Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 1

Capitulo 5: Reunion

Si se divirtieron o no, nunca podría contarle a nadie sobre esos siete días.

La naturaleza despreocupada del gremio de los ladrones significaba que era libre de renunciar en cualquier momento que quisiera. Podría volver entrar despúes con ocho platas, pero solo aquellos que habían alcanzado el rango de mentores podían enseñar a otros sobre métodos de ladrón, tácticas de emboscada, artes de matar y otras habilidades secretas del gremio.

Lo que sucedía durante el entrenamiento, como regla general, no debía ser revelado a personas externas. Por eso no podía hablar de eso.

El apodo que le dio su mentora era uno solo para ser utilizado en el mundo de los ladrones. No había necesidad de contárselo a la gente común. No es que quisiera hacerlo.

“…Porque parezco un gato viejo. Mi apodo es Old Cat.”

Según Barbara-sensei, sus ojos soñolientos lo hacían parecer un gato viejo cansado.

No podía negar que había algún parecido, pero era un apodo horrible. ¿Por qué no podría haber sido Panther, o Jaguar, o Hawk? Tenía que haber un nombre más genial que pudo haberle dado. Honestamente, estaba empezando a sentir como si hubiera estado satisfecho con casi cualquier cosa excepto Old Cat.

En cualquier caso, después de siete días de entrenamiento, completo con alojamiento y comida, Haruhiro ahora era un ladrón competente…

…No.

Barbara-sensei le había enseñado costumbres de ladrón, filosofía de ladrón, la importancia de tácticas de emboscada y dos habilidades: Picking, que era la habilidad más básica de un ladrón, y Slap, que era la más básica de las técnicas básicas en el arte de luchar y matar.

Aún así, él no dominaba nada de eso.

Haruhiro tendría que mejorar gradualmente esas habilidades a través de la experimentación. Y para obtener más habilidades en el futuro, tendría que regresar al gremio y aprender de su mentor. Por supuesto, eso costaría algo, y por supuesto tendría que pasar la noche ahí durante varios días de clases.

En otras palabras, Haruhiro había aprendido las habilidades Picking y Slap, pero su dominio de ellas era demasiado bajo para poder usarlas de manera confiable.

Como regalo para celebrar el final de su entrenamiento, le habían regalado una vieja capa de ladrón, una daga bastante usada, un conjunto de herramientas de ladrón igualmente bastante usadas y un par de botas de ladrón de segunda mano, todas estas cosas las estaba usando en este momento. Probablemente se veía al menos algo así como un ladrón gracias a eso, pero realmente no podía moverse como un ladrón por el momento.

Después del duro entrenamiento de Barbara-sensei, había aprendido que el camino del ladrón no era fácil. De hecho, todo lo contrario, y él era un nuevo ladrón que acababa de dar sus primeros pasos por ese camino. Esa era la situación de Haruhiro en este momento.

“¿Esto va a estar bien…?” Se preguntó.

Old Cat se dirigió a su destino con un suspiro.

Todavía era antes del mediodía, por lo que el mercado no estaba tan lleno. Solo había dos clientes frente a Brochetas Dory. Uno era un hombre de cabello rizado con una armadura de cuero con una espada larga, y la otra llevaba un arco y un carcaj con flechas en la espalda con un gran machete en la cadera. Ella tenía su cabello en trenzas.

“¡Ranta, Yume!”

“¿Ah?” Dijo Ranta, dándose la vuelta.

Yume hizo lo mismo, todavía mordiendo con avidez una brocheta de carne. “¿Quwe?”

La expresión relajada de Yume era un espectáculo para los ojos doloridos de Haruhiro. Incluso el cabello rizado de Ranta era una buena imagen.

Pensando en el pasado, el entrenamiento había sido bastante difícil.

Barbara-sensei siempre era sexy, pero a veces también era una sádica total. Ella nunca lo trataba bien. Por la noche, mientras dormía en el duro piso, al que le gustaba llamar celda de aislamiento en el gremio de los ladrones, envuelto en solo una manta sucia, había imaginado el momento difícil que los demás también debían tener. Los pensamientos pueden no haberle hecho sentir que necesitaba esforzarse más, pero habían ayudado a consolarlo un poco.

Honestamente, había sido bastante malo para él. Hubo algunas veces en las que pensó que no podría hacerlo o que no podía soportar más y pensó en huir. Pero había estado aterrorizado por Barbara-sensei, y eso le había impedido continuar con eso.

“¡Ranta…! ¡Yume…!” Haruhiro corrió y les dio a los dos un cinco-arriba.

Ranta devolvió el máximo con un confuso “¡Sí!” Pero Yume tenía una expresión en su rostro como si no tuviera idea de qué hacer, y simplemente dejó su mano colgando patéticamente.

¿Se había dejado llevar? Fue un poco incómodo. Oh, está bien.

Haruhiro se aclaró la garganta un poco. “Oigan. ¿Como están? ¿Dónde están todos los demás?”

“Nos estamos llevando bastante bien por el momento,” dijo Ranta, mirando a su alrededor. “Nadie más que nosotros ha regresado todavía, ¿no?”

“Yuhme esht…” Yume comenzó a hablar con la boca llena todavía, pero se ahogó con algo de su carne y comenzó a toser. “…Urkh.”

Haruhiro se asomó al rostro de Yume. “¿V-Vas a estar bien, Yume?”

“Sí. De alguna manera, parece que Yume estará bien. Ella lo estará, pero aún duele un poco.”

“No es bueno hablar con la boca llena. Deberías tratar de mantener la calma mientras comes.”

“Nunca ha estado segura de por qué, pero Yume siempre se confunde y se apresura a comer, ¿sabes?” Dijo Yume.

“Ya veo…”

“El maestro siempre decía lo mismo,” continuó. “‘Yume, deberías comer más despacio.’ No, no lo había dicho como, ‘Deberías hacerlo,’ pero el Maestro dijo, ‘Come más despacio.’”

“Escucha,” Ranta le lanzó una dudosa mirada de reojo. “¿Puedes usar ese arco y flechas? No lo sabría, pero, ¿no eres realmente pobre para toda esa cosa de ser un cazador?”

“Acerca de la arquería, sí…” Yume inclinó su cabeza, una mejilla se levantó en una sonrisa. “El maestro dijo que Yume puede ser inútil en eso. Yume fue bastante horrible, sin importar cuánto ella practicara.”

“Si un cazador no puede usar un arco y flechas, ¿ese no es un tipo de no aprendiz? Como, no se ajusta a la imagen…”

“Yume quiere un perro lobo, por eso es cazadora.”

“Un perro lobo, eh,” dijo Haruhiro, rascándose el cuello. Los cazadores experimentados podían domesticar a un perro lobo y comunicarse con el, aparentemente. No solo cualquier perro, un perro lobo. Diferencia importante, Haruhiro sí vio el atractivo, por lo que podía entender cómo se sentía Yume.

“Un ladrón y un cazador inútil, ¿verdad?” Ranta escupió las palabras con desprecio. “Ustedes me están matando, honestamente.”

“…Eres el último sujeto del que quiero escuchar eso, Rizado,” dijo Haruhiro.

“¡No me llames Rizado!”

“…Disculpen,” intervino alguien.

“¡¿Eek…?!” Ranta se levantó de un salto, dándose la vuelta.

Detrás de Ranta, con un sombrero negro puntiagudo y un atuendo del mismo color, se encontraba una pequeña chica. El sombrero era de ala ancha, y estaba apoyada en el bacúlo que llevaba y mirando hacia abajo, para que no pudieran ver su rostro. Aún así, Haruhiro podía decirlo de inmediato.

“¿Shihoru?”

La chica asintió en silencio. Realmente era Shihoru.

“Vamos…” Ranta tenía los ojos hinchados mientras trataba de calmarse. “N-No me asustes así. Llamándome repentinamente desde atrás. Se supone que eres una maga, ¿verdad? Pareces más como un ladrón.”

“…L-Lo siento. N-No me habían notado… Y no estaba segura de cómo llamar su atención, así que…”

“Podrías haber llamado, como una persona normal. Con un oye, o un hey, o un hola.”

“…Lo siento. Lo siento por no poder hacer cosas como una persona normal…”

“¡No te disculpes por cada pequeña cosa! ¡Me hace ver como el tipo malo!”

“Eres un tipo malo,” se interpuso Haruhiro entre Ranta y Shihoru. “Si tuviera que elegir un tipo malo aquí, serías tú. No es nada por lo que perderse de forma.”

“No trates de ser el tipo bueno, Haruhiro. Incluso si tiene un buen par de tetas, ella las esta escondiendo, ¿está bien?”

“¿Eh? ¿Escondiendo…?” Sin pensarlo, Haruhiro miró hacia el área del pecho de Shihoru.

“¡…!”

Shihoru rápidamente cubrió su pecho con su brazo, por lo que no pudo verificar de una forma u otra, pero- Espera, ¿qué demonios estoy haciendo? No está bien mirar. Ahora mi cara está muy caliente. Haruhiro bajó la cabeza.

“…Lo siento.”

“Está bien…”

“¡Puedes tratar de ocultarlo!” Dijo Ranta, señalando con un dedo a Shihoru. “Pero no hay engaño en mis ojos. ¡Puedo ver a través de la mayoría de los sujetadores de relleno y push-up también!”

Haruhiro miró a Ranta con desdén. “…¿Qué tipo de habilidad es esa?”

“¡No es una habilidad! ¡Es un don!”

“Aww…” dijo Yume, tocando su propio pecho. “Shihoru tiene unos grandes, eh. Debe estar bien. Los de Yume son pequeños, ¿sabes? Si Yume fuera delgada, estaría bien, pero ella es bastante gorda y sus pechos son pequeños. Un poco deprimente, ¿no crees?”

“…Yo no, eh…” Shihoru se encogió dentro de sí misma como si estuviera tratando de desaparecer. “…Solo estoy gorda, eso es todo.”

“¿Lo estás? No te ves gorda para Yume, ¿sabes?”

“Y-Yo solo… me veo más delgada en la ropa…”

Ranta dejó escapar una risa nasal. “Shihoru. Eres del tipo al que las chicas odian, apuesto.”

“¿Eh…?”

“Llamarte gorda cuando no lo estás. ¡Esa es la manera más rápida de hacer que otras chicas te odien!”

“…No estoy haciendo eso…” Los hombros de Shihoru comenzaron a temblar. “…Y-Yo realmente estoy gorda, ¿de acuerdo?”

“¿Uh…?” Dijo Ranta, retrocediendo un poco. “No, espera, yo… No es nada por lo que llorar, ¿de acuerdo?”

“…No estoy llorando.”

“¡Sí lo estás! ¡Claramente se están formando lágrimas en tus ojos! ¡Vamos!”

“Shihoru, Shihoru.” Dijo Yume, abrazándola fuerte. “Está bien, ¿si? Yume no te odia. Yume todavía no te conoce muy bien, ¿sabes?”

Haruhiro sonrió con ironía. “No estás realmente tranquilizándola ahí, Yume.”

“¿Oh? ¿Eso crees? Bueno, el cuerpo de Shihoru se siente genial. Se ve delgada, pero cuando la abrazas, es un poco blandita, ¿sabes?”

“…N-No me toques demasiado. E-Es embarazoso…”

“¡C-Chicas…!” Ranta jadeaba pesadamente. Demasiado pesado. “¡Maldición, es una fiesta para los ojos! ¡Y en un lugar público, también! ¡¿Están seguras de que está bien?! ¡Denme más!”

“Veo que todos están pasando un buen rato,” intervino otra voz.

Haruhiro miró hacia donde venía la voz. “¡Manato!”

Manato vestía un conjunto con capucha con líneas azules. En sus manos sostenía un palo recto. Era un bastón corto.

“¿Soy el último en llegar?” Manato sonrió, mirando a cada uno de ellos. “Soy el sacerdote, Haruhiro es nuestro ladrón, Yume es nuestra cazadora, y Shihoru es nuestra maga. Tenemos a Ranta-kun como guerrero también. Los cinco estamos aquí, ya veo.”

“Escucha, amigo,” dijo Ranta con el ceño fruncido. “¿Podrías dejar eso del -kun y -san? Toma mucho tiempo decirlo todo el tiempo. Además, ya llamas a Haruhiro solo por su nombre.

“Está bien, será Ranta, entonces.”

“¡Ya sabes, ahora que lo dejas caer, eso también me molesta! ¡Llámame Ranta-sama!”

“Jaja. No quiero hacer eso.”

“¡No te rías de mis demandas tan fácilmente!”

“Puedes llamar a Yume solo a Yume también,” dijo Yume.

“…Ah. Solo Shihoru para mí también, si no te importa.”

“¿Están seguras? De acuerdo, lo haré entonces. Yume. Shihoru.”

Yume dijo: “¡Aquííí!” Y levantó la mano.

Shihoru también dio una respuesta tranquila, pero no pudieron escucharla. Ella parecía bastante avergonzada.

“Manato,” dijo Haruhiro, moviendo su mano derecha.

Manato movió su bastón a su mano izquierda y también a su derecha. Sus palmas chocaron juntas. Hizo un aplauso satisfactorio.

Haruhiro golpeó a Manato en el hombro. “Buen trabajo, Manato. Los sacerdotes pasan por… ¿Qué era eso? ¿Entrenamiento básico? ¿Creo?”

“Sí. ¿Cómo fue tu entrenamiento en el gremio de ladrones?”

“¿Eh? Ah, como un pedazo de pastel,” intentó poner un frente fuerte, pero su rostro se crispó cuando lo hizo, así que rápidamente se retractó. “…Es lo que me gustaría decir. Fue bastante duro. Mi profesora estaba loca. Quiero decir, ella es hermosa, pero súper aterradora.”

“Era hermosa, ¿eh? Estoy celoso. Mi maestro era un hombre rudo. Era estricto y fuerte. Mis oídos siempre dolían.”

“¿Te duelen los oídos? Manato, ¿Cuánto te gritaron?”

“Ni siquiera lo recuerdo. Me gritaban tantas veces que comencé a pensar que quizás nací para que me gritaran.”

Haruhiro había sido regañado muy a menudo por Barbara-sensei, y eso lo había dejado sintiéndose mal. Sin embargo, no porque eso hubiera destruido su confianza en sí mismo. Él nunca había tenido la oportunidad de construir nada de eso. ¿Manato había pasado por lo mismo? Tal vez era lo mismo para cualquiera cuando ingresaban por primera vez a un gremio. Si era así, Haruhiro no necesitaba dejar que lo afectara. Tal vez no necesitaba ser tan pesimista sobre las cosas.

Me siento un poco mejor ahora. Es gracias a Manato. Manato nos brindó la información sobre los gremios, y nos consultó a todos sobre al que cada uno deberíamos unirnos. ¿Dónde estaríamos sin Manato? Ni siquiera quiero pensar en eso.

“Supongo que es hora confesar algo, ¿eh?” Dijo Ranta con un suspiro. “El caso es que tengo algo que necesito decirte a todos. Es un gran anuncio.”

“¿Eh…?” Haruhiro arqueó las cejas. “¿Qué?”

Yume dijo: “¿Qué podría ser?” Parpadeó repetidamente, y Shihoru miró vacilante a Ranta.

Manato estaba mirando el cuerpo de Ranta… o mejor dicho, revisando su equipo. ¿Había algo extraño al respecto? Ranta tenía una espada larga vieja en su cadera, y estaba vestido con una dura armadura de cuero. Bueno, era una especie de vista de un guerrero.

“¿Eh?” Dijo Manato, entrecerrando las cejas y mirando hacia abajo. “Se supone que la armadura del guerrero es—”

“¡Aquí está el anuncio!” Ranta, sacando su pecho tan lejos que su cabeza se inclinó hacia atrás. “¡Dije que iba a convertirme en un guerrero, pero no lo hice! ¡Ser todo un guerrero no era para mi! ¡Sentí que rebosaba de un talento que florecía en una dimensión diferente, una dimensión alternativa, así que no me uní al gremio de guerreros!”

“¿Qué…?” Parecía que Manato estaba a punto de decir algo, pero luego perdió la voz. Él se había puesto bastante pálido. ¿Y quién podría culparlo realmente?

Después de todo, de acuerdo con la información que Manato había reunido, el guerrero y el sacerdote eran el centro de cualquier grupo. El guerrero se paraba en primera línea y libra una batalla furiosa contra todos los enemigos, mientras que el sacerdote era un sanador que trataba las heridas de sus aliados. Todas los grupos necesitaban al menos uno de cada uno. Entonces, cuando Manato había elegido ser el sacerdote y habían determinado que Haruhiro o Ranta serían los guerreros, Ranta se había ofrecido voluntariamente para el puesto porque sonaba genial. Debido a que Ranta había querido hacerlo, y había dicho tanto, Haruhiro había decidido unirse al gremio de ladrones.

“¿Hm?” Ranta era descarado. Él los miró como si se preguntara qué era con las miradas extrañas que estaba recibiendo. “¿Qué pasa? Están muy sorprendidos, ¿verdad? Esta es una gran sorpresa.”

“…Estamos más que sorprendidos,” Haruhiro se frotó la palpitante sien. “Estamos exasperados. ¿Por qué te uniste a un gremio diferente?”

“Hombre, como dije, fue un sentimiento. Fue instinto. Instinto. Una corazonada. Mi sexto sentido en el trabajo. Escuché un susurro del dios dentro de mí, ¿sabes? ‘No te conviertas en un guerrero,’ me dijo. ‘Ese no eres tu. Eres un hombre más grande que eso.’”

“¿Y?” Parecía que Manato había recuperado parte de su compostura, aunque todavía estaba haciendo una mueca. “Ranta, ¿a qué gremio te uniste?”

“¡Mira esto!” Ranta sacó una calavera… bueno, en realidad no era solo una calavera… un collar y lo lanzó hacia ellos. Luego señaló el pecho de su armadura. También había un emblema de calavera grabado en él. “¡Gloria al maestro de la muerte, el dios oscuro, Lord Skullhell! ¡Fui y me convertí en un caballero oscuro!”

“¿Cabañero ósculo?” Preguntó Shihoru.

“¡No!” Gritó Ranta, tirando saliva por todos lados. “¡Un caballero oscuro! ¡Un caballero de la oscuridad! ¡Incluso el nombre es genial! ¡Suena mucho más impresionante que ‘guerrero’! ¡¿No?!”

“…Podría ser,” dijo Shihoru vacilante, “¿solo te convertiste en un caballero oscuro porque suena genial, y por ninguna otra razón…?”

“¿’Solamente’? Escucha…” Ranta dijo con un suspiro. “¿Hay algo más importante que la frialdad? Sí, no lo creo. Quiero decir, ¿cómo podría haberlo? Piénsalo.”

Este tipo podría recibir un buen golpe, pensó Haruhiro. Sin embargo, él no lo haría. Golpearlo no ayudaría. Era demasiado tarde para eso.

“…Entonces, una vez que te conviertes en un caballero oscuro, no puedes renunciar, ¿verdad? Enviarán personas para que te persigan si intentas abandonar el gremio o algo así.”

“Sí, un poco. Existe esa regla, ‘No nos traicionarás hasta que Skullhell te lleve.’ ¿Sabes lo que eso significa? ‘Hasta que Skullhell te lleve’ significa hasta que mueras.”

“Entonces, ¿qué puede hacer un caballero oscuro?”

“¡Invocar a un demonio!” Ranta levantó su mano en un puño, y… la bajó. “No puedo hacerlo ahora, sin embargo. No puedo hacerlo durante el día, cuando el dios de la luz, el poder de Lumiaris, todavía es fuerte.”

“Entonces, es solo por la noche…”

“¡Solo por ahora! A medida que acumulo vicios, el poder del demonio aumenta.”

“Entonces, ¿qué puede hacer ese demonio?”

“¡Me susurra! Diciéndome que hay enemigos cerca. ¡Ah, y a veces suelta una broma demoníaca!”

“Eh…”

“¡No ‘eh’ a mí! ¡Soy un caballero de la oscuridad! ¡Un caballero oscuro! ¡Es perfecto para mí!”

“Efectivamente,” Manato asintió con una media sonrisa. “Es perfecto para ti, Ranta.”

“Lo sé, ¿verdad?” Ranta dijo con orgullo. Aparentemente el sarcasmo se perdió en él.

Que dichoso idiota. Él podría haber estado bien con su elección, pero no estaba bien con nadie más ahí. ¿Haruhiro y los demás habían sido estúpidos por confiar en Ranta? Era probable.

Los hombros de Haruhiro se desplomaron. “…No, no lo sé…”