Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 2: La Hija De Un Soldado II

Capítulo 11: El Gremio de Comerciantes

 

 

Nos dirigimos al Gremio de Comerciantes con Benno llevándome. Al principio yo había estado caminando solo, pero Benno se enojó tanto a mi velocidad que me gritó: «¡Eres lenta! Esto es una pérdida de tiempo», y me recogió de inmediato. En el camino me dio una reprimenda sobre la importancia del tiempo, sin darme espacio para protestar.

«Por cierto, señor Benno. ¿Qué es exactamente el Gremio de Comerciantes?” Era muy posible que este Gremio de Comerciantes fuera diferente de los que conocía, así que decidí pedir detalles.


«¿Qué, no lo sabes?»

«Nunca he estado. ¿Lo sabes, Lutz?”

«Es solo un lugar para la gente que compra y vende cosas, ¿sí?» Había tirado la pelota a la corte de Lutz en caso de que todos los niños de la ciudad supieran sobre el Gremio, pero su respuesta no fue nada de lo que no pudiera suponerme por solo el nombre solo.

Benno, suspirando, nos dio una explicación.

«… Bueno, no te equivocas. El trabajo principal del Gremio es otorgar permisos a aquellos que desean abrir tiendas en las ciudades y castigar a las tiendas que violen la ley. No puedes abrir una tienda sin el permiso del Gremio de comerciantes, ni siquiera un puesto en el mercado. Además de eso, todos los miembros de la empresa deben registrarse en el Gremio. Cualquiera que haga negocios sin registrar se castiga severamente”. En otras palabras, era como una oficina del gobierno que se ocupa del comercio.

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Dado que dieron permiso para abrir tiendas y aprendices de comerciantes registrados, eso probablemente no estaba muy lejos de la verdad.

«El Gremio parece una organización con mucho poder político».

«Está bien. Es poderoso y codicioso. Debes pagar para inscribir a un aprendiz, debes pagar más si quieres iniciar un nuevo negocio, y básicamente todo lo que hagas tendrá algún tipo de tarifa adjunta». Tal vez era un rasgo compartido entre todos los mundos que se necesitaba dinero para haciendo algo. Este era un mundo cruel para los pobres.

“De cualquier manera, un niño puede convertirse en un aprendiz de comerciante después de que su bautismo se registre allí. Todos los que trabajan en una tienda están conectados a la compra y venta de productos. Ustedes dos solo serán registrados temporalmente hasta su bautismo, pero esta es la única forma en que puedo vender el papel, las horquillas… cualquier producto que me traiga».

«¿Eso significa que tenemos que estar registrados en el Gremio para que usted compre nuestro papel?»

«Correcto.»

Entiendo. Benno estaba apurando nuestro registro para poder comprar nuestros prototipos. Asentí, pero Benno frunció el ceño.

«Espero que esto salga bien, pero estamos lidiando con ese anciano insoportable aquí. Él no va a dejar que esto suceda sin interrumpir».

Bueno, eso no es algo que esperaba escuchar. Pensé que Benno estaba en una posición más alta en el Gremio de Comerciantes, pero supongo que no. ¿Tal vez hay una guerra de facciones en curso?

«Oye, mi tienda se está expandiendo a un ritmo bastante rápido. El maestro del gremio quiere un pedazo del pastel y siempre está tratando de arrebatar tanto de mi beneficio como pueda. ¿Entiendes? Cállate y no digas nada innecesario».

«Está bien». Lutz y yo respondimos juntos. Ninguno de los dos tenía la intención de pelear entre dos comerciantes calificados. Sería como saltar a un pozo de leones enojados.

«Verdad. Sobre la horquilla que trajiste, Myne.”

«¿Este?» Abrí un poco mi bolso para mostrar el adorno para el pelo.

Benno asintió y luego me miró con sus ojos de tiburón rojo oscuro.

«¿Cuántos días se tarda en hacer uno de esos?»

«Si tengo todos los materiales listos y Lutz hace la parte de la madera para mí, y si me siento enferma… Ummm, puedo terminar la parte de la flor en aproximadamente un solo día, si trabajo muy duro». También depende de la cantidad de flores pequeñas, pero aun así, generalmente me tomaría un día de trabajo a mi velocidad. Mi madre, experta en coser como era ella, probablemente podría terminar una en el lapso de dos campanas.

«¿Qué hay de ti, Lutz?»

«Cepillar la madera y esas cosas probablemente debería tomar una sola campana».

«Bien. Bien «, dijo Benno, su tono complacido, pero sus ojos aún brillaban intensamente.

«¿Por qué es eso bueno?»

«Ya lo verás». Con la sonrisa de un carnívoro que acababa de encontrar su próximo objetivo, Benno levantó la barbilla hacia delante. Allí vi el edificio del Gremio de Comerciantes.

El Gremio de Comerciantes era un gran edificio construido en la esquina de la plaza central. Eso solo significaba que era una organización rica, pero además de eso, cada piso del edificio era parte del Gremio, sin habitaciones alquiladas a nadie.

La puerta principal tenía un guardia armado parado frente a ella. Después de darnos una mirada sospechosa a Lutz y a mí, se volvió hacia Benno.

«¿Que te trae aquí hoy?»

«Conseguir que estos dos un registro temporal».

El guardia abrió la puerta. Entramos y me quedé atónita al ver que de inmediato conducía a una escalera. Las escaleras eran algo anchas, pero no pude ver ningún camino hacia el primer piso.

«Señor. Benno, ¿qué tipo de primer piso tiene este edificio?”

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«De acuerdo. El primer piso aquí se utiliza como almacenamiento de carros y mercancías. Se interpondría en el camino de los negocios públicos si los vagones fueran a la línea de la calle principal. Los verías si sales por atrás».

Llegamos al segundo piso y llegamos a un amplio pasillo. Una gran cantidad de personas lo atravesaban, yendo en todas direcciones. Era una multitud tan bulliciosa que realmente me sorprendí, como wow, esta era realmente una gran ciudad con mucha gente.

«No tenemos ningún negocio aquí. Estamos llevando la escalera interior al tercer piso».

El camino hacia la escalera interior era seguro para mí ya que Benno me estaba llevando, pero vi a Lutz ser aplastado por la multitud de personas mientras nos seguía.

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«¿Estás bien, Lutz?»

«Sí, pero hombre… es como un festival aquí».

“Aquí es donde las personas solicitan puestos en el mercado y donde los comerciantes ambulantes vienen a obtener permiso para hacer negocios. Se llena de gente cuando se acerca el mercado. Una vez que termine, estará tranquilo por un momento».

«Ordenado.»

La escalera interior estaba bloqueada por una valla dorada con otro guardia parado frente a ella.

«Tarjeta de registro, por favor».

«Los tres estamos subiendo».

«Entendido.»

Benno sacó una tarjeta de metal y se la entregó al guardia, quien la tendió hacia la puerta. Inmediatamente, la puerta brilló con una luz blanca y luego se fundió en el aire hasta que desapareció.

«¡¿Bwuh?! ¡¿Qué fue eso?!»

«Es una herramienta mágica. Lutz, no me sueltes de la mano. Te devolverá el golpe».

«C-Correcto». Benno me levantó con un brazo mientras tomaba la mano de Lutz con el otro antes de subir las escaleras.

«Pensé que solo los nobles podían usar la magia».

“Los pisos superiores de edificios como estos están generalmente conectados a nobles. Hay muchos nobles que no dudan en entregar herramientas mágicas si determinan que será un resultado positivo para ellos».

«Nunca antes había visto una puerta como esa».

Pensé lo mismo cuando firmé el contrato mágico, pero al parecer este era un mundo de fantasía mucho más grande de lo que esperaba.

Una vez que terminamos de subir las escaleras, Benno soltó la mano de Lutz y me dejó en el suelo. Las paredes blancas se extendían en la distancia y podía ver lo que parecía un mostrador de recepcionista cerca del otro extremo.


Como el tercer piso era para aquellos que ya poseían tiendas en la ciudad, había menos gente y era mucho más silencioso que el segundo piso, que tenía que lidiar con cualquiera que quisiera abrir un puesto en el mercado.

Aunque el segundo piso había sido polvoriento y sucio con pisos de madera, el tercer piso tenía alfombras y se mantenía limpio. Tenía la atmósfera de un lugar donde una cantidad decente de dinero se dedicaba a su mantenimiento y mobiliario. Una sola mirada le recordaría que vivíamos en una sociedad estratificada y basada en el estado.

“Hay salas de conferencias detrás de estas paredes. Ninguno de los dos verá el interior de uno», explicó Benno, señalando las paredes blancas mientras caminaba hacia el mostrador.

Lutz y yo nos tomamos de las manos y seguimos detrás de él. La atmósfera de clase alta del piso era diferente a cualquier cosa que tratara en mi vida normal, y me estaba poniendo nerviosa.

Pasamos por las salas de conferencias y llegamos al mostrador que se extiende de pared a pared al final. Había niños trabajando detrás, probablemente aprendices, leyendo tarjetas de madera y usando calculadoras para hacer matemáticas.

«Lutz, realmente querrás aprender matemáticas y letras durante el invierno».

«… Sí.»

Había un sofá junto al mostrador para relajarse, aunque la zona en la que se sentía se parecía más a una oficina de recepción que a una sala de espera.

«Espera, ¿es eso una estantería?»

Miré a mí alrededor y vi un estante con tarjetas de madera y trozos de pergamino que cubrían sus estantes. Mi entusiasmo inmediatamente se disparó a través del techo.

Benno me lanzó una mirada algo confusa.

«Más o menos. Es una estantería con reglas para abrir tiendas, mapas simples de esta región y rollos que detallan el linaje de los nobles. ¿Estás interesado en ellos?»

«¡Si mucho! ¡Muy interesada!” Quería cargar directamente en la estantería, pero Lutz apretó mi mano con fuerza y no me dejó ir.

Benno sonrió al ver que me perdía la calma.

“Puedes mirarlos después de que hayamos declarado nuestro negocio en el mostrador. El tiempo de espera va a ser largo, de eso no hay duda».

«¡¿De Verdad?! ¡Yaaay!”

«Tranquilízate, Myne. Te estás emocionando demasiado».

¿Podría estar tranquila después de descubrir qué se podría clasificar técnicamente como libros simplificados? No, no podría. Escuché los consejos de Lutz, pero esta emoción que me aceleró el corazón no se desvanecería en el aire.

O eso pensé, hasta que Lutz dio una advertencia plana que me obligó a calmarme.

«Si te emocionas demasiado, te desmayarás antes de poder leer algo».

No… ¡Cualquier cosa menos eso!

Benno, que había estado observando nuestro intercambio con diversión, sintió que se había llegado a una conclusión y dijo: «Síganme».

Caminamos hasta el mostrador. La recepcionista le dio una falsa sonrisa de negocios al ver a Benno.

«Hola, señor Benno. ¿Qué te trae aquí hoy?»

«Quiero un registro temporal para estos dos. Myne y Lutz».

“¿Registros temporales? ¿Pero no son tus hijos, me imagino?”

«Ellos no lo son. Pero los necesito registrados. Vamos a hacer esto».

Al parecer, las inscripciones temporales se diseñaron originalmente como un vacío legal para permitir que los comerciantes permitieran a sus hijos trabajar en su tienda antes de ser bautizados, cuando normalmente a los niños no bautizados no se les permite legalmente trabajar o registrarse en el Gremio.

En circunstancias normales, ningún comerciante querría involucrar a un niño no relacionado con la sangre en su negocio hasta el punto de obtener un registro temporal para ellos, por lo que Benno estaba haciendo algo bastante fuera de lo común.

La recepcionista entrecerró los ojos con suspicacia, pero nos hizo algunas preguntas a Lutz y yo mientras escribíamos algo detrás del mostrador.

Las preguntas eran lo que usted esperaría de cualquier institución burocrática: nuestros nombres, los nombres de nuestros padres y dónde trabajan, las direcciones de nuestras casas, nuestras edades, etc.

«¿Está obteniendo registros temporales para el hijo de un carpintero y la hija de un soldado?»

Con las preguntas terminadas, la recepcionista nos miró a Lutz ya mí con más sospechas que antes. Ella estaba claramente buscando la razón por la cual él querría obtener registros temporales para nosotros. No fue una experiencia muy agradable.

“Solo termina el registro. Estás perdiendo el tiempo aquí».

«Sí, ciertamente. Por favor, espere un momento”. Señaló el espacio de espera. Miré a Benno, conteniendo las ganas de lanzarme a la estantería.

«Señor Benno, ¿puedo mirar la estantería mientras esperamos?”

«Por supuesto. Responderé cualquier pregunta que tengas. Solo trae el pergamino hacia mí. Lutz, no dejes a Myne fuera de tu vista».

«Lo tengo.»

Caminé hasta la estantería con Lutz, quien se negaba a soltar mi mano. Extendí el pergamino y recogí las tarjetas de madera para ver qué eran. Todos ellos tenían un uso práctico en mente, ante todo: había mapas, diagramas, registros de linajes nobles y lo que parecían pergaminos viejos que daban información sobre la ciudad y el área circundante.

«¡Wooow, esto es un mapa!»

Era un mapa bastante tosco, pero era el primero que había visto en este mundo. Lo abracé cerca de mí, sin siquiera saber dónde estábamos, y caminé hacia el sofá donde estaba sentado Benno.


Una vez allí me senté con entusiasmo, como si fuera un sofá normal, esperando un suave cojín de muelles, pero en realidad era solo un pedazo de tela extendido sobre una tabla de madera. El aterrizaje lastimó mi trasero.

«Owwww…»

«Eso es lo que obtienes por sentarte tan duro, idiota. Sé que estás emocionadA, pero trata de no avergonzarte».

No es mi culpa… No deberían engañarme con sofás falsos como este. No me hubiera sentado así si obviamente fuera un banco de madera. Dejé salir un pequeño «hmph» e hice excusas en mi cabeza después de que Benno me miró con exasperación, luego extendí el mapa sobre la tabla de madera cubierta de tela en la que estábamos sentados.

«Señor. Benno, ¿en qué ciudad estamos?”

«Este, Ehrenfest. El nombre de la familia del señor de la zona se utiliza como el nombre de la ciudad.» Escuché el nombre de mi ciudad por primera vez. Al mismo tiempo, aprendí el nombre de su señor. No tenía que saber el nombre de una ciudad si nunca la abandonaba, y todos se referían al señor por su título.

Miré el mapa y vi que había aldeas y bosques de cultivo al sur de Ehrenfest, y más abajo había una pequeña ciudad. Al oeste había un gran río y una ciudad perteneciente a la región vecina.


El señor de nuestra región y el señor de esa región eran aparentemente amistosos, lo que significaba que había mucho comercio entre ellos. El norte del mapa tenía un gran espacio en blanco, ya que era donde el señor vivía en una ciudad de nobles. Al este había un gran camino pavimentado. La mayoría de los viajeros venían de esa dirección.

«Ustedes dos podrían irse de la ciudad por motivos de negocios, pero en general no es probable que alguna vez dejen lo que está en este mapa».

Después de que Benno me enseñó los nombres de varias ciudades vecinas, devolví el mapa y volví a hojear la estantería. El estante más bajo tenía un libro para enseñar a los aprendices números y letras. Lo hojeé, pensando que podría ser una buena ayuda estudiar con Lutz. Había cartas que conocía y muchas palabras relacionadas con los negocios. Quería memorizarlos.

«Señor. Benno, ¿podría tener una pizarra de piedra para estudiar con Lutz…?”

«Por supuesto. Le restaré el costo de lo que le pago hoy. EstudiEN mucho.»

«Además, ¿puedo preguntar qué tan alfabetizado está el hijo promedio de un comerciante?»

Después de nuestro bautismo, estaríamos trabajando con los hijos de comerciantes como aprendices. Quería al menos ser tan bueno como ellos antes de que eso sucediera.

“Pueden leer y escribir en un nivel básico. Lo mismo para las matemáticas. Saben principalmente qué productos venden sus tiendas. En cuanto a las matemáticas, pueden calcular transacciones que se ocupan solo de cobres y plata».

Oh, no. No sé cómo funciona la moneda aquí. Sé que hay monedas de cobre pequeñas y grandes, y monedas de plata pequeñas, pero eso es todo. No sé el tipo de cambio o el valor de mercado ni nada.

… Porque, quiero decir, mi familia solo usa monedas de cobre. Casi nunca he visto ninguna otra moneda que no sean monedas de cobre. Además, solo trato con los números en la puerta. Nunca he visto a Otto realmente usando dinero.

“En mi opinión, lo que más les falta a ustedes dos es saber cómo tratar con los clientes. Los otros niños han visto a sus padres trabajar todos los días. Tienen el servicio al cliente en sus huesos».

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Eso era imposible para nosotros competir con eso. En el pasado siempre había sido el receptor de servicios, nunca el donante. Lutz tampoco había tenido la oportunidad de desarrollar los instintos de un comerciante”.

… Oh no, ¿qué debemos hacer? Antes de que pudiera perderme en mis pensamientos sobre el tema, la recepcionista nos llamó desde detrás del mostrador.

«Señor Benno, al maestro del gremio le gustaría verte”.

«… Sabía que Geezer se interpondría en mi camino», murmuró Benno antes de levantarse, solo lo suficientemente en silencio como para que lo escucháramos. El brillo en sus ojos y los puños cerrados a sus lados me dijeron que se estaba preparando para una pelea.

«Vamos, ustedes dos.»

Caminamos hacia el mostrador y la parte más a la izquierda se dobló para poder entrar. Detrás del mostrador había otra escalera. Lo subimos y la puerta de arriba se abrió sola.

Detrás había una habitación relativamente pequeña, pero cómoda. Una alfombra esponjosa se extendía frente a una chimenea brillantemente encendida, y encima de la alfombra había una mesa de trabajo.

Detrás de la mesa estaba sentado un hombre mayor de aspecto amable, con unos hombros algo anchos que miraba a su alrededor en sus cincuenta años. Esperaba que el maestro del gremio fuera un abuelo viejo, pero este hombre parecía que apenas había superado su apogeo.

El maestro del gremio le dio una cálida sonrisa y se levantó.

«Ahora bien, Benno. Iré directo al punto. ¿Por qué quieres registrar temporalmente a estos niños, que ni siquiera son de tu sangre? Esto es muy diferente de un comerciante que registra a sus hijos para que puedan cuidar su puesto en el mercado, como sabes.»

En otras palabras, el maestro del gremio estaba diciendo que sabía que Lutz y yo teníamos a nuestro alcance un producto lo suficientemente valioso como para que Benno quisiera registrarnos ahora sin esperar nuestro bautismo. Había dicho todo eso con una cálida sonrisa todavía en su rostro.

«No puedo permitir este registro a menos que dejes en claro tus intenciones. No hay ningún precedente en la historia registrada de Ehrenfest para un niño no relacionado con un comerciante registrado temporalmente”.

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El maestro del gremio nos miró fijamente a Lutz y a mí con una sonrisa que no daba pistas sobre sus pensamientos.

Mi primera impresión de él fue que era un hombre amable, pero eso estaba lejos de la verdad. Él nos estaba amenazando. Si no respondiéramos a sus preguntas, no aprobaría nuestro registro.

El maestro del gremio tenía el control completo de la situación y, por nerviosismo, miré a Benno. Estaba mirando al maestro del gremio con una sonrisa maliciosa que dejaba en claro que estaba absolutamente seguro de que tendría éxito.

«En resumen, ¿quieres saber qué me trajeron estos niños?»

«Sí. Dependiendo de lo que sea, podría encontrar un mejor lugar para venderlo. Tu tienda está comenzando a sobrepasar sus límites».

Nuevamente, en otras palabras… valemos algo y él quiere la ganancia para sí mismo. Ni siquiera está escondiendo sus intenciones aquí.

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«Ellos quieren venderlo en mi tienda, y por eso lo voy a hacer. ¿Cierto, Myne? ¿Lutz?” Benno nos amenazó con sus ojos por no decir nada. Lutz y yo acabamos de asentir. Satisfecho por eso, la sonrisa de Benno se ensanchó y me miró.

«Myne, muestra al maestro del gremio el prototipo de las horquillas que quieras comenzar a vender».

«… De acuerdo».

Parecía que Benno tenía la intención de ocultar el hecho de que estaba metiendo sus dedos en la industria del papel. No sabía por qué lo ocultaba, pero había dejado claro que no debería decir nada innecesario. Metí una mano en mi bolso de mano mientras decía lo menos posible, luego saqué la horquilla y la sostuve para que el maestro del gremio pudiera ver.

Y por alguna razón, la segunda vez que hice eso, el maestro del gremio palideció y sus ojos se agrandaron.

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