Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 2: La Hija De Un Soldado II

Capítulo 2: Invitación a la Residencia Otto

 

 

Varios días después, recibí una citación oficial de Corinna a través de Otto.

«¿No es un llamado oficial demasiado para una niña como yo? ¿No se envían generalmente a los padres? Dependerá de mi mamá y mi papá si puedo ir en primer lugar», dije, lo que hizo que Otto alzara una ceja y sacudiera la cabeza.

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«Eres la única en tu familia que puede leer correctamente, ¿recuerdas? Y no puedes rechazar esta convocatoria de todos modos. Si lo haces, tu madre y tu hermana mayor probablemente serán despedidas de sus trabajos».

«¡¿Qué?! ¿Por qué es eso?”

Al parecer, Corinna pertenecía a una familia de comerciantes adinerados, y gracias en parte a sus habilidades como costurera, era un miembro influyente del Gremio de Sastres. Después de muchas explicaciones, me enteré de que, alegóricamente, el aprendizaje de Tuuli era como el de una trabajadora de medio tiempo, que mamá como tintora de tiempo completo era como la gerente de una tienda, y que finalmente Corinna era una superior en el Gremio era como ser la junta directiva de Directores. En resumen: las sociedades basadas en el estado daban miedo. Si alguien por encima de ti en estado te invitaba a alguna parte, simplemente no había forma de que pudieras negarte. Bueno. Recordaré eso.

Por cierto, si esto fuera una convocatoria de Otto en lugar de Corinna, papá podría rechazarlo gracias a ser un soldado de mayor rango. Esto podría complicarse.

«Además, estaba pensando que esta sería una buena oportunidad para que aprendas sobre las cartas de invitación».

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«Entiendo. Gracias.»

Otto me enseñó a escribir una respuesta a una carta de invitación, que estaba escrita en una hoja delgada.

«¡¿Una convocatoria de Lady Corinna?! ¡¿Para ti, Myne?! ¡¿Por qué?!»

«Otto le contó sobre nuestro (champú todo en uno) y ella quería probarlo».

«¡Dios mío! ¡No puedo creer esto!»

Mamá cayó en pánico en el momento en que vio la convocatoria oficial con la que llegué a casa. Estaba entrando en pánico tan fuerte que le pregunté si debía rechazar la convocatoria, lo que hizo que sus ojos se abrieran con ira.

«¡No seas ridícula! ¡Tienes que ser educado y no ofenderla!”

«¡Entendido! Tendré cuidado». Otto aparentemente tenía razón. La invitación fue más de una convocatoria que nada.

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Mamá se apresuró a arreglar mi delantal. Mi ropa normal sería demasiado grosera para visitar a Corinna, al parecer. Mientras lo hacía, me dio tantas advertencias como pudo pensar acerca de cómo responder adecuadamente a una carta de invitación sin ser grosero. Iba a enseñarle a usar el champú, pero por alguna razón, todos se estaban volviendo locos.

«Oh, estoy tan celosa, Myne… Y yo soy la que hizo esa cosas, también».

«¿Tuuli puede ir conmigo, mamá?»

«¡Ni siquiera lo pienses! Ella no fue invitada.»

Yo misma había pensado en el champú, pero Tuuli fue el que realmente lo hizo. Para mí tenía sentido que Tuuli también se fuera, pero al parecer sería muy grosero llevarla sin ser invitada, así que no importaba cuán envidiosa fuera Tuuli, tenía que quedarse en casa.

Al igual que la última vez, me reuniría con Otto en el tercer timbre de la plaza. Después de ponerme el delantal que mamá me había arreglado encima de mi ropa habitual, me dirigí allí con papá. Dentro de mi bolso de mano habitual había un pequeño frasco de champú y un peine.

Cuando llegamos a la fuente en la plaza, Otto ya estaba allí esperando.

«No temas, Capitán. Asumo toda la responsabilidad por su hija y me aseguraré de que se mantenga a salvo. Está bien, vamos, Myne».

«Bueno. Adiós, papá”. Me despedí de él con la mano y comencé a caminar en dirección a las murallas del castillo con Otto.

El lugar de Otto aparentemente estaba cerca de la pared interior. A medida que el alquiler aumentaba, cuanto más se acercaba al barrio de los nobles más allá del muro, podía suponer que Otto vivía en un área de clase alta.

«Señor. Otto, ¿estás viviendo tan cerca de la pared interior a pesar de que trabajas como soldado? »

«Mi paga nunca podría cubrir esto. La familia de Corinna nos dio un piso superior de su casa. Su hermano mayor, reacio a renunciar a su linda hermanita, insistió en ello».

Hablando de eso, recordé haber escuchado en algún momento que Otto se había casado con la familia de Corinna y no al revés. Eso tenía sentido; sin la ayuda de la familia de su esposa, un soldado de bajo rango nunca podría permitirse un hogar en esta parte rica de la ciudad. Podía imaginar que Otto, pobre como había gastado todos sus ahorros de la vida en comprar la ciudadanía, no puso exactamente a la familia de Corinna en la mejor situación.

Cuanto más al norte fuimos, más cambiaron mi entorno y las personas que se encontraban dentro de ellos. La ropa dejó de ser de segunda mano y comenzó a tener estilos extravagantes con el exceso de tela ondeante. Las tiendas ubicadas en el primer piso de los edificios también cambiaron.

Se hicieron más grandes con más empleados, y un mayor número de clientes entraban y salían. Más carruajes viajaban a través de la calle principal y menos de ellos fueron tirados por burros.

Me sorprendió que la ciudad cambiara tanto a mi propia distancia a pie. Había leído sobre las sociedades basadas en el estado en los libros, y sabía cómo eran en el papel, pero la realidad era muy diferente de lo que había imaginado. Miré por todo el lugar mientras parpadeaba con sorpresa.


«Aquí está el lugar. Vivo en el tercer piso.”

“¡¿Tercer piso?!”

Otto vivía en el tercer piso de un edificio de siete pisos. Era común que los edificios tuvieran una tienda en el primer piso con el dueño de la tienda viviendo en el segundo piso con su familia. Los pisos del tercero al sexto solían alquilarse, y el piso superior a menudo albergaba a los aprendices y trabajadores.

Las casas se volvieron más caras cuanto más cerca estaban de un pozo y de la calle principal. Viví en el quinto piso de un edificio más cerca de la puerta que nada, lo que debería decirle todo lo que necesita saber sobre el estado económico de mi familia. Desde que la familia de Otto recibió el piso justo sobre el piso del propietario, puedo imaginar que la esposa de Otto era la hija premiada de una compañía rica.

Bueno… estoy impresionado de que dejaron que el matrimonio suceda. Considérame sorprendida. Tengo la sensación de que hay una gran diferencia de estado entre un comerciante ambulante y una hija de empresa.

«Estoy en casa, Corinna. Myne está conmigo».

«Bienvenido, Myne. Gracias por venir. Soy Corinna, la esposa de Otto».

«Es un placer conocerte, señora Corinna. Soy Myne Le debo mucho al señor Otto”.

Estaba viendo a Corinna por primera vez y ella era sorprendentemente linda, quizás la mujer más adorable que jamás había visto. Su cabello de color crema pálido, que se asemejaba a una luna llena radiante con la luz del sol, era mullido pero se mantenía unido de tal manera que acentuaba la esbelta nuca de su cuello.

Sus ojos eran de color gris plateado, lo que le daba a todo su cuerpo una especie de esplendor pálido. Corinna definió la frase de belleza efímera.

Y sin embargo… sus tetas eran enormes. Sus partes que sobresalían realmente sobresalían, dándole una figura perfecta de reloj de arena completa con una cintura apretada. … ¡Señor Otto, eres tan SUPERFICIAL!

Fuimos a la sala y no pude evitar dejar escapar un suspiro de asombro ante los hermosos tapices de mosaicos que colgaban de las paredes.

Fue la primera vez que vi un hogar con una decoración tan animada. Me di cuenta de la cantidad de ropa y trozos de tela que esta sala era para negociar con los clientes y hablar sobre el trabajo. Había algo en las decoraciones que me hicieron sentir relajada.

Dicho esto, para la casa de un comerciante adinerado, el lugar era mucho más sencillo y simple de lo que esperaba. Las mesas, las sillas y los muebles no tenían ningún diseño tallado, ni estaban pulidos hasta que brillaran. Eran sencillos y hechos de madera. Recordé haber leído un libro que mencionaba que las casas de los países del norte solían ser sencillas, de modo que podían soportar un uso constante durante los inviernos nevados.

«Myne, aprecio que hayas venido hasta aquí. He oído por Otto que has ideado una sustancia que limpia el cabello. He estado esperando esto con mucha ilusión», dijo Corina mientras me servía té de hierbas. Podía decir solo por su suave voz y tono que era la hija bien educada de una familia adinerada. Tenía la atmósfera cálida y esponjosa de una mujer cuya mera presencia proporcionaba curación espiritual. Sentí una necesidad de protegerla levantándose dentro de mí.

«He estado esperando conocerte también, Corinna. Eres tan hermosa como he oído, y los trajes que tienes en exhibición aquí son incluso más impresionantes de lo que esperaba».

«… Veo que eres una niña muy educada. Y tu cabello es tan bonito como Otto sugirió. ¿Mi cabello se volverá tan sedoso como el tuyo, me pregunto?” Corinna me acarició el pelo con ojos cautivados. Para hacer que el champú se viera lo más impresionante posible, mamá y Tuuli se frotaron el cabello lo más que pudieron la noche anterior. Mi cabello era aún más sedoso de lo habitual.

«¿Comenzamos sin más preámbulos?»

Saqué el frasco de la bolsa y la cara de Corinna se iluminó. La forma en que mostraba sus emociones tan honestamente era muy linda. Podía entender por qué Otto la adoraba tanto.

“Primero tenemos que preparar tu pelo para el lavado. ¿Puedo pedir un cubo de agua y un paño para limpiarte el pelo?”

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Otto consiguió trabajo de inmediato, como si dijera en silencio que era mejor dejar el trabajo físico para los hombres. Cuando él preparó el agua, Corinna se puso ropa que a ella no le importaría mojarse. Alineé un paño para limpiar, el frasco pequeño y el peine junto a Otto mientras preparaba el cubo.

«Así que esta es la cosa, ¿eh? ¿Cómo funciona?»

Otto, con los ojos brillando de interés, sacudió el frasco, miró dentro y olió su contenido. De repente tuve horribles visiones de que Otto se interponía en el lavado del cabello, no se callaba, trataba de coquetear con Corinna y, básicamente, solo era un dolor en mi costado.

«Señor Otto, por favor, espera en una habitación separada una vez que el agua esté lista. Sería muy fastidioso de tu parte espiar a una mujer que se está embelleciendo”.

«Bastante. Querido Otto, por favor espera afuera.»

Con el apoyo de Corinna, logramos que Otto salga de la habitación a pesar de su determinación de quedarse dentro. Podía escuchar sus pasos mientras él caminaba fuera de la puerta, pero lo bloqueé y tomé el frasco. Luego, con toda la atención de Corinna, comencé a verterla en el cubo mientras daba una explicación de lo que estaba haciendo.

«Esto se llama (champú todo en uno). Llene la cubeta con agua hasta la mitad, luego vierta la mayor parte del champú en su interior. Sumergiremos tu cabello en esto y lo limpiaremos. ¿Podrías deshacerte el pelo?”

Corinna se desabrochó el pelo y lo sumergió tímidamente en el cubo. Su cabello no estaba tan sucio como lo había esperado, tal vez debido a que lo había lavado antes de tiempo. Salpiqué más y más agua en su cabello para limpiarlo hasta las raíces.

«Asegúrese especialmente de limpiar su cuero cabelludo a fondo».

«… Tener todo limpio mi cabello se siente bastante bien. No tenía la menor idea de que esto sería tan agradable».

«Estoy segura de que Otto con gusto te lavaría el pelo si lo preguntas», le dije. Después de una pausa, continué con: «Probablemente se pegaría a tope, incluso si no hubieras preguntado».

Corinna se echó a reír.

«Oh, ¿no era ridículo observar a una mujer mientras ella se está arreglando?»

«… Solo lo dije porque no quería que él coqueteara contigo mientras trabajaba».

«¡Oh mí dios! Ajá, me pregunto cómo se comporta Otto fuera de la casa, si una niña como tú temiera eso de él».

Corinna tenía más pelo que Tuuli y, por lo tanto, lavarlo era más difícil, pero no había duda de que la cantidad de clavos que recibía dependía directamente de la satisfacción de Corinna con el champú. Utilicé el alcance de mi habilidad para lavar su cabello lo mejor posible.

«… Myne, cariño. ¿Puedo preguntarte algo?” Dijo Corinna, su tono un poco más rígido que antes. Me tensé reflexivamente, temiendo que ella estuviera a punto de preguntarme cómo hacer el champú.

«En verdad, ¿cómo es Otto cuando trabaja en la puerta?»

Su pregunta fue tan inesperada que no pude evitar soltar un sorprendido «¿Eh?»

La expresión de Corinna se nubló.

«Abandonó su vida como comerciante por mí, así que no puedo evitar sentirme un poco preocupada…»

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«Ohhh, no tienes que preocuparte por eso. ‘Sigue siendo el comerciante en la puerta’. A pesar de estar tan ocupado, él mismo manejó todo el trabajo de la temporada presupuestaria, negoció con los comerciantes que vendían para vender equipos y productos básicos, explotó su posición como guardia de la ciudad para obtener tanta información posible, y así sucesivamente. Otto todavía se estaba comportando como un comerciante”.

«¿Vamos de nuevo…? ¿Está siendo un comerciante, en la puerta? ¿A pesar de ser un guardia?”

«Sí. En particular, Otto es la imagen de un comerciante que escupe cuando negocia con los comerciantes que venden productos en la puerta y exprime la mayor cantidad posible de una ganga. Él tiene la sonrisa siniestra e intrigante de un comerciante en su cara todos los días, como cuestión de rutina».

«¿Ahaha, se parece a un comerciante? Ya veo, entonces debe ser así. Mmm… Siento que tus palabras son solo el apoyo emocional que necesitaba.»

El cabello color crema de Corinna se volvió más sedoso cuando lo limpié con la tela, y se volvió más lustroso como una perla brillante mientras corría diligentemente el peine a través de él. Pensé lo mismo cuando estaba lavando el cabello rubio de Lutz, pero en serio, estaba celosa.

“Si puedes, intenta usar un peine de madera. La madera absorberá el agua y hará que tu cabello se vea más brillante».

«Muy bien. Y… gracias, esto es incluso más bonito de lo que imaginaba”. Corinna dejó escapar un susurro de asombro cuando se tocó el cabello.

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«Para empezar, tu cabello tiene un color bonito y parece que lo has estado cuidando bien, por lo que la sedosidad salió incluso más fácil de lo normal. Todo lo que tienes que hacer es repetir este proceso una vez cada cinco o siete días», le expliqué mientras señalaba el frasco, que tenía algo de champú en el interior.

Pero Corinna solo inclinó su cabeza en confusión.

«¿También me das las sobras? Dios mío, no podría simplemente tomarlo sin recompensa. Permíteme darte un regalo primero».

«Está bien. Otto me está dando los clavos a cambio de todo esto».

«… ¿Clavos? ¿Verdaderamente? ¿No le estás vendiendo por muy poco?”

Lo estaba, pero eso estaba bien conmigo. Me gustaría obtener los clavos que necesitaba sin decirles cómo hacer el champú, y además de eso, podría pedir más cosas cada vez que Corinna quisiera más champú.

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«Ejem. Myne, mi ropa se ha mojado un poco y deseo cambiarme. ¿Serías tan amable de esperar a fuera con Otto un poco?”

Asentí, pero cuando abrí la puerta para salir, Otto prácticamente saltó con la mirada de un oso hambriento que finalmente había encontrado comida.

«¡¿Corinna?!»

“Mi ropa se mojó y por eso me estoy cambiando. Otto, entretén a Myne mientras estoy ocupada. Corinna asomó la cabeza por la puerta que había abierto y habló con una sonrisa. Su cabello húmedo se derramó sobre su ropa mojada, que cuando se combinó con su tono tímido le dio un extraño aire de sensualidad.

“Perdóname por mostrarme así. Me cambiarán enseguida”.

Corinna cerró la puerta del dormitorio inmediatamente una vez que estuve en el pasillo. Miré a Otto y vi que estaba mirando aturdido la puerta cerrada. Viendo lo asombrado que estaba, hice una pequeña pose triunfante en el interior. Hoy sin duda había terminado en mi sólida victoria.

«Eh, eh, eh. Entonces, Otto. ¿Corinna no se veía súper hermosa? ¿Te enamoraste de ella otra vez? Su cabello color crema brillaba como joyas…»

«¡Ngh! ¡Corinna!”

“¡Aguanta, Otto! ¡Estoy en medio de cambiarme!»

Otto tragó aire y luego cargó directamente hacia la puerta. Me apresuré a agarrar su brazo, pero, por supuesto, me faltaba una fracción de la fuerza necesaria para detenerlo.

«Otto, ¿tienes la intención de mostrarle a Myne mi desnudez?»

La calmada advertencia de Corinna desde el otro lado de la puerta golpeó a Otto como un rayo. Se detuvo en su lugar. Luego, después de un breve silencio, se dio vuelta lentamente y, con una sonrisa aterradora, me abrazó en los hombros.

«Escucha, Myne. ¿Me harías un favor y recordarías algunos recados importantes que debes hacer? «Traducción: Me he enamorado de mi esposa una y otra vez y deseo pasar una velada apasionada con ella, así que por favor, vete de inmediato. Te escucho fuerte y claro, Otto.

«Puede que recuerde algo, dependiendo de la cantidad de clavos que me hayan dado», le dije con una sonrisa, mirando la bolsa de clavos que descansaba sobre la mesa de la cocina. Otto miró hacia adelante y hacia atrás entre los clavos y yo, teniendo un serio debate interno sobre el asunto. Estaba más que claro que estaba sopesando en una escala interna el deseo de su comerciante de obtener el máximo beneficio y su amor por su esposa.

«Si me los das a todos, podría pensar en una excusa que convencerá a papá». En el momento en que dije eso, Otto recordó que le había dicho a papá que se ocuparía de mí. Inmediatamente empujó la bolsa entera de clavos en mi mano con una sonrisa. Las cosas habían ido según lo planeado, así que me despedí educadamente.

… Bueno, terminé con muchos más clavos de las que esperaba, pero eso estuvo bien. Otto, podría sufrir las consecuencias de eso.

Con la bolsa llena de clavos en la mano, comencé el viaje a casa solo. Los clavos eran pesados. Individualmente fueron ligeros, pero juntos el peso realmente se sumó. Mis brazos comenzaron a tambalearse solo después de caminar un poco.

… Esto no está funcionando. Necesito descansar. Mis brazos duelen. A este ritmo, ni siquiera llegaré a casa.

Al llegar a la fuente de la plaza central, me senté para tomar un descanso. Sacudí mis brazos temblorosos y los masajeé. Después de un poco de eso, Lutz caminó delante de mí, probablemente camino a casa desde algún lugar.

«¿Oh? ¿Lutz? ¿Qué estás haciendo aquí?”

«¡¿Myne?! ¡Esa es mi línea! ¿Por qué estás aquí? ¿Qué? ¡¿Estás sola?!»

Mi rango de actividad estaba generalmente restringido a la puerta y al bosque. Siempre tomaba el camino más corto hacia mi destino, por lo que generalmente no pasaba por la plaza. Lutz, sabiendo que nunca fui a ningún lugar por mi cuenta y necesitaba que alguien me cuidara incluso cuando iba al bosque, se sorprendió al verme sola.

«Estoy camino a casa desde el lugar de Otto. ¡Me dio tantos clavos! Sin embargo, son bastante pesados y él vive un poco lejos, así que estoy tomando un descanso».

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«Voy a llevarlos por ti. ¿Por qué no hiciste que te acompañara a tu casa?»

Le di a Lutz la bolsa de clavos mientras él murmuraba quejas. La bolsa que había sido lo suficientemente pesada como para lastimarme los brazos parecía no pesar nada desde la perspectiva de Lutz.

Mientras Lutz y yo caminábamos a casa juntos, discutíamos cómo habían sido nuestros días. Aparentemente, Lutz había ido a preguntar a las personas que trataban con la madera para ganarse la vida y así sucesivamente para obtener consejos sobre qué árboles serían un buen papel o tororo.

En Japón, normalmente utilizaríamos hibiscos aplastados al atardecer para la fabricación de washi, pero en este mundo, los jugos de una fruta edil o un insecto shram serían los más adecuados.

… Y-Yuck. Espero que no necesitemos zumos de insectos. Aunque los insectos probablemente sean los más fáciles de conseguir durante todo el año.

«Ahora que tenemos clavos, podemos hacer el vapor».

«¿Sí? ¿Qué tan grande va a ser? Dijiste que lo harías para que coincida con una de nuestras ollas, pero ¿tu madre dijo que podrías usar una olla?”

Al principio no necesitaríamos un vaporizador tan grande para la madera, pero si es posible, quiero uno que coincida con el tamaño de una olla. Sin embargo, casi todas las familias solo tenían tantas ollas como necesitaban para cocinar. Mamá probablemente no me prestaría una olla sin importar lo que dijera.

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«… No he preguntado todavía. Y en realidad, en un momento dado, se enojó conmigo por poner lo que creía que no era comida en una olla». Si el pescado seco era suficiente para enojar a mamá, no podía imaginar que me prestaría una olla para Cocer madera al vapor y hacer papel.

«Entonces estamos jodidos, ¿eh? Que vamos a hacer, no puedo hacer una olla por mi cuenta».

Las ollas eran caras. Muy caras. Eran el tipo de cosas que usaste para toda la vida, reparándolos mientras se rompían. Los niños como nosotros no podían poner nuestras manos en una olla con facilidad, y hacer que uno se involucrara con el metal, que era demasiado difícil.

«… Podemos comenzar con la suketa en su lugar. Eso no será imposible una vez que nos conformemos con el tamaño».

«Haaah. Sí, supongo que tenemos que empezar con lo que podamos».

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