Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 4: Aprendiz De Doncella En El Templo I

Capítulo 12: La Realidad del Orfanato

Pasaron muchos días desde que Delia comenzó a hacer su trabajo. A pesar de que ya me habían asignado días de descanso específicos, iba al templo todos los días, excluyendo los días de la Tierra que mamá y Tuuli tenían. Eso fue porque las cosas que había ordenado a través de Benno estaban llegando, necesitaba escribir nuevas recetas en los tableros para los chefs, y lo más importante, quería tener el mayor tiempo posible para leer.

En el transcurso de esos días, mis sirvientes habían encontrado más o menos una división justa del trabajo entre ellos. Delia se ocupó directamente de mi persona en la forma de limpiar el baño, lavar mi ropa cara y mantener el segundo piso ordenado en general. Recientemente había aprendido a hacer té con Fran, y ahora me lo estaba haciendo en su lugar.

Gil principalmente limpiaba el primer piso y el exterior de las habitaciones, además vigilaba a los chefs. Fran estaba en el proceso de golpearlo con el lenguaje y los modales adecuados.

Cuando le dije que Lutz había aprendido a leer y hacer matemáticas durante el invierno, su espíritu competitivo se encendió y comenzó a decir que haría lo mismo. Pero aparentemente tenía una montaña de cosas que primero tenía que aprender de Fran.

Mientras tanto, Fran estaba haciendo todo lo demás, incluida la verificación del trabajo de los otros dos. Me acompañó a la habitación del Sumo Sacerdote por la mañana para hacer el papeleo, llevó las sobras de nuestro almuerzo al orfanato, informó a los chefs del menú de la tarde, comprobó que teníamos los ingredientes y me acompañó al orfanato.

Manejó mi salud, informó a las personas relevantes cuando vino Benno, entrenó a los otros dos sirvientes (como eran aprendices) y me enseñó cómo vivir como un noble. Fran lo estaba haciendo todo. Incluso estaba leyendo las recetas a los chefs y revisando dos veces el almacén para asegurarse de que aparentemente no se llevaban nada.

Le pregunté a Fran si tenía demasiado trabajo, preocupado de que estuviera trabajando demasiado, pero dijo que lo tenía fácil ya que «no lo estaba convocando inesperadamente en medio de la noche». Fran era demasiado bueno para mí. Mi gratitud por Fran y mi confianza en él se estaba disparando, al igual que el salario que tenía la intención de pagarle. Estaba tan agradecido con el Sumo Sacerdote por asignarme a Fran que no sabía cómo podría pagarle.

Se suponía que hoy era un día libre para mí, pero de todos modos fui al templo. Lo que una vez pensé era un cuarto de almacenamiento en el segundo piso se estaba instalando con una bañera de mármol, que aparentemente era popular entre los nobles últimamente, y necesitaba estar allí para pagar.

Sería mucho trabajo calentar el agua en la cocina y llevarla hasta la bañera, y ya me estaba lavando en casa con Tuuli, así que no necesitaba una bañera así. Pero cuando dije «¿No le irá bien a una bañera?», Delia se enojó conmigo y gritó en respuesta: «¡Dios! ¿Qué estás diciendo? ¡Incluso los sirvientes del Sumo Obispo usan bañeras apropiadas!”

Delia quería usar la bañera recién instalada lo antes posible. Le dije que podía seguir adelante y usarlo, pero una vez más se enojó. “¡¿Esperas que lo use sin mi maestro?! ¡Cielos!” Aparentemente, las doncellas del santuario azules tenían madera para calentar el agua, pero las doncellas grises solo tenían agua fría.

“¿Lo prepararías para mí, entonces?” Me pareció que cargar agua caliente desde la cocina haría que preparar la bañera fuera una experiencia miserable, pero Delia lo hizo felizmente. Bueno, si ella es feliz, ¿quién soy yo para detenerla?

Delia me lavó el cabello con rinsham, me puso la ropa, me peinó y, después de tocarme el pelo con felicidad para confirmar que era suave como la seda, se fue al baño con entusiasmo para usar el resto del agua tibia. Me imagino que ella puso mucho esfuerzo en pulir su apariencia.

“Hermana Myne, tenga cuidado de no confiar demasiado en Delia. Ella todavía tiene vínculos con el Sumo Obispo», advirtió Fran con una expresión de disgusto mientras me traía bebidas durante el baño de Delia. Me reí un poco por lo serio que parecía.

«Yo sé eso. Ella me dijo felizmente que podía hablar con los sirvientes del Sumo Obispo de nuevo». Se hinchó el pecho con orgullo y dijo: «Sabía que nunca abandonaría a alguien tan linda como yo». Pero ella todavía estaría viviendo en mis habitaciones, en lugar de la del Sumo obispo. Sería mejor así, tanto por su trabajo como por obtener información de mí.

Las habitaciones del sumo sacerdote tenían dos sacerdotes grises adultos, tres doncellas adultas y tres aprendices como Delia. En otras palabras, los tres aprendices tuvieron que cuidar a seis personas, incluido al Sumo Obispo. Pero Delia solo tenía que cuidarme cuando estaba aquí.

Además, no tenía que hacer tanto por mí como lo haría por los otros sacerdotes azules. Y además de eso, Fran no confiaba en Delia, por lo que le dio mucho menos trabajo que los sacerdotes grises del Sumo Obispo.

Con todo, servirme le brindó a Delia mucho más tiempo para perfeccionar sus habilidades y su apariencia, lo cual fue una gran bendición para ella ya que no había renunciado a ser una amante cuando creció.

Ella me dijo que no quería servir a alguien como aprendiz toda su vida. Ella quería estar en el lado ganador, el lado que podía usar a otras personas. Para mí eso no parecía ser una mentalidad completamente sana, pero aprecié el esfuerzo que hizo para cumplir sus sueños.

«Delia aún podría estar vinculada al Sumo Obispo, pero si ella toma su trabajo en serio, está bien para mí. Tendré cuidado con las cosas que le digo. Aunque no estoy completamente seguro de qué información debería ocultarle, para ser honesto».

«Hermana Myne, eso no es tranquilizador». Fran suspiró y dijo que no le dijera mucho sobre Lutz o mi familia, explicando que eran mi mayor debilidad.

Una vez que Delia salió del baño, llegó la hora del almuerzo. El almuerzo de hoy consistió en panecillos esponjosos, sopa de consomé de verduras y tocino y pollo cocinado con hierbas. Gil y Delia intercambiaron quién sirvió la comida para cada comida, mientras que el que no servía almorzó junto a mí. Fran fue excluido de ser un servidor ya que iba al orfanato para entregar los regalos divinos, y porque tenía que quedarse conmigo en la sala de libros.

“Hermana Myne. Llevaré los regalos divinos al orfanato”.

«Si, gracias.»

La carreta que esperaba afuera de mis habitaciones tenía las sobras aún calientes de sopa, pan y carne apiladas. Delia y Gil aún carecían de la fuerza para empujar el pesado carro, lo que significaba que Fran era el único que podía hacerlo.

«¿Huh? ¿Ya se ha ido Fran?” Después de que Fran se fue, Gil salió de la cocina con una cesta llena de diferentes tipos de pan. Miró afuera, vio que la carreta había desaparecido y miró su canasta.

«¿Qué pasa, Gil?»

“Delia dijo que esto era demasiado pan para comer, así que pensé que tal vez podría atrapar a Fran antes de que se fuera. No tiene sentido guardarlos para la cena, tampoco, porque los chefs dicen que más tarde estarán horneando más pan».

«No ha habido muchos regalos divinos para el orfanato últimamente, ¿correcto? Creo que sería mejor llevarles el pan que tirarlo”.

«Sí, suena bien». Gil se rió y reajustó su agarre en la canasta. Sin duda, aquellos en el orfanato estarían contentos de recibir solo cuatro rollos de pan adicionales.

“En realidad, Gil. ¿Sería aceptable para mí ir contigo? Me gustaría ver cómo es el orfanato para mí al menos una vez”. Mis habitaciones tenían una entrada diferente, pero como todavía era parte del orfanato, ya habría esperado ver a algunos de los niños. Y sin embargo, no había visto ninguno.

Había visto aprendices como Delia y Gil limpiando el templo, lavando ropa junto al pozo, cuidando animales, etc., pero no había visto a ninguno de los huérfanos antes del bautismo.

«Muy bien, te llevaré allí. Conozco un atajo. Sígueme”. Gil sonaba orgulloso mientras se dirigía a la puerta, como alguien a punto de compartir un secreto. Un atajo sería perfecto para alguien sin resistencia como yo.

Dio la vuelta al edificio, luego bajó las escaleras frente a la capilla. El sol de verano hacía brillar las escaleras de mármol blanco. Normalmente solo caminaba por la mañana o por la tarde cuando hacía frío, pero el mediodía hacía calor como era de esperar en el verano.

«El comedor del orfanato está en el edificio de las niñas. El edificio de las niñas tiene niños antes del bautismo, doncellas de santuario gris que no son sirvientas y aprendices. Los niños van al edificio de los niños después de ser bautizados. Al dar regalos divinos, tiene más sentido que los niños que trabajan vayan al edificio de niñas que las niñas y los niños que vayan al edificio de niños, ¿sí?”

Seguí a Gil por las escaleras mientras escuchaba su explicación, y finalmente nos encontramos con una entrada algo oculta al orfanato construido en el costado de la escalera. Había una cerradura en la barrera en el exterior de la puerta, lo que hacía que pareciera que estaba allí para evitar que la gente dentro saliera, en lugar de evitar que ingresen personas de afuera.

«La mayoría de la gente no sabe que esta puerta se abre. Desde adentro parece una parte de la pared, y nadie la abre nunca”.

«¿Cómo lo sabes, entonces?»

“Cuando era pequeño, se abrió solo una vez, en medio de la noche. Alguien nos hizo un gesto, luego una doncella gris del santuario salió corriendo. Se cerró muy pronto, pero desde entonces, comencé a querer realmente salir. Pensé que tal vez alguien me estaría esperando».

Gil sonrió con nostalgia y dejó la cesta de pan en el suelo para abrir la barra. Luego tiró de la puerta con fuerza, usando todo su peso ya que las bisagras estaban oxidadas y la puerta simplemente no se movía.

Cuando finalmente se abrió de golpe, salió una ola de calor y un olor horrible que me hizo agarrarme la nariz por reflejo. Gil hizo lo mismo con un gruñido. Era un olor demasiado horrible para soportar incluso para alguien acostumbrado a los olores de una ciudad.

Con la puerta abierta y dejando entrar la luz, podíamos ver claramente el interior de la habitación. Sobre una capa de heno mohoso cubierto de orina y materia fecal había varios niños pequeños desnudos, tumbados en el suelo con expresiones sin vida en sus rostros. No parecía tener ventanas, así que incluso con la brillante luz del verano que entraba, todavía estaba oscuro.

«… ¿Regalos divinos?» Al notar el olor de los regalos, algunos de los niños pequeños soltaron voces agrietadas y vinieron arrastrándose hacia nosotros con ojos brillantes. Cosas negras estaban pegadas a la piel desnuda que se aferraba fuertemente a sus huesos.

Parecían niños refugiados africanos hambrientos que solo había visto en fotos antes, y verlos gateando hacia mí me hizo sentir más horror que lástima. Sentí una indescriptible sensación de miedo y me congelé en el lugar, mis dientes castañeteaban.

«… N, No…» chillé con miedo, lo que pareció hacer que Gil volviera a sus sentidos. Apresuradamente cerró la puerta y volvió a poner la barra en la puerta. Escuchamos el sonido de sus puños golpeando la puerta, pero fueron golpes débiles sin mucha fuerza para ellos. Lejos de tener la fuerza suficiente para abrir la puerta.

Cuando el alivio de haber escapado del terror se mezcló con el horror asqueado de lo que había visto en el orfanato, y me desplomé en el suelo, mi cabeza quedó completamente en blanco.

Cuando llegué, estaba en mi propia habitación. Estaba descansando sobre algo duro, y un toque reveló que no estaba en un colchón relleno de algodón que usaban los nobles, o un colchón relleno de heno que usaba en casa. Estaba descansando en el tablero liso que había quedado en las cámaras del director abandonado. Miré a mi lado y vi que Gil estaba sentado encima de una silla, abrazando sus rodillas como si tratara de encogerse en una pelota lo más pequeña posible.

«… ¿Gil?»

«¿Estas despierta? Gracias a los dioses Lo siento mucho, yo…” Gil me miró con ojos llorosos, pero antes de que pudiera terminar su oración, Delia comenzó a gritar desde el otro lado de la cama.

«¡¿Qué estabas pensando, llevando a la Hermana Myne al edificio de las niñas?! ¡Y la entrada trasera para variar!”

«¡No es mi culpa! ¡No sabía que las cosas estaban así ahora!»

Las palabras de Gil despertaron mis recuerdos de lo que había visto en el orfanato. El cuarto cerrado. El heno cubierto de orina y materia fecal. Los niños pequeños, huesudos y hambrientos, sin un pedazo de ropa. Ese simplemente no era un lugar para criar niños. Dada la falta de flujo de aire, era peor que incluso un establo descuidado.

En el momento en que los recuerdos volvieron a mí, la piel de gallina me cubrió la piel y sentí que el contenido de mi estómago se sacudía. Salté y tragué con fuerza para evitar vomitar en el acto. Fran, al verme cubriéndome la boca para contener el vómito, pasó junto a Gil para estar a mi lado.

“Perdóname, hermana Myne. Pido disculpas desde el fondo de mi corazón por permitirle ver esa vista embarazosa. Por favor, olvídate de todo lo que viste». Fran calificó el vergonzoso estado del orfanato como «vergonzoso» y me dijo que «olvidara» lo que me dejó, así que miré a Gil.

“¿Ese fue realmente el orfanato? No se parecía en nada a lo que me dijiste».

«Me mudé al edificio de los niños después de ser bautizado, así que no tenía idea de lo que estaba pasando en el edificio de las niñas… Ese lugar no era así en absoluto cuando estuve allí, Hermana Myne». Gil bajó los ojos y habló con voz débil.

Delia lo fulminó con la mirada y soltó un «hmph», luego explicó.

“Es porque cuando los sacerdotes azules se fueron, se llevaron muchas doncellas de santuarios grises. Los niños pequeños comenzaron a morir todo el tiempo sin que la gente los cuidara. Ahora solo se sientan allí esperando su bautizo, para poder subir al primer piso. Pero bueno… solo sé cómo era allí hace un año. Debe ser mucho peor ahora. Ni siquiera quiero pensar en eso”. Delia también bajó los ojos, temblando ligeramente.

Gil tenía diez años, por lo que fue bautizado hace tres años enteros. Delia tenía ocho años, y aparentemente las cosas estaban bastante mal, incluso cuando fue bautizada hace un año.

Según ella, las doncellas del santuario gris comenzaron a irse una tras otra hace un año y medio, y sin que nadie las cuidara, los niños huérfanos fueron abandonados y solo traían comida dos veces al día en el mejor de los casos.

“Cuando me llevaron a mi bautizo, una doncella gris del santuario me dijo que estaba demasiado sucia para ser presentada a los sacerdotes azules. Ella me lavó tan fuerte que me dolía todo el cuerpo. Pero en el momento en que toda la suciedad se fue de mí, ella comenzó a hablar sobre lo linda que era y cómo crecería para ser hermosa. Justo después de mi bautismo, me llevaron al Sumo Obispo. Había tres niños conmigo.

Llegué a ser aprendiz de sirviente, pero a los otros niños no los escogieron y los enviaron de vuelta al orfanato”. Al enterarme de por qué Delia estaba tan apegada a su propia ternura y por qué evitaba tanto el orfanato, sentí que mi corazón se encogía. incluso más pesado

«Hermana Myne», intervino Gil. “Por favor sálvelos. Te lo ruego, por favor».

“Para, Gil. Hermana Myne, no debes involucrarte en estos asuntos”. Fran rechazó las súplicas de Gil con una mirada severa en su rostro. Sinceramente, no quería involucrarme activamente con el orfanato ya que solo recordar que los huérfanos me enfermaron, pero no esperaba que Fran rechazara la idea tan firmemente cuando él mismo era del orfanato.

«¡¿Por qué no?!» Gritó Gil, como si hablara en mi lugar, y Fran dio una respuesta firme.

«Es muy peligroso. La hermana Myne tiene una tendencia a ser extremadamente protectora con quienes están cerca de ella, con sus aliados. Como se vio cuando usó su maná en el Sumo Obispo para proteger a su familia. Si se involucra con el orfanato y se considera su aliada, entonces podría oponerse a los sacerdotes azules para proteger a los huérfanos. Sería prudente minimizar la posibilidad de que inconscientemente desate su maná”.

Con Gil suplicando mi ayuda y Fran oponiéndose a la idea, reflexivamente me volví hacia Delia para escuchar cuáles eran sus pensamientos.

«… Si los puedes salvar, creo que deberías. Pero no quiero involucrarme y no quiero recordarlos. Quiero olvidarlo todo”, dijo Delia con una expresión rígida antes de apartar la cabeza de mí.

Gil arrugó la cara hacia arriba, dolido al saber que nadie estaba de su lado. Apretó los dientes y me miró con ojos vacilantes antes de arrodillarse lentamente y cruzar los brazos frente a su pecho.

“Hermana Myne, por favor. Sálvalos.»

Apreté mis labios ante la súplica sincera de Gil. En general, quería ayudar al sufrimiento cuando podía. Por ejemplo, si alguien me pidiera que hiciera algo específico en términos concretos para ayudar, y fue cuando mi poder lo hizo, lo haría. Pero si alguien me pidiera que pasara el resto de mi vida ayudando, o si alguien me pidiera ayuda sin explicar cómo, estaría perdida.

En mis días como Urano, a veces había participado en campañas de caridad, pero en general solo prestaba servicio comunitario cuando mi universidad lo exigía, ya que solo me interesaban los libros.

Además, desde que me convertí en Myne, dependía constantemente de la ayuda de otros debido a mi enfermedad y debilidad. Podría ofrecer consejos basados en mi experiencia de vida en la Tierra, pero cualquier cosa que requiera mudanza tendría que ser realizada por otras personas. Al final, era difícil pensar que yo sería de gran ayuda para el orfanato.

“En este momento, me gusta hacer mi trabajo porque me elogias por ello, hermana Myne, y me gusta trabajar duro porque me pagan más. La comida es buena, puedo comer todo lo que quiero y puedo dormir con las piernas estiradas en mi propia habitación. Mi vida es genial ahora. Pero están… están atrapados allí, como… así…»

«Lo siento, Gil. No hay casi nada que pueda hacer por ellos. No soy un verdadero noble, y no creo que pueda ignorar el consejo de Fran tan a la ligera».

Gil levantó la vista, su expresión dolía. Pero yo era solo un plebeyo que por poco se había ganado el derecho de usar túnicas azules al aprovechar mi maná y mi dinero en tiempos de problemas. No podía prometer salvar el orfanato tan fácilmente cuando sabía tan poco, y no podía asumir la responsabilidad de cuidar a los orfanatos de aquí en adelante.

“Pero al menos, le preguntaré al Sumo Sacerdote sobre esto. Si hay sacerdotes grises ociosos, preguntaré si pueden trabajar en el orfanato, o tal vez veré si hay un poco más de espacio en el presupuesto para comida… Veré si hay algo que el Sumo Sacerdote pueda hacer para mejorar la situación del orfanato «.

«Gracias, hermana Myne».

El Sumo Sacerdote manejaba el presupuesto y el funcionamiento interno de todo el templo. Debería poder enviar más dinero al orfanato o buscar cuidadores si se le solicita. Suspiré aliviado, pensando que él podría resolver todo, pero Fran bajó los ojos y sacudió la cabeza.

«No hay necesidad de que te involucres, Hermana Myne».

“Solo estoy pidiendo ayuda al Sumo Sacerdote, nada más. Por favor, organiza una reunión con él». Si el Sumo Sacerdote no podía hacer nada, seguramente no podía, y él podría darme consejos sobre qué hacer en el futuro. Por lo menos, sería mucho mejor que preocuparme solo sin siquiera saber qué opciones tengo disponibles.

Le repetí mi pedido a Fran, y él, vacilante, aceptó organizar una reunión.