Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 1

Capitulo 0: Despierta

 

 

Hai to Gensou Volumen 1 Capítulo 0

 

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“Despierta.”

Él abrió los ojos, sintiendo como si hubiera escuchado la voz de alguien.

Estaba oscuro. Por la noche, ¿tal vez? Pero no totalmente negro. Había luces. Fuego. Por encima de él. Algún tipo de iluminación. Parecían velas. Pequeñas, adheridas a la pared. No solo una, sino muchas, espaciadas uniformemente, continuando tan lejos como podía ver.

¿Dónde estaba este lugar?

Era un poco difícil respirar.

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Cuando intentó tocar la pared, era dura y rocosa. Esto no era un muro. Era solo roca desnuda. No es de extrañar que le doliera la espalda después de acostarse contra ella. Su trasero también dolía.

Tal vez estaba en una cueva… ¿Una cueva? ¿Por qué estaría en una cueva…?

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Esas velas estaban bastante arriba. Podría ser capaz de alcanzar a una si se pusiera de pie, eso era lo alto que estaban. Además, ni siquiera emitían la suficiente luz para que pudiera ver sus manos y pies.

Pero sintió la presencia de otros cerca. Cuando escuchó atentamente, hubo un leve ruido que sonaba como una respiración.

¿Humanos? ¿Qué pasaría si no lo eran? Podría estar en problemas. Pero de alguna manera, parecían humanos.

“¿Hay alguien ahí?” Preguntó vacilante.

“Uh, sí,” respondió la voz de un hombre.

“Estoy aquí…” vino otra respuesta, probablemente la de una mujer.

La voz de otro hombre dio un corto: “Sí.”

“Eso pensé,” agregó otra persona.

“¿Cuántos de nosotros estamos aquí?”

“¿Deberíamos contar?”

“Y de cualquier manera… ¿dónde estamos?”

“No lo sé…”

“¿Qué? ¿Alguien sabe dónde estamos?”

“¿Qué está pasando?”

“¿Qué es esto?”

En serio. ¿Qué diablos era esto? ¿Qué estaba haciendo en un lugar como este? ¿Y por qué? ¿Cuánto tiempo había estado aquí?

Se agarró fuerte del pecho, como si intentara arrancar algo de él.

No tenía idea de lo que estaba pasando. ¿Cuánto tiempo había estado aquí? ¿Por qué estaba aquí?

Cuando comenzó a considerar su situación, algo comenzó a tirar en el fondo de su mente. Pero de repente desapareció antes de que pudiera aferrarse a ello.

Él no lo sabía. No sabía nada. Estaba completamente perdido.

“Sentarse aquí no resolverá nada,” dijo un hombre en voz baja y ronca.

Hubo un sonido, como alguien pisando guijarros. Parecía que el hombre se había levantado.

“¿Ir a algún lado…?” Preguntó la voz de una mujer.

“Siguiendo la pared,” respondió el hombre.

“Intentar ir hacia la luz.” El tono del hombre era sorprendentemente tranquilo.

¿No estaba asustado? ¿Por qué no estaba sacudido por esto?

El hombre ahora estaba debajo de la segunda vela, y parecía muy alto.

Podía distinguir un poco de la cabeza del hombre a la luz de las velas. El cabello del hombre no era negro. ¿Era… plateado?

“Yo también voy,” dijo la mujer.

“Yo también, supongo,” dijo la voz de un hombre.


“¡E-Esperen, chicos! ¡Entonces voy también!” Llamó otro hombre.

“También está la otra dirección,” dijo otra persona más. La voz sonó un poco aguda, pero probablemente era otro hombre.

“Probablemente podamos ir por ahí. Sin embargo, no hay velas.”

El hombre de cabello plateado dijo: “Si quieres ir por este camino, sé mi invitado,” y comenzó a caminar.

Parecía que todos estarían siguiendo al hombre de cabello plateado. Mejor me voy también, pensó. Se puso de pie apresuradamente, no queriendo que lo dejaran solo.

Él nerviosamente se adelantó, manteniendo una mano en la pared de roca. El suelo no era liso. Era desigual, pero lo suficientemente plano para caminar.

Había alguien frente a él y alguien detrás. Aunque no sabía quiénes.

A juzgar por sus voces, nadie aquí era muy viejo. No conozco a ninguna de estas personas… al menos no lo creo, pensó.

¿Quiénes eran las personas que conocía? Conocidos. Amigos. Pero, ¿exactamente quiénes eran?

Extraño. No podía pensar en nadie. No, era más como que cada vez que intentaba recordar los rostros que se le ocurrían, de repente desaparecían.

Él no podía recordar.

No solo sucedía con amigos. Familia también. No era que no los conociera en absoluto. Era mas que solo haberlos conocido, pero los estaba olvidando.
“Tal vez es mejor no pensar en eso,” dijo en voz alta.

“¿Tú…?” Preguntó una voz desde atrás. Definitivamente la voz de una chica.

“¿Dijiste algo?”

“No, no fue nada importante.”

Él se detuvo.

¿Nada importante? ¿De verdad? ¿Nada importante? ¿Cómo no era importante?

Él negó con la cabeza para aclararla.

En algún momento, parecía haber dejado de caminar. 

Hai to Gensou Volumen 1 Capítulo 0

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Debería continuar, pensó.

Él necesitaba seguir caminando. Era mejor no pensar en eso. Cuanto más intentaba recordar, menos sentía que sabía.

La fila de velas continuaba. No había un final a la vista.

¿Cuánto tiempo había estado caminando? Había recorrido un largo camino, ¿o no? No podía decir cuál. Su sentido del tiempo y el espacio se había entorpecido.

“Aquí hay algo,” dijo alguien más adelante.

“Es brillante. ¿Hay… lámparas?”

El hombre de cabello plateado dijo: “Es una reja de hierro.”

“¡¿C-Crees que es la salida?!” Exclamó un hombre diferente, con su voz estridente y emocionada.

El sonido de las pesadas pisadas se aligeró. Incluso en la oscuridad, podía decir que todos se apresuraban hacia adelante.

Él podía ver las fuentes de luz ahora. Eran mucho más brillantes que las velas. Esas definitivamente eran lámparas. ¿Estaban colgadas en la pared? Las lámparas iluminaban lo que parecía una reja de hierro.

El hombre de cabello plateado agarró la reja de hierro. Su cabello no solo era plateado, el hombre estaba vestido como un gángster. Sacudió violentamente la reja de hierro, como haría un gángster, y comenzó a moverse.

“¡La estoy abriendo!” Gritó el gánster, tirando de la reja hacia adentro. Con un crujido, la puerta de la reja de hierro se abrió.

“¡Oh…!” Varias personas gritaron al mismo tiempo.

“¿Podemos salir?” Exclamó una mujer vestida con ropas llamativas que estaba de pie detrás del gángster.

El gángster se dirigió a través de la puerta.

“Hay escaleras. Podemos ir hacia arriba.”

A través de la puerta había un pasillo estrecho y mohoso. Más allá de eso, había escalones de piedra. No había luces, pero la luz brillaba desde arriba.

El grupo subió las escaleras en fila india, un paso a la vez.

Había otra reja de hierro en la parte superior de las escaleras. Esa parecía que no se abriría.

El gángster golpeó la reja con el puño una y otra vez.

“¿No hay nadie ahí? ¡Abran la puerta!” Rugió el gánster, como una bestia.

La llamativa mujer se unió, gritando: “¡Oigan, alguien, alguien, abran!”

Detrás de ellos, un tipo con cabello rizado gritó, “¡Oigan! ¡Abran la puerta! ¡Oigan!”

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No tuvieron que esperar mucho. El gángster quitó la mano de la reja y dio un paso atrás. Aparentemente alguien había venido.

La mujer llamativa y el tipo con cabello rizado se quedaron en silencio, y se oyó el sonido de un cerrojo girando. La reja de hierro se abrió, y la voz de un hombre dijo: “Salgan.” Asumió que la voz pertenecía al hombre que había venido y abrió la puerta.

Subieron las escaleras, y había una habitación de piedra. No tenía ventanas, pero brillaba gracias a las lámparas. Además de las escaleras que habían subido, había otro conjunto de escaleras que subían a un nivel superior.

Todo el lugar parece demasiado viejo, como si no perteneciera al mundo moderno. El hombre que abrió la puerta también está vestido de forma extraña. Quiero decir, esas no son ropas las que lleva puestas. Esa cosa de metal que lleva puesta es… ¿una armadura? Yo también llamaría a eso que tiene sobre la cabeza un casco blindado. Y ese objeto que cuelga de su cintura, no se ve como una garrote. ¿Es una espada… o algo similar? ¿Armadura, un casco y una espada? ¿De qué época viene ese hombre? Por otra parte, supongo que ese no es el problema aquí.

El hombre con armadura tiró de un interruptor negruzco en la pared.

La pared y el piso temblaron ligeramente, y un sonido pesado resonó por la habitación. La pared se movió.

Se abrio. Parte de la pared se abrió lentamente.

Se hundió, dejando un agujero. Un agujero oblongo, rectangular.

El hombre con armadura simplemente dijo, “Salgan,” gesticulando hacia el agujero con su barbilla.

El gángster salió primero y la mujer llamativa lo siguió. Todos los siguieron, pasando por el agujero uno tras otro como si los arrastraran.

Afuera.

Esta vez, estaban realmente afuera.

Era antes del amanecer o del atardecer. El cielo tenuemente iluminado se extendía hasta donde alcanzaba la vista.

Esta era la cima de una pequeña colina.

Cuando dieron media vuelta, una gran torre se alzaba frente a ellos. Habían estado dentro de esa torre… o quizás sería más exacto decir, debajo de ella.

Contando a todos los miembros del grupo, había ocho hombres, incluidos el Gángster, Rizado y él mismo, y cuatro mujeres, incluida Llamativa. Doce en total.

Estaba oscuro, por lo que no podía ver muchos detalles. Aún así, podía distinguir sus figuras, más o menos lo que llevaban puestas, peinados y rasgos faciales generales. Como había pensado, no reconocía a nadie.

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“¿Creen que es una ciudad?” Preguntó un hombre esbelto de cabello sedoso. Él estaba señalando al otro lado de la colina.

“Eso parece,” dijo una chica con su largo cabello en dos trenzas. Mirando en esa dirección, pudo ver los edificios amontonados.

Una ciudad. Ciertamente parecía una. Tenía que ser una ciudad. Excepto que la ciudad estaba rodeada por una valla alta… No, no una valla. Estaba rodeado de paredes altas y sólidas.

“En lugar de una ciudad,” dijo un hombre delgado que llevaba gafas con borde negro.

“Es casi como un castillo.”

“Un castillo…” susurró, pero por alguna razón su propia voz sonaba como la de otra persona.

“Um…” una pequeña chica detrás de él, tímidamente preguntó: “¿Dónde cres está esto?”

“Mira, preguntarme no ayudará.”

“…Claro, por supuesto. Um, ¿a-alguien… lo sabe? ¿Dónde está este lugar?”

Nadie dijo nada. A menos que deliberadamente intentaran molestar a la chica, o estuvieran ocultando la información por alguna otra razón, eso significaba que ninguno de ellos tenía idea.

Rizado se rascó el cabello rizado y dijo: “¿En serio?”

“¡Lo tengo!” Dijo un hombre que parecía un playboy, aplaudiendo. Vestía un traje de cortar y cocer (predas personalizadas).

“¡¿Por qué no le preguntamos a ese tipo?! ¡Ya saben, el que estaba adentro, como armadura o lo que sea!”

Todos se volvieron para mirar la torre.

Y luego sucedió.

La entrada comenzó a encogerse. La pared se levantó de nuevo, llenando el agujero.

“Oi, oi, espe—”

Playboy corrió en pánico hacia la pared. Pero ya era demasiado tarde.

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La entrada desapareció, dejando el lugar donde una vez había estado, indistinguible de la pared circundante. Playboy intentó tocar y golpear la pared en todo tipo de lugares mientras gritaba cosas como: “¡Oh, vamos, no pueden hacer esto! ¡Esperen, esperen! Por favor, hombre…” Pero no pasó nada.

Después de un rato, Playboy se sentó abatido.

“Bueno, esto es un problema,” dijo una chica con su largo cabello en dos trenzas. Ella dijo la palabra “problema” con un acento divertido.

“Tú lo dijiste,” respondió Rizado, agachándose y bajando la cabeza.

“¿En serio…? ¿En serio?”

“¡Y, ahora, con esta perfecta sonrisa!” Sonó una aguda voz de mujer.

Espera, ¿quién…?

Había cuatro chicas en su grupo: Llamativa, una con trenzas, la pequeña y tímida, y una chica aún más pequeña que tenía que ser más baja de 150 cm. Esa voz aguda no sonaba como si perteneciera a Llamativa, Tranzas o Tímida. Probablemente tampoco era la voz de Pequeñita.

“Aparezco, saben. Subo al escenario, ¿saben? ¿Dónde estoy? ¡Estoy aquiiií!”

“¡¿Justo en dónde?!” Gritó Playboy, poniéndose de pie y gritando.

“¡Sin pánicoooo! ¡No se alaaaarmen! ¡Pero, aún así, no se relaaaagen! ¡No se jalen el cabello, cualquiera de las dooos!”

Cantando algo así como: “Charararararahn, charararararahnrarahn.” Una mujer asomó la cabeza desde un lado de la torre, donde aparentemente había estado escondida.

¿Su peinado es lo que llaman “coletas”? Él se preguntó.

“Oigaaaan. ¿Todos se sienten bieeeen? Bienvenidos a Grimgar. Soy su guía, Hiyomuuuu. Encantada de conocerloooos. ¿Vamos a llevarnos bien? ¡Kyapii!”

Un hombre con un corte buzz aprieto los dientes ruidosamente.

“Qué estilo de discurso tan molesto,” murmuró.

“¡Kya!” Hiyomu se ocultó detrás la torre, pero pronto se volvió a asomar.

“Eres tan aterrador. Muy peligroso. No te pongas tan moleeeesto. ¿Bien? ¿Bien? ¿Bien? ¿Bien?”


Corte Buzz chasqueó la lengua con disgusto.

“Entonces no me molestes.”

“¡Sí, señoooor!” Hiyomu saltó al lado de la torre, levantando su mano en un saludo.

“¡Seré cuidadosa a partir de ahora, señor! ¿Seré muuuuy cuidadosa, señor? ¿Esta bien? ¿Está bien, verdad? Tejeje.”

“Lo estás haciendo a propósito, ¿verdad?”

“Aw, ¿te diste cuenta? ¡Ah, ah! ¡No te enojes! ¡No me golpees, no me patees! ¡No me gusta que me lastimen! ¡En general, quiero que seas bueeeeno conmigo! De todos modos, ¿está bien si muevo las cosas ahora? ¿Puedo hacer mi trabajo ahora?”

“Date prisa,” dijo Gángster en voz baja. A diferencia de Corte Buzz, no parecía abiertamente agitado. Aún así, su tono era intimidante.

“Entonces está bien,” Hiyomu comenzó con una sonrisa.

“Voy a hacer mi trabajo ahora, ¿de acuerdo?”

El cielo estaba cada vez más brillante por el momento. Ahora era mucho más brillante de lo que había sido antes, lo que significaba que debía ser de mañana, no el atardecer. El amanecer se estaba terminando.

“Por ahora, solo síganmeeeee. ¡No se queden atraaaás!” Hiyomu comenzó a caminar, sus coletas se balanceaban detrás de ella.

Al mirar a su alrededor, vieron un camino desde la torre que bajaba la colina. Los campos de hierba se extendían a ambos lados de un camino oscuro de tierra expuesta que se había endurecido con el uso, y había grandes piedras blancas esparcidas alrededor de la hierba que cubría la colina. Un montón de ellas. Demasiadas. Parecía casi como si estuvieran en filas ordenadas.

Era como si alguien las hubiera alineado.

“Oigan, esas son…” Preguntó Rizado, señalando las piedras blancas.

“¿Podrían ser… tumbas?”

Él se estremeció.

Hablando de eso, notó algún tipo de escritura tallada en ellas. Flores habían sido colocadas en frente de algunas también. Un cementerio. ¿Esta colina podría ser un cementerio?

Al frente del grupo, Hiyomu soltó una risita sin volverse.

“Me preguuunto. Bueno, no se preocupen por eso ahora. No sé preocuuupen. Es muy pronto para cualquiera de ustedes. Espero que sea demasiado pronto para cualquiera de ustedes. Jijiji…”

Corte Buzz chasqueó la lengua con disgusto de nuevo, pateando la tierra. Parecía bastante molesto, pero parecía que todavía planeaba seguir a Hiyomu por el momento.

Gángster ya había empezado a caminar. Gafas, Llamativa y Pequeñita lo siguieron.

Playboy gritó: “¡Guau! ¡Yo también, yo también! ¡Yo también!” Y comenzó a perseguirlos, luego se tropezó.

Parecía que no había más remedio que aceptarlo. Pero, ¿a dónde estaba planeando llevarlos Hiyomu? ¿Dónde estaba este lugar?

Suspiró, mirando al cielo.

“Ah…”

¿Qué era eso? Estaba bastante bajo en el cielo. No podría ser el sol. Aunque era demasiado grande para ser una estrella. Ni siquiera era un círculo completo, de todos modos. Su forma estaba en algún lugar entre la mitad y una luna creciente. ¿Entonces eso significaba que era la luna? Aunque sería una luna extraña.

“Es roja,” dijo en voz alta. Él parpadeó, volviendo a mirarla. No importa cuántas veces mirara, todavía era rojo rubí.

Detrás de él, Tímida tragó audiblemente. Él se giró para ver que también estaba mirando a la luna.

“Ahh,” dijo Trenzas, ya que pareció darse cuenta también. Ella parpadeó repetidamente, luego se rió entre dientes. “Señora Luna es roja. Es súper bonita.”

El hombre de cabello sedoso miró hacia la luna roja que flotaba en el cielo del amanecer, deteniéndose con una mirada ausente en su rostro.

Rizado dijo: “Vaya…” con una mirada de ojos muy abiertos.

Un hombre excesivamente grande, pero aparentemente tranquilo, dejó escapar un gemido bajo.

Él no sabía dónde estaba. ¿De dónde había venido? ¿Cómo había llegado hasta aquí? Tampoco sabía esas cosas. No podía recordar. Pero… había una sola cosa de la que estaba seguro.

La luna en ese otro lugar no era roja.

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Una luna roja era simplemente extraña.

 

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