Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 2: La Hija De Un Soldado II

Capítulo 15: Entregando los Adornos para el Cabello

Cosí las piezas de alfiler en las flores y terminé los adornos para el cabello. La vista de ellos me hizo incluso dejar escapar un grito de asombro. Los que había hecho para Freida habían terminado mucho más hermosos de lo que esperaba.

Cada una tenía cuatro rosas de color rojo oscuro que rodeaban los lirios blancos, lo que hacía que los rojos se destacaran más. Las pequeñas flores blancas esparcían el hilo verde en forma de hojas, acentuando los colores.

«… Hey, Myne. Estos se ven bastante diferentes a los de Tuuli. Son uh, realmente llamativos». Las horquillas terminadas se veían tan bien que Lutz en realidad se estremeció al verlas.

Se veían mejor por dos simples razones. Uno, el hilo era mejor. Era más delgada y más sedosa, por lo que las flores terminadas a su vez parecían más delicadas y, por supuesto, sedosas. Dos, la artesanía estaba en otro nivel. La mayoría de las veces hice la horquilla de Tuuli, pero esta vez mamá y Tuuli me ayudaron, lo que resultó en flores mucho más finamente elaboradas.

«¿No crees que las horquillas como ésta se verán mejor que las de Tuuli, teniendo en cuenta el tipo de ropa que llevará y todo eso?»

«No sé qué le parecería o no a ella».

Cuando Lutz negó con la cabeza, crucé los brazos y me puse a pensar.

«Mmm, tendrás que aprender más sobre eso. La tienda de Benno trata principalmente con ropa y cosas por el estilo, y parece que ha estado apuntando cada vez más a sus nobles».

Los ojos de Lutz vacilaron. A la gente no le gustaba mirar sus puntos débiles de frente.

«Uuuh, Myne. ¿Qué vamos a hacer con las horquillas ahora que están listas?»

«Se los mostraré a Benno y luego se los entregaré al maestro del gremio. Vamos a a donde esta Benno».

Puse las horquillas en una canasta pequeña y las cubrí con uno de nuestros pañuelos más limpios para que otras personas no pudieran verlos.

«Llevaras la cesta, Myne. Voy a tomar la bolsa».

Mi bolso de mano que estaba lleno con el pedido de suministros, una pizarra de piedra y una pluma de pizarra fue sorprendentemente pesado para mí, por lo que se agradeció la ayuda de Lutz. Le entregué mi bolso a Lutz con sincero agradecimiento y sostuve la pequeña cesta.

«Oh, ¿qué te trae por aquí hoy?», Dijo Mark después de vernos.

“Terminamos los adornos para el pelo. Quería mostrárselas a Benno antes de entregarlas al maestro del gremio, pero…»

«Está bien, vamos a verlo», dijo Benno desde detrás de mí, de la nada, haciéndome saltar con un pequeño grito. Me di la vuelta y vi a Benno, envuelto en ropa real de pies a cabeza. Él debe haber ido a visitar a un noble.

«Bienvenido de nuevo, señor».

«Sí. Sígueme, ustedes dos.” Benno asintió a Mark y luego se dirigió a su oficina con nosotros.

«Entonces, ¿dónde están?», Dijo justo después de que nos sentamos. Saqué el pañuelo de la pequeña cesta y se lo tendí a Benno.

«¿Qué piensas?»

Benno sacó uno de los adornos para el pelo de la canasta, lo miró, lo volvió a colocar y luego suspiró profundamente.

«… Myne, no tenías que dar un descuento en la segunda».

«¿Eh? Pero realmente estábamos sobrecargando el precio a ellos. Dado que el hilo es el único material que necesitamos comprar para estos, habríamos terminado con tres pequeños beneficios de ganancias».

“Aprende más sobre el valor de los productos, idiota. Todas las cosas que me has traído son artículos de lujo. Si no comprendes el precio de los artículos de lujo de alta calidad, va a perturbar el mercado».

«…Lo siento.»

Ya sabía que mi sentido del valor estaba en conflicto con el de este mundo, y comprendí que Benno me estaba protegiendo para evitar que el mercado se revolviera.

Realmente entendí que la ropa y los accesorios de moda eran caros, pero no sabía cuántos de ellos se vendían en la ciudad y por cuánto no tenía fuerzas para explorar las tiendas de la ciudad. Sobre todo porque las tiendas de clase alta rechazaron la entrada por edad y vestimenta.

… De todas formas. Artículos de lujo, ¿eh? Las cosas que le había traído (champú, papel, horquillas) eran solo artículos normales para mí, pero no para él. No a este mundo. Lo sabía en teoría, pero me costó entenderlo realmente, dada mi educación japonesa. Lo único en lo que estaba pensando es: quiero recuperar parte de mi vida anterior, y si no está disponible, usaré algo en su lugar o lo haré yo misma.

«Señor Benno, quiero entregarle esto al maestro del gremio, pero no sé cómo debería hacerlo. Ahora mismo estoy pensando que debería hacer una cita para reunirme con él».

«Bien. Esta es una buena oportunidad para una lección».

Me pidió que sacara mi pedido de suministros y escribiera en una pizarra que quería una cita con el maestro del gremio, así como mi nombre y mi negocio con él.

“Entrégale esto a la recepcionista en el tercer piso del Gremio. Cuando se resuelva la cita, la recepcionista escribirá la hora de la reunión en la pizarra y la devolverá».

«Está bien, lo entregaré en mi camino a casa».

«Aaah, agárrate. Ustedes dos serán comidos vivos si van solos. Iré contigo.»

¿Seguro que estaba exagerando? Solo íbamos a hacer una cita.

Después de que Benno se cambiara de ropa, nos dirigimos al Gremio de Comerciantes. Esta vez usé mi propia tarjeta de gremio para llegar a los pisos superiores. Llegamos al tercer piso sin problemas. Se sentía como si hubiera ascendido un poco en el mundo.

Posteriormente, como enseñó Benno, entregué el tablero a la recepcionista. Lutz y yo nos sonreímos, llenos de la satisfacción de un trabajo bien hecho, y empezamos a irnos. Pero antes de que pudiéramos, la recepcionista nos detuvo.

«Un momento por favor. El maestro del gremio dijo que si iban a venir niños con el nombre de Myne y Lutz, déjalos entrar de inmediato.”

«¡¿Bwuh?!»

La recepcionista nos indicó que entráramos en la habitación del maestro del gremio y, cuando entré en pánico, escuché a Benno murmurar «Me imaginaba». Si hubiéramos estado solos, podríamos habernos comido vivos. ¡Oooh, Benno, eres un genio! ¡Estoy tan contenta de que hayas venido con nosotrosss!

Fuimos a la oficina del maestro del gremio y, aunque hizo una pequeña mueca al ver a Benno, nos dejó pasar.

«¿Qué te trae por aquí hoy?»

«Terminamos los adornos para el cabello de Freida y estamos listos para entregarlos».

«Vamos a verlos, entonces.»

Saqué mi pequeña cesta y moví el pañuelo a un lado, luego lo puse en el escritorio del maestro del gremio y lo empujé para que pudiera ver dentro. Sabía que estaría bien ya que Benno les dio una nota aprobatoria, pero mi corazón todavía latía muy rápido.

El maestro del gremio miró dentro de la canasta, sacó una de las horquillas y la investigó con una mirada seria. Él levantó una ceja y me miró.

«… Esta horquilla es bastante diferente de la que me mostraste antes».

«Pongo un esfuerzo extra en estos para que valgan la pena su precio. ¿Crees que el otro es mejor? Hablé con Freida y traté de hacerlos coincidir con su cabello y su atuendo, pero…» Palidecí, temiendo que no le gustaran, pero el maestro del gremio negó con la cabeza.

«No, sólo estoy sorprendido. No esperaba que se vieran tan espléndidos. Estos seguramente se adaptarán perfectamente a Freida».

«Entiendo. Me alegro.» Suspiré aliviada por no haber sido rechazada, y los ojos del maestro del gremio brillaban con una luz aguda.

«Myne, deberías venir a mi…»

«Hemos terminado aquí, Myne. Vamos.»

Benno agarró a Lutz y mis brazos y se levantó antes de que el maestro del gremio pudiera siquiera terminar su oración. Lo seguí, pensando que estaría bien dejarlo ahora que habíamos terminado con nuestro trabajo, pero el maestro del gremio nos detuvo con cierto grado de desesperación.

«Ahora, ahora, espera un momento. Me gustaría que los entregaras a Freida directamente. Estaba muy feliz de haber hecho amistad con una chica de su edad. Yo mismo estaba muy contento de que finalmente se hiciera una amiga en su grupo de edad».

Wow… Freida hizo su primer amigo, ¿eh? No sé quién es, pero felicidades. Pensé para mis adentros, sin pensar demasiado en eso, cuando de repente Benno se agachó a mi lado y me susurró al oído.

«… ¿Terminaste siendo amigo de la nieta de ese viejo?»

«¡¿Bwuh?! ¡¿Yo?! Umm… me lo pregunto.»

Sabía que ella había desarrollado un afecto por mí, pero no pensé que pudieras llamar a esa amistad. Pero el maestro del gremio estaba tan contento de que su nieta se hiciera una amiga que no quería negarlo rotundamente.

«Creo que está esperando con bocadillos preparados para que puedas visitarlos en cualquier momento».

«… ¿Bocadillos, dices?» Dije por instinto, segundos antes de que Benno sacudiera mi frente. Sabía que él estaba diciendo «no muestres ninguna apertura», pero no pude evitar reaccionar ante la dulce tentación de los bocadillos.

«Perfecto. Te llevaré a Freida.” El maestro del gremio debe haber estado acostumbrado a cargar a Freida, ya que me levantó con poco esfuerzo y salió de la habitación.

«Oye, espera. Yo también voy.»

«Si Myne se va, lo estoy siguiendo».

Benno y Lutz nos persiguieron en pánico, al haberme visto ser secuestrada ante sus propios ojos.

Básicamente, todos habían decidido que nosotros iríamos a la casa del maestro del gremio, pero estaba bastante cerca de la pared interior e incluso más lejos de mi casa que la tienda de Benno. Para ser honesta, si íbamos hasta allí, no pensé que tendría la fuerza para caminar a casa.

«… Maestro del gremio, soy muy débil y no creo que pueda caminar más hoy».

«No necesitas caminar. Estaremos usando un carruaje».

«¡¿Un carruaje?!»

Ni siquiera había considerado viajar en un vehículo. Sabía que los comerciantes y los agricultores tenían carruajes tirados por animales que viajaban a lo largo de la carretera principal, pero en mi demografía era normal que cada familia tuviera un solo carro, y que solo los adultos los usaran.

Naturalmente, los neumáticos de goma no existían aquí, por lo que tirar de un carro con un niño le tomaría mucha fuerza a un adulto. Ningún niño podría esperar tirar uno. O, en realidad, a ningún niño se le permitiría usar el precioso carro familiar en primer lugar. Simplemente caminamos a todos lados a pie. Así es como funcionó.

Sin mencionar que los caballos eran caros. Los burros eran en gran parte omnívoros, pero la alimentación que comían los caballos era lo suficientemente cara como para tener uno era la carga financiera. Ngh… Maldita sean, gente rica.

Mientras maldecía a la riqueza del maestro del gremio en el interior, llegamos al primer piso del Gremio de Comerciantes y subimos a su carruaje. Para cuando salí de mi furia celosa, Benno y Lutz estaban en el carruaje y todos nos dirigíamos a entregar los adornos para el pelo a Freida juntos.

Había escrito en un vagón durante los preparativos de invierno del año pasado, pero esta era la primera vez que viajaba en un vehículo tirado por un animal. Lutz y yo miramos con entusiasmo alrededor del carruaje, haciendo que los labios del maestro del gremio se curvaran ligeramente en una sonrisa.

«Ohoh. ¿Primera vez en un carruaje, Myne?”

«Los he visto pasar por la puerta e ir por la carretera principal, pero nadie, Lutz o yo sabemos, es dueño de un carruaje».

El carruaje tenía el tamaño adecuado para dos adultos, por lo que no había mucho espacio de tamaño. Los dos adultos estaban sentados en los asientos adecuados, mientras que Lutz y yo apenas nos apretábamos contra un bulto levantado en el suelo destinado a colocar el equipaje. Solo nos las arreglamos para encajar ya que éramos niños, pero aun así, estaba apretado.

«… No hay suficiente espacio. Benno, vete.”

«En ese caso, llevaré a Myne conmigo».

Benno y el maestro del gremio se miraron el uno al otro por un momento, y finalmente, el carruaje comenzó a moverse con todos nosotros apretados dentro. Rebotó a lo largo de la carretera tanto que era imposible quedarse quieto. Lutz estaba a salvo, ya que podía aferrarse al asa destinada a ayudar a los pasajeros a salir, pero no tenía nada y, por lo tanto, me acercaba a volar de mi asiento con cada rebote.

«¡Uwaah, aaah!»

«Myne, ven aquí».

Incapaz de seguir mirando, Benno me sentó en su regazo y envolvió sus brazos alrededor de mi estómago para sujetarme hacia abajo para que no siguiera rebotando.

Sin embargo, los rebotes fueron suficientes para enviarme en el aire, y si alguno de los dos bajaba la guardia, no había duda de que mi cabeza sería enviada volando hacia la mandíbula de Benno por un daño crítico. Sabía que el carro rebotaría mucho debido a la falta de suspensión, pero no esperaba que fuera tan malo. Ngggh… Los carruajes no son para nada graciosos. 

«Freida, Myne ha traído tus horquillas».

«Oh, Myne. Bienvenida.” Freida se acercó a nosotros con una suave sonrisa, con el pelo rosa claro ondeando.

«Hola de nuevo.»

«Es un placer conocerte, Freida. Yo soy Benno, Myne me ha hablado mucho de ti.”

«¿My, my, me pregunto qué dijo ella?»

… ¡Ambos están sonriendo, pero esto se siente tan aterrador! Mientras mi espalda temblaba de miedo ante el saludo de Benno y Freida, Lutz me apretó la mano. Lo miro y vi que estaba un poco pálido. Ni él ni yo podríamos unirnos a la guerra invisible que se lleva a cabo entre los comerciantes. Me pregunto si algún día podré sonreírle suavemente a alguien mientras las chispas vuelan entre nosotros.

“Freida, tengo negocios con Benno aquí. Puedes tomar las horquillas de Myne y pagalas».

«Entendido, abuelo».

El maestro del gremio lo dejó así y se dirigió a su habitación con Benno, mientras que Lutz y yo fuimos llevados a la misma sala que la última vez. Inmediatamente se trajeron bebidas dulces y bocadillos y la mesa pronto se envolvió en un delicioso aroma.

“Sé que a las chicas nos encantan las cosas dulces, así que me preparé para tener este dulce listo en cualquier momento en caso de que me visites. Siéntete libre de venir a jugar cuando tengas tiempo, Myne».

«¡De acuerdo!» Respondí con una gran sonrisa, y luego Lutz me pellizcó la mano debajo de la mesa.

… No puedo dejar que su dulce tentación me derrote. Debo mantenerme fuerte. ¡Debo… nmmm, ellos huelen tan bien…! Había nueces empapadas de miel cocinadas encima de lo que parecía una fina masa de pizza sobre la mesa.

«Ahora bien, Myne y Lutz, coman con el contenido de su corazón».

«¡Lo haré!»

Nom, nom. Había mucha miel y sabía tan delicioso como dulce. Qué dulces de lujo era este. ¿Estoy en el cielo? Mientras pensaba en las tartas de nueces que había comido en Japón, de hecho comí hasta el fondo de mi corazón. Comer cosas dulces me hizo tan feliz como esperaba.

«Gracias por la comida. Fue realmente muy bueno».

«Me alegra que lo hayas disfrutado tanto. Informaré al chef de su éxito».

Wooow… ¿Oye eso, Lutz? Tienen un chef. En otras palabras, cuando el maestro del gremio dijo «ella está esperando con bocadillos preparados», quiso decir que tenía un chef que preparaba bocadillos mientras esperaba sin hacer nada. ¡Habla de una brecha entre ricos y pobres! 

«Entonces, ¿puedo ver estas horquillas que has hecho?»

«UH, Huh. Pero primero, devolveré el hilo que nos sobraba».

«… My, my, no tienes que hacer eso».

«Yo insisto. Este hilo es demasiado costoso para mí sola”.

Mi experiencia con el maestro del gremio y con Freida me había llevado a saber una cosa desde el fondo de mi corazón: no había nada más aterrador que algo gratis. No puedes dejarte llevar casualmente las cosas gratis. Tenías que resistir sus trucos y tentaciones.

«Ahora bien, aquí les presento, señorita Freida…»

«Myne, ahora somos amigas, no tienes que ser tan formal».

Con una linda y adorable niñita sonriéndome de esa manera, no podía simplemente decir que no éramos amigos. Busqué una ruta de escape mientras vacilaba.

«Pero eres mi cliente».

«Entiendo. Entonces con esto, ya no soy tu cliente.” Con una sonrisa, Freida tiró de la cesta hacia ella. Luego colocó seis pequeñas platas frente a Lutz y a mí.

«He aceptado los productos y he pagado su precio. Ahora podemos convertirnos en amigos sin dudarlo”.

Con mi ruta de escape bloqueada completamente y la clara falta de voluntad de Freida de aceptar un no por una respuesta que me pesaba, me di por vencida y asentí. Realmente, al pensar en ello, no había ninguna razón para que me sintiera mal por haber hecho una amiga solo porque era un poco rara y tenía una apariencia engañosa.

Yo también era bastante raro. Debería ser optimista y feliz con esto. Mmm… Creo que debería ser un poco más informal con ella entonces.

«Umm, está bien, Freida. ¿Quieres echar un vistazo a las horquillas?”

«Pero por supuesto». Freida pellizcó el pañuelo y lo apartó. Sacó una horquilla de la caja y sus ojos se agrandaron. Sus mejillas se sonrojaron de alegría y una sonrisa apareció en su rostro.

«¡My, my! ¡Qué espléndido! Mi bautismo es en el invierno después de que la nieve ha caído y no hay flores o plantas para usar como adornos para el cabello, así que he estado celosa de los niños nacidos en el verano y el otoño de toda mi vida. Estoy realmente contenta de poder ahora adornar mi cuerpo con vegetación vibrante a pesar del frío invierno».

«Me alegra que te gusten».

Hablando de eso, recordé que Tuuli mencionó que ella había planeado usar solo una flor al azar que encontraría en algún lugar para decorar su cabello. Estos adornos para el cabello podrían terminar vendiéndose mejor en el invierno.

Intenta ponértelos. Quiero ver cómo se ven en tu cabello, Freida.

«No estoy segura de cómo ponerlos. ¿Lo harías por mí, Myne?”

«Por supuesto. Préstalos aquí.”

Metí los alfileres de los adornos por los trozos de cuerdas que recogían su cabello en los dos adornos antes mencionados. Las rosas rojas se veían bien en su cabello rosa claro, y su aire de madurez instantáneamente se disparó al siguiente nivel. Mhm, mhm. Sabía que las rosas eran la idea correcta.

«Te ves linda, Freida. Casi como un hada de las flores.”

«Exageras. Eres como mi abuelo.»

Freida soltó mi cumplido con una risita, pero no estaba exagerando. Freida se veía tan linda que no me sorprendería si alguien la secuestrara, asumiendo que no sabían sobre sus pasatiempos.

«No estoy exagerando. Eres linda y te quedan muy bien. ¿No lo crees, Lutz?”

«Sí. No pensé que se verían tan bien antes de verlos en ti. Pero ahora sé que Myne sabe sus cosas aquí. Te ves una locura de linda».

Freida hinchó sus mejillas y se sonrojó un poco, dejando claro que no estaba acostumbrada a ser felicitada mucho. Fue el tipo de cosas que me aseguraron que ella realmente no tenía amigos o hermanos.

Al principio, situaciones como esta me habrían congelado, pero vivir aquí me había acostumbrado mucho más a funcionar en la sociedad. Intercambié cumplidos con mis amigos y familiares todo el tiempo. Felicité a Tuuli a muerte y Tuuli también a mí. Incluso Lutz me felicitaba cuando hacía algo bien, así que sí, me había acostumbrado a alabar a los demás. El comportamiento de Freida era un poco extraño para mí.

«Aun así, creo que podrías hacer flores tan realistas con un simple hilo…» Freida dio un giro y lo investigó a fondo, al igual que Benno y el maestro del gremio habían hecho. Sus ojos ahora tenían la mirada aguda de un mercader.

«No es tan difícil. Incluso yo puedo hacerlo».

«… Descubrir la forma de hacer algo es muy importante, Myne». Freida dejó escapar un suspiro y me lanzó una mirada sorprendentemente seria. “Las esposas e hijas de los nobles más ricos a veces usan velos coloridos y muy tejidos, y algunas usan flores verdaderas que se detienen en el tiempo con magia. Pero nadie ha usado un adorno para el pelo cosido de esta manera antes».

Tal vez nunca se descubrió este tipo de cosas porque los nobles, aquellos que compraron la mayoría de los artículos de lujo, simplemente lo compensaron con magia. Pensé en mí mismo y Freida continuó describiendo lo increíbles que eran mis horquillas.

“Tenemos mucha ropa bordada en nuestra casa, pero nada de lo que aparece como estas flores. Todos son planos. No es una subestimación decir que las flores realistas hechas de hilos como estos son revolucionarias», dijo Freida, y me hizo comprender por primera vez por qué Benno se había quedado tan estupefacto al cobrarme la mitad del precio.

Estas horquillas fueron hechas con técnicas fundamentalmente nuevas. Se destacaron entre todos los demás adornos para el pelo en el mundo, y honestamente de una manera casi mala. Um… ¿He cometido un gran error aquí? Cuando la sangre se drenó de mi cara, Freida me apretó la mano.

«Myne, parece que hay sorprendentemente mucho sobre el mundo que no conoces. A partir de ahora, me gustaría que vinieras a visitarme para hablar, no para negocios. Tendré muchos bocadillos dulces listos para ti, así que diviértete charlando solo como chicas».

«Oh, eso suena como–»

Diversión, estaba a punto de decir, antes de que alguien me arrancara el pelo. Me di una vuelta reflexivamente y vi a Lutz sacudiendo la cabeza con una mirada sombría. Ngh… Eso estuvo cerca. Casi estuve de acuerdo en el lugar después de escuchar «charlar como chicas».

 Si hubiera estado de acuerdo allí, era muy posible que Lutz y Benno fueran eliminados de mi vida, por no hablar. Me quedé en silencio, sin saber qué decir, así que Lutz respondió por mí.

«Vamos a estar muy ocupados de ahora en adelante. Lo siento, pero no tendrá tiempo para venir a juga».

«Vaya, no creo que te haya preguntado, Lutz», dijo Freida con una sonrisa, pero en realidad, necesitaba que Lutz fuera conmigo en primer lugar.

«La familia de Myne no la deja ir a ningún lado afuera sin mí. Ella no puede venir aquí si yo tampoco voy».

«…Ah, entiendo. No hay ayuda entonces. Puedes acompañarla, Lutz «, coincidió Freida con un gesto de asentimiento, entendiendo la situación en el lugar probablemente debido a su pasado de estar enferma con los devoradores.

Pero Lutz no asintió con la cabeza. Él se mantuvo firme en rechazar su oferta.

«Como dije, estaremos ocupados. Ya es hora de que los preparativos de invierno comiencen de verdad. Nuestras familias trabajarán juntas para sobrevivir el invierno, por lo que nadie tendrá la oportunidad de salir solo para conversar. Además, una vez que la nieve comienza a caer, Myne ni siquiera podrá salir. Puedes entender eso, ¿verdad?”

En efecto. A diferencia de la familia rica de Freida que solo podía comprar toda su leña, a los pobres nos cuesta mucho prepararnos para el invierno. Necesitábamos reunir muchas cosas, hacer velas y todo tipo de cosas. Parecía que Freida no lo ignoraba por completo, ya que se desplomó sobre sus hombros y se rindió al invitarme.

«… Tendrá que esperar hasta la primavera, entonces».

«¿No empezarás a trabajar como aprendiz en la primavera, Freida? ¿Estarás bien?»

«Eso no será un problema. No tendré trabajo de aprendiz todos los días, después de todo. Una vez que llegue la primavera, tendré un montón de dulces esperándome, así que visítenme cuando puedan”.

Probablemente estemos ocupados con la fabricación de papel en la primavera, pero Benno parecía estar ocultándolo al maestro del gremio, por lo que no podría mencionarlo, descuidadamente. Asentí y miré a Lutz.

«Sabes, Lutz, no pareciste muy tentado por los dulces. ¿Porque es eso? Normalmente estarías con toda la comida».

«Benno me dijo que mantuviera mis ojos abiertos, y de todos modos, los pasteles parue que haces saben mucho mejor. Me gusta la buena comida constante más que tener dulces solo a veces. No quiero que te roben, Myne».

Lutz, hambriento como solía ser, valoraba un estilo de vida lleno de comidas regulares más que uno con dulces ocasionales. Podría ser una buena idea darle las gracias por su ayuda aquí al traerle una nueva receta.

«Nunca he oído hablar de un pastel de parue antes. Si ese es un tipo de dulce que Myne desarrolló, me gustaría probarlos».

«¿Qué? Um, bueno…»

Naturalmente, no podría ofrecerle a una chica rica como Freida una comida hecha de sobras de parue, conocida por la mayoría como comida para pájaros. Su abuelo cariñoso probablemente se volvería loco de ira, y es probable que el chef se ocupe de su dieta.

«¿Estás diciendo que cocinarás para Lutz, pero no para mí?» Freida bajó los ojos con tristeza y un tono crítico en su voz, lo que me preocupó un poco, pero los pasteles de comida en serio no eran adecuados para una chica rica.

«Los ingredientes son un poco dudosos… No creo que sean algo que una chica de clase alta como tú querría comer, Freida».

«Esto no es justo», dijo Freida, haciendo un puchero con tanta fuerza que sus labios señalaban directamente.

Pero incluso con poner mala cara a eso, la realidad no cambiaría. No tenía ningún alimento que pudiera soportar para dejar que Freida comiera. Sin mencionar que necesitaría ayuda para hacer la comida.

No había mucho que pudiera hacer por mi cuenta. La única razón por la que pensé en tantas recetas nuevas para Lutz fue porque había cuatro niños dispuestos a trabajar duro para comer.

Hacer algo para Freida sería imposible sin los ingredientes y la ayuda adecuados. Cualquiera que quisiera obtener fuerza fuera de mí, una niña que sufría del devorador, o Freida, una niña rica que una vez sufrió del devorador, simplemente no entendía cómo funcionaban las cosas.

«Ummm, ¿qué tal cuando llegue la primavera, hacemos dulces juntos usando los ingredientes que tienes en la cocina? Con tu chef ayudándonos. De esa manera, no tengo que preocuparme por cocinar con ingredientes de baja calidad y tendremos a alguien fuerte que nos ayude. ¿Qué piensas?»

“¡Qué maravilloso! Es una promesa”.

Una vez que decidimos cuándo haríamos dulces juntos, alguien llamó a la puerta, seguido de Benno y el maestro del gremio que entraban en la habitación.

«¿Hey, ustedes tres terminaron aquí? Nos vamos.»

«UH, Huh. Y um, Sr. Benno. Acerca de este dinero…»

Las seis platas pequeñas que Freida nos pagó era en realidad mucho dinero. Sinceramente, tenía miedo de cargarlos por mi cuenta. Cuando se los ofrecí a Benno, miró al maestro del gremio.

«¿Te importaría tomar prestada esta habitación por un minuto? Quiero terminar de ordenar este dinero antes de que nos vayamos”.

«Ciertamente. Soy yo quien los obligó a venir aquí en primer lugar. Tómese su tiempo”. Benno esperó a que Freida y el maestro del gremio salieran de la habitación, luego tomaron las platas y comenzaron a alinearlas contra la mesa.

«Tres de platas pequeñas van a mí por la tarifa de manejo y los materiales, el resto va a ustedes dos. Si no hubieras hecho la segunda a mitad de precio, los dos habrían obtenido dos pequeñas platas. Muy mal, ¿eh?”

«… No, esto está bien. Si ganáramos más dinero con estas horquillas del que ya tenemos, me sentiría mal vendiendo las horquillas del futuro a precios económicos», dije, haciendo que Benno resoplara y sacara su bolsa de dinero, que funcionaba como el equivalente de este mundo a una billetera.

«¿Cómo quieres dividir el dinero? ¿Te lo llevarás todo a casa?”

«Almacenaré la plata pequeña en el Gremio de Comerciantes y me llevaré a casa los cinco grandes cobres».

«Lo mismo.»

Como si hubiera esperado que hiciéramos eso, Benno sacó su tarjeta de gremio y los cobres grandes. Presioné mi tarjeta contra la suya, envolví los cinco cobres en un pañuelo y los puse en mi bolso.

«El maestro del gremio dijo que te llevaría al Gremio en su carruaje. Sigue con él.”

«¿Qué hay de usted, señor Benno?»

«Voy a caminar a mi tienda. Ese carruaje es demasiado pequeño para todos nosotros. Ven a verme mañana por la tarde, desde que se entregó el hilo. Tenemos que decidir el precio de las horquillas».

¿De qué habían hablado Benno y el maestro del gremio allí? Parecía mucho menos en guardia de lo que solía ser.