Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 2

Capitulo 9: La Batalla Final

Parte 1

Parece que en los últimos años, muchas dramatizaciones de esta época han representado a Souma Kazuya como un gobernante sabio y valiente. Ellos lo pintan como un gobernante que se lanzó al campo de batalla, como matando muchos poderosos oponentes en un combate singular, como haber confundido a los ejércitos enemigos con su ingenio, y por haber traído la felicidad a las personas con sus excelentes políticas.

Sin embargo, los historiadores disputan esa valoración de él.

Para empezar, en toda su vida, Souma solamente luchó suficientes guerras en el extranjero para ser contados por un lado. Tenía muy pocas oportunidades de mostrar ese tipo de destreza militar. Casi todos los logros por los que es recordado fueron en realidad logrados por aquellos que sirvieron bajo él.

En cuanto al ingenio que le permite con sus enemigos, no hay ninguna prueba de que se le ocurrió ninguna de esas ideas. En la época en que vivió, había muchas personas, sobre todo entre los que se destacaban era el primer ministro, Hakuya, que era dueño de tal ingenio, por lo que Souma podría sólo haber puesto en práctica los mejores planes ofrecidos por tales personas.

Ciertamente, tenía muchas políticas excelentes, pero es cuestionable si llevó a todo su pueblo a la felicidad.

De vez en cuando, había signos de que la posición de Souma le causaba sufrimiento. Si todas sus políticas habían tenido los efectos deseados, probablemente no habría sufrido tanto. Por lo tanto, las habilidades de Souma no eran tan grandes como las dramatizaciones representan. Ese fue el consenso alcanzado por historiadores.
(JuCaGoTo: *utos historiadores que saben de Souma, no vivieron en esa época.)

…Sin embargo.

Incluso con eso dicho, hay pocos que afirman que Souma no fue un gran gobernante.

Otro punto de consenso entre los historiadores era que “Souma era bueno para reunir personas y usarlas bien”. Souma no tenía grandes habilidades, pero era un genio en la forma en que colocaba a las personas capaces donde se necesitaban y podía desplegar el número necesario de tropas, donde fueron requeridas.

El evento que primero difundió el nombre de Souma en todo el continente, es su victoria en la guerra con el Principado de Amidonia, fue en gran parte del resultado de este regalo. Tenía una firme comprensión de lo que era y de lo que no era capaz de hacer, y fue capaz de delegar las cosas que no podía hacer a los demás.

Podría ser que esta es la cualidad más importante para un gobernante.

***

“Son más tercos de lo que esperaba…”

Mientras observaba la batalla que se desarrolla desde el campamento principal del ejército del reino de Elfrieden, me sorprendió por lo buena pelea que estaban poniendo las fuerzas del principado de Amidonia.

Fueron 55.000 soldados del reino en alto espíritu frente a 25.000 soldados principado agotados. El resultado debería haber sido evidente para cualquier persona, pero las fuerzas del principado resistieron bien. No, tal vez fue que nuestras fuerzas no fueron completamente capaces de atacar.

Primero, los wyverns del reino y del principado eran prácticamente peleas de perros en los cielos. Porque no habían sido afectados por la emboscada del valle de Goldoa, la unidad de Wyvern del principado de Amidonia era la unidad más enérgica en el ejército del Principado.

Había menos de 500 caballeros, pero si se mantenían a la defensiva, incluso la caballería de Wyvern de Elfrieden, que presumía del doble de sus números, lucharía para atacarlos. Si pudiéramos aprovechar la supremacía aérea, eso decidiría el resultado de la batalla, pero no parecía que eso pasaría rápidamente.

Al final, la batalla se había dejado para que las fuerzas sobre el terreno decidieran.

El ejército del reino se había desplegado en la formación del ala de la grulla. En el centro estaba la Guardia Real dirigido por Ludwin, además de un total de 20.000 soldados, entre ellos 10.000 de las tropas que informaron directamente a mí en el Ejército Prohibido y 10.000 del Ejército. En el ala izquierda había aproximadamente 15.000 tropas del Ejército dirigidos por Glaive (Halbert y Kaede estaban en esta unidad también). Por último, en el ala derecha había una fuerza de aproximadamente 15.000 tropas dirigidas por Liscia que consistía de tropas del ejército y tropas auxiliares de la aldea de los elfos oscuros.

Quería que Liscia permaneciera en el campamento principal, pero ella dijo: “Esta es la batalla final. Déjame hacer lo que pueda, también “, y me obligó a dejar que se saliera con la suya.

En parte porque ella era actualmente la única persona que aún podía mantener unidas a las fuerzas confundidas del Ejército, lo acepté con vacilación.

Ella había sido algo así como una ídolo durante su tiempo con el ejército, después de todo. Gracias a la formación de Georg, también, no hubo ningún problema con su capacidad de mando de las tropas. Tomé la decisión pensando que ella se encontraría con poca resistencia.

Aunque, al menos, envié a Aisha con ella como guardaespaldas. Ella era una princesa, después de todo, y no quería que fuera demasiada temeraria.

De todos modos, como estaba en el campamento principal, en la parte trasera de la fuerza central dirigida por Ludwin, la única persona con la que tenía que hablar era Carla, a quien tenía cerca como rehén.

Mientras Carla era un rehén, sus manos y pies no estaban atadas con cadenas. Llevaba un collar de esclavitud, por lo que la estrangularía en el momento en que intentara huir o dañar a su amo. Supuestamente es seguro dejándola así. Me parecía que si ella sólo tomara una espada de uno de los guardias o me apuñala con esas afiladas garras de ella, ella podría matarme con bastante facilidad, pero… supongo que era sólo cómo funcionaba el collar. Por otra parte, Carla no parece tener ninguna intención de hacerme daño nunca más.

Traté de hablar con ella.

“Entonces, ¿qué piensas? Pensé que romperían más fácilmente.”

“… Nadie va a la guerra a querer perder “, dijo.

“Tratarán desesperadamente de evitar una derrota.”

“Sí, supongo que lo harían”.

Tal vez Carla se había aburrido parada a mi lado, porque ella respondió sorprendentemente con facilidad. Como ex comandante de la Fuerza Aérea, debe haber tenido una mejor comprensión de la situación que yo.
 
Están siendo tercos debido a sus números inferiores, ¿eh? Eso podría ser un poco problemático, pensé.
“Nuestras ala izquierda y derecha, es decir las unidades bajo el mando de Liscia y Glaive, no parecen moverse mucho,” dije.

“Si fueran un poco más proactivo en rodeándolos, ¿no te parece que podrían eliminarlos?”

“… Si piensas eso, ¿por qué no envías un mensajero en un caballo rápido con esa orden?”, Preguntó Carla.

Con el tono que usaba, era como si ella me estuviera preguntado “¿Es esa tu respuesta final?” Me hizo detenerme a pensar en ello un poco. Sin embargo, no pude llegar a ninguna conclusión.

“… No sé,” dije.

“Mi conocimiento de la guerra es puramente teórico, por lo que Liscia debería saber mucho más acerca de comandar tropas que yo. En lugar de abrir la boca cuando no debería, es mejor dejarla tomar las decisiones a los que están en el campo.”

Carla se rió un poco.

“Jajaja. Esa es probablemente una buena idea”.

Parecía que esa era la respuesta correcta.

“Carla, ¿sabes la razón?” Pregunté.

“¿Quieres que te lo explique?”

“Es el número de tropas que tiene el enemigo”, dijo.

“¿El número de tropas?”

Carla señaló hacia el campo de batalla.

“Solo sé lo que había escuchado al escucharlos, pero esos son los 30,000 soldados que sitiaron a Altomura, ¿verdad? También fueron emboscados mientras se retiraban”.

“Sí es cierto.”

“No parece que sus números hayan disminuido tanto, teniendo en cuenta todo lo sucedido”.

“¿Hm? Ahora que lo mencionas…”

Con una fuerza tan grande, era difícil decir algo a simple vista, pero parecían tener aproximadamente la mitad del tamaño de nuestra propia fuerza, que tenía 55.000 tropas. Supuse que tenían alrededor de 25,000 tropas.

Era cierto que, teniendo en cuenta que habían sido emboscados por los marines de Juna en el valle de Goldoa, no parecía como si se hubieran sufrido muchas pérdidas.

“¿La emboscada no logró nada?”, Me pregunté.

“No, por lo que veo en el campo de batalla, hay diferentes niveles de moral en las diferentes unidades del ejército del principado. Lo más probable este formado por las tropas que perdieron en la emboscada, tomando reclutas de las ciudades a lo largo de su ruta hasta aquí. Esa sería la razón por la cual algunos de ellos parecen tener baja moral.”

“Entiendo…”

Los países en este mundo generalmente tenían ejércitos permanentes.

En un mundo donde hay animales gigantes que, desde la perspectiva de una persona de la Tierra, bien podría ser monstruos que corren desenfrenadamente, era necesario contar con las tropas que podrían movilizarse en cualquier momento. En Elfrieden, el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y las tropas que estaban bajo mi control directo en el Ejército Prohibido eran tropas permanentes. Por supuesto, en caso de necesidad, los impuestos podrían recaudarse de las personas comunes. En nuestro caso, la mayoría de los ejércitos personales de los nobles que no sean los tres duques estaban compuestos por tropas reclutadas.

Después de la guerra, planeé crear un ejército unificado que incorporaría también las diversas fuerzas nobles, pero tenía la intención de liberar a las personas del servicio militar y hacer que volvieran a sus ciudades. En este momento, aumentaría la productividad era una preocupación más urgente que una disminución en el poder militar.

Naturalmente, el ejército que el principado usó para invadirnos también estaría formado por una combinación de tropas permanentes y tropas reclutadas. Debieron haber reclutado todas las reclutas que podían en ese momento.

Entonces, después de la emboscada, las tropas reclutadas deben haber venido de aquellos a los que no pudieron haber reclutado antes.
 
Por ejemplo, podrían ser los ancianos, los pobres, o incluso aventureros que habían estado en su dominio. (El gremio de aventureros ofreció un contrato que permitía a los países reclutar a todos los aventureros que se encontraban en su territorio en tiempos de crisis. A cambio, el país tenía que pagar una suma fija al gremio todos los meses, por lo que ya había cancelado ese contrato.)

Carla estaba señalando que no podían tener una moral alta si ese fuera el caso.

“Si dejas las personas solo de esa manera, eventualmente se romperían por su cuenta”, dijo.

“Por otro lado, si se les rodearas, correría el riesgo de hacer que se unieran como uno. Es por eso que tanto Liscia como Glaive están esperando que rompan filas y huyan.”

“Entiendo”, dije.

“Así que tenía razón al permitir que mis comandantes de campo tomaran la decisión”.

Me di cuenta de que, en una situación como esta, en lugar de pretender saber lo que estaba haciendo y haciendo pronunciamientos en lo alto, era mejor confiar al personal en el campo y dejar en las manos de ellos. Tenía personas capaces ahí, después de todo.

“Solo soy un testaferro, así que debería quedarme en el campamento principal, jugueteando con los pulgares”, dije.

“Creo que es un problema a su manera…”, dijo Carla.

“Eres el rey, ¿verdad?”

“Sólo hay trabajo para un rey antes y después de la guerra,” dije.

“Aparte de eso, bueno… Si se trata de que, tal vez pueda ofrecer mi propia cabeza y rogarles que perdonen la vida de mis tropas y comandantes.”

Cuando dije eso, los ojos de Carla se abrieron de par en par. Ella me miró como si estuviera viendo algo completamente increíble.

¿Huh? ¿Por qué me estaba mirando así?

“¿Dije algo extraño?”, Le pregunté.

“Tu… ¿No tienes miedo a morir?” Exclamó Carla. ¿De qué estaba hablando ella?

“Por supuesto que tengo miedo de morir. No soy suicida”.

“Aun así, justo ahora, dijiste que entregarías la cabeza si fuera necesario, ¿no?”, Preguntó ella.

“¿Ya lo has aceptado?”

“¿Huh? Ah… creo que sí. Eso es raro…”

Carla tenía razón. Ahora que ella lo mencionó… fue raro.

¿Por qué dije que ofrecería mi cabeza como si fuera completamente natural?

Sabía que era algo esperado de un rey. El poder estaba concentrado en mis manos como representante de este país, por lo que tuve que soportar tanta responsabilidad. Eso era lo que significaba ser rey.

Pero, ¿por qué me pareció “natural” que lo hiciera?

Quiero decir, siempre había sido… un poco cobarde, ¿no? Valoro mi vida, ¿verdad? Había tomado el trono y trabajado tan duro en los asuntos internos con el fin de evitar ser entregado al imperio, ¿No es así?

— ¿Cuándo había dejado de importarme mi querida vida?

Carla me miró ansiosamente.

“¿E-Estás bien? ¿Te sientes mal?”

Estaba en silencio.

Mal… eso no está del todo bien. Roto…
 
Había algo roto en mí como persona. Sí. Eso tuvo una extraña cantidad de sentido.

Solo ahora que se había señalado noté que mi estado mental actual estaba en un mal estado.

Sentí que había estado tomando la vida demasiado a la ligera. Mi propia vida y la vida de otros.

Así fue como pude ser capaz de hacer aritmética simple con las vidas de las personas. Había estado restando las vidas salvadas de las vidas perdidas, y eligiendo cualquier opción donde la suma fuera un número positivo.

Como si fuera un sistema que manejara ese tipo de cálculos.

Fue entonces cuando las palabras que una vez le dije a Liscia pasaron por mi mente.

“Incluso si no quiero hacerlo, tengo que hacerlo. Porque yo soy el rey ahora”.
 
Oh ya veo. Entonces así es como es…
 
“En algún momento, me convertí en rey…” murmuré.

“¿Qué pasa con eso de repente? Has sido un rey todo este tiempo”.

Carla no parecía entender lo que estaba diciendo, pero tenía sentido para mí ahora.

“Estaba siguientes los acontecimientos mientras sucedían”, dije.

“En algún momento… sin darme cuenta, empecé a actuar como un sistema del estado que llamamos un ‘rey’. … Al decirme que era parte de mi programación, llegué a ser capaces de elegir siempre la ‘mejor’ opción.”

“¿Sistema? ¿Programación? Oye, ¡¿de qué demonios estás hablando?!” gritó Carla.

Todo lo que podía hacer era dar una risa autocrítica.

“Carla, puedo ser un ‘falsificación’”.

“¿Qué?”

“Después de todo… Si no puedo entrar en el papel de rey, no puedo enviar soldados al campo de batalla”, dije.

Yo era un cobarde No quería ser herido o suicidarme. No quería ver a otros heridos o muertos, tampoco.

Para alguien como yo vaya a una guerra como un rey, tenía que abrazar plenamente mi papel como un sistema del estado.

Diciéndome esto fue era lo que hace un rey, había sido capaz de suprimir mi propia voluntad y hacer lo que había que hacer. Si no lo hubiera hecho… me sentí como si hubiera sido aplastado bajo el peso de todas las vidas que podrían perderse debido a mis decisiones. Cuando vi lo lejos que había tomado eso, sólo podía reírme con desprecio mí mismo.

“Hombre… no puedo reírme del antiguo rey ahora, eh”, le dije.

“Si tuviera un reemplazo viable, me gustaría darme por vencido en este momento”.

“… ¿De qué me sirve escucharte en un momento de debilidad como este?”, Preguntó incrédula.

“Lo entiendes al revés”, dije.

“¿Crees que me podía dejar que Liscia y los demás me escuchen hablar de esta manera?”

Para Liscia, que me había dicho que quería que yo fuera rey; para Aisha, quien me sirvió como rey; y para Juna, Hakuya, Poncho, Tomoe y todo lo demás, nunca podría dejar que me oyeran así. Especialmente porque Liscia, siendo la persona seria que era, parecía sentirse responsable por el hecho de que su padre me había empujado el trono hacia mí.

“Debido a que has luchado contra mí, puedo dejar que me escuches de esa manera”, dije.

“… Eso no me hace feliz en absoluto”.

Entonces sucedió. Sucedió cuando estábamos hablando. Noté que había habido un cambio en el campo de batalla.