Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 3: La Hija De Un Soldado III

Capítulo 24: Confrontación

A pesar de que mi cuerpo se sentía caliente hasta el punto de ebullición, mi cabeza estaba tan clara que sinceramente me sentía mejor de lo que solía hacerlo. Pude ver la sangre drenándose de la cara del Sumo Obispo a pesar de que solo lo estaba mirando con calma mientras él presionaba su espalda contra la puerta.

… Si eres tan cobarde, no seas tan cruel con otras personas. Idiota. El Sumo Sacerdote debió haber visto al Sumo Obispo cada vez más pálido, mientras rompía su silencio para ponerse de pie y gritar.

“¡Myne, tu maná está debilitando! ¡Controla tus emociones!»

Cambié mi mirada del Sumo Obispo al Sumo Sacerdote. En el momento en que dejé de mirarlo, escuché al Sumo Obispo derrumbarse en el suelo como si un gran peso hubiera caído sobre él. Los sacerdotes grises aparentemente recuperaron la capacidad de moverse al mirar hacia otro lado y pude escucharlos correr hacia el Sumo Obispo mientras lo llamaban. Sus voces preocupadas se desvanecieron en la distancia para mí mientras hablaba con el Sumo Sacerdote.

«¿Cómo hago eso?» Lo miré firmemente con ira en mis ojos. El Sumo Sacerdote apretó el pecho y soltó un gruñido.

«Ngh… ¿No lo has estado haciendo toda tu vida?»

“Me convocó aquí para hablar, comenzó a ordenarnos, se puso violento y, por encima de todo, amenazó con ejecutarnos cuando nos defendimos. ¿Cómo podría controlar mi ira en una situación como esta? Tendrás que decirme que no tengo ni idea».

Volví a mirar al Sumo Obispo. Ahora que estaba derrumbado en el suelo, era lo suficientemente bajo como para que pudiéramos hacer contacto visual. Se estremeció y tembló con tanto miedo que en realidad era cómico, deslizándose hacia atrás para alejarse lo más posible de mí con el terror cubriéndole la cara.

… Que expresión más rara. No parece un abuelo amable, y tampoco parece un noble presumido. Solo soy una niña débil, pero él me mira como si fuera una especie de monstruo. Me sentí un poco enojada por lo hipócrita que era el Sumo Obispo, siempre cambiando su expresión ante lo más mínimo, y di un paso hacia él.

“¡M-mantente alejada! ¡Mantente alejada! ¡Aléjate de mí!”

El Sumo Obispo, jadeando dolorosamente por el aire, estaba tan aterrorizado que simplemente repetía lo mismo una y otra vez. Escuché que el Sumo Sacerdote me llamaba por encima del hombro, su voz entró en pánico.

«¡Detente! Si cedes a tus emociones y continúas golpeando al Sumo Obispo con maná, ¡su corazón no durará!»

Respondí con un «Hm» desinteresada y avancé paso a paso hacia el Sumo Obispo.

“Entonces puede morir. Matarás a mi mamá y mi papá si te dejo con vida, ¿verdad? Primero te mataré. Me imagino que, si estás dispuesto a matar a otras personas, estás preparado para morir tú mismo. Solo piensa en todas las personas a las que tu muerte hará felices. Apuesto a que hay muchas personas que quieren ser el Sumo Obispo».

Después de dar cuatro pasos hacia adelante, los ojos del Sumo Obispo giraron hacia la parte posterior de su cabeza y se desmayaron mientras echaban espuma por la boca.

En unos instantes, el Sumo Sacerdote estaba de rodillas frente a mí, protegiendo mi línea de visión hacia el Sumo Obispo. Sus cejas se fruncieron de dolor y me miró con ojos mortalmente serios mientras el sudor le caía por la frente.

«Déjanos hablar.»

«¿Hablar? ¿Con puños? ¿O con maná?”

Los ojos del Sumo Sacerdote se abrieron, luego tosió, la sangre goteaba por la comisura de su boca. Mis ojos fueron atraídos por las gotitas rojas que le bajaban por la barbilla.

“No debes, matarlo. Si matas al Sumo Obispo, tu familia se verá manchada con el crimen de asesinar a un noble. Eso no puede ser lo que quieres”, dijo el Sumo Sacerdote, volviendo a mis sentidos. No podía permitir que mi familia terminara como delincuentes debido a que me alboroté para salvarlos. Parpadeé repetidamente y escuché al Sumo Sacerdote suspirar de alivio.

«¿De vuelta a tus sentidos ahora, supongo?»

«… Creo que sí.»

El Sumo Sacerdote se aflojó con alivio y sacó un pañuelo del bolsillo para limpiarse la boca antes de quitarse el cabello de los ojos. Eso fue todo lo que tuvo que hacer antes de volver a su expresión fría y tranquila de antes, como si nada hubiera sucedido.

«Te dejare hablar. Justo como deseabas”.

«¿Eso significa que escucharás todas las condiciones que tenemos?» El Sumo Sacerdote frunció el ceño por un momento, luego sacudió la cabeza y puso una mano sobre mi hombro.

«… Necesitarás controlar tu mana devastadora para eso. ¿Puedes controlarlo?»

Respiré hondo y me concentré en el calor que se había extendido por todo mi cuerpo, empujándolo dentro de mí. Hacerlo fue más difícil de lo que esperaba y sentí que tenía mucho más calor devorador acumulado dentro de mí de lo que pensaba.

… O espera, es maná dentro de mí, no devorador de calor. Cuando pensamientos sin sentido pasaron por mi cabeza, logré meter todo el maná en una caja dentro de mí y cerré la tapa con fuerza. Al instante, la fuerza se drenó de mi cuerpo y colapsé como una marioneta con cuerdas cortadas.

«Cuidado ahora». El Sumo Sacerdote me abrazó para evitar que me caiga al suelo.

«¡Myne!»

«¡¿Estás bien?!»

El Sumo Sacerdote me ofreció a mis padres mientras corrían en nuestra dirección. Mamá se arrodilló para llevarme y abrazarme. Papá miró mi cuerpo flácido con preocupación en sus ojos.

«Estoy bien. Mi cuerpo no puede seguir el ritmo de los rápidos cambios de temperatura que ocurren cuando mi calor devorador se vuelve loco. Esto sucede todo el tiempo, todavía estoy consciente».

«¿Sí?», Dijo papá, ansioso. Solté una pequeña risa.

«No es normal que me emocioné tanto, pero bueno, perdí el control del calor constantemente hace unos seis meses, cuando casi me muero».

«No tenía idea…» El Sumo Sacerdote se puso de pie mientras hablaba con mis padres y dio órdenes a los sacerdotes reunidos. Les dejó al Sumo Obispo y les indicó que prepararan una sala para nuestra discusión.

«Una vez que hayas acostado al Sumo Obispo, regresen a sus propias habitaciones y descansen. Todos ustedes deben estar bastante exhaustos después de ser golpeados directamente con el aplastamiento de tanto maná».

«Pero Sumo Sacerdote, tú mismo estas…» La preocupación del sacerdote estaba justificada. De todos los sacerdotes allí, probablemente era el Sumo Sacerdote el más agotado de todos. No solo se había interpuesto entre el Sumo Obispo y yo, sino que me había hablado mientras me miraba a los ojos.

«Sumo Sacerdote… ¿Estás bien?» Recordé la sangre que había salido de su boca y lo llamé por reflejo. Me miró sorprendido y forzó una sonrisa.

“Este es el castigo que me impuse. ¿Qué más podría esperar que suceda después de ver en silencio que el Sumo Obispo te enojara, un niño con el Devorador que de alguna manera logró sobrevivir hasta su ceremonia de bautismo?”

El Sumo Sacerdote caminó hacia nosotros después de terminar de dar órdenes. De cerca me di cuenta por su expresión completamente exhausta y su respiración agitada que se estaba esforzando.

«¿Por qué nos observabas en silencio, Sumo Sacerdote?»

“Porque el mejor resultado posible desde mi perspectiva sería que te unieras incondicionalmente al templo. Con avidez busqué la ruta fácil con la mayor cantidad de recompensas. No esperaba que tus padres plebeyos negaran firmemente las órdenes de un noble, y ciertamente no esperaba que abrazaran una ejecución en aras de protegerte”. El Sumo Sacerdote sacudió la cabeza y papá sonrió un poco.

«Myne es mi preciosa hija. ¿No lo dejé claro?” Dijo papá, lo que hizo que el Sumo Sacerdote me mirara. Esbozó una sonrisa complicada, una que aparentemente goteaba de auto-burla, y gentilmente me dio unas palmaditas en la cabeza.

“… Myne, tengo envidia de lo amada que eres, de lo profundamente que tus padres te quieren. Este templo está lleno de los abandonados por sus padres, ya sean huérfanos o nobles, y no conocemos tal calor”.

Las palabras del Sumo Sacerdote, pronunciadas dentro de una habitación decorada con ornamentos, me llenaron de tristeza y se quedaron conmigo mientras mi vida se entrelazaba con el templo.

Como el Sumo Obispo fue acostado en su cama, nos movimos a la habitación del Sumo Sacerdote para conversar. Era básicamente lo mismo que la habitación del Sumo Obispo con los mismos muebles, pero no había estante con adornos y su escritorio estaba enterrado en una montaña de papel y tablas. Parecía que el Sumo Sacerdote estaba haciendo el verdadero trabajo en el templo.

Esta vez, nos ofreció asientos como era apropiado, incluido un asiento más alto para que yo pudiera caer de cansancio. Entonces, comenzó la discusión.

«Llamaste a lo que sucedió el aplastamiento, ¿no? ¿Qué demonios fue eso? Los ojos de Myne brillaban como arcoíris y una niebla amarilla se desprendía de su cuerpo…»

… ¡No tenía idea de que me estaba ocurriendo algo extraño! ¿Ojos arcoíris? ¿Una niebla saliendo de mí? ¡¿Qué?! La pregunta de mi padre me sorprendió. Pero yo era el única que no me había visto, así que nadie más se sorprendió y la discusión continuó normalmente.

“Es lo que sucede cuando alguien con maná pierde el control de las emociones turbulentas. Mana corre a través de su cuerpo, energiza y aplasta a aquellos que identifican como enemigos al ejercer una inmensa presión mágica sobre ellos. Debería ser un evento común para los niños, ya que son pobres para controlar sus emociones. ¿No ha sucedido antes?” Mis padres se miraron y pensaron.

«He visto sus ojos cambiar de color varias veces. Principalmente cuando ella no es razonable. Pero ninguno de esos aplastamientos ha sucedido. Siempre se calmaba después de que le decía por qué no estaba siendo razonable».

Esos fueron buenos recuerdos para mis padres, pero de un tercero, realmente sobresalí como anormal. Incluso pensé que un niño cuyos ojos cambiaban de color cuando hacía berrinches era casi espeluznante.

… No habría sido extraño que me arrojaran a las calles. Estoy impresionado de que realmente me hayan criado bien como lo hicieron.

«Los efectos dependen de la cantidad de maná, por lo que es posible que el aplastamiento que vimos sea el resultado del crecimiento del maná de Myne poco a poco sobre las orejas. Por favor, tengan cuidado de evitar que pierda el control de esa manera nuevamente».

«No me emocionaré así a menos que sea algo realmente horrible».

Indirectamente culpé al Sumo Obispo por lo que sucedió. El sumo sacerdote me dirigió una mirada mesurada y entrecerró los ojos.

“Se sabe que aquellos con Devorador tienen cantidades anormales de maná, pero todavía no esperaba que tuvieras suficiente maná para dejar inconsciente al Sumo Obispo solo a través del Aplastamiento. Perdona mi fraseo, pero ¿por qué estás viva…?” Esa fue una pregunta difícil de responder. Incliné la cabeza confundida y el Sumo Sacerdote dio más detalles.

“Cuanto más maná se tiene, más fuerte se necesita para controlarlo. Para ser honesto, la mente débil de un niño que no está familiarizado con controlar sus emociones generalmente solo puede soportar una pequeña cantidad de maná. Cuanto más mana nace un niño, más rápido muere. El maná aumenta a medida que uno crece, por lo que los niños con devoradores que sobreviven hasta su ceremonia de bautismo tienden a tener solo pequeñas cantidades de maná. Es muy inusual que alguien con tu cantidad de maná siga vivo”.

«Ya debería estar muerto, tienes razón. Pero una persona amable me dio una herramienta mágica casi rota que me salvó la vida».

La Myne original murió hace dos años. Habría muerto hace seis meses si no fuera por Freida. El Sumo Sacerdote tenía razón, no fue fácil para un niño con el Devorador sobrevivir hasta su ceremonia de bautismo.

«Entiendo. ¿Pero no buscaste un contrato con un noble a través de esa persona amable? No sobrevivirás sin hacerlo. Eso es bueno para nosotros, ya que significa que te unirás al templo tal como eres, pero no puedo evitar estar confundido”. Parecía sinceramente confundido, pero lo mismo me pasó a mí.

«¿Cuál sería el punto de vivir como esclavo de un noble? Quiero quedarme con mi familia. Quiero leer libros. Quiero hacer libros. Vivir una vida en la que no puedes hacer lo que quieres es lo mismo que estar muerto. No tiene sentido».

«… ¿Quieres vivir como elijas, hm? Esa es una filosofía difícil de entender para mí”. El Sumo Sacerdote sacudió la cabeza lentamente, recobró la compostura y luego abrió la boca después de mirarnos a los tres. “Myne, me gustaría que te unieras al templo. Esto no es una orden, sino una solicitud”.

«Escuché de un comerciante que hay menos nobles y que ahora tienes poco maná. ¿Es cierto que el maná reunido en el templo impacta la cosecha de los cultivos?”

“… Ese es un comerciante bien informado. Pero lo dejaré de lado por ahora”. Parecía que la información que Benno había reunido era precisa. En cuyo caso, su falta de maná tendría un gran impacto en la región.

«¿No pueden pedirles ayuda a otros nobles?»

“Hay muchas herramientas mágicas que deben mantenerse en funcionamiento. Son en gran medida herramientas mágicas las que protegen a nuestro país y sus ciudades».

Pensé que el problema podría resolverse haciendo que otros nobles ayudaran, pero parecía que estaban ocupados con otras cosas.

“El Sumo Obispo es un hombre de carácter cuestionable como viste, pero yo me encargo personalmente de la administración del templo. Es raro que un niño con devorador tenga tanto maná como tú. Según lo prometido, haré todo lo posible para satisfacer sus necesidades”.

«Papá, puedes manejar el resto».

Ya habíamos discutido lo que necesitaba. Dejaría el resto de las negociaciones a papá, el jefe de nuestra casa. Mamá me dio unas palmaditas en la cabeza y dijo que podría dormir si estaba cansada, pero si no prestaba mucha atención a las negociaciones que decidirían mi futuro, Benno me cortaría la cabeza de inmediato. Decidí ver cómo se desarrollaba la discusión, desplomado contra el respaldo de mi silla alta.

“Estas son nuestras condiciones. Como necesitas el maná de Myne, te pedimos que la trates como a un noble. Bajo ninguna circunstancia se le debe dar el trabajo duro de una doncella gris del santuario”.

El Sumo Sacerdote asintió a la solicitud de mi padre sin más de un segundo de pensamiento.

“Prepararé túnicas azules para ella. Su trabajo principal será el mantenimiento de herramientas mágicas, al igual que nuestros nobles aprendices. Al principio, eso era lo que teníamos la intención de hacer si el Sumo Obispo no se volvía loco, después de todo. Haré que su trabajo sea el mantenimiento de las herramientas mágicas y la sala de libros a la que desea entrar tan apasionadamente. ¿Cómo suena eso?” Mis puntos de afecto por el Sumo Sacerdote se dispararon después de que me permitió entrar en la sala de libros sin necesidad de ninguna negociación por nuestra parte. Parecía una persona fría, pero en realidad era bastante amable.

… ¡Arriesgó su vida para detener mi alboroto, es un líder hábil que administra toda la administración del templo, me leyó la Biblia, me dejara entrar a la sala de libros, me dejara entrar a la sala de libros, y él me dejara entrar en la sala de libros!

«¡Sumo Sacerdote, eres una buena persona!» Estaba tan conmovida que dejé una explosión de alegría, pero no llegó a nadie. Papá y el Sumo Sacerdote solo me miraron una vez antes de volver a su discusión.

«Además, nos preocupa que viva en el templo donde no podemos verla, por lo que le pedimos que la deje quedarse en casa y viajar al trabajo todos los días. No tenemos intención de dejar que nadie saque a Myne de nuestro alcance».

«… Entiendo. Myne no es huérfana, por lo que puede quedarse en casa. Eso no debería ser un problema, ya que hay muchos nobles que se quedan en sus hogares».

“Además, Myne está demasiado débil y enferma para trabajar todos los días. ¿Qué piensas sobre eso?” Mamá me mantenía la boca cerrada con una mano, manteniéndome en silencio mientras avanzaban la conversación sin mí.

“Ella no necesita obligarse a trabajar cuando está enferma. Pero recuerdo que ella habló de ir al bosque cuando estaba sana, así que en esos días no debería haber ningún problema con su trabajo, ¿correcto?” El Sumo Sacerdote me miró y sacudió la cabeza, frustrado por mí.

«Incluso cuando estoy sana, necesito que Lutz haga algo».

«¿Lutz? ¿El chico que vino a buscarte el otro día?

«Sí. Él maneja mi salud por mí. Sin él, me desmayaré de la nada y cogería fiebres. Necesito a alguien que controle mi salud para hacer cualquier cosa».

Antes de que pudiera continuar y decir que solo podía trabajar cuando fuera conveniente para Lutz, el Sumo Sacerdote asintió con comprensión. Comenzó a escribir algo en una pizarra cerca de él como si no fuera gran cosa.

“Ah, necesitas sirvientes. Eso no será un problema, ya que es habitual que se asignen varios sirvientes a cada sacerdote azul y doncella del santuario azul”.

Espera… ¿Um, sirvientes? ¿Varios de ellos? No quiero eso.

“¿Todavía te opones a que ella se una? ¿Tienes alguna otra condición?” El Sumo Sacerdote apartó la vista de mí y volvió a mirar a mis padres mientras yo me tambaleaba. No había duda de que estaba siendo excepcionalmente indulgente conmigo. Benno tenía razón cuando dijo que querrían que me uniera al templo sin importar los costos.

“Um, Sumo Sacerdote. Estoy registrado en el Gremio de Comerciantes en este momento. ¿Puedo seguir dirigiendo mi taller?”

“… Tales cosas son innecesarias para aquellos que sirven a los dioses. O eso diría el Sumo obispo, en cualquier caso”.

Por primera vez, el Sumo Sacerdote mostró dudas sobre una condición. Frunció el ceño y pensó. Traté de negociar según las líneas que Benno me había enseñado.

«Pero he estado haciendo cosas por mucho tiempo. Es una fuente importante de dinero para mí. Hay un orfanato aquí, ¿verdad? Podría dar trabajo a los huérfanos y pagarles, o dar una parte de mis ganancias al templo. ¿No hay algún tipo de compromiso que podamos hacer aquí?”

A diferencia del Sumo Obispo, quien probablemente diría que no sin siquiera pensarlo, el Sumo Sacerdote dirigió el templo y conocía muy bien el estado de su financiación. Benno había dicho que, con menos nobles, el templo recibiría menos donaciones y buscaría formas alternativas de ingresos. Esperé la respuesta de los sumos sacerdotes. Él frustrado murmuró «¿Cuánto sabe ella?» Para sí mismo y se frotó las sienes.

«… Muy bien. En una fecha posterior, discutiremos sus márgenes de ganancia y cuánto dedicará al templo. La decisión final se puede tomar entonces. Tal como están las cosas, tengo tan poca información sobre su trabajo que no se puede decir nada”.

«Bueno. Podemos hablar sobre cosas de dinero otro día, incluida mi donación inicial».

Realmente no quería hablar sobre cuánto dinero tenía frente a mis padres. El Sumo Sacerdote se dio cuenta de eso y levantó una ceja, pero miró a mis padres sin decir nada al respecto.

«¿Alguna otra condición?»

«No. Si será tratada como una doncella del santuario azul y se le dará trabajo solo en los días en que esté sana mientras se quede en casa, de lo contrario, como madre Yo.”

«Muy bien. Ven al templo nuevamente en un mes. Necesitaremos tiempo para preparar su túnica azul y demás”. El Sumo Sacerdote agitó su mano, indicándonos que saliéramos de la habitación.

Una vez que dejamos el templo y las altas paredes lo rodearon, el brillante cielo azul del mediodía me ayudó a sentir una sensación de liberación.

Papá me llevó a casa. Durante algún tiempo todos caminamos en silencio, pero después de ver la plaza y regresar a nuestra parte de la ciudad, papá finalmente dejó escapar un murmullo.

«Se acabó …»

«UH, Huh.»

«Ganamos, ¿sí?», Dijo papá con incredulidad. Respondí con un gran asentimiento y una sonrisa completa.

“Ganamos a lo grande. Mamá, papá, gracias por protegerme”. Apreté el puño victoriosamente y doblé el codo, finalmente recuperé la fuerza para moverme un poco. Papá sonrió con su sonrisa habitual y me sostuvo con un brazo mientras apretaba la otra mano en un puño.

«Tú eres el que nos protegió, ¿recuerdas? Con ese aplastamiento tuyo”.

“Mmm, me enojé tanto que mi maná se volvió loco. Realmente no recuerdo lo que sucedió exactamente». Me reí y golpeé mi puño contra el de papá. Habían aceptado todos nuestros términos y mi situación monetaria estaba en negociación. Si consultaba a Benno y formaba un plan antes de tiempo, no había forma de que pudiera perder.

«Estoy un poco aliviado, para ser honesta. Creo que te irá bien con el Sumo Sacerdote allí», dijo mamá, haciéndome inclinar la cabeza confundida. El Sumo Sacerdote era definitivamente un líder capaz, pero no sabía qué acerca de él haría que mamá se sintiera aliviada.

«Él te detuvo cuando te enfureciste, ¿no? Necesitas a alguien que te detenga cuando huyas por tu cuenta así. Me preocuparía que sucediera algo que hiciera que tu maná se volviera loco y no hubiera alguien que te detuviera y te regañara».

Ese era el tipo de razón que esperaría de mamá. Ella me conocía bien. Ya podía imaginar que el Sumo Sacerdote me estaría dando sermones constantemente en el templo con la aprobación silenciosa de mi madre.

«… Probablemente me va a gritar mucho».

Mi predicción hizo reír a mamá y papá. Me di cuenta de que nada de esto habría estado sucediendo si no hubiera podido evitar que el Sumo Obispo los ejecutara. Suspire de alivio.

… Me alegra que las cosas hayan funcionado. Me enfurecí, pero no me equivoqué al hacerlo. Mientras me sentía aliviada de que todos estuvieran a salvo, caminamos por la calle principal y nos dirigimos al pequeño callejón que conducía a nuestra casa.

Tuuli esperaba junto a la pared. Estaba caminando en círculo, tan obviamente esperando que volvamos que no pude evitar sonreír.

«¡Tuuli!»

«¡Myne! ¡Hurra! ¡Volviste!”

En el momento en que nos vio, Tuuli vino corriendo hacia nosotros, pisando las malezas que cubrían junto al pozo. Papá me dejó en el suelo, de tal manera que podría apoyar mi espalda contra él. Cuando Tuuli saltó a mis brazos, estaba lista.

“¡Bienvenido de nuevo, Myne! ¡Te estaba esperando!” Tuuli sonrió con lágrimas cayendo por su rostro y yo le devolví la sonrisa.

«¡Estoy en casa, Tuuli!»