Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 4: Aprendiz De Doncella En El Templo I

Capítulo 1: Sirvientes y la Ceremonia de Fidelidad

… Después de hoy, seré una aprendiz de doncella del santuario. 

Me llevó muchos días preparar cada par de túnicas azules, así que a pesar de haberme bautizado con Lutz, comencé mi trabajo de aprendiz un mes después. Estaba súper emocionada de ir al templo, y cada segundo que tenía que esperar parecía una eternidad.

… ¡Finalmente, finalmente podré leer libros! ¡Y libros que también están encadenados! ¡Aaah, solo pensarlo me hace temblar de emoción! ¡Gyahaha! Mientras rodaba felizmente en mi cama, Tuuli vino a llamarme.

“Myne, Lutz está aquí para llevarte. Um… ¿Por qué estás bailando?”

“¡Porque puedo leer libros! Adiós, Tuuli. ¡Nos vemos más tarde!»

«Myne, trata de no excitarte demasiado». ¡No pidas lo imposible, tonta! Respondí en mi cabeza y salí corriendo. El templo estaba en la parte norte de la ciudad, así que llevaba la mejor ropa que tenía, mi uniforme de aprendiz de la Compañía Gilberta. Debería estar bien hasta que obtuve mi túnica azul del templo.

«Eheheh, ahahaha». Comencé a saltar por el camino mientras tarareaba, solo para que Lutz me agarrara del brazo y me empujara hacia atrás con una mirada exasperada en su rostro.

«Myne, vamos, te estás emocionando demasiado. Tendrás fiebre antes de que lleguemos al templo».

«Awww… no quiero eso».

Reforcé mis piernas elásticas para evitar saltar y me tragué el impulso de caminar lo más rápido posible, odiando que mi cuerpo estuviera demasiado débil para que me excitara y fuera feliz. En cambio, me dirigí al templo lentamente, cogidos de la mano con Lutz.

«Myne, ¿realmente vas a estar bien por tu cuenta?»

«Hoy solo me darán una túnica y me presentan a mis sirvientes, todo estará bien». Trabajaría básicamente los mismos días en que Lutz tenía trabajo. Mi familia y Benno habían decidido que Lutz debería seguir vigilándome hasta que los sirvientes que me asignaron entendieran cómo funcionaba mi cuerpo. Aunque realmente no creo que nadie más que Lutz pueda manejar mi salud así de bien…

Tal vez esperaban que Lutz se quedara conmigo para siempre. Mi familia, Benno, Mark, Lutz, y básicamente todos eran extremadamente cautelosos con los nobles en el templo. Pero si seguía confiando en Lutz para siempre, entonces no habría tenido ningún sentido que abandonara mi puesto de aprendiz de comerciante para disminuir su carga.

Le dije eso a Benno, pero él solo resopló y Mark explicó con una sonrisa en conflicto. Parecía que Mark estaba enseñando directamente a Lutz, por lo que pronto podrían ayudar a abrir un restaurante italiano aquí y abrir talleres de fabricación de papel en otras ciudades. Aparentemente, las lecciones fueron bastante anormales ya que Lutz era su forma de contactarme, el inventor.

Participaría en la construcción de nuevos negocios y aprendería a ser comerciante a través de su experiencia personal en el campo.

Dije que ese no era el proceso normal para una nueva contratación y me dijeron que esto se estaba haciendo en parte porque Lutz quería ir a otras ciudades lo antes posible.

… Bueno, si Lutz es feliz, yo soy feliz. ¡Buena suerte Lutz!

Cuando llegamos a la puerta encontramos a un sacerdote gris esperándonos. Era un hombre relativamente más joven que, al vernos, se arrodilló con gracia y cruzó las manos frente a su pecho.

“Buenos días, hermana Myne. Te guiaré al Sumo Sacerdote”.

«¡¿Hermana Myne?! ¡Pff, jajaja! Eso no te queda en absoluto».

Lutz se echó a reír ante la actitud respetuosa del cortés sacerdote gris, riéndose mientras nos miraba. Quería reírme con él, pero noté que las cejas del sacerdote se fruncían brevemente, así que golpeé suavemente a Lutz en la espalda mientras se inclinaba de risa.

«¡Lutz, te estás riendo demasiado!»

«Sí, lo siento, lo siento. Iré a buscarte después de la cuarta campana”, Myne. Lutz comenzó a alejarse y le dije adiós antes de volverme hacia el sacerdote gris.

«Perdón por hacerte sentir incómodo».

«… No hay necesidad de que te disculpes conmigo. Más importante aún, el Sumo Sacerdote está esperando”. Él apartó la vista y rechazó mi disculpa. Cuando parpadeé sorprendido, me dio la espalda y comenzó a alejarse.

Los zapatos de madera del sacerdote gris tamborileaban contra el pasillo de piedra blanca mientras caminaba. Nada más rompió el pesado silencio que pesaba sobre mí mientras caminaba rápidamente para seguirle el ritmo.

Después de doblar una esquina en el pasillo, comencé a escuchar algo más que zapatos. Miré por instinto hacia el sonido y vi doncellas de santuario grises que limpiaban un pasillo. Eran doncellas de santuarios grises que no habían estado presentes en la ceremonia del bautismo, y no se veían muy limpias.

No porque estuvieran limpiando o porque su ropa estuviera sucia tampoco. Simplemente tenían una atmósfera más sucia que el sacerdote gris que caminaba frente a mí, tal vez debido a una peor higiene o un baño menos en general. Cuando vieron al sacerdote gris, dejaron de limpiar y se retiraron a las paredes del pasillo antes de bajar los ojos.

… ¿Es eso una muestra de respeto o algo así? Estaba escondido detrás del sacerdote gris, a juzgar por las doncellas del santuario que parecían sorprendidas después de notarme, lo que dejaba en claro que no estaban haciendo eso por mí. Al ver que había una estructura de estado dentro de los sacerdotes huérfanos grises, la inquietud se extendió por mi pecho.

Realmente había entrado en un mundo con un equilibrio de poder completamente diferente al mío. En mi estilo de vida anterior, nunca había interactuado con nobles. Todos vivían básicamente en la misma situación, e incluso después de que comencé a tratar con un comerciante rico, él me trató como un igual gracias al valor de mis productos.

… ¿Pero estaré bien aquí? ¿Voy a cometer un gran error y desordenar todo ya que no estoy acostumbrada a las sociedades de clase? Mis pasos ansiosos resonaron por el tranquilo pasillo. Ahora sabía que había entrado en un mundo que no podía imaginar, incluso con mi experiencia de mis días como Urano.

«Sumo Sacerdote, he traído a la Hermana Myne», dijo el sacerdote gris. No estaba tan acostumbrada a que me llamaran «Hermana Myne» que parecía que estaba hablando de otra persona por completo. Era un niño y un plebeyo, nadie especial, pero ahora un sacerdote gris adulto me llamaba respetuosamente Hermana Myne. Se sintió tan extraño que me hizo sentir incómoda. Pero como me iban a dar túnicas azules y me tratarían como un noble aquí, no podría pedirle que dejara caer a la «hermana» y que simplemente me llamara Myne. Tendría que acostumbrarme.

«Disculpe».

Por costumbre, incliné un poco la cabeza al entrar en la habitación del Sumo Sacerdote. Por alguna razón, había un simple altar en el medio de la habitación. Podría decir de un vistazo que era una versión simplificada del altar de varios pasos cubierto de estatuas que había visto durante la ceremonia del bautismo.

En la parte superior de este altar de tres pasos estaba la capa negra y la corona de oro que decoraban las estatuas en la parte superior del altar real.

En el segundo paso estaba el bastón, la lanza, el cáliz, el escudo y la espada. El primer paso tenía flores, frutas, campanas, incienso, etc. con un par de túnicas azules cuidadosamente dobladas a un lado. Había una alfombra azul desplegada frente al altar que hacía difícil no pensar en las oraciones de la ceremonia de bautismo.

Este altar no estaba allí cuando fui por última vez a la habitación del Sumo Sacerdote. Cuando me detuve en la puerta y comencé a buscar en mis recuerdos, el Sumo Sacerdote hizo una pausa en su trabajo para ponerse de pie y caminar frente al altar.

«Ven aquí, Myne».

Caminé rápidamente hacia el Sumo Sacerdote. Me miró con sus ojos dorados y, después de un suspiro, miró el altar.

“En circunstancias normales, jurarías servir a los dioses y al templo ante el altar en la habitación del Sumo Obispo antes de otorgarle su túnica, pero como él no quiere que entres en su habitación, hice que construyeran otra tan pronto como sea posible.»

«… Perdón por hacerle hacer eso».

Gracias a que me molestó la actitud arrogante y la crueldad del Sumo Obispo, mi maná se volvió loco de emociones. Personalmente me sentí mejor después, pero no fue difícil adivinar que el Sumo Obispo me guardaría rencor por aplastarlo con mi maná.

… Sin mencionar que ya me menospreciaba por ser un pobre plebeyo. Con la máxima autoridad en el templo que ya me odiaba sin ninguna forma de recuperación, probablemente estaba en una situación bastante mala. El Sumo Sacerdote sacudió la cabeza cuando comencé a preguntarme si tenía una vida difícil por delante en el templo.

“Solo debes evitar reunirte con el Sumo Obispo cuando sea posible, para no agregarle combustible al fuego”. El Sumo Sacerdote conocía al Sumo Obispo mucho mejor que yo, así que si él dijera que debería evitarlo, probablemente debería. Asentí en respuesta. No quería salir de mi camino para verlo de todos modos.

«Ahora bien, comencemos la ceremonia de fidelidad». El Sumo Sacerdote levantó el quemador de incienso por su cadena y lo balanceó suavemente como un péndulo. El olor salió de él y se elevó en el aire mientras se balanceaba, llenando la habitación con un aroma relajante.

El Sumo Sacerdote comenzó a enseñarme sobre los instrumentos divinos consagrados en el altar. La capa negra en la parte superior significaba el cielo nocturno y era el símbolo del Dios de la Oscuridad. La corona de oro significaba el sol y era el símbolo de la Diosa de la Luz del Sol. Los dioses comprometidos eran conocidos como el rey y la reina de los cielos, por lo que estaban en la parte superior del altar.

El bastón en el segundo escalón era el símbolo de la Diosa del Agua derritiendo nieve y hielo en agua corriente, la lanza era el símbolo del Dios del Fuego alentando el crecimiento a alturas cada vez mayores, el escudo era el símbolo de la Diosa del Viento empujando, de vuelta al frío viento invernal, el cáliz era el símbolo de la Diosa de la Tierra que aceptaba a todos y todo, y la espada era el símbolo del Dios de la Vida que cavaba en el suelo duro. El último escalón tenía ofrendas para los dioses. Plantas que simbolizan la vida fresca, frutos que celebran el crecimiento, telas que reflejan la fe, etc.

“El color divino de la primavera es el verde. Es el color de la vida joven, que brota después del duro invierno. El color divino del verano es azul. Es el color del cielo alto por el que lucha la vida. El color divino del otoño es el amarillo. Es el color del trigo pesado y de la abundante fruta que crece. El color divino del invierno es rojo. Es el color del horno, alivia el frío y da esperanza.” Parecía que el color reverenciado dentro del templo cambiaba según la estación. La tela en el altar, la alfombra, los adornos usados encima de las túnicas azules, etc., tenían su color determinado por la temporada.

«Ahora, tu voto».

El Sumo Sacerdote, frente al altar, se arrodilló sobre la alfombra con el pie izquierdo plantado hacia adelante y formando un ángulo recto. Luego cruzó los brazos sobre el pecho y bajó la cabeza. Hice la misma pose a su lado. Una vez que terminé, él continuó.

«Repite después de mí.»

Miré de cerca la boca del Sumo Sacerdote, sin querer estropear nada. Movió sus delgados labios lentamente para que sus palabras fueran más fáciles de entender durante el voto.

«Oh poderoso Rey y Reina de la oscuridad y la luz, los gobernantes más justos y divinos de los amplios cielos».

«Oh espléndidos dioses de los Cinco Eternos, los gobernantes más justos y divinos del vasto reino de los mortales».

«Diosa del Agua, Flutrane».

«Dios del fuego, Leidenschaft».

«Diosa del Viento, Schutzaria».

«Diosa de la Tierra, Geduldh».

«Dios de la vida, Ewigeliebe».

«Rey y Reina, muestra tu poder divino que se extiende por los amplios cielos y el vasto reino de los mortales».

«Eterno Cinco, bendícenos del vasto reino mortal con tu poder divino».

«En eterna gratitud por tus poderes celestiales, te adoraré por la eternidad».

“Viviré con corazones justos, corazones tranquilos y corazones resueltos. Tendré fe en ti como los verdaderos y justos dioses”.

“Prometo rezarte a ti, dioses de la naturaleza; Te lo agradeceré y prepararé ofrendas para ti”.

Miré al Sumo Sacerdote, habiendo repetido lo que decía palabra por palabra. Él asintió, aparentemente satisfecho con mi actuación, antes de ponerse de pie y mirar a los sacerdotes grises junto a la pared. Los sacerdotes más cercanos al altar se movieron en silencio, recogieron las túnicas azules en el último escalón del altar y se las entregaron al Sumo Sacerdote.

“El azul fomenta el crecimiento. Es el color divino del Dios del Fuego, y es el color del cielo ancho, donde el Rey y la Reina gobiernan. Te entrego estas túnicas, ella que adora al Rey y a la Reina, ella que jura crecer a medida que pasan los años”.

Me dieron las túnicas y luego una aprendiz de doncella del santuario me las cambió. Las túnicas azules eran fáciles de poner; se deslizaron sobre mi ropa desde arriba y solo tuvieron que atarme con una faja por la cintura.

Podía usar la ropa que me gustara debajo, y durante los rituales o ceremonias solo tenía que ponerme varios adornos religiosos encima.

“Myne, honorable apóstol que nos enviaron los dioses. Te damos la bienvenida entre nosotros”. El sumo sacerdote dobló las rodillas y cruzó los brazos frente a su pecho. Lo copié y también me crucé de brazos.

«Estoy profundamente agradecido de que me hayas dado la bienvenida».

«Entonces recemos». Fue tan repentino que no supe a qué se refería. Con mis brazos aún cruzados, incliné la cabeza confundida. Sus cejas se fruncieron en frustración por mi pobre comprensión.

“Aprendiste el método en tu ceremonia de bautizo, ¿no? Reza a los dioses.”

Oh… La pose de Glico. Eso es correcto. Ahora que estoy en el templo, tendré que hacer eso casi todos los días. Bueno… espero que mis lados estén bien.

Los recuerdos de mis lados destruidos en la ceremonia del bautismo pasaron por mi cabeza, pero sacudí la cabeza y tensé el estómago para no estallar en carcajadas. Los ojos dudosos del Sumo Sacerdote me atravesaron, dejando en claro que estaba a punto de preguntarme si había olvidado qué hacer. Entonces, comencé a orar.

«¡A-Alabado sea los dioses…! ¡¿Ah?!”

Era sorprendentemente difícil mantener la pose de Glico. Tuve que cargar todo mi peso con una pierna mientras mantenía el equilibrio. Incapaz de hacer que una hermoso Glico posara como los sacerdotes en la ceremonia, me balanceé de lado a lado de una manera bastante desagradable.

«Eso no servirá. Algún día participarás en ceremonias de oración a las que asistirán otros. ¿De qué sirve una doncella del santuario que no puede rezar? Aprende a orar antes de la próxima ceremonia de oración”.

«Ngggh… haré lo mejor que pueda». El Sumo Sacerdote suspiró, sacudió la cabeza y miró a los sacerdotes grises alineados a lo largo de la pared.

“Te presentaré al sacerdote gris y a los aprendices que serán tus sirvientes”, dijo el Sumo Sacerdote, que indicó a tres de las túnicas grises que caminaran hacia el frente del altar. Uno era un hombre adulto y los otros dos eran un niño y una niña de mi edad.

Sorprendentemente, el sacerdote gris que me guió a mi habitación era de hecho mi sirviente. Parecía tener una altura superior a la media; Era casi tan alto como papá. Tenía el pelo morado claro con profundos ojos marrones y daba la impresión de ser una persona bastante seria que generalmente se mantenía callada. Su expresión era solemne y obediente. Se sentía como si fuera difícil acercarse a él.

“Soy Fran, diecisiete años. Estaré a tu cuidado”.

«No, no, si es algo, voy a estar a tu cargo». Intenté responder cortésmente, pero el Sumo Sacerdote inmediatamente lanzó una aguda reprimenda.

«Myne. Eres una túnica azul. No te desacredites ante las túnicas grises.»

«L-lo siento. Tendré cuidado «.

No comprendí a las sociedades basadas en el estatus. Mi experiencia de vida no me ayudaría a saber qué era bueno hacer y qué era malo hacer aquí. Tendría que abrirme camino para comprender mi entorno tal como lo había hecho después de convertirme en Myne. Cuando me sorprendió la preocupación, vi a un sirviente que parecía que sería una preocupación aún mayor frente a mí.

Era aproximadamente tan alto como Lutz, pero tal vez debido a que no estaba lo suficientemente alimentado, tenía una mirada desagradable en sus ojos y parecía anormalmente delgado.

Tenía el pelo rubio sucio y aunque sus ojos parecían negros al principio, una mirada más cercana reveló ojos morados. Mi primera impresión de él fue que parecía un pequeño bribón. Para ser sincero, no era demasiado bueno para tratar con personas como él.

En mis días como Urano me quedé atrapada dentro de mi habitación leyendo, y en mis días como Myne me quedé atrapada en la cama con enfermedad todo el tiempo, así que estaba encerrado de principio a fin. Violentos… o, mejor dicho, los chicos rudos llenos de energía y cosas desagradables que decir no eran personas con las que quería estar.

Dudo que alguna vez podamos ser amigos, me pregunté mientras miraba al niño. También me estaba mirando descaradamente, de pies a cabeza como si estuviera valorando mi valía.

«Soy Gil. Diez años de edad. ¿Se supone que eres mi maestro? Esto apesta. Eres una pequeña hija de puta».

Um … ¿Qué? ¿Se supone que los sirvientes deben actuar así? Sorprendida por su mirada burlona y sus palabras desagradables, mi boca se abrió y cerró. Una vez más, el Sumo Sacerdote lanzó una reprimenda. Pero no en Gil. A mí.

“Myne, Gil es tu sirviente. Debes reprenderlo cuando se porta de manera inapropiada”.

«Bwuh? ¿Yo?»

«¿Quién si no tú, su maestro?» Um … Él dice que eso es normal, pero ¿qué espera que haga? Este niño no parece ser del tipo que se preocupa por ser regañado.

«Um, ¿podrías ser un poco más cortés?»

«¡Ja! ¿Eres una estúpida?!»

El Sumo Sacerdote sacudía la cabeza con una mirada crítica en su rostro, pero en realidad, la culpa aquí estaba en quien seleccionaba a Gil para ser mi sirviente. Se me cayó el estómago cuando me di cuenta de que ser elegido era probablemente un acto de acoso.

No había duda de que Gil había sido seleccionado para molestarme. Era difícil imaginar que Gil sería un sirviente obediente. Probablemente alguien lo había forzado a mí, un plebeyo, por lo que no tenían que tratar con él ellos mismos, mientras que simultáneamente me hacían la vida más difícil. Con eso en mente, tendría que ser tonta para tomarlo en serio y ser cortés. Solo tenía que tratar con él de la misma manera que traté con los chicos malos de la clase: Ignorarlo.

Levanté una mano para interrumpir a Gil y dirigí mi atención a la única chica entre los sirvientes. Tenía el pelo rojo intenso y ojos azul claro. Llevaba una especie de sonrisa petulante, pero tenía una cara hermosa. No es lindo; hermosa, como una bella mujer adulta. Se sentía como si fuera alguien que entendía su apariencia y sabía cómo animar a los hombres con adulación y coqueteo.

… Supongo que ese es el tipo de cosas que noto como compañera.

«Soy Delia. Ocho años. Seamos amigas, ¿de acuerdo?”

A pesar de sugerir que seamos amigas, los ojos de Delia no sonreían en absoluto. Probablemente había sentido que no estábamos cortados de la misma tela y ya estaba cambiando a ser sutilmente hostil. Pero aun así, Delia con su sonrisa aparentemente brillante parecía tener la aprobación silenciosa del Sumo Sacerdote. No lanzó ninguna reprimenda esta vez.

Ninguno de los sirvientes parecía amable en absoluto, y era difícil imaginar que las cosas iban bien incluso con uno solo de ellos. Solo estar cerca de ellos probablemente sería agotador.

“Um, Sumo Sacerdote. He vivido sin ningún sirviente hasta ahora, e incluso sin estos tres, puedo…»

«No. Es deber de las túnicas azules tener sirvientes. Estos sirvientes fueron seleccionados a mano por el Sumo Obispo y yo. Ahora que ha usado su túnica azul, debe actuar como un maestro apropiado, uno adecuado para su lealtad”.

«Entiendo. Entendido «.

Entonces… ¿no puedo decir que no los quiero? ¿Ni siquiera tengo otra opción aquí? Siento que mi vida como aprendiz de doncella del santuario en el templo ya se está desmoronando.