Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 2

Capitulo 3: El Maestro De Armas Semielfo

Parte 2

“Una espada es un espejo que refleja el alma de su portador. Usar uno es conversar con tu verdadero yo”.

Cuando todavía estaba enseñando las formas de blandir lanzas, esa fue la lección que Theodora la Crusader les enseñó a sus alumnos caballeros del templo cada vez que se sentían preocupados por los impulsos de sus bendiciones.

No era raro que el estilo de vida ascético de los caballeros del templo entrara en conflicto con los impulsos de diversas bendiciones. Theodora solía ser bastante estoica, pero nunca dejaba de sonreír cada vez que contaba la historia del problema que había tenido al instruir a una chica con la bendición de Niño Salvaje. Tanto Yarandrala como yo nos sorprendimos al ver ese lado de la mujer.

“Ella realmente me hizo pasar por el escurridor tratando de enseñarle, pero al final, se convirtió  en alguien de quien  estaba orgulloso  de  llamar camarada”.

Todavía podía recordar lo feliz que se veía Theodora cuando dijo eso.

“Una espada como regalo, eh…”, murmuré para mí. Investigar ese asunto parecía una buena idea.

***

Había estado pasando el tiempo bebiendo un poco de vino de manzana cuando Rit finalmente llegó a casa.

“Estoy de vuelta”, dijo, claramente cansada.

“Bienvenido de nuevo. Debe ser duro trabajar tan tarde”, dije.

“Sí, estoy vencida”. Rit se tambaleó hacia la silla frente a mí al principio, pero luego se lanzó en mi dirección. Envolvió sus brazos alrededor de mí mientras se sentaba en mi regazo.

“Vaya, ten cuidado”, dije reflexivamente.

“Ahhh, eso está mejor”, arrulló Rit.

“No lo digas como si te estuvieras metiendo en el baño o algo así”, le reprendí.

“Oh, un baño también estaría bien. Olvidé que dije que me iban a agregar uno”, dijo Rit, ignorando mi comentario.

“Deberíamos hablar con Gonz al respecto después de que hayamos terminado de investigar esto”, respondí.

“Me pregunto cuánto costará”. Rit apoyó la barbilla en mi hombro y se quedó inerte.

“Oh, sí, había algo que quería que miraras”, comenté, recordando de repente un evento de antes.

“¿Qué?”

“Al recibió un shotel de alguien relacionado con Bighawk. Yo mismo lo investigué un poco, pero para estar seguro, quería que tú también lo comprobaras”.

“Está bien, estoy bastante segura de que todavía tengo suficiente energía para usar Detectar, al menos”.

“Gracias. Está en esa bolsa debajo de la mesa”.

Rit quitó uno de sus brazos de mi cuello y se agachó para agarrar el saco sin levantarse de mi regazo. Sacando el arma, lanzó Detectar para discernir qué tipo de magia tenía la espada, si es que tenía alguna.

“Un pequeño shotel. La hoja está hecha de acero carmesí. La empuñadura es de ébano. El pomo es más grande que la guarda. Un herrero en el reino del archipiélago de Igosu elaboró esto. No está nada mal. Parece una pieza cara por la que iría un aventurero de rango C”, detalló Rit.

“¿Qué pasa con la magia?” Yo pregunté.

“Solo una mejora básica. Se ha mejorado la dureza y el filo de la hoja. Puede ahorrar algo de dinero para agregar un nuevo efecto mágico o simplemente mejorarlo más. No podría mejorar mucho en lo que respecta a la primera arma mágica de un rango C. El problema es…” Rit se calló cuando sus ojos se posaron en la joya incrustada en la empuñadura del shotel.

“Sí, no me equivoco. A esta espada le han echado Localizar”.

Localizar era un hechizo que indicaba exactamente dónde estaba la cosa encantada. Si bien esto informó al lanzador sobre la ubicación del objetivo, también puede vincularlo con una brújula que apunte en la dirección del objetivo. Incluso era posible conectar el hechizo de localización con un mapa que mostraba dónde se movía el objetivo.

“Sí, eso es lo que pensé también”.

Rit y yo habíamos examinado el shotel a través de diferentes métodos, pero nuestra conclusión fue la misma.

“Localizar, eh. Si fueras generoso, podrías interpretarlo como el deseo de poder venir y ayudar a Al si algo le sucediera”, razoné.

“¿Realmente crees eso?” Preguntó Rit.

“No. Bighawk no es un tipo tan agradable”.

Abundaban los rumores sobre cómo Bighawk había alcanzado su posición actual dentro del Gremio de Ladrones, y todos ellos involucraban violencia notoria. El hombre ciertamente no tenía escasez de enemigos, probablemente debido a sus métodos. Por eso rara vez abandonaba su territorio en Southmarsh.

“Me pregunto por qué querría saber dónde estaba Al…”, murmuré.

Lo que sea que buscara Bighawk, lo deseaba tanto que estaba dispuesto a renunciar a un arma mágica costosa por ello.

“Vaya, lamento divagar sobre eso cuando regresaste cansada. ¿Comiste algo mientras estabas fuera? Hice un sándwich, pero si no comiste, podría preparar una cena adecuada”, le ofrecí.

“Solo el sándwich está bien”, respondió Rit.

“¿En serio? … me doy cuenta de que no dijiste que ya comiste”.

“Sí, pero prefiero quedarme así por ahora”.

Algo andaba mal con Rit. Comparada con lo que solía estar, parecía triste.

“¿Qué es? ¿Paso algo?” Yo consulté.

“¿Cuánto tiempo podremos permanecer juntos así?” Rit respondió con una pregunta propia.

“¿Cuánto tiempo…?”

¿Significaba esto que algo realmente había sucedido? Había una inquietud en la expresión de Rit que no se parecía a nada que hubiera mostrado antes.

“Para siempre en lo que a mí respecta”, respondí con decisión.

“¿En serio?”

“En serio. ¿Te he mentido alguna vez?”

“¡Lo hiciste!”

“¿Eh?”

“¡Dijiste que tomaras el camino de la izquierda para llegar a las ruinas!¡Pero estaban en el camino de la derecha!”

Rit estaba hablando de la vez que estábamos buscando algunas ruinas en Loggervia.

“O-Oh, eso… Espera, ¿no estábamos compitiendo para ver quién encontró el tesoro de los elfos primero? ¡¿Quién le preguntaría a su competencia adónde ir?!”

“¡Pero mentiste!”

Rit se aferró con fuerza a mí mientras repetía: “¡Mentiroso, mentiroso, mentiroso!”

Con una sonrisa un poco irónica, le devolví el abrazo.

“Está bien, está bien, lo admito. He mentido cuando tenía algo que ganar haciéndolo”.

“¡Lo sabía!”

“Pero no diría una mentira si no hubiera nada para mí”.

“¿Qué quieres decir?”

“Quiero estar contigo para siempre. Así que no hay razón para que te engañe para intentar escapar. No estaba mintiendo definitivamente”.

“… ¿No te da vergüenza decir eso en voz alta?”

“Quiero decir, sí… es realmente vergonzoso”.

Habiéndose calmado, Rit besó mi cuello suavemente. Con una mirada casi decepcionada, finalmente se levantó de mi regazo.

“Si no te importa, creo que me gustaría tener algo de tu cocina”, dijo.

“No hay problema. Prepararé algo rápido”.

“…Gracias por todo. Y, eh, yo también quiero estar contigo para siempre”.

“Eso lo arregla entonces”.

Rit todavía parecía nerviosa mientras me dirigía a la cocina.

Dos horas antes, Rit estaba en Southmarsh durante la noche.

“¡Owwwww,  dame  un  descanso  aquí!”  gimió  un  hombre  de  aspecto desagradable cuando Rit le torció el brazo.

“Seguro que resultó ser una pérdida de tiempo”, comentó Rit.

“Atrapar a alguien con una bendición de Roof Crawler como yo en medio de una ciudad, ¿qué clase de monstruo eres?” escupió la persona sombría.

“Yo soy el que hace preguntas aquí. Saca todo lo que intentas ocultarme”, exigió Rit.

“¡Maldita sea!” exclamó el hombre cuando un crujido audible salió de su brazo y un sudor frío se formó en su frente. La extremidad podía romperse si Rit aplicaba más presión.

“Para que quede claro, no voy a romperte el brazo, te lo voy a arrancar. No quiero que salgas corriendo y sanes el hueso roto”.

“¡¿Q-Qué?!” El hombre sospechoso pudo ver que Rit hablaba muy en serio. No había duda de que su amenaza era genuina. Si no se mostraba franco con el objeto que había ocultado, era probable que Rit lo matara a golpes y lo desnudara en su búsqueda. Había perdido esta pelea en el momento en que lo atraparon.

“O-Okay, ya.”

Con cautela, el hombre dio la vuelta a la bolsa de medicina que había escondido dentro de su capa.

“Fuiste demasiado cauteloso. No pensé que esto me llevaría tantos días investigar. Realmente perdiste mi tiempo con esto”, dijo Rit, molesta.

“…”

“¿Oh? ¿El gato te comió la lengua?

El hombre no respondió y en su lugar se quedó boquiabierto y comenzó a echar espuma por la boca.

“¡No puede ser!” Exclamó Rit. Nunca hubiera sospechado que alguien en Zoltan de todos los lugares hubiera sido implantado con una bomba de sacrificio. Tales elementos requerían Alquimia Avanzada para hacer.

De repente, el cuerpo del hombre explotó con un estruendo, dañando los alrededores y arrojando un líquido verde en todas direcciones. Rit había intentado ponerse a salvo, pero no había reaccionado a tiempo. Un poco de la sustancia pegajosa se le había pegado a los brazos y las piernas.

“¡Una bomba adhesiva!”

Dichos explosivos utilizaban una sustancia pegajosa parecida a la cal de los pájaros. Crear bombas adhesivas requería una habilidad disponible para aquellos con bendiciones de Alquimista.

La sustancia pegajosa de las extremidades de Rit no se desprendería fácilmente. Lo que es peor, la estaba frenando.

¡Bajé la guardia!

Ahora luciendo un gran agujero en su pecho, el hombre colapsó.

¡Alguien viene!

Rit pudo escuchar el sonido de algo cortando el aire cuando tres personas cubriéndose la cara con una tela aparecieron desde las sombras. La bomba también tenía la intención de indicarles que entraran y eliminaran a cualquiera que hubiera atrapado al hombre que había explotado.

Rit luchó por mover los brazos en un intento desesperado por sacar sus shotels.

¡Están pegadas!

Desafortunadamente, la cosa extraña y pegajosa también había aterrizado en sus espadas, encerrándolas firmemente en sus vainas. No importaba lo fuerte que tirara Rit, las shotels no salían.

“Mier—”

Las tres personas enmascaradas se abalanzaron sobre Rit.