Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 8

Capítulo 5: Un Poder Inalcanzable

 

 

ZANOBA SHIRONE, el Tercer Príncipe del Reino de Shirone. Un Niño Bendito poseía un poder sobrenatural desde el momento en que nació. Y un pervertido. Un pervertido inconfundible. Se podría decir que era un otaku figurativo que llevó las cosas demasiado lejos. Cuando se dio cuenta, las miraba todos los días, y cuando la sensación le llegaba, las acariciaba suavemente con la mano

Cuando se excitaba, perdía el control de su monstruoso poder, pero nunca manejaba sus figuras con brusquedad. Podría haber sido su amor por ellas lo que aseguraba su seguridad.

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El amor. Sí, amaba las figuritas. Le gustaban mucho. Por ejemplo, había una estatua de bronce de una mujer desnuda en su habitación. Una figura delgada y ligeramente lustrosa de una mujer que había comprado antes por impulso cuando la vio en los mercados. Cuando visité por primera vez la habitación de Zanoba, fue sólo para verlo también completamente desnudo, sus brazos envueltos alrededor de la estatua – mi culpa por no llamar. Zanoba se puso rápidamente la ropa y se inclinó ante mí, disculpándose por mostrarme algo tan feo.

No había necesidad de que me explicara lo que estaba haciendo. Su amor era anormal. La nieve seguía cayendo periódicamente en los Territorios del Norte y hacía frío si salías, así que no hacía falta ser un genio para darse cuenta de lo frígida que debe ser una estatua de metal. Se arriesgaba a la congelación por el bien de su deseo. Nadie podía fingir tal dedicación.

Aun así, podía entender de dónde venía. Después de todo, había hecho cosas similares en mi vida anterior. Dicho esto, nunca le perdonaría si lo intentara con la estatua de Dios (la figurita de Roxy).

Ahora que lo pienso, no vi su figurita en su habitación. Me pregunté si la había dejado en Shirone.

***

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O eso creía, hasta los acontecimientos de ese día.

Me encontré con Zanoba postrándose de repente delante de mí.

“¡Maestro, por favor, enséñeme a crear figuritas!”

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Era de noche y tenía en mis manos el comienzo de una nueva figurita. Durante el último mes había estado continuamente diciéndole a Zanoba que esperara un poco más. Había esperado como un perro obediente, pero parecía que su paciencia estaba llegando a su límite.

“¿No me lo prometiste? ¿¡Por qué sigues negándote a empezar a instruirme!?”

Zanoba parecía un poco enfadado. No tenía ninguna razón para rechazarlo, por supuesto. Se lo había prometido, y había estado refrescando mis habilidades para ese propósito. La razón por la que no había empezado todavía era en parte porque las cosas no se habían asentado todavía, y en parte porque no había encontrado la oportunidad de hacerlo, ya que no estaba relacionado con mi objetivo al venir aquí.

“¡Zanoba, mi alumno, ten en cuenta que mis métodos de entrenamiento son estrictos!” A propósito, añadí un toque dramático a mi discurso. La cara de Zanoba se puso seria y asintió con gesto severo.

“Naturalmente. Maestro, le pido que por favor no subestime mi determinación. Aunque empiece a escupir sangre, prometo aprender las técnicas secretas de su creación de figuras.”

“Bien, ese es el espíritu”.

Y así fue como empecé a enseñar a Zanoba a hacer figuritas. Utilizaba mi tiempo en las tardes antes de dormir, una o dos horas al día.

También tenía un motivo oculto. El amor de este hombre por las figuritas era genuino, y además era de la realeza, lo que significaba que era rico. Aunque ya había renunciado a la idea, su apoyo me permitiría añadir color a mis figuras y empezar a producirlas en masa. Este mundo tenía la tecnología para crear estatuas de bronce y de estilo occidental. Si nos apropiamos de esa tecnología, seríamos capaces de producir en masa estatuillas, aunque la calidad se desviara de los originales.

Comenzaría con la producción en masa de la figurita de Roxy. Después de eso, trabajaría en la figurita de Ruijerd. Escribiría un libro glorificando a la Súper Tribu por su lealtad, contando la historia del abismo entre un héroe que todo el mundo reconocía y un hombre que no. Describiría las luchas y conflictos a los que se enfrentó mientras trabajaba duro aunque la gente no lo aceptara. Luego me gustaría ponerle la figurita como un artículo extra para acompañarlo. Sería un conjunto, un libro con una figurita gratis. Si eso tenía éxito, podría publicar otro libro alabando los logros de Roxy.

¡Sí, esto podría funcionar! Podría haber sido imposible para mí hacerlo solo, pero a pesar de sus defectos, Zanoba seguía siendo un miembro de la familia real. Estaba cargado de dinero y también tenía pasión. Era el mejor socio de negocios. Había un dicho sobre no contar los pollos antes de que nacieran, pero yo ya estaba haciendo eso.

“¡De acuerdo, entonces empezaré a impartirte mis técnicas especiales!”

“¡Sí, Maestro!”

La creación de nuestra figurita acababa de empezar.

***

 

 

Vamos a saltar a la conclusión. No pudo hacerlo. Zanoba fue incapaz de usar la magia de tierra sin voz para crear figuras.

Había dos razones para esto. Una era que no podía usar la magia sin conjuros, y la otra era porque su capacidad de maná total no era suficiente.

Para ser justos, había muy pocas personas en este mundo que podían usar la magia sin voz. Los únicos que conocí fueron Orsted, Fitz y Sylphie. Había habido otro ejemplo en esta escuela, un profesor que podía usar la magia del viento sin usar conjuros, pero había muerto el año pasado.

No me había dado cuenta de esto, ya que lo había estado haciendo desde la infancia, pero el lanzamiento sin voz era una técnica de alto nivel. En retrospectiva, ni Eris ni Ghislaine habían sido capaces de realizar magia sin voz con éxito. Tenía sentido que alguien como Zanoba, que acababa de empezar a aprender magia, no pudiera hacerlo.

El otro problema era su capacidad de maná. Para mí, crear figuras era una forma efectiva de usar mi creciente reserva de maná. Pero en realidad, eso significaba que crear una figurita requería una inmensa cantidad de poder mágico. Aquí fue donde me di cuenta por primera vez que aparentemente tenía una reserva de maná considerablemente más grande que la mayoría de la gente.

Pensé que mi maná era un poco más grande que el de la mayoría, pero nunca pensé que la diferencia fuera tan grande. Como aventurero, viendo a otros magos usar todo su poder mágico, pensaría que es porque están siendo demasiado derrochadores en la forma en que usan su maná. Para demostrar la diferencia en los números, solía pensar que si un aventurero normal tenía un máximo de 100, entonces probablemente tenía unos 500 en comparación. En realidad, aparentemente tenía mucho, mucho más.

De todos modos, por mi parte, nunca había soñado que Zanoba no sería capaz de construir una sola pieza para una figurita. Se esforzó mucho. Se despertó por la mañana, agotó su maná hasta que se desmayó, luego se despertó y lo usó de nuevo hasta que se desmayó. Sus mejillas se ahuecaron tanto que su cara parecía un cráneo con lágrimas y mocos cayendo por ella. Lo que más quería hacer era algo para lo que no tenía talento. Ese hecho era evidente.

¿Qué le había hecho? Reflexioné sobre mis acciones y me disculpé.

“Lo siento”.

Zanoba sacudió su cabeza y cansadamente respondió, “No, si yo fuera más hábil…” Tenía la mirada de un hombre afligido por el dolor. La mirada de un hombre tan derrotado que se ahogaba en su tristeza.

Sin embargo, no podíamos rendirnos aquí.

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“Muy bien, entonces, intentemos algo diferente”, dije.

“¿¡Hay otra manera!?” Zanoba, que momentos antes había sido golpeado por el dolor, se recuperó de repente y se sentó adelante.

“Sí, hagamos lo mejor que podamos y encontremos una manera que no use la magia”, dije, conjurando un grupo de tierra-arcilla, específicamente.

“Creé esto con magia, pero deberías ser capaz de encontrarlo en el mundo natural también.” Había oído historias de un famoso alfarero que se había refugiado en las montañas, pero las montañas y bosques de este mundo estaban plagados de peligros. ¿Quizás había bestias ahí fuera hechas de algo parecido a la arcilla?

“¿Qué vas a hacer con eso?”

“Cincelarlo”.

Cincelar. Este era el método más primitivo, más confiable, pero también el más difícil. Se cincelaba la arcilla para hacer cada parte. Esto haría posible la creación de figuras incluso para alguien sin maná. El único problema era que no teníamos herramientas de cincelado, pero deberíamos ser capaces de encontrarlas buscando objetos mágicos en el mercado. Había visto un cuchillo en algún lugar antes que podía tallar a través de las rocas como si fuera mantequilla.

“Ahora lo entiendo, Maestro. ¡Con este método, incluso yo debería ser capaz de crear figuritas!” Zanoba ha levantado la voz con entusiasmo. Su rostro estaba lleno de esperanza.

***

 

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Esa esperanza, sin embargo, fue fácilmente aplastada una hora más tarde.

Las puntas de los dedos de Zanoba no eran muy diestras. Eso provenía del poder con el que nació, su fuerza sobrenatural. Así es, su “bendición” se estaba interponiendo en el camino. Podía contenerse lo suficiente como para no romper las cosas, pero ese era el alcance de su control. Hacer un trabajo delicado, como cincelar cada parte con cuidadosa precisión, era difícil para él.

Zanoba trabajaba duro cada día, sus ojos se volvían rojo brillante mientras lo hacía. Su pasión era genuina. Estaba tan dedicado a la creación de figuritas que se durmió y trabajó hasta el borde de la muerte. Nada de esto fue de acuerdo al plan y tuvo que rehacer su trabajo incontables veces. Cada vez que eso ocurría, lloraba, gritaba y emitía otros ruidos extraños.

Finalmente, lo completó, una figura que había creado él mismo, desde cero. Definitivamente no era una hermosa obra de arte. Era de aficionado y los de mi mundo anterior habrían resoplado de risa o hecho memes con ella. Pero sabía que era una representación de su pasión, así que no me reiría en absoluto. Incluso sin mi burla, el mismo Zanoba sabía que estaba mal hecha.

“Maestro, no puedo hacerlo. No… no puedo hacer estatuillas como usted”, lloró.

***

 

 

“Y eso es lo que pasó.”

Había decidido buscar el apoyo del Maestro Fitz. Era verdaderamente miserable para mí, como maestro de Zanoba, revelar sus defectos y buscar consejo de un extraño, pero quería tomar prestada la sabiduría de alguien más. Sentí tanta lástima por mi alumno.

“¿Estás creando… figuras? ¿Con magia?” Fitz era incapaz de comprenderlo. Estábamos sentados con nuestras sillas al lado, e inclinó la cabeza mientras escuchaba mi historia.


“Sí, así”. Utilicé la magia de Tierra para producir rápidamente una simple figura humana. Lo más discretamente posible, por supuesto, ya que la magia estaba prohibida en la biblioteca. La simple figura que creé instantáneamente era una que se parecía a un sarubobo desnudo (un amuleto rojo con forma humana asociado estrechamente con Takayama en la Prefectura de Gifu, una ciudad de mi mundo anterior).

“Guau. ¿Qué es eso? ¡Es increíble!”

La mirada del maestro Fitz se quedó fija al examinar de cerca la figurita que yo había creado. Luego, como para probar si podía hacer lo mismo, canalizó el maná en la punta de sus dedos y conjuró un grupo de barro cuya forma retorcida se parecía a un limo.

El hecho de que inmediatamente tratara de imitar lo que había visto fue sorprendente para mí. Su magia, sin embargo, no había tomado la forma que él esperaba. Al final, suspiró sin aliento y se rindió.

“No puedo hacerlo”, dijo.

Bueno, mi técnica para crear figuras era algo en lo que había trabajado diligentemente durante un largo período de tiempo. Me pondría a llorar si pudiera copiarla después de haberla visto una sola vez. Aún así, parecía que sería capaz de hacerlo si practicaba. Podía usar magia sin voz, después de todo.

“Esta no es una técnica que una persona normal pueda imitar”, concluyó el maestro Fitz.

“Es cierto. Como método alternativo pensé que sería posible intentar cincelar un grupo de arcilla, pero…”

“Pero sus dedos no son lo suficientemente diestros para hacerlo”, concluyó el maestro Fitz. Tarareó y se puso la mano en la barbilla mientras pensaba. Tenía el hábito de hacer eso cuando estaba reflexionando sobre algo. Las gafas de sol le hacían parecer excepcionalmente apuesto en esa pose.

En una nota similar, siempre que estaba avergonzado o preocupado por algo, se rascaba la parte de atrás de la oreja. Tal comportamiento era apropiado para su edad y me hacía sentir más atraído por él. Concedido, había oído que los elfos tenían una larga vida, así que no eran necesariamente de la edad que mostraban.

“Hmm… oh sí! No estoy seguro de que sea de ayuda, pero había alguien con un caso similar al de Zanoba en la capital de Asura.”

“Sí, tenían algo que querían hacer ellos mismos, pero no tenían las habilidades o destrezas necesarias”, explicó el maestro Fitz.

“Entonces, ¿qué hicieron?”

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Cuando le pregunté, dudó en responder, rascándose la parte de atrás de la oreja.

“Uh, bueno, hicieron que un esclavo lo hiciera.”

“Aha”.

De acuerdo con la historia del Maestro Fitz, esta persona en la capital tenía el conocimiento necesario, pero no las habilidades, así que compraron un esclavo, hicieron que alguien les enseñara cómo hacerlo, y luego hicieron que ese esclavo creara lo que ellos querían.

“Basado en lo que dijiste, a Zanoba le gustan las figuritas que haces, y le gustaría tener más de ellas, así que dijo que quiere hacerlas él mismo, ¿verdad?” Fitz aclaró.

“¿Eh…? ¿Es eso lo que dije?”

“Um, ¿así es como me sonó a mí?”

De verdad, ¿fue así? Bueno, mientras que el entusiasta normal de las figuras podría remodelar o pintar una figura, no pensaría en intentar hacer una desde cero. Lo más que había hecho en mi vida anterior fue disfrutar de un poco de remodelación al desnudo.

“Estoy seguro de que a Zanoba le gustaría que te convirtieras en su creador personal de figuritas, pero sabe que eso es imposible, así que probablemente por eso está pidiendo esto en su lugar.”

“No creo que eso sea imposible, sin embargo,” añadí. Podría vivir en el Palacio Real de Shirone, empleado por Zanoba, haciendo figuritas todos los días. No sería una mala manera de vivir mi vida. Trabajar en un palacio real me daría un ingreso confiable, también. Ahora que lo pienso, ¿cuánto recibía el Maestro Fitz de la Princesa Ariel? Sentí que sería una grosería preguntar.

“Bueno, intentaré sugerirle esa opción a Zanoba. Gracias por tu consejo”.

“Sí, no hay problema.”

Incliné la cabeza y el Maestro Fitz me hizo una sonrisa de dientes.

¿Por qué me sentí tan agitado cuando vi esa sonrisa? Era un misterio. Un misterio del ya misterioso hombre conocido como Fitz.

***


 

 

Compra un esclavo, enséñales la técnica y haz que creen una figurita. Cuando le mencioné ese plan a Zanoba, inmediatamente se subió a bordo y comenzó a planear alegremente su compra de esclavos. Aunque me sorprendió mucho, la propuesta de Fitz de que un esclavo lo hiciera en su lugar era un método ampliamente aceptado en este mundo.

Sin embargo, como estábamos en una relación maestro-alumno, Zanoba dijo que le parecía grosero pedir que yo enseñara a un esclavo en lugar de él. Después de todo, ese era el hombre que juró desde el principio que aprendería a hacerlo él mismo aunque vomitara sangre. Por eso nunca propuso este método, pero se sintió aliviado cuando se lo sugerí.

“Así que hemos decidido ir al mercado de esclavos durante el descanso del mes que viene.” Agradecía al Maestro Fitz por su ayuda una vez más. Estaba muy agradecido de tener a alguien a quien pedirle consejo cuando lo necesitaba.

“Eso está bien. Espero que encuentres una buena pareja.” La conversación parecía haber terminado, pero el maestro Fitz parecía un poco inquieto.

“Oh sí, también estoy libre durante el descanso del mes que viene”, dijo.

“Oh, ¿en serio?”

“Sí, así que, como no tengo nada que hacer, estaba pensando en ir a la ciudad, pero en realidad no tengo ningún lugar en particular al que quiera ir, ni ningún amigo, así que estaría solo…”

Estaba insinuando desesperadamente algo con sus palabras. ¿Estaba bien que un guardaespaldas como él fuera a la ciudad? ¿No necesitaba estar al lado de la princesa en caso de que algo sucediera? Bueno, no es asunto mío. Luke probablemente encontraría una manera de hacer que funcione.

“¿Te gustaría venir con nosotros durante el descanso del mes que viene?” Le pregunté.


“¿No te importa? ¿No me interpondré en el camino?”

“No, en absoluto. Y como una forma de agradecerte tu consejo, te invitaré a comer”.

“¿En serio? Entonces aceptaré encantado esa oferta”, dijo el maestro Fitz, dándome esa sonrisa de dientes mientras reía.

Así fue como nos convertimos los tres en ir al mercado de esclavos. La próxima vez: ¿¡Una flor en ambas manos!? ¡Una aventura de compras que te rompe el corazón con el elfo sonriente y el príncipe con fuerza sobrenatural!

Es una broma.

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