Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 2

Interludio 2: Restaurando Mi Buen Nombre

 

 

Cuando recobré la conciencia, me sentí acostado sobre una superficie dura.

“Estabas totalmente fuera de sí”, me informó una voz.

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Al abrir los ojos, vi un par de ojos celestes de voluntad fuerte que miraban mi rostro.

“Ngh… ¿Ya es de mañana?”

Sentí como si una neblina nublara mi cabeza. Me pregunté si quizás había dormido demasiado.

Ummm, ¿dónde está esto? Me preguntaba. Así es, recordé después de un momento. Rit y yo habíamos derrotado a un demonio manos de tijera y habíamos establecido un campamento en el camino de regreso a la capital de Loggervia.

“Joder, ¿por qué tengo que terminar durmiendo en la misma tienda que tú?” Rit hizo un puchero.

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“Quiero decir que no es como si tuviera la intención de que terminara así, pero tu grupo se escapó y el ejército del señor demonio está patrullando por estos lugares, así que dejarte ir solo sería peligroso, ¿sabes?” Yo dije.

Rit había formado temporalmente un grupo con nosotros y viajábamos juntos. Sin embargo, eso no significaba que Rit estuviera de nuestro lado, razón por la cual Ares se había opuesto a que se uniera. Sospechaba que ella estaba planeando estorbarnos de alguna manera.

Después de tenerlo por un tiempo, Ares finalmente cedió con la condición de que yo me mantuviera cerca de Rit en todo momento y estuviera atento a cualquier inconveniente. Cuando quedó claro que eso significaba que los dos estaríamos compartiendo una tienda de campaña, Ruti se molestó y yo también escuché un comentario de Rit al respecto. Fue un flujo interminable de quejas de todos lados.

Dejo escapar un largo suspiro.

La cara de puchero de Rit se ensombreció cuando escuchó eso.

“… ¿De qué estás suspirando?” ella preguntó.

“Ah, eso… estoy un poco agotado por las batallas consecutivas. Tal vez debería considerar alquilar un baño cuando lleguemos a la capital, para poder tomarme una noche y relajarme un poco”.

Fue una mentira. Estaba tratando de engañar a mi manera a través de la pregunta. Rit no pareció creerlo mientras continuaba mirándome con la misma expresión turbia.

“Además, um, no pensé que Ares fuera tan terco acerca de que te unieras. Le sugerí que nos moviéramos juntos porque hubiera sido peligroso para ti ir por su cuenta. Podemos hacer una parada en otra ciudad en el camino si quiere separarte. Estoy seguro de que habrá algunos aventureros o guardias que se unirán a ti. Sin embargo, un desvío como ese requeriría una noche extra de campamento. ¿Qué preferirías tú? Estoy seguro de que podría hacer que Theodora cambiara y se hiciera cargo de mí. Ella es más la luchadora estoica estándar que yo, por lo que no hablará mal”.

“Nunca dije que odiara estar contigo”, intervino Rit, sus mejillas luciendo un poco rojas.

“¿Eh? Uh, yo… ”

No sabía cómo responder. Nunca hubiera esperado esa reacción de Rit.

“Tu argumento fue perfectamente razonable. Soy una aventurera; No voy a quejarme por tener que compartir una tienda de campaña con alguien”.

“Estoy bastante seguro de que te quejaste de tener que quedarte en la misma tienda que yo…”

“Eso es…  um…” Rit  se dio  la vuelta.  Pude escuchar un tartamudeo silencioso como si estuviera tratando de averiguar la mejor manera de responder.

“¡De todos modos, nunca dije que odiaba estar contigo! … para que no tengas que verte así”.

“¿Cómo qué?”

“No es que no entienda que te estoy causando muchos problemas y esfuerzos innecesarios, ¿de acuerdo? Lo siento.”

“N-No te preocupes por eso. Últimamente, Ares siempre tiene algo que decir sobre todo lo que hago. Ya estoy acostumbrado”.

La actitud de Rit había cambiado de la nada.

“Oye, ¿pasa algo? ¿Estoy poniendo una cara extraña?” Yo pregunté.

“… Parecías desconsolado”.

“Ah. Bueno, han sido peleas sin parar desde hace un tiempo. Simplemente me afecta de vez en cuando. No es que sea tu culpa”, le aseguré.

“… S-Si necesitas a alguien que te escuche para que puedas desahogarte un poco, puedo escuchar”. La voz de Rit sonaba inquieta mientras se sentaba allí todavía de espaldas a mí.

“No es como si realmente estuviera en tu grupo; eso me convierte en la persona perfecta para quejarse. Además, tenemos algo de tiempo hasta que el resto se despierte”.

Los chirridos de los insectos nocturnos aún se podían escuchar desde más allá de nuestra tienda. La mañana aún estaba lejana. Estaba un poco inseguro, pero pensé que podía sentir una pizca de preocupación por mí en las palabras de Rit. Era cierto que estaba un poco preocupado por poder seguir el ritmo de las próximas peleas, y por ser superado en términos de nivel de bendición.

Había estado pensando en el problema de la bendición de mi Guía por un tiempo, y la única conclusión natural parecía ser que mi trabajo estaba hecho. Si bien lo consideraba a menudo, nunca había encontrado nada que pudiera proporcionar para superar las limitaciones de mi función.

A decir verdad, no estaba seguro de si algo así existía, pero tenía que seguir intentándolo. Si no se me ocurre algo, no podría continuar con Ruti en su viaje.

“…Sí, yo supongo que sí. Si no te importa asentir un poco mientras hablo…”, admití.


“Por supuesto.”

Probablemente solo quería a alguien en quien apoyarme un poco. Rit se volvió para mirarme y escuchó en silencio lo que tenía que decir al principio. Sin embargo, a medida que avanzaba, ella comenzó a ponerse de mi lado. Rit se indignó y se molestó cuando le conté las diversas quejas de Ares. Incluso empezó a discutir como si estuviera en mi posición.

“¡¿Cómo aguantas eso?! ¡Todas esas cosas son culpa suya!” Rit declaró, tan indignada como si ella misma hubiera sido agraviada. Al verla así, sonreí… y…

***

 

 

Ahí fue donde me desperté.

“¿Un sueño? Eso seguro me trae recuerdos”.

Había sido un recuerdo de esa noche en el bosque de Loggervian.

“Rit también estaba a mi lado en ese entonces,” susurré.

Nuestras dos camas habían sido colocadas cuidadosamente juntas. Rit dormía lo suficientemente cerca de mí como para que si extendiera mi mano, pudiera acariciar su linda mejilla. Toqué suavemente su mano que sobresalía de la ligera manta de verano.

“Red…”

Cuando llamó mi nombre, me quedé paralizado. Tenía miedo de haberla despertado, pero todavía estaba dormida, con una expresión de felicidad en su rostro.

¿Está soñando conmigo?

Ella apareció en mi sueño y yo aparecí en el de ella. Eso solo no fue realmente tan especial, pero mi cara comenzó a calentarse cuando pensé en eso.

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La razón por la que había soñado con Rit era probablemente por lo que Storm había dicho ese día después de esa conmoción con los lacayos de Bighawk.

“Una cama doble, ¿eh? ¿Empiezas a arrepentirte de conseguir uno solo? Todo lo que quiero es que la señorita Rit tenga la mejor cama posible. No ha pasado mucho tiempo, así que si quieres cambiar por el doble, aceptaré un intercambio por el valor total y puedes pagar la diferencia de precio”.

Rit y yo habíamos dormido juntos en una tienda de campaña tan pequeña que nuestros hombros se tocaban en esa noche de Loggervia. Ahora estábamos acostados en dos camas juntas. Si extendiera la mano, podría tocarla, pero no estábamos lo suficientemente cerca como para frotarnos sin querer.

Además de eso, Rit parecía estar un poco preocupada últimamente porque nuestra sencilla vida juntos llegaba a su fin.

“Supongo que deberíamos ir a buscar una cama doble”, murmuré.

Acercarse a Rit tenía que convertirse en una prioridad. No quería que ella se preocupara más por cosas así.

Teniendo cuidado de no despertarla, silenciosamente hice mis planes para el día.

***

 

 

Por la mañana, Rit y yo pasamos por la tienda de muebles de Stormthunder. Como había decidido anoche, el plan era comprar una cama doble.

“¿Qué, aquí ya?” El rostro brusco de Storm se transformó en una sonrisa teñida de exasperación.

“Estaba seguro de que solo pasarías una vez que las cosas se calmaran”.

“Sería una lástima estar tan absorto en todos los problemas que me olvidé de mi maravillosa vida con Rit aquí en Zoltan”.

La compra de la cama doble hoy también tenía la intención de demostrar que estaba tomando una posición más proactiva. Sin embargo, todavía era un poco vergonzoso, ya que Storm era un conocido.

“Oooooh, parece que las cosas se han movido bastante rápido desde que viniste por primera vez a buscar una cama. Para empezar, deberías haber comprado la cama doble, cobarde,” insistió Storm.

“Voy a conseguir la cama doble ahora, ¿no? Déjame limpiar mi buen nombre aquí”, le respondí.

“¡Oye, Red! ¿Cuál deberíamos conseguir? ¡Quiero uno que se vea bonito y sólido!”

Sin prestarnos atención a nosotros dos, Rit había comenzado a comparar las camas alineadas frente a ella. Parecía emocionada pero también completamente seria sobre la tarea que tenía entre manos.

“Tiene buen ojo para la calidad, señorita Rit”.

La brusca expresión de artesano de Storm se transformó en un abrir y cerrar de ojos en una brillante sonrisa de vendedor mientras se apresuraba hacia Rit.

“Ese fue hecho con madera Whitehorse. ¡Proviene de un árbol que se dice que solo crece en bosques habitados por unicornios! Tiene una textura elegante y un ligero aroma natural. Es robusto y flexible, como el cuerno de un unicornio. Es un material realmente exquisito con el que incluso yo rara vez tengo la oportunidad de trabajar”.

Rit parecía estar disfrutando mientras escuchaba el argumento de venta.

Espera, ¿no va a ser muy caro?

“… Bueno, eso está bien, supongo”, murmuré para mí.

Incluso si era caro, comparado con lo que Rit tenía a su disposición, era poco más que un cambio de bolsillo. Es más, me sentí mal por el hecho de que mi orgullo había impedido que Rit consiguiera la cama que antes deseaba. En lugar de comprometerme esta vez, quería que eligiera su favorito. De esa manera, no habrá arrepentimientos.

“Ven aquí, Red”, me indicó Rit.

“Claro, solo un segundo”.

Una sonrisa se extendió por mi rostro mientras me acercaba a la nueva cama al lado de Rit. Ella lucía una sonrisa igualmente emocionada.

***

 

 

Después de organizar la entrega, nos dirigimos a la estación de guardia en el lado norte de la ciudad.

“Estamos de vuelta, Al”.

“¡Señor Red!”

Mientras Rit y yo estábamos escogiendo el nuevo mueble, dejamos a Al con los guardias, ya que parecía inseguro dejar al chico solo.

En realidad, esa no fue la única razón.

“Lamento haberte hecho esperar. No hubo ningún problema, ¿verdad?” Yo pregunté.

“No. Estaba un poco asustado, pero los dos que me cuidaron fueron amables, así que estuvo bien”.

Los dos guardias detrás de Al saludaron.

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“No viven en Southmarsh, pero aparentemente, se mudaron aquí hace unos años. Por eso no odian Southmarsh tanto como los otros guardias”, dijo Al con una sonrisa.

Me aseguré de recordar los rostros de los dos hombres que tan amablemente habían cuidado al chico semielfo. Con un gesto de agradecimiento en su dirección, Al y yo nos fuimos a casa.

***

 

 


Esa noche, era solo una cama doble y nosotros dos. Uno y dos. Las matemáticas no funcionarían a menos que los dos pudiéramos encajar en uno. Ya no podíamos dividir la cosa. Después de quedar atrapado en pensamientos en espiral como ese por un momento, finalmente decidí dejarlos de lado por el momento.

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“Red”, llamó Rit.

“U-uh, ¿sí?”

“Date prisa.”

Rit estaba sentada en silencio en la cama y me hacía señas para que me uniera a ella. Llevaba su pijama suave. El pañuelo que solía llevar alrededor del cuello ya se había quitado. Su cabello dorado se balanceó mientras acariciaba el lugar junto a ella.

“Está bien, está bien”, le dije.

Bien, ¿cuál es el punto de esto si voy a volver a ser un cobarde ahora? Aclaré mi mente y me uní a Rit. Los dos se sentaron allí, no acostados, solo mirándose el uno al otro.

“¡Khhh!” Rit fue quien dio primero. Era asertiva pero tenía un lado tímido. Sus piernas se movieron nerviosamente mientras se ponía de color rojo brillante y agarraba su almohada para cubrir su rostro.

¡Simplemente la hace lucir aún más linda! Pensé.

“¿Deberíamos irnos a dormir temprano?” Rit preguntó con voz apagada.

“Sí, supongo que deberíamos”, respondí.





Soplé el candelero. Ahora la habitación solo estaba iluminada por la poca luz de la luna que entraba por la ventana. Rit retiró lentamente la almohada que le cubría la cara. Tenía las mejillas rojas y me miraba muy levemente. Hermosos ojos azul cielo me miraban, temblando todo el tiempo.

“Mira lo rojo que estás”, dijo Rit con una risita, luciendo ella misma roja como la remolacha.

Respondí acostándome en la cama.

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“Vamos,” dije, abriendo mis brazos.

Los ojos de Rit se agrandaron y se tapó la boca con ambas manos, tratando de ocultar su alegría.

“¡Y-Yay!”

“Oof”.

Rit cerró los ojos con fuerza y saltó a mis brazos. Los dos rebotamos un poco en el colchón por la fuerza de su picado.

“El corazón de alguien se acelera”. Rit estaba acostada con su pecho apretado contra el mío mientras una sonrisa se extendía por su rostro.

“¿Mi corazón o el tuyo?” Yo pregunté. La respuesta era obvia: era de los dos.

Rit apoyó la barbilla en mi hombro, deslicé mis manos detrás de su espalda y le di un pequeño apretón. Nuestros cofres tronaron en sincronía entre sí.

La forma en que se sentía el hermoso cabello dorado de Rit cuando lo acariciaba era increíble, casi como la seda. Los labios de Rit rozaron mi cuello. Había un calor entrañable que emanaba de su cuerpo mientras yacíamos enredados.

Las manos de Rit tocando mi espalda a través de mi pijama se deslizaron hasta mi cintura y luego volvieron a subir por debajo de mi ropa. Sus dedos rozaron directamente mi piel, haciéndome temblar absorto.

“Rit”.

Después de escucharme llamarla por su nombre, Rit me miró. Una exhalación vacilante se deslizó de entre sus labios.

“Red… yo…”

Presioné mi frente contra la de ella mientras alcanzaba los botones de su pijama con ambas manos. Uno se abrió, revelando una clavícula delgada. Cuando se deshizo el siguiente, los hermosos y bien dotados pechos de Rit aparecieron a la vista. Había una gota de sudor que goteaba perfectamente entre ellos.

Shin no nakama Volumen 2 Interludio 2

 

Rit también me quitó la ropa, sus dedos se arrastraron por mi pecho mientras desabrochaba los cierres de mi camisa. Su mano estaba caliente y un poco sudada.

“Lo siento, mis manos deben estar ásperas por todos los callos… Es porque he estado entrenando con espadas desde que era pequeña…”, murmuró Rit, mirando hacia abajo como avergonzado.

Tomé la mano derecha de Rit con la izquierda y la coloqué en mi mejilla.

“Me gustan tus manos”.

Rit miró hacia arriba, su rostro enrojecido de nuevo. Acarició mi mejilla con su mano mientras su rostro se acercaba. Nuestros labios se encontraron gentilmente.

Con mi mano derecha, desabroché otro botón en el pijama de Rit, y sus pechos se liberaron con un ligero rebote. El cuerpo de Rit tembló con un sobresalto, sus ojos se entrecerraron con entusiasmo incluso mientras seguíamos besándonos.

Con una mano, comencé a extender la mano hacia el pecho de Rit.

“!”

De repente, sentí movimiento fuera de la habitación. Rit y yo rompimos nuestro beso e instintivamente nos congelamos.

“Supongo que Al fue a buscar un poco de agua para beber”, dije en voz baja.

“Parece que está tratando de no molestarnos”, respondió Rit.

Los dos nos sonrojamos y sonreímos mientras seguíamos mirándonos a los ojos.

“Rit, tal vez no deberíamos hoy…”

“Ugh, aunque eres tan genial, eres tan irremediable”, dijo Rit en broma.

Me besó una vez más, como si me picoteara. Envolviéndola con mis brazos, acerqué a Rit de tal manera que nuestros dos pechos desnudos se presionaron el uno contra el otro.

“Lo siento, solo quise coquetear un poco al principio, pero me dejé llevar un poco”, admitió Rit.

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“Fue lo mismo para mí”, le respondí.

“Ya veo. Eh-heh-heh… ¿Deberíamos irnos a dormir entonces?”

“Sí, yo supongo que sí. Mañana parece que vas a estar bastante ocupada. Buenas noches, Rit”.

Después de besar la frente de Rit, me alejé de ella de mala gana.

“Nfh… ¡Voy a estallar con todos estos sentimientos! Buenas noches… espero que el problema en la ciudad termine pronto”. Rit sonrió feliz, respiró hondo, se arregló el pijama y cerró los ojos.

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