Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: Primer Día De Escuela

Parte 3

Estaba bastante seguro de que era el tipo que vi en la ceremonia de apertura. Luke o lo que sea.

¿Cuál era su apellido? ¿Skywalker?

Nuestros ojos se encontraron.

“Eres tú…” Sus ojos se entrecerraron. La mirada despreocupada de su cara se tornó sombría.

“Eres de Fitz…”

Incliné la cabeza. Así que sabía lo de mi combate contra Fitz. Fitz no parecía enojado por lo que pasó, pero tal vez sus compañeros estaban enojados por él.

“Un placer conocerle, soy Rudeus Greyrat. Estaré bajo su guía durante mi tiempo aquí en la escuela, ya que es un estudiante de último año. Espero que me cuides.”

“Sí. Lo sé. Me enteré de ti por Fitz. Aparentemente, eres insanamente olvidadizo”. Luke me miró, descontento.

Locamente olvidadizo… ¿en serio? No lo entendí. ¿Qué pensó que había olvidado?

“Ya sabes mi nombre, ¿verdad?”

“No, no lo sé”. Pensé que era mejor confesar honestamente mi falta de conocimiento que dar una respuesta a medias.

“Eso tiene sentido”.

“Uh, lo siento. Si no hay problema, ¿le importaría decirme su nombre, entonces?”

Aún descontento, Luke me miró fijamente durante unos instantes antes de resoplar y habló: “Luke Notos Greyrat.” Luego pasó a mi lado.

“Ugh, ¿de qué demonios iba eso? ¡No puedo creerlo!”

“¡En serio, esa bata era tan mala! ¡Estaba totalmente desgastada en los bordes!”

“¡Si se está cayendo a pedazos, debería salir y comprar una nueva!”

Sus compañeras le siguieron, lanzando insultos, pero sus palabras no fueron escuchadas por mí. Luke Notos Greyrat. El nombre de nacimiento de mi padre era Paul Notos Greyrat.

¿Luke era un hijo ilegítimo? No, no puede serlo. Paul hace mucho tiempo había renegado del nombre Notos. Luke tenía que ser un primo o algo así.

“Maestro, has llamado la atención de una persona desagradable.”

“Supongo que sí, ¿eh? Si ese intercambio fue algo a lo que atenerse.”

“Ese era Luke, uno de los nobles superiores del Reino Asura. Es técnicamente un estudiante, pero es uno de los guardias de la princesa Ariel.”

“De todas formas, olvidémonos de comer aquí”, dije.

“Supongo que no tenemos otra opción.”

Nos comprometimos a comer fuera. El clima era agradable y usé mi magia terrestre para conjurar algunas sillas y una mesa, creando una terraza de insta-café. Zanoba expresó su asombro por cada hechizo que hice gritando, “¡Whoa!” Me encantó ver lo profundamente conmovido que estaba.

Mientras comíamos, Zanoba me habló de la princesa Ariel y su grupo.

Ariel Anemoi Asura, de diecisiete años. Segunda Princesa del Reino de Asura. La única hija de la reina, y aún tercera en la línea de sucesión al trono a pesar de su relativa juventud. También compitieron por el trono el Primer Príncipe Grabel y el Segundo Príncipe Halfaust. La poderosa gente del Reino Asura formó facciones detrás de ellos, esperando apoyar al príncipe que se convertiría en rey, y luego cosechar los beneficios.

Sin embargo, con el tamaño de cada grupo, no todos estaban seguros de poder probar la miel que se derramaba. Incluso los ministros estaban clasificados en una jerarquía, así que se daba por hecho que los de abajo serían ignorados. Cuando nació la Segunda Princesa, aquellos que sentían que no se beneficiarían de la sucesión de su candidata cambiaron su lealtad a ella. Sin embargo, la suya era la más débil de las facciones, y durante el caos del Incidente del Desplazamiento, algunos de los miembros más poderosos del grupo perdieron su posición. Múltiples atentados fueron hechos contra la vida de la Segunda Princesa, y bajo el pretexto de estudiar en el extranjero, ella escapó a esta escuela.

La Princesa trajo dos guardias con ella. Uno de ellos era Fitz. Fitz el silencioso, como le apodaron. Un mago que usaba casting sin voz y había matado a un asesino que tenía como objetivo a la princesa. La gente sabía que era un elfo, pero era un completo misterio dónde nació y se crió. Sólo un puñado de personas podían enseñar el arte del lanzamiento sin voz, pero su maestro era desconocido.

Ariel y su grupo eran muy reservados con respecto a la existencia de Fitz. Abundaban los rumores de que el Palacio Real de Asura había criado a Fitz en secreto, como parte de una organización de máquinas de matar sin corazón. Lo que definitivamente no era cierto, a juzgar por mis conversaciones con él.

Su otro guardia era Luke Notos Greyrat. El segundo hijo del actual jefe de la familia Notos, Pilemon Notos Greyrat. Desde su nacimiento, había sido entrenado para convertirse en uno de los caballeros guardianes de la princesa Ariel, y continuó en ese rol en caso de que la princesa lograra recuperar el poder y volver a la lucha por la sucesión. Desde el momento en que se matriculó en la escuela, estuvo continuamente bañado por la luz del día, lo que le convirtió en blanco de envidia, miedo y respeto.

Para terminar, Zanoba dijo: “Pero tengan en cuenta que parte de esta información es mi propia conjetura”.

“Sí. Gracias. En realidad, eres muy conocedor”.

“Porque me vi obligado a investigar el asunto”.

“¿Por quién?” Pregunté.

“Dos bestias tontas”.

“Linia y Pursena, ¿eh?”

“En efecto”. Su cara era el cuadro mismo de la angustia. ¿Le habían convertido en su recadero?

“Zanoba… ¿estás siendo acosado por esas dos?”

“¿Intimidado? No, simplemente he concedido la derrota después de perder con ellas. Eso es todo.”

“Concedido la derrota, ¿eh?”

Zanoba parecía un poco conflictivo, incluso mientras hablaba sin rodeos. Quería ayudarlo… pero no sabía el alcance del poder de mis posibles oponentes. Los hombres bestia a menudo sacaban conclusiones rápidas, y yo no quería enemistarme con ellos. Al final del día, sin embargo, siempre estaba del lado de los que eran intimidados.

“Si te están haciendo algo que no te gusta, por favor dímelo. Puede que no tenga mucho poder, pero ayudaré.”

“Hahaha, no es  nada con lo que yo pueda molestarle, Maestro, esté tranquilo. Más importante aún, ¡hablemos de figuritas!” dijo con una risa.

Supongo que voy a monitorear la situación un poco más, pensé.

***

Volví a mi deambulación después del almuerzo. No podía pensar en otros lugares a los que quería echar un vistazo, así que después de un rápido vistazo, volví a la biblioteca.

Busqué literatura sobre teletransportación, pero nunca había usado una biblioteca antes. Me llevó un tiempo sólo mirar entre las pilas de libros. La biblioteca me dejó ver un catálogo de su colección, de la cual seleccioné libros con la palabra “teletransportación” en sus títulos. Después de eso los perseguí a través del mar de estantes. Sólo eso llevó varias horas. Además, la mayoría de lo que coleccioné no era lo suficientemente detallado, escrito en lenguaje técnico, escrito en un idioma que ni siquiera conocía, o requería conocimientos previos sobre el tema para darle sentido.

“Si voy a agacharme e investigar esto, me gustaría tener un cuaderno.” Había un límite para lo que podía mantener en mi memoria. Decidí dejar los libros para mañana y dejé la biblioteca.

***

Afuera, el sol se ponía y los estudiantes que habían terminado las clases se dirigían gradualmente a la residencia. Algunos parecían dirigirse a la biblioteca. Fui en dirección opuesta a la tienda de la escuela, que estaba en la entrada del edificio principal de la escuela.

La tienda estaba llena de estudiantes que compraban en silencio. Una mirada rápida a su alrededor reveló libros de magia, cristales mágicos, túnicas, espadas de madera, varitas para principiantes, bolsas, zapatos y jabón, entre otros artículos de uso diario. También había alimentos como carne seca, carne ahumada, así como botellas de agua potable y alcohol. Compré una selección al azar de papel, pluma, tinta, y algún cordel para atar el papel. No podría ir a la escuela sin los suministros más básicos.

Para cuando me fui, ya había oscurecido afuera. No había luces de la calle aquí, pero el camino estaba todavía débilmente iluminado, así que continué bajando. Aunque el invierno ya había terminado, todavía había nieve en los caminos. Caminé con cuidado y me apresuré hacia el dormitorio.

No había nadie más alrededor cuando pasé por el dormitorio de mujeres. Mis alrededores estaban completamente desprovistos de otras personas. Fue entonces cuando ocurrió.

“¿Hm?”

Algo descendió desde arriba. Era blanco, pero no era nieve. Instintivamente lo agarré.

“Ooh”.

Lo que se abrió ante mí fue pura tela blanca. Tenía adornos en ella, pero eran sutiles y elegantes. El nombre apropiado para este artículo en particular era “bragas”, y bastante de alta calidad. Como mínimo, parecían más caras que las que Elinalise usaba normalmente.

¿Quizás alguien estaba tratando de colgarlas para que se secaran? Levanté la vista y vi a alguien asomándose por el borde de una de los balcones. Pensé que nuestros ojos se encontraban, pero estaba oscuro, así que no pude discernir su cara. Sentí como si los hubiera visto en algún lugar antes.

“Um, se te cayó…”

“¡Gyaaaah! ¡Ladrón de bragas!”

¿Eh?

El grito de una estudiante no vino de arriba, sino de detrás de mí. En pánico, me di la vuelta y encontré a la persona gritona señalándome con el dedo. ¡Esto es un malentendido!

 Pero ya era demasiado tarde. Momentos después del grito, las ventanas de las otras terrazas se abrieron ruidosamente. Luego las figuras salieron del primer piso, una tras otra.

Antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando, estaba rodeado, con las bragas todavía en la mano. No tenía ni idea de lo que estaba pasando.

“Uh, um, uh…”

“¡Hmph!”

De pie al frente estaba una chica bien musculosa. Sus hombros eran casi el doble de anchos que los míos. ¿Era una mujer bestia… o no, una demonio?

“¡Escoria pervertida!” Escupió en el suelo mientras yo estaba allí, confundido. ¿Qué es lo que estaba pasando? Claro, yo era un chico de 15 años con un sano interés en la ropa interior femenina, pero no había robado esto, ni siquiera había intentado olerlo.

“Espera”, dije.

“Por favor, espera, no he hecho nada”.

“¿No has hecho nada?” La mujer gigante me agarró del brazo.

“Entonces, ¿por qué no me dices qué tienes en la mano?”

Bueno, sí, yo estaba sosteniendo las bragas en mi mano. A juzgar por su cara, consideraba que eso era prueba suficiente. Me temblaban las piernas.

“¿No son esas las de la princesa Ariel? No me importa cuánto la admiren, es un acto descarado hacer algo así a esta hora. ¡Debería darte vergüenza!”

Las otras chicas se acercaron diciendo: “¡Eso es!” y “¡Pervertido!” y “¡Muérete!” Ya era suficiente, ya tenía ganas de llorar.

“Ahora, ven conmigo. ¡Haremos que te arrepientas tanto de esto que no lo vuelvas a hacer nunca más!”

Ella me arrastró por el brazo. Intenté resistirme a ella, pero todo lo que hice fue dejar marcas de patinaje en mis zapatos. A este ritmo iba a ser arrastrado dentro para una paliza indeciblemente horrible, y todo por una falsa acusación. ¿Debo correr? ¿Aunque no haya hecho nada malo? Pero correr sería como proclamar mi culpa…

No, tuve que mantenerme firme. No había hecho nada malo.

Utilicé la magia de la tierra para anclar mis pies en su lugar. La chica miró hacia atrás sorprendida, y luego se burló.

“Oh, ¿qué es esto? ¿Planeas resistirte? ¡Qué agallas para un ladrón de bragas! ¿De verdad crees que puedes luchar contra tanta gente?”

Una buena pregunta. Los encuesté y me sentí bien con mis posibilidades. Había luchado mucho peor en mi época de aventurero; podía con estas chicas. Aún así, no quería empeorar la situación y que me golpearan un montón de chicas añadidas a los cargos en mi contra, y esto también sería cierto. Eso podría incluso hacer que me expulsaran.

“¡Espera! ¡No le hagas nada!” La voz de un chico, ligeramente aguda, sonó.

“¡Señor Fitz!”

“¿Qué? ¿Señor Fitz?”

“Una voz tan hermosa…”

“¿¡Qué está haciendo aquí!?”

La multitud se dividió, revelando a Fitz. Él se interpuso entre la mujer de los zapatos y yo para explicar la situación.

“Lo siento. Esa es la ropa interior que estaba tratando de colgar para secar, pero se me cayó. Los recogió para mí”. Sus hombros temblaban mientras intentaba recuperar el aliento.

“Fitz… señor. Me doy cuenta de que estás a cargo de lavar la ropa interior de la Princesa Ariel. Pero”, continuó la mujer, “a pesar de lo tarde que era, seguía caminando frente al dormitorio. Aunque se ha acordado que una vez que se ponga el sol, este camino sólo debe ser usado por mujeres”.

¿En serio? No vi ningún cartel que lo dijera.

Fitz miró mi cara de confusión y sacudió la cabeza.

“Es nuevo aquí. Y además es un estudiante especial, así que se aloja solo y no tiene compañero de habitación. No debe haber sabido de las reglas más intrincadas de la universidad. Me gustaría que dejara pasar esta.”

Sonaba frenético; incluso yo podía oír el pánico en su voz. No estaba seguro de por qué, pero estaba agradecido.

La mujer musculosa se giró en mi dirección. ¿Es eso cierto? Su expresión parecía preguntar. Moví la cabeza de arriba a abajo.

Ella se mantuvo firme en mí mientras estudiaba la cara de Fitz.

“Hm, es sorprendente que hayas llegado tan lejos para defender a alguien. Lo que dices debe ser verdad. Aún así, el hecho es que este chico violó las reglas del dormitorio. Haremos un ejemplo de él castigando…¿¡qué!?”

Mientras hablaba, intentó arrastrarme, pero luego se congeló. Fitz había sacado su varita y le había clavado la punta en la cara.

“¿Señor Fitz?”

El indicio de ira en su voz provocó murmullos a nuestro alrededor. Incluso en la oscuridad podía ver el rostro de la gran mujer palideciendo.

“¿O les gustaría a todos ustedes ser enviados a la oficina médica?” Su voz puede ser aguda, pero definitivamente había una intención asesina detrás de sus palabras. Podía oír a las chicas engullendo a nuestro alrededor. Qué malvado.

“Tch… bien, lo entiendo.” Ella me soltó, aunque un poco violentamente. Obligadas a obedecer, las otras chicas también retrocedieron. Me dolía la muñeca, pero no parecía que fuera necesario curarme.

“Señor Fitz, voy a dejar pasar esto. ¡Pero tú, el de ahí! ¡Mejor que no vuelvas a mostrar tu cara por el dormitorio de las chicas a esta hora! La próxima vez que te vea, no te mostraré ninguna piedad!” La mujer corpulenta escupió esas palabras antes de esconderse en la ventana de la que había saltado. Las otras chicas también se burlaron de mí mientras desaparecían. En un instante se habían ido todas.

“Uf… esa chica. Si tan sólo escuchara.” Fitz respiró un suspiro mientras la veía irse. Me miró y su cabeza se inclinó.

“Lo siento. Si no se me hubiera caído la ropa interior, esto nunca habría pasado.”

¿Por qué un chico como él lavaba ropa interior en el dormitorio de las chicas? O eso quería preguntar… pero era el guardaespaldas de confianza y capaz de la Princesa, así que debía tener un permiso especial. Parecía un hombre honesto. Era de confianza, joven, y sus gafas le hacían parecer aún más apuesto.

Mierda. Mi corazón latía con fuerza, a pesar de que la persona que estaba delante de mí era un hombre.

Podría estar enamorándome.

“No has hecho nada malo. Me has ayudado”, dije.

“¿Te ayudé? Eran ellas las que habrían resultado heridas si te hubieras resistido seriamente”.

La razón por la que estaba tan frenético me golpeó. Debió pensar que se lesionarían si yo desataba mi poder. Así que había actuado para garantizar su seguridad… pero aún así, sentí la compasión en sus acciones. Si esto fuera un manga shoujo, aquí es donde nuestra historia de amor comenzó.

“Aún así, eso salió de la nada. ¿A qué se refería?” Pregunté.

“Sí, bueno, es como dijo la Srta. Goliade. Cuando el sol se pone, los estudiantes varones no pueden acercarse al dormitorio de las chicas”.

“¿En serio? Pero eso no estaba escrito en las reglas de la escuela”, protesté.

“Se decidió entre los estudiantes que viven aquí en los dormitorios. Cuando el sol se pone, los chicos no pueden usar ese camino, y deben tomar un desvío para llegar al suyo.”

Una regla no escrita, ¿eh? Habría sido bueno que alguien me lo hubiera dicho antes. Como Zanoba.

“No lo sabía”.

“No es tu culpa”, dijo.

“Sólo ten cuidado la próxima vez.”

“Lo tendré.”

No necesitaba decírmelo dos veces. Probablemente no volvería a tomar ese camino, ni siquiera a mitad del día. Aún así no podía soportar las miradas hostiles de toda una multitud sobre mí.

“En cualquier caso, gracias por ayudarme”, dije.

“Si no hubieras venido a rescatarme, no sé qué habría pasado.”

“No te preocupes por eso. Sólo hice lo que cualquier otro haría.” Lo que cualquier otro haría… ¿en serio?

En retrospectiva, tengo muchos recuerdos de haber sido malinterpretado o falsamente acusado estos últimos años. Comenzó con los hombres bestia, luego con Paul, luego con Orsted. ¿Era mi cara tan poco fiable?

Sin embargo, Fitz no había decidido arbitrariamente que yo era culpable. De hecho, me defendió, aunque yo era parcialmente culpable de lo que había pasado. Incluso me había dado consejos en la biblioteca. Tenía mucha influencia en la escuela, pero no había dejado que se le subiera a la cabeza. Era un hombre de carácter. Un hombre de clase alta, en todos los sentidos de la palabra. Me había hecho a la idea de que, como muestra de mi respeto por él, iba a llamarlo Maestro Fitz.

“Además, Rudeus, podrías haber salido de eso sin herir a nadie, ¿no?”

“No, en absoluto. Te estoy muy agradecido, Maestro Fitz.”

Cuando incliné la cabeza, se rascó vergonzosamente la mejilla.

“Ahaha, se siente un poco raro oírte agradecerme.”

“¿Oh? ¿Por qué?”

Cuando le pregunté, sonrió ampliamente, mostrando sus dientes.

“Eso es un secreto.” Y así como así, mi primer día en la escuela terminó.