A Monster Who Levels Up

Capítulo 129: Un Orco y una Dama Caballero (Parte 4)

 

 

El Aliento se disparó mucho antes de que el Orco pudiera reaccionar. Sin embargo, se derrumbó en la nada cuando un destello de luz de espada dorada lo barrió. Como era de esperar, incluso sin el apoyo del maná, el poder del Gungnir de Kim Yu-Rin era algo totalmente distinto.

“¿Qué diablos está pasando…?” (Kim Yu-Rin)

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Kim Yu-Rin entró un poco en pánico mientras miraba a este extraño pájaro.

¡¡Pphiiiack!! ¡¡Pphiiaack!!

Como si se enojara por el fracaso de su ataque, el pájaro pío enojado mientras batía sus alas por todo el lugar.

El Orco agarró firmemente su maza y jaló a Kim Yu-Rin detrás de él.

“Peligroso.” (Sae-Jin)

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El pájaro volvió a piar como un polluelo, con sus ojos brillantes e inteligentes mirándolos a ambos.

El Orco echó un vistazo a Kim Yu-Rin. Por alguna extraña razón, estaba ocupada lamiendo sus labios…

“No importa. Sigue siendo peligroso.”(Sae-Jin)

“…Yo soy consciente de eso. También fui testigo de cómo escupía un aliento en ese momento, sabes.” (Kim Yu-Rin)

“Si lo sabes, entonces concéntrate adecuadamente.”

Sae-Jin el Orco activó los Ojos del Lobo. Desafortunadamente, incluso con los ojos que podían intuir fácilmente todo sobre el oponente, no podía detectar la debilidad de ese pájaro en absoluto. En otras palabras, esa monstruosidad de pájaro no tenía un punto débil.

Por supuesto, eso no significaba que fuera el ser más poderoso del mundo. Y seguro que se veía bastante débil, lo suficiente como para hacerle pensar que sería aplastado en una pasta de carne fina sin importar dónde aterrizara un golpe…

“Pero, pero, ¿no es todavía un jovencito? Quiero decir, ¿no hay… una manera de domesticar a esa criatura?” (Kim Yu-Rin)

Aunque actualmente estaba encantada, lo que dijo tenía cierto mérito. Si fuera posible, entonces ese pájaro se convertiría en un aliado enormemente poderoso.

El Orco cayó en un pequeño dilema.

¡En ese breve espacio, el Monstruo escupió otro Aliento con un ¡Ppheeeck fuerte! Esta vez, el Orco se adelantó y lo bloqueó. El atributo imbuido en la maza llamado [Destrucción, nivel A] podría incluso hacer que los ataques mágicos fueran completamente inútiles; cuando el Aliento se encontró con la maza, se dispersó como polvo. Al mismo tiempo, los pensamientos de domesticar la maldita cosa también se dispersaron.

“¿Quieres domesticar eso? Esa cosa, muy mala. Actitud fea.” (Sae-Jin)

“…”

Kim Yu-Rin se rascó la nuca sin decir palabra.

“Debes matarlo. Ahora.” (Sae-Jin)

Tal vez porque no era más que un recién nacido, aunque poseía una fuerza anormal, todavía era demasiado pronto para luchar contra el Orco y Kim Yu-Rin. Sin embargo, considerando su corta edad, no hay duda de que el maldito Monstruo se convertiría en algo mucho más peligroso en el futuro.

“Oh, bueno, si es lo mejor, entonces supongo que no hay otra opción.” (Kim Yu-Rin)

Después de estar de acuerdo con la evaluación del Orco, Kim Yu-Rin agarró su espada con fuerza mientras su expresión se oscureció. Como si hubiera sentido el rezumante intento de matar, el pájaro abrió el pico de par en par. El Orco y Kim Yu-Rin se tensaron, preguntándose qué tipo de Aliento podría arrojar esta cosa a continuación.

* Sonido de un estómago vacío retumbando *

Un sonido que rompió fácilmente la gravedad de la situación resonó. El Orco le lanzó una mirada a Kim Yu-Rin automáticamente. Rápidamente negó con la cabeza con vehemencia, su rostro enrojeciendo.

“…¿En serio?” (Sae-Jin)

“¡¡No, no fui yo!! ¡¡De verdad!!” (Kim Yu-Rin)

El Orco no se retractó de su mirada acusadora, sino que la dirigió hacia Cornlak, que estaba ocupado gruñendo al pájaro. Sin embargo, no había forma de que una criatura especialmente convocada como su lobo sintiera hambre. Eso dejaba solo otra posibilidad…

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“… Ese polluelo, ¿no crees que tal vez solo tiene hambre?” (Kim Yu-Rin)

“…”

“Podríamos atraerlo con comida, ¿No crees?” (Kim Yu-Rin)

La voz de Kim Yu-Rin estaba llena de alegría.

Sin embargo, el Orco vio rápidamente a través de la ominosa reunión de Maná dentro de las entrañas del pájaro.

“No. ¡¡Retrocede!!” (Sae-Jin)

El orco dejó a Kim Yu-Rin al cuidado de Cornlak y corrió hacia el pájaro. Lamentablemente, la criatura batió sus alas y se apresuró a huir en el aire.

Y así, el pájaro dio vueltas alrededor de la cabeza de los dos por un momento, antes de abrir su pico una vez más.

El Orco arrojó rápidamente la maza al pájaro. Pero antes de que pudiera golpearlo, una tormenta de vientos inconcebiblemente poderosa se precipitó desde ese pequeño pico del Monstruo.

No, más correctamente, en lugar de ‘huir’, era más bien como si el Monstruo estuviera aspirando todo con esa pequeña boca.

Si uno fuera a comparar esto con los ataques de aliento anteriores, no era tan amenazante. Pero aún así, había un gran problema: no era solo una amenaza solo para el Orco.

*Plaf…*

De repente, Kim Yu-Rin colapsó. El Orco rápidamente miró hacia atrás. Montando en el aire arremolinado, su Maná estaba siendo drenado y succionado por la boca del Monstruo.

Inicialmente, el color de Maná que escapaba era el azul habitual, pero pronto, su tono se oscureció gradualmente, hasta que… se convirtió en el tono de la sangre cuando la dejó.

Ella iba a morir a este ritmo. El Orco volvió a arrojar la maza, pero el maldito Monstruo evadió fácilmente el arma arrojada flotando de un lado a otro.

Al final, eligió usar ‘Crafteo de Maná’. Manipuló remotamente el Maná que se encontraba en el aire y formó una lanza con el, luego la disparó al vientre del Monstruo.

¡¡Kwajeeck!!

Parecía que el Monstruo no podía esquivar la lanza que salió disparada literalmente del aire. Una de sus alas quedó gravemente mutilada, lo que finalmente provocó que la criatura dejara de succionar el Maná de Kim Yu-Rin, y luego, preso del pánico, voló más y más alto hasta que desapareció en el techo oscurecido.

Por supuesto, no podría perseguirlo, incluso si quisiera. Los instintos del Orco estaban ocupados diciéndole que trepara por las paredes de la caverna solo para aplastar esa cara engañosamente linda haciéndola papilla, pero había alguien más que necesitaba su atención con mucha más urgencia.

Con manos temblorosas, Sae-Jin bebió rápidamente la poción diseñada para reprimir los instintos del Orco.

Finalmente recuperando sus sentidos, Sae-Jin caminó de regreso hacia Kim Yu-Rin. Si había sangre mezclada con Maná, eso significaba que la absorción enérgica casi la había empujado hacia la puerta de la muerte. Podía ver fácilmente que su rostro estaba más pálido en comparación con antes.

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“¡¡heey!!”

El Orco gritó mientras la sacudía.

Ante su atronador grito, ella se liberó de las garras de la inconsciencia y lentamente abrió los ojos.

“¿Sigues viva?” (Sae-Jin)

Dentro de su visión borrosa, Kim Yu-Rin podía ver el rostro en pánico del Orco.

¿No dijo que la ahuyentó, porque ya no le agradaba? Entonces, ¿por qué mostraba tanta expresión de pánico?, se preguntó. Pero claro, ya no tenía tiempo para preocuparse por tal cosa.

Mientras cerraba los ojos en silencio una vez más, algo se deslizó dentro de su boca.

Era una sensación extraña: duro como una roca, pero suave y maleable. No tenía sabor, ni tampoco olor. Pero su cuerpo reaccionó primero y comenzó a tragar esta extraña sustancia foránea. Al mismo tiempo, un misterioso efecto se apoderó de su cuerpo, pero esto fue lo más lejos que sus recuerdos pudieron registrar, ya que su conciencia cayó en la oscuridad.

***

 

 

El tratamiento de emergencia resultó exitoso. Si él no hubiera hecho una piedra de maná artificial en el lugar y se la hubiera dado, ella habría exhalado su último aliento aquí mismo.

Aunque había recibido una lesión que amenazaba su vida, ya que su cuerpo estaba en la mejor forma imaginable, no tardó mucho en abrir los ojos de nuevo.

Tenía un aspecto demacrado y ojeroso, ya que se le había extraído demasiado maná, pero en realidad él prefería ese aspecto. La cuestión era que la naturaleza original de los orcos les hacía odiar a los enfermos y a los moribundos. La medicina ya se había agotado, así que esto era mejor, comparado con estar enferma y moribunda.

“¿No puedes usar Maná todavía?” (Sae-Jin)

“… No, lamentablemente…”

El pájaro sin nombre que se robó incluso la última gota del Maná de Kim Yu-Rin ya había desaparecido. Y no había ni una sola señal de que el grupo de rescate viniera por ellos. Lo único afortunado fue que había más que suficiente comida recolectada dentro de su Bolsa Expandible. Eso era todo.

“…Tu, ¿Te duele en algún lado?” (Sae-Jin)

“Estoy más o menos bien… por ahora. Pero debería haberme dado cuenta de que hay un parásito de Maná fluyendo dentro de mí. Soy una Caballero, así que debería haber estado preparada incluso para lo inesperado…”

El parasito de Maná. Normalmente, había algunos monstruos especiales que poseían una anatomía y un tipo de maná completamente diferentes en comparación con los humanos. Y el ‘Parásitos de Maná’ era uno de los más extraños y difíciles de tratar, entre los tipos únicos de Monstruos de Maná que existen.

Este flujo de Maná vino con alguna forma de sensibilidad, y entraría voluntariamente en el cuerpo de otra forma de vida. Entonces, comenzaría a bloquear el flujo natural del Maná del anfitrión, ‘acumulándolo’ a la fuerza.

Y cuando el dueño de ese parásito de Maná apareciera de nuevo, el Maná almacenado, junto con el parásito, serían absorbidos por el Monstruo.

Entonces, visto desde ese punto, el pájaro blanco era un espécimen excepcional, de hecho. La anfitriona no era cualquiera, sino que era Kim Yu-Rin, y ni siquiera pasaron 20 segundos antes de que su feroz apetito la llevara casi a la muerte.

“…He sobrevivido gracias a ti. Señor Orco, muchas gracias.” (Kim Yu-Rin)

“Llama, si necesitas algo.” (Sae-Jin)

Riendo levemente, Sae-Jin el Orco trató de salir de la cabaña de piedra, pero…

“…Perdóneme.” (Kim Yu-Rin)

Detuvo al Orco para que no se fuera, y con la cabeza asomando por debajo de la sábana improvisada, agregó lindamente un par de cosas más.

“Yo, eh… tengo hambre…” (Kim Yu-Rin)

“…Espera aquí.”

El Orco no tardó en cocinar unas papillas y se las llevó.

“…No puedo mover bien mis manos.” (Kim Yu-Rin)

Terminó alimentándola.

“Gracias.” (Kim Yu-Rin)

Finalmente, Kim Yu-Rin se sintió satisfecha y poco a poco se quedó dormida.

***

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Muy pronto, el Orco se convirtió en mayordomo, o tal vez, en sirviente.

Cuando tuvo hambre, le preparó más papilla; cuando ella trató de hacer algo de ejercicio con ese cuerpo suyo que aún se recuperaba, él la empujó de nuevo a la cama; cuando ella estaba aburrida, él se sentaba allí y la escuchaba, e incluso la ayudaba a dormirse cuando no podía hacerlo sola…

Sin embargo, había un resultado de todo esto: ya no salía de la cabaña, así que cuando estaba descansando dentro, Sae-Jin podía volver a su forma humana para recuperar el aliento.

Mientras tanto, todos estos sucesos ajenos se convirtieron en una experiencia refrescante y un maravilloso recuerdo para Kim Yu-Rin. Disfrutaba de la suave felicidad que se desprendía de este sentimiento de ser alguien valiosa. Aunque había cuidado de muchos de sus subordinados, nunca antes había recibido un cuidado tan unilateral hasta ahora.

Sí, estaba atrapada en esta oscuridad, y sí, estaba ese parásito de Maná todavía retorciéndose dentro de ella, pero se sentía bien todos los días. Por supuesto, ella todavía era humana, así que antes de irse a la cama, nuevos miedos e incluso episodios de depresión surgieron uno tras otro. Pero gracias a que el Orco vino a visitar su cama, pudo soportarlo.

Como resultado, sus sonrisas se produjeron con mucha más frecuencia que nunca.

Y así, mientras confiaban el uno en el otro, o más correctamente, el Orco se convertía en el ancla incondicional en la que ella podía confiar, pasó una semana.

Si bien su Maná no circularía hasta que recibiera la atención médica adecuada afuera, aún así, había recuperado la mayor parte de su vigor.

“Grupo de rescate, aquí muy pronto.” (Sae-Jin)

El Orco habló mientras acariciaba a Cornlak. Descubrió esto después de usar los Ojos del Lobo para observar a fondo el alto cielo. Innumerables Caballeros y personal de rescate aparentemente habían completado todos los preparativos necesarios para comenzar la operación de rescate.

“…¿En serio?” (Kim Yu-Rin)

Sin embargo, Kim Yu-Rin mostró una reacción extraña que no era ni felicidad ni tristeza. Mientras hacía pucheros, empezó a chasquear la lengua. Cornlak se apartó sigilosamente del lado del Orco y trotó hacia ella.

Cuando el Orco miró al enorme lobo con ojos estupefactos, Yu-Rin sacó la lengua ligeramente. Merong*. (Luckpad: Según Google-Sama, merong es el sonido que hacen los coreanos cuando sacan la lengua cuando quieren burlarse de alguien.)

“…Cuando salgamos de aquí, no nos volveremos a encontrar, ¿verdad?”

Kim Yu-Rin acarició sin palabras el pelaje de Cornlak durante un rato, antes de preguntarle como si estuviera hablando del clima.

El Orco respondió con frialdad.

“Sip.”

“…”

Enterró la cabeza en el lujoso pelaje de Cornlak con expresión deprimida.

Su mente se estaba volviendo desordenada una vez más.

Un Monstruo que no se encuentra con humanos – bueno, eso era lo normal, realmente. No, era simplemente afirmar lo obvio. Pero por que en el rincón de su corazón se sentía como…

Kim Yu-Rin nadó silenciosamente dentro de sus pensamientos. Varios pensamientos inútiles y confusos sobre el Orco y ella misma llenaron su cabeza.

Los dos pasaron lo que podría ser su último día de quedarse aquí en un silencio inquebrantable.


***

 

 

El día siguiente. Kim Yu-Rin abrió lentamente los ojos, provocada por un leve ruido de charla y rayos de luz igualmente débiles que venían de arriba. Luego escuchó conversaciones.

Al darse cuenta de que finalmente había llegado el grupo de rescate, levantó su cuerpo fatigado de la cama de piedra. Tenía la garganta reseca y todos los músculos de su cuerpo le dolían. Estaba a punto de ser rescatada, pero en realidad no se sentía tan bien. No, en cambio se sintió algo sola y decepcionada.

“¡¡Veo una casa de piedra ahí abajo!! Y luego, un… ¡¡Orco!! ¡¡Oye, alguien allá arriba, pásenme rápido mi espada!!”

Al ver que algo malo podría suceder a este ritmo, empujó su cuerpo y salió de la cabaña de piedra. Tan pronto como salió, vio al Orco sentado en la cama de piedra, su rostro impasible como de costumbre cuando abrió la boca.

“¿Te despertaste?” (Sae-Jin)

“…”





Esta vez, Kim Yu-Rin no dijo nada.

Sus emociones estaban hecha un lío.

Para ser perfectamente honesta, ella no quería separarse de él.

Esta emoción en la que quería estar al lado de alguien en las buenas y en las malas, esta emoción en la que se sentiría feliz y en conflicto al mismo tiempo, no esperaba sentirla hacia el Orco… pero sucedió.

El tiempo que pasaron juntos en esta oscuridad fue suficiente, y el cariño incondicional del Orco también fue suficiente para conmover poderosamente el corazón debilitado de Kim Yu-Rin.

“Yo, no digo nada de ahora en adelante. Tú, habla por mí cuando subamos.” (Sae-Jin)

“…Te dejaré solo.” (Kim Yu-Rin)

“…¿Qué?”

“Eres un monstruo, por eso.” (Kim Yu-Rin)

El Orco miró a Kim Yu-Rin estupefacto. Ella no evitó sus ojos y los enfrentó directamente con los suyos. Luego, comenzó a sentirse decepcionada nuevamente. ¿Por qué estaba siendo tan indiferente? ¿No podría ser un poco más amable con ella? Una cierta emoción dentro de ella brotó de repente incontrolablemente.

“Para mí, no me importa si estás dentro o fuera de este agujero, si no planeas reunirte conmigo de todos modos…” (Kim Yu-Rin)

Incluso mientras estaba al borde de las lágrimas, no derramó una sola lágrima.

“…No se puede evitar. Entonces, sube tú sola.” (Sae-Jin)

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“Ah, ¿En serio…?”

Incluso su última carta de triunfo no funcionó contra el Orco decidido.

Mientras tanto, varios Caballeros empuñando espadas les gritaron mientras eran bajados por el sistema de elevación operado mágicamente.

“¡¡Caballero Kim Yu-Rin!! ¿Es usted, señorita?”

“…Sí. Aquí.” (Kim Yu-Rin)

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Aunque dudó, todavía les respondió al final.

“¡¡Por favor, apártate!! ¡¡Nos ocuparemos del Orco y el lobo!!”

Ante esta declaración, ella desvió su mirada hacia el Orco, a Cornlak, y de regreso a los Caballeros que descendían de arriba. Ahogó un sollozo y se secó las gotas de agua que se acumulaban en las comisuras de los ojos.

Y luego, abrió la boca.

“No, no hay necesidad de eso. Este es… el ‘Héroe’ Orco, ves.”

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