Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 8

Capítulo 6: Un Poder Inalcanzable 2

“ENCANTADO DE CONOCERTE. Soy, um, Fitz.”

El maestro Fitz estaba un poco nervioso por conocer a Zanoba. Zanoba, por otro lado, se acercó a él.

“Soy el Tercer Príncipe del Reino de Shirone, ¡Zanoba Shiro-aaah!”

Actuaba tan arrogante que le golpeé en las rodillas, obligándolo a agacharse. Normalmente no vigilaba cómo se comportaba la gente respecto a un superior, pero Fitz era un hombre de clase alta, y Zanoba podía bajar un poco la cabeza en su primer encuentro, seguramente.

“Zanoba, el maestro Fitz es el que propuso la solución que estamos usando. Muéstrale la cantidad apropiada de respeto.”

Cuando dije eso, Zanoba se inclinó en la cintura.

“Entendido, Maestro. Es un placer conocerle. Me llamo Zanoba Shirone, Tercer Príncipe del Reino de Shirone”.

“N-no, no tiene que ser tan, um… formal. Eres miembro de la familia real, así que por favor no te pongas tan formal.” El Maestro Fitz agitó sus manos frenéticamente mientras se colocaba detrás de mí.

Los ojos de Zanoba se abrieron de par en par. Existía una gran disonancia entre a) los rumores sobre el Maestro Fitz, b) la apariencia física del Maestro Fitz, y c) sus actuales gestos y discurso. Se le llamaba Fitz el Silencioso y se le temía como un mago que podía hacer magia sin voz, pero cuando realmente hablaba con él, era una persona diferente a su edad. Un amable estudiante de último curso que cuidaba de sus alumnos.

“Bueno, ahora que se han conocido, vamos a seguir adelante.” Con eso, los tres nos movimos.

El mercado de esclavos estaba en el Distrito de Comercio. La compra y venta de esclavos era un asunto tranquilo en el Continente de Millis y en la región sur del Continente Central, pero los Territorios del Norte eran diferentes. Aquí, la mayoría de los países habían legalizado el comercio de esclavos, que era una parte clave de la economía.

La gente se convirtió en esclava por varias razones. Había huérfanos durante las guerras. Había quienes eran vendidos de niños por sus padres cuando las cosechas fracasaban y no tenían otras opciones. También estaban aquellos que se vendían a sí mismos como una forma de salvar a su familia. Había incluso un rumor de que existía un rancho de esclavos en las zonas más oscuras del gremio de los ladrones.

Las Naciones Mágicas eran en general lo suficientemente prósperas como para que sus ciudadanos nunca tuvieran que recurrir a tales medios, pero más al este había varias aldeas desoladas que periódicamente vendían sus hijos a los esclavistas. Esos esclavos eran luego reclutados por las milicias o bandas de mercenarios de los Territorios del Norte, o comprados por el gobierno para que sirvieran como carne de cañón durante la guerra.

Antes de partir, había reunido alguna información del Gremio de Aventureros. Las grandes ciudades tenían múltiples mercados de esclavos, y este en particular tenía cinco. Los mercados menos salados eran lugares espantosos, así que nos dirigimos a uno que me recomendaron como amistoso para principiantes y dirigido a una clientela con bolsillos más grandes.

“Hm, esto es bastante diferente al mercado de mi país de origen.” Zanoba asintió en aprobación, como si estuviera impresionado.

A simple vista, el mercado de esclavos se parecía a cualquier otro edificio. Era sencillo, compuesto por tres edificios de barro y piedra. Encima de la entrada estaban las palabras Grupo Rium – Mercado de Esclavos. Un brasero crujía cerca de la entrada, y a su lado estaba un hombre vestido con gruesas ropas árticas rematadas con una armadura de cuero.

“Así que no es al aire libre, ¿eh?” Fitz comentó sorprendido.

Los mercados de esclavos eran generalmente asuntos internos en los Territorios del Norte.

Por una simple razón.

“Vamos adentro”.

Una ráfaga de aire caliente nos envolvió cuando entramos. Los fuegos crepitantes se extendieron por todo el interior del edificio, así como las ocho etapas donde se alineaban los esclavos desnudos, obviamente, algo que no se podía hacer en el frío si te preocupaba la salud de los esclavos. El mercado que me habían aconsejado no visitar se encontraba en el exterior.

“Hm, hay muchas tiendas aquí. Maestro, ¿a dónde deberíamos ir?” Preguntó Zanoba.

“Nunca he hecho esto antes. Echemos un vistazo primero.”

Las ocho tiendas diferentes eran propiedad de comerciantes de esclavos bajo la jurisdicción del Grupo Rium. La clientela reunida en torno a ellas era bastante diversa: Había aventureros como yo, gente con atuendos nobles como Zanoba y el Maestro Fitz, comerciantes, gente del pueblo, campesinos y estudiantes. Había incluso algunos dueños de esclavos en la mezcla, parados con sus esclavos recién comprados y charlando alegremente entre ellos.

Los personajes más mal vestidos podrían haber sido carteristas, no, no podrían entrar en un mercado vigilado como este. Tal vez ellos mismos eran esclavos, enviados por sus amos para encontrar más esclavos para comprar. Además aseguré la bolsa de monedas escondida bajo mis ropas. Zanoba era el que financiaba la compra del esclavo, pero yo era el que manejaba su cartera. Estaríamos en graves problemas si alguien viniera y se la robara, después de todo.

“Uh, um, wow… realmente están todos desnudos.” Fitz estaba mirando las tiendas, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Su cara era de color rojo brillante. Seguí su mirada a un grupo de esclavos delgados y musculosos, probablemente guerreros. La guerrera del centro estaba particularmente… bien dotada. Se podría pensar que melones como esos se interpondrían en el camino en el combate, pero sabía, al ver a Ghislaine luchar, que ese no era el caso.

“¿Es la primera vez que viene aquí, Maestro Fitz?”

“¿Eh? Oh, um, sí.” El Maestro Fitz se rascó la parte posterior de su oreja mientras tímidamente se ajustaba su capa alrededor de sí mismo. Exactamente el tipo de reacción que esperarías de una virgen.

“Así que, Rudeus, ¿estás acostumbrado a esto?”

Me hizo sentir un poco triunfante pensar que podría tener más experiencia sexual que un hombre de clase alta, pero sólo lo había hecho una vez, yo mismo. Y mi compañera salió corriendo después de eso. Nada de lo que estar orgulloso.

“Estoy seguro de que te sentirás más tranquilo cuando tengas algo de experiencia”, le aseguré.

“¿Estás seguro de eso? Oye, espera, eso significa que tienes experiencia…” Parecía repentinamente abatido.

Ah, todavía eres tan joven, pensé.

“Maestro, no queremos guerreros, ¿verdad? Buscamos una raza con manos diestras que pueda usar la magia, ¿verdad?” Zanoba nos tiró de la barbilla, como diciendo que nuestra conversación era irrelevante para él.

“Una raza con manos diestras… eso tiene que ser un enano, ¿verdad?” Le pregunté.

“Un enano que puede usar la magia de la tierra. Aunque esta última es más importante que su raza”, respondió Fitz mientras nos abríamos camino en las tiendas.

A pesar del tamaño del mercado, no había muchos enanos entre los esclavos. La mayoría de las personas en venta eran claramente guerreros, y ninguno tenía las manos diestras que buscábamos.

“Um, creo que podríamos arreglarnos con un niño aunque no pueda usar la magia todavía, ya que Rudeus siempre puede enseñarles eso más tarde”, dijo Fitz.

“¿Por qué uno joven?” Pregunté.

“Es más fácil aprender magia sin voz cuando eres joven”.

“Oh, de verdad, ¿es eso cierto?”

“Sí, es casi imposible de aprender una vez que tienes más de diez años.”

¿En serio? Aunque, ahora que lo pienso, Sylphie había sido capaz de usar la magia sin voz pero Eris no. Tal vez su edad tuvo algo que ver con eso después de todo.

“Así que está conectado a la edad, ¿eh?”

“Sí. Puede que me equivoque, pero esta es la conclusión a la que he llegado en base a mi experiencia personal, mi maestro, y las palabras de nuestros profesores. Además, si empiezas a usar la magia a los cinco años, el tamaño de tu piscina de maná aumentará drásticamente. Si quieres enseñar al esclavo a hacer figuras con tu método, entonces cuanto más grande sea la piscina de maná que tengan, mejor.”

“Pensé que el tamaño de la piscina de maná de una persona se fijaba al nacer”, dije.

“Eso es incorrecto. Los libros de texto pueden decirlo, pero la verdad es que la piscina de maná de una persona deja de crecer una vez que llega a la edad de diez años”, explicó el Maestro Fitz.

Ya veo. Eso explicaría por qué tenía una piscina de maná tan grande, habiendo empezado a usar la magia cuando tenía unos dos o tres años. Y como el maestro Fitz había dicho que hablaba por experiencia personal, probablemente también albergaba una piscina de maná impresionantemente grande.

“¿También has estado usando magia desde que eras muy joven?”

“Sí. Bueno… hace mucho tiempo, mi maestro me salvó y le pedí que me enseñara, y así fue como aprendí.”

“Aha”. Tal vez su maestro lo había salvado de los monstruos del bosque, o algo así. No… si había sido un niño entonces, era más probable que hubiera sido secuestrado. Había un próspero negocio de tráfico de niños en este mundo, e incluso con las gafas de sol puestas, el maestro Fitz era guapo.

“¿Así que tu maestro también puede usar magia sin voz?”

“Sí. Es increíble. Lo respeto profundamente.”

“Es genial. Me encantaría conocerlo”, dije. Conocer a otro maestro de magia sin voz podría ayudarme a mejorar mis propias habilidades.

El maestro Fitz dio una risa amarga.

“Estoy bastante seguro de que eso es imposible”.

“¿En serio? Supongo que debe ser una persona muy importante”. El maestro Fitz era el guardaespaldas de una princesa, después de todo, así que su maestro podría ser un mago de la corte o algo así.

“No es de alto rango, pero es de la región de Fittoa”.

“Ah…” ¿Alguien que se vio envuelto en el incidente del desplazamiento? Así que Fitz probablemente no sabía dónde estaba ahora.

“No estoy realmente seguro de qué decir, entonces… espero que siga vivo”.

“Todavía está vivo. Lo he encontrado, de hecho.”

Ahora que lo pienso, dijo que había empezado a buscar en el teletransporte para buscar a un conocido. Así que ese era su maestro, ¿eh?.

“Espera, entonces ¿por qué no puedo conocerlo?”

“Hehe. Es un secreto.” Fitz sonrió con fuerza.

¿Por qué mi corazón parecía latir con fuerza cuando vi su sonrisa? Claro, podría desmayarme por los chicos guapos ficticios, pero no era gay. Tal vez era mi cuerpo tomando medidas drásticas en su búsqueda de recuperación.

***

Siguiendo las sugerencias del Maestro Fitz, establecimos tres criterios al buscar un esclavo. Uno, tenía que tener alrededor de cinco años de edad (más joven que eso y había una alta probabilidad de que no fueran capaces de hablar). Dos, tenían que ser enanos (por sus manos diestras). Y tercero, tenía que ser una niña bonita (mi preferencia personal).

“¿Una niña? No me importa de cualquier manera, pero Maestro, ¿no está perdiendo de vista nuestro objetivo aquí?”

“Rudeus…”

Fue mi último requisito lo que llevó a que ambos me regañaran.

“¿Eh?”

“Dicho esto, no podemos esperar que un niño de cinco años haya tenido mucha educación. Si todo lo que hablan es la lengua del Dios Bestia, entonces podemos olvidarnos de tratar de enseñarles magia.”

“Hablo la lengua del Dios Bestia. Puedo educarlos”.

“En verdad, Maestro, ¿conoce la lengua del Dios Bestia? ¡Nunca dejas de impresionar!”

“Eh, supongo.” Me enorgulleció su cumplido. Puede que no lo parezca, pero era multilingüe, después de todo! Incluso le había enseñado a un niño de cinco años en el pasado.

Hablando de eso, me preguntaba cómo estaba Sylphie. Elinalise y el Maestro Fitz eran el testimonio de mi fascinación por los elfos, cuya esbelta belleza atraería a cualquier fanático de la fantasía de la vieja escuela. Sylphie tenía sangre de elfo, y tendría unos quince años ahora mismo. Apuesto a que se había convertido en una belleza de cabello verde, y a juzgar por lo que Paul había dicho, sus habilidades mágicas también habían avanzado mucho. Su fama debería extenderse a lo largo y ancho, pero no había oído ni un solo susurro sobre alguien que encajara en su descripción.

“En cualquier caso, hemos decidido nuestros requisitos, así que intentemos preguntarle a uno de los comerciantes.”

Me dirigí al Centro de Información. Detrás del mostrador había un tipo macho con una cabeza calva y un bigote. Parecía desconcertado cuando nos vio al maestro Fitz y a mí, pero asintió con la cabeza satisfecho cuando vio a Zanoba.

“Um, disculpe, en realidad estamos buscando…”

Macho me ignoró y en su lugar se dirigió a Zanoba.

“Hola, bienvenido. ¿Qué estás buscando? ¿Un tipo de lucha que pueda actuar como guardaespaldas? Tenemos algunos disponibles ahora mismo que pueden ser enseñados a manejar una espada. También tenemos algunos magos, pero probablemente sería mejor que fueras a la universidad en ese caso. ¿O está interesado en el tipo que puede, eh, ya sabe? No, ni siquiera tienes que decirlo. Puedo decir por tu cara que no atraes exactamente a las damas. Tenemos una chica curvilínea de unos veinte años. Una ex prostituta, así que es bastante hábil en “¡aaaah!”

El hombre se llevó una garra de hierro a la cara y fue levantado en el aire.

“No ignores a mi maestro. Te arrancaré esa ridícula lengua que mueves y te quitaré la mandíbula mientras lo hago”.

“¡H-hey ahora! ¡¿Qué estás haciendo?!”

Dos guardias se amontonaron para someter a Zanoba, pero él no se movió ni un centímetro. De hecho, todo lo que tuvo que hacer para lanzarlos fue encogerse un poco de hombros. Impresionante, pensé. Este alto y desnutrido otaku había dominado totalmente a dos guardias musculosos sin siquiera intentarlo. Así que este era el poder de un Niño Bendito, ¿eh?

Oh, espera, no debería estar mirando.

“¡Alto! Zanoba, ya basta. ¡Abajo, chico!”

“¡Sí, señor!”

Al oír mi voz, Zanoba liberó al hombre. Me giré para mirar al guardia de seguridad y me incliné rápidamente.

“Lo siento mucho, pero se emocionó un poco.”

“No, está bien… sólo, intenta no volverte demasiado loco, ¿de acuerdo? Sacaremos nuestras espadas la próxima vez.” Ellos felizmente lo dejaron pasar, y yo fingí no notar el miedo en sus ojos.

Lo más inesperado, sin embargo, fue la reacción del maestro Fitz. En el momento en que los guardias se apoderaron de Zanoba, se puso delante de mí con su varita levantada. Sus movimientos eran increíblemente rápidos, pero no eran sorprendentes para un guardaespaldas de una princesa.

Bueno, como sea, ¡sigue con la conversación!

“Buscamos a un enano de unos cinco años”, dije, repitiendo nuestra petición al Macho.

El hombre tembló mientras repasaba con los ojos la lista de inventario que tenía delante. Pasó página tras página y sus ojos se entrecerraron. “Para empezar, no tenemos muchos enanos por aquí, especialmente niños de cinco años.”

Parecía que nuestros requerimientos eran demasiado específicos, después de todo. La mayoría de los enanos vivían en el Continente Millis, al sur del Gran Bosque en la base de las Montañas Blue Wyrm.

“No tiene que ser un enano. Si son diestros con sus manos, eso servirá.”

“Oh, tenemos uno. Sólo uno.” El macho golpeó con el dedo contra un punto de su lista de inventario.

“Una niña enana de seis años. Sus padres estaban endeudados, así que toda su familia fue vendida a la esclavitud. Sin embargo, no tiene la mejor salud. Bueno, probablemente estará bien una vez que le den algo de comida. No habla el idioma de los humanos, y como sólo tiene seis años, tampoco puede leer”.

“Ya veo. ¿Y cuál es el estado de sus padres?”

“Ya les hemos vendido a los dos.”

“Bueno, ¿por qué no nos adelantamos y la conocemos entonces?”

***

Macho llamó, y un comerciante se presentó. Era de piel oscura, probablemente del continente de Begaritt. Era fornido y sudoroso, se limpiaba a menudo con el paño húmedo alrededor de los hombros, pero el mercado estaba caliente. Me había quitado la bata, y Zanoba se había quitado la capa; sólo el Maestro Fitz permanecía completamente vestido. De hecho, parecía perfectamente cómodo, a juzgar por la expresión de su cara. Bueno, está bien, su cara era de color rojo brillante, pero eso fue por una razón completamente diferente.

El mercader se presentó, extendiendo su mano en dirección a Zanoba.

“Saludos, soy el gerente de la sucursal de la tienda Domani, una subsidiaria del Grupo Rium. Me llamo Febrito.”

Zanoba estaba alcanzando la cara del hombre, así que le tomé la mano con fuerza y la estreché.

“Un placer, mi nombre es Rudeus el Quagmire”.

Cuando le ofrecí mi nombre, el hombre pareció dudoso por un momento, pero su expresión se transformó rápidamente en una amplia sonrisa.

“¡Oh, así que tú eres Quagmire! He oído hablar de ti. Dicen que el año pasado mataste a un rezagado.”

“Sólo tuve suerte. Mi oponente también se debilitó.”

Febrito echó un breve vistazo a Zanoba y al Maestro Fitz.

“He oído que hoy estás buscando un enano.”

“Sí, este hombre de aquí financiará la apertura de un nuevo negocio. Estamos buscando un niño para entrenar con las habilidades necesarias desde una edad temprana.” Fue una explicación al azar, pero no fue una mentira.

“Ya veo, ya veo. No puedo recomendarle a este individuo en particular, pero… ¿por qué no echa un vistazo primero? Por aquí, por favor.”

Seguimos a Febrito por la parte de atrás y al depósito de esclavos. Bueno, lo llamé “almacén”, pero eran sólo líneas de jaulas de acero conectadas a poleas. Cada jaula era como una alfombra de tatami de ancho, con una o dos personas amontonadas dentro. Los comerciantes probablemente las lavaron y pulieron antes de ponerlas en exhibición, pero estaban sucias ahora mismo, y un olorcillo era suficiente para hacerme arrugar la nariz. Al mirar más de cerca, vi niños llorando y otros con miradas penetrantes llenas de intenciones asesinas dirigidas hacia nosotros. Había otros como nosotros, conversando con otros comerciantes en el área de almacenamiento.

Febrito caminó rápidamente a través de los huecos entre las jaulas de acero, llamando a alguien que estaba al borde del camino.

“Hey, ¿esa niña enana sigue viva?”

“Sí, está aguantando.”

“¿Dónde?”

“Por aquí”.

Nos adentramos más en el área de almacenamiento. Los calentadores no parecían funcionar hasta aquí, así que hacía un poco de frío. El subordinado de Febrito se detuvo frente a una jaula que sostenía a una chica con una mirada en blanco en sus ojos, sentada con las rodillas pegadas al pecho.

“Bueno, sácala”.

“Entendido.” El subordinado de Febrito asintió con la cabeza y abrió la jaula de acero, sacando a la chica.

La niña tenía un collar alrededor de su cuello y grilletes alrededor de sus pies. Su cuerpo esquelético estaba cubierto por patéticos trapos. Su cabello pudo haber sido naranja alguna vez, pero ahora era un desordenado y asqueroso desastre con mechones de gris salpicados por todas partes. Su cara estaba pálida y sus ojos estaban huecos mientras se rodeaba con sus brazos, temblando. Me di cuenta de que hacía frío, pero no parecía ser la única razón de su temblor. Era una visión dolorosa de contemplar.

“Desnúdala”.

Sus temblores no parecían molestar al subordinado de Febrito, que rápidamente le arrancó los trapos. Su cuerpo mortalmente delgado y desnutrido quedó completamente expuesto.

La cara del maestro Fitz se retorció mientras miraba.

“Rudeus…”

Incluso yo encontré esto nada más que aborrecible. Sólo quería apurarme y comprarle para que pudiéramos darle una comida y un baño caliente. Sin embargo, los ojos de la chica me preocupaban. Esos ojos vacíos. Los había visto antes en alguna parte.

“Como puedes ver, es una enana. Seis años de edad, así que no tiene ninguna habilidad para hablar. Sus dos padres eran enanos. Su padre era herrero, y su madre hacía joyas. Debería tener las manos diestras que usted desea, asumiendo que ha heredado su habilidad, pero el único lenguaje que conoce es el del Dios Bestia. No creímos que pudiéramos venderla, así que su salud tampoco está en las mejores condiciones. Le haremos un descuento en la cuenta.”

El maestro Fitz parecía preocupado al acercarse a la chica, poniéndole una mano en la mejilla. Después de unos segundos, su tez mejoró un poco. Probablemente le había echado algo encima.

“Y es virgen, por supuesto. La desintoxicaremos por si acaso, si decide comprarla. Aunque no puedo recomendarlo.”

El maestro Fitz me miró como un niño que había encontrado un cachorro abandonado y lo trajo a casa con él. La niña cumplía con nuestros criterios… pero esos ojos realmente me molestaban.

“Hola, señorita.” Me arrodillé y la llamé en el lenguaje del Dios Bestia.

“Me llamo Rudeus. ¿Cuál es el tuyo?”

“…”

“Verás, hay algo que me gustaría que hicieras.”

“…”

“Um…”

Me miró fijamente con esos ojos en blanco, sin ofrecer una sola palabra en respuesta. El subordinado de Febrito alcanzó el látigo que estaba a su lado, pero yo lo detuve con mi mano.

“Maestro, ¿qué pasa?” Preguntó Zanoba.

“Ha perdido toda esperanza. Tiene la mirada de alguien que ya no quiere vivir”.

“¿Has visto a alguien así antes?”

“Muchas veces. Hace mucho tiempo.”

Tanto Zanoba como el Maestro Fitz parecían preocupados, pero no tenía intención de ofrecer más información sobre mi vida pasada si podía evitarlo. Nada bueno podría salir de ello.

El vacío en la mirada de la chica me trajo recuerdos. Yo había tenido la misma mirada en la mía cuando tenía unos veinte años. No tenía educación, ni esperanza para el futuro, ni perspectivas de trabajo. Todo lo que podía hacer era comer, cagar y sobrevivir.

En retrospectiva, no había sido demasiado tarde para cambiar las cosas. Pero en cambio, me había hundido más en la desesperación, me había encerrado completamente, había perdido aún más esperanza. Quería morir.

“¿No quieres vivir más?” Pregunté en Dios Bestia.

“…”

“Sientes que todo es inútil. Entiendo cómo es eso.”

“…”

Su mirada se posó lentamente en mí.

“Si es tan malo, ¿debería terminarlo por ti?”

Podría hacer lo mejor para salvar a esta chica. Podría comprarle ropa, alimentarla, incluso podría ofrecerle palabras amables. Pero necesitaba saber si ella quería que lo hiciera.

“…”

“Di algo”, dije en “Dios Bestia”.

La chica ni siquiera se inmutó. Sólo abrió muy lentamente sus labios agrietados.

“No quiero morir”, murmuró en voz baja.

Fue una respuesta poco entusiasta, pero serviría. Estaba bien si ella no “quería vivir”. Al menos no quería morir, y eso es suficiente por ahora.

“La compraremos”.

Le envolví la bata que llevaba sobre sus hombros. Luego usé magia para calentarla y canté un hechizo de desintoxicación. La magia de curación no haría nada por su resistencia, así que sólo tendríamos que darle algo de comida.

“Señor Febrito, ¿cuánto?”

Era el equivalente a diez monedas de cobre grandes de Asura. Ese era su precio.

***

Llevamos a la niña a un área de lavado al borde del mercado de esclavos para bañarla, y luego nos dirigimos al Distrito de Comercio para comprar ropa y otras necesidades. Finalmente terminamos en un café de lujo, no en un lugar al que hubiera ido yo solo, sino que fue el maestro Fitz quien la eligió. Él encajaba perfectamente, mientras que Zanoba estaba completamente despreocupado, como corresponde a la realeza. La chica que acabábamos de comprar estaba totalmente centrada en tragar comida, haciéndome el único que se sentía incómodo en un entorno tan elegante.

El Maestro Fitz parecía estar de buen humor.

“Me alegro de que te guste”, dijo, mientras acariciaba la cabeza de la chica.

“Por cierto, Rudeus, ¿cómo se llama?”

“¿Cómo te llamas tú?” Pregunté en el Dios Bestia. La chica me miró, desconcertada.

“¿Nombre?”

¿Eh? ¿No estaba comunicando las palabras con suficiente claridad? No había usado el lenguaje desde hace tres años, pero lo había hecho bien en el Gran Bosque. Tal vez los de la aldea de Doldia me habían complacido de la misma manera que alguien de Japón podría complacer a un americano que se presentó en Tokio y dijo que hablaba japonés con fluidez.

“Um, ¿cómo te llamas?”

“La hija de Bazar del Acero Sagrado y Lilitella de la Hermosa Cresta de la Nieve”.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando, así que sólo traduje sus palabras al pie de la letra. Cuando lo hice, el maestro Fitz simplemente respondió, “Oh, está bien”, asintiendo con la cabeza con una mirada de conocimiento.

“Los enanos no tienen un nombre oficial hasta que tienen siete años”, explicó.

“¿Un ‘nombre oficial’?”

“Cuando cumplen siete años, reciben un nombre que se basa en algo que se les da bien, algo que les atrae o algo que les gusta.”

Así que eso fue todo. El maestro Fitz estaba bien informado como siempre.

“Aún así, necesitamos algo para llamarla”, dije.

“Sus padres se han ido. Tendremos que ponerle un nombre nosotros mismos”.

“Vamos a decidir su nombre, ahora. ¿Tienes alguna preferencia?” Le pregunté a la chica yo mismo, pero ella simplemente inclinó la cabeza.

“Es una niña pequeña. Démosle un nombre bonito”. El razonamiento del Maestro Fitz sonaba como algo que una chica diría. Me hizo querer hacer lo contrario y darle un nombre que sonara duro… pero no, no podía hacer eso. Teníamos que hacer esto bien.

“¡Zanoba, déjanos oír tu opinión!”

Zanoba me echó un vistazo.

“¿Hm? ¿Estás seguro de que está bien que yo decida?”

“Tú eres el que financió esta empresa, después de todo.”

“Entonces será Julias”, dijo, sin dar señales de haberle dado ninguna consideración.

“¿No es ese un nombre de niño?”

“Sí, fue una vez el nombre de mi pobre hermano pequeño. El que maté cuando juzgué mal mi propia fuerza.”

No pude controlar mi cara cuando dijo eso. Sabía que Zanoba había matado a su hermano pequeño, pero no sabía cómo reaccionar ante la indiferencia con la que hablaba. El maestro Fitz parecía confundido.

“Se quedará en mi habitación, ¿no? Ella debería llevar un nombre con el que yo sienta una conexión”.

“Al menos que sea Juliette. Es una chica, después de todo.”

“Me parece bien. Entonces, Juliette.”

“Juli… ette, jeje, es un buen nombre.” El maestro Fitz se rió alegremente, como si encontrara divertido el nombre.

“A partir de hoy, tu nombre será Juliette”, le dije a la chica en lenguaje de bestia.

“¿Julie…?”

“Juliette”.

“Julie”, dijo con una sonrisa torpe. Bastante cerca.

Y así fue como Juliette (apodada Julie) llegó al cuidado de Zanoba. Por la noche, yo la instruía en magia sin voz y en la lengua humana, mientras que Zanoba le daba charlas divagantes sobre las propiedades de las muñecas y las figuritas. También la hizo hacer ejercicios de desarrollo de destreza con él, probablemente porque todavía quería ser capaz de hacer figuritas por sí mismo algún día.

Mientras tanto, no había todavía ninguna señal de que lograría mi verdadero objetivo en un futuro próximo.