Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Tu Nombre Es Invasor

Parte 2

No habría mucho que pudiera hacer al respecto, siempre y cuando la “academia” fuera dirigida únicamente por mi equipo, yo mismo y yo. Una cosa era construir un edificio escolar, pero era solo un buque; Todavía tendría que crear la escuela como institución.

Y entonces ahí estábamos.

“Bien bien. Ejem. Por hoy…” Instado por Petralka, abrí un nuevo libro.

La cantidad de manga que me había traído Matoba-san ahora era cercana a mil. Podía leer una serie todos los días y todavía no me quedaba sin tiempo. Hasta ahora me había quedado con las historias de fantasía con las que pensaba que Petralka podría simpatizar fácilmente, pero más tarde, a medida que se familiarizó cada vez más con la cultura japonesa, pensé que podría presentar dramas escolares y tal vez algunas cosas de terror.

Incluso cuando estos pensamientos pasaron por mi mente, no pude reprimir un bostezo. Había estado muy ocupado recientemente, buscando opiniones sobre el edificio de mi escuela (tanto física como organizativa), tratando de obtener la aprobación para todo tipo de cosas, y así sucesivamente. El cansancio se estaba acumulando, y tampoco dormía tanto como solía hacerlo.

“Shinichi”. Petralka me estaba mirando directamente.

Por cierto, desde la primera vez que le leí un manga, Petralka había decidido que mi regazo era su lugar. Esto fue más que vergonzoso frente a los otros estudiantes; Le había rogado que buscara otro lugar, pero ella se negó obstinadamente a doblegarse. En cambio, continuó posándose sobre mis rodillas, como si se exhibiera frente a los otros estudiantes y Myusel.

Por lo tanto, ella estaba presionando su cabeza contra mi hombro mientras me miraba. Era un gesto terriblemente lindo y, aunque odiaría escucharlo, un gesto infantil.

“¿Nos encuentras tan aburridas?” Ella casi susurraba. Lo más probable es que los estudiantes contra la pared no pudieran escucharla.

“No, no, para nada, uh-uh”. Negué con la cabeza.

“Pero Su Alteza, erm, Petralka, es solo… El cansancio…”

“¿Hrm?”

“Oye, si solo quieres que alguien te lea, Minori-san o Matoba-san podrían…”

“Claro que no”, dijo Petralka.

“Preferimos tu tutela, Shinichi. Preferimos escucharte leer como lo estamos haciendo ahora”. Ella movió su trasero contra mis rodillas, ajustando su posición.

Erm, disculpe, alteza, pero tal vez no podría… ¿hacer eso? Hay una parte de mí que podría ponerse de pie incluso con los dos sentados, y realmente preferiría que no…

“¿Realmente disfrutas este manga?”, Preguntó Petralka.

“¿Huh? Bueno, claro que sí”.

Por eso estaba haciendo este trabajo. Obviamente.

“Hemos conocido a aquellos que se llamaron a sí mismos evangelistas o misioneros varias veces antes”, dijo con seriedad Petralka. “Los motivos ocultos de la mayoría de ellos eran perfectamente transparentes para nosotros. Buscaron la entrada a nuestro país porque pensaron que podrían ganar fama o fortuna aquí. ¡Qué pocos han venido simplemente para divertirnos…!”

Estaba perdido por las palabras. Sí, era cierto que estaba tratando de llevar la cultura otaku al Imperio Eldant para entretenerlos. Pero en cuanto al gobierno japonés, que me había enviado, sospeché que buscaban algo más. Sin duda pensaron que había algo de beneficio. Incluso yo no era tan estúpido como para creer que el gobierno haría algo por puro altruismo.

“Y lees con verdadera alegría”, continuó Petralka, con una pequeña sonrisa en su rostro.

“¿Huh? Quiero decir… ¿lo hago?”

“Mm. Desde donde nos sentamos, podemos sentir su respiración y los latidos de su corazón. Podemos decir que estás realmente absorto en este manga. Cuando el protagonista está en peligro, tu respiración se vuelve irregular. Cuando él está enamorado, tu corazón late. Sentado aquí, todo esto es evidente para nosotros. Y, digamos, es bastante entretenido”. Ella dijo todo esto bajo su voz. “Posiblemente”, agregó, “incluso más que el manga mismo”.

Sus palabras perforaron mi corazón. Esta chica era una majestad imperial. No conocía los detalles, pero para que ella fuera gobernante a una edad tan joven debe haber significado que sus padres ya estaban muertos, o al menos en un estado que los hacía incapaces para el trono.

En cualquier caso, no estaban allí para ella. Casi no habría nadie dispuesto a ignorar su identidad como “Su Majestad Imperial” y comprometerla como la chica Petralka. Quizás nadie en absoluto.

Eso significaba que no había nadie que conociera su corazón de corazones. Incluso sus “compañeros de clase” alineados a lo largo de la pared intentaban acercarse a ella porque ella era la emperatriz. Lo más probable es que no se preocuparan mucho por ella como persona.

Petralka debería tener en cuenta la distinción entre una emperatriz y sus sirvientes en todo momento, es decir, la distinción entre cómo se sentía realmente y cómo debía actuar. Nunca podría decirle a nadie lo que realmente estaba pensando y sintiendo; tenía que tratar a todos a su alrededor como administradores.

Tal vez sintió que había una capa de vidrio entre ella y todos los que la rodeaban. Y si no hubiera sido tan inteligente, tal vez eso no la habría molestado, pero para bien o para mal, obviamente era inteligente. Razón de más

“¿Shinichi?” Petralka había alzado la voz molesta.

¡Aw, mierda! Solo quiero darle un abrazo y hacerla sentir mejor, y estoy seguro de que eso está acelerando mi corazón, pero supongo que no puedo hacer eso…

Justo cuando mis preocupaciones estaban llegando a un punto álgido, Myusel entró, no con un golpe, sino con un silencioso anuncio de “He traído té”.

La razón por la que no tocó fue para no interrumpir mi lectura en voz alta. Como tenía té no solo para mí y para Petralka, sino también para otros veinte estudiantes, estaba empujando un carrito terriblemente grande.

“Perdón”, susurró, ejecutando una pequeña reverencia cuando comenzó a preparar todo.

“Gracias”, le dije, asintiendo con la cabeza. Cuando hubo colocado las tazas de té y las llenó, se inclinó nuevamente y se fue.

La miré en silencio.

“Hmph”.

Desde la dirección de mis rodillas llegó un sonido de descontento real.

***

Myusel, por supuesto, no participaba en mi pequeña “academia”. Este grupo de estudio estaba lleno de hijos de familias nobles; Era demasiado obvio que tenerla allí haría que todos se pusieran nerviosos. Además, ella y Brooke tenían que ocuparse de las cosas de la casa: tenía que hacer una gran cantidad de tareas, desde limpiar hasta lavar y preparar comidas, por lo que no tenía tiempo para estudiar durante el día.

Y entonces…

“Está bien, ¿comenzamos?”

Estaba sentado en el sofá de mi oficina.

“Sí, por favor”, dijo Myusel, sonriendo y abriendo su cuaderno.

… Estaba dando lecciones personales a Myusel antes de irnos a dormir por la noche.

Ella fue realmente la primera persona que conocí cuando llegué a Eldant, y en cierto modo también mi primera alumna, por lo que apenas podía dejarla alta y seca solo porque las cosas se habían puesto un poco ocupadas para mí. Sí, estaba cansado de la sesión de estudio del día, pero fue muy lindo ver a Myusel absorber ansiosamente el japonés de mí. Realmente me hizo querer hacer lo mejor para ella.

Petralka había ordenado a Myusel que no la “superase”, pero en realidad, Petralka solo estaba aprendiendo durante el día y Myusel por la noche, por lo que no había peligro de que la criada superara a la emperatriz, me imaginé.

Pero Myusel me dijo algo inesperado ese día.

“Um, Maestro… ¿Podrías… quitarte tu anillo mágico por un momento?” Esta solicitud salió de la nada.

“¿Por qué?”

“Por favor hágalo. Solo por unos minutos…”

Ella realmente parecía querer hacer esto, así que no iba a rechazarla. Quiero decir, siempre me ponía ese anillo de vez en cuando, a veces había secretos de los que hablar, así que no era como si tuviera ninguna objeción en particular. Saqué la banda de metal de mi dedo y la puse sobre la mesa.

“Está bien, está apagado. ¿Ahora qué?”

Fue solo después de que hablé que se me ocurrió: sin el anillo, Myusel no podría entender lo que estaba diciendo. Los anillos solo funcionarían su traducción, o debería decir, interpretación, magia cuando ambos los llevábamos puestos.

Myusel dijo algo en sus tonos melodiosos. Después de tres meses aquí, al menos pude reconocer que ella estaba hablando del lenguaje Eldant. No era fuerte en los detalles, pero había aprendido un puñado de palabras simples, como desafíosamu (maestro) y sei (sí).

Ella dijo algo más, al final de lo cual detecté el sonido “shi”.

La boca de Myusel se abrió y cerró como un pez dorado, su voz sonaba tensa.

“Shinishi… Shin… ichi-sama. ¿Es esto bueno? Esto… sí… ¿verdad?”

“¡¿Eh?!”

Apenas podía creer lo que oía. El discurso de Myusel fue lento y tambaleante, pero fue inconfundiblemente japonés. Su pronunciación no era muy acertada, pero me di cuenta de que estaba diciendo mi nombre. Quiero decir, diablos, había escuchado a Minori-san y Matoba-san e incluso a Petralka decirlo una y otra vez, así que no debería haberme sorprendido de que ella también pudiera decirlo, pero luego comenzó prácticamente una conversación. . Seguro que no le había enseñado eso.

¿Había estado estudiando sola para sorprenderme? ¿Dónde habría encontrado el tiempo?

“Whoa…” Sentí mi corazón calentarse con admiración.

“Shinishi… ¿sama?”

Myusel no parecía muy segura de sí misma; ella me miraba dudosa.

Asentí exageradamente y dije: “Sí. Está bien.”

“Fue… ¿bueno?” Parecía muy aliviada.

Myusel siempre parecía un poco ansiosa, pero ahora había una pizca de orgullo. Probablemente estaba feliz de ver su esfuerzo recompensado. Parecía tan adorable que de repente me encontré con ganas de darle un abrazo.

¡No…! ¡Quédate quieto, oh brazos!

Mientras luchaba contra mis peores impulsos, volví a poner el anillo mágico en mi dedo.

“Eso es increíble”, dije. “No puedo creer que hayas aprendido a hablar así en tan poco tiempo”.

“¿Realmente… no sonaba demasiado extraño?”, Preguntó ella.

“Bueno… Algunas cosas estaban un poco fuera de lugar. Pero estabas manteniendo una conversación real. Comprendí lo que intentabas decir, incluso sin el anillo”.

“Eso es maravilloso”, dijo, poniendo sus manos sobre su pecho.

Sospeché que pronto sería capaz de escribir y leer hiragana y katakana sin problemas. Probablemente le tomaría al menos seis meses familiarizarse con las sutilezas de la gramática: conjugaciones verbales y demás. Pero estaba seguro de que al menos podría comunicar lo que estaba pensando.

“Realmente trabajaste duro”.

“Tenía que enseñarle, Maestro. Y…” Ella bajó la vista un poco.

“Quería poder hablar el idioma de su país”.

“Sí. Esto significa que podrás disfrutar del anime y otras cosas sin necesidad de que nadie te lo explique”.

En esa nota, había estado mostrando periódicamente los DVD de anime de Myusel y Petralka  en los últimos tiempos,  pero  tenía que actuar esencialmente como un intérprete simultáneo. No puedes poner un anillo mágico en un reproductor de DVD.

“No. Yo…” Estaba prácticamente susurrando ahora. Miró aún más intensamente al suelo, encogiéndose en sí misma como avergonzada.

“Un día volverás a tu país, Maestro. Y yo… esperaba poder ir contigo”. Ahora su cara estaba completamente roja.

¿Y yo? Estaba sentado allí en aturdido silencio.

¡No! ¡No dejes que ella te engañe, Kanou Shinichi! Esta es una trampa gigante. Ella solo… Ella solo quiere ir a Japón porque el nivel de vida es muy alto allí. No es porque ella quiera estar contigo. No te hagas ideas raras. Hazte ilusiones y solo se derrumbarán. Al igual que con tu viejo amigo.

Mi corazón iba a millones de millas por minuto, y me senté allí tratando de calmarme.

***

Habían pasado unos veinte días desde mi última inspección, y mi “centro de entrenamiento otaku”, es decir, mi escuela, estaba listo. Realmente tuve una sensación de logro cuando lo miré, aunque es cierto que no había hecho exactamente nada a la hora de construirlo.

“¡Oh!”

“¿Será aquí donde nos encontraremos a partir de mañana?”

Detrás de mí, los estudiantes miraban hacia el edificio y parecían muy impresionados. En realidad no hubo una reunión de grupo de estudio hoy. Acababan de decidir venir aquí.

Todo para ver su nuevo lugar de aprendizaje.

Por lo que pude ver, la gente del Imperio Eldant sabía lo que era una academia privada, pero no una escuela pública. Por lo tanto, los grupos de estudio generalmente se reunían en alguna habitación prestada en algún lugar; nunca se había construido un edificio dedicado específicamente para estudiar. La escuela les pareció extremadamente novedosa.

“Esos son todos los nobles…”

“Me pregunto si está bien que estemos aquí…”

A cierta distancia de nosotros, un grupo de niños y niñas se había reunido para mirar la nueva estructura, y a mí y a los nobles estudiantes. Un cierto porcentaje de ellos eran semihumanos. Los niños elfos que había conocido en el campo de entrenamiento también estaban allí.

Bueno. Me alegra que se haya corrido la voz a los plebeyos como quería.

Así es: esto, más que cualquier otra cosa, fue la razón por la que construí esta escuela. Si quisiéramos difundir la cultura otaku en la escala de un fenómeno social, no podríamos limitarnos a la nobleza. Si no llegamos a la parte más numerosa de la población, los plebeyos, todo esto sería en vano.

Así que no había realizado exámenes de ingreso a mi nueva escuela. Además, la matrícula sería manejada en principio por el Imperio Eldant y el gobierno japonés. En otras palabras, cualquiera, noble o plebeyo, podría inscribirse y estudiar aquí.

Con la escuela establecida, más personas podrían obtener la educación básica necesaria para difundir la cultura otaku. En una palabra, esta fue una inversión en el futuro.

“Es real. Es realmente real Simplemente no puedo evitar sentirme un poco inspirado “, dije mientras entraba a la escuela terminada por primera vez.

“Supongo,” dijo Minori-san con una sonrisa divertida. Ella había estado trabajando aquí con sus compañeros miembros de JSDF durante toda la construcción.

Los otros estudiantes nos siguieron. Y luego, algún tiempo después y a una distancia considerable, llegaron los niños vacilantes plebeyos y semihumanos.

Había modelado la escuela más o menos en una japonesa. El exterior se parecía a cualquier otro  edificio de Eldantic, pero en su interior era básicamente japonés, aunque también había algunos toques de Eldantic. Había incluido todas las cosas que estaba acostumbrado a ver en una escuela: pizarras, relojes, pupitres y sillas, extintores en los pasillos, etc.

Eso podría haber sido parte de por qué los estudiantes miraban con asombro.

Y…

“Maestro.”

Al girar la voz, encontré a Myusel, vestido para una excursión, llevando algo al edificio.

“¿Myusel? ¿Qué está pasando?”

“Olvidaste tu almuerzo”, dijo con una sonrisa.

“¿Huh? Oh, eh…”

Lo había olvidado Cuando le dije a Myusel que iría a ver el nuevo edificio de la escuela esta tarde, me dijo que me prepararía un almuerzo. Ella siempre cocinaba en casa, pero tal vez un  almuerzo para llevar era diferente de alguna manera, porque realmente parecía emocionada.

“¿Y me lo trajiste? ¿Todo el camino hasta aquí?”

“Sí señor. Um… no te he causado ningún problema, ¿verdad?” Una expresión de ansiedad apareció de inmediato en su rostro.

“¡No!”, Exclamé.

“¡Ninguno en absoluto! ¡Estoy muy feliz!”

Lo que realmente quise decir fue: ¡pensar que llegaría el día en que alcanzaría ese estándar de oro donde la chica con la que estoy viviendo me trae el almuerzo que olvidé!

Me estaba perdiendo en estas olas de felicidad cuando, de repente, el aire en la habitación cambió. Los estudiantes y todos los espectadores se quedaron completamente en silencio. Preguntándome qué podría ser, me di la vuelta y…

“Oh, Petralka, quiero decir, Su Majestad”.

“¡Mm!”

Petralka estaba parado orgullosamente en el centro del pasillo. Dos guardias reales armados con espadas estaban parados detrás de ella.

Después de un instante de silencio, un murmullo se extendió entre las personas reunidas.

“¡Es la emperatriz! ¡Su majestad está aquí!”

Los niños que asistieron a nuestras sesiones de estudio estaban menos sorprendidos, pero para los plebeyos y los semihumanos, Petralka también podría haber vivido en el cielo. Su repentina aparición los sorprendió comprensiblemente.

La gente se apartó para dejar paso a Petralka. Se presionaron contra las paredes y se arrodillaron o inclinaron la cabeza; los elfos y los enanos cayeron de rodillas para mostrar respeto. De repente, el pasillo de mi escuela era un lugar muy, muy sombrío.

Es grosero de mi parte decirlo, pero casi me había olvidado de que ella era la gobernante de este país. Petralka, sin embargo, parecía completamente tranquilo caminando entre las personas que se inclinaban. Se detuvo frente a Myusel y a mí y asintió con su habitual toque de superioridad.

“Parece que todo va bien”.

“Sí, afortunadamente”, le dije con una media sonrisa. Los ojos de Petralka se volvieron hacia mi doncella. “Myusel”.

“¡S-Sí, Su Majestad!”

“¿Cuánto has logrado aprender?”

“¿Qué? Um… yo…”

“¡Ya estamos en ‘Kanji Drill 2 ’! ¡Nunca nos alcanzarás ahora! Puedes servir al lado de Shinichi e incluso recibir instrucciones personales de él, ¡pero encontrarás que no sirve para nada! ”

“¡Um, sí, por supuesto…!” Myusel asintió enfáticamente.

Petralka parecía un poco obsesionado con el progreso de Myusel en el aprendizaje del japonés. No abusó de la sirvienta como solía hacerlo, quiero decir, incluso la llamaba por su nombre ahora, pero definitivamente podía captar una sutil hostilidad. Tenía que admitir que me ponía un poco ansioso. Por lo tanto, me inserté entre los dos e intenté evitar el temperamento de la emperatriz.

“Está bien, tómalo con calma. Myusel tiene que cuidarme y hacer todo tipo de tareas. Ella no tiene exactamente mucho tiempo para estudiar. Incluso hoy. Anoche tuvo que preparar todo, prepararme un almuerzo y todo…” Me encontré sonriendo mientras indicaba el almuerzo para llevar que Myusel me había preparado.

“El punto es que ella está trabajando muy duro, así que yo…”

Iba a decir que no lo veía como un favoritismo que personalmente la estaba instruyendo en japonés. Pero Petralka me miraba en silencio, sus labios fruncidos. Sus brazos, colgando a los costados, estaban apretados en puños y, sin ninguna razón que pudiera imaginar, temblando visiblemente.

Era como si algún indicador finalmente se hubiera llenado. Había cargado algo muy peligroso. Pero Petralka realmente me sorprendió:

“¡Siempre es Myusel, Myusel, Myusel contigo!”, Gritó. Era como si finalmente hubiera alcanzado su límite, como si una bomba hubiera explotado.

¿Qué? ¿Quién, yo?

Cuando se trataba de un concurso entre Petralka y Myusel, yo era el único que estaba dispuesto a cubrir a la criada. La emperatriz tenía a todos en el mundo que la cuidaran, pero Myusel…

Ups