Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 2

Capitulo 9: Deja ir los Celos

Realmente creo que no soy adecuado para ser el líder, pensó Haruhiro a la mañana siguiente. No tengo la personalidad, ni la capacidad para hacerlo. Podría intentar trabajar en eso, pero va a ser difícil.

Aun así, después de hablar con Mary la noche anterior, Haruhiro había reafirmado su determinación. Él iba a hacer todo lo posible para ser un líder. Puede que no sea capaz de ser un buen líder, pero al menos trataría de convertirse en un líder aceptable.

Y así, como había declarado que harían el día anterior, irían al cuarto nivel de las Minas Cirene.

“Miren. Vean. Miren, miren,” dijo Yume, acercándose sobre una cerca y señalando algo al otro lado. “Esas criaturas son bastante lindas, ¿no?”

De inmediato, Ranta no estuvo de acuerdo con ella y gritó: “¡¿Cómo se supone que esas cosas son lindas?!”

Esta era la única vez que Haruhiro tenía que estar de acuerdo con Ranta.

Las criaturas que caminaban por el otro lado de la cerca se parecían a los cerdos. Sin embargo, también tenían una apariencia de rata. Si inflaras una rata hasta el tamaño de un cerdo, luego la afeitaras. podría verse así.

No sabían cómo llamaban los kobolds a estas cosas, pero los soldados voluntarios aparentemente las llamaban cerdoratas. Era un nombre apropiado.

Había un gran número de recintos cercados, y los cerdoratas se mantenían en ellos. No, no solo los cerdoratas.

“Sin embargo, Yume piensa que son lindos,” dijo Yume. “¡Oh, pero, los que están allá también son lindos!” Ella corrió hacia otro recinto. “…Uwah, ahora que está echando un vistazo más de cerca, tal vez no.”

“…Esas criaturas…” Shihoru se encogió, tratando de no acercarse a los recintos. La única razón por la que todavía estaba mirando a las criaturas era por mórbida curiosidad. “…Obviamente son asquerosas… creo. Realmente asquerosas…”

“S-Sí…” Moguzo asintió.

“Saben…” dijo Haruhiro, echando un vistazo a las otras criaturas que no eran cerdoratas. Por su aspecto, no habría querido mirarlos directamente. “…estas cosas son perturbadoras. No sé cómo ponerlo. Siento que estoy mirando algo que realmente no debería mirar.”

“Ah…” Mary se estremeció un poco. “Podría entender lo que quieres decir. Mas o menos.”

Las otras criaturas no tenían brazos ni piernas. Tampoco cola. No eran largos y delgados, eran largos y gordos. Parecían como si alguien le hubiera arrancado las extremidades a un cerdo y luego lo hubiera estirado. Eran bastante espeluznantes. Al parecer, eran llamados gusanos cerdo. Por supuesto, ese era el nombre que los soldados voluntarios les habían dado.

“Hmm,” dijo Ranta. Extendió la mano con su espada para pinchar a uno de los gusanos.

“Oye.” Haruhiro lo detuvo de inmediato. “No lo hagas, Ranta.”

“¿Eh? No molestes. Solo estaba tratando de hacerlo. No lo habría hecho de verdad.”

“Si estabas tratando de hacerlo, ¿cómo ibas cumplir que no lo harías de verdad?” En cuanto las palabras salieron de la boca de Haruhiro, se arrepintió. Era mejor dejar pasar todo lo que Ranta decía, pero ahora había ido y le había dado una respuesta seria.

“En mi mente, lo haría muy bien,” dijo Ranta.

“Sí, lo que sea,” murmuró Haruhiro.

“Lo haría totalmente. ¿Lo entiendes?”

“Lo entiendo, lo entiendo.”

“Bien, explícamelo entonces,” exigió Ranta.

“En tu mente, lo harías muy bien,” dijo Haruhiro.

“¡Acabas de repetir exactamente lo que dije!”

Ignorando a Ranta mientras gritaba, Haruhiro echó otro vistazo a la manada de gusanos cerdo. La forma en que se arrastraban torciendo sus cuerpos probablemente iba a perseguir sus pesadillas. “Esto es lo que comen los kobolds, eh…”

El cuarto nivel de las Minas Cirene era conocido como “la granja.”

Esta parte de ella era más un rancho que una granja, pero cultivaban setas oscuras, helechos de acebo y flores de luz, que eran las plantas que crecían alrededor de la mina y proporcionaban una fuente de luz, plantas inusuales que podían crecer sin luz solar.

Los kobolds eran criaturas vivientes. Si no comieran, morirían. Parecía que, aparte de los kobolds menores en el primer nivel, raramente se aventuraban afuera, por lo que necesitaban ser autosuficientes dentro de la mina.

Las vetas de mineral se habían agotado hacía mucho y había un montón de espacio abierto en el cuarto nivel, por lo que aquí era donde tenían su centro de producción de alimentos.

“Ocúltense,” dijo Mary de repente, haciendo un gesto de presión hacia abajo con su mano.

Haruhiro, Shihoru, Moguzo y Ranta se agacharon de inmediato, pero Yume se quedó de pie sola.

“¿Eh? ¿Qué pasa?”

“¡Ahora no es el momento!” Haruhiro apresuradamente agarró a Yume por el brazo, haciéndola agacharse.

Él solo quería que se agachara, pero con un: “Whah,” Yume aterrizó en su trasero. “Owwie…”

“L-Lo siento. Espera, no, en realidad—” Haruhiro se llevó un dedo a los labios y dijo: “Shh.” Él dijo en voz baja: Silencio. Yume pareció entender y asintió.

Haruhiro y los demás se agarraron a la cerca, quedándose unos tres minutos.

Ranta asomó la cabeza por encima de la cerca. “—Hmm. Se fueron. Eso creo.”

“¿Eso crees…?” Haruhiro asomó lentamente su cabeza a mitad de la valla, mirando alrededor del área. Había un mayor en la distancia, pero estaba de espaldas a ellos. Parecía que se alejaba. “…Hay uno ahí. Ocultémonos un poco más.”

Sin embargo, otro minuto después, cuando volvió a revisar, otro mayor venía en su dirección.

“¡Oh, mierda!”

“Oh, vamos,” suspiró Ranta. “¿Cuánto tiempo nos tenemos que ocultar? ¿Tal vez deberíamos matarlo?”

“Hmm…” Haruhiro miró a Mary.

Mary sacudió la cabeza. “No creo que debamos. Desde el cuarto nivel hacia abajo, las cosas son diferentes a las de los tres primeros. Si no lo terminamos en un instante, estarán sobre nosotros en poco tiempo.”

Ranta resopló burlonamente. “Bueno, entonces tenemos que terminarlo en un instante.”

“No lo hagas parecer tan simple,” dijo Haruhiro exasperado.

“Podríamos ser capaces de hacerlo,” dijo Shihoru. “Con mi magia.”

“Ah,” Haruhiro abrió mucho los ojos. “Es verdad. Sleepy Shadow.”

“Sí. Pero… si fracaso, estaremos en peligro… Tal vez no deberíamos…”

“Escucha,” dijo Ranta con una expresión de exasperación en su rostro que era infinitamente agravante. “Si te preocupas por lo que sucederá si fallas, ni siquiera puedes beber agua. Porque el agua siempre puede ser envenenada. ¿Entiendes lo que estoy diciendo? Apuesto a que sí. ¿Sí?”

Si vas a hacer una analogía, al menos trata de encontrar una mejor, quiso decir Haruhiro, pero lo dejó pasar. Si iba a dirigir este grupo, dejar pasar las cosas era una de las habilidades que necesitaba desarrollar.

“Shihoru,” dijo. “No tienes que hacerlo si no tienes confianza, pero si te sientes con ganas, ¿por qué no intentarlo? Quiero decir, a ti se te ocurrió la idea después de todo.”

Shihoru es tan pasiva que no es habitual que proponga una idea. Quiero animarla, pensó.

Shihoru miró hacia abajo por un tiempo antes de finalmente levantar la mirada. “…¿Puedo intentarlo?”

Nadie se opuso.

Después de atraer al mayor dentro del rango de 20 metros de Sleepy Shadow, Shihoru asomó su rostro y el báculo por detrás de la cerca y comenzó a cantar. “Ohm, rel, ect, krom, darsh.”

El elemental de sombra que lanzó desde la punta de su báculo no era tan rápido como cuando lanzaba Shadow Beat. Pero era silencioso. Voló silenciosamente atrapando al mayor.

En la cara, pensó Haruhiro.

El elemental de sombra entró en el cuerpo del mayor a través de su nariz, oídos y boca. El mayor inmediatamente comenzó a tambalearse, cayendo al suelo poco después.

“¡Ahora!” Haruhiro dio la orden, y todos salieron corriendo.

Atacar a un mayor dormido es un poco cobarde, ¿no es así? Pero eso no es algo en lo que tenga tiempo para pensar ahora. Tenemos que darnos prisa y acabar rápidamente.

Ranta fue quien dio el golpe mortal. Siempre era extremadamente rápido en momentos como este. “¡Gwajaja! ¡Un vicio fácil! ¡De acuerdo, gente! ¡Tomen sus cosas!”

“¿Por qué estás dando las órdenes?” Haruhiro discutió con él sin pensar. Ups, se supone que no debo hacer eso. Déjalo pasar. Déjalo pasar.

A diferencia de los mayores del tercer nivel, los mayores del cuarto nivel llevaban armaduras con placas de hierro, látigos de hierro y anillos de hierro alrededor de sus cinturas. El talismán de este era un collar que brillaba con un color plateado azulado. Parecía que era valioso.

“Eso fue pan comido, ¿eh?” Dijo Yume. “Sin embargo, Yume se siente un poco triste por el mayor. Estuviste genial, Shihoru. Y lo hiciste sentada, sentada con tu magia.”

“S-Sí,” estuvo de acuerdo Moguzo. “Fue fácil gracias a ti, Shihoru-san.”

Con Yume y Moguzo alabándola, Shihoru dijo “…N-No fue gran cosa…” en un tono humilde.

“No, en serio,” Haruhiro se volvió hacia Shihoru, dándole un pulgar hacia arriba. “Lo hiciste perfecto. Lo digo en serio. Si encontramos un enemigo que aún no nos ha notado, ahora sabemos que este método seguro funcionará.”

“Fui yo el que consiguió la muerte, ¿saben?” Ranta interrumpió.

Está bien, solo déjalo pasar.

“Este mayor…” Mary miró hacia abajo al cadáver del mayor, haciendo el signo del hexagrama. “No sería una buena idea dejar el cuerpo aquí.”

“Ahh,” Haruhiro miró hacia la cerca. “¿Por qué no lo metemos ahí? Dentro de la cerca.

Ahora que había sido despojado de sus cosas, Moguzo y Haruhiro trabajaron juntos para lanzar el cadáver del mayor en el recinto con los cerdoratas. Ranta también debería haber ayudado, pero Haruhiro decidió que no valía la pena decir nada.

Poco después de que terminaron, algo horrible sucedió.

“Uy…” dijo Haruhiro en voz alta.

Los cerdoratas gruñeron ruidosamente, reuniéndose alrededor del cadáver del mayor muerto y luego… De ninguna manera, ¿lo van a comer, de verdad…?

Sí, de verdad. Lo estaban comiendo. Entraron en un frenesí de alimentación, luchando entre sí por el cadáver.

Yume murmuró: “Es la cadena alimenticia…” o algo así, ¿pero ese realmente era el problema? No lo era, ¿verdad?”

“…Ohhh,” Shihoru apretó su báculo, pareciendo que estaba lista para desmayarse en cualquier momento.

Mary se veía con náuseas, cubriéndose la boca con la mano. Moguzo se quedó ahí, aturdido.

“En realidad, esto es conveniente para nosotros, ¿no?” Ranta era el único con una extraña sonrisa en su rostro mientras observaba la horrible vista… pero… “No importa cuántos de ellos matemos, los cerdoratas se desharán de los cuerpos por nosotros. Aunque estos cerdoratas eventualmente terminarán en el estómago de un kobold, así que eso es un poco asqueroso cuando piensas en ello. Bueno, no somos los caníbales aquí, así que no es nuestro problema. Ja, ja, ja, ja, ja…”

“Tus piernas están temblando, ¿sabes?” Señaló Haruhiro.

Ranta tartamudeó, “¿E-Ehhh?” Tratando de sonar intimidante, pero no era intimidante en absoluto. Parecía un poco pálido. “Y-Yo no estoy temblando. ¿C-Cómo podría estar temblando? T-Tú eres el que está temblando, y parece que estoy temblando porque estás temblando… ¿Mm?”

“¿Qué quieres decir con ‘Mm’?”

“¡Cállate! ¡Mm es… Mm es, oh, ya sé, ¡la ‘M’ de muerte!”

“Si te enferma, no tienes que obligarte a mirar…”

“I-Imbécil,” dijo Ranta. “No me está enfermando, ¿de acuerdo? Esto no es nada. En realidad, me encantan este tipo de cosas. Cuando eres un caballero oscuro, las cosas grotescas y eróticas vienen en el mismo paquete.”

“Tal vez grotesco. Erótico, por otro lado, simplemente no veo cómo eso es relevante aquí.”

“¡Quiero que sea relevante! ¡Soy un chico, ¿de acuerdo?!”

Sin embargo, parecía mal deshacerse de los cuerpos de esta manera, y debido a que los cerdoratas estaban en un frenesí por el banquete inesperado, una serie de mayores se apresuraron, obligando a el grupo a esconderse de nuevo. Sin embargo, esconderse no iba a ser suficiente. Necesitaban escapar, o estarían en problemas.

Sin embargo, si intentaran moverse, incluso con las cercas altas de los recintos de los cerdoratas y gusanos cerdo, lo que facilitaba ocultarse, ahora había muchos más mayores patrullando el área. Por otro lado, la granja de las setas oscuras, los helechos de acebo y las flores de luz no tenían cercas, lo que hacía que fuera fácil verlos, y había una buena cantidad de trabajadores y trabajadores bajos en los campos.

Haruhiro y los demás terminaron por escabullirse hacia un rincón desolado del cuarto nivel, donde solo había recintos vacíos sin criaturas en ellos.

“…¿Tal vez va a ser difícil trabajar en el cuarto nivel?” Preguntó Haruhiro, recostándose contra una de las vallas.

Mary pensó por un momento y luego dijo: “Las condiciones aquí podrían ser malas. Nosotros también—Ah…”

Mary se detuvo en seco con una expresión de sorpresa en su rostro. Ella podría haber estado preocupada de que al referirse a sus anteriores camaradas como “nosotros,” podría ofender a sus actuales camaradas, Haruhiro y los demás. Haruhiro estaba a punto de decirle que no se preocupara por eso, pero alguien le dio un puñetazo.

“¿Qué? No necesitas ser tan sensible con eso.” Era Ranta, de todas las personas. “¿Nos vemos tan pequeños y mezquinos? En todo caso, tenemos un gran corazón. Y también soy salvaje. No te enamores de mí, ¿está bien?”

“Sí. No lo haré,” respondió Mary de inmediato.

“¡Tropiezo!” Cuando Ranta hizo su exagerada rutina de tropiezo, Mary se rió un poco.

Sintiendo una punzada de molestia…

¿Eh? Haruhiro pensó. ¿Tal vez me siento celoso? ¿Celoso de Ranta, ante eso…?

Haruhiro se aclaró la garganta, volviendo su mente a la tarea en cuestión. “Bueno, ¿entonces qué hay del quinto nivel?”

Mary respondió con cautela. “Es mejor que el cuarto nivel, probablemente.”

“Mhm, mhm,” Yume asintió ligeramente.

“…En ese caso,” dijo Shihoru vacilante, “¿deberíamos bajar… al quinto nivel?”

Moguzo exhaló profundamente por la nariz.

Ranta sonrió. “Entonces está decidido.”