necesidad de apresurarse. Quería matarte con cada fibra de mi ser desde la última vez que nos vimos; me siento igual que tú”.

Sin apartar la mirada de Rio por un momento, Lucius hundió la punta de su espada en el cuello de Flora por un mero milímetro.

“…” Rio no parecía querer que Flora lastimara, mientras fruncía el ceño mientras reprimía su sed de sangre.

“Ha. Eso está mejor. Ni siquiera podemos balancear nuestras espadas completamente en este lugar estrecho. Movamos la matanza al aire libre”.

“…Bien.” Rio estuvo de acuerdo con la propuesta de Lucius.

“Príncipe Durán. ¿Podrías llevarte a la princesa Flora?” Lucius le preguntó a Duran, pero Duran le lanzó a Flora una sola mirada antes de negarse a quemarropa.

“Me niego. Está sucia y apesta. No tengo ningún interés en abrazar a esas mujeres”.

“…” Tanto Flora como Christina temblaron con los rostros enrojecidos.

“Hah, buen punto. Oye, primera princesa. Llevas a tu hermana”. En cambio, Lucius le dio la orden a Christina. Luego, todo el grupo salió de la casa del jefe de la aldea juntos. Los espectadores curiosos se habían reunido alrededor de la casa del jefe, viéndolos salir de la casa con aire pesado.

“Piérdanse. Esto no es un espectáculo”. Duran amenazó a los aldeanos de mal humor y se dispersaron en todas direcciones. Por alguna razón, el jefe de la aldea y los dos aldeanos que lo acompañaban los habían seguido, por lo que Durán también se volvió hacia ellos.

“No es necesario que todos ustedes vengan tampoco. Están en el camino.”

Los tres hombres asintieron y se retiraron a la casa.