Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 2

Capitulo 8: Declaración de Guerra

Parte 1

— Noche, primer día, décimo mes, año 1.546, calendario continental — Cercano Altomura.

El ejército Amidoniano había accedido a romper su cerco a petición del señor del castillo, Weist Garreau, pero cuando llegó el mediodía, no había ninguna señal de la apertura de las puertas de Altomura.

El príncipe soberano de Amidonia, impaciente con el estado actual de las cosas, ordenó que se reanudara el asedio. Luego, una vez que se completó el cerco, dio la orden para un ataque total. Sin embargo, después de haber roto el cerco de la ciudad, tomó una cantidad considerable de tiempo para rodear la ciudad una vez más. Había crecido cerca de la noche cuando se había completado la tarea.

“Te maldigo…” maldijo Gaius.

“Y pensar que me tomarían por tonto, por un hombre sin importancia como Weist”.
Sentado en un taburete en el campamento principal de Amidonia, Gaius golpeó el pie con impaciencia. Cuando lo vieron así, puso a todos los oficiales y hombres de pie al costado. Sabían que si hicieran algo desahogaría su mal genio ahora, podría costarles sus cabezas. Eso naturalmente causó que cayera un aire pesado en el campamento.

En medio de todo, el príncipe heredero, Julius, hizo todo lo posible para apaciguar a Gaius.

“Eso sólo significa que una pequeña molestia hizo lo que saben hacer las pequeñas molestias”, dijo.

“Está haciendo un intento fútil para ganar tiempo. Tendremos que asegurarnos de aplastarlo esta vez. ¿De qué hay de ser tan irritado?”

“… Hmph”, dijo Gaius.

“Sí, su lucha ciertamente ha sido en vano”. Parecía apaciguado por las palabras de Julius, pero continuó:
“Ya es muy tarde para ellos suplicar por sus vidas ahora. Destruiré esa ciudad rural en el momento en que el sol se ponga. Cuando llegue ese momento, Weist, voy a colgar su cabeza de las puertas del castillo, ¡pero no antes de torturarlo hasta que suplique la muerte!”

“… Creo que eso sería apropiado”, dijo Julius.

A diferencia de Gaius, que había dejado que la sangre le subiera a la cabeza, Julius tenía una expresión helada. Aun así, la incertidumbre comenzaba a echar raíces en su mente. Percibió una presencia sospechosa al otro lado de las murallas. ¿Realmente Weist había estado comprando tiempo sin ninguna esperanza de ganar?
Mientras estaba contemplando eso, un soldado Amidoniano se precipitó al campamento principal.

“¡Tengo un informe! Una mujer ha sido vista en las murallas de Altomura!”

“¿Una mujer?” Preguntó Julius.

Mientras escuchaba al soldado que se inclinó profundamente mientras daba su informe, Gaius levantó una ceja.

“¿Quién es ella?”

“Bueno… según un comandante que la reconoció, ella es Excel Walter, almirante de la Marina Elfrieden”, dijo el soldado.

“¡¿Dijiste Excel Walter?!” Gaius dudaba de sus propios oídos.

“¡¿Dices que uno de los tres duques estaba dentro de ese castillo?!”

Era difícil de creer. El rey de Elfrieden, Souma, había emitido su ultimátum a los tres duques hace solo unos días. Ciertamente, la almirante Excel Walter le había jurado lealtad allí, pero para cuando los espías les habían entregado esa información, los ejércitos del Principado ya habían sitiado a Altomura.

Su base de operaciones era ciudad Lagoon al borde noreste del reino, mientras que Altomura estaba cerca del borde suroeste. No importa lo rápido que viajara, debería haber tardado tres o cuatro días para recorrer esa distancia. Si Excel había estado en la ciudad Lagoon cuando se emitió el ultimátum, posiblemente no podría haber entrado a Altomura.

“¡¿Por qué?! ¡¿Por qué está Excel allí?!” gritó Gaius.

A diferencia del desconcertado Gaius, Julius parecía como si las cosas repentinamente tuvieran sentido para él.

“… Lo más probable es que Excel estuviera en comunicación con Souma antes del ultimátum”.

La identidad de esa sensación que no había sido capaz de ponerle nombre… la que había estado sintiendo desde que llego a Altomura. ¿Había sido la sombra de Excel?

En el momento en que se dio cuenta, Julius descubrió la táctica del enemigo y palideció. Si Excel y Souma habían estado en secreto en contacto, era posible que los otros dos duques también lo hubieran estado.

¡Si ese ultimátum fue una farsa…!

Ahí fue donde Julius finalmente se dio cuenta del verdadero objetivo del enemigo.

“¡Padre, prepárate para la retirada! ¡Hemos sido atraídos hasta aquí! gritó.

Julius se arrodilló ante su padre, lamentablemente ofreciéndole ese consejo. Gaius parpadeó ante la repentina sugerencia de retirada.

“¿Atraídos hasta aquí? ¿Qué quieres decir?”

“Lo más probable es que Excel estuviera en Altomura cuando participó en la reunión donde se emitió ese ultimátum”, dijo Julius.

“Tenemos una joya de transmisión de voz en nuestro país, al igual que ellos, y ciertamente no sería imposible el transportarla.”

“¿Por qué tendría que hacer eso?”, Preguntó Gaius.

“Para mantenernos inmovilizados en esta ciudad, estoy seguro”, dijo Julius con amargura.

“El objetivo del enemigo es…”

“Este es un anuncio que concierne a todos los ciudadanos de Elfrieden”.

Julius siendo cortado su frase a la mitad, una voz lo suficientemente alta como para que todos los soldados Amidonianos que rodean Altomura escucharan el eco a través de la zona. Cuando se volvieron a mirar, había una silueta gigante de pie en las murallas de Altomura.

Debe haber sido de alrededor de 20 metros de altura. Si ese fuera un hombre en sí, realmente sería un gigante, pero el escenario detrás de él era transparente. Tenía que ser una ilusión de algún tipo.

Esa silueta era el rey provisional de Elfrieden, Souma Kazuya.

Hoy, él no llevaba el atuendo casual que usualmente hacía; él estaba vestido con un uniforme militar apropiado. Dicen que la ropa hace al hombre, y él tenía un aspecto mucho más intimidante de lo habitual.

Gaius y Julius miraron con odio a Souma.

***

“Repito. Este es un anuncio que concierne a todos los ciudadanos de Elfrieden. Soy el rey provisional de Elfrieden, Souma Kazuya”.

Mientras tanto, en las murallas del castillo, Excel estaba mirando la imagen gigante de Souma en uniforme militar con una expresión complicada en su cara.

La niebla que proyectado esta imagen gigante de Souma había sido producida por la magia de Excel.

Con el poder mágico de Excel tenía como un descendiente de serpientes marinas, le resultaba fácil imitar a uno de los receptores de niebla utilizados para la joya de transmisión de voz. En este momento, Excel estaba usando ese poder para mostrar al ejército de Amidoniano a Souma por la joya de transmisión de voz.

Souma comenzó dando una explicación directa de la secuencia de acontecimientos que habían llevado a la actual situación.

Cómo el general del ejército, Georg, había estado albergando a los nobles corruptos, y así el Ejército Prohibido y el Ejército habían entrado en conflicto.

Cómo el general de la Fuerza Aérea, Castor, se había rebelado contra él, dispuesto a martirizarse por su amistad con Georg.

Y cómo, de los tres duques, solo el Almirante de la Marina, Excel, había expresado su intención de servirle lealmente desde el principio.

Por supuesto, solo estaba exponiendo los hechos, uno tras otro, sin profundizar en los detalles, pero los detalles poco importaban a estas personas. Lo que querían escuchar era si iban a ser atrapados en la lucha o no.

“Han pasado muchas cosas, para llevarnos a este punto, pero en la actualidad el Ejército Prohibido, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea están todos bajo mi mando”, anunció Souma.

“Por lo tanto, por la presente proclamo la guerra civil ha llegado a su fin.”

El conflicto entre el rey y los tres duques había terminado.

Para los ciudadanos, el simple hecho de saber eso era suficiente. Sin embargo, Excel tenía una expresión de dolor en su rostro.

Hacía sólo dos días desde el ultimátum. Este anuncio significaba que, en ese momento, Souma había derrotado tanto a la Fuerza Aérea de Castor Vargas como al Ejército de Georg Carmine…

Ella podía entender a Castor. Sólo se había revelado con sus tropas personales, y Excel había compartido su conocimiento de las rutas que se podría utilizar para invadir la ciudad del dragón rojo con el fin de ayudar en su capturar.

Sin embargo, sintió que era algo artificial en la forma en que Georg se había rendido tan fácilmente.

La cantidad de tiempo que se me pidió que comprar era tan corta, pensé que podría haber algo, pero… Nunca pensé que estaban trabajando juntos desde el principio, pensó. Parece que Castor, yo misma, y hasta su Majestad pueden haber estado bailando en la palma de la mano de Georg Carmine.

A pesar de su apariencia juvenil, Excel se preguntó si esto era lo que era envejecer. Cuando comenzó a comprender el plan de Georg, miró hacia la distancia con un suspiro.

Si así era como iba a ser, debería haber presionado más duro para que Castor se detuviera. … Si hubiera arriesgado este viejo cuello mío, ¿hay alguna forma en que pueda salvar sus vidas de esos dos?

Eso fue lo que pensaba Excel mientras miraba a la imagen de Souma.

El discurso de Souma estaba llegando a su clímax.

***

“La guerra civil ha llegado a su fin. ¡Sin embargo es demasiado pronto para envainar nuestras espadas! ¡Los ejércitos del Principado de Amidonia han cruzado la frontera e invadido nuestro país! ¡En este mismo momento, las fuerzas de Amidonia han asediado la ciudad al sudoeste de Altomura!”

Cuando el rey de repente reveló la invasión de Amidonia, aproximadamente la mitad de la población se puso tensa, mientras que la mitad reaccionó con sorpresa. Los que se pusieron tensos fueron aquellos en el oeste que ya habían recibido información de la incursión de Amidonia, mientras que los que se sorprendieron fueron aquellos en el este del país donde las noticias aún no habían llegado.

No habían pasado muchos días desde que el Principado de Amidonia había lanzado su invasión, por lo que la información aún no se había difundido por completo.

Las personas del este reaccionaron a esta noticia repentina con pánico. Sin embargo…

“Pero no teman”, declaró Souma.

“Había anticipado que esto podría suceder, así que envié a la duquesa Excel a Altomura. Hasta ahora, el enemigo ha sido incapaz de capturar Altomura”.

Cuando las personas escucharon estas palabras de Souma, ayudó a calmarlos un poco. Él continúo.

“Ya tengo al Ejército Prohibido, al Ejército, a la marina y la fuerza aérea bajo mi mando. La fuerza invasora del principado es de 30,000. Con el Ejército Prohibido, el Ejército y la Fuerza Aérea Combinada, podemos movilizar a unos 55.000 soldados. Si marchamos a Altomura ahora, sería una tarea sencilla expulsarlos a estos invasores bárbaros.”

Cuando escucharon esas palabras, un aire de alivio cayó sobre las personas. Sin embargo, al momento siguiente…

“Pero, mi pueblo. ¡¿Es eso solo suficientemente?!” Gritó Souma.

Ese aire de alivio desapareció cuando el rey alzó la voz.

“El Principado de Amidonia siempre ha estado atacando las tierras de este país “, continuó Souma.

“Durante generaciones, sus príncipes han pedido el regreso de sus tierras perdidas, expandieron sus fuerzas militares, y mantuvieron la frontera en un estado constante de tensión. El príncipe actual, Gaius VIII, no es diferente. Avivó las llamas del conflicto entre los tres duques y yo, actuando entre bastidores para promover sus propios objetivos. ¡Entonces, cuando el enfrentamiento entre Georg y yo se convirtió en algo seguro, levantó sus ejércitos y pisoteó las tierras de nuestro país!”

Sí, Souma había hecho algunas maniobras detrás de las escenas, enviando una misión para el gremio de los aventureros con el fin para evacuar las ciudades y pueblos en el camino de los ejércitos del Principado. Sin embargo, eso no significaba que no hubo pérdidas. Hubo aldeas deliberadamente puestas a la luz. Probablemente también habían sido saqueadas. Si algunas personas habían tenido la mala suerte de encontrarse con exploradores enemigos mientras huían, es posible que haya habido también vidas pérdidas.

Poniendo todo su enojo en sus palabras, Souma continúo.

“¡Les pregunto una vez más! ¿Están satisfechos simplemente perseguirlos? En esta era, cuando toda la humanidad está tratando de unirse bajo el Imperio del Gran Caos contra los ejércitos del Señor Demonio, ¿se puede tolerar tal comportamiento bárbaro y retrógrado? ¡No! ¡Ciertamente no se puede! Por lo tanto, si bien es innecesario para nuestro país diga esto, ya que ha sido objeto de un ataque por sorpresa, lo diré de todos modo.”

Aquí Souma hizo una pausa por un momento, tomando una respiración profunda, luego hizo una clara proclamación.

“¡El Reino de Elfrieden declara la guerra al Principado de Amidonia!”

Fue una declaración de guerra. Las personas se pusieron tensas cuando escucharon esas palabras.

Estas fueron palabras que nunca habían escuchado en el tiempo del ex Rey, Albert.

Los hombres estaban envueltos en una extraña sensación de euforia, mientras que las mujeres estaban asustadas, y los ancianos que habían experimentado los días de guerra y caos durante el reinado del rey anterior a Albert, el llamado Conquistador, temían que esos días pudieran regresar.

Sin embargo, Souma continuó sin vacilar en lo más mínimo.

“Estoy seguro de que los ejércitos de Amidonia están viendo esta transmisión, también. Y entonces, declararé esto. Estoy enviando las fuerzas reunidas en el ducado Carmine hacia el oeste. Su objetivo será capturar la capital del Principado, Van. Mientras, las fuerzas del Principado, está perdiendo su tiempo cerca de Altomura, que sin duda estaremos quemando sus casas hasta hacerlas cenizas.”

Y luego Souma cerró su discurso con estas palabras, que, sin duda, serían utilizados para representar a toda esta escena cuando se dramatizaría en años posteriores.

“¡Escúchame, Gaius! ¡Ahora que has puesto una mano encima de mi casa, vere que poagues por ello con todo los intereses!”

***

Los wyverns portadores de palanquín del Ejército Prohibido para los viajes reales en el extranjero (también conocidos como los “wyverns de la sala de estar”) eran cuatro wyverns que llevaron a una góndola que era tan lujosa como una limusina.

Desempeñaron un papel similar al de un dirigible.

Había sido uno de estos cuatro wyverns que había prestado a Poncho cuando él había ido a reunir ingredientes

El interior de la góndola era espacioso y lujosamente equipada. Cuando el dinero había sido escaso al principio, había considerado quitar todas las decoraciones y venderlos, pero Marx, que había sido mi primer ministro en ese momento, me había pedido, “Estos sirven como la cara de nuestro reino hacia el exterior. ¡Por favor, no los venda!” Así que había renunciado a la idea.

Estaba dentro de esa góndola, que acaba de terminar con la declaración de guerra contra el Principado de Amidonia.

La joya de transmisión de voz estaba allí, justo frente a mí. A pesar de lo espacioso que era la góndola, todavía habíamos tenido un problema considerable para cargar la joya en ella. Porque la joya era lo suficientemente grande como para perforar el techo, nos habíamos visto obligados a cortar una abertura en la parte superior y bajarla por ahí.

Debido a eso, ahora que estábamos volando, el viento soplaba dentro de la góndola y hacía mucho frío. Solo esperaba que mis temblorosas piernas no entraran en la transmisión durante la declaración de guerra…

“Hiciste un buen trabajo, Souma”, dijo Liscia.

“Ven, entra aquí”.

Ahora que había terminado de soportar el frío el tiempo suficiente para declarar la guerra, Liscia abrió la manta que se había enroscado alrededor de ella y me dejó entrar en ella.

Dos personas envueltas en una manta. Oh, qué cálido. Finalmente me sentí que podía descansar un poco. Nunca había estado tan agradecido por el calor de otra persona.

“Ahh, que frío hace”, gemí.

“Si hubiera sabido que iba a ser tanto frío, creo que hubiera preferido ir por tierra.”

“Si ibas a cargar la joya en algún otro vehículo, un carruaje tirado por caballos no podría jalarlo”, dijo Liscia.

“Y si lo hubieras transportado por rhinosaurus, ¿no te hubieras mareado por el movimiento?”

“… Ambos son igualmente malos, eh,” murmuré.

Había viajado con los rhinosaurus cuando habíamos ido a proporcionar ayuda a la aldea de los elfos oscuros. Había sido cualquier otra cosa menos un suave viaje.
 
Probablemente, Hal y los demás se estén moviendo con ellos, pensé. Necesito encontrar una manera de mejorar la experiencia, rápido. Podrían ir a la huelga si no lo hago.

Mientras estaba sentado allí, pensando cansadamente en esas cosas…

“H-Hmph… Un poco de frío como este… no es nada…” dijo Carla, sentada frente a nosotros y tratando de levantar un fuerte frente incluso cuando se estremeció.

Esta chica que había traído con nosotros como rehén contra la Fuerza Aérea podría haber estado usando una armadura, pero ella no tenía una cobija para protegerse del frío. Le había ofrecido prestarle uno, pero ella lo había rechazado, tratando de actuar ruda.

Pensé que estaría bien, siendo una dragonewt, pero… ahora que lo pienso, son reptiles, ¿verdad?

“¿Los dragones tienen problemas para adaptarse al frío, como las lagartijas?”, Pregunté.
“¡No nos amontonen con lagartos!”, Exclamó.

“S í, es cierto, que tenemos problemas con el frío, pero…”

“Pero debes volar a altitudes bastante altas en la Fuerza Aérea, ¿verdad?”, Le pregunté.

“¿No hace frío cuando haces eso?”

“… Tomamos las medidas adecuadas para protegernos del frío”, dijo.

“Ah, sí, supongo que tendrías que hacerlo”.

Este tipo de escalofrío tenía que ser un hecho cotidiano para la Fuerza Aérea, por lo que tenían que tener medios para lidiar con eso.

Cuando puse una manta de repuesto sobre ella, Carla dio un incómodo “… Hmph”, y se envolvió alrededor de ella mientras estornudaba.