Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 2

Capitulo 6: Cómo Luchamos Cuando Somos Débiles

Parte 4

“No dejaré que eso suceda”, gruñó Lea en Bahamut.

“¡Feh! ¡Gwahahaha!” Pero él solo se rio de nuevo. “¿Por qué crees que estoy perdiendo el tiempo hablando de esto?”

“- ?!”

Un escalofrío me recorrió la espalda cuando finalmente me di cuenta de lo que me rodeaba. Era cálido y brillante, pero se suponía que estábamos en el mundo artificial donde solo había una luz tenue. Miré hacia el cielo.

Había una bola de fuego sobre nosotros tan grande que bloqueó todo el cielo.

“Este es mi último hechizo, ‘Esfera Celestial del Infierno’. ¿Qué opinas, Leviathan? Mientras dormías todos estos milenios, ahora soy perfecto, ¡y el más fuerte! ”

“¡¿Qué?!”

Pude sentir el pánico de Lea en sus pensamientos. Lo suficiente como para saber que no podría defenderse de este hechizo.

“Está casi listo. Va a incinerar todo dentro del sello, ¡así que no hay a dónde correr! ¡Gwahahaha!”

“¡GUHYAAAAAOOOU!”

Sus mensajes telepáticos burlones se superpusieron con el rugido que soltó cuando el sol carmesí se hizo aún más brillante. Era como si el cielo ardiendo cayera a la tierra…

Y con las defensas perfectas de Bahamut, probablemente no se iría peor por el desgaste.

¿Y qué hay de nosotros?

“¡Tetra, corre hacia la parte de atrás del templo!”

Fue todo lo que pude hacer para gritar telepáticamente. Simplemente no había esperanza. Incluso si pudiéramos protegernos de alguna manera, el sello no resistiría algo así. No podríamos proteger el mundo exterior.

Por un momento, la desesperación se hundió en mí. Pero…

“¡Espera! ¡¿Lea?!” Iris gritó cuando Lea comenzó a moverse.

Vi una esfera azul volar desde la cabeza de Lea. Era una cápsula delgada hecha de agua, y pude ver a Iris dentro de ella.

Después de enviar a Iris a un lugar seguro, Lea dejó escapar un rugido que sacudió el cielo y la tierra.

Y todos los mares del mundo artificial respondieron a su llamada. Cientos de torrentes surgieron de los mares y volaron hacia la Esfera Celestial del Infierno. Serían suficientes para frenarlo, pero no pudieron detenerlo.

La esfera celestial iba a caer. “¡Giyaaah!” Lea rugió de nuevo.

Se arrojó ante el hechizo, usando su cuerpo para proteger el sello. Sus gritos amenazaban con destrozar el mundo ya inestable mientras se llenaba con el olor a carne quemada.

“¡Lea!” Sabía que no podía escucharme, pero aun así grité su nombre a toda velocidad. Y entonces…

“No… te rindas…” Escuché su voz telepáticamente.

“Me mostraste el camino, Rekka. Si todos trabajamos juntos…” Sus palabras resonaron en mi corazón.

Lo único que no pude hacer fue dejar de pensar. ¡Eso fue lo mismo que rendirse!

Mi única arma era una sola pistola médica llena de la sangre de los guardianes. Si pudiera llevar esa sangre al cuerpo de Bahamut, lo mataría como un veneno. Pero el arma médica ya estaba medio rota después de que intenté apuñalarla en su piel impenetrable. Un fracaso más y sería inútil.

El mayor problema fue su defensa perfecta. Los ataques de Lea no lo habían arañado. La espada del héroe y la pistola láser tampoco ayudarían.

“¡Maldición! ¿No hay algo…? ”

Me revolví el cerebro, pero no había forma de lastimarlo. Especialmente no con una aguja de jeringa… Espera un segundo.

Ya había visto cómo lastimarlo. La sangre de los guardianes le había quemado la carne.

“…Eso es.”

Bahamut era el rey de las bestias, creado por Dios para ser perfecto. Nada de este mundo podría lastimarlo. Tomaría algo más creado por la mano de Dios. Por eso la ruina de Bahamut era la sangre de los guardianes.

No solo eso, sino que Dios mismo había derrotado a Bahamut hace millones de años.

“Hay un lugar en la espalda de Bahamut donde la lanza de Dios atravesó su piel, y todavía está sangrando”. Eso fue lo que dijo Satsuki.

Se encendió la bombilla. ¡Si pudiera llegar a esa herida, podría inyectarle la sangre de los guardianes, incluso con una aguja rota!

Agarré la unidad de vuelo del suelo y pisé el motor. Mientras pudiera mantener mi equilibrio, podría usarlo para subir. Iris todavía estaba en el aire, protegida por la magia de Lea. Esta parte fue sobre mí.

Miré el cuerpo corpulento de Bahamut. Solo tendría que usar la nave para ascender a su lado y saltar cuando llegue a su espalda. Solo tendría una oportunidad.

¡Pero Lea había sufrido tanto para darme esta oportunidad! ¡No podía dejar que se desperdiciara! Abrí el acelerador en la unidad de vuelo y despegué.

Casi me caigo varias veces, pero la desesperación me mantuvo aferrado al vehículo a medida que subía más y más.

En poco tiempo, la espalda de Bahamut se estiró hasta donde alcanzaba la vista. Me incliné fuera de la unidad de vuelo… y luego salté.

“¡Guuuh!”

De alguna manera me las arreglé para agarrarme con ambos brazos y piernas. Casi me resbalé, pero su piel áspera actuó como un punto de apoyo.

“¡Lea! ¡Solo espera un segundo! ¡Tengo esto!” Le grité telepáticamente.

Ella debe haber estado demasiado ocupada para responder. No hubo respuesta. En lugar…

“¿Hmm? Rekka Namidare? ¿Qué estás tratando de hacer?” Bahamut me escuchó.

“¡No puedo decírtelo!”

Lo ignoré y comencé a correr. Ya me había descubierto. Rápidamente se dio cuenta de que mi objetivo era la herida en su espalda.

Así que corrí tan rápido como me permitían mis piernas.

Podía adivinar dónde estaría. Mientras estaba en su forma súper deformada “Bah”, tenía un vendaje en la espalda. Todavía recordaba dónde había estado.

Justo en el medio de la espalda. Ahí era a donde iba.

¡Tú, bastardo! ¡No puedes…! ”

Bahamut estaba sobre mí. Seguí ignorándolo e intenté correr más rápido. “¡Ah! ¡Te encontré!”

Podía verlo por el rabillo del ojo. Los géiseres de sangre salían disparados de una puñalada abierta aquí y allá. Justo como Satsuki había aprendido de la Magia de la Omnisciencia, la herida que Dios le había infligido aún no se había curado.

“¡Tch! ¡Bien, te sacudiré!”

Rápidamente me dejé caer y me aferré a su piel áspera nuevamente. Unos momentos después, una increíble onda de choque atravesó mi cuerpo mientras se lanzaba de un lado a otro. Me clavé las uñas y agarré todo lo que valía.

“¡Cáete! ¡Cáete, estúpido insecto!”

“¡Hah! Sí, apuesto a que soy solo una pulga para ti, pero… ¡Ni siquiera un elefante puede sacudirse una pulga!”

Desde mi perspectiva, la espalda de Bahamut era tan grande que era casi como estar en el suelo. A menos que me golpeara con su baúl como lo hizo antes, sería más difícil para mí caerme que quedarme. Y no había forma de que su baúl pudiera alcanzarme aquí.

Pero aun así, no fue fácil correr por el suelo tembloroso, así que tuve que arrastrarme a mi destino.

“¡Maldición! ¡Maldición! ¡Soy Bahamut, la bestia perfecta! ¡Ustedes los humanos son pequeños e indefensos! ¡Solo existes para darme algo para pisar!”

“…Sí es cierto. Eres perfecto”. Tal vez Bahamut realmente era una criatura sin defectos, completa en sí misma. “Por eso no necesitas a otras personas”.

No necesitaba a nadie. Era perfecto solo. Esa era la razón por la que podría destruir todo sin dudarlo.

“Probablemente todos te parezcan débiles. Humanos, animales, plantas, incluso Lea, que se supone que es la criatura más fuerte de todas. Todos se ven débiles. Pero…”

Arrastrándose sobre mi vientre a lo largo de su piel dura, como una roca, había rasgado mi uniforme, y mi pecho ya estaba cubierto de sangre. Estaba empezando a picar bastante mal.

Pero seguí yendo de todos modos. Porque…

“… Como somos débiles, nos aferramos el uno al otro. Trabajamos juntos. Solo, nunca podríamos vencer a un ser perfecto como tú. Y es por eso…”

Sin la sangre de Tetra y los otros guardianes, nunca hubiera tenido una manera de derrotar a Bahamut. Sin el sacrificio de Lea, nunca hubiera podido  enfrentarlo.  Y  sin  la  ayuda  de  Tsumiki,  Lea  nunca  habría recuperado su poder. Iris, Satsuki y Harissa también… Sin ellos, hubiera muerto hace mucho tiempo.

Ciertamente no lo habría logrado aquí, la herida abierta de Bahamut, solo. Saqué la pistola médica de la bolsa nuevamente.

“¡Noooooo!”

Cientos de llamas surgieron de la Esfera Celestial por cientos y se lanzaron en espiral hacia mí.

Pero no me importó. No había nada que pudiera hacer para detenerlos de todos modos. Y es por eso…

“¡Rekka!”

Lea me protegería con sus paredes de agua.

Me sentí mal por hacer que trabajara aún más duro, pero en lugar de disculparme, haría lo que tenía que hacer.

“Las criaturas débiles trabajaremos juntas y te venceremos, la bestia ‘perfecta’.

Apreté la pistola médica en uno de los vasos sanguíneos que pude ver expuestos en la herida, y apreté el gatillo.

El valor del océano de sangre de guarda en la jeringa, un veneno fatal para Bahamut, inmediatamente comenzó a circular por su cuerpo.

“¡GYAAAOOOOOOOO!” Los gritos aulladores de Bahamut resonaron por toda la Tierra falsa.

Maldición… Era muy ruidoso…

Me apoyé con la pistola médica para evitar caerme. Finalmente, los gritos de la bestia se callaron. Y ese fue el final del ‘Monstruo que desafió a Dios’.