Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 4: Aprendiz De Doncella En El Templo I

Capítulo 2: El Trabajo de una Doncella del Santuario

«Así termina la ceremonia de fidelidad».

«Está bien, me voy a la sala de libros».

«Detente. No hemos terminado aquí «. En la dirección del Sumo Sacerdote, dejé el altar y me dirigí al frente de su escritorio. Fran me trajo una silla, así que me senté.

«Gracias, Fran».

«… Tu gratitud se desperdicia en mí». Fran hizo una mueca, sorprendida. Tal vez fue incorrecto para mí agradecer a mis sirvientes. Probablemente sería inteligente preguntarle a Freida sobre cómo actuar como un noble.

«¿Estás listo para escuchar?»

«Sí, adelante».

No estaba segura de qué se trataba, pero el escritorio del Sumo Sacerdote estaba cubierto con pilas de tablas de madera y trozos de pergamino. Miró a algunos de ellos y me miró. Actuaba por completo como un maestro con un libro de texto que daba clases a un alumno.

“Como sabes, todas las túnicas azules en el templo son de noble cuna. Debes operar bajo la suposición de que ninguno de ellos está satisfecho con un plebeyo como tú que también usa túnica azul”.

Lo había adivinado yo misma, pero escucharlo en mi cara me dio escalofríos. Cuando pregunté por primera vez acerca de ser una aprendiz de doncella del santuario, tenía medio año de vida por delante en el mejor de los casos. Hubiera sido feliz si pudiera leer libros en la sala de libros hasta que me muriera.

Pero el templo tenía herramientas mágicas. Al convertirme en una aprendiz de doncella del santuario de túnica azul, mi vida se había extendido y mi vida en el templo ya no tenía un límite de tiempo. Necesitaría pensar mucho sobre mi futuro, no a través de una lente de autodestrucción.

“En este momento hay pocos nobles de túnicas azules suficientes para que todos entiendan nuestra necesidad de aquellos con maná, por lo que su hostilidad probablemente terminará con que te ignoren, pero eso no durará cuando más niños nobles vengan al templo. Harías bien en planear con anticipación”. Apreté los puños en mi regazo y me mordí el labio. Si me equivoco cuando trato con nobles, toda mi familia se vería afectada. Necesitaba información para sobrevivir en el templo de forma segura.

“En particular, el Sumo Obispo se opuso incluso a esta ceremonia de lealtad. Las otras túnicas azules no te han conocido, por lo que sus sentimientos se basarán en su desprecio por los plebeyos. Por esta razón, he elegido asumir el papel de su supervisor.»

Yo, como un plebeyo que tenía maná y dinero a pesar de mi bajo estatus, básicamente pisoteé el sentido de orgullo y privilegio de la nobleza solo por existir. De ninguna manera querría ninguno de ellos. Lo sabía. Pero a pesar de decir que a los nobles no les agradaría, el Sumo Sacerdote fue muy amable al advertirme sobre todo esto.

«¿No le desagrado, Sumo Sacerdote?»

“Valoro a aquellos con competencia. Por el momento, mi carga de trabajo ha aumentado debido a la falta de sacerdotes y doncellas. Sé que tú, eres experto en papeleo, así que alguien como tú, estará ayudando a disminuir esa carga. ¿Por qué te despreciaría?”

Él soltó una carcajada y la oscura sonrisa en su rostro me hizo congelarme. Que él supiera que yo era buena en el papeleo significaba que había terminado la investigación que había mencionado antes.

Él ya sabía más de mí de lo que yo podría saber. Ahora vivía en un mundo que ni siquiera sabía el significado de ‘protección de la privacidad’. Como noble, si el Sumo Sacerdote solicitaba información, cualquier plebeyo se la darían en el acto. ¿Qué sabía él de mí ahora? Daba miedo pensar en eso.

«Haré mi mejor esfuerzo, pero ¿qué trabajo me vas a dar? Si hay algo que debería estar haciendo, dígamelo».

«Por supuesto. Su trabajo, principalmente, sirve como mi asistente y ayuda a completar mi papeleo. Este es tu trabajo más importante. Harás papeleo aquí durante toda la mañana. Lo siguiente es la oración y las ofrendas. Como doncella del santuario, tendrás que aprender a rezar correctamente».

«Entiendo la oración, pero ¿qué quieres decir con ofrendas?»

“Vertiendo maná en los instrumentos divinos. Fran, el escudo”.

Fran asintió y regresó con un escudo de unos cincuenta o sesenta centímetros de diámetro. Era circular, aparentemente hecho de oro, y tallado con relieves tan elaborados que su condición de instrumento divino era inmediatamente obvia.

En el centro había una gema amarilla brillante casi tan grande como mi palma, oscilando un poco en el interior como si contuviera fuego ardiente. El anillo exterior del escudo estaba tachonado de piedras preciosas similares, casi tan grandes como las canicas. La mitad de esas gemas eran amarillas, mientras que la otra mitad eran claras como cristales.

“Toca la piedra mágica en el centro. Imagínese vertiendo tu propio maná en él”.

Aparentemente era una piedra mágica, no una piedra preciosa. Con mi alma temblando de emoción por lo fantástico que era, toqué la piedra con la mano derecha, lo que hizo que todo el escudo comenzara a brillar de un color dorado. El texto grabado en el escudo dejaba salir una luz de color verde amarillento y flotaba a la distancia de una muñeca del escudo, aunque nunca antes había visto las letras con forma de símbolo y no podía leerlas.

… ¡Wooow, es como un círculo mágico! ¡Qué genial, qué genial! Intenté leer los misteriosos símbolos brillantes, mi corazón latía con curiosidad, cuando de repente sentí algo así como el calor dentro de mí siendo absorbido por una aspiradora.

Fue lo mismo que sentí cuando Freida usó una herramienta mágica para salvarme cuando el Devorador me tenía al borde de la muerte. Pensando que bien podría hacerlo todo, abrí la caja metafórica en la que mantenía mi maná empujado. El calor devorador se desbordó, corrió hacia mi palma y fue absorbido por la piedra. Me encomendé a la sensación placentera de que el calor molesto fuera absorbido, pero pronto volví a mis sentidos.

… Esto no va a romper el escudo, ¿verdad? Recordé cómo había roto la herramienta mágica de Freida y, asustada, retiré mi mano reflexivamente. Luego aplasté el maná ligeramente reducido dentro de mí. Solo había soltado el maná por un breve tiempo, pero, aun así, me sentí mucho mejor. Como si me hubieran levantado una piedra pesada en la espalda.

«Hm. Vale, entonces, siete piedras mágicas menores «. Las reflexiones del Sumo Sacerdote me hicieron mirar el escudo, y allí vi que más de las pequeñas piedras mágicas eran amarillas que antes. Aparentemente cambiaron de color cuando se llenaron de maná. Se podía ver de un vistazo cuánto maná quedaba dentro.

… De alguna manera, me sentí como si me hubiera convertido en un cargador de batería portátil.

Abrí y cerré mi mano derecha, de donde había vertido el maná. El calor devorador realmente es maná, wow. Es sorprendentemente fácil de controlar cuando hay una salida clara para ello, pensé, y pronto el Sumo Sacerdote me miró con una expresión algo preocupada.

«Myne, ¿cómo te sientes?»

“Ummm, ¿un poco aliviada? Se siente como si fuera más ligera que antes».

«… Entindo. Asegúrate de no sobrecargarse al ofrecer su maná”.

Parecía que recargar instrumentos divinos con maná sería un trabajo bastante fácil. La oración sería la parte difícil. Pararse en un pie fue difícil para mí en mi cuerpo actual. Especialmente porque no podía extender mis brazos para mantener el equilibrio, tuve que sostenerlos diagonalmente hacia arriba. Me imaginaba que recibiría instrucciones estrictas sobre los ángulos de mis brazos y cuánto tiempo debería mantener la posición.

«Y finalmente, su trabajo final es leer la Biblia y memorizar su contenido», concluyó el Sumo Sacerdote con una voz bastante tranquila, pero mis oídos lo captaron fácilmente. Leer la biblia y memorizarla. No tenía mucha confianza en mi memoria, ¿pero leerlo? Déjamelo a mí.

«¡Lo haré! ¡Vamos a la sala de libros ahora mismo!” Me puse de pie y levanté la mano para mostrarle al Sumo Sacerdote lo entusiasta que estaba. Pero el Sumo Sacerdote ni siquiera me miró, sino que eligió recoger otro trozo de pergamino y hojearlo.

“Antes de eso, me gustaría discutir el tema de su donación. Por favor siéntate. Arno, mi libro de contabilidad”.

Las discusiones sobre el dinero fueron muy importantes. También tenía curiosidad sobre el tema de mi donación, ya que me había ofrecido pagar una cantidad tan anormalmente alta. Principalmente tenía curiosidad sobre cómo pagaría y hacia dónde iría.

«Recuerdas que dijiste que donarías una moneda de oro grande». El Sumo Sacerdote me dirigió una mirada fulminante y recordé una discusión que tuve con Benno. Dijo algo sobre la celebración de una ceremonia varias veces durante todo el año en la que el Gremio de comerciantes reunió dinero para donar al templo, aunque nunca había donado directamente él mismo. También dijo, qué era… “Te quedarás mal si pagas tanto. ¿Qué tal si lo divide y paga en partes? Darle a un estúpido gastador incompetente demasiado dinero molestará a los que lo rodean”.

«Ummm, si usted exige que pague tanto, lo haré, pero creo que sería mejor si donara una moneda pequeña de oro cada mes».

«No le damos instrucciones a los demás sobre cuánto donar, por lo que es posible si así lo desea, pero ¿qué razón tiene para hacerlo?»

“Una persona sabía que conozco me dijo que, si de repente pagara el monto total, la gran suma podría abrumar a las personas y comenzar a gastar más dinero del que de otro modo hubieran tenido. Bueno, de cualquier manera, primero quiero discutirlo con usted, ya que sabes todo sobre las finanzas del templo y cómo funcionan las donaciones, etc”.

Naturalmente, no reutilicé las palabras exactas de Benno. Pero el Sumo Sacerdote entendió lo que quise decir y pensó por un momento, luego suspiró.

“La mitad de cada donación se gasta en el mantenimiento del templo, mientras que la otra mitad se distribuye a los sacerdotes de túnicas azules. La cantidad dada a cada sacerdote depende en cierta medida de su estado. Como el que maneja esto, creo que harías bien en donar cinco pequeñas monedas de oro al principio y luego donar el resto en los próximos meses una moneda pequeña oro a la vez».

«¿Por qué tanto?» Incliné la cabeza confundida, y el sumo sacerdote me tendió un paquete de pergamino. Pasé mis ojos sobre ellos y supe que eran parte de su libro de contabilidad. Parpadeé sorprendida y él señaló una parte de ellos.

“Los ingresos del templo pueden separarse en términos generales en fondos del Archiduque, donaciones reunidas durante ciertas ceremonias y, finalmente, apoyo financiero de las familias de los sacerdotes de túnica azules. Esto significa que al haber menos sacerdotes de túnicas azules equivalen a menos ingresos. Para ponerlo en términos fáciles de entender para un comerciante, el templo actualmente está operando en rojo. Por esta razón, el Sumo Obispo estaba gritando sobre exprimirte dinero. Sería de gran ayuda para mí si tuvieras que donar una gran suma a la vez para satisfacerlo”. Tuve la sensación de que me estaba revelando muchos secretos. ¿Era realmente correcto para mí saber que el templo estaba perdiendo dinero?

“Ummm, Sumo Sacerdote. ¿Es algo que se supone que me estás diciendo?»

«Tu trabajo involucrará estos problemas en cuestión de días, y decirle que ahora no tiene ningún impacto». Parecía que, mientras ayudaba al Sumo Sacerdote, no estaría simplemente haciendo los cálculos como si estuviera con Otto, sino que estaría metiendo la cabeza en el funcionamiento interno del templo.

«…Bueno. ¿Cómo debería darle el dinero? Usualmente uso mi tarjeta de gremio para transferir dinero, pero no creo que tengas una».

«Simplemente necesitas traerlo aquí, ¿no?»

Hizo que sonara fuera tan simple, pero realmente solo había tratado con grandes sumas de dinero a través de mi tarjeta. Nunca había tenido monedas de oro con mis propias manos. Caminar desde el Gremio de Comerciantes hasta el templo con tanto dinero cuando solo era niña me asustó.

«Eso podría ser fácil para usted, ya que está acostumbrado a tratar con dinero, Sumo Sacerdote, pero eso es demasiado para mí. La idea misma da miedo».

«Haaah. ¿Para qué crees que son tus sirvientes?”

Um… Espera. ¿Servientes? No hay manera lo que confiar mucho dinero a estos malvados maliciosamente escogidos. Bueno, Fran probablemente obedecería si lo enmarcara como una orden del Sumo Sacerdote, pero Delia y Gil probablemente desperdiciarían el dinero en algo para fastidiarme. A juzgar por su actitud hacia mí, todavía no podía confiar en ellos como sirvientes.

«No quiero involucrar a otras personas y luego ser responsable de las confusiones, como el Gremio que dice que dieron el dinero, pero el sirviente dice que no obtuvieron el dinero».

«… ¿No confías en tus sirvientes?», Dijo confundido, lo que me hizo confundir a mí también. ¿Son los nobles capaces de confiar en extraños a los que claramente no les gustan, hasta el punto de que les lleven monedas de oro? O tal vez los sirvientes estaban obligados por algún tipo de magia contractual que les impedía traicionarme.

Pensé en cuándo me presentaron a los sirvientes, pero estaba bastante segura de que no habíamos firmado un contrato ni nada. Los contratos de magia involucraban sangre y eso no era algo que extrañaría.

«Los estás llamando mis sirvientes, pero son extraños para mí sobre quienes no tengo control. ¿Cómo podría confiar en ellos con tanto dinero? Eso está más allá de mí». Quiero decir, ni siquiera son amigables ni nada. De ninguna manera, de ninguna manera confiare en ellos. Comparado con estos tres, preferiría confiar en el Maestro del Gremio, incluso.

Personalmente, no había muchos adultos en quienes confiaría con dinero. Tal vez podría conseguir que Benno o Mark vengan aquí. El Sumo Sacerdote era un noble, por lo que Benno probablemente estaría de acuerdo sobre la base de formar conexiones. Eso estaría bien.

«Me gustaría un adulto en el que pueda confiar y que esté acostumbrado a lidiar con grandes sumas de dinero para traer la donación. ¿Le permitirías entrar al templo en mi nombre?”

«¿Quién es este adulto?»

«El Señor Benno de la compañía Gilberta, la que sirve como mi guardiana en el mundo de los negocios».

«… Hm. Muy bien, entonces»

Pasaré por la tienda y hablaré sobre esto una vez que Lutz venga a buscarme. Mientras estoy allí, puedo preguntarle si sabe cómo usar los servidores correctamente. Tal vez sea similar a cómo usa a sus empleados. Cuando pensé, el Sumo Sacerdote cerró su libro mayor y se lo entregó a Arno.

“Eso es todo de lo que tengo que hablar hoy. ¿Alguna pregunta, Myne?”

«¡Si! Lutz vendrá a la cuarta campanada para buscarme, y me gustaría leer libros en la sala de libros hasta esto. ¿Puedo ingresar a la sala de libros? ¡Me encantaría hacer la parte final de mi trabajo y leer la Biblia para memorizarla!”

“Lutz es el chico que maneja tu salud, según recuerdo. De ahora en adelante, haga que sus sirvientes administren su salud en su lugar”.

A pesar de pedir entrar al templo, el tema cambió a mi administración de salud. Miré a mis sirvientes nuevamente. Gil se rascaba la cabeza con una clara falta de entusiasmo, Delia miraba distraídamente por la ventana y Fran miraba al Sumo Sacerdote por encima de mi hombro. Era difícil imaginar que alguno de ellos aprendiera a manejar mi salud.

“Mi familia me ha dicho que me quede con Lutz hasta que mis sirvientes puedan controlar mi salud. A mí también me gustaría que eso suceda lo antes posible, para que Lutz no tenga que preocuparse tanto por mí. Espero que mis sirvientes trabajen duro para que eso suceda. Pero, de todos modos. ¿Puedo ir a la sala de libros ahora?”

«Fran, llévala allí».

«Como quieras».

Fran se cruzó de brazos y asintió con una leve sonrisa. Su expresión orgullosa era completamente diferente de la que usaba cuando me miraba, y estaba claro quién consideraba que era su verdadero maestro.

Pero, aun así, Fran era mejor que los otros dos. Probablemente no haría nada problemático ya que estaba tan enamorado del Sumo Sacerdote. Así concluí mientras lo seguía a la sala de libros, saltando mientras caminaba.

… ¡Finalmente es tiiiemmmmpoooo, para la sala de libros! ¡Este es mi trabajooo! Mi trabajooo! Delia y Gil me siguieron por detrás mientras saltaba de emoción. Después de estar a cierta distancia de la habitación del Sumo Sacerdote, Gil escupió algunos insultos.

«¿Por qué incluso quieres ir a la sala de libros? Eres jodidamente estúpida».

¡Gr! Si no entiendes por qué los libros son increíbles, ¡eres el estúpido! Me di la vuelta y miré a Gil. Arrugó la nariz y se preparó para una pelea.

«¿Qué pasa con esa facha? No eres un noble, no eres más que un plebeyo. Eres igual que nosotros, pero estás engreído con esas túnicas azules. No eres mi maestro ¡Nunca te voy a escuchar y voy a hacer que tu vida sea una mierda!» Al igual que Gil no pensaba en mí como su maestro, no pensaba en él como mi sirviente. Sería una pérdida de tiempo y energía tratar de ponerlo en forma. Entonces, lo ignoré.

«Claro, está bien. Igualmente.»

«… ¡¿Ngh?! ¿Qué quiere decir con claro? ¡¿Te estás burlando de mí?!” Le di la espalda a Gil mientras gritaba enojado y se alejó. En el momento en que lo hice, escuché la voz aguda de una chica hablando.

«Toda esta situación es simplemente estúpida». Delia dejó escapar un «hmph», la sonrisa desapareció por completo de su rostro. Pensé que ella escondería su verdadera personalidad entre los otros sirvientes, ya que ella era del tipo que molestaba a los hombres, pero ese no era el caso. Parecía que tendría que cambiar mi evaluación de ella. Tal vez ella no era el tipo de chica que usaba su belleza para halagar y manipular a los hombres. O tal vez ella era el tipo de cazadora de sangre fría que solo cortejaba a los hombres que tenía en la mira.

Le di otra mirada a Delia y ella levantó la barbilla arrogantemente, su cabello rojo oscuro crujió en el proceso. Era difícil pensar que solo tenía ocho años. Honestamente, me asustó pensar qué la llevó a ser así.

«¡Aaah, cielos! Finalmente pude ser aprendiz al servicio del Sumo Obispo, pero ahora, de todas las personas, estoy atrapado con una niña en la que mis encantos no trabajarán. Y una chica plebeya densa. Esto es lo peor”.

Parecía que el Sumo Obispo había enviado a Delia. Eso explica por qué ella no era amigable. Pero… ¿Qué tenía que ganar al anunciar que era una espía? ¿El Sumo Obispo le dijo que hiciera eso?

«Está bien, conseguiré que alguien tome tu lugar». Confundida por sus revelaciones, le sugerí que la reemplazara por otra, lo que por alguna razón la hizo estallar en ira con las cejas arqueadas.

«¡Caray! Realmente eres estúpida. No me cambies por nadie. ¡¿Qué estás pensando?!»

Um… Esa es mi línea. ¿Qué estás pensando?

“El Sumo Obispo mismo me pidió que te molestara. ¡Si me cambian, pensará que soy incompetente!» A pesar de hablar el mismo idioma, no nos entendíamos en absoluto. Simplemente no la entendí. Ahora que sabía que el Sumo Obispo le había ordenado directamente que me molestara, no había forma de que me acercara a ella si pudiera evitarlo. Obviamente trataría de reemplazarla.

De repente, me di cuenta de algo. Incluso si me deshacía de Delia, el Sumo Obispo definitivamente enviaría a otro sirviente para espiarme. Probablemente sería más seguro para mí seguir con Delia, que no lo pensó dos veces antes de revelar sus intenciones, que arriesgarse a conseguir un espía que fuera bueno para ocultar cosas. Cuando pensé, Delia me señaló con un dedo acusador.

«¡No te tengo miedo solo porque tienes túnicas azules! ¡Tengo la aprobación del Sumo Obispo y pronto voy a ser su amante!”

O la escuché mal, o por alguna razón a los nobles en estos días realmente les encantaba hacer de las niñas sus amantes. Pensé en lo sorprendido que había estado al escuchar a Freida decir algo similar, luego pensé en la edad que tenía el Sumo Obispo y me puse un poco enferma. Pensé que la doncella gris del santuario con el atractivo sexual de los libros había sido su tipo, pero supongo que no.

«… Um, ¿deberías estar realmente orgulloso de ser una amante?»

«Obviamente. ¿No sabes que ser amante es lo mejor que las chicas pueden esperar? ¿O en serio no lo sabías? Bueno, si no eres tan linda como yo, puedes renunciar a eso de todos modos».

«¿Bwuh? ¿Ser amante es lo mejor que puedes esperar?”

Eso fue definitivamente diferente de lo que estaba acostumbrado. En el caso de Freida, al menos, entendí que los dos estábamos usando la palabra ‘amante’ de la misma manera. Ella no parecía estar orgullosa de eso, y ese no era el objetivo de su vida.

Me quedé allí, impresionado por lo diferente que era la visión del mundo de Delia de la mía, momento en el que Gil me lanzó una sonrisa burlona y se encogió de hombros.

«Como, duh. Si eres la amante de una túnica azul, también tendrás sirvientes de túnica gris. Las amantes del Sumo Obispo son como en otro nivel de nosotros, túnicas grises. Hombre, las chicas tienen suerte. Pero de verdad, ¿está bien tu cabeza? Esto es básico como diablos, ¿cómo no lo sabes ya?»

A pesar de que se burlaba de mí por ser ignorante, no podía sentirme enojada. No quería saber que las niñas en el orfanato solo tenían una forma de tener éxito en la vida. No quería saber que debían convertirse en amantes de personas poderosas o consumirse.

Nadie que había conocido consideraba que convertirse en amante era el límite de su potencial, pero para los huérfanos, para los que vivían en el templo, así era la vida. No me escucharon sin importar lo que dije. Solo éramos de mundos diferentes.

«¡Gil, estás sobrepasando tus límites!» Fran levantó la voz mientras sostenía mi cabeza en mis manos. Pero Gil no se inmutó en absoluto. Él solo se rió burlonamente de mí.

«Es su culpa por ser estúpida. Todos saben esto».

“… Hermana Myne, el Sumo Sacerdote te instruyó sobre qué hacer en esta situación. Dijo que deberías reprender a tus sirvientes cuando se comportan de manera inapropiada”.

«Uh, huh, seguro que lo hizo. ¿Ya estamos en la sala de libros?» Realmente no me importaba. No tenía la energía o la motivación para reprender a Gil y Delia o castigarlos.

Fran fue embelesado por el Sumo Sacerdote y probablemente no estaba muy feliz de estar atrapado como mi sirviente. Delia pretendía ser la amante del Sumo Obispo y tenía la intención de hacerme sentir miserable. Gil me miró y desde el principio no tenía la intención de servirme en absoluto. Sería más productivo para mí leer libros que tratar de descubrir cómo llegar a buenos términos con estos tres.

«Tendré que informar esto al Sumo Sacerdote».

«Adelante. Ese es tu trabajo, me imagino».

Fran suspiró, luego abrió una puerta y entró. Mi corazón dio un salto de alegría después de ver el paraíso detrás de la puerta. Me acerqué nerviosamente y busqué una barrera invisible mientras entraba a la habitación. A diferencia de la última vez, logré entrar sin nada bloqueando mi camino.

«¡Wooow!»

El aire cambió claramente una vez que estuve completamente adentro. Temblando de emociones, llené mis pulmones con el tipo de aire polvoriento que solo se podía encontrar en las salas de almacenamiento de libros.

El olor era un poco diferente al que estaba acostumbrada, probablemente debido al uso de pergamino y la cantidad de tablas de madera. La tinta probablemente se hizo de una manera diferente también. El olor a tinta y el olor a papel viejo era tan nostálgico para mí que las lágrimas de felicidad se formaron en mis ojos.

No había muchas estanterías en la habitación. Algunos habían cerrado las puertas herméticamente, mientras que otros estaban llenos de cantidades casi desbordantes de tableros y trozos de papel.

Los estantes para manejar rollos estaban en otra parte, con un pergamino envuelto como un rollo de alfombra apilado en estantes que tenían sus nombres escritos en etiquetas que colgaban de ellos. Un poco más adentro de la habitación había cajas cilíndricas con forma de barriles que tenían una serie completa de pergaminos dentro de ellas, el nombre de la serie escrito en una etiqueta también.

La luz que brillaba frente a las ventanas separadas era brillante, y había un largo escritorio junto a ellos que parecía uno que podría ver en la biblioteca de una universidad. La parte superior del escritorio tenía una sección inclinada de lectura de libros que tenía varios libros alineados, encadenados al escritorio, pero aun rogando que los leyeran.

«Esta es la Biblia».

Bajo la guía de Fran, toqué la cubierta de cuero de uno de los libros encadenados. Luego desabroché el cinturón que lo mantenía cerrado. Inmediatamente, el libro se abrió un poco con la tapa levantándose sola. Eso era normal para el pergamino húmedo, pero me pareció que el libro me rogaba que lo leyera.

Aaaah… ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que acabo de abrir un libro y leerlo? Abrí la tapa y el sonido de las cadenas resonó por toda la sala de libros. Mis dedos temblaron mientras hojeaba las páginas amarillentas. Tracé mis dedos sobre el texto distintivo escrito a mano y comencé a leer un libro por primera vez en mucho tiempo.

«Hey vamos. Es mediodía. Hora de almorzar”. A pesar del hecho de que estaba viviendo en la dicha perdida por mucho tiempo de leer, alguien vino a interferir. Podría haberlos ignorado si me siguieran llamando, pero me obligaron a volver a la realidad al sacudir mi hombro.

“Gil, no hables en la biblioteca. Si no puedes estar callado, sal. Estoy leyendo en este momento».

«‘ajo ¿qué? ¡Es el almuerzo!», Gritó Gil sorprendido, pero ni siquiera necesité comparar la importancia del almuerzo con la importancia de los libros. Con un libro en la mano podría pasar dos días sin comer antes de tener hambre.

*(JuCaGoTo: Es la abreviatura peruana o claun, de Carajo, en ingles pone Friggin’ que significa joder y otros, pero como lo dice un niño lo puse así, y además podemos poner en doble contexto comparando con aho que es tonta en japonés, no creen.)

«Aparentemente no soy tu maestra, entonces, ¿qué te importa? Vete y come por tu cuenta”. A pesar de darle la libertad de comer solo, abrió mucho los ojos y trató de decir algo más.

“Escucha atentamente, Gil. No – TE – METAS – EN – MI – Camino”

Desaté intencionalmente mi mana y dejé que me atravesara antes de que me hiciera estallar de ira. Más o menos obtuve el don de controlar el maná durante la ofrenda anterior, y ahora era un buen momento para intentar soltarlo. Fran inmediatamente agarró a Gil y Delia por el cuello y salió corriendo de la sala de libros con ellos.

Mmm Agradable y tranquilo. Forcé el maná nuevamente dentro de mí y continué leyendo. Nadie más molestó mi lectura hasta que Lutz vino a buscarme.