Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: ¡Buenos Días, Mundo Alternativo!

Parte 3

Eso me dejó inseguro acerca de su rutina diaria: cómo fue exactamente la vida entre levantarse e irse a la cama. Había habido mucho en mi plato los últimos cuatro meses, y realmente no había tenido tiempo de preguntarme al respecto…

“¿Veras, señor…? Por la noche, voy a … hacer un fuego detrás de la casa y calentarme por unas horas … Pero a veces … no es suficiente … El piso junto a la ventana se calienta a la luz del sol temprano y temprano. … así que a veces me encuentro… acostado aquí… ”

Básicamente estaba tratando de absorber tanto sol como pudiera. Los hombres lagarto podrían haber evolucionado para caminar sobre dos patas, pero aparentemente no pudieron escapar de su destino como animales de sangre fría.

“Lo entiendo. Lo siento, no quise pisar tu cola”.

“Aww, no es nada… Por favor, pise todo lo que quiera…” Parecía que podría volver a dormir en cualquier momento.

“¡No no no! ¡Sabes que no soy así! ”

Brooke podría ser intimidante a primera vista, pero en realidad era muy tolerante y un gran trabajador. Pero también consideró que era parte de la descripción del trabajo de un sirviente semihumano aceptar actos aleatorios de abuso físico de su amo, generalmente un noble o alguien similarmente rico. Entonces él no se defendió si fue golpeado. Por supuesto, como reptil, es posible que no haya sentido un dolor tan agudo como algunos de los animales más frágiles.

“Espera un segundo… Brooke, ¿estás aquí porque ibas camino al comedor?”

Si todo lo que quería era acumular calor, parecía que hubiera sido más efectivo acostarse en algún lugar al aire libre. Probablemente ahora estaba en las sombras porque el sol se había movido, haciendo que cambiara el ángulo de la luz. Sospeché que había estado aquí así durante al menos tres horas.

“… Hmm… Ahora que lo mencionas, supongo que sí”, dijo.

Normalmente, un amo y sus sirvientes nunca comerían juntos en la misma mesa. Eso fue considerado obvio por personas como Brooke y Myusel. Los hombres lagarto, en particular, eran vistos como incluso más bajos que otros semihumanos, y también preferían alimentos ligeramente diferentes, por lo que a menudo comían en un lugar y hora diferentes a los demás.

Luego estaba yo. Como gerente general de Amutech, clasifiqué a la par de un noble humano en el Sagrado Imperio Eldant. Eso significaba que había una diferencia muy seria en el estatus social entre mi criada y yo.

Por todas esas razones, Brooke simplemente había asumido que tomaría sus comidas solo. Sin embargo, le sugerí que se uniera a nosotros para el desayuno. Todos vivíamos juntos en la misma casa, después de todo, y parecía a la vez ineficiente y solitario que todos comieran por separado. Comprendí que estar separado para las comidas se consideraba correcto y apropiado en este mundo.

Pero nací en Japón en la cúspide del siglo XXI. Además, mis padres eran un autor de novelas ligeras y un ex escritor y diseñador de juegos de ero, lo que me otorgó un 110% de otaku, además era un antiguo encierro y NEET. Realmente no podría haberme importado menos las diferencias en el estatus social o la clase o lo que sea; de hecho, estaba activamente en contra de ellos. Y como tal, quería asegurarme de pasar el mayor tiempo posible con Myusel y Brooke.

Por otra parte, al mirar a Brooke mientras yacía indolentemente en el suelo, me di cuenta de que tal vez el desayuno era un poco difícil de alcanzar para él. Las mañanas solo se volverían más frías, lo que le dificultaría aún más moverse. Tal vez podríamos desayunar un poco más tarde en el día o algo así. Tendría que pensarlo.

“Está bien, Brooke, vamos. Levántate.”

“Sí señor…” Se puso de pie, balanceándose ligeramente. Realmente se veía extremadamente cansado, y me sentí un poco mal por él… Pero al mismo tiempo, era peligroso tenerlo en un pasillo al azar. No quería que se lastimara al ser pisado, o que alguien más se lastimara al pisarlo.

Tomé su mano, consciente de sus garras, y comencé a guiarlo hacia el comedor.

“Buenos días”, dije al entrar en el comedor.

Aunque técnicamente estábamos alquilando esta casa, que también era la base de operaciones y la oficina principal de General Entertainment Purveyor Amutech, del Sagrado Imperio Eldant, para fines prácticos, yo era el propietario. Hubiera tenido el derecho de hablar un poco menos cortésmente.

Si hubiera entrado y simplemente dijera “Hola a todos”, nadie se habría quejado. Pero cuando la persona con la que estás hablando tiene un par de años contigo, eso hace que sea más difícil ser demasiado informal.

“Buenos días, Shinichi-kun”. La chica de la mesa me dio una sonrisa fácil. Tenía rasgos bien equilibrados, pero no estoy segura de que la hubiera llamado hermosa tanto como muy linda.

Tenía una especie de cara de bebé. Y había algo muy accesible en ella, como que se había olvidado de seguir envejeciendo desde que llegó a la adolescencia. Una mirada a las dos montañas en su pecho, sin embargo, hizo obvio que no era una niña pequeña.

De hecho, ella era mayor que yo. A pesar de su apariencia, era miembro de la organización militar más poderosa de Japón: la Fuerza de Autodefensa de Japón, o JSDF. Ella era lo que llamarías una WAC, una mujer soldado. Y ella estaba en servicio activo, un hecho que se notaba en la maleta que estaba constantemente a sus pies. Contenía una pistola automática de 9 mm.

Esta era Koganuma Minori-san, y ella era la guardaespaldas que el gobierno japonés me había asignado.

“B… Buen día…” Brooke saludó somnoliento a Minori-san y Myusel, el último de los cuales vino corriendo, probablemente consciente de lo que estaba afectando a Brooke. Estaba agradecido; No podía sostener al hombre lagarto solo por mucho tiempo.

“¿Estás bien, Maestro?” Preguntó Myusel.

“Sí, estoy bien”, gruñí, “pero sería genial si pudieras ayudarme aquí”.

“¡Claro!”

Los dos logramos llevar a Brooke a una silla, luego nos sentamos. Myusel ya había puesto el desayuno en la mesa ovalada. Había pan apilado en una canasta en el medio, y un plato de comida nos estaba esperando a cada uno de nosotros. En el plato de Brooke, y solo el suyo, había carne cruda con un poco de sal y pimienta, junto con fruta sin pelar. Esto no fue, obviamente, porque a Myusel no le gustaba Brooke. Tampoco era mala cocina de su parte. Así era como al hombre lagarto le gustaba su comida.

“¡Bon appétit!”, Dije, aplaudiendo al estilo japonés. Minori-san hizo lo mismo, luego Myusel y Brooke nos copiaron, y luego comenzamos a comer.

Nuestra comunidad consistió en:

El dueño de la casa (hombre, humano). Su guardaespaldas (femenino, humano). La sirvienta (hembra, mitad elfo).

Y el criado (hombre, hombre lagarto).

Tener a todos sentados y comiendo juntos en una mesa hizo que nuestro desayuno sea quizás el más singular de todo el Imperio Eldant. Más de unas pocas personas podrían haber levantado una ceja para vernos, pero disfruté de comidas animadas. Durante mis días de encierro había comido todas y cada una de las comidas solo, lo que me dio un aprecio especial por esta empresa.

Además, estamos relativamente desprotegidos cuando comemos, al igual que cuando dormimos. Es más fácil relajarse. Myusel comió con cuidado, probando cada bocado, mientras que Minori-san no pudo comer la comida lo suficientemente rápido. Brooke comía su fruta adormilado. Verlos fue extrañamente entrañable.

“Por cierto, Shinichi-kun,” dijo Minori-san, tomando algo de pan de la canasta. Era su cuarta pieza. Ella realmente sabía cómo comer. Sin embargo, ella no mostró ningún signo de aumento de peso. ¿A dónde fue todo? ¿Fueron sus senos gigantes el resultado de su copioso consumo?

De todas formas. Ella continuó: “¿Cuál es tu plan para hoy? ¿Nos apegaremos al horario?”

“Oh… uh, sí. Sin cambios”, dije, sacando mi teléfono inteligente de mi bolsillo y revisando el horario.

Obviamente, no había torres de teléfonos celulares por aquí, así que no recibía ningún servicio como tal. Pero el JSDF había instalado una serie de antenas de alcance medio en la casa y alrededor de la ciudad del castillo para que yo, Minori-san y las demás personas del JSDF, y el puñado de otros japoneses que habíamos venido pudiéramos mantenernos en contacto.

En ese sentido, incluso la comunicación por cable con Japón había sido estática e inconsistente al principio, pero los militares y el gobierno habían intentado esto y aquello, y ahora afirmaban que pronto podrían obtenernos líneas telefónicas e internet.

Eso ciertamente abriría mis opciones. Los juegos en línea estarían disponibles, colecciones de imágenes, extensos foros en línea. De acuerdo, puede haber algunas restricciones en el nombre del secreto…

“Haremos nuestra visita habitual a Su Majestad en el castillo”, dije, pasando el dedo por la pantalla. “Entonces dirígete a la escuela para la clase”.

“Entendido”, dijo Minori-san, asintiendo mientras revisaba su propio teléfono celular. Por pura suerte, ella y yo teníamos el mismo modelo. Era un “teléfono resistente” de la serie “G” que afirmaba tener una durabilidad de grado militar. En el caso de Minori-san, tal vez eso tenía sentido. Había comprado el mío solo para divertirme.

“Oh, Myusel”, le dije, volviéndome hacia la criada a mi lado. “Su Majestad dijo que tú también deberías venir. Ella quiere que te hagan un chequeo”.

“Oh, está bien”. Myusel asintió.

Casi tres meses antes, Myusel había sido gravemente herida en una serie particular de eventos: había sido apuñalada en el estómago protegiendo a la emperatriz del Sagrado Imperio Eldant. La habían llevado de urgencia al hospital real para recibir tratamiento y se había recuperado, pero desde su liberación, continuó regresando una vez al mes más o menos para asegurarse de que todavía estaba bien.

“Está bien”, dijo Minori-san. “Todos sabemos lo que tenemos que hacer hoy, entonces”.

***

Llegamos al castillo imperial del Imperio Eldant. Era el edificio más grande que había visto en mi vida. No es el más alto, eso sí. Había muchos edificios en Japón que alcanzaban más alto en el cielo. Pero la presencia de este lugar, la escala, ¡ningún lugar que conociera daba más la impresión de que la banda sonora se estaba volviendo loca! cuando lo viste.

No creo que haya sido solo el tamaño, tanto por dentro como por fuera, lo que contribuyó a esta impresión. Era la forma en que los colores y la forma prácticamente gritaban: ¡Aquí vive una persona importante! Minori-san me dijo que esto solía ser una montaña y que el castillo fue creado con magia. Eso podría haber explicado por qué parecía ser una sola pieza grande y única.

Sin embargo, después de venir aquí regularmente durante cuatro meses, me estaba acostumbrando lentamente. Los guardias blindados, los pasillos opulentamente decorados, no se sentían exactamente como en mi propia casa, sino tal vez como la casa de un amigo. Lo cual, en realidad, esto era.

Con lo que quiero decir… “Ejem”. Hubo una tos.

Me paré frente a la gruesa puerta de roble. Los guardias reales a cada lado se inclinaron ante mí.

“Kanou Shinichi, gerente general de Amutech, y su grupo, incluidos Koganuma Minori y Myusel Fourant, se presentan para ofrecer sus saludos matutinos a Su Majestad y hacer su informe habitual. Humildemente solicitamos que se nos permita entrar”.

Solía tropezar con este ritual, pero ahora casi lo tenía mal.

En caso de que te lo estés preguntando, las palabras que estábamos hablando entre nosotros fueron interpretadas útilmente por los anillos mágicos que usamos, lo que nos permitió comunicarnos telepáticamente. Sin embargo, había pasado por esta rutina tantas veces que prácticamente podría haberle dado mi saludo en el idioma Eldant.

Los dos guardias anunciaron nuestra llegada al unísono. “¡Kanou Shinichi- sama, Koganuma Minori-sama y su compañía han llegado!”

Minori-san, que estaba allí como mi guardaespaldas, y les devolví la reverencia a los soldados. Cada uno de ellos tiró de enormes anillos de metal, abriendo la puerta.

Por lo que vale, Minori-san era obviamente una extraña, y por lo tanto fuera del sistema local de rangos y clases; Por eso fue tratada con el respeto debido a un caballero. Myusel, que estaba parada al otro lado, sin embargo, era solo una plebeya, y los caballeros no se molestaron en inclinarse ante ella.

Fueron momentos como este los que me hicieron muy consciente de cuán estratificada era la sociedad en el Sagrado Imperio Eldant. Para Myusel, era normal para el curso, y no mostró ninguna reacción al ser ignorada.

Pero olvidemos eso por ahora.

“Gracias”, dije, inclinándome ante los guardias y pisando la alfombra roja de la habitación.

Había varias salas de audiencias en el castillo de Eldant. Por ejemplo, había una para cuando todos los ministros, embajadores y dignatarios estaban presentes, y otra para cuando

Su Majestad estaba viendo a unas pocas personas para un informe o un saludo personal. Esto significaba que las cámaras de audiencia venían en diferentes tamaños, con el tamaño correspondiente al uso.

Estábamos en el más pequeño, más  privado, por supuesto. Pero la habitación todavía era lo suficientemente grande como para albergar cómodamente una cancha de tenis. Y al final…

“Es bueno verte, Shinichi. Myusel y Minori, también. Descansando en el trono estaba Su Majestad Imperial, la dueña de todo este castillo gigante.

“Su Majestad, qué bueno verte de buen humor”, le dije con una reverencia. Minori-san, a mi izquierda, y Myusel, a mi derecha, también ofrecieron sus respetos.

“Hmph. Vemos que incluso has logrado aprender una o dos cosas sobre la etiqueta “, dijo la gobernante con una sonrisa. No importaba cómo la vieras, ella se veía terriblemente joven, no es que pudieras decirle eso, a menos que quisieras molestarla.

Esta era Su Majestad Imperial Petralka an Eldant III, y a pesar de su aspecto, solo estábamos separados por tres años. Pero se la veía muy joven y adorable. Su elegante vestido y la tiara en su cabeza conspiraron para hacerla parecer una muñeca. Ella no habría parecido fuera de lugar sentada en una vitrina en alguna parte.

Por cierto, los ojos de Su Majestad Petralka eran verdes y su cabello plateado. Es decir, ella era la autoproclamada “hermana pequeña” de mi sueño esta mañana.

Es cierto que ella era más o menos la encarnación del personaje de la “hermanita descarada”, por lo que es posible que mi subconsciente profundo la haya sustituido por mi molesto hermano. Pero bueno, dejando de lado el hecho de que básicamente me despertó un extraño fetiche, buen trabajo, subconsciente. Era cien veces mejor que despertarse con un sueño sobre Shizuki.

“Myusel”, dijo Petralka. “¿Cómo está tu salud?”

“Muy bien, estoy agradecida de decirlo”, dijo Myusel, inclinándose profundamente una vez más. “Y se lo debo todo a los amables y generosos de Su Majestad”

“L-La gente debe saber que puede confiar en que su gobernante sea imparcial en todas las cosas”, dijo Petralka antes de que sus elogios pudieran volverse más plenos. “Simplemente nos preocupamos por ti como lo haríamos con cualquiera de nuestros sujetos”.

Creo que mencioné que Myusel fue herida protegiendo a Petralka. Me pareció muy interesante que en una sociedad tan estratificada, este punto parecía muy justo. Tal vez fue solo Petralka. Al principio odiaba a Myusel, pero ahora las dos se llevaban bien.

La profunda diferencia en su estado social significaba que sería un error llamarlos amigas exactamente, especialmente en el castillo, donde otras personas estarían observando, pero aparentemente, estaban lo suficientemente cerca como para que Myusel saliera del hospital, Petralka le pidió que se detuviera para el té. Incluso el hecho de que Myusel, una plebeya, fuera tratado en el hospital real, que normalmente estaba reservado para imperiales y nobles, era en sí mismo una señal de cómo Petralka se sentía por ella.

Vengo del Japón moderno, donde tener una fiesta de té no parecía tan importante, pero desde la perspectiva de los nobles Eldant, que todos querían desesperadamente acercarse incluso un poco más a la emperatriz, la actitud de Petralka hacia Myusel había sido algo de lo que estar profundamente celoso. No es que Myusel misma pareciera especialmente consciente de esto.

“Y tú, Shinichi. ¿Está su trabajo avanzando sin problemas?

“Sí, no hay problemas para hablar”, le dije. “Espera… presento un informe todos los días. Entonces ya sabes lo que está pasando, ¿verdad? ”

“Sí, pero…” Una mirada tímida apareció en el dulce rostro de Petralka.

Su Majestad Imperial la Emperatriz estaba profundamente interesada en la cultura otaku. Fue su respaldo lo que le permitió a Amutech, la compañía de la que yo era gerente general, crear una escuela para ayudar a establecer la base de educación que sería necesaria para difundir la cultura otaku.

Como yo, un antiguo NEET y encerrado, sabía muy bien, el manga y el anime eran un excelente estímulo. La emperatriz tenía deberes que atender, y no podía ir fácilmente a ningún lado porque tendría que tomar un contingente de guardaespaldas y su llegada causaría tal revuelo. Para ella, las obras de ficción que podrían ayudarla a sentirse mejor en solo una hora más o menos probablemente serían un gran consuelo.

“Hubo ese… incidente”, continuó Petralka. “Garius está bastante preocupado”.

“Bien podría estarlo”. Las palabras vinieron de un trozo de cabello plateado parado al lado del trono de Petralka. Básicamente parecía la encarnación del caballero perfecto. Esto fue mucho más allá de “caliente”: sus rasgos estaban arreglados de la misma manera, su cabello tan largo como el de una niña. Al igual que Petralka, parecía menos un humano de carne y hueso que una delicada obra de arte, tan perfecto que casi daba miedo.

Él era Garius en Cordobal. Un pariente de Petralka, y un caballero, y un ministro del gobierno además de eso. A pesar de su juventud, estaba en la cima del tótem.

“Su Majestad, usted es el estado Eldant”, dijo Garius. “Los caballeros nos esforzamos por erradicar a los malvados donde sea que vivan, pero debo rogarles que cuiden de su propia persona también”.

“Sí, lo sabemos”, dijo Petralka, sonando molesta.

Garius también se refería al incidente en el que Myusel había resultado herida. Una organización terrorista se había apoderado de nuestra escuela recién terminada, y Petralka había sido tomada como rehén.