Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 2: La Hija De Un Soldado II

Capítulo 13: La Nieta del Maestro del Gremio

En la tercera campana del día siguiente, Lutz y yo fuimos a la plaza y comenzamos a esperar a Freida. Fue en ese momento que me di cuenta de que no había oído nada sobre Freida que me ayudara a reconocerla, ni el color de su cabello, ni la forma en que se comportaba, nada.

«¿Qué debemos hacer, Lutz?»

«Ella probablemente solo nos encontrará a nosotros mismos. El mechón de tu cabello sobresale como un pulgar adolorido, y lo peor de lo peor que tiene su abuelo esta justo ahí. Él sabe cómo somos”.

Lutz señaló al cercano Gremio de Comerciantes y se encogió de hombros. Estaba seguro de que las cosas estarían bien, ahora que lo mencionó.

«Oye, Lutz. ¿Cómo fue ayer para ti? Mi familia era como…”

Ayer, Lutz y yo fuimos a casa con dinero por primera vez después de venderle papel a Benno. Se sorprendieron al principio, pero después de explicar cómo había hecho el papel con Lutz, me hicieron muchos cumplidos. Además de eso, agregaron el dinero que traje a sus fondos de preparación para el invierno, que planeaban usar para comprar un poco de miel extra este año, un lujo para el invierno.

«¿Qué hay de ti, Lutz? ¿Crees que aceptarán tu sueño de ser un comerciante ahora?” Lutz y yo habíamos completado el papel, lo que significaba que Benno nos aceptaría como sus aprendices. ¿Pero su familia lo haría? ¿Reconocerían su pasión por esto y dejarían que sucediera?

Lutz frunció el ceño y se encogió de hombros.

«… No sé. Estaban felices de que yo ganara dinero, pero todavía no están de acuerdo con las cosas de comerciante. Cuando le dije a mi papá que hice papel contigo, él me dijo que solo debía convertirme en un artesano que fabricaba papel. ‘Un artesano es lo que quieres ser’, dijo.»

«Realmente parece que tu padre quiere que seas un artesano». Estaba claro que estaban orgullosos de Lutz por hacer cosas por su cuenta, pero sus expectativas para él eran diferentes de lo que él mismo quería. Encontrar un término medio no sería fácil.

«Pero no quiero ser un artesano. Quiero dejar esta ciudad y hacer negocios en otras ciudades como Benno. Tampoco quieres pasar toda tu vida haciendo solo papel, ¿verdad Myne?»

«UH, Huh. Una vez que iniciemos la producción en masa del papel, quiero dejarlo todo en manos de otras personas y pasar a hacer libros. No podré tener una librería si no hay muchos libros, y simplemente olvidarme de ser un bibliotecario».

La producción de libros necesitaría mucho más que la producción en masa de papel. Sin lugar a dudas, tendría que averiguar la impresión. No podía permitirme estar feliz de amontonar un montón de hojas de papel una encima de la otra. Todavía tenía un largo, largo camino por recorrer.

«Estaría bien manejar una librería contigo, Myne. Sabes, pensé en esto ayer después de ver la estantería en el Gremio de Comerciantes, pero habrá gente rica que quiera libros, ¿verdad?»

«Mhm, creo que sí». No había manera de que los plebeyos de esta ciudad, casi universalmente analfabetos como eran, quisieran libros. Probablemente se preguntarían si había alguna forma de comerse los libros antes de siquiera pensar en leerlos.

«Eso significa que una librería tendrá que ir a todo tipo de ciudades y vender a los nobles allí, ¿verdad? Como el lugar del señor vecino que estaba en el mapa». Teniendo en cuenta la demografía que compró los libros, eso probablemente fue cierto.

Cuando parpadeé sorprendida por dentro, impresionada de que Lutz había estado planeando su futuro mientras miraba en silencio el mapa en el Gremio de Comerciantes, escuché unos pasos suaves delante de mí.

«¿Eres Myne, por favor dime?»

«¡¿Bwuh?! ¡Ah, sí! Está bien. ¿Eres Freida?”

«Está bien. Encantada de conocerte.»

Freida sonrió y vi que era una niña adorable con ojos marrones, una sonrisa tranquila y un cabello de color rosa claro tan esponjoso como de aspecto suave.

Hablaba con un aire maduro que implicaba una crianza de calidad o un entrenamiento estricto, pero en contraste con eso, parecía pequeña y joven para su edad. No es que yo fuera alguien para hablar, pero aún así, había una especie de desequilibrio en ella.

Pero no importaba cómo la mirara, ella no se parecía al maestro del gremio. Al parecer ese rumor había sido un completo disparate. Me alegra que Benno estuviera preocupado por nada.

«¿Y usted es el compañero de Myne? Me hubiera gustado que esta reunión fuera un evento solo para chicas…» dijo Freida mientras miraba a Lutz, sus mejillas hinchadas ligeramente en una especie de faneca. Era cierto que pensaba que la idea de hacer que las chicas hablaran solas con ella sonaba divertido, pero tenía que guardarlo para las personas con las que podía relajarme. Íbamos a la casa del maestro del gremio aquí, después de todo. No podías pagarme para ir sola.

Tomé la mano de Lutz, que estaba molesta por las palabras de Freida, y sonreí.

«Soy muy débil y me desmayo todo el tiempo, así que no puedo salir sin Lutz. Ni siquiera se me permite entrar a la tienda de Benno sin Lutz, así que si él no puede venir, entonces…”

Antes de que pudiera terminar con «ir a casa», me interrumpió Freida.

«¿Te desmayas con tanta frecuencia que corre riesgo sin vigilancia constante…? ¿Acaso sufres del Devorador?”

(JuCaGoTo: Francamente me gusta como lo traduje aquí, Como “Devorador”, en el manga lo tradujeron como “Consumidor”, miren la diferencia.)

«¿Qué…? ¿El Devorador?” Las frases desconocidas me hicieron inclinar mi cabeza en confusión.

Freida puso un dedo en su mejilla e inclinó su cabeza en dirección opuesta a la mía.

«¿Oh? ¿No estás familiarizado con la frase? A ver… ¿hay tal vez un calor en tu cuerpo que actúa independientemente de tu voluntad?»

«¡Ahí esta! ¿Sabes de lo que estoy enferma?»

La información sobre mi enfermedad vino de los lugares más inesperados. Lutz y yo nos inclinamos hacia adelante con impaciencia, esperando respuestas, pero Freida sonrió preocupada.

«… Una vez estuve enferma con la misma enfermedad. Me imagino que se puede ver por el pequeño tamaño de mi cuerpo”. Aparentemente, mi pequeño tamaño, mi falta de crecimiento y la tendencia a desmayarme tenían sus pies en la enfermedad conocida como Devorador. Comparé mi propio cuerpo, que podría confundirse fácilmente con el de un niño de dos o tres años, con el de Freida y quedé boquiabierta.

“¡¿Cómo lo curaste?!”

Las palabras de Freida habían sido en tiempo pasado. Una vez estuvo enferma con eso. Lo que significaba que ella lo había curado. Lutz y yo intercambiamos miradas e inmediatamente le pedí detalles.

Las cejas de Freida se curvaron con pesar y dejó escapar un susurro, mezclado con suspiros.

«… Costó una fortuna».

«Oh, no, estoy condenada…» La hija de una familia tan rica del maestro del gremio Comerciantes consideró la cura al costo de «una fortuna». Mi familia nunca podría pagarlo. Cuando mis hombros se hundieron en el dolor, Freida les dio un suave golpecito.

«Pero todavía pareces muy animada para mí. Mientras permanezcas dedicando todo a un propósito singular, estarás bien. Solo ten cuidado cuando tu espíritu se rompa, o si pierdes de vista tu objetivo. Ahí es cuando aumentará en fuerza».

Entiendo. He estado saludable últimamente desde que estaba trabajando para llegar al bosque, y ahora estoy trabajando para hacer papel. Casi muero cuando me di por vencida con el mokkan, después de todo. Pero espera… ¿eso no significa que soy como un pez de colores que morirá si dejo de nadar?

Dejé salir un «hmmm» mientras trataba de procesar toda esta nueva información. Estaba enferma con una enfermedad llamada Devorador. Para mantenerme saludable necesitaba tener un objetivo en mente y seguir trabajando para lograrlo.

«Si ha llegado a un acuerdo con esto, ¿deberíamos ir a mi casa?» Freida nos guió al hogar del maestro del gremio y también fue un edificio de varios pisos con una tienda en el primer piso. Su tienda era bastante grande y más cercana a la pared interior que la tienda de Benno. Honestamente, «más cerca» fue probablemente una mala manera de decirlo. Su tienda estaba básicamente justo al lado de la pared en una posición de clase tan alta que el templo estaba a la vista desde la puerta principal.

“Verás, me gusta mucho ver las procesiones del bautismo, así que siempre los veo desde mi ventana. La horquilla que hiciste el verano pasado sobresalió tanto que me llamó la atención». No había duda de que podía ver fácilmente a los niños entrando al templo desde la comodidad de su propia casa.

«Nunca había visto una horquilla así, pero cuando le pregunté a mi abuelo, él no pudo encontrar información al respecto. Estaba tan confundido cuando el estilo no se había extendido por la ciudad por la ceremonia de bautismo de otoño…»

«Se requieren mucho tiempo para hacerlos, por lo que generalmente solo tenemos suficiente tiempo para ellos durante el invierno». Según mi madre, agregué en silencio.

«Entiendo…»

«Si las cosas salen según lo planeado, entonces las niñas deben usar estas horquillas a partir de la próxima primavera».

«¡Oh mi dios! ¿Eso significa que seré la única que lleve una en esta ceremonia de invierno? Considérame emocionada”.

El brillo en los ojos de Freida finalmente me hizo entender de qué había estado hablando Benno: al venderle una horquilla antes que nadie, estábamos convirtiéndolo en un artículo de primera calidad que se sentía especial. Nadie más que ella llevaría uno en la ceremonia de bautismo de invierno. Bueno… Si es un artículo premium, supongo que no está estafándola. Yo espero que sí…

 Todos los pisos del edificio donde vivía Freida se alquilaban a empleados y miembros de la familia, no a forasteros. Me sorprendió cuando ella me guió al segundo piso de su casa.

Había tela por todas partes. Pensé lo mismo cuando fui a la casa de Otto, pero solo sobre el salón. Aquí, había tapices y cojines en todas partes, haciendo de cada centímetro de espacio un arco iris de colores vibrantes. Había estanterías con animales tallados en piedra y estatuas de metal. Podía decir a simple vista que la suya era una familia adinerada, que tenía un poder cercano al de la nobleza.

«Que lo disfruten, mi señora». Una vez que llegamos al salón, un sirviente nos trajo bebidas. Vertió un líquido rojo en una taza de metal que parecía mucho más cara que las de madera a las que me había acostumbrado.

«Gracias. Esta bebida está hecha de jugo fallold diluido con agua y endulzado con miel. Es bastante dulce». La fruta conocida como fallold se parecía mucho a las frambuesas, por lo que la bebida probablemente sabría a jugo de frambuesa. O eso pensé, pero después de tomar un sorbo, me sorprendió lo dulce que era. Era tan raro para mí probar cosas dulces aquí que podía sentir una sonrisa formándose en mi cara.

«¡Tan dulce! Esto es genial, Lutz».

«Realmente es. ¡Me encanta!»

«Me alegra que a ustedes dos les guste. Ahora bien… ¿puedo preguntar cómo se organizó esta visita?” Freida inclinó un poco la cabeza. ¿Qué le había dicho exactamente el maestro del gremio? No tenía idea, pero pensé que era mejor empezar desde la primera posición.

«El maestro del gremio nos contrató ayer para hacer una horquilla como esta para tu ceremonia de bautismo». Saqué la horquilla de Tuuli de mi bolso y se la mostré a Freida, quien asintió.

«Yo sé eso. Pero hubiera esperado que mi abuelo ordenara uno sin consultarme.»

Bien… Bingo. Ella conoce bien a su abuelo. Planeaba ordenar uno en secreto y sorprenderla con eso.

 «Mmm, él dijo algo así, pero pensé que serías más feliz si pudieras elegir tus colores favoritos y hacerlos coincidir con tu atuendo, así que pedí verte».

Freida tenía el cabello de color rosa claro, así que un adorno hecho porque el pelo verde de Tuuli no le habría encajado en absoluto. Las flores rojas serían una mejor opción, o tal vez las flores blancas y verdes para realmente llevar a casa una imagen ordenada.

«Entiendo. Pensé que tal vez el abuelo había sido sorprendentemente considerado, pero en realidad, lo salvaste de él mismo».

«Si es posible, ¿podría ver qué ropa planeas usar en la ceremonia? Me gustaría saber de qué color es el bordado.»

Estaba tratando de evitar confirmar sus pensamientos directamente, pero cuando cambié de tema, Freida se rió como si viera a través de mí. Ella realmente actuó y habló más madura que yo. Por lo menos, ella vivía en otro mundo de los niños con los que fuimos al bosque. ¿Tal vez todos los niños de un rico pasado actúan de esta manera?

«Espera un momento. Los sacaré ahora».

En el momento en que Freida salió de la habitación, Lutz dejó escapar un cómico suspiro. Le rodeó los hombros y dobló el cuello, dejando claro que quedarse sentado había sido muy incómodo para él.

«¿Estás bien, Lutz?»

«Simplemente no puedo manejar conversaciones como esa. No sé qué colores se ajustan a qué ropa y no puedo hablar tan elegante como eso».

Asentí. Mientras hablaba con Freida, inconscientemente había estado usando una redacción más educada de lo habitual, lo que probablemente hizo que Lutz temiera decir algo incorrecto y ser grosero.

«Probablemente deberías aprender a hablar educadamente una vez que comiences a trabajar, pero hoy me encargaré de las cosas. Será difícil permanecer en silencio durante tanto tiempo, pero quédate conmigo, ¿vale? Estaría asustada sola».

«Correcto». El solo hecho de tener un aliado cerca me dio mucha fuerza. Cuando dejé escapar un suspiro de alivio, Freida regresó.

«Lamento haberte hecho esperar. Aquí están las ropas”.

«¡Wow, son increíbles!»

Freida había traído el atuendo que usaría para su ceremonia de bautismo. Era similar a la de Tuuli en que el color primario era blanco, pero eso era todo lo que era similar. El hilo de Freida era más grueso con lana esponjosa, lo que lo hacía cálido solo para mirar.

Me puse a pensar, volviendo a pensar en mí propia ropa de invierno, que eran solo capas y capas de ropas apiladas una encima de la otra. Dado que la ceremonia de bautismo de verano necesitaba ropa liviana, la calidad de la vestimenta se basaba más en las habilidades del creador que en sus circunstancias financieras, pero estaba claro que durante el invierno, esa dinámica dio un vuelco.

«Freida, ¿te gustan estos colores?»

«Si me gustan. ¿Habría pedido que la ropa se hiciera de esta manera?”

Miré el hilo rojo que bordaba la ropa blanca y lo comparé con el cabello de Freida. Parecía muy posible hacer una horquilla que combinara con su cabello y su ropa.

“¿Tiene algún hilo sobrante que se utilizó para este bordado? Creo que una horquilla con flores del mismo color se vería mejor. Si hay un hilo sobrante, ¿podría tener algo de eso? Intentaré buscar el hilo del mismo color».

«Creo que había. Un momento, ya vuelvo con eso».

Pedí algo del hilo, que se lo mostraría a Benno para que pudiera buscar el hilo del mismo color. Estaba cobrando un precio de estafa por la horquilla que conseguir un hilo caro debería estar bien.

«¿Será esto suficiente?» Freida regresó con un grupo de hilos lo suficientemente grande como para que probablemente puedas bordar otro atuendo con él.

«Eso es más que suficiente, pero…»

«Entonces, por favor, tómalo todo». Me entregó el mechón de hilo rojo oscuro, dejándome sin palabras.

… Si ella solo me da los materiales, ¡¿no será el precio una estafa?! De cualquier manera, no me atreví a decir algo como «Sr. Benno te está estafando, así que descontaré un poco el precio para cubrir el hilo». Eso solo empeoraría su relación con el maestro del gremio, lo que no quería. Sin mencionar que acabo de escuchar a Benno dándome una reprimenda en mi cabeza: «Cuando tenga la oportunidad de ganar dinero, tómalo y gane tanto como puedas».

Mientras gemía suavemente para mí misma y pensaba en cómo evitar estafar a Freida, mis ojos se posaron en su peinado. Ella llevaba el pelo en dos manojos, lo que yo habría llamado «Colas Gemelas» en Japón.

«Freida, ¿cómo planeas usar tu cabello el día del bautismo?»

«¿Lo mismo que ahora?»

Colas Gemelas necesitarían dos horquillas del mismo tipo. Uno solo se vería desequilibrado. … Santa vaca, me alegro de haber venido aquí. Principalmente, me alegro de haber evitado que el maestro del gremio intente mantener esto en secreto. Si hubiésemos hecho uno igual al de Tuuli, no solo no hubiera coincidido con su cabello o su atuendo, sino que también tendría que cambiar su peinado o arriesgarse a parecer tonta. Eso hubiera sido una pesadilla.

«En ese caso, ¿no necesitarás dos horquillas?»

«… Supongo que sí.»

Freida parpadeó, como si el pensamiento nunca se le hubiera ocurrido hasta ahora. Esta fue la oportunidad perfecta para hacer que esto sea menos una estafa. Dejé escapar un suspiro de alivio y Freida le puso un dedo en la barbilla cuando comenzó a pensar con una expresión algo seria en su rostro.

«Parece que tendremos que pagarte el doble ahora».

«No, está bien. Solo este hilo puede cubrir el costo del segundo».

No podría soportar desgarrarlos dos veces más, especialmente ahora que me había dado el hilo para usar. Me dolería el estómago.

«Oh, pero eso simplemente no va a hacer. Tenemos un acuerdo que estableció el precio de la horquilla. Ese no es un trato que pretendo romper. Vamos a pagar el doble».

«¡Pero, pero! Nos dio los materiales que necesitamos, y pedir el doble de dinero sería demasiado…» Comenzó a desarrollarse un bucle interminable de ida y vuelta entre Freida y yo, cuando Lutz de repente rompió su silencio y sugirió algo mientras rascaba su cabeza.

«¿Por qué no solo hacer la segunda mitad del precio?»

«¿Qué?»

«Myne, quieres regalar el segundo gratis gracias al hilo gratis. Freida, quieres pagar el precio completo para evitar que ocurran problemas entre el maestro del gremio y Benno. Hagamos un trato y hagamos la segunda mitad del precio».

«¡Lutz, eres un genio! ¿Qué piensas, Freida?” De inmediato di mi apoyo al compromiso de Lutz. Me di vuelta y vi que Freida me estaba mirando con una expresión de asombro.

«Eso está bien, pero… ¿no sabes que cuando tienes la oportunidad de ganar dinero, deberías tomarlo y sacar el mayor provecho posible?», Dijo Freida, en total contraste con su aspecto lindo y delicado. Parecía que Freida era definitivamente la hija de un comerciante y la nieta del maestro del gremio.

«¿Um, eso es como, un famoso comerciante me dijo? Siento que Benno dijo lo mismo una vez…”

«¿Oh? Creo que así es como funciona el comercio”. Freida inclinó la cabeza como si fuera la cosa más obvia del mundo, pero solo sacudí la cabeza.

«¿Creo que hay, como, un límite? Los productos tienen un precio adecuado que es justo, y… Bueno, encontramos un compromiso, por lo que está bien».

«Ustedes dos son otra cosa», se rió Freida. Y no burlonamente, tampoco. Su risa fue amistosa y natural. No fue exactamente como una amistad nacida de un acalorado argumento, pero fue como si sintiéramos una extraña sensación de solidaridad como niños en otros lados de la misma cerca.

No podía inflar mi pecho con orgullo y decir que había hecho un buen negocio, pero habíamos resuelto los detalles en las horquillas.

El pensamiento cruzó mi mente de que deberíamos irnos, pero sacaron unos segundos para el jugo y Lutz pasó de querer irse lo antes posible a tener sus ojos fijos en las tazas. Yo también me encontré tentada por la dulzura y dejé que las cosas cambiaran a una conversación informal.

“Uh huh, vamos al bosque todo el tiempo para recoger nueces, frutas y leña. Es como un picnic diario». Bueno… Un poco menos relajado que eso, ya que dependíamos de la leña para sobrevivir. Realmente, me interesaba más la vida cotidiana de Freida, ya que ella no tenía que ir al bosque constantemente por leña.

«¿Qué tipo de cosas haces, Freida? Los hijos de mercaderes no van al bosque, ¿verdad?»

«Lo que más me gusta es… Ahaha». Después de una pausa, Freida soltó una risita y continuó.

«¿Contar dinero, tal vez?»

¿Espera… Qué? ¿Me imaginé eso? ¿Mis orejas estan mal? Por un segundo, pensé que había oído a una niña preciosa y preciosa decir que tenía un pasatiempo bastante loco.

«Oh, lo siento. Eso no es del todo exacto.» Freida negó con la cabeza y se corrigió a sí misma mientras estaba sentada allí, sorprendida. Oh, ella acaba de decir algo incorrecto, pensé aliviada, momentos antes del desastre.

«No solo me gusta contar el dinero, sino también ahorrarlo. El peso de una bolsa de dinero me llena de alegría y ningún sonido es más agradable para los oídos que el de las monedas que se frotan entre sí, ¿no te parece?»

«… Ahaha, bueno, tal vez. También me gusta ver cómo aumentan mis ahorros», dije, forzando las palabras antes de cerrar los ojos. … No fue mi imaginación. ¿Quién trajo pasatiempos aquí? ¡Fui yo! ¡Soy tan estúpida! Pensé que su hobby sería como hacer dulces, coser o alguna otra cosa elegante de dama, no acumular dinero… No quería saber eso…

 «¡My, My! ¡¿Entiendes mi pasatiempo?!” Satisfecho por mi acuerdo, Freida comenzó a hablar de cuánto amaba el dinero. «Desde que tengo memoria, me encantó el brillo de las monedas de oro más que cualquier otra cosa. Mi mayor alegría es contar los ingresos mensuales del abuelo con él todos los meses, hacer un conteo de cada moneda de oro».

Ella… Ella ni siquiera está pensando en cobres o platas, solo en oro. ¡Malditos sean, gente rica!

Freida continuó su apasionado discurso mientras sacudía mi puño hacia ella por dentro. Sus ojos estaban llenos de felicidad, sus mejillas estaban enrojecidas, y podía ver sus labios temblando de alegría cuando las palabras que daban el esplendor del comercio y contando el dinero pasó a través de ellos.

«En los últimos tiempos, mi corazón ha saltado de alegría al pensar en cómo aumentar mi riqueza y reflexionar sobre qué haría un buen producto para vender».

Oh no… Esta chica es muy rara. Qué desperdicio de una verdadera chica.

«Ya sabes, Myne».

«¿Sí?» Dije, apresuradamente sentándome derecha desde que me había ido a la deriva. Freida tomó mi mano y la apretó con fuerza, sus ojos brillaban.

«Creo que me has llegado a gustarme mucho».

«Um, ¿gracias?» Por favor ignora que mi voz se quebró mientras dije «gracias». Ni siquiera entendí lo que a ella le gustaba tanto de mí. Solo pude inclinar mi cabeza en confusión cuando Freida, con su adorable rostro muy cerca del mío, sonrió.

«¿Trabajarías conmigo?»

“¡No!” Antes de que pudiera reaccionar, Lutz inmediatamente la rechazó.

«¿Oh, pero por qué? Nuestra tienda es más grande que la de Benno y tiene una historia más rica. La aceptaríamos incondicionalmente, por supuesto. Todavía no se ha bautizado y no es oficialmente la aprendiz de Benno, por lo que podría cambiarte fácilmente a nuestra tienda. Pero en cualquier caso, le estoy preguntando a Myne, no a ti”.

… ¿Um? Siento que lo mismo pasó ayer.

«Aprecio la oferta, pero le debo a Benno más de lo que puedo pagarle, así que…»

Antes de que pudiera terminar mi oración, Freida sonrió y me interrumpió.

«Oh, eso no es problema. Solo puedo pagarle por ti”.

«¿Bwuh? Ummm…» Tenía la intención de que eso fuera un rechazo firme, pero ella seguía yendo. Los rumores eran todos ciertos. Los temores de Benno no habían sido infundados. … ¡Ella es como el maestro del gremio! ¡Está diciendo las mismas cosas, solo en un tono diferente!

El estado de ánimo de Lutz se desplomó cuando vacilé ante la fuerza de voluntad contenida en la sonrisa de Freida cuando ella enumeró una razón tras otra por la que unirse a su tienda sería una buena idea.

«Myne, tienes que ser firme, como ayer».