Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 4: Aprendiz De Doncella En El Templo I

Capítulo 15: Limpiando el Orfanato

Después de almorzar, inmediatamente nos pusimos a trabajar limpiando el orfanato. Pero la limpieza la hicieron las personas que vivían en el orfanato. El templo tenía un exceso de sacerdotes grises, y aunque hasta los últimos años habían estado lavando la ropa por la mañana y luego limpiando por la tarde, en los últimos tiempos se quedaron sin trabajo para el mediodía. Por lo tanto, decidimos comenzar la limpieza por la tarde, cuando habría muchos sacerdotes ociosos.

En la superficie, estaríamos enmarcando la limpieza como una forma de evitar avergonzarme a mí, a la directora del orfanato y a la doncella del santuario con túnica azul, con un lugar de trabajo sucio. Aparentemente, tener una razón como esa haría que las personas del orfanato estuvieran más dispuestas a salir de su camino y hacer el trabajo que generalmente no hacen.

Mi objetivo con la limpieza del orfanato era en realidad doble. Lo más obvio era limpiarlo, pero también quería que supieran que les pagarían si trabajaban duro.

Con ese fin, tenía un chef que hacía sopa para recompensar a los que ayudaban a limpiar, y estaba planeando presentar papas con manteca a los treinta sacerdotes que trabajaban más duro que nadie.

Los sacerdotes se dividieron en varios grupos antes de comenzar a trabajar: los que lavaban a los niños cuando hacía calor afuera, los que limpiaban el piso donde estaban los niños antes del bautismo, los que limpiaban el resto del edificio de las niñas, los que lo hacían. Ayudar a transportar las herramientas del taller y a quienes limpiarían el edificio de los niños y otras áreas misceláneas.

Fran y Gil se habían sorprendido mucho cuando Benno y yo lo sugerimos. En general, el trabajo de los sirvientes del templo implicaba lavar la ropa, limpiar y rezar. Todos lavaban la ropa juntos por la mañana, todos rezaban juntos, y así sucesivamente.

Todo se hacía siempre juntos, y nunca se dividían en grupos. Le expliqué que dividirse en grupos aceleraría el proceso de limpieza de un área tan grande, y que un grupo de adultos más fuertes era importante para llevar las herramientas y demás.

«¿Me escucharán y harán su trabajo si les digo que se dividan en grupos?»

«Estará bien. Todos todavía piensan en Fran como el sirviente del Sumo Sacerdote». Para los sacerdotes y aprendices grises en los orfanatos, el Sumo Sacerdote confiaba en Fran y lo hacía su superior. Gil explicó que si tomaba la iniciativa, los huérfanos harían su trabajo incluso si no estuvieran muy contentos con eso.

«Aunque hay algunos niños que probablemente desobedecerán», dijo Fran mientras miraba a Gil. Aunque Gil ahora se tomaba en serio su trabajo, en el pasado aparentemente era un niño bastante problemático y realmente desgastaba a los sacerdotes interinos. Evitó el contacto visual con Fran, lo que me hizo reír.

Fran y Gil patrullaron el orfanato, asegurándose de que todos estuvieran haciendo su trabajo y verificando quién estaba trabajando duro mientras me informaban los detalles junto con el progreso general de la limpieza. Lutz estaba en el edificio de los niños, monitoreando la limpieza y obteniendo las herramientas del Taller Myne donde necesitaban estar. Luego prepararía mantequillas con mantequilla allí una vez que todo estuviera hecho. Delia estaba limpiando mis habitaciones mientras vigilaba a los chefs.

«Creo que patrullaré también —»

«Te quedarás aquí, Myne. No quiero que te derrumbes en alguna parte”. Lutz me detuvo antes de que pudiera terminar mi oración y me lanzó una mirada exasperada mientras me quedaba en silencio con el ceño fruncido.

«Ya sabes, hermana Myne. Estamos limpiando el orfanato para que la aprendiz de doncella del santuario azul que se está convirtiendo en la directora del orfanato pueda entrar. ¿Qué crees que pasará si vas allí antes de que termine la limpieza?»

«Ah, claro, no pensé en eso…» suspiré, ya que sin Fran ni siquiera podría ir a la sala de libros. Al ver eso, Fran esbozó una sonrisa llena de compasión y colocó un pergamino frente a mí. Estaba lleno de arriba a abajo con una escritura metódica que reflejaba bien la personalidad de Fran.

“Hay mucho que aprender, hermana Myne. Primero debe memorizar todo este saludo, que deberá recitar esta noche cuando vaya al orfanato por primera vez como oficial. Tenga especial cuidado de no confundir los nombres de los dioses”. Lo había escrito en papel para que yo pudiera engañar mirándolo si era necesario, pero en general necesitaría memorizar este tipo de cosas.

Suspiré mientras miraba el pergamino. Al ver eso, Fran continuó sonriendo y me presentó tabla tras tabla.

“Si tienes tiempo, aquí hay una lista de los tés y variedades de leche que tenemos en el templo. Aquí está tu tipo preferido. Aquí está del Maestro Benno, aquí está de Lutz, y aquí está del Sumo Sacerdote. Harías bien en memorizar las preferencias de tus invitados”.

Dudaba que el Sumo Sacerdote alguna vez viniera a mis habitaciones, pero no dije eso. Al menos podría entender el principio de entender los gustos de tu jefe en el trabajo.

Lutz, apenas conteniendo una carcajada en la pila de tablas frente a mí, me dio un pulgar hacia arriba (un gesto que podría ser universal en todos los mundos).

“Bien por ti, Myne. Ahora tienes muchas cosas que leer».

«Me gusta leer, pero no me gusta memorizar cosas». Excluyendo cosas en las que estaba muy interesada, mi cerebro siempre olvidaba lo último que leía tan pronto como comencé a leer algo nuevo, lo que apestaba. Caí tristemente sobre mis hombros mientras tomaba la pila de documentos que Fran había organizado para mí.

Después de que sonó la quinta campana, Fran volvió a escribir nombres en una pizarra. Eran los nombres y descripciones aproximadas de los niños que habían trabajado muy duro y habían sido proactivos.

“Los niños antes del bautismo que te preocuparon especialmente han sido limpiados de pies a cabeza, Hermana Myne. El jabón y las toallas preparadas de antemano se utilizaron tan pronto como fuera lo suficientemente caliente. Ahora están usando la ropa de segunda mano que compraste y metieron heno fresco en sábanas”. Estaban haciendo sus propios colchones con las sábanas usadas baratas y el heno que le había comprado a un granjero.

«¿Alguno de ellos está enfermo o demasiado débil para moverse?»

“No, todos están bastante bien, completamente gracias a que Gil les trajo comida tan consistentemente. Los niños ahora lo veneran como un salvador. Y probablemente tú también, ya que él les dijo que actuó según tus órdenes”. Escuchar eso honestamente me hizo un poco confusa por dentro. Estaba feliz de que los niños se sintieran mejor.

“Las doncellas y aprendices del santuario que estaban en el grupo de lavado hicieron algunos colchones, luego se fueron para ayudar a los otros grupos. Eso es todo lo que tengo que informar en este momento. Volveré a mi patrulla ahora”.

«Gracias, Fran. Todo va muy bien gracias a ti”. Fran asintió levemente y luego regresó al orfanato. Un poco más tarde, Lutz regresó.

«Myne, el sótano del edificio de los niños está todo limpio ahora, así que vamos a comenzar a traer las herramientas del taller».

«Bueno. Gracias Lutz”.

«Estas personas están locas, ya sabes. Limpiar es como respirar para ellos. Nunca he visto a nadie limpiar tan rápido como ellos”. Lutz dio su informe algo emocionado, luego rápidamente regresó a su puesto. Casi inmediatamente después, Fran regresó, anotó los nombres que escuchó de Gil y luego regresó a la calle.

Todos estaban muy ocupados, pero yo estaba atrapado en mi escritorio de trabajo (que había llegado hace unos días), mirando la letra de Fran. Los nombres de los dioses eran largos, y había muchos de ellos. Sinceramente, quería sugerir apodos al Sumo Sacerdote para que sean más fáciles de recordar y suenen más amigables. ¿Qué tal Flue o Rane en lugar de Flutrane? Jaja… Me dispararía en un segundo.

La puerta de la cocina se dejó abierta para que Delia pudiera echar un vistazo al interior mientras limpiaba, lo que significaba que el olor de la sopa de recompensa que se cocinaba en la cocina comenzó a flotar en mi habitación. Parecía que la limpieza estaba terminando a ritmo mientras pensaba en cosas tontas.

«Hermana Myne, el edificio de los niños está todo limpio».

“Buen trabajo, Gil. Eso solo deja el edificio de las niñas, ¿verdad?»

«Sí. Pero los niños no pueden entrar al edificio de las niñas que no sea el comedor, así que sí».

«¿Tal vez deberías comenzar a prepararte para distribuir la sopa en el comedor?» Gil asintió y se fue emocionado, justo cuando Lutz entraba.

«Hey, Myne. Todo el taller está preparado y listo, así que empecé a cocinar al vapor los potatoffels. ¿Está eso bien?»

«¿Por qué estás pidiendo permiso después de comenzar…? Pero bueno, Gil solo fue a preparar el comedor, así que ahora es el mejor momento para comenzar a cocinar las patatas.» Me reí, pero Lutz se inclinó y bajó la voz.

“Estas personas nunca han visto potatoffels. Solo han visto comida que ya está cocinada. Todos se reunieron a mi alrededor cuando comencé a hacerle a vapor a los potatoffels, fue un dolor en el trasero».

«…Eso tiene sentido. Solo comen regalos divinos, por lo que el orfanato no cocina comidas por sí mismos. ¿Supongo que es razonable que nunca hayan visto ingredientes antes?” Hablando de eso, en mis días como Urano vi un artículo en una revista que decía que muchos niños no podían reconocer las zanahorias silvestres, solo sabían que las hojas estaban limpiadas con las hojas cortadas. Si ese fuera el caso en Japón con Internet y tal, no fue difícil imaginar a los sacerdotes aquí sin saber nada que no encontraran directamente en su vida cotidiana.

«Muy bien, tengo que ir a enseñarles cómo trabajar la mantequilla». Lutz se fue otra vez con mantequilla, cuchillos y una sonrisa en su rostro. Esta vez Fran entró tras él.

«Como se esperaba, el sótano del edificio de las niñsa, donde estaban los niños antes del bautismo, está resultando difícil de limpiar. Actualmente, todos los asignados a limpiar el edificio de las niñas están trabajando juntos para terminarlo. Me imagino que terminarán pronto. Además, a diferencia del edificio de los niños, actualmente no hay muchas personas viviendo en el edificio de las niñas. He decidido dar las habitaciones vacías a los niños antes del bautismo, entendiendo que querrían lo mismo. Actualmente estamos llevando su ropa y colchones rellenos de heno a las habitaciones».

El informe de Fran me hizo suspirar de alivio. Fue genial que los niños tuvieran lugares decentes para dormir.

«Hermana Myne, ¿has terminado de memorizar el saludo?»

«… Algo, pero no estoy completamente segura de mi memoria. ¿Podría traer este papel conmigo?”

«Ciertamente. Una vez hecho esto, te llamaré cuando todo esté preparado. Delia, por favor prepara a la hermana Myne». Delia tomó el lugar de Fran y comenzó a peinarme. Ella me sentó frente al espejo y sacó mi barra de pelo. Mientras sostenía un cepillo en la mano, me miró por el espejo con una expresión triste y dolorida.

«… ¿Los salvaste?»

«En este momento, están lo suficientemente saludables como para meter paja en sus propios colchones nuevos».

«Ah». A pesar de mi informe positivo, la expresión de Delia no se iluminó. Ella frunció el ceño y miró hacia otro lado, como si acabara de tragar algo amargo.

“… Delia, miras hacia abajo. Que pasa ¿No es esto lo que querías?»

«Estoy feliz, pero frustrada. ¿Por qué… por qué no pudiste salvarme también cuando estuve allí?»

«Ni siquiera estaba en el templo en ese entonces, eso no es razonable…»

«¡Yo sé eso! Lo sé, pero…»

Delia gritó, sabiendo que su frustración no estaba justificada, pero no pudo hacer nada al respecto. Las lágrimas estaban a punto de gotear de sus ojos azul claro. Estaba claro cuánto sufrimiento había sufrido antes de su bautismo, cuántas veces había rogado que la salvaran en vano. Me dolió el corazón solo de pensar.

«No llegué a tiempo para salvarte, pero si vuelves a tener problemas, estaré allí. Te salvaré la próxima vez, así que por favor… No llores».

«¡No estoy llorando!»

«P, Per–»

«¡No te disculpes con tu sirviente!» Delia se frotó los ojos agresivamente mientras rechazaba mi disculpa. Era una niña orgullosa y probablemente no quería admitir que lloraba. Pero aun así… Delia está siendo irrazonable aquí, ¿verdad? Qué linda.

Mi presentación como directora del orfanato fue una ocasión especial, así que usé la horquilla especial que había hecho para mi ceremonia de bautismo. Solo era suficiente para hacer que incluso un plebeyo pareciera al menos la hija de un rico comerciante.

«Esa es una horquilla extraña».

“Lo hice para mi ceremonia de bautizo. La compañia Gilberta ha comenzado a venderlos recientemente”.

«… ¿Lo hiciste? ¿Tú misma?»

“Tenía ayuda, pero podría hacerlo por mi cuenta si lo necesitaba. Todo lo que necesito son los materiales”.

«Los materiales…» Delia miró la horquilla como un carnívoro que acababa de encontrar a su presa mientras me cepillaba el pelo antes de que me pusiera la horquilla. Todavía no estaba acostumbrada a tejer el pelo alrededor de una barra de pelo, así que no había ayuda en eso.

“Hermana Myne, los preparativos están listos”. La sopa fresca se dividió en varias ollas, que se colocaron en un carro. Había muchos sacerdotes grises que nunca había visto antes con Fran de pie detrás de ellos. «Estos son los sacerdotes que ayudarán a llevar y distribuir la sopa».

«Gracias a todos. Agradezco la ayuda».

“Somos nosotros quienes deberíamos agradecerte. Seguramente estarán muy agradecidos, ya que no ha habido muchos dones divinos últimamente».

“Oh, pero esta sopa no es un regalo divino. Es una recompensa».

«¿Una recompensa…?» Los sacerdotes parpadearon, sin entender realmente lo que quería decir, pero terminé la conversación con una sonrisa.

Fran me llevó por un pasillo y finalmente llegamos frente al orfanato. Fue una caminata sorprendentemente larga ya que tuvimos que dar vueltas alrededor del edificio al mismo tiempo que el ritmo lento del vagón.

Fran me colocó frente a la puerta y verificó para asegurarse de que mi cabello y mi ropa aún estuvieran limpios. Una vez hecho eso, un sacerdote gris abrió la puerta y habló en voz alta de modo que su voz hizo eco a todos los que estaban dentro.

«Con la protección divina del poderoso Rey y Reina de los cielos interminables y los poderosos Cinco Eternos que gobiernan el reino mortal, la doncella del santuario recién nombrada como directora del orfanato ha llegado».

La puerta se abrió directamente en el comedor del orfanato. Fue un poco sorprendente ver hileras de mesas largas justo en la entrada, pero dado que los regalos divinos tenían que ser entregados aquí diariamente y que los niños solo podían entrar al comedor, en general fue bastante eficiente.

Aunque las hileras de túnicas grises habían estado sentadas en los bancos, todos se pusieron de pie a mi llegada y miraron hacia aquí. La gran cantidad de ojos sobre mí y las personas que claramente me estaban evaluando me dieron ganas de mirar al piso, pero antes de que pudiera…

“Démosle la bienvenida con una oración a los dioses. ¡Benditos sean los dioses!” Fue imposible para mí apartar la vista de la repentina visión de un grupo masivo de personas haciendo esa ridícula pose de oración.

«Hermana Myne, de esta manera». Fran tomó mi mano y me guió a un podio que descansaba sobre un cuadrado de alfombra. Los sacerdotes mayores más cercanos a la entrada estaban haciendo poses agudas, pero los niños más pequeños que estaban más atrás luchaban por mantener el equilibrio. Sería difícil decir cuáles de nosotros fuimos peores en eso.

Cuando los ojos de todos volvieron a mí después de terminar sus oraciones, Fran me subió al podio y me susurró al oído: «Por favor, da tu discurso como un noble, con dignidad y autoridad». Parecía que dejar una fuerte primera impresión sería un importante, pasó para que los sacerdotes grises me obedezcan.

Tal como Gil sabía, los sacerdotes grises y las doncellas del lugar sabían que yo era una plebeya a pesar de ser una aprendiz de doncella del santuario azul. Si mostrara una falta de confianza o autoridad aquí, me despreciarían en un instante. Necesitaba exudar la majestad segura de un noble, mantener la barbilla en alto y nunca bajar la mirada. Mantén una sonrisa y mantén la compostura. Solo tenía que tener en cuenta lo que Benno me había advertido cuando íbamos a hacer la donación.

En nuestro camino hacia aquí, Fran había dicho con una sonrisa que si las cosas se ponían mal, podría aplastarlos ligeramente con mi maná, para que aprendieran su lugar, les gustara o no. No quería exactamente gobernar por miedo, así que idealmente eso no sería necesario.

De alguna manera logré memorizar el largo saludo, pero la única experiencia que tuve hablando frente a grandes grupos fue cuando gané un premio por un ensayo que escribí y tuve que dar un discurso de aceptación humillante. Eso y presentar mi discurso de graduación.

Respiré hondo, temblando de miedo por todos los ojos en mí, y toqué mi horquilla oscilante. Me sentí más seguro con esta horquilla, ya que lo había hecho con mi familia.

«Saludos a todos. Soy Myne, a quien el Sumo Sacerdote seleccionó para ser la directora del orfanato en este vibrante día de verano bendecido por el Dios del Fuego Leidenschaft. Desde el fondo de mi corazón, expreso mi alegría por su cálida bienvenida y su futuro servicio». El discurso comenzó con enmarcarlos como acogiéndome y sirviéndome de manera positiva, y luego terminó con una oración.

Hice una pausa y respiré para no estropear los nombres de los dioses.

«¡Oh poderoso Rey y Reina de los cielos interminables, Oh poderosos Cinco Eternos que gobiernan el reino mortal, Oh Diosa del Agua Flutrane, Oh Dios del Fuego Leidenschaft, Oh Diosa del Viento Schutzaria, Oh Diosa de la Tierra Geduldh, Oh Dios de la Vida Ewigeliebe! Te ofrecemos nuestras oraciones y agradecimientos”. Fran aparentemente me había escrito el saludo estándar para los asuntos formales en el templo. Los sacerdotes grises respondieron de inmediato.

“¡Benditos sean los dioses! ¡Gloria a los dioses!” Fran y el Sumo Sacerdote me habían obligado a practicar la oración al menos una vez al día desde que comencé a ir al templo, así que, naturalmente, me había acostumbrado más. Nadie me llamaría maestro en eso, pero ya no perdía el equilibrio ni me caía. Honestamente, estoy haciendo una pose bastante mala en este momento, si lo digo yo misma.

Una vez que terminó el saludo, llegó el momento de distribuir las recompensas.

“La mayoría de ustedes trabajaron juntos para limpiar el orfanato por mi bien. He traído una recompensa para aquellos de ustedes que lo hicieron. Fran, por favor, dale a los trabajadores su recompensa”.

«Como lo desees, Hermana Myne». Fran sacó una tabla de madera y comenzó a enumerar los nombres de los que no trabajaban. Los sacerdotes grises que distribuían la sopa pasaron por alto a los que se llamaban por su nombre, dando comida solo a los demás. Parecen almuerzos entregados en la escuela, pensé distraídamente mientras miraba, hasta que de repente un niño de la misma edad que Gil, que no había recibido, se puso de pie y me miró con el rostro rojo brillante.

«¡Esto no es justo! ¡Se supone que los dones divinos se reparten por igual! Eres un plebeyo y no te ves…»

«De hecho, los dones divinos se dan por igual». Le sonreí brillantemente al chico que actuaba como Gil al principio. “Pero estos no son dones divinos. ¿No me escuchaste cuando dije que estas son recompensas para aquellos que trabajaron duro por mí? Las recompensas no son iguales. Desafortunadamente, aquellos que no trabajan no serán recompensados. Hay un dicho que dice que «el que no trabaja no come». Todos harían bien en recordar este dicho».

El chico probablemente no había esperado que respondiera. Me miró atónito, como si hubiera olvidado su ira por completo.

«… ¿U-Una Recompensa?»

“Sí, una recompensa. ¿Trabajaras la próxima vez? Además, he traído más recompensas a aquellos que trabajaron especialmente duro. Los que tienen su nombre llamado, por favor vengan al frente con sus platos».

Los sacerdotes grises abrieron los vaporeras en los que Lutz había puesto los potatoffels con mantequilla. El aroma a mantequilla flotaba por el comedor. Mientras Fran enumeraba los nombres, los sacerdotes y las doncellas del templo se acercaban tímidamente al frente mientras miraban a los que los rodeaban. Un sacerdote gris colocó una papa con mantequilla en cada plato.

“Escuché que corriste hacia donde estaban los niños y comenzaste a limpiar antes que nadie. Gracias.»

“Me dijeron que limpiabas excepcionalmente rápido. Lutz alabó tu trabajo”.

“Tú mismo llevaste las cargas más pesadas de manera proactiva, ¿sí? Buen trabajo.»

Estaba leyendo el memorándum que Fran y Lutz habían escrito sobre los trabajadores más duros, pero todos me miraron con expresiones emocionadas. Algunos de ellos incluso se parecían a Gil, una señal de que nunca antes habían sido elogiados, ni siquiera una vez en su vida.

No pude evitar darme cuenta de cuán bendecida era de tener una familia como la mía. Visiones de mi familia haciéndome elogios por cada pequeña cosa que logré hacer pasaron por mi cabeza. Sentí que a partir de ahora tendría que buscar los puntos buenos en los sacerdotes y felicitarlos como directora del orfanato.

“Por favor continúa tu arduo trabajo. Pero por ahora, come.

Al día siguiente tuve un curso de cocina. Los grupos se dividieron en los que lavan verduras, los que cortan verduras y los que encienden fuego debajo de las ollas. Tuuli y Ella enseñaban a los participantes. Mientras tanto, Hugo estaba trabajando duro para preparar la cena solo.

Ella y Tuuli enseñaron principalmente cómo cortar las verduras. Los adultos usaban cuchillos grandes para picar mientras que los niños usaban cuchillos generales más pequeños.

La sopa fresca sería su recompensa y cena, por lo que todos tomaron en serio su aprendizaje. Estaban llenos de curiosidad por la carne cruda y las verduras que nunca habían visto antes, y las picaron torpemente con movimientos inexpertos.

Observé a todos hacer la primera comida producida por el Taller Myne. Fran me dijo que estaría bien verlo, pero como doncella del santuario azul, ayudar estaba estrictamente prohibido.

Sentí los ojos en mi espalda y me di la vuelta para ver al chico que se había salido del trabajo ayer mirándome mientras cortaba proactivamente tantas verduras como podía. Sus intenciones eran tan claras que era adorable, así que le di fruta de recompensa extra.