Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 4: Aprendiz De Doncella En El Templo I

Capítulo 7: La Ira de Lutz y la Ira de Gil

«Muchas cosas para llevar esta vez, ¿eh?», Dijo Lutz encogiéndose de hombros después de venir a buscarme por la mañana y ver la ropa empacada en mi cesta. La canasta, que normalmente solía recoger en el bosque, tenía un montón de ropa envuelta en tela dentro. Estaba la ropa de Fran, Delia y Gil, mi túnica azul y faja, y finalmente, las tres prendas que había comprado ayer.

La ropa que había comprado era linda y claramente para los plebeyos, pero la falta de parches, los bonitos bordados y las mangas largas con encajes se destacarían aquí. Los niños en mi parte de la ciudad simplemente no usaban ropa como esa. Quién sabía lo que diría la gente si caminaba con ellos.

Después de que mi familia nos advirtió, nos quedamos con Lutz y yo yendo a la tienda de Benno con nuestra ropa normal, y luego nos cambiamos en la habitación de Lutz. Cuanto más al norte se fue, más lujosas y caras se volvieron las cosas. Era normal para la gente del norte, así que no se podía evitar eso. Pero si no tuviera cuidado, alertaría a los que nos rodean de que mi familia tenía cosas caras en casa, lo que los pondría en riesgo.

Nuestros trajes de aprendiz no sobresalían ya que era normal que los padres compraran ropa nueva para sus hijos después de su bautismo, pero definitivamente llamaríamos la atención usando ropa nueva elegante de la nada. Puede ser una buena idea pedirle a Benno que me dé una habitación propia en su tienda.

«Y esa es la situación. ¿Puedes prestarme una habitación barata también?” Le pedí a Benno que me prestara una habitación mientras esperaba en su oficina a que Lutz terminara de cambiarse. Benno, que había estado luchando con una pila de tablas de madera, me miró con una expresión completamente molesta.

«Puedo prestarte una habitación, pero habrá habitaciones baratas en el ático, ¿sabes? ¿Quieres escalar todas esas miradas cada vez que necesites cambiarte de ropa o guardar algo?” Solté un pequeño vistazo, recordando lo agotador que era solo subir los cinco pisos para volver a casa.

«Creo que estará bien si los escalo muy, muy lentamente».

«Algo me dice que eso no es cierto. Y en realidad, ¿no tienes una habitación en el templo? ¿Qué harás cuando alguien te visite?»

«¿Me visiten?» Mi plan era ir al templo solo para leer y gastar maná, lo que no involucraba a nadie que me visitara. Incliné la cabeza confundida y Benno dejó el bolígrafo para mirarme.

“Por lo general, Lutz sería llevado a tu habitación cuando vaya a buscarte. ¿Qué pasó en su lugar?”

“… Lutz esperó en la puerta principal mientras un sacerdote gris vino a la biblioteca a buscarme. Ummm, así que, básicamente, ¿debería negociar para que la sala del libro se convierta en mi habitación?”

«¡¿Estás loca?!»

“Lo siento, solo dije eso porque realmente quería que sucediera”. Sabía que nunca me dejarían vivir en una habitación llena de libros valiosos. Mis sueños eran solo sueños.

«Eugh. De todas formas. Si no tiene una habitación allí, pídale al Sumo Sacerdote que le asigne una antes de que termine el día».

«Espera, ¿hoy?»

«El trabajo de Lutz para hoy es decirle a Fran cómo manejar su salud».

«Bueno. Hablaré con el Sumo Sacerdote”. Una vez que la conversación llegó a su fin, Benno tocó una campana en su escritorio. Una sirvienta apareció inmediatamente detrás de la puerta.

«¿Me llamaste?»

“Ayúdala a cambiar. Myne, puedes usar esa pantalla para esconderte si quieres. No vas a llegar al techo».

…Espera. ¿Me está diciendo que me cambie en su oficina? Casi grité mis pensamientos, pero los tragué de nuevo. Benno había recogido su bolígrafo y había regresado al trabajo después de darle órdenes a la mujer, y ella ya estaba configurando la pantalla para asegurarme un espacio para cambiarme. Ambos estaban siendo tan casuales al respecto que mi pánico sería extraño. No podría pensar en una sola forma de salir de la situación sin problemas.

«… Um, Sr. Benno. No necesitas hacer esto por mí, estaré bien si subo las escaleras lentamente».

«No desperdicies tu pequeña y valiosa resistencia antes de que incluso te vayas en primer lugar». Benno aplastó mi débil resistencia con una sola línea. Bueno… Él está preocupado por mí, y está haciendo esto por mi bien, y yo soy solo una niña, y no será vergonzoso si no creo que sea vergonzoso, así que… ¡Aaah, no! ¡Es demasiado vergonzoso fingir que no lo es!

«Um…»

“¿A qué ropa te estás cambiando? ¿Estas? De acuerdo, están listos. Por favor ven aquí.»

«Intenta y termina antes de que Lutz regrese, ¿sí?»

Todo estaba listo para que yo cambiara antes de que pudiera rechazarlos. Me rendí y me dirigí a la pantalla.

«… Bueno, supongo que lo haré entonces». Quería que la vergüenza terminara lo antes posible. La sirvienta mayor me ayudó a cambiar detrás de la pantalla con bastante rapidez. Me quitó el vestido de una vez y se puso la blusa, que llegó hasta mis muslos y, por lo tanto, se cubrió lo suficiente como para calmarme.

La ayudé a hacer la mitad de los botones, luego ajustó la falda alrededor de mi cintura y apretó las cuerdas del corpiño. Luego se puso la horquilla que Benno me dio y me cambié por completo.

«Señor Benno, está hecho. Gracias”. Salí de detrás de la pantalla con mi ropa quitada en mis brazos y Benno levantó la cabeza para mirarme de pies a cabeza.

«… Sí, te ves bien ahora».

«¿Qué? ¿Qué? ¿En qué parte? ¿Estás diciendo que me veo como una chica rica? ¿Soy linda?»

«Tal vez si mantuvieras la boca cerrada».

«¿Bwuh?» Me quedé en silencio y comencé a poner mi ropa normal en la canasta, momento en el que Mark entró con Lutz.

“Disculpe, maestro Benno. Oh, hola Myne. Veo que has terminado de cambiar”.

«Señor Benno ayudó».

«……… ¿Maestro Benno?»

“¡Myne, idiota! ¡Abreviaste demasiado! Mark, acabo de llamar a Matilda para ayudarla”. Benno se rascó la cabeza y sacudió la barbilla en dirección a Matilda, que doblaba la pantalla. Mark asintió entendiendo y guió a Lutz hacia adelante. Benno miró a Lutz, luego asintió después de ver la tabla de madera en sus manos.

«Bien. Lutz, tu trabajo hoy es ir al templo y hablar con Fran, el sirviente de Myne, sobre cómo manejar su salud. ¿Has terminado de organizar lo que le vas a decir?»

«Sí, Maestro Benno». Lutz hizo una reverencia al igual que Mark y salió de la habitación con mi canasta. Verlo comportarse como un empleado de la tienda me hizo sentir como una madre que mira a su hijo hacerlo bien en su primer trabajo. Aaah, Lutz realmente ha crecido, ¿eh?

«Lutz, tu postura y tu discurso son mucho mejores ahora, ¿no?»

«Todavía tengo un largo camino por recorrer, pero sí, esto es parte de mi trabajo». Lutz sonrió con orgullo. Para ser honesta, me pareció inspirador que estuviera trabajando duro y sintiéndose orgulloso de sí mismo. Tenía mucho que aprender de él.

«Necesito aprender a hablar como una dama noble en el templo, como aprendiste a ser cortés en la tienda».

«… ¿Crees que puedes manejar eso?»

«Benno no dijo que me estaba equivocando, así que creo que puedo manejarlo bien. Solo tomará un tiempo acostumbrarse. Um… No te rías cuando me escuches hablar en el templo, ¿de acuerdo? Incluso si no suena como yo». Si Lutz se reía de mí, mi elegante discurso se derrumbaría en un instante.

«¿Tengo que hablar cortésmente también?»

«Señor Benno fue increíblemente cortés cuando habló con el Sumo Sacerdote, un noble. Creo que sería inteligente tratar de ser cortés en el templo».

«C-Correcto…»

Cuando llegamos al templo, mis tres sirvientes estaban esperando en la puerta. Al principio me pregunté cómo sabían que me esperaban, pero luego Lutz me dijo que la Compañía Gilberta había enviado un mensajero. Aparentemente, era importante avisar con anticipación sobre algo tan simple como regresar a casa. La noble sociedad seguramente era increíblemente tediosa.

De todos modos… ¿Qué debería decirles? ¿»Estoy en casa»? ¿»De hecho he regresado»?

«Eheh, apuesto a que te metiste en problemas».

«¿Bwuh?» Estaba planeando hablar como una niña noble una vez que volviera al templo, pero Delia me hizo tropezar antes de que pudiera comenzar. Dejé escapar un sonido tonto e incliné la cabeza confundida cuando Fran se abrió paso frente a Delia.

“Bienvenida, hermana Myne. Esperaba tu regreso seguro”.

“Fran, he vuelto. ¿Pasó algo mientras estaba fuera, tal vez?” Me reajuste y hablé con Fran. Se cruzó de brazos en silencio delante de su pecho y dobló la rodilla.

«Todo está bien, sin nada que destacar».

“¡¿Qué quieres decir con que todo está bien?! ¡Myne, trajiste un visitante pero no llevabas a tus sirvientes contigo! ¡Apuesto a que estabas súper avergonzado! Heh, y eso es perfecto». Odiaba estropear su humor increíblemente petulante, pero no recordaba haberme avergonzado en absoluto. De hecho, Fran hizo su trabajo tan bien que su ausencia fue realmente una gran ventaja para mí.

«… Fran estaba allí para mí».

«¡Hmph! No hay mucho que un solo sirviente pueda hacer. Ni siquiera podías ofrecer flores. Apuesto a que tu visitante estaba súper decepcionado contigo”.

Um… ¿Ofrecer flores? ¿Es eso un eufemismo para algo? Si es así, no creo que quiera saber para qué. Pero de cualquier manera, Benno salió del templo muy satisfecho desde que conoció al Sumo Sacerdote, sus regalos fueron apreciados y logró asegurar un buen negocio para la distribución de las ganancias del Taller Myne. No estaba segura de lo que estaba pasando en su cabeza, pero parecía que Delia quería que dijera que me había metido en problemas. Fue un dolor, pero cuanto antes terminara esta conversación, mejor.

«Ummm, sí, está bien. Me metí en grandes problemas. Fue horrible.»

«Eheh. Lo sabía.»

«Hermana Myne, ¿qué estás…?», Susurró Fran.

«Delia es tan molesta, que tratar con ella es un gran problema. Solo la estoy quitando de mi espalda”. Fran bajó los ojos, entendiendo lo que quería decir. Eché un vistazo a la cesta de ropa en la espalda de Lutz, luego miré a Delia e incliné la cabeza.

«Delia, ¿qué puedo hacer para que tomes en serio servirme?»

«¡¿Crees que alguna vez te sirva?! ¡No seas estúpida! Dios, nunca he visto a alguien tan tonta como tú”. Delila esbozó una sonrisa satisfecha y se dio la vuelta para irse a algún lado. Para ser honesta, ser tan egocéntrica y grosera fue realmente un alivio, ya que no me sentiría culpable si tuviera que pedirle al Sumo Sacerdote que la enviara lejos.

«… Uh, Myne. ¿Quién era esa?»

«Uno de mis sirvientes, técnicamente».

«¿Seriamente? ¿Eso es lo que cuenta como sirvienta aquí?», Preguntó Lutz, señalando la espalda de Delia cuando se fue. Parecía que su plan de ser cortés tiene práctica que ya se había desmoronado. Podría simpatizar con eso. Lo mismo me sucedería si no tuviera cuidado al respecto.

«Es grosero de mi parte intervenir, pero debo decir que ella es un caso atípico». Fran protestó de inmediato, probablemente debido a la sensación de que su profesión había sido insultada. En general, los asistentes personales, como mis sirvientes, eran hábiles como Fran, así que tal vez era seguro llamar a Delia un caso atípico por aspirar a ser la amante del Sumo Obispo.

“Fran es mucho mejor sirviente. Delia tiene problemas, como viste, pero…”

«Huh. Bueno, me alegro de que no todos sean como ella. Eso sería una pesadilla”, dijo Lutz, asintiendo, que era el momento perfecto para que el otro niño con problemas atacara. Gil fulminó con la mirada a Lutz y le señaló con un dedo afilado.

«¿Y qué haces en el templo, eh? No perteneces aquí».

Lutz hizo una mueca y me preguntó quién era Gil. Pero su atuendo y el contexto probablemente significaban que Lutz ya sabía quién era.

«Mi sirviente».

«Por favor, piense en él como un caso atípico también».

«¡¿Entonces eres su único sirviente decente, Fran?! ¡¿Qué diablos está pasando aquí?!” Fran inmediatamente identificó a Gil como otro caso atípico, pero eso realmente no ayudó a su caso. Como Lutz solo había visto a mis tres sirvientes, Fran era una minoría y le parecía un caso atípico. Mientras Fran y yo manteníamos nuestras cabezas frustradas, Gil miró a Lutz y ladró con ira.

«¡¿Qué pasa contigo, idiota?! ¡Eres un extraño, no sabes agacharte!»

«Soy Lutz de la Compañía Gilberta. Administro la salud de Myne. Vine aquí para enseñarles a los sirvientes de Myne cómo manejar su salud, pero con niños inmaduros como tú sirviéndola, no sé…» Lutz parecía increíblemente decepcionado, ya que había estado algo emocionado de practicar ser cortés al mismo nivel que Benno estado con el sumo sacerdote.

“Lo siento Lutz. Todo esto es porque no tengo experiencia como maestro».

«Es el trabajo de un sirviente apoyar a su amo a medida que crecen, ¿no es así? No necesita personas que ni siquiera puedan hacer bien su trabajo. Cortar a cualquiera que no esté motivado. Esa chica de hace un segundo definitivamente está tratando de hacerte pasar un mal rato». Lutz tenía razón, pero como estos sirvientes me habían sido asignados por la segunda autoridad más alta en el templo, no podía despedirlos tan fácilmente.

«Bueno, estoy siendo salvado por su incompetencia, así que no estoy demasiado preocupada por eso en este momento».

«¿Su incompetencia?»

«Delia me está espiando por orden del Sumo Obispo. Prefiero que me asignen un espía incompetente que me diga qué está haciendo a mí que un buen espía haciendo cosas que me respalden». Delia definitivamente era mejor que un espía demasiado bueno en su trabajo para que yo lo maneje. Lutz se encogió de hombros, claramente sin envidia de mi situación.

«…Hey chico. ¿Te burlas de nosotros? ¿Nos estás mirando hacia bajo?” Gil me miró a mí y a Lutz con los ojos contorsionados de ira. Probablemente se dirigía a mí, dado lo «bajo», pero no tenía intención de responderle.

«Fran, tengo una solicitud para ti».

«¿Sí, hermana Myne?»

«¡Oye! ¡No me ignores! ¡No te burles de mí!», Gritó Gil antes de dar un fuerte tirón a mi brazo. Era mucho más alto y más fuerte que yo, con mi cuerpo y fuerza de cuatro años, no podía hacer nada para resistir la fuerza de su atracción.

«¡¿Kyaaah?!» Al final me arrojaron de lado, donde Lutz me atrapó en un abrazo. Por un segundo no supe qué había sucedido y me senté de rodillas frente a Lutz, parpadeando rápidamente.

Lentamente miré a mí alrededor y vi a Fran mirándome con los ojos muy abiertos y el brazo extendido. Aparentemente me alcanzó, pero no llegó a tiempo. Gil nos miraba con incredulidad entre su mano y yo, ya que no esperaba lanzarme tan fácilmente.

«Myne, ¿estás bien?»

«Estoy bien, ya que me atrapaste. ¿Y tú, Lutz?”

«Meh. ¿Es realmente tu sirviente? A mí me parece un animal salvaje». La voz de Lutz era tranquila, pero sus ojos ardían de ira. Su color de ojos era incluso un poco más claro de lo normal. Realmente me asustó ver cuán furioso estaba Lutz.

«No está entrenado en absoluto, pero no tengo el tiempo, la motivación o la inversión para molestarme en tratar de arreglar eso… Especialmente porque soy tan débil y esas cosas».

«Está bien, lo haré por ti entonces», dijo Lutz en voz baja mientras me levantaba, asegurándose de que no estuviera herida, y luego me entregó a Fran. Luego inmediatamente saltó hacia Gil y lo golpeó en la cara tan fuerte como pudo.

«¡Idiota! ¡¿Qué pasaría si Myne se lastimara?!”

Era normal que los niños comunes pelearan, pero había una regla silenciosa de que debías tener mucho cuidado con quién peleabas. Los plebeyos confiaban en sus cuerpos para todo. Ir demasiado lejos podría destruir la familia o la vida de alguien, por lo que solo pelear con alguien de tu mismo tamaño era como una ley de hierro. Y Gil acababa de infringir esa ley.

Si Gil hubiera seguido hablando mal de mí, Lutz se habría encogido de hombros y habría dejado que la discusión terminara con palabras. Pero Gil me había puesto las manos encima, incluso frente a Lutz, a quien mi familia y Benno les habían dicho que me protegieran. Sin mencionar que se suponía que yo era el maestro de Gil.

«¿Qué crees que estás haciendo?»

«¡Esa es mi línea! ¡Qué tipo de sirviente lastima a su maestro, idiota estúpido!” En la parte más común de la ciudad era normal que alguien fuera golpeado después de comenzar una pelea, así que solo silenciosamente vi a Lutz golpear a Gil en la tierra, pensando que eso sería bueno si esto fuera lo que haría que Gil fuera más obediente.

«Hermana Myne, erm, ¿no deberías detener a Lutz…?»

«¿Por qué habría? Es deber de un maestro disciplinar a su sirviente. Lutz lo está haciendo por mí ahora mismo. Realmente es una gran ayuda. No tengo la fuerza del brazo para pelear contra nadie». O la motivación, agregué en el interior, mientras Fran miraba ansiosamente entre Gil siendo golpeado y yo mirándolo.

«Al disciplinar a los sirvientes, es normal enviarlos a la sala de detención, o limitar sus dones divinos por un día… Erm, no debes alentar la violencia». Parecía que el templo tenía formas de disciplina muy diferentes a las ciudad baja

«Lutz, eso debería ser suficiente».

«No, todavía no lo entiende. Todavía me pregunta por qué lo estoy golpeando».

«Aparentemente no se supone que golpees a la gente en el templo».

«¿Huh? ¿De qué otra forma vas a disciplinar a alguien?”

«Hacen otras cosas aquí», le expliqué, lo que hizo que Lutz chasqueara la lengua con frustración y soltara a Gil. Aparte del primer golpe, acababa de golpearlo con la palma de la mano, por lo que Gil no parecía visiblemente herido.

«Sheesh. No solo no está haciendo su trabajo, incluso te está lastimando, Myne. Él es el peor. Demasiado peligroso para dejar a tu alrededor. Deberías despedirlo”.

«¡Esa chaparrita tampoco está haciendo su trabajo! ¡No me está dando lo que debería ser!” Gil se puso de pie y me miró, sosteniendo su mejilla. Parecía que aún había cosas más básicas sobre el templo que aún no conocía.

“Bueno, Fran. ¿Qué debería darle exactamente?”

«¡¿Ni siquiera lo sabes?! ¡Eres la idiota más grande aquí!” Gritó Gil antes de que Fran pudiera responder. Nada se lograría con Gil gritando en el fondo e interrumpiendo. Él ya sabía que yo no sabía nada sobre el templo, pero todavía estaba quejándose sin explicar nada. ¿Qué tan tonto era él?

“Realmente eres tonto, Gil. Acabo de decir antes que no sé nada sobre el templo. No crecí aquí. Simplemente no sé estas cosas. Entonces, ¿por qué crees que lo sé? ¿No entiendes ahora que nací plebeya en la ciudad baja y no se todo lo que sabes? ¿Qué esperas exactamente de mí?”

«¡Ngh…!» Gil se calló y me miró, apretando los dientes. Lutz se paró frente a mí protectoramente y miró a Gil de frente.

«Estás siendo engreído porque ella tiene cosas que debería darte, pero ¿sabes qué? ¡No mereces nada si no estás haciendo tu trabajo! ¿Qué te pasa, pensar que deberías obtener cosas sin hacer ningún trabajo?»

“¡Los regalos de los dioses se les dan a todos por igual! Las clases más altas reciben los regalos primero, ¡pero todo sigue siendo igual! ¡Trabajar no tiene nada que ver con eso!”

«¡¿Eh?!» Miré a Lutz confundido, sin entender a Gil en absoluto, luego le pedí a Fran que me aclarara.

«Fran. ¿Podría explicarme esto, por favor? ¿Qué debería darle exactamente?”