Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 6

Capítulo 12: La Realidad De La Calamidad

El campo de refugiados era tranquilo, y del tamaño de un pueblo. Si este fuera el Continente Demoníaco, sería lo suficientemente grande como para ser considerada una ciudad, pero no tenía vida. El silencio impregnaba el aire, y los ocupantes del campo eran pocos en relación a su tamaño. Podía sentir a la gente dentro de las casas de troncos construidas apresuradamente, así que el lugar estaba definitivamente habitado, pero no quedaba ningún espíritu en sus residentes.

Me dirigí al centro del campo de refugiados, donde había un edificio que se parecía a un gremio de aventureros. Este era el cuartel general del campo de refugiados, según la nota que estaba escrita en la entrada. Cuando entré, descubrí que era igual de melancólico.

Tenía un mal presentimiento sobre esto.

“Rudeus, eso es…” Eris señaló una hoja de papel. En la parte superior de la página estaba el nombre “El señor de Fittoa James Boreas Greyrat”, y al lado, “Buscando información sobre el estado, fallecido o desaparecido”. Debajo estaban los nombres de los desaparecidos después del incidente, ordenados alfabéticamente por pueblo y ciudad.

“Veamos eso más tarde”, dije.

“Sí”.

La lista de los fallecidos era increíblemente larga. Además, el señor feudal nombrado a la cabeza del documento no era Sauros. Ambas cosas me ponían nervioso cuando nos dirigíamos a lo más profundo del edificio.

***

Cuando dimos el nombre de Eris en el mostrador, la mujer de mediana edad que lo atendía se deslizó rápidamente a la parte de atrás. Luego regresó, felizmente, con un hombre y una mujer a remolque. Sus caras eran familiares. Uno de ellos era barbudo y de pelo blanco, llevaba un traje que parecía un poco más fino que el de un ciudadano normal. Era Alphonse, el mayordomo de la casa. El otro tenía la piel color chocolate y llevaba una ropa de espadachín.

“¡Ghislaine!” Eris tenía una mirada de pura alegría en su rostro mientras corría hacia la mujer. Si tuviera una cola, se estaría moviendo.

Yo también estaba feliz. No había oído ninguna noticia de Ghislaine en todo este tiempo, pero se veía bien. Tal vez la razón por la que Paul no había oído nada de ella era sólo una laguna en el flujo de información.

Ghislaine miró a la cara de Eris y sonrió ampliamente.

“Eris, no, Lady Eris, me alegro de que lo haya hecho con seguridad…”

“…Está bien, puedes llamarme Eris.”

Ghislaine pareció feliz por un momento, pero pronto su expresión se nubló. Incluso Alphonse la miraba con simpatía. No puede ser… Pensé que la sensación de malestar se había desarrollado dentro de mí.

“Eris… hablemos más adentro.” La voz de Ghislaine era dura. Su cola estaba de pie. Su expresión no era la de alguien que simplemente estaba feliz por el regreso de Eris. Estaba nerviosa.

“Sí, está bien”. Eris vio la mirada en el rostro de Ghislaine y pareció entender. Siguió a Ghislaine hasta el interior del edificio.

Cuando intenté seguirlas, Alphonse me detuvo y dijo: “Maestro Rudeus, por favor espere afuera”.

“¿Eh? Oh, está bien.” Tenía sentido, lo supuse. Honestamente sólo me contrataron para ayudar, así que tal vez no me permitieron escuchar conversaciones importantes.

“No, Rudeus también vendrá”, dijo Eris en un tono estridente, uno que no permitía disentir.

“Si eso es lo que desea, Lady Eris.”

Los labios de Eris estaban más apretados que de costumbre, sus manos se enroscaban tan fuerte a los lados que se volvían blancas.

***

Pasamos silenciosamente por un corto pasillo y entramos en lo que parecía una sala de trabajo. Había un sofá en el centro, y un jarrón en el borde de la habitación que contenía una flor de Vatirus. El otro extremo de la habitación estaba amueblado de forma sencilla y contenía sólo un escritorio de trabajo de aspecto barato.

Eris no esperó una invitación para sentarse en el sofá. Me tomó de la mano y me arrastró a sentarme a su lado. Ghislaine, como de costumbre, tomó su posición en el borde de la habitación. Alphonse se puso delante de Eris y se inclinó ante ella a la manera tradicional de un mayordomo.

“Bienvenida a casa, Lady Eris. Recibí la noticia de que vendría aquí y esperé pacientemente a su…”

“Corta las cortesías y sólo dilo. ¿Quién murió?” Eris intervino. Hizo la pregunta directamente, sin ningún tipo de relleno para amortiguar la dureza de las palabras. Se sentó con la espalda recta, con fuerza en su mirada, pero yo sabía que había ansiedad en su corazón. Sobre todo porque me apretaba la mano con tanta fuerza.

“Acerca de eso…” La respuesta de Alphonse fue evasiva.

A juzgar por sus modales, Sauros probablemente estaba muerto. Eris era la niña del abuelo. Imitaba cada uno de sus modales. Si él estaba muerto, la lastimaría mucho.

Alphonse forzó las palabras con gran esfuerzo.

“Lord Sauros, Lord Philip y Lady Hilda… Los tres han fallecido.”

En el momento en que oímos esas palabras, sus dedos aplastaron mi mano. El dolor me subió por el brazo, pero fueron las palabras de Alphonse, más que el dolor, lo que me dejó aturdido. Tenía que ser un error, ¿verdad? No había pasado tanto tiempo. Ni siquiera habían pasado tres años todavía. O tal vez sería más correcto decir que pronto serían tres años enteros.

“No hay… ningún error en eso, ¿verdad?” Hubo un temblor en la voz de Eris cuando hizo la pregunta.

Alphonse asintió.

“Lord Philip y Lady Hilda se teletransportaron juntos y fallecieron en la Zona de Conflicto. Ghislaine lo confirmó”.

Ghislaine movió la cabeza.

“Así es… ¿Adónde se teletransportó Ghislaine?”

“El mismo lugar que Lord Philip. La Zona de Conflicto”. Ghislaine dijo sucintamente. Mientras avanzaba a pie por la Zona de Conflicto, se encontró con los cuerpos de Philip e

Hilda. Eso fue todo lo que dijo. No explicó en qué estado estaban sus restos o cómo los había encontrado exactamente, pero a juzgar por su cara, estaba mal. ¿Fue el estado de los cuerpos o la forma en que murieron? ¿O había visto algo que la hizo querer darse la vuelta? ¿Había oído algo que le hizo querer cubrirse los oídos?

Eris sólo hizo un simple zumbido, pero su mano temblaba mientras se agarraba a la mía.

“¿Y qué hay de mi abuelo?”

“…fue obligado a asumir la responsabilidad del incidente de desplazamiento de Fittoa, y fue ejecutado.”

“Eso es absurdo”, dije sin pensar.

“¿Qué sentido tendría ejecutar a Lord Sauros?”

Se vio obligado a asumir la responsabilidad de un desastre natural, y fue ejecutado… Eso era ridículo. No había nada que pudiera haber hecho al respecto. ¿O esperaban que lo detuviera antes  de que ocurriera? Había ocurrido de repente y sin previo aviso. ¿Qué responsabilidad había que tener?

“Rudeus, siéntate”.

“…”

Eris me tiró de la mano y me obligó a regresar a mi asiento. Al parecer, en algún momento, me había levantado. Había sentimientos dentro de mi cabeza que no podía explicarlo con palabras. Tal vez fue el dolor extremo lo que los hacía incoherentes. Me dolía la mano.

No. En verdad, lo entendí. Aunque no hubiera habido un aviso previo, aunque no se hubiera podido evitar, había muerto gente. Los campos y las cosechas habían desaparecido. Las pérdidas fueron inconmensurables. La gente estaba muy descontenta y necesitaba un chivo expiatorio. Incluso en mi vida anterior en Japón, el Primer Ministro asumía la responsabilidad renunciando inmediatamente si algo vergonzoso sucedía.

Al morir, Sauros se había llevado el descontento de la gente con él. Alguien capaz podría tomar su lugar. Al menos entonces, la gente podría encontrar algo de alivio.

Pero no era sólo eso. Estaba seguro de que había una lucha de poder entre los nobles. No tenía ni idea de cuánto había poseído el viejo Sauros en términos de autoridad, pero debió ser suficiente para que su caída justificara su muerte.

Podría racionalizarlo. Podría. Pero entonces, eso nos llevó a nuestra situación actual. A un campo de refugiados cubierto de silencio. A un cuartel general prácticamente desierto. No había signos de que el país fuera en serio en cuanto a restablecer la región de Fittoa. Si Sauros siguiera vivo, quizás habría tomado medidas más activas. Ese viejo era útil precisamente en este tipo de situaciones.

Pero no, eso era sólo una fachada. Los sentimientos de Eris eran lo que me importaba. No podía mantener la calma cuando pensaba en cómo se debía sentir al saber que no le quedaba familia. No tenía ni idea de cuándo se informó de las muertes de Philip e Hilda. Podría haber sido antes o después de la muerte de Sauros. Pero al menos Sauros estaba vivo.

“Tenía” es la palabra clave. No había necesidad de matarlo.

¿Cuántos pensaban que habían muerto en este desastre, en el incidente del desplazamiento? Cientos de miles, un número incontable, ¿y aún así mataron a propósito a un hombre que había regresado vivo? ¿Eris había hecho todo este camino para regresar a casa sólo para aprender eso?

Ah, mierda. No podía pensar con claridad. Me dolía la mano.

“Maestro Rudeus, entiendo como se siente, pero… este es el estado actual del Reino Asura.”

¡Alphonse, el maestro al que serviste fue asesinado! Ghislaine, el hombre que te salvó la vida fue asesinado! Pensé. Esas eran las cosas que quería decirles.

Sin embargo… no salió nada.

Sobre todo porque Eris no dijo nada. No tenía sentido que yo gritara y llorara. Aunque me habían cuidado y éramos parientes, Sauros seguía siendo un extraño para mí. Si su familia no iba a decir nada, ¿qué sentido tenía que me quejara?

“…Entonces, ¿qué se supone que debo hacer?” En una inusual muestra de silencio, Eris no dio golpes ni gritó.

“Lord Pilemon Notos Greyrat ha dicho que le dará la bienvenida como su concubina, Lady Eris.”

Incluso yo podía sentir la intención asesina saliendo de repente de Ghislaine.

“¡Alphonse, bastardo! ¿¡Tienes la intención de que ella acepte esa oferta!?” le gritó, tan ferozmente que pensé que podría abrirme los tímpanos.

“¡Estoy seguro de que recuerdas lo que dijo!”

Alphonse mantuvo la calma incluso ante la furia de Ghislaine.

“Aún así, si pensamos en el futuro de la región de Fittoa, un poco de incomodidad es…”

“¡Como si ella pudiera ser feliz alguna vez al estar casada con un hombre así!”

“Es una basura, pero tiene un apellido distinguido. Hay muchos matrimonios no deseados que resultan en felicidad,” dijo Alphonse.

“¡No me importa cuántos! ¿¡Estás pensando en Eris en absoluto!?”

“Estoy pensando en la familia Boreas y en la región de Fittoa.”

“¿¡Así que usted planea sacrificar Eris para eso!?” Ghislaine le gritó. “Si es necesario”.

Observé con mudo asombro como los dos irrumpieron repentinamente en una discusión. Eris se paró antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando. Me soltó la mano y cruzó los brazos sobre su pecho, las piernas abiertas por debajo de ella y la barbilla inclinada hacia delante.

“¡Basta!”

Su voz era tan fuerte que Ghislaine tuvo que taparse los oídos. Este era el alcance total del rugido de Eris, uno que no había oído últimamente. Sin embargo, esa era toda la energía que parecía tener.

“Sólo… déjame sola. Quiero pensar”. Los dos parecían sorprendidos cuando escucharon lo descorazonada que sonaba su voz.

Alphonse fue el primero en irse. Ghislaine parecía renuente mientras miraba a Eris, pero se fue.

Entonces sólo fui yo.

“Eris… um…”

“Rudeus, ¿no me has oído? Déjame en paz por ahora.” Su tono no dejaba lugar a discusiones.

Me sentí un poco sorprendido. Esta fue probablemente la primera vez en unos años que Eris me había alejado así.

“Bueno, yo… entiendo.” Mis hombros se cayeron mientras veía a Eris dar la espalda hacia mí. En el momento en que salí de la habitación y cerré las puertas, juré que podía oír un llanto.

***

Alphonse había preparado habitaciones para nosotros. Había cuatro de ellas, estrechas y situadas en una casa cerca del cuartel general, probablemente destinadas a los refugiados. Llevé mi equipaje a una de ellas y guardé el de Eris en la habitación cercana a la mía. Me cambié la ropa de viaje y me puse otra para ir por la ciudad. Me deshice de mi deforme y remendada bata en la cama y salí de la habitación.

Regresé al cuartel general. Quería intentar hablar con Alphonse y Ghislaine un poco más, pero no los vi. No tenía fuerza de voluntad para buscarlos, así que miré el tablón de anuncios en su lugar. El mensaje de Paul estaba clavado allí, el que había visto numerosas veces en los últimos meses. Busca en el continente central o en la región norte, decía. Escrito cuando todavía tenía, ¿qué, diez años de edad? Pronto tendría 13 años. El tiempo había pasado rápidamente.

Mis ojos escudriñaron la lista de muertos y desaparecidos. Aterrizaron en la sección titulada “Buena Village”. Los nombres de las personas que conocía estaban en una fila en la lista de personas desaparecidas. A más de la mitad se les cortó una línea a través de ellos. Un vistazo a la columna de los muertos reveló que los mismos nombres habían sido escritos allí. Aparentemente, como sus muertes habían sido confirmadas, sus nombres fueron tachados y se añadieron a la lista de muertos. Había un poco más de nombres en la columna de los desaparecidos que de los muertos, pero la lista de muertos estaba densamente apretada.

Vi el nombre de Laws escrito en la columna de desaparecidos con una línea que lo atravesaba, y mis cejas se arrugaron. Había escuchado de Paul que Laws estaba muerto. Sin embargo, no había oído los detalles de cómo murió.

Entonces, justo debajo de eso, lo vi. Allí, en la columna de personas desaparecidas, estaba el nombre de Sylphie. Y una línea fue dibujada a través de ella.

Un golpe. Mi corazón sonó fuerte.

No puede ser, pensé mientras miraba la columna de los muertos. No vi su nombre cerca del de Laws. Empecé por la parte superior y busqué hasta el final, pero su nombre no estaba allí.

“Um, esto, hay una línea dibujada a través de este nombre, ¿pero no está en la lista de los muertos…?” Le pregunté a uno de los empleados, expresando mi duda.

“Sí, es una de las personas que se confirmó que era un sobreviviente”.

Cuando escuché esas palabras, algo dentro de mi pecho cayó con un ruido sordo. Fue como si mi corazón hubiera caído directamente a través de mi estómago y a través de mis tripas. Así es como me sentí aliviado por la revelación de que Sylphie estaba viva.

“Entonces, ¿también sabes cómo contactar con ellos?” Yo pregunté.

“Si esa persona no ha venido por sí misma a nuestro cuartel general, me temo que no”.

“¿Podrías comprobarlo por mí? El nombre es Sylphiette.”

“Por favor, espere un momento.”

Llevó unos veinte minutos más o menos mientras el personal buscaba.

“Lo siento, pero su información de contacto no ha sido registrada con nosotros.”

“Oh, está bien…”

Había dos posibilidades, entonces. O bien no se había establecido todavía y por lo tanto no tenía información de contacto para listar, o alguien más la había visto y actualizado la lista, por lo que su información de contacto no había sido registrada. Existía la posibilidad de que hubiera habido algún error, pero yo no creía que fuera eso. Había una posibilidad muy alta de que Sylphie hubiera sobrevivido. Por el momento, debería estar feliz por eso.

Por supuesto, yo también estaba preocupado. Por su color de cabello, por ejemplo. Era un tono ligeramente diferente al de los Superd, pero seguía siendo el mismo color en general. De acuerdo con el Dios-Hombre, la maldición se aplicaba sólo a la tribu de los Superd. Aún así, había mucha gente cruel en el mundo. Puede que esté ahí fuera en alguna parte, llorando por un comentario hecho sobre su cabello…

No. Paul había dicho que podía usar magia curativa sin necesidad de conjuros. Eso significaba que tenía suficiente fuerza para sobrevivir por su cuenta. Tal vez ella era como yo, trabajando como una aventurera. Tal vez estaba buscando a su familia, sin saber que ya habían fallecido. De hecho, si había sobrevivido al incidente, esa era probablemente la posibilidad más probable. Sólo recé para que no se hubiera convertido en una esclava o algo así.

Por el momento, me encargué de tachar los nombres de Lilia y Aisha de la lista de desaparecidos. Ya había una línea a través de mi nombre. Habían oído que Eris venía hacia aquí, así que probablemente también sabían de mí.

Entre la familia de Paul, el único nombre que quedaba era Zenith Greyrat, lo que significa que aún no la habían encontrado, después de todo. Tal vez le preguntaría al Dios-Hombre la próxima vez que apareciera en mis sueños.

***

Cuando terminé de mirar el tablón de anuncios, Eris todavía no había salido de la habitación. Normalmente se recuperaba muy rápido. Era la primera vez que la veía tan preocupada por algo. Pero habíamos viajado tanto para llegar aquí, y ahora que había llegado a casa, no había ninguna familia o casa cálida que la acogiera. Tal vez eso fue suficiente para abrumar incluso a alguien tan fuerte como Eris.

Tal vez debería regresar y consolarla después de todo, pensé. No, esperemos un poco más.

Decidí regresar al edificio donde había dejado nuestro equipaje. Pensé que encontraría algo para ocuparme, aunque no tenía idea de qué. Tal vez, en vez de eso, descansaría un poco.

***

Alphonse me llamó cuando me fui. Me llevó a una habitación en el cuartel general del campo de refugiados y se sentó delante de mí. A mi derecha se sentó Ghislaine. La única razón por la que los dos estaban sentados era probablemente porque Eris no estaba con nosotros. A diferencia de mí, parecían entender la jerarquía maestro/sirviente.

“Ahora bien, Maestro Rudeus, por favor proporcione un informe conciso.”

“¿Un informe?”

“Sí, en cuanto a lo que has estado haciendo estos últimos tres años.”

“Oh, sí, está bien.”

Le conté cómo fuimos transportados al Continente Demoníaco y conocí a Ruijerd. Cómo nos registramos como aventureros y usamos eso para traer ingresos diarios mientras nos movíamos de un lugar a otro. Le conté sobre el incidente en el Gran Bosque. Luego le conté cómo conocimos a Paul y a su equipo de búsqueda y rescate de Fittoa, y cómo fue la primera vez que nos enteramos de la situación en casa. Le conté cómo nos dirigimos al norte mientras buscábamos información, y sobre los eventos que ocurrieron en el Reino de Shirone. Traté de ser lo más conciso posible, manteniendo la conversación centrada en Eris.

Alphonse escuchó en silencio, pero cuando le dije que nos habíamos separado de Ruijerd, habló.

“¿El hombre que te acompañó regresó a casa?”

“Sí, realmente nos cuidó.”

“¿De verdad? Una vez que las cosas se calmen, me gustaría proponerle a Eris que lo recompensemos oficialmente por su ayuda.”

“No es el tipo de persona que aceptaría algo así”.

“¿Es eso cierto?” Alphonse asintió y me miró en silencio. Sus ojos eran los de un hombre exhausto.

“Bueno, Maestro Rudeus… de los que sirvieron al Señor Sauros, sólo quedamos nosotros tres.”

“¿Qué hay de las otras criadas?” Yo pregunté.

“A juzgar por el hecho de que no han regresado, o están muertas o han regresado a su tierra natal”.

“Oh, está bien”. ¿Así que incluso las chicas con orejas de gato fueron eliminadas? O tal vez algunas de ellas regresaron a su hogar en el Gran Bosque.

“Y el Señor cuidó tan bien de ellas, igualmente. Qué terrible.”

“En última instancia, no era más que una relación financiera con ellos, supongo.” Cuando dije eso, la cara de póquer de Alphonse se rompió ligeramente. Mis palabras pueden haber sido un poco duras, pero estaba seguro de que eran ciertas.

“Debido a tu juventud, dudé en incluirte o no en esta conversación. Pero si puedes contestar así, estoy seguro de que eres más que capaz. Protegiste a Lady Eris y la trajiste aquí a salvo. Como una forma de reconocer tus logros, te damos la bienvenida como vasallo de la familia Boreas Greyrat”.

¿Un vasallo? ¿Así que eso es lo que era esta reunión?

“A partir de ahora, llevaré a cabo esto como una reunión entre vasallos. Supongo que no tiene ningún problema con esto.”

¿Una reunión? Estaba seguro de que probablemente habían realizado estas reuniones incluso antes de que me mandaran como tutor de Eris. También estaba seguro de que Ghislaine no había sido incluida en ese momento. Sólo éramos tres en este momento, pero muchos vasallos se habían reunido sin duda para tales discusiones en el pasado.

“Gracias. ¿Cuál es el tema en cuestión?” No tenía intención de hacer bromas ociosas, así que fui al grano. Además, Philip y Sauros ya no estaban aquí. Era obvio de quién íbamos a hablar.

“Se trata de Lady Eris”.

“Específicamente, me gustaría hablar de su futuro”.

“¿Su futuro?” Me hice eco.

Eris había regresado a su tierra natal, pero no había nada aquí. No tenía familia ni hogar.

No podía regresar a la vida que había disfrutado antes.

“Si bien es cierto que Lord Sauros y Lord Philip han fallecido, la familia Boreas no ha sido completamente destruida, ¿correcto? Al menos pueden preparar un lugar para que ella viva,

¿verdad?” Yo pregunté.

“Lord James estaría preocupado por los rumores. Creo que es probable que se niegue a llevar a Lady Eris a su casa.”

James… En otras palabras, el tío de Eris, ¿verdad? El actual Señor de Lieja. Si le importaba tanto lo que la gente pensaba, entonces probablemente no querría a alguien como Eris alrededor. Sus modales eran un poco dudosos, y no encajaba exactamente la imagen de una dama noble. James también supuestamente estaba protegiendo a los hermanos de Eris, y probablemente a varios primos también. No era difícil imaginar a Eris causando conflictos con uno o más de ellos.

“Aunque estuviera dispuesto a acogerla, es dudoso que los otros nobles la aceptaran como uno de ellos. Tampoco puedo imaginarla asumiendo los deberes de una criada. Por lo tanto, voy a rechazar la idea por completo.”

Asentí a sus palabras. Tenía razón. Aunque Eris se había suavizado un poco, su disposición salvaje era la misma de siempre.

“A continuación, me gustaría discutir la invitación de Pilemon Notos Greyrat. Dijo que cuando Eris regresara a casa, si no tenía otro lugar donde ir, estaría dispuesto a recibirla como una de sus concubinas.”

Pilemon, mi tío y el hermano menor de Paul. Era el actual jefe de la casa Notos. Tenía la sensación de que al viejo Sauros no le gustaba nada.

Cuando miré a Ghislaine, vi que tenía las cejas tejidas y los ojos cerrados.

“No es una mala opción”, dijo Alphonse.

“Pero hay algunos rumores preocupantes sobre él.”

“¿Rumores preocupantes?” Yo pregunté.

“Sí, sobre él tratando de ganarse el favor del Alto Ministro Darius, que ha estado ganando poder político rápidamente últimamente.”

¿Por qué era eso preocupante? ¿No era normal que los poderosos se ganaran el favor de los que tenían más influencia que ellos?

“El Señor Darius ha estado ganando poder durante las últimas décadas, y apoya la ascensión al trono del Primer Príncipe. También es el principal responsable de expulsar a la Segunda Princesa del país”.

No tengo ni idea de lo que estás hablando cuando de repente sacas a relucir primero, esto y segundo, eso, pensé.

“Lord Pilemon estuvo una vez entre un grupo de los que apoyaban a la Segunda Princesa, pero…”

“Pero cuando la expulsaron del país, su grupo perdió todo su poder…” Lo adiviné.

“Precisamente”.

En otras palabras, el gran jefe de su lado perdió y ahora estaba tramando cambiar al equipo ganador.

“No veo el problema”, dije.

“Señor Rudeus, ¿recuerda el incidente del secuestro de hace algún tiempo?”

“¿Incidente de secuestro?”

“En la que los secuestradores reales se apoderaron de Lady Eris”. El plan de secuestro que propuse, entonces.

“El que estaba detrás de ese crimen era Lord Darius”, dijo Alphonse.

“…Hm.”

“Lord Darius sólo ha estado en la región de Fittoa una vez, y en ese tiempo, sólo necesitó una mirada para interesarse profundamente en Lady Eris.”

“¿Quieres decir en un sentido sexual?” Yo pregunté.

“Por supuesto”.

Así que la verdad fue revelada después de todos estos años. No… probablemente había sido identificado como el culpable incluso en ese entonces, pero no podían permitirse el lujo de armar un escándalo por lo poderoso que era.

Me pregunté por qué Sauros se había negado a dejarle tener a Eris. ¿Fue porque odiaba a Darius? El viejo había sido del tipo que deja que sus sentimientos personales dicten sus acciones. Bueno, cualquiera que fuera la base de su decisión, no importaba mucho ahora.

“Si Lord Pilemon tomara a Lady Eris como su concubina, probablemente encontraría alguna excusa para ofrecérsela a Lord Darius.”

Hmm, así que Darius había sido el noble pervertido todo este tiempo. Aparentemente, había muchos de ellos en el Reino de Asura. Concedido, tenía buen gusto si le gustaba Eris, aunque ese gusto era la única cosa no terrible de él.

“Bueno, estamos rechazando esa idea, ¿verdad?”

“No del todo. Aunque no puedo evitar hacer una mueca ante la idea del hombre en sí, el Señor Darius es el que más influencia tiene en la capital ahora mismo. A Lady Eris no le gustará, pero le garantizaría su estatus y la comodidad de sus condiciones de vida.”

“Pero aún así…”

“Y si ella hiciera una petición un poco egoísta, seguramente la escucharía. Por ejemplo, si ella pidiera el desarrollo de una aldea en la región de Fittoa para su gente.”

Ahora lo entiendo. Si se convirtiera ella misma en una mujer poderosa, podría aprovechar su dinero e influencia. Aún así, no me gustaba la idea de que Eris estuviera con ese pervertido.

“¿Cuáles son nuestras otras opciones?”

“En cuanto a los otros nobles… Con el Señor Sauros y el Señor Philip fuera, a Lady Eris no le queda ningún valor como hija de una familia noble.”

Valor, ¿hmm? Tal vez así fue como ellos lo vieron. A mis ojos, Eris ya tenía mucho valor por sí misma.

“Señor Rudeus, ¿cuál cree que es la mejor ruta para nosotros?” Alphonse preguntó.

“Antes de dar mi opinión, ¿puedo preguntar qué piensa Ghislaine?” No había reunido mis pensamientos todavía.

“Creo que Lady Eris debería quedarse con Rudeus”.

“¿Conmigo?”

“Eres el hijo de Paul. Zenith también era de una poderosa familia noble de Millishion. Con tu linaje y antecedentes, deberías ser capaz de hacerte un sitio entre la nobleza asurana”.

No estaba tan seguro de eso. Miré a Alphonse para medir su reacción.

“No está fuera de discusión. Lord Paul ha logrado mucho durante este incidente. Si lo utiliza a su favor, debería poder consolidar algo de poder e influencia. Sin embargo, conseguir que el Lord Liege te deje supervisar la región de Fittoa sería mucho más difícil. No puedo imaginar que Pilemon permita que un hijo de Lord Paul tenga algún poder. Tampoco puedo imaginar que Lord James y Lord Darius vean con buenos ojos que Eris se case con la familia de otra persona influyente”.

No, no lo creo. Aún así, entendí más o menos lo que Alphonse quería decir. Estaba pensando en cómo asegurar finalmente el renacimiento de la región.

“En ese caso, Rudeus debería tomar a Lady Eris y huir”, dijo Ghislaine.

“¿Y qué pasará con la región de Fittoa?” Alphonse se quebró.

“Lidia con ello”. Ghislaine respondió fríamente. Quizás ella y Alphonse no se llevaban bien.

“¿No sería la realización de nuestro más querido deseo, si Lady Eris tomara el control de la tierra que tanto amaba Lord Sauros?”

“Ese es tu mayor deseo. No me metas en el mismo saco que tú. Sólo quiero que Lady Eris sea feliz.”

“¿Y crees que será feliz si se escapa con Lord Rudeus?”

“Más feliz que si la obligan a casarse con Pilemon”, argumentó Ghislaine.

“¿Y qué hay de la gente de la región?”

“No me importan. Nunca se esperó que Lady Eris se ocupara de esos asuntos desde el principio.”

Parecía que nuestro grupo de vasallos estaba dividido. Alphonse quería que Eris siguiera los pasos de Sauros y Phillip y se hiciera cargo de la gestión de la tierra. Si eso requería que soportara vivir con un pervertido, sólo tenía que aguantarse. Ghislaine, por otra parte, sólo quería que Eris fuera feliz. En lo que a ella respecta, Eris debería abandonar su poder político y el nombre de su familia para fugarse conmigo.

Personalmente, me incliné hacia la forma de pensar de Ghislaine. No era lógico; era completamente emocional. Pero aún así, no quería que una chica que me importaba fuera tomada por un cerdo. Si esas eran nuestras opciones, entonces sería mejor que nos fugásemos. No me importaba el poder político.

Entendí  lo  que  Alphonse  estaba  diciendo,  y  por  qué  pensaba  que  era  importante.

Simplemente no estaba de acuerdo con él.

“Parece que estamos en un punto muerto”, murmuré. Y cuando lo hice, los dos que habían estado discutiendo previamente me miraron.

“¿Qué quieres decir?” Alphonse preguntó.

“Sea lo que sea, Eris es la que decide. No tiene sentido que lo discutamos. Así que, tratemos de encontrar un tema de conversación más constructivo. ¿Hay algo más?”

“Si no, entonces voy a descansar.”

Así como así, la reunión del día terminó.