Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 2

Capitulo 5: El Hombre Que Se Esforzó Por Convertirse En Un Héroe

Parte 1

Albert, nueve demonios acosadores con una tela negra cubriendo sus rostros, y un Bighawk inexpresivo estaban frente a mí.

¿Qué está haciendo Bighawk aquí? No debería haber podido alcanzarme tan rápido.

“Arte Marcial: ¡El Acercamiento de la Golondrina!”

Sin dejarme tiempo para reflexionar sobre mi sorpresa, Albert lanzó un ataque de inmediato. Estábamos a quince pasos de distancia, pero había acortado esa distancia en un abrir y cerrar de ojos y bajó su arma hacia mí. El Acercamiento de la Golondrina era un Arte Marcial destinado a permitirte moverte a gran velocidad para golpear al oponente. Sin embargo, el camino que tomaría la espada era fácil de leer, porque las Artes Marciales siempre se movían en patrones fijos. El ataque de Albert fue más rápido, pero lo esquivé con un solo paso hacia atrás y hacia la izquierda. Tan pronto como lo había evadido, la pesada hoja cambió de dirección repentinamente, casi como si hubiera rebotado contra algo.

No debería haber sido posible que el cuerpo de Albert se moviera tan pronto después  de desatar un Arte Marcial. El movimiento tuvo una sincronización imposible. La espada de Albert se acercó a mí, aparentemente atraída hacia mi cuello. Hubo un chirrido metálico.

“¡¿Qué?!”

La conmoción se apoderó de las esquinas de la expresión arrogante de Albert. El arco de su espada se había desviado. El filo del arma había pasado por encima de mi cabeza, recortando un par de mechones de cabello al pasar.

“¡¿Detuviste mi espada maldita con un juguete barato como ese?!”

Había desenvainado mi espada de bronce y detuve el corte dirigido a mi cuello con un solo movimiento.

Así que este es el poder de una espada maldita… Se decía que había una especie de demonio en el continente oscuro que poseía una habilidad que les permitía crear espadas que albergaban una especie de hambre de muerte. Si hubiera intentado atraparlo de frente sin desviarlo, ese corte probablemente habría atravesado mi espada.

Albert estaba empuñando un arma demoníaca, y la diferencia entre ese objeto y mi espada de bronce producida en serie no podría haber sido más clara.

“Poder evadir ese ataque… y con una espada tan terrible. Si no lograste esquivar mi ataque en la tienda en ese entonces fue solo un acto, ¿lo supongo? ¿Usaste un Arte Marcial que no conozco?”

¿Cuándo me atacó en la tienda? Pensé. No había sido una habilidad especial otorgada por una bendición, solo el simple manejo de la espada. Evidentemente, Albert se le había metido en la cabeza que yo había usado una habilidad secreta, sin embargo.

Albert y yo retrocedimos un poco y establecimos cierta distancia.

“Mis ojos no me estaban jugando una mala pasada. Realmente eres una persona destinada a convertirse en un héroe. Como yo,” se burló Albert.

“¿Por qué está Bighawk aquí?” Pregunté, más preocupado por la sorprendente presencia del semiorco que por cualquier otra cosa.

“Eso es…” Sintiendo que estaba siendo ignorado, la expresión de Albert se torció ligeramente.

“Porque este Bighawk es simplemente un caparazón”, intervino Bighawk mientras Albert trataba de explicar.

La voz era reconfortante para los oídos, como el repique de una campana. Claramente, no era la voz de Bighawk.

“…Eso es todo. Eso resuelve la última pregunta pendiente. Esta es la respuesta al origen de la droga y cómo la gente de Bighawk de alguna manera sacrificó cincuenta demonios de nivel medio. Había tenido problemas para deducir esa parte. Eres un demonio contratado que ha estado trabajando entre bastidores”, declaré.

El rostro de Bighawk se contrajo horriblemente.

“Soy de los que concede deseos. El deseo de esta criatura era convertirse en el rey de Zoltan. Así, presté mi fuerza. Este hombre era incapaz e ignorante, así que tomé el control de su cuerpo. En su lugar, hice todo lo que estaba dentro del ámbito de su capacidad y personalidad para guiarlo a convertirse en rey. Su conciencia permanece. Él ve y siente las mismas cosas que yo veo y siento. Estoy seguro de que ha disfrutado de la cocina gourmet y también de las mujeres exquisitas. Existe la pequeña desventaja de no poder mover ni un solo dedo por su propia voluntad, pero creo que hasta ahora está satisfecho con el resultado”.

Un demonio contractual. Hubo muchas historias famosas sobre personas que hicieron tratos con tales seres para cumplir sus deseos. Tales historias generalmente terminan trágicamente para la persona lo suficientemente tonta como para aceptar el arreglo. Por lo general, su alma se consumía para aumentar la bendición del demonio contratado, o de alguna manera se trabajaba en el arma de la cosa repugnante.

En pocas palabras, el que salió adelante de tales acuerdos fue siempre el demonio. Al crear un pacto, los demonios contractuales pudieron usar magia extraordinaria a la que normalmente no tenían acceso. Tan grande era ese poder que incluso podía alterar un poco la realidad.

Los demonios de nivel superior tenían una habilidad que provocaba la obediencia de los demonios de nivel inferior. Según los demonólogos, los demonios de nivel inferior también tenían una habilidad que fomentaba la lealtad a sus superiores. Esto fue más que el impulso ocasional de una bendición.

Al usar ese poder, el demonio contratado había convocado a los demonios del hacha y los había sacrificado. Sin duda, el conocimiento de la droga en sí provenía también del demonio.

“Un demonio de nivel superior…”, murmuré.

Incluso si no es uno especializado en combate cuerpo a cuerpo, no creo que pueda enfrentarlo de frente y ganar.

Si Ruti, Danan, Yarandrala o cualquiera de mis otros viejos camaradas estuvieran aquí, ese oponente no sería un problema. Si hubiera tenido

Thunderwaker y el resto de mi equipo de los viejos tiempos, probablemente también estaría bien.

Desafortunadamente, estaba solo sin una sola pieza de equipo mágico. Todo lo que tenía era una sola espada de bronce. Realmente no era ningún tipo de condición para enfrentarse a un oponente poderoso.

“Parece que tú y yo somos incapaces de pelear adecuadamente”, llamé.

“…” La expresión del poseído Bighawk no cambió, pero estaba seguro de que mis palabras habían dado en el blanco.

“Si hablaba en serio, debería haber podido tomar el control de Zoltan mucho más rápido que esto. Sin mencionar más fácil. Entonces, ¿por qué no lo has hecho tú?” Yo presioné.

“… ¿Por qué supones?” el demonio respondió con su propia pregunta.

“Sabes, he estudiado un poco sobre los de tu clase. He leído algunos artículos sobre demonios contractuales. Tu pacto contiene un poder enorme, pero al mismo tiempo, no puedes controlarlo todo. ¿No es así?”

“¿Qué pasa con ello?”

“El contrato era convertir a Bighawk en rey de Zoltan. Así que tomaste el control de su cuerpo y cometiste todas esas atrocidades para levantar la posición del hombre. Todo el tiempo, sin embargo, te quedaste atascado como el número dos del Gremio de Ladrones. Estoy seguro de que fue mortificante”.

La expresión del demonio se torció ligeramente.

“No en vano, se considera a Zoltan como una ciudad perezosa. El alcalde, todos los jefes del gremio, incluso el inframundo criminal del Gremio de Ladrones, todo aquí está determinado por la antigüedad”, continué.

La promoción a la cima de cualquier cosa en esta ciudad se basaba en el liderazgo. Después de alcanzar un cierto nivel dentro de las burocracias, los logros y las bendiciones e incluso la calidad del carácter no influyeron en lo que respecta a salir adelante.

Las personas mayores tenían más poder y las personas más jóvenes solo necesitaban esperar pacientemente hasta que la actual generación gobernante se extinguiera. No había lugar para la ambición; Zoltan era demasiado vago para esas cosas.

“Las luchas por el poder son un dolor de cabeza. Incluso si no te esfuerzas mucho, al final obtendrás tu turno. Todo el mundo por aquí está bien con eso. Bighawk fue llamado el número dos del Gremio de Ladrones, pero no era como si fuera oficialmente el segundo al mando. Fue solo una observación de su poder relativo dentro del grupo. No importa lo hábil y sobresaliente que fueras, todavía tendrías que esperar otros veinte años hasta que te conviertas en el jefe del gremio”.

“… Dios mío, esta es una ciudad tan irredimible”. El demonio se tapó los ojos con una mano y sacudió la cabeza como si se lamentara por el estado de las cosas.

“He concedido deseos similares antes. Debería haber sido una hazaña bastante simple con mi conocimiento, juicio y el poder de mi bendición. Debo confesar que me han superado. No importa cuán grandes sean mis logros, no importa cuántas garantías traté de brindar, la respuesta siempre fue no. Cada vez, simplemente me decían que no era así como se hacían las cosas aquí. La gente de Zoltan es verdadera e irremediablemente perezosa”.

“Obligado por el contrato, no se podía dejar a un lado el cuerpo de Bighawk. Sin cumplir el deseo, estabas estancado”, le dije.

Romper el contrato significaba liberar el alma de Bighawk. Eso restauraría cualquier cosa que el contratista hubiera renunciado, y el demonio del contrato perdería varios de sus niveles.

En otras palabras, era una pérdida considerable que era poco probable que un demonio aceptara.

“Ante una elección imposible, volviste tu atención hacia Albert, un forastero como tú”, razoné.

Era de conocimiento común que Albert era cercano al Gremio de Ladrones. Varios relatos indicaron que Bighawk era el mediador entre Albert y el gremio.

Aún sujeto al contrato con Bighawk, el demonio no podía usar ningún poder que no estuviera disponible para el semiorco, pero al firmar otro contrato, podría producir un milagro mientras aún estaba en el cuerpo de Bighawk.

“No es como si pudiera hacer un trato con cualquiera. Requiere cierta fuerza de voluntad fundamental, además de cierta cantidad de oscuridad que envuelve su corazón. En ese sentido, Zoltan es quizás el peor lugar imaginable. Todos aquí tienen sus puntos de descontento, por menores que sean, pero todos se han rendido y aceptado que las cosas no se pueden cambiar. Fue un golpe de suerte que alguien como Albert estuviera merodeando”, admitió abiertamente el demonio.

Albert tuvo la bendición del Campeón, un héroe desde su nacimiento. Desafortunadamente, no pudo estar a la altura de los estándares de su bendición. No era débil de ninguna manera, pero no había podido alcanzar el estado de rango B por su cuenta propia en Central.

Lo mejor que había hecho en su vida era elevarse a través de los logros de su grupo. Incluso entonces, todavía era solo un miembro de un grupo de rango B, no un rango B él mismo.

Las razones de eso fueron muchas. A Albert podría haberle faltado el consejo necesario sobre qué tipo de habilidades eran buenas para él. También era posible que no fuera tan talentoso. Incluso existía la posibilidad de que todo se debiera a que Albert no era particularmente bueno para trabajar con otros.

Independientemente de la razón, el resultado final fue que Albert no estaba satisfecho con su suerte en la vida. Es comprensible, por supuesto, ya que se suponía que era un Campeón.

“En Zoltan, Albert podía arreglárselas como un aventurero de rango B. Cuando llegó por primera vez, los únicos rangos B eran el ex alcalde el Maestro Mistorm, Galatine, el famoso miembro del Gremio de Aventureros, el obispo Shien de la santa iglesia y el capitán de la guardia Moen. Cuando la situación lo exigiera, esos cuatro formarían un grupo para manejar las cosas que solo un grupo de rango B podría hacerlo. Fue una escasez verdaderamente asombrosa de mano de obra calificada. Como tal, incluso si Albert era un poco deficiente, siempre que la gente de Zoltan pudiera entrecerrar los ojos y llamarlo rango B, era lo suficientemente bueno”.

El rostro de Albert se torció levemente cuando el demonio habló. Incluso si todo lo que decía era cierto, escucharlo era sin duda desagradable.

Había venido a Zoltan después de Albert, pero había escuchado que las cosas estaban particularmente difíciles antes de que él llegara. Como era de esperar, los cuatro rangos B en ese momento habían estado muy ocupados.

Si bien Moen era joven en esos días, no habría sido imposible que los otros tres miembros de ese grupo se hubieran retirado. Lo que es peor, sus trabajos regulares les negaban una buena cantidad de experiencia en combate. Supuestamente, habían tenido algunas llamadas cercanas con enemigos que de otro modo deberían haber estado por debajo de ellos.

El rango de Albert nunca fue revisado, incluso después de que dejó su grupo en Central. Entonces, cuando llegó a Zoltan, fue inmediatamente recibido como un aventurero de rango B. No había otra opción que volverse hacia él de todos modos. Así fue como Albert se convirtió en un héroe fronterizo.

“Llegué a despreciar por completo a Zoltan”, escupió Albert.

“Sus aventureros no son más que basura que postergan sus misiones. Está lleno de incompetentes que comienzan a quejarse en el momento en que les quitas los ojos de encima. ¿Cómo se suponía que iba a aceptar a personas así como mis aliados? Reconciliar que eran aventureros de rango B fue un insulto. ¡¿Quién podría aceptar eso?! ¡¿En qué me convierte vivir entre esas personas?! ¡Esta es una ciudad donde derrotar a un simple oso búho es motivo de celebración! ¡Pretender ser un héroe aquí no significa nada! ¡Si muero en Zoltan, mi vida habrá sido un desperdicio!”

La oscuridad en Albert había crecido lentamente cada vez que los lugareños lo aclamaban como un héroe. Cada vez que observaba la alegría despreocupada de sus camaradas, la ira se enconaba y crecía.

El demonio del contrato se había aprovechado de eso.

“Pero no te preocupes, rango D. Me convertiré en un héroe. Puede que haya firmado un trato con un demonio, pero me niego a levantar mi espada en nombre del mal”.

“¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que ha pasado? La gente ya ha muerto”, le respondí.

“Sacrificios necesarios. Mi deseo es que Zoltan se una y se una a la batalla contra el ejército del señor demonio. Quiero que se convierta en una ciudad con la fuerza y la determinación para poder hacer eso. La revolución debe alimentarse necesariamente  con la sangre de los sacrificios”, explicó Albert.

“Espera, ¿el ejército del señor demonio?” Pregunté, confundido.

“Escucha toda la historia, Red; Estoy seguro de que llegarás a comprender que lo que hacemos no es de ninguna manera malvado”, dijo el demonio que controlaba a Bighawk, interrumpiendo.

“Las fuerzas que están atacando este continente de Avalon, lo que llamamos el Continente Radiante, están siendo liderado por una facción diferente que difiere de cualquier señor demonio anterior. Muchos de los de nuestra especie han sido subyugados por el actual señor de los demonios, por lo que obedecen. Sin embargo, hay algunos de nosotros que todavía tenemos que alinearnos. Trabajamos con un grupo de enanos que han conservado su influencia en nuestra patria. Juntos, hemos organizado una resistencia para combatir al ejército del señor demonio… aunque nuestra situación actual es desfavorable”.

“¿Qué tiene eso que ver con que estés aquí?” Yo consulté.

“La razón por la que estoy aquí es, por supuesto, para cumplir el deseo de este semiorco. Al mismo tiempo, sin embargo, también es porque quería que Zoltan se uniera a la lucha contra las fuerzas del señor demonio”.

Escuchar eso de un demonio no fue una sorpresa menor.

“El deseo de Albert es luchar junto al héroe y derrotar al señor demonio. En su contrato, no prometió su alma, sino que prometió dedicar toda su vida a vencer al señor demonio. ¿Qué piensas? Seguramente podrá reconocer que de ninguna manera se trata de un acuerdo malicioso”.

“¿Es eso cierto, Albert?” Yo pregunté.

“Lo es.” Albert me miró a los ojos directamente. La ambición ardía en sus ojos.

“¡El demonio me otorgó poder en forma de mi Vorpal Blade, una espada maldita capaz de matar a cualquier monstruo! Es más, la Bendición del Diablo tiene el poder de otorgar incluso a las bendiciones sin valor la fuerza para luchar. Con estas dos herramientas a mis órdenes, tomaré el control del consejo y me convertiré en gobernador general. ¡Una vez que Zoltan esté completamente movilizado, dirigiré nuestras fuerzas para que se unan a la batalla del héroe!” Albert rugió.

Sin duda, imaginó una escena en la que las fuerzas del señor demonio se acumulaban mientras estaba hombro con hombro con Ruti y Danan. Detrás de él, los soldados agitaban sus lanzas mientras vitoreaban en respuesta a su conmovedor llamado.

“¡Soy Alberto el Campeón, no un aventurero que solo puede sobrevivir en este pueblo atrasado! ¡Me convertiré en un hombre digno de mi bendición!, ¡Un héroe digno de luchar contra el señor de los demonios! ¡Mi verdadero yo!”

Yo, un hombre que había dejado el grupo de los Héroes, y Albert, un hombre que  tenía la  mirada puesta en lo que yo había desechado, estábamos uno frente al otro. Ambos habíamos sido marginados de la pelea, pero ahí fue donde terminaron nuestras similitudes.