Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 2

Capítulo 5: Operación Asesinato

Parte 3

Supongo que debería estar agradecido por la moderación de los chicos de operaciones especiales. Si eso hubiera sido una granada de mano normal, o tal vez una bomba incendiaria, hubiéramos volado en pedazos.

Pero, en cambio, los soldados se mantuvieron fieles a su objetivo declarado de matar a nadie excepto al objetivo (a mí, en caso de que lo olvidaran) y de lo contrario mantener las bajas al mínimo. Es cierto que los muchachos emboscados por la Brigada de la criada finalmente abrieron fuego, pero aun así.

La habitación se llenó de una bruma blanca. Mis ojos, mi nariz, el interior de mi boca, cada superficie expuesta se sentía como si estuviera llena de agujas. Mis ojos estaban llenos de lágrimas: sabía que necesitaba poder ver con claridad, pero era una respuesta biológica que no podía controlar. Entonces mi visión se volvió borrosa y perdí la noción de qué era qué. Y eso fue antes de que comenzara la tos violenta.

Mis oídos, al menos, todavía parecían estar funcionando; También podía escuchar a alguien toser. Por el momento, sin embargo, no tenía la menor idea de quién era. ¿Myusel? ¿Petralka? ¿Garius? ¿La dama comandante? Ni idea. No hay tiempo para preocuparse, tampoco. El gas lacrimógeno puede ser un ejemplo de un arma no letal, pero no es agradable, ni mucho menos. Pensé que incluso recordaba haber leído en alguna parte que una persona con un sistema respiratorio débil podría morir por inhalarlo.

Si tenemos más gas en esta habitación, nos quedaríamos sin opciones. “¡La ventana!” Escuché a Petralka gritar. “¡Abrir la ventana!”

Me había visto usar el extintor de incendios durante ese ataque terrorista, y debe haber pensado que el gas lacrimógeno era algo similar. Un instante después…

“¡Tifu Murottsu!”

Escuché la voz de Myusel, acompañada por el golpe de una ola de magia. La ventana, el marco y todo, quedó impresionado con un wumph. Podía ver a través de mi visión llena de lágrimas. Cuando se me ocurrió que el encantamiento para este hechizo tardó cerca de un minuto, me di cuenta de que Myusel debía haber estado preparando esta magia desde el momento en que lloré al ver el bote de gas lacrimógeno.

El impacto arrojó el gas fuera de la habitación. Myusel tenía ambas manos delante de ella, sus ojos llenos de lágrimas, sin duda por el gas.

Pero no había tiempo para un suspiro de alivio. Una forma oscura apareció frente a mí. Di un paso atrás.

Era un soldado de JSDF que llevaba una máscara de gas.

Desde el “Equipo de protección” de The Red Spectacles hasta los soldados de Fallout y los soldados de asalto de Star Wars, este tipo de equipo siempre se ha jugado por lo intimidante que es de cerca. Parece tan humano que sus elementos inhumanos son de alguna manera intensificados.

Tragué saliva. Estaba tan cerca que podría haberle tendido la mano y tocarlo. Además, sostenía una pistola de 9 mm.

Si decidía dispararme, no había forma de que fallara. Estaba seguro de que él también estaba bien entrenado. Me puse pálido, sintiendo que mi conciencia podría ser absorbida por ese enorme barril negro. Es un poco vergonzoso, pero en este caso, también me salvó la vida.

Me desplomé de rodillas.

Hubo un gran rugido a centímetros de mi cabeza. Difícilmente podría haber cabido una hoja de papel entre esa bala y yo; Sentí el aire temblar a medida que pasaba. Absolutamente aterrador, por supuesto.

“¡Maestro!” Chilló Myusel. Entonces, “¡Tifu Murottsu!”

Invocó el hechizo nuevamente (solo como una nota, deduje que cuando lanzaste el mismo hechizo dos veces, podrías acortar significativamente el encantamiento), y el soldado fue lanzado hacia atrás. Intentó disparar por segunda vez, pero el disparo se disparó en una dirección aleatoria, atravesando la pared y esparciendo escombros.

Todavía no había tiempo para un suspiro de alivio. Miré hacia arriba para ver a otro soldado, no a tres metros de mí.

“¡Shinichi!”, Gritó Petralka. En el mismo momento, algo pasó volando. Fue un caballero. El caballero. Garius

Sacó su espada tan rápido como si estuviera en un duelo, y cortó al soldado. La espada como tal fue detenida por el chaleco a prueba de cuchillas, pero el impulso del ataque desde una distancia tan corta significaba que seguramente habría algo de fuerza detrás de él. El soldado perdió el equilibrio y, un segundo después, una estrella de la mañana se enterró en su cabeza.

Era la comandante femenina.

Normalmente un arma como esa aplastaría el cráneo y apagaría la vida de la víctima.  Este hombre de JSDF podría agradecer a su casco  que terminaría con nada más que una conmoción cerebral. No había sangre visible, pero se dejó caer al suelo y dejó de moverse.

Pero aún quedaban dos soldados. “¡Suelta tus armas!”, Gritaron.

Habían conseguido ponerse detrás de un muro, y llevaban el Tipo 89.

El Type 89 es un rifle de asalto de alta tecnología del que JSDF está muy orgulloso. Simplemente encienda un interruptor y escupe balas de 5.56 mm como una ametralladora. Casi irresistible para rociar una habitación con fuego supresor.

Estos soldados tenían dos de esas armas, y ambos me apuntaron.

Petralka y los demás, por supuesto, no podían entender exactamente lo que decían los soldados. Pero dadas las circunstancias, no fue difícil adivinar a qué se referían.

Todos se congelaron. Sin embargo, ni Garius ni el comandante dejaron las armas.

“¡Armas, dije!”, Gritó uno de los soldados.

¿Pero yo? Estaba mirando por la ventana ahora ausente.

“Chicos”, dije, “creo que ustedes son los que deberían dejar sus armas”.

Un instante después, dos brazos sobresalían de la pared al lado de los soldados.

No me refiero figurativa o metafóricamente o lo que sea. De repente, un par de brazos azules y escamosos con enormes garras habían atravesado la pared.

Los asombrados soldados fueron demasiado lentos para reaccionar. Mientras gritaban, una mano agarró cada uno de sus cuellos con firmeza. Te lo dije, ¿verdad? Los chalecos a prueba de balas y cuchillas pueden protegerlo de, bueno, balas y cuchillas, pero hay muchas otras formas de atacar a una persona. Esos chalecos no llegaron a sus cuellos, de todos modos.

“Hrgh… ¡Gah!”

Desde donde anteriormente teníamos tres ventanas, ahora teníamos una colección de hombres lagarto amontonándose en la habitación. Había casi una docena de ellos. Rápidamente se movieron para rodear a los soldados del JSDF y confiscaron sus armas.

“Maestro”. Un hombre lagarto, incluso más grande que los demás, emergió del centro del círculo. Fue Brooke. “Por favor, perdona la demora”.

Los dos soldados ya habían sido prácticamente despojados de sus armas y equipo. Pero Brooke asintió, y casi como para agregar insulto al daño, los hombres lagarto sacaron algo nuevo por la ventana.

Dos personas, atadas con una cuerda: Matoba-san y Minori-san.

“Maldita sea…” Tal vez los soldados finalmente se resignaron a su situación, porque levantaron las manos impotentes.

Entonces…

“Koganuma-kun”. Matoba-san miró a Minori-san. A pesar del hecho de que estaba atado, no parecía remotamente molesto o nervioso. De hecho, tenía una especie de sonrisa seca en su rostro. “Estoy seguro de que se suponía que alguien debía estar vigilando en la dirección en que atacaron nuestros amigos lagarto… ¿No era usted?”

“Sí, señor”, dijo Minori-san con indiferencia. “No tengo excusa. Estaba vigilando, pero… bueno, es como usted dice, señor. Son lagartos. Son difíciles de detectar con visión nocturna por infrarrojos”.

Por cierto, no pensé que fuera cierto. Sí, los hombres lagarto eran de sangre fría y su temperatura corporal descendía cuando la temperatura ambiente bajaba. Pero supuse que el equipo de visión nocturna empleado por JSDF —las fuerzas especiales, nada menos— era material pasivo de tercera generación.

Eso significa que usaría radiación de cuerpo negro para detectar los rayos infrarrojos emitidos por todos los objetos físicos y convertirlos en luz visible. No podía darte a todo color, pero no era peor que mirar un televisor en blanco y negro. El otro chico no sería invisible solo porque tenía frío.

Además de eso, los hombres lagarto realmente tenían temperaturas corporales variables; biológicamente podrían considerarse ectotermos. Al permanecer en un lugar cálido, podrían acumular calor corporal en buena medida y preservarlo por más tiempo de lo que piensas.

Es el mismo tipo de cosas que hacen las tortugas y los lagartos cuando toman el sol. Sabía, por supuesto, que Brooke construyó sus fogatas por la misma razón.

Y además de eso, incluso si los hombres lagarto realmente pudieran “integrarse” en el equipo de visión nocturna asumiendo la temperatura ambiente, bueno, Minori-san había estado en el Imperio Eldant durante meses. Ella, si alguien, hubiera sabido que podían hacer eso.

Estaba claro que Minori-san, para mi beneficio, había ignorado a propósito a los lagartos que se acercaban.

Matoba-san, con esa media sonrisa aún en su rostro, suspiró.

“Bueno, no es esto algo”, dijo Brooke, golpeándose el pecho. “No necesita magia, no tienes que encender un fuego, y es más ligero que una botella de agua caliente”.

Luego le ofreció algo. Era un calentador de manos desechable.

Así es: Brooke y sus amigos los habían usado para calentarse un poco y permitirse moverse más rápido. En realidad, había hecho que Minori-san me los obtuviera de la JSDF en primer lugar.

“Kanou Shinichi”, dijo Matoba-san después de un momento. “Parece que debemos admitir la derrota, por el momento”.

No hablé.

“Por lo que entonces. ¿Qué es exactamente lo que planeas hacer ahora?”

“Tengo una petición para ti. Todos ustedes”, dije.

Obviamente, Matoba-san & co. No estaban en posición de negarse.