Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 11

J2. Julius, 12 años: Primera Expedición

Parte 3

La expedición fue increíblemente fluida, al menos en papel.

Los miembros de la organización de tráfico de humanos en esta zona eran inferiores al operativo especial tanto en habilidad como en número.

Como su escondite ya había sido descubierto de antemano, pusieron muy poca resistencia una vez que nuestras fuerzas llegaron y se apoderaron del lugar… o eso me dijeron.

Realmente no conseguimos verlo con nuestros propios ojos.

Nos hicieron esperar a una distancia considerable, rodeados de guardias.

***

Poco después, nuestro carruaje regresa al pueblo.

Puedo escuchar los vítores dándonos la bienvenida, pero eso no me levanta el ánimo.

Hasta cierto punto, esperaba que las cosas fueran a ser algo como esto, pero todavía me avergonzaba ser tratado como un títere tan descaradamente.

Sé que un niño como yo jamás podría tomar el mando de un grupo de oficiales experimentados, por supuesto.

También podían ser más fuertes que yo en combate, aunque yo sea el héroe.

Pero aun así, estoy seguro de que debía haber algo que yo pudiera hacer.

Sin embargo, se me obligó a sentarme en el carruaje todo el viaje de ida y vuelta.

A este ritmo, no tiene sentido que yo esté aquí.

¿De verdad puedo seguir así?

¿No tengo más remedio que esperar hasta que finalmente logre algo?

“¿Hmm? ¿Qué está pasando?”

Mientras estoy perdido en mis pensamientos, Hyrince se asoma al frente del carruaje. Sigo su mirada y veo que hemos detenido nuestro avance.

En consecuencia, nuestro carruaje frena hasta detenerse.

“¿Ha pasado algo?” pregunta Hyrince a uno de los guardias.

“Parece que algunos de los lugareños se han acercado a nosotros.”

“¿Qué, están tratando de causar problemas? Dame un respiro.”

Hyrince gruñe con irritación. La primera expedición también debe haberlo estresado a él.

Pero yo estoy más preocupado por la situación que se avecina.

“Ahora vengo.”

“¿Eh? Ey, ¡espera un minuto!”

Abro la puerta y bajo de un salto, dirigiéndome a la fuente de la conmoción.

No pasa mucho tiempo antes de que pueda distinguir voces.

“¡¿Han encontrado a mi hija?!”

“Nuestro hijo está a salvo, ¡¿no es así?!”

“¡¿Dónde están los niños secuestrados?!”

Algunos de los pueblerinos se agolpan alrededor de los soldados, preguntándoles por el paradero de los niños desaparecidos.

Pero los soldados simplemente intercambian miradas y se niegan a responder.

“¡Venga ya! ¡Decídnoslo! ¡¿Qué ha pasado?!”

“¿Dónde está mi hijo? ¡¿Está a salvo?!”

La actitud de los soldados parece desconcertar a los lugareños, cuyas preguntas se vuelven aún más frenéticas.

Sí, la expedición para erradicar la rama local de la organización de tráfico de humanos se desarrolló sin problemas.

Al menos lo hizo en papel.

Pero cuando irrumpimos en el escondite, los niños secuestrados no estaban por ninguna parte.

Y no tenemos ni idea de dónde podrían haberlos llevado.

Se recuperaron algunos documentos del escondite, pero no se sabe si podríamos obtener información útil de ellos al estudiarlos.

Al mirar a nuestro operativo regresar, es fácil divisar a los supervivientes cautivos de la organización de tráfico de humanos marchando, pero es igualmente obvio que los niños secuestrados no están con nosotros.

Las familias de las víctimas, que habían puesto sus esperanzas en nosotros, obviamente querían respuestas.

“Anunciaremos los detalles más tarde. Por ahora, apártense del camino. “

Uno de los comandantes trata de ahuyentarlos, pero rápidamente intervengo.

“Esperen. Por favor.”

“¿Sir Héroe?”

El oficial me mira dubitativo, con una expresión que contiene un rastro de irritación que no se puede ocultar por completo.

En esos ojos, soy solo un niño que no debería estar entrometiéndose en esta situación.

Pero no puedo tranquilizar a la gente inconscientemente.

“Nos hemos encargado de todos los criminales que se escondían en esta zona.”

Me paro frente a los pueblerinos y comienzo a hablar.

Sus expresiones se suavizan un poco cuando les anuncio que la organización ha sido erradicada de la zona.

Pero… hay más.

No tengo más remedio que decírselo.

“Pero las personas que fueron secuestradas ya no se encontraban en el escondite cuando llegamos.”

Incluso aunque los hubiéramos evitado aquí, se habrían enterado muy pronto.

“No…”

“¿Eso significa que… llegasteis… demasiado tarde…?”

Silencio. Y entonces…

“¡Maldito seas!”

“¡¿Cómo pudisteis hacer esto?! ¡Contestadme!”

Indignación.

Los aldeanos se lanzan hacia delante como para golpearme y los aldeanos se apresuran a detenerlos.

“Sir Héroe, ¡¿qué ha hecho?!”

El comandante agarra mi hombro, parece frustrado ante mi insolencia.

Pero le aparto la mano.

Al mismo tiempo, una mujer atraviesa el muro de soldados y se abalanza hacia mí.

El comandante trata de ponerse delante de mí de inmediato, pero levanto la mano para permitirla pasar.

Con lágrimas en sus ojos, la mujer alza la palma de la mano para golpearme.

Pero atrapo su mano antes de que acierte el golpe.

“Me temo que no llegamos a tiempo.”

No puedo permitir que me golpee, aunque simpatice con ella.

Una vez, en las ruinas del Condado de Keren en Sariella, permití a los supervivientes descargar su ira contra mí, sin hacer ningún intento por resistir su violencia.

Pero el Sr. Tiva me amonestó por aquello.

El golpearme tan solo les haría sentirse mejor por unos momentos.

Muy pronto, sus manos dolerían, y sus corazones dolerían por la culpa.

La persona que lanza el golpe y la persona que lo recibe se quedan solo con dolor.

El Sr. Tiva me explicó entonces que es importante no dejar que la gente me golpee en momentos como este.

“Continuaremos persiguiendo a la organización. No puedo prometerle que encontraremos a aquellos que han sido secuestrados. Pero al menos puedo prometerle que nunca nos daremos por vencidos.”

No puedo hacer votos a la ligera.

Por lo que sabemos, bien podría ser ya demasiado tarde para salvar a las víctimas.

Pero debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder hasta el momento en que se aclaren sus destinos.

Eso es todo lo que puedo prometer.

Solté la mano de la mujer, y ella rompió a llorar.

Construirme una reputación, sentirme frustrado por mi inutilidad… ¿Cómo pude haberme obsesionado con ideas tan inútiles?

¿Qué soy?

Soy un héroe.

¡Y es el deber de un héroe ayudar a la gente que está sufriendo!

No puedo creer que me olvidara de lo más importante de todo.

No sé si mis palabras satisficieron a alguno de ellos.

Pero la gente del pueblo poco a poco se retira de la carretera, dejando atrás su ira.

Incluso la mujer que había caído de rodillas llorando se levanta y se aleja arrastrando los pies.

Y mientras lo hace, murmura, “Lo siento”.

El Sr. Tiva tenía razón. Hice la elección correcta.

“Sir Héroe, no podemos permitirle simplemente hacer lo que le plazca.”

Una vez las cosas se calman, el comandante comienza a regañarme.

“No hay ninguna razón para que se enfrente a la ira del público.”

“Eso no es cierto”, respondo con sencillez. “Soy el alto comandante de esta expedición. Tengo la responsabilidad de escucharlos. Incluso aunque solo sea un títere, sigo a cargo.”

Ante eso, el oficial toma aire.

“No lo logramos a tiempo. Sí, dado que tomamos el escondite la amenaza aquí ha sido eliminada. Peor no pudimos deshacer lo que ya estaba hecho. Esa es la realidad.”

“Pero nuestro deber no es—“

“Sí, estrictamente hablando, ese no es nuestro deber. Pero aun así… fracasamos.”

Incluso aunque no sea culpa nuestra, no podemos olvidar que no hicimos lo que se esperaba de nosotros.

Si lo hubiéramos hecho, podríamos haber podido salvarlos.

Pero no lo hicimos.

Y nunca debemos olvidar esa realidad, pase lo que pase.

“Sé que no he hecho nada, ni hay nada que pudiera haber hecho. Sé que todo esto es simple palabrería. Pero si no puedo hacer promesas como esas, entonces no encajo para ser el héroe.”

Con eso, le doy la espalda al comandante y regreso a nuestro carruaje.

Una vez dentro, Hyrince me saluda amablemente con una especie de sonrisa de qué voy a hacer contigo.

En momentos como estos, estoy agradecido de tener un amigo que entiende sin necesidad de decir una palabra.

Aunque no estoy seguro de por qué Yaana se mueve tímidamente a su lado.

“Hyrince. Voy a hacerlo.”

“Por supuesto. Estaré justo detrás te ti.”

Hyrince no me pregunta ¿hacer qué? Ni nada parecido.

Simplemente dice que me seguirá, no importa lo que esté planeando.

Sí, todavía tengo mucho tiempo.

Pensé que podría acercarme lentamente a los miembros del operativo, poco a poco.

Pero eso no es lo suficientemente bueno.

Puede que tenga tiempo, pero con cada segundo que pasa, hay gente que ya no puede ser salvada.

No tienen ni un solo momento que perder.

¿Por qué lucha un héroe?

Por la gente.

Finalmente recuerdo la decisión que tomé.

Y por eso no puedo permitirme tomarme mi tiempo.

Con renovada determinación, sigo avanzando.